lunes, 30 de junio de 2014

Asdúbal Aguiar: El último andino, el último ilustrado

Nuestro siglo XX comienza teniendo las manos sobre las riendas de la República de Venezuela un personaje atrabiliario, como los de ahora, a quien sus detractores llaman el Cabito. Se trata de Cipriano Castro, andino, gestor de la República Militar que cristaliza con Juan Vicente Gómez, otro andino.

Y cuando se aproxima el siglo citado hasta su abismo, en su proximidad al siglo corriente, el país tiene como conductor a otro andino más, pero muy distinto de los anteriores. Es el emblema de nuestra civilidad, como José María Vargas. Se trata de Ramón José Velásquez Mujica, quien cumple 77 años al apenas asumir el poder y frisa los 98 años al despedirse, hace pocos días, en Caracas.

La República de partidos, que deja de ser tal para el momento en que nos gobierna, hecha rompecabezas, exige de los cuidados urgentes de este hombre con sentido del equilibrio, de visión profunda y capaz de otear más allá de las circunstancias, como de empujarla sin maltratos hasta devolverla a manos de sus verdaderos dolientes, los electores de diciembre de 1993.

Ramón Jota, como le llaman sus afectos próximos, nace en San Juan de Colón, estado Táchira, y gradúa como doctor en Ciencias Políticas y Sociales en 1942, en la Casona de San Francisco, sede primaria de la Universidad Central. Pero a lo largo de su vida es esencialmente periodista, hasta que lo conquista el frustrado candidato Diógenes Escalante para hacerlo su colaborador en tiempos del general Medina Angarita. Tiene a su cargo, más tarde, la dirección de los periódicos El Mundo y El Nacional, mas se le recuerda por su exitoso desempeño como secretario de la Presidencia durante el Gobierno de Rómulo Betancourt, a partir de 1959. Y se le tiene presente por la obra de recopilación documental sobre nuestra Historia ilustrada. Le da vida al Archivo Histórico de Miraflores asegurándole al país su memoria. La cuida de quienes intentan reescribirla, como hoy ocurre con inescrupuloso desenfado.

Ha sido Ramón Jota, hasta su hora final, el gran componedor de la comarca, el hombre-puente que en su instante contribuye a que la animadversión que determinados sectores de la vida nacional le profesan a Betancourt, desde mucho antes, amaine. Facilita la gobernabilidad. Y lo logra, con su sereno espíritu observador de hombre de montaña, quien sabe administrar sus palabras.

Como andino es intuitivo, y como hombre de libros y pensamiento denso, opone la racionalidad a los puñetazos. Nos conoce como nadie y describe con trazos de maestro: "En el camino de asegurar el comienzo de esta nueva etapa de la vida nacional, que no es otra que librar de riesgos a la democracia [hemos de] reconstruir la unidad espiritual de los venezolanos, tan resquebrajada por la fiera lucha política a la que hemos asistido en los últimos años", son sus palabras al tomar posesión de la Casa de Misia Jacinta, el 5 de junio de 1993.

Su Gobierno es breve, pero tanto o más crucial que el más breve Gobierno de otro maestro ilustrado de nuestro siglo XX, Edgard Sanabria, en 1958. Y ante los ataques de hora nona en que las pasiones políticas desbordan y le abren las compuertas a la tragedia que hoy vive Venezuela, el presidente Velásquez responde en seco: “Yo no tengo más riqueza que mi moral y a los 78 años de vida no se cambia… Esa vaina no”. “Yo sólo respondo por mí y por el país”, ajusta.

“Nuestra Historia contemporánea –dice el presidente Velásquez al despedirse del poder con otra enseñanza imperecedera– ha girado alrededor del Estado. Durante setenta años de este siglo, y hasta no hace mucho, el centro de las disputas era la cercanía con el Estado debido a su gran papel distribuidor de la renta… Ese Estado, fundamento de los hábitos de Venezuela en este siglo, ya no existe”, concluye tajante antes de pasarle la cerradura a casi un siglo de nuestra Historia, que discurre entre la República Militar y la República de los partidos para no volver, nunca más, ni hacia adelante ni hacia atrás, en las páginas ya leídas o gastadas en un azaroso devenir.

Pero un amago de república militar de utilería sí se nos instala, otra vez, a partir de 1999, por defecto de lo que él también previene y no entiende la última generación política del siglo terminado: "El país que fue actor fundamental en la empresa de la Independencia hispanoamericana, ha llegado a un momento de su historia en que tiene planteado como reto histórico reflexionar sobre las bases de un nuevo acuerdo nacional, más allá de sus mayorías parlamentarias".

Ha muerto nuestra memoria viviente, en un trance, pues, en el que la razón de la fuerza vuelve por las suyas proscribiendo la fuerza de la razón que nos acompaña en momentos de lucidez legendaria: 1811, 1830, 1947, 1961.

* Exjuez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos




Asdúbal Aguiar
El último andino, el último ilustrado
Diario Las Américas. Miami, 1 de julio de 2014

Carolina Jaimes Branger: Civil, civilista, civilizado

La primera vez que vi a Ramón J. Velásquez yo tendría unos seis años. Mi abuela lo invitó a almorzar en el primer "acto social" después de la muerte de mi abuelo, Buenaventura Jaimes, ocurrida más de tres años antes. Mi abuelo había sido su profesor en su Táchira natal y "Ramoncito" mantuvo la amistad que habían comenzado sus abuelos, primero con mi papá y luego conmigo. Los gochos tienen un espíritu de pertenencia y solidaridad único y el doctor Velásquez, con quien tuve la fortuna de compartir muchas veces, lo ejercía con elegancia: conocía a todos los gochos que hay en Caracas, desde el eminente médico hasta el parquero de un restaurante y a todos los saludaba con cariño. "Éste es de Lobatera; aquélla es de Capacho; éste nació en Rubio... ".

Del Dr. Velásquez puedo escribir muchas cosas. No voy a enumerar todo lo que hizo -ya los medios lo han reseñado ampliamente- y de sus bien vividos 97 años es más fácil decir lo que no hizo que lo que hizo. Por eso prefiero honrarlo como amigo y maestro.

Quiero ensalzar su espíritu pacifista y conciliador y reconocer al prócer civil, civilista y civilizado. Él mismo me contó que tal vez por esa solidaridad gocha de la que hablé antes, Pérez Jiménez le mandó a decir que si seguía conspirando lo iba a meter preso, que mejor se fuera del país. Autoexiliarse no estaba en los planes del Dr. Velásquez, por lo que respondió: "Pérez Jiménez sabe dónde vivo". Cuatro años estuvo preso por mantener su posición a favor de la democracia.

Quiero celebrar su vida, fructífera y digna, prudente y honesta. Un hombre trabajador, que empezó a producir desde muy joven y que a punta de inteligencia y habilidad se abrió paso y creó sus oportunidades de surgir y destacarse. Antes de cumplir treinta años ya se había convertido en secretario privado de Diógenes Escalante. Siempre me fascinó escucharlo narrar la historia de su locura, que tan magistralmente recogió Francisco Suniaga. Los consejos que éste le dio, "observe y cállese" y "nunca le diga que no a un trabajo" los mantuvo como normas de vida.

Finalmente, quiero alabar su humildad. La grandeza es humilde. El Dr. Velásquez siempre tuvo tiempo, respuestas y una palabra de aliento para todos. La última vez que lo visité, hará cosa de dos meses, me dijo "no te preocupes, que de esto salimos". ¡Estoy segura de que así será!

@cjaimesb


Carolina Jaimes Branger
Civil, civilista, civilizado
EL Universal. Caracas, 30 de junio de 2014

Héctor E. Schamis: La división del chavismo

Es la reunión preparatoria para el tercer congreso del Partido Socialista Unido de Venezuela. El evento tiene algo de secta religiosa. Maduro predica levantando su “biblia”, El libro azul de Chávez, el cual agita como trofeo para aparente regocijo de la militancia. Lo abre y recomienda capítulos. Invoca la sabiduría inagotable de su autor, constituido en deidad. Sitúa a los allí presentes en el periodo de su enfermedad y agonía, previo a su paso hacia la inmortalidad. Sin embargo, el relato no recrea una última cena, como podría pensarse, sino más bien la pedestre orden de Chávez mandándolo a estudiar la constitución. Para quien ya era un alto funcionario de gobierno, la anécdota—real o imaginaria—no deja de tener un cierto rasgo de candidez.
Eso para el agnóstico. En otro tiempo y lugar, un partido hegemónico usaría la ocasión para reforzar la homogeneidad ideológica, incrementar la cohesión entre los cuadros y anunciar líneas programáticas futuras. Pero ese es un lujo que este partido no puede darse. Necesitado, pero también acorralado, Maduro le dedicó más tiempo a los pecadores que a los santos, a los traidores más que a los leales. ¿No es mezquino—palabras más palabras menos, aseveró esa noche—que en este año 2014, plagado de conspiraciones y magnicidios, estos traidores ahora fomenten la fisura y la división en el movimiento revolucionario?
A fuerza de repetición de la misma frase, Maduro no hizo más que admitir y enfatizar su propia debilidad. El chavismo es tan frágil hoy que hasta la contrariada respuesta de un ministro caído en desgracia constituye una amenaza grave. De eso se trató la arenga partidaria. Es la historia de la remoción del ministro de planificación, Jorge Giordani, quien respondió a su destitución con una carta abierta criticando a Maduro por su incompetencia en el manejo de la economía y sus debilidades de liderazgo. A ello le siguió otra carta crítica y de apoyo a Giordani por parte de otro histórico del chavismo, Héctor Navarro, a posteriori suspendido de su cargo directivo en el partido oficial.
Así las cosas, son las grietas del propio chavismo las que van produciendo cambios políticos, y Venezuela se dirime entre varios escenarios. El primero es que el gobierno profundice la purga, eliminando a las voces disidentes y al mismo tiempo disuadiendo a posibles imitadores. El problema para Maduro es que para emprender una purga generalizada contra altos jerarcas del partido se requiere una gran concentración de poder político en sus manos, o una gran dosis de éxito económico.
O ambas, y Maduro hoy no posee ninguna. Su presidencia tiene un déficit congénito de autoridad y está en un proceso de desgaste desde febrero, con bajos niveles de aceptación en la sociedad. Su aliado más importante de hoy parecería ser Diosdado Cabello; su enemigo más temible, toda una definición. La economía, por su parte, no muestra signos de recuperación. Continúan la persistente inflación con estancamiento, la total ausencia de inversión privada y la carencia de bienes de primera necesidad.
Un segundo escenario, entonces, podría ser que Maduro no recupere la cohesión del otrora partido hegemónico, y que los disidentes se multipliquen, aumentando la fragmentación. Se propagarán las críticas y los desencantados, en tanto más voces del chavismo recogerán el dato más abrumador de la calle: que la aprobación de Maduro no pasa del 30 por ciento. Es que para el dogmatismo autoritario, del cual el chavismo es un ejemplo, es difícil entender que en política el pecado de la traición muchas veces se transforma en la virtud del pragmatismo.
Aquí se trata de un escenario de proto-transición, donde la oposición tiene la oportunidad de tender puentes con los chavistas decepcionados y arrepentidos y, otra vez, no hay indicios que ello esté ocurriendo. La historia de la democratización indica que no hay transición a menos que la elite del campo autoritario se divida. La conocida historia de los duros y los blandos, los halcones y las palomas, eso ya está sucediendo y abre la oportunidad del cambio político.
Estas “traiciones” evidencian que el PSUV está perdiendo su lugar de partido hegemónico, un lugar dado no solo por ganar elecciones sino fundamentalmente por ser el generador de la interpretación dominante de la realidad, es decir, la narrativa que relata el orden natural de las cosas. La transición entonces no será de un partido a otro, como en una democracia normal, ni de un régimen a otro, como en el colapso de una dictadura militar. La que viene es una lenta transición de hegemonías. Y esa parte, incierta y riesgosa, ni siquiera ha comenzado. La oposición democrática debe comenzar a trabajar en ello.
Twitter @hectorschamis

Héctor E. Schamis
La división del chavismo
El País. Madrid, 30 de junio de 2014

Paulina Gamus: A veces llegan cartas

El título del bolero de Manuel Alejandro que hizo famoso Raphael y que interpretaron otros grandes de la canción romántica, viene al pelo en un país en que el género epistolar comienza a tener peso y protagonismo como nunca antes en los últimos quince años. Me atrevería, asumiendo el riesgo de la inexactitud, a prolongar ese lapso hasta toda la era democrática de Venezuela 1958-1998. En los comienzos de esas cuatro décadas las cartas eran manuscritas o redactadas con máquinas de escribir manuales primero y luego eléctricas. Como el servicio de correos venezolano nunca fue un ejemplo de eficiencia y puntualidad, había que tener la precaución de entregarlas en mano si es que la misiva en cuestión tenía una importancia capital. El correo electrónico fue la tabla de salvación: se podía amar, detestar, odiar, pedir matrimonio o su disolución, iniciar o cortar una relación de amistad, opinar, chismear, negociar, mentir y hasta estafar con solo un correo electrónico. Las cartas, lo que se llaman cartas, dejaron de tener distinción y estilo. Nunca sería lo mismo emailear si es que el barbarismo se admite, la inmediatez del correo electrónico le restó personalidad y glamour a la epistolografía.
Durante la égida chavista se pusieron de moda las cartas abiertas que dirigentes de la oposición o simples ciudadanos enviaban al comandante en jefe, a sus ministros y a otros funcionarios. En realidad eran actos de catarsis o desahogo porque jamás, que se sepa, alguno de los receptores acusó el más mínimo recibo. Recordemos que una de las citas más manoseadas por el difunto fue “aquila non capit muscas”, por lo que siendo moscas todos quienes adversábamos al caudillo inmortal, su manera de aplastarnos con un manotazo era ignorarnos. Viajó Hugo Chávez a la eternidad sin boleto de retorno y dejó como heredero de su magna obra a Nicolás Maduro. Casi de inmediato a éste le llovieron cartas abiertas de sindicatos, gremios profesionales, empresarios, presos políticos, familiares de los presos, ONG y un sinfín de instituciones e individualidades. Todos en reclamo de sus derechos y con petición de buscar soluciones al desastre de hospitales, cárceles, servicios públicos, injusta administración de la justicia, violaciones de los derechos humanos, escasez de medicinas, sequía de divisas para la importación de lo más elemental y todos los etcéteras derivados del país en ruinas que recibió como herencia el hijo putativo.
Aunque este nuevo presidente era mucho menos águila que el de cujus, siguió con la práctica de ignorar las epístolas de las moscas. En el habla popular venezolana pistola no es solamente el arma que usan los delincuentes vernáculos para asesinar cada semana entre 150 y 200 personas, sino también una manera de descalificar a otro por tonto o insignificante. Suponemos que cada vez que alguien le anunciaba a Nicolás Maduro que había recibido una epístola de las que ya hemos hablado, él desde su vasta cultura respondía ¿Y quién es el pistola esta vez?
Pero, “a veces llegan cartas con sabor amargo, con sabor a lágrimas, a veces llegan cartas con olor a espinas que no son románticas…… a veces llegan cartas que te hieren dentro de tu alma”. Así, casi como un plagio del bolero de Manuel Alejandro, fue la carta pública que le movió el piso no solo al heredero del desaparecido líder sino a todo su tinglado revolucionario y político partidista. Un tipo extraño, de mirada malévola y sonrisa burlona, llorón cuando Chávez lo desechaba y más llorón cuando lo recogía, un marxista-leninista-estalinista que diseñó a conciencia durante tres lustros, la destrucción de la economía venezolana, un fanático que con sus consejos al líder transformó una próspera nación petrolera en un remedo de Haití o de cualquier miserable país africano, un sujeto que no tuvo empacho en decir en una reunión de gabinete, que la revolución necesitaba tener muchos pobres para sostenerse; ese espécimen fue quien escribió la carta abierta más abiertamente revulsiva de todas las que se hayan escrito en estos últimos quince años.

La epístola que pretende descalificar a Maduro como carente de liderazgo e indigno del legado de Chávez, es además la confesión descarnada de todos los delitos que el finado presidente comandante y su entorno cometieron para sostenerse en el poder y la complicidad del remitente con el robo descarado de 20.000 millones de dólares que se perpetró con la tramitación de divisas. Lo sabía, siempre lo supo, lo denuncia en la carta pero se cuida de identificar a los culpables.
¿Habría escrito esa carta Jorge Giordani si no lo destituyen? ¡Jamás! Henrique Capriles acuñó en su campaña electoral de abril de 2013, el calificativo de enchufados para aquellos que se han aprovechado indebidamente y se han lucrado con el ejercicio del poder gracias al socialismo del siglo XXI. Chávez los destituía, los humillaba pero ellos permanecían en silencio e incrementaban su servilismo y adulación. Sabían que el comandante era experto en reciclar desechos sólidos. Botados de un cargo aceptaban cualquier otro del nivel que fuese con tal de seguir en la movida. La vez Chávez botó a Jorge Giordani, dijeron los cercanos que el hombre entró en profunda depresión y se encerró en su casa sin dejarse ver por nadie hasta que el ídolo lo llamó de nuevo para que continuara con su plan de liquidar la iniciativa privada, sustituir la producción nacional por economía de puertos, expropiar empresas productivas para transformarlas en chatarra, cerrar casas de bolsa y hacer presos a sus directivos para que el dólar negro se elevara a la estratosfera y se incrementaran los negociados ilegales. En fin, hacer todo lo necesario para que floreciera el enriquecimiento corrupto de unas cuantos y el país quedara en la miseria, endeudado con medio mundo y sin divisas para importar los insumos más indispensables.
Esta vez Giordani no permaneció mudo como aquella cuando Chávez lo marginó, sabía que tarde o temprano el hombre al que mareó con su marxismo trasnochado lo llamaría de nuevo. Escribió y publicó la carta con sabor a espinas para que hiriera a Maduro dentro del alma, porque intuyó que su destitución del cargo de ministro de Planificación, directivo del Banco Central de Venezuela y de la petrolera estatal PDVSA, era definitiva. Pretendió darle a su destitución un barniz ideológico —la revolución herida por la contrarrevolución— cuando la verdadera causa es que Maduro debe elegir entre salvar su pellejo o continuar por el despeñadero socialista de factura cubano castrista. ¿Salva el pellejo Maduro con la salida de Giordani? ¿Ha sido el llamado “monje loco”, el único responsable del tsunami revolucionario que ha sumido a Venezuela en la inopia? Esta historia apenas comienza.

Paulina Gamus
A veces llegan cartas
El País. Madrid, 30 de junio de 2014

Armando Durán: Parálisis nacional

“¡Máxima lealtad!”. La semana pasada, esto le exigió a gritos Nicolás Maduro a los miembros de las Unidades de Batalla Hugo Chávez. Evidentemente, porque percibía a su alrededor señales muy estridentes de deslealtad. Luego denunció la postura contrarrevolucionaria de hombres que fueron de la confianza de Chávez, como Jorge Giordani y Héctor Navarro, a quienes acusó de haber traicionado la revolución. Al mismo tiempo, el TSJ sentenció que el mundo militar, apolítico por imperativo constitucional, estaba desde ese instante autorizado a participar y militar abiertamente en las actividades partidistas. Último aldabonazo presidencial, por ahora, fue el anuncio de que entre el 1° y el 15 de julio se va a revisar y reestructurar todo el gobierno, de punta a rabo. En función, por supuesto, de la lealtad de cada quien a Maduro.

El mensaje resulta aterrador. Por una parte, advierte que quien de ahora en adelante se aparte un ápice de la línea oficial del “madurismo” correrá idéntica suerte que la de Navarro, sumariamente expulsado del reino de los cielos por solidarizarse con Giordani. Por la otra, que esta purga a fondo debe concluir antes del 23 de julio, día en que se instalará el III Congreso del PSUV. Las dos caras de la misma moneda, que no es otra que afianzar a Maduro y su Alto Mando Político de la Revolución en el mando absoluto de Venezuela.

No se trata de un objetivo nuevo. Hace un año, de la mano de Nelson Merentes y Rafael Ramírez, con la intención de frenar el vertiginoso colapso de la economía y el comercio que ya amenazaba al régimen seriamente, estuvo a punto de hacerlo. Para eso sustituyó a Giordani, el principal culpable del disparate, por Merentes, y trató de formalizar una alianza utilitaria con el Grupo Polar y otros representantes emblemáticos del sector privado de la economía. “Yo a gobernar y ustedes a producir”, les dijo, pero el ala izquierdista del PSUV se opuso firmemente. Para ellos esa oferta constituía un grave paso en falso y, al tener éxito en su propósito desalentador, durante estos penosos meses que han transcurrido desde entonces, el país sencillamente entró en una peligrosa espiral de ingobernabilidad. Sus consecuencias inmediatas están a la vista: protestas callejeras que no cesan desde el 12 de febrero, reducción de la MUD, como cómoda alternativa de la oposición más resignada, a una referencia remota, casi literaria, sin futuro concreto, y la progresiva parálisis del país, con la dramática opción a corto plazo de una suspensión de pagos. Dentro y fuera del país.

Mientras tanto, aquí seguimos. Cada día peor. La inflación ya se ha hecho asfixiante, la escasez afecta casi todos los bienes y productos que consumimos, se acabaron los dólares para sostener la absurda política de importarlo todo y destruir así el aparato productivo del país. Hasta propiciar el desgaste de los lazos invisibles del pacto social que le ha permitido a la sociedad no precipitarse en un desorden sin remedio y en el caos. En el fondo, una situación de incertidumbre y angustia colectiva total, perfectamente ilustrada por el apagón que el pasado viernes 27 de junio sumió a más de 70% de la población en la más ominosa oscuridad de la era republicana. Sin luz, sin agua, sin comida. Sin nada. Y, lo que es peor, incluso sin esperanza.

Ante esta súbita y estéril lucha entre dos facciones irreconciliables del chavismo, la única novedad política de la actualidad, surge una duda inquietante. ¿Qué camino emprenderá el país a partir de agosto? ¿El que señalan los comunistas utópicos y radicales que se aferran a las anacrónicas políticas del socialismo real como si en realidad esa práctica pudiera conducirnos, como sostenía Chávez, al mar de la felicidad? ¿O el que de pronto proponen otros comunistas, pero que no lo son tanto, y que de algún modo se inclinan por las bondades pragmáticas de la prudencia, de un oportuno paso atrás y hasta de la presencia en Venezuela del Fondo Monetario Internacional? Por otra parte, resulta conveniente percatarnos de que no obstante esta aparente confrontación ideológica, la división de un chavismo que la muerte de Chávez dejó sin rumbo cierto no es en verdad un debate ideológico. Cualquier observador medianamente atento se da cuenta de que lo que se disputará en este III Congreso del PSUV es el poder político por venir. En el partido y en el gobierno. De ahí la carta denuncia de Giordani, la rebelión de Aporrea y la arremetida de los chavistas más ortodoxos y críticos de Maduro, aprovechando la catástrofe de los últimos años y la incapacidad de su gobierno para resolver una crisis, originada en tiempos de Chávez, que amenaza ahora con llevárselo todo por delante.

De ahí las patadas de ahogado de Maduro por ejercer un control total en la selección a dedo de los delegados al congreso, su afán por silenciar las voces disidentes que estos días ocupan hasta las primeras páginas de la prensa venezolana todavía libre, y sus patéticos esfuerzos por alterar la composición de las fuerzas que finalmente quizá se vean las caras en el congreso.

A estas alturas del proceso, sin embargo, los cambios de última hora que se propone introducir Maduro en la estructura de poder del régimen para abandonar la política bakuniana de tierra arrasada aplicada por Chávez desde 1999 con el propósito de destruirlo todo para después construir la revolución sobre las ruinas del pasado y del presente, no alterarán el destino final del segundo gobierno chavista. A Maduro se le acabó el tiempo y no cuenta con fuerza política capaz de movilizar al país en otra dirección. Tampoco las pretensiones radicales de quienes se aferran al comunismo tal como lo entendían Lenin y Stalin tienen la menor posibilidad de rescatar a Venezuela y devolverles a las masas otrora chavistas su disposición al sacrificio y la lucha. Este choque de dos imposibilidades, ajenas por completo a las necesidades de la población, tendrá otros efectos. El principal de ellos, agudizar la insoportable parálisis de un país cada día más confuso y trastornado, y esta sensación de vacío, tal como afirma Giordani con mucha razón, que invade el alma exasperada de todos los venezolanos, y que también a gritos exigen, no lealtad, como hizo Maduro a gritos la semana pasada, sino que alguien o algo ponga al fin orden en la casa. Con eso bastaría por ahora.

Armando Durán
Parálisis nacional
El Nacional. Caracas, 30 de junio de 2014

Eduardo Semtei: Pláticas telepáticas con el monje trasnochado

—Estimado profesor Giordani ¿Lo puedo llamar profesor? 

—Sí puede. Ser calificado de traidor y de ser jefe de la banda de la izquierda trasnochada y retrógrada no son precisamente rosas y claveles -Sí, no lo son para nada. Nunca me habían faltado el respeto de una forma tan vil, tan canallesca. Eso sí es una conducta trasnochada y retrógrada. Si el Magnífico, el Eterno, el Galáctico estuviera vivo, ese bigotudo, ignaro y simplón no se hubiese atrevido pero ni a sostenerme la mirada. Ahora se siente valiente, retador y desafiante, cuando no pasa de ser un muchacho de pueblo con deficiencias escolares notables y con urgentes necesidades de atención psicológica. Eso de hablar con pajaritos es una señal inequívoca de desorden mental.

— Ellos los llaman los viudos del atraso ¿por qué?

—Por ahora somos cuatro los Mosqueteros de la Decencia y la Honestidad. Navarro, Víctor, Ana Elisa y yo mismo. Pero pronto seremos mayoría. Yo confío en el pueblo chavista. Yo confío  en la historia. Yo confío en que soy superior a Maduro.  Era imposible permanecer callado ante tanta corrupción. Ante tanto despilfarro. Ante tanta indignidad. Ante tanto vicio. Debo citar algo, es obligatorio moralmente: Todas y cada una de las solicitudes de créditos adicionales, dizque para obras y misiones, aprobadas por la Asamblea Nacional presidida, por ese personaje tenebroso y siniestro, vienen con nombre y apellido

—¿Cómo es eso señor Giordani? 

—Es simple. En la rosca malvada y corrupta del gobierno, los créditos adicionales siempre son para pagar nuevas obras o nuevos contratos. Así que los viciosos, los pillos, primero contratan la obra y luego piden los recursos adicionales.

—¿Caramba, y eso no es delito?

—Coño Semtei usted  parece pendejo. ¿Qué vaina no es ilegal o delincuencial en los actuales momentos?  Yo mismo, yo mismito, Yo, Ego, frente al Tribunal de la Historia, acuso a los ex directores de Cadivi.

—¿A quiénes?

—A todos.  De haberse robado claramente más de 20.000 millones de dólares.  Ni uno sólo de esos militares de Cadivi, hoy generales, coroneles, teniente coroneles y hasta capitanes, que administraron millones y millones de dólares, centenares de millones, miles de millones, que los despilfarraron que los botaron, que los volvieron mierda, que se los robaron, ni uno sólo de ellos ha sido acusado. Ninguno de los diputados imbéciles o cómplices o desgraciados, como solía decir el Eterno, diputados cobardones como Sanguino ha dicho esta boca es mía. Es un mar de pus. Un océano de lixiviados. Un pozo séptico de almas putrefactas. Como bien apuntó Héctor Navarro en su desgarradora carta. Por qué no dicen quiénes son los contratistas franceses, esos que vienen de la empresa Total, a quienes les están entregando nada menos y nada más que todos los nuevos yacimientos y desarrollos de Pdvsa. Esos franceses asociados a Ramírez, al capitán aquel, al alcalde ese, al ministro tal, que además tienen marramuncias con Chacón, en materia de equipos y centrales eléctricas. Cuando estaba en las reuniones de la Directiva  de Pdvsa y aparecían esos miserables capitalistas, explotadores del pueblo, con ideas absurdas y Ramírez me quitaba el derecho a palabra  para dárselas a esos imperialistas, se me revolvía el alma, me sudaba el hígado, me sonaban las tripas. Que arrechera señor Semtei.

—Señor Giordani ¿y usted no es culpable de nada de esta debacle?

—De nada. Nadita de nada. Ni una pinguita. Yo lo tenía controlado todo. Centralizado. Organizado. Vigilado. Monitoreado. Nada se escapaba. 25 trimestres de crecimiento económico. Inflación de un dígito. Desempleo 5%. El país más feliz de la tierra. Casas para todo el mundo. Erradicación del analfabetismo. Salud  para todos. El Eje Orinoco-Apure. Trenes. Aviones. Barcos. Producción agrícola en expansión. Comida barata. Buenos sueldos. Tasa de cambio controlada. Grandes reservas internacionales. Una Isla de la Felicidad en Suramérica. Todo bien. Y se nos fue el Eterno. El Galáctico. El Perpetuo. Y llegaron estos trogloditas. Estos bichitos.

—Carajo Jorge, de verdad  que no recuerdo ese paraíso que tu describes.

—Claro señor Semtei. A usted lo compró el imperio. Pero debo confesar algo. Yo sé, yo mismo, Ego, que no le ganaremos la batalla a la Rosca  del Vicio. Que el Asambleísta, el Ministro y el alcalde,  esta trilogía del crimen, ese trío de la vergüenza, esa sociedad de peculado tienen la mesa servida, las cartas marcadas y la caja de los machetes, amén del billete del petróleo. Pero Héctor, Ana Elisa, Víctor y hasta el gafo de Nicmar que no tiene ni idea de qué coño está pasando, y Yo mismo, Ego, el Testigo de la Historia, hemos cumplido el deber ante el Eterno. El Galáctico. Y con eso tengo bastante. Ahora que se joda todo el mundo. Yo se los advertí. Lean mi carta. Luego la de Navarro. Luego la de Víctor. No recomiendo nada de Ana Elisa ni de Nicmar porque de ellos no se aprende nada. Lean y me escriben www.jorgegiordani.com o al Twitter @nosjodimosconramirez.

—Bueno, señor ministro, hasta luego.

—Adiós señor Semtei.

Eduardo Semtei
Pláticas telepáticas con el monje trasnochado
El Nacional. Caracas, 30 de junio de 2014.

Rafael Poleo: Todo sobre Diosdado




Rafael Poleo
Todo sobre Diosdado
El Nuevo País. Caracas, 30 de junio de 2014

Raúl Benoit: Amenazas de un antipatriota

No hay duda de que el chavismo está moribundo y en esa agonía se llevará a la tumba al socialismo del siglo XXI con todas sus imperfecciones y calamidades.

Nicolás Maduro es el sepulturero. Aplausos por eso y también por la cadena de errores que él, junto a Diosdado Cabello, otro payasito del circo chavista, cometen día tras día, desde que han gobernado si se puede llamar así, porque, ahí lo que hay es un desgobierno: caos, latrocinio y codicia, bajo la mirada cómplice de la OEA y de mandatarios latinoamericanos como Juan Manuel Santos de Colombia.

En Venezuela los opresores están tan ocupados en saquear las arcas del Estado que ignoran lo que sufre el pueblo: hambre, escasez y delincuencia auspiciada por el mismo desgobierno, que resolvió armar a la chusma para que sirviera de escudo protector que encubre sus transgresiones.

Están tan entretenidos en repartirse y ocultar la plata del pueblo en países extranjeros, que desconocen adrede que el descontento ciudadano, incluso en la base popular, ya contagió a los leales chavistas.

Maduro y su secuaz Cabello que está al acecho esperando la caída del bufón, amenazan a quienes expresan opiniones contrarias al régimen moribundo, como lo hizo contra el ex vicepresidente de Planificación Jorge Giordani, quien fue echado del cargo y al irse acusó a Maduro de no transmitir liderazgo y dar una sensación de vacío de poder. También Maduro amenazó a Héctor Navarro, exministro de Educación y Electricidad del Gobierno de Chávez, quien escribió una carta de apoyo a Giordani. Maduro habla de una “izquierda trasnochada” sin ver la viga en su propio ojo. Más arcaicas que sus ideas comunistas, estilo Castro-Cuba no existen.

Dice Maduro que la “izquierda trasnochada ataca en momentos en que el enemigo busca cortarnos la cabeza y destruirnos”. ¡Quien exige trozar esa cabezota del monstruo perverso comunista es el propio pueblo! Los venezolanos no quieren que el castrocomunismo los gobierne. Lo que padece el país suramericano es una grave traición a la patria.

Antipatriota es quien entregue el manejo del poder directa o indirectamente a extranjeros. Antipatriota es quien permita que militares de ejércitos foráneos controlen las fuerzas armadas. Antipatriota es quien encarcela a dirigentes por miedo a enfrentar una oposición útil y necesaria para que la democracia sea dinámica. Antipatriota es quien permita que sus matones asalten y asesinen al pueblo para mantenerse en el poder que usurpó.

Es inquietante que los venezolanos entren en un letargo, agotados de no ver resultados inmediatos, porque pudiese ser capitalizado por el régimen. Tal vez el mundial de fútbol disipó las manifestaciones temporalmente. Los venezolanos no deben dejar a sus jóvenes solos y es necesario que vuelvan a las calles pacíficamente para exigir cambio en el poder. Solo el pueblo tiene la fuerza para hacerlo.

Las amenazas de Maduro son un acto desesperado ante el sepulcro cercano del chavismo y el socialismo del siglo XXI. Si la historia hará un juicio será contra esos falsos libertadores que deberán ser juzgados no solo por traición a la patria, sino por fraude, narcotráfico y múltiples homicidios.

Raúl Benoit
Amenazas de un antipatriota
Diario Las Américas. Miami, 30 de junio de 2014

Justino Sinova: Venezuela en el túnel del tiempo

Ningún dirigente de una democracia ha sido considerado nunca por los periodistas el primer comunicador del país. A algunos se les ha reconocido su simpatía, su sentido del humor, su encaje de las críticas y hasta su transparencia. Pero Obama, Hollande, Rajoy, Merkel, Cameron y gente así, que se mueven bajo la vigilancia del ojo de la prensa, acaban a la fuerza acostumbrándose a los reproches de los medios y a algo más incómodo: la información exhaustiva sobre su gestión y en parte sobre su actividad privada. Es la consecuencia de hallarse la prensa y los políticos en espacios distantes y de entender la información como un servicio a los ciudadanos y, cuando llega el caso, un valor de autodefensa.
         Por eso suena como la constatación de una herejía un titular que dice "El ministro del Interior, mejor periodista del año", que se podía leer en la edición dominical de El Mundo, p. 38. El corresponsal Daniel Lozano informaba desde Caracas de la concesión por el llamado "Movimiento Periodismo Necesario" del premio de comunicador del año al general Miguel Rodríguez Torres, ministro venezolano del Interior, "encargado de reprimir las protestas que durante meses convulsionaron al país". Y luego notificaba que el presidente del país, Nicolás Maduro, fue distinguido también con una mención especial como "comunicador alternativo por su destacada labor en Twitter".
         El Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP) no tardó en salir a denunciar que (copio de la crónica de Lozano) lo único que se puede celebrar en el periodismo venezolano es "haber soportado de pie la censura y los chantajes del poder político o económico" en el peor año para la profesión en las últimas décadas. Las cifras que resumen los tres meses de protestas así lo confirman: 231 agresiones contra 165 trabajadores de la prensa, el 65% realizadas por militares o policías, 22% por manifestantes y 13% por paramilitares. "Frente a estas agresiones, prevalece la impunidad. Ni uno solo de los casos denunciados ante la Fiscalía ha sido investigado", detalló Marcos Ruiz, secretario general del SNTP.
         La herejía de premiar a los gobernantes enemigos de la información, que en realidad consiste en que ellos se autopremian, resulta insolente y grosera pero es tan vieja como la historia. Entre nosotros evoca, por no remontarnos a otras épocas, los manejos del franquismo para someter a la Prensa, que no se limitaron a una ley de estricto control de la actividad periodística sino que obligaron a la profesión a la sumisión política. Franco fue galardonado en 1949 con el carnet de periodista número uno y dijo de él quien ostentaba la llamada Dirección General de Prensa que era un periodista que "honra la profesión". Por supuesto, ni un solo periódico pudo mostrarse ni suavemente crítico sino necesariamente entusiasta.
         Pero ahí no acabó la historia de esta herejía antecedente. El ministro del Interior, a la sazón Ramón Serrano Súñer, fue inscrito en el segundo lugar del Registro Oficial de Periodistas. Qué pasión la de los ministros del Interior de las dictaduras para procurarse un disfraz. Y el número tres fue concedido a José Luis de Arrese, ministro del partido único, y, ya puestos, el número cuatro fue a recaer en Gabriel Arias Salgado, que era el segundo de Arrese y que sería dos años después el ministro de Información encargado de la censura.
         Tampoco acaba en esto el viaje del régimen chavista por el túnel del tiempo hacia el régimen franquista pues aplica una de las medidas que inventaron por aquí en los años cuarenta para someter a la prensa: el reparto de papel de imprimir, para premiar a los buenos y castigar a los díscolos. "Maduro -sigo citando la crónica de Lozano- ha perfeccionado el modelo de hegemonía comunicacional heredado de Chávez a través de dos políticas maquiavélicas: la compra de medios de comunicación (...) y las restricciones para importar papel, que han forzado el cierre de varios medios y han llevado a los otros diarios independientes a sufrir una anorexia demoledora. "Los únicos medios que no tienen problemas de papel son los que ha comprado el Gobierno. Basta que compre un medio, que se arrodille, para que empiecen a fluir las divisas", denunció Miguel Henrique Otero, presidente editor de El Nacional".
         Y aún hay quien sostiene que la Venezuela chavista es una democracia.

Justino Sinova
Venezuela en el túnel del tiempo
El País. Madrid. 30 de junio de 2014

domingo, 29 de junio de 2014

Marta Colomina: El Hugo Chávez español

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Quién les iba a decir a los dirigentes del Partido Socialista Obrero Español, PSOE, fundado por el legendario Pablo Iglesias allá por el año 1879, impulsor de la aún activa Unión General de Trabajadores (UGT), que 135 años más tarde iba a irrumpir en el panorama político español otro Pablo Iglesias con el firme propósito de acabar con las "castas" políticas a las que, según él, pertenecen el PSOE y el gobernante Partido Popular (PP), entre otros. Sin ser familia del fundador del PSOE, el Pablo Iglesias de ahora improvisó el partido Podemos y obtuvo en elecciones al Parlamento Europeo (EPE) más de 1 millón de votos y 5 escaños, en solo 4 meses de campaña.

Hasta hace poco Pablo Iglesias era un desconocido en su país -profesor de la Universidad Complutense de Ciencias Políticas, quien con Juan Carlos Monedero, Iñigo Herrejón y Luis Alegre, crearon una fundación "Centro de Estudios Políticos y Sociales" (CEPS), a través de la cual obtuvieron contratos por casi 4 millones de euros por "asesorar" durante 10 años al gobierno de Hugo Chávez (sin contar lo que pudieran haber recibido de la partida secreta) y convirtieron su facultad en una logia desde la cual salieron y alimentaron las protestas de los Indignados que los venezolanos veíamos desde nuestros televisores actuar airadamente en el centro de grandes capitales españolas, sobre todo Barcelona y Madrid. Razones para protestar había: casi 6 millones de desempleados, disminución de presupuestos para salud y educación a causa de la crisis y la visible corrupción en los dos grandes partidos Socialista y Popular. Tomando el "Yes, we can" de Obama, una de las pocas licencias "capitalistas" que aparentemente se permiten, el habilísimo uso de los medios ,encandilados con el nuevo Pablo Iglesias como en Venezuela lo estuvieron con Chávez y duchos en las nuevas tecnologías, Podemos obtuvo 1,2 millones de votos tomados del PSOE, Izquierda Unida y del descontento social. Con la abstención de muchos partidarios del PP en las EPE, la gran pérdida de escaños encendió tal alarma en el bipartidismo, que el gobierno acaba de anunciar la disminución de impuestos, y produjo la renuncia del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.

No había tertulia audiovisual en la que no apareciera Pablo Iglesias. Con el descontento reinante y su habilidad discursiva, llamando "castas" a partidos y culpándolos de todos los males, los 3 escaños que vaticinaban los sondeos se convirtieron en 5. ¿Habrán leído quienes votaron por Podemos el plan político de este grupo de izquierda radical, que parece copiado del desgobierno de Chávez? Veamos: 1) Impago de la deuda pública; 2) Jubilación a los 60 y jornada laboral de 35 horas; 3) Prohibición de despidos y derogación de reservas laborales; 4) Eliminación de empresas de trabajo temporal e implantación del salario máximo; 5) Pensiones no contributivas y derogación de última reforma; 6) Control público de sectores estratégicos de la economía: telecomunicaciones, energía, alimentación, transporte, farmacéutico sanitario y educativo. (Imaginamos la estampida de milmillonarias inversiones en España);7) Participación de trabajadores en consejos de administración; 8) Impuestos a grandes fortunas y recuperación del patrimonio; 9) Más sanciones frente al delito fiscal y 10) Una renta básica para todos.

El CEPS ha operado en Venezuela a través del Frente Francisco de Miranda, desde donde se han mantenido reuniones con miembros de ETA y las FARC, como reseñase la prensa venezolana. Monedero ha estado muy activo en política interna venezolana: defiende en los medios a Chávez y a Maduro y critica a la oposición. Cuando en España se abordaba el tema de Chávez, los defensores han sido Monedero y los demás del CEPS. Tanta influencia tuvo Chávez sobre ellos que, además de anunciar ya una constituyente, al juramentarse Pablo Iglesias como diputado del PE, fue el único que violó el protocolo añadiendo al "juro respetar la Constitución", "hasta que el pueblo la cambie". Su divismo es tal, que avisó a los medios de que haría algo espectacular en su juramentación. Así que el show fue visto en TV. ¿Habrá que agradecerle que se abstuvo de manotearla y de llamarla "moribunda?.

El peso del financiamiento chavista y acusaciones sobre apoyo iraní, comienzan a ser una pesada losa para Iglesias y su grupo, del que hasta en las redes sociales se dice que en la Complutense celebraron fumando cohíbas y brindando con ron cubano el muy dudoso "triunfo" de Maduro. Las contradicciones son demasiadas: Por ejemplo llamar despectivamente "casta" al PSOE y al PP, y rendir simultáneamente culto a Fidel y Raúl Castro (con 50 años de dictadura a cuestas) y a los 15 años del chavismo.

Marta Colomina
El Hugo Chávez español
El Universal. Caracas, 29 de junio de 2014

Edgar C. Otálvora: Crece la cuota de poder de los militares en Venezuela

 Los militares venezolanos fueron habilitados para participar en actividades políticas proselitistas. Se trata del más reciente hecho referido a la abierta participación del chavismo en la vida castrense. Ante masivas protestas contra el gobierno de Nicolás Maduro y acusaciones de violenta represión militar, el alto mando convocó el 15MAR14 una marcha en Caracas con efectivos ataviados con sus uniformes.

Un boletín de la “Aviación Militar” narró que la “Fuerza Armada Nacional Bolivariana junto al pueblo marcharon […] demostrando la unión cívico-militar y el fortalecimiento de la revolución, legado del Comandante Supremo Hugo Rafael Chávez Frías, quien afirmó que “no hay patria posible en el capitalismo, sólo el socialismo libera”.

***** A raíz de aquella marcha, un grupo de oficiales en retiro, acudió el 28MAR14 ante la Sala Constitucional solicitando un amparo que suspendiera “de manera inmediata y definitiva el acto inconstitucional continuado y arbitrario” de “incluir e involucrar a la FAN en el debate político”.

Los accionantes denunciaban el uso de consignas como “patria, socialismo o muerte”, “Chávez vive”, “la lucha sigue”, “hasta la victoria siempre” en actos castrenses. Así como izar en cuarteles la bandera de Cuba, “exhibir en cuarteles y otras instalaciones fotografías del “dictador cubano Fidel Castro y del reconocido asesino internacional el ‘che’ Guevara”, lo que configuraría “burla al honor del militar”, “violación a la nacionalidad y “traición a la patria”.

La Sala Constitucional, en sentencia del 11JUN14, alegó que “en todos los ejércitos del mundo existe el saludo militar, cuya manifestación responde a la idiosincrasia o cultura del país o al momento histórico, social y político”.

Igualmente concluyó que la participación de militares en actos con fines políticos “no constituye un menoscabo a su profesionalidad, sino un baluarte de participación democrática y protagónica”.

En consecuencia, no encontró reparo para que los uniformados participen “libremente en los asuntos políticos y en la formación, ejecución y control de la gestión pública”.

Militares haciendo política es, a juicio del tribunal constitucional, “un acto progresivo de consolidación de la unión cívico-militar, máxime cuando se encuentra debidamente autorizada por la superioridad”. Dado el entroncamiento entre el chavismo y la alta jerarquía militar, la decisión de la Sala Constitucional pareciera el acta de nacimiento de un “partido militar” en Venezuela.

***** Dos temas críticos para el régimen venezolano, la seguridad y el abastecimiento de alimentos, forman parte de las parcelas de poder que el gobierno Maduro ha cedido a sectores militares.

El 17JUN14 Maduro designó al mayor general Hebert García Plaza como Ministro de Alimentación. Bajo su control se encuentra las milmillonarias compras al exterior y la distribución a nivel nacional de toda la gama de productos que el gobierno importa y comercializa a empresas y consumidores.

Datos parciales colocan en US$ 4.000 millones las importaciones de alimentos previstas por el Ministerio de Alimentos para el año 2014. Se trata de un cargo de altísima relevancia en el modelo que el régimen implementa para enfrentar la sequía de recursos que ahora afronta.

Ya desde finales del 2013, García Plaza, además de Ministro de Transporte Acuático y Aéreo, presidía el “Órgano Superior para la Defensa Popular de la Economía” OSDPE. Se trata de un ente que opera en coordinación con el Comando Estratégico Operacional de las Fuerzas Armadas, es decir, con la máxima jefatura operativa militar del país.

Según dijo Maduro el 16NOV13, es el OSDPE debe “cubrir y peinar todo el territorio nacional” para “garantizar el restablecimiento de los equilibrios necesarios para la vida económica”.

Como otros altos jefes castrenses, García Plaza suele utilizar Twitter para difundir sus consignas políticas. El 26JUN14, por ejemplo, el general tuiteó: “La #LealtadTotalAChávez de parte de todos sus hijos es porque a él nos debemos y hacia el camino del Socialismo andamos, haciendo Patria”.

***** Entre diciembre de 2012 y enero de 2013, cuando Hugo Chávez convalecía en Cuba, fue diseñado un plan que garantizara la gobernabilidad de Venezuela tras la inminente desaparición del caudillo. Uno de los aspectos cuidadosamente trabajado fue el tema militar, parte sustantiva de la alianza política que detenta el poder en el país.

En aquellos días, decretos y mensajes presidenciales mostrados ante las cámaras de Tv por miembros del círculo de poder que rodeaba a Chávez en La Habana, llevaban estampadas dudosas firmas, probablemente generadas digitalmente.

Según el anecdotario oficial, Chávez se comunicaba con los suyos mediante los más insólitos medios, ante la imposibilidad para hablar. El secretismo impuesto por el régimen cubano y el círculo gobernante convierte, hoy en día, en imposible determinar cuáles de las decisiones anunciadas fueron realmente emanadas de Chávez.

***** La versión oficial asegura que Chávez ordenó el 26DIC12 la creación de un programa de asistencia social para el personal militar y lo habría denominado “Misión Negro Primero”.

El pie de fuerza regular venezolano, sin incluir a la reserva, ha sido estimado en poco más de 400.000 efectivos, siendo sólo superado en número por Colombia en la región.

La “misión” fue ampliamente publicitada entre los militares, durante el lapso en el cual Maduro ejerció como Vicepresidente encargado de la Presidencia y candidato presidencial. La “misión” fue creada oficialmente por un decreto del 18JUN13, el cual constituyó un “Fondo” especial para financiar las erogaciones.

En el ínterin, el plan para mejorar la calidad de vida de los militares, se tornó en un mecanismo para ejecutar un nuevo plan de compras bélicas bajo total discrecionalidad militar.

***** En un programa de Tv junto a Maduro, el 13MAY14, la ministro de la Defensa, almirante Carmen Meléndez, dijo: “usted nos ha aprobado 7 mil 700 millones de bolívares para diferentes obras de infraestructura, adquisición de equipos, lanchas, aviones; mantenimiento; soporte logístico para nuestro sistema aéreo; de buques aéreos.

También 3 mil 800 millones de dólares y 467 millones de euros”. Al cambio de la fecha, aparte del presupuesto ordinario del Ministerio de la Defensa y otras fuentes, Maduro había suministrado al sector militar poco más de US$ 5.600 millones a lo largo de un año, cifra equivalente a una quinta parte de las reservas internacionales del país. En la misma fecha, Maduro y Meléndez informaron que con los recursos asignados habrían construido 2.681 viviendas, y entregado en “ayudas económicas para el personal” el equivalente a US$ 62.000, entre otras transferencias y gastos.

***** Venezuela es el principal importador latinoamericano de armamentos, según recientes cifras divulgadas por el SIPRI. Según el índice elaborado por ese reconocido instituto de investigaciones basado en Estocolmo, Venezuela ocupó la posición 14 a nivel mundial durante el lapso 2009 - 2013 en compras de armas convencionales, superando a Egipto y al Reino Unido. Las compras bélicas de Venezuela en ese período representaron el 2% del total planetario. Ningún otro país latinoamericano aparece en el Top20 de importadores de armamentos.

***** Los principales proveedores de armamento a Venezuela son Rusia y China, pero en el listado de SIPRI igualmente figuran Alemania, Austria, España, Holanda, Irán, Italia, Suiza y Ucrania. Pese a las sanciones de EEUU contra el gobierno chavista que le impide la compra de armamento con tecnología estadounidense, según SIPRI los militares venezolanos habrían optado en 2013 por la adquisición de 16 helicópteros ligeros TH-28/480 de entrenamiento, con apariencia de equipos para uso civil.

Las cifras de SIPRI no incluyen diversas incorporaciones realizadas durante el año 2013 y lo corrido del 2014. Tales como patrulleros armados en Cuba, dos docenas de aeronaves de combate ligero y entrenamiento Hongdu L-15 Falcon, de fabricación china y, diez aeronaves de transporte Dornier 228-212 de fabricación alemana, entre otras.

***** Los anuncios de nuevas adquisiciones de equipos militares no cesan. El 21MAY14, Maduro autorizó la compra de 30 aviones militares para entrenamiento. El 06JUN14 se conoció otra autorización presidencial para adquirir 14 aeronaves militares. El 16JUN14 el comandante de la Aviación Militar, mayor general Eutimio Criollo, hizo pública la compra de “nuevos sistemas de armas” para sustituir el Bronco OV-10, el veterano avión para acciones contrainsurgentes. En febrero, Maduro encargó al gobierno cubano la construcción de 12 patrulleros y varias decenas de naves no identificadas.

***** El 24JUN14 se despidió de este mundo el ex presidente Ramón J. Velásquez. “Estoy cansado de estar viejo” nos había confesado ya hace algún tiempo. No hay suficiente espacio en esta página de periódico para referirse a su trayectoria. Levanto la copa por el amigo ausente.

Edgar C. Otálvora
INFORME OTÁLVORA
Crece la cuota de poder de los militares en Venezuela
Diario Las Américas. Miami, 29 de junio de 2014

Carlos Blanco: Régimen fermentado

Con tal que cace ratonesEn medio de la radioactividad en la que bulle el país, se produce una convergencia alrededor de la necesidad del reemplazo constitucional del gobierno de Nicolás Maduro y su régimen. Unos la han designado como La Salida, otros prefieren denominaciones diferentes, pero el encuentro se ha producido al calor de las protestas iniciadas con la llamada Revolución de Febrero y en el marco de la furiosa crisis que se abate inclemente sobre la ciudadela controlada por Maduro. No importa el nombre que satisfaga a cada sector sino el planteamiento: el país necesita un cambio del régimen político existente. Parafraseando a Den Xiao Ping, el líder que llevó el cambio radical a China, cuando se preguntaba "¿Qué importa si el gato es blanco o negro, con tal que cace ratones?", se puede decir que no importa cómo se califique el proceso con tal que se produzca el cambio de gobierno y de régimen.

El padre Luis Ugalde ha dicho recientemente: "El mal gobierno es de Maduro, pero el mal modelo político es de Chávez. Hace falta un nuevo gobierno decidido a salir de este desastroso modelo político, antes de que se hunda el país." Y más adelante sostiene: "La oposición tiene que bajarse de la nube que remite el cambio para 2019 y también de los voluntarismos inmediatistas. Con su presión vendrán elecciones adelantadas, pero antes hay que conquistar un CNE nuevo, constitucional y creíble. Urge una oposición actualizada sincerada con la realidad a julio 2014, unida con el sufrimiento del país con la única obsesión de recuperar la democracia, con justicia social y productividad. No merecen gobernar quienes no son capaces de tomar en serio las necesidades de la inmensa mayoría."

Alberto Quirós Corradi, por su parte, ha planteado: "Ante esta tétrica situación no caben medias tintas. Aquí hay que decidir, sin muchos remilgos, si se está dispuesto a esperar que este gobierno concluya, a fuerza de represión, su periodo constitucional o si se diseñarán planes para que, por mecanismos constitucionales, se anticipe su salida. Esta, en el fondo, es la decisión crítica que hoy acosa a la oposición."

El planteamiento en cualquier variante implica la demanda por la renuncia de Maduro. Alguna bobería pretende que si se le pide la renuncia a Maduro y él dice que no, ya se zanjó la cuestión. Es la pretensión de ignorar la fuerza poderosa que tiene el planteamiento. La exigencia de renuncia es un derecho ciudadano, enmarcado en las leyes, que perfila la salida de quien controla el gobierno y que puede convertirse en un objetivo nacional, aunque al inicio el demandado se niegue. Fujimori no quería renunciar y renunció. Pérez Jiménez no escribió la carta pero renunció. Hugo Chávez llegó a escribir la renuncia a solicitud del Alto Mando Militar encabezado por el general Lucas Rincón, "la cual aceptó". Salvo por enfermedad o severos problemas personales nadie renuncia al poder sino por presiones. Ocurre cuando la gobernabilidad se derrite y el poderoso se queda suspendido en el vacío (de poder), sin legitimidad social o política, no ante quienes lo han adversado sino ante quienes lo han apoyado, sea con entusiasmo, sea con desgano.

La aspiración no es a que se instale un nuevo salvador de la patria sino que con los cambios institucionales indispensables -sobre todo en el CNE- se asista a unas elecciones presidenciales que abran el camino al restablecimiento de la democracia.



LA NATURALEZA DE LA EXIGENCIA. La idea de que es posible producir un cambio político fundamental sin esperar a 2019 es un acto de responsabilidad, dada la gravísima situación. Es un planteamiento que no es patrimonio de un grupo, de unos líderes o de una porción de la oposición sino que es una demanda que se abre paso como río en conuco y que progresivamente se constituye en objetivo compartido de la oposición democrática y de una franja significativa del chavismo.

En la oposición los que desean que Maduro permanezca hasta 2019 para seguir la ruta preestablecida con los eventos electorales no parecen poseer mucho predicamento. Tal vez porque la mayoría opositora sabe o intuye que, como dice Quirós Corradi, "1- Este régimen no tiene un líder que pueda imponer las medidas políticas, económicas y sociales que se requieren para revertir el desastre. 2- ... está demostrado que el diálogo no vale la pena, por la razón dada... 3- Esperar hasta 2019 tiene muchos peligros, entre ellos: a) Si la situación se vuelve insostenible, como seguro sucederá, hay peligro de un golpe militar que puede resultar en un remedio peor que la enfermedad. b) Para mantener la "calma" aumentará la represión y, lo más grave, es: c) De aquí a 2019 el régimen cambiará el sistema político y el electoral. Gobernadores y alcaldes perderán sus poderes. El país se dividirá en zonas militarizadas con comunas que responderán directamente al Poder Ejecutivo. Si hubiera elecciones serían de segundo grado, con las comunas eligiendo los poderes públicos."

Al lado de este viraje hacia el reemplazo constitucional del régimen por las fuerzas democráticas, se ha producido una dinámica explosiva dentro del chavismo. Allí todo el mundo tiene una carta en la manga. Maduro dejó de ser el heredero de Chávez y ahora es el discípulo alzado con la memoria y el legado del difunto. Afirma que dirige la economía, lo cual es falso; pero, lo que sí es cierto es que es el jefe de la inmisericorde represión.



DIFERENCIAS. Aunque entre los demócratas hay acuerdo mayoritario en que Maduro debe salir del ejercicio de un cargo que no ganó, hay diferencias sobre la evolución del proceso: unos plantean la Constituyente, otros el revocatorio, hay quien sostiene la ventaja de un referéndum consultivo, hasta los que invocan el artículo 350 de la Constitución que establece el derecho a desconocer "cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos."

Son diferencias útiles para el debate; algunas de las cuales podrán aglutinar más simpatías que otras. Hoy no hay posibilidades de continuar con un gobierno madurista en situación de catástrofe, ni tampoco que la oposición democrática desplace a la brava y totalmente al chavismo. Habrá que llegar a niveles de entendimiento y la historia muestra que frecuentemente hay que hacerlo con los menos agradables del otro bando.



RÉGIMEN FERMENTADO. Como todos los liderazgos falsos, madurados con carburo o envueltos en papel periódico, duran mientras no se les cuestione. Ya el enfrentamiento entre chavistas y opositores va dejando lugar al otro: entre una sociedad respondona y ávida de libertad, bienestar y oportunidades, y una cúpula burocratizada e incompetente. Es tiempo de cambio. No hay espacio para jugadas de laboratorio, las fuerzas cívico-militares están allí, desatadas e incandescentes.

Twitter @carlosblancog

Carlos Blanco
TIEMPO DE PALABRA
Régimen fermentado
El Universal. Caracas, 29 de junio de 2014

Antonio Sánchez García: La encuesta Keller. Verdad, alienación y política en Venezuela

Todas las fortalezas del caudillismo autocrático descansan en ese universo fracturado. Todas las debilidades de la democracia, en la carencia de un sujeto emancipado. Toda lenidad frente a la pobreza, en un falso concepto de solidaridad con los desposeídos.
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Recibo la última encuesta de Alfredo Keller, referida al segundo trimestre del 2014, y constato un hecho verdaderamente asombroso, que demuestra el grave desajuste que existe entre la vivencia de la crisis por parte de los sectores populares –los que más la sufren–  y las decisiones políticas que están dispuestas a asumir para enfrentarla. O, en otras palabras: el inmenso peso del falseamiento ideológico que el chavismo ha logrado inocular en la conciencia de dichos sectores, al extremo de llevarlos a actuar políticamente y de manera flagrante contra sus propias percepciones de la realidad, vale decir, contra lo que ellos mismos certifican expresan sus propios intereses. Un caso de alienación que explica el desacuerdo mayoritario en el trato cotidiano con la realidad –inseguridad, desabastecimiento, inflación, carestía, desempleo– y la irracional emotividad con que los sectores populares reaccionan políticamente a esa realidad. La rechazan en el trasfondo de su conciencia y la respaldan en su superficie. Un clásico caso de alienación, digna de la psiquiatría social.

Esta alienación que bordea el masoquismo en el irracional comportamiento político de las masas populares de más bajos ingresos ya se había manifestado en una de las tantas campañas electorales libradas por Hugo Chávez, cuando sus seguidores escanciaban a coro y de manera desafiante contra sus propios intereses: “Con empleo o sin empleo, yo con Chávez me resteo”. Al realizar un pormenorizado análisis de los datos que nos entrega la importante encuesta de Alfredo Keller se puede concluir con un dato aún más estremecedor: no existe un solo ítem consultado por la encuesta y que se refiera a algún asunto polémico del programa de gobierno, algunos de ellos incluso portaestandartes de ese su programa, que no sea rechazado de manera concluyente y de manera categórica por los consultados, con un peso de tanta diferencia que reduce el respaldo a dichas políticas a cifras incluso inferiores a 10% de la población. Si esas opiniones se tradujesen en el ámbito político electoral, el PSUV no alcanzaría 15% de respaldo. Y el gobierno, en lugar de mostrar un apoyo relativo de 40%, o de 45% como se atreve a afirmar Schemel, el encuestador del régimen, estaría bordeando el abismo.

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Veamos: 71% de los encuestados rechaza la Ley de Precios Justos que autoriza la expropiación de los negocios que la violen. Mientras 28% la respalda. Pero al pormenorizar el detalle, se ve que de ese 28%, solo 12% “se restea”, con la ley, mientras 16% sigue la corriente. Con la Ley de Alquileres sucede exactamente lo mismo, con el agravante de que una inmensa mayoría de encuestados son inquilinos: 75% la rechaza y 21% la aprueba. Pero la proporción entre los que se restean, 9%, y los que la apoyan “algo”, 12%, vuelve a confirmar la ambigüedad del respaldo. En el caso de la inamovilidad laboral, que sus redactores habrán imaginado como un sabroso anzuelo para conquistarse a la masa trabajadora, el resultado de la encuesta contraría todo presupuesto ideológico: 82% de la población encuestada, que imaginamos laboral en su inmensa mayoría, rechaza la inamovilidad laboral. Y de quienes la respaldan, solo 7% dice “mucho”, mientras 10% señala “algo”. En pocas palabras: el buque insignia de las leyes dictadas para buscar aprobación y respaldo para proceder a mayores es definitivamente rechazado, y de manera casi unánime por la población venezolana. Si el elector de los estratos D, E y F identificara ese rechazo a dichas leyes con el rechazo a sus redactores y asumiera dicho rechazo como prerrequisito de sus inclinaciones electorales, los representantes del gobierno no subirían de 5%. El chavismo habría perdido todo su respaldo electoral. ¿A qué valores revolucionarios se refieren Ana Elisa Osorio, Víctor Álvarez y Nícmer Evans cuando al criticar la suspensión de Navarro, solidario con Jorge Giordani en su brutal crítica al gobierno de Nicolás Maduro, se proponen la salvación de la revolución? ¿Cuál revolución respalda esa mitad de país que a pesar de estar ahogándose en penurias continúa apostando por el gobierno del PSUV, que tiene tanto de revolucionario como el Guaire del Sena?

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Para entrarle al significado de una revolución socialista, ¿cuáles debían ser las medidas propiamente revolucionarias de un gobierno comprometido a salvarla, si alguna vez hubiera existido? Desde luego: terminar con la propiedad privada e imponer la estatización de todos los llamados medios de producción privados. ¿Qué importancia le atribuyen los encuestados a la empresa privada? Pues, asómbrense los ideólogos del bolchevismo vernáculo: 87% le atribuye la mayor importancia, mientras que 13% se la desconoce. Pero la desproporción entre “revolucionarios y contrarrevolucionarios” es aún más dramática si se atiende a la calidad de la aprobación o del rechazo: mientras 65% de ese 87% de los encuestados considera que la empresa privada es de la mayor importancia, solo 3% de la población que la rechaza se la niega absolutamente. Lo que nos hace recordar la famosa barrera del 3% histórico con que el marxismo-leninismo fue recompensado en todos los procesos electorales presidenciales librados en Venezuela hasta la elección de diciembre de 1998. Así se nieguen a reconocerlo: solo 3% de la población venezolana parece dispuesta a respaldar la radicalización del proceso y seguir las protestas de Giordani. En rigor, al elector chavista, tras catorce años de intento, la revolución bolivariana le importa un rábano.

Que a pesar de 14 años de subsidios, becas, estatización, monopolio mediático, persecuciones, cárcel y una infinidad de iniquidades sociales y políticas el pueblo venezolano siga apostando por la propiedad privada, el libre mercado y todos los datos estructurales del capitalismo lo dice todo: el venezolano es estructural, medular, esencialmente anticomunista.
Si es así, y la encuesta no deja lugar a dudas, ¿por qué a la hora de entrar en las definiciones políticas ese mismo pueblo actúa en contra de esas sus más profundas convicciones? Una primera respuesta, así sea aproximativa, es que se deja arrastrar por la inclemente propaganda de las políticas castrocomunistas con las que se les bombardea a diario y durante todo el día desde los bastiones del imperio mediático del régimen. Suficientemente coloreada con la reiteración ad nauseam de la imagen santificadora del caudillo único, extrema y absoluta razón de la supervivencia de la devastadora catástrofe con que se golpea sus estómagos.

Frente a lo cual el necesario y resaltante correlato, que explica la insólita obnubilación de la oposición oficialista formulable de manera interrogativa: ¿por qué la oposición que privilegia precisamente a esos sectores –me refiero a la MUD y muy en particular a Henrique Capriles– no hace mención de ese hiato escandaloso en convicción, percepción y comportamiento electoral de la masa electoral chavista e insiste en fundar sus ofertas con políticas que profundizan ese hiato y blindan aún más la evidente alienación del elector? ¿Estamos ante un flagrante caso del absurdo venezolano que habla de dos mochos rascándose?

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Marx fue el primer pensador en comprender en toda su inmensa magnitud el significado antropológico filosófico del fenómeno de la alienación inducida por la mercancía y el modo de producción capitalista que la había generado. En la base de su descubrimiento, la constatación de que al asalariarse y perder todos los vínculos que lo ataban a la forma de producción artesanal, el trabajador se convierte en una cosa, una mercancía, cuya única diferenciación específica es ser la única mercancía que produce mercancías y cuyo valor radica en que genera valor. Con el agravante de que el valor que genera con su trabajo le es expropiado, mientras se le deja la estricta e indispensable cantidad de valor necesaria para sobrevenir a su subsistencia.

Sin que sea esa la causa de la alienación de que hablamos, al no existir en Venezuela ni un capitalismo industrial clásico ni su estructura de clases, y la masa de respaldo revolucionario no viva del trabajo que produce –limpiar autopistas y atiborrar nóminas de empresas estatales– sino de la manutención que le asegura el Estado que lo ha rebajado a algo menos que lumpen proletariado –el concepto es válido en tanto subraya el hiato, la quiebra existencial entre los verdaderos intereses del elector y la cosmovisión que la acompaña, lo que podríamos denominar su concepción del mundo, por menesterosa e indigente que ella sea, y su comportamiento político–. ¿Cuáles son las razones para el comportamiento alienado del elector manipulado por el régimen? En primer lugar: la compra de su voluntad política mediante el mencionado subsidio. Desencajado del proceso productivo, ni obrero ni artesano, pasa a convertirse en siervo de quienes detentan el poder del Estado y con ello el control de las fuentes primarias del salario siendo el Estado el primer empleador de la república. Viendo ese su universo consolidado, a su vez, por los resentimientos sociales, los odios intergrupales, el atado de emociones que, sobre la base de una estructura familiar y grupal fracturada, da por origen al venezolano acaudillado.

Todas las fortalezas del caudillismo autocrático descansan en ese universo fracturado. Todas las debilidades de la democracia, en la carencia de un sujeto consciente, emancipado. Toda lenidad frente a la pobreza, en un falso concepto de solidaridad con los desposeídos. Pues, como bien lo señalara Tocqueville hace dos siglos, la libertad supone la existencia de un sujeto consciente de su dignidad, la que puede estar absolutamente ausente en el sujeto igualado, a pesar de todas las ventajas y bienes de que pueda usufructuar. Sin esa dignidad, sin el valor moral, toda igualdad es carne de despotismo, y toda democracia, una falacia.

Precisamente, en el respeto a esa situación de grave minusvalía existencial y en la creencia de que la pobreza del sujeto acaudillado constituye un valor y no una desventaja radica la alienación de esa oposición partidista y electorera que, antes de enfrentarla como una tara a ser erradicada, la propicia y honra como un bien en sí. Dejarse chantajear por la alienación del sujeto acaudillado  es prueba de una irreparable alienación moral. Es la que hasta hoy impide que en Venezuela se imponga una libertad verdaderamente sólida, capaz de soportar instituciones democráticas.

@sangarccs

Antonio Sánchez García
La encuesta Keller. Verdad, alienación y política en Venezuela
El Nacional. Caracas, 29 de junio de 2014

Luis Ugalde s.j. Los sueños sueños son

El mal gobierno es de Maduro, pero el mal modelo político es de Chávez. Hace falta un nuevo gobierno decidido a salir de este desastroso modelo político, antes de que se hunda el país. Operación urgente y riesgosa. Maduro se quemó con la fórmula cubana-dictatorial y perdió la oportunidad. Nada ayudan la creciente represión y  la invasión militar de la Asamblea Nacional, del Banco Central, de una docena de gobernaciones y de decenas de institutos y ministerios, ni la multiplicación de intrascendentes enroques ministeriales. La causa del fracaso no está en ninguna conspiración, ni magnicidio, sino en  el modelo político dictatorial. 

Sacaron a Giordani y pueden cambiar a Maduro con la fórmula Emparan: no me quieren, pues "yo tampoco quiero mando". Este primer cambio no vendrá de la oposición, sino del instinto de conservación, viveza y de cierta sensatez, de aquellos del gobierno decididos a cambiar el reaccionario modelo cubano por el "revolucionario" brasileño o uruguayo, para decirlo de alguna manera. Un nuevo gobierno para evitar el estallido, desmontar ilusiones y emprender la difícil recuperación económica y social, que arranque con inequívocas señales de cambio y garantías constitucionales nacionales e internacionales. Luego vendrán otros gobiernos con cambios más amplios pactados para llegar a encauzar democráticamente el país. El nuevo gobierno chavista arrancará aplausos de muchos, resistencia de algunos "revolucionarios" y callado beneplácito de otros, por las medidas de libertad para todos los estudiantes, alcaldes y demás presos políticos y despenalización de la oposición.

Más difícil será enfrentar la carestía, improductividad, inflación y empobrecimiento, con decidida apertura de negociaciones que conduzcan a la superación de la terrible crisis socioeconómica (todavía creciente) y al rescate pleno de la democracia, con fortalecimiento de las banderas sociales y programas efectivos que sustituyan a mentiras oficiales sobre la superación de la pobreza. Combate frontal de la ineficiencia, corrupción e incompetencia gubernamentales, que son monumentales y transformación del pobrísimo nivel de gestión pública, entendiendo que lo público no es sinónimo de estatal y estimulando y exigiendo más la dimensión pública de toda la sociedad. Rescate de la democracia con la separación de poderes públicos y selección democrático-constitucional para los cargos, eliminando la criminalización de la oposición y el uso del poder judicial para perseguir a los opositores y absolver a los amigos. Combate integral contra la violencia y la inseguridad y  cultivo del reencuentro nacional.

La oposición tiene que bajarse de la nube que remite el cambio para 2019 y también de los voluntarismos inmediatistas. Con su presión vendrán elecciones adelantadas, pero antes hay que conquistar un CNE nuevo, constitucional y creíble. Urge una oposición actualizada sincerada con la realidad a julio 2014, unida con el sufrimiento del país con la única obsesión de recuperar la democracia, con justicia social y productividad. No merecen gobernar quienes no son capaces de tomar en serio las necesidades de la inmensa mayoría. Alternativa democrática unida, sin equívocos, dejando de lado las aspiraciones enanas de sus parcialidades; que ahora no se mete en gobiernos de transición, pero los exige y valora los pasos del gobierno para desmontar el disparate suicida del modelo.

Es la hora del pragmatismo en los pasos para salvar al país. La transición española requirió que un falangista de toda la vida (Adolfo Suárez) se diera la mano con el comunista que hizo la guerra (Santiago Carrillo) y que ambos tuvieron el valor de aceptar ser tachados de traidores por los suyos. La democracia venció pacíficamente a Pinochet con apoyo de militares aliados del dictador que apostaron a la transición. En Venezuela no habrá cambio democrático sin apoyo militar, pero la nación no va a aceptar pasar de un militarismo con envoltorio democrático a otro más descarado.

Conclusión: Éstos son sueños y, como dice el poeta, los sueños  sueños son. Pero hay diversas clases de sueños: unos son fugas ilusas, otros, premoniciones y otros - como el de Martin Luther King (I Have a Dream)- se convierten en una formidable fuerza interior que moviliza a millones para superar exclusiones y lograr esperanzas. Escoja usted.




Luis Ugalde s.j.
Los sueños sueños son
El Universal. Caracas, 29 de junio de 2014

Carlos Raúl Hernández: ¿Fracasará Venezuela?

No hay seguridad ciudadana y la criminalidad se apodera crecientemente de las calles

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Hay que alertar incansablemente sobre la posibilidad de que Venezuela se coloque en el camino de ser un Estado fallido o Estado fracasado, desestructurado, colapsado. Que se acelere el actual proceso de entropía, se desplome, y enfrente tendencias a la desintegración en medio de terribles penurias, como consecuencia de la incapacidad del poder para cumplir con sus responsabilidades elementales. Según la ONU, ya Venezuela está entre los diez peores países del mundo. Es un concepto de Robert Rotberg, para definir países que no pueden cumplir con las tareas primarias de sobrevivencia entre las naciones. Un grupo considerable de sociólogos lo asume, le dio amplio desarrollo, coinciden en las características que lo determinan y en que debe tenerse cuidado en diferenciar entre los que ya lo son y los que van por el camino. Yugoslavia y Checoslovaquia, sucumbieron como naciones.

Sudán bajo el gobierno revolucionario de Al-Bashir dictador desde 1989, vivió dos guerras civiles hasta que se dividió en 2011. Nigeria amenaza con serlo próximamente, igual que Irak, Yemen, Afganistán, Zimbabwe, Etiopía, Burundi y otros. Uno de los elementos esenciales de la definición es el final del Estado, la incapacidad para garantizar estabilidad, seguridad pública e invulnerabilidad de las fronteras. Las policías se convierten en peligrosas bandas hamponiles con fuero legal. Susan Woodward analiza factores para reconocer los países que se encaminan por esa terrible ruta. La primera es que pierde progresivamente la condición de monopolista legítimo de la fuerza. El gobierno comparte en los hechos esa condición con mafias o pandillas delincuenciales, grupos guerrilleros, paramilitares -"colectivos"-, o el narcotráfico, cosas que ocurren en Venezuela, donde tampoco controla las cárceles, en manos de pranes. México y Colombia estuvieron cerca de serlo, y Calderón y Uribe lo revirtieron.

Gobiernan los "colectivos"

No hay seguridad ciudadana y la criminalidad se apodera sistemática y crecientemente de las calles, en manos de gangs, con tendencia geométrica al crecimiento de la delincuencia. Aumenta la cantidad de efectivos asesinados por el hampa para coger sus armas de reglamento, el uso de la fuerza pública para reprimir protestas civiles, el asesinato policial y la práctica de la tortura. Pese a tener gobiernos autoritarios, -todos los fallidos lo son-, son incapaces para enfrentar cualquier problema de la ciudadanía y para custodiar las fronteras, por donde cunde el comercio de personas por grupos armados. Con el tiempo desaparecen los servicios que el Estado debe brindar. En África ocurrió que los alimentos que enviaban las Naciones Unidas para paliar la escasez, llegaban a manos de Señores de la Guerra, grupos revolucionarios que los comercializaban para enriquecerse y adquirir armas ultramodernas.

Las redes de distribución comercial de bienes (alimentos, medicinas) desaparecen y surgen desabastecimiento, epidemias, hambrunas, en medio de problemas económicos extremos. El Estado de Derecho no existe y los poderes judicial y legislativo están en manos de la banda gubernamental y fuerzas armadas temibles y corruptas, infraestructura moderna en destrucción, una entropía creciente conduce a desintegrarlos. Los gobiernos se hacen progresivamente irresponsables con sus compromisos internacionales y deudas contraídas, pero al mismo tiempo los jerarcas poseen grandes cuentas en los paraísos fiscales. La eclosión de los Estados fallidos surgió con fuerza en África.

África destruida por el socialismo

Luego de la descolonización se entronizaron dictaduras revolucionarias cuyo propósito fue la ruptura con Occidente y la negación del bagaje civilizacional que las potencias dejaron, tanto en instituciones como infraestructura de servicios públicos. Fue el resultado directo del llamado socialismo africano, que se regó como lluvia en el continente negro. Los expertos acuñaron la categoría de nation-building, como el sistema de políticas necesarias para emprender la reconstrucción, una vez que las naciones se libran de las influencias nefastas que las condujeron a esa situación. En el marco de la Comisión para la Reconstrucción de la Paz creada por la ONU, se plantea como estrategia la reforma del Estado, la edificación de las funciones institucionales, modernas y democráticas. Fukuyama sostiene que sin una maquinaria de Estado con funciones constructivas y transparentes que liderice un esfuerzo nacional, los países no se recuperan.

En su libro La construcción del Estado (2005) afirma que una vez definidas sus áreas y sin invadir las de la sociedad, el proyecto nacional debe concentrarse en desarrollar ambos polos de la ecuación: Estado y sociedad. Y alerta que reinstalar la democracia, el libre juego de partidos, la libertad de expresión, el Estado de Derecho, fundamentos para reconstruir que suelen producir justificada euforia, no deben eclipsar la necesidad de emprender el sistemático trabajo de reforma institucional, conquista de la eficiencia y de la capacidad para que el Estado produzca los servicios que están a su cargo. Argentina es ejemplo de una nación que rescata las instituciones democráticas pero insiste en los errores económicos del pasado, ignora las reformas administrativas y funcionales, y luce condenada a estar siempre cerca del renacer autoritario.

@CarlosRaulHer
Carlos Raúl Hernández
¿Fracasará Venezuela?
El Universal. Caracas, 29 de junio de 2014

Alberto Barrera Tyszka: La multiplicación de los escuálidos

Estimado camarada vicepresidente del partido:

Le escribo esta carta porque vengo llegando de una reunión, participativa y socialista, de militantes del glorioso PSUV de diversas comunidades del municipio Lima Blanco del estado Cojedes. La reunión estuvo presidida por el compañero Efrén Jiménez, representante de la parroquia La Aguadita, hasta que se vio obligado a retirarse, ya que le avisaron que había llegado Diovan a la farmacia. Su comadre Esther había quedado en guardarle un puesto en la cola pero, como ya eran las 6:00 de la tarde, y a esa hora llega el agua, no pudo seguir haciéndole el quite. Le cuento esto porque no quiero que usted crea que le estoy dando una egoísta y traidora zancadilla al compañero Jiménez. Para nada. Cuando él se fue se decidió, de manera participativa y socialista, que el encuentro fuera coordinado por mi persona. A continuación le cuento lo sucedido.

Desde el inicio, había un mal ambiente, como una pugna, una tensión en el aire. Perdimos más de una hora porque el representante de Las Queseras llegó diciendo que tenía información fidedigna de que el excompañero Giordani estaba financiado por la CIA, que se había asociado a una empresa con Eva Golinger quien, a su vez, era amante de Diego Arria.
Como usted comprenderá, inmediatamente se formó un revuelo. Una muchacha que viene de los lados de Macapo saltó a protestar. Ella dijo que todo eso era mentira y que las críticas que se estaban haciendo eran la verdad. Y expresó en voz firme y clara: “¿Cómo un gobierno que encarcela a algunos dirigentes estudiantiles de izquierda y protege a empresarios corruptos puede llamarse revolucionario?”. Y encima agregó: “¡Esta vaina es un refrito de lo peor de la cuarta república!”. (Se lo pongo entre comillas para subrayar que eso lo está diciendo ella, no yo. La compañera se llama Zuleyma Montero. Vive en el # 6 de la vereda 8 del pueblo de Jiraco).

Eran las 9:00 de la noche y todavía estábamos discutiendo. Nadie quería ceder en nada y cada vez, de manera participativa y socialista, había más gritos y más peleas. El representante de Cunabichero recordó que Nicolás Maduro era el hijo de Chávez, que era Pueblo, que era Presidente y que además era Obrero. El representante de Jirijuare le respondió con palabras inapropiadas, pidiéndole que no fuera pendejo y maricón. Otro camarada advirtió entonces que Maduro ha exigido “disciplina y lealtad”, a lo que el representante de Jirijuare replicó de la misma manera, volviendo a repetir las mismas palabras inapropiadas y añadiendo: “¿Lealtad con quién? ¿Con las empresas de maletín? ¿Lealtad con la corrupción?”. (No le paso ahora el nombre y la dirección del compañero, como me corresponde en mi tarea de Patriota Cooperante, porque no lo recuerdo. Mañana a más tardar se lo envío).

Yo traté de intervenir para calmar los ánimos y poner algo de orden. Me puse al frente y les dije: ¿Qué nos preguntó el compañero Diosdado esta semana? Todos guardaron silencio. “¿Acaso la crítica es más importante que el compañerismo?”. Eso nos preguntó. ¿Y qué nos contestó el compañero Diosdado esta semana?, volví a interrogarlos. Otra vez, silencio. “Yo creo que no”. Eso nos contestó, les dije. Lamentablemente, tengo que confesarle que el asunto no me funcionó. Hasta me lanzaron un zapato por la cabeza. La pelea se puso peor. Yo sentí que cada vez había más críticas y más compañeros protestando. Casi nos fuimos a los puños cuando, de pronto, de manera participativa y socialista, se fue la luz.

Por eso le escribo a mano y en un papel. Le voy a mandar esta carta con mi compadre Felipe que va mañana a Caracas. Ya usted ve, también aquí hay elementos disociados, pervertidos o manipulados por la derecha apátrida y por la izquierda apátrida. Lo peor es que yo creo que cada vez son más. A veces siento que un nuevo fantasma recorre el país: la multiplicación de los escuálidos. ¿Qué vamos hacer, camarada? Esto es urgente. Estoy empezando a sentir que esta vaina es contagiosa. ¿Usted no cree?




Alberto Barrera Tyszka
La multiplicación de los escuálidos
El Nacional. Caracas, 29 de junio de 2014

sábado, 28 de junio de 2014

Gustavo Linares Benzo: Doloroso y alarmante

Se multiplicó la deuda mientras el Presidente se encontraba a merced del gobierno cubano

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Después de que Kruschev (en privado, en secreto, nunca en público) se atreviera a denunciar las perversiones de Stalin, se comenzó a distinguir entre Lenin, el visionario fundador de la república de los soviets, el más grande genio político de la humanidad, y el sucesor despiadado y asesino, que si bien derrotó al fascismo en la Segunda Guerra Mundial, lo hizo con la sangre de los cuarenta millones de rusos que murieron en ella y además mató unos veinte millones más en purgas y migraciones forzadas. Lenin, el bueno; Stalin, el malo. Esto se repite hasta hoy.

Tanto, que se está aplicando en Venezuela. A pocos días de la carta de Giordani, se hace cada vez más pública la división en el bando chavista, cartas van, cartas vienen, y Aporrea recibe más visitas que la página de la FIFA. El ataque a Maduro no tiene parangón desde que comenzó esta etapa de suprema felicidad en el año 1999, nunca la autoridad del comandante eterno se había tocado ni con el pétalo de una rosa. Hugo Chávez es Lenin. Y Nicolás Maduro es Stalin, tanto que hasta precisamente en Aporrea se puede leer un artículo que denuncia un gobierno que camina al estalinismo (sic). Hilvanar aquí una teoría conspirativa que vea a Jorge Giordani como gran estratega es quizás exagerado, pero el político descubre oportunidades en cualquier parte, y en el documento de Giordani hay muchas.

Documental

Pero también la historia descubre oportunidades en la carta de Giordani. Es la primera fuente oficial o al menos oficiosa que arroja verdadera luz sobre la enfermedad y la muerte de Chávez, confirmando lo que todos sabíamos pero que ahora puede comenzar a decirse con más base documental: todo fue un engaño, se nos mintió por meses sobre algo tan delicado y tan humano, se le mintió entre tantos a un grupo muy grande de venezolanos que sinceramente veían al presidente Chávez como una esperanza. Veamos.

Todo comenzó a cambiar "en la medida en que la salud del Presidente se vino haciendo cada vez más complicada, la ausencia de un contacto directo con su persona, y las permanentes mediaciones a través de algunos en particular hicieron cada vez más distante, la toma de decisiones, su contenido y el tiempo para ser llevadas a la práctica". Más aún, el deterioro de la salud del mandatario produjo "la ausencia del presidente Chávez y (... ) escasas reuniones sustantivas del Consejo de Ministros". Una persona en ese estado difícilmente podía asumir una candidatura presidencial, y si lo hacía sabía, el propio Chávez, quienes lo rodeaban y aislaban de todos los demás, hasta del ministro de Finanzas, que de ganar no hubiera podido ejercerla, como de hecho ocurrió. Serán formalidades, como ahora lo es hasta la necesidad de juicio para condenar a alguien, pero si estos actos no son nulos, ¿qué lo será?

"Me tocó, durante su estadía en La Habana, elaborar y hacer llegar un documento al presidente Chávez a raíz del aumento del endeudamiento del país en moneda extranjera, cuestión que positivamente fue tomado en consideración". Ahora sabemos que la enfermedad del Presidente fue aprovechada por agentes extranjeros para gravar aún más el tesoro venezolano. De hecho, como dice el propio Jorge Giordani, para que Chávez ganara las elecciones hubo que hipotecar el país. Se multiplicó la deuda mientras el Presidente se encontraba en territorio extranjero, a merced del gobierno cubano, si bien mitificado por todo ese discurso perverso de la hermandad socialista, pero hermandad valorada en miles de millones de dólares del imperio.

Sólo hubo una "única reunión que se pudo realizar con el presidente Chávez como Consejo de Ministros el 20 de octubre de 2012". Un solo Consejo de Ministros, se entiende después de su reelección el 7 de octubre, ¿o será desde antes? Es el famoso "golpe de timón", que hasta se publicó oficialmente en abril del año siguiente. ¿Qué más sabe Giordani?

Discurso

El dos de noviembre de 1987, Mijaíl Gorbachov, el entonces máximo líder de la Unión Soviética, pronunció su famoso discurso con motivo del 70º aniversario de la revolución bolchevique.

Allí, ahora por primera vez en público, un secretario general del Partido Comunista soviético recono- ció los crímenes de Stalin. Casi treinta años después, muchos historiadores consideran que ese discurso fue decisivo para el fin de la Unión Soviética.

"Hablaré sin rodeos. Se cometieron verdaderos crímenes, hubo un gran abuso de poder. Muchos miles de personas dentro y fuera del partido fueron sometidos a medidas represivas a gran escala. Esta, camaradas, es la amarga verdad". La verdad histórica acabó con el comunismo.

La verdad está apareciendo aquí también.

@glinaresbenzo




Gustavo Linares Benzo
Doloroso y alarmante
EL Universal. Caracas, 28 de junio de 2014

Rafael Poleo: ¿Sumiso?

 
Rafael Poleo
¿Sumiso?
El Nuevo País. Caracas, 28 de junio de 2014 (Blog Pedro Mogna)

Fernando Luís Egaña: El presidente Velásquez

Ramón J. Velásquez fue un venezolano a quien la palabra sabio no le que quedaba grande. Y en un sentido clásico de la expresión, o el deseo de comprender, de conocer, de abarcar, de saber. Era un profundo conocedor en muchas materias y en destacadas actividades.
Ante todo un gran historiador. Un formador de historiadores y un entusiasta de la memoria histórica. Su obra personal como estudioso de la historia y como compilador de la historia es una de las más importantes de nuestro siglo XX, acaso la más relevante en el campo de la historiografía venezolana. En ese sentido, bastarían las colecciones de Pensamiento Político Venezolano y la labor en el Archivo Histórico de Miraflores para dar una idea de su notable aporte, amén de sus numerosos títulos, La caída del liberalismo amarillo, de primero entre ellos.
También era un periodista muy completo. Desde ser reportero de calle en Últimas Noticias a director de El Nacional. Y un periodista muy riguroso, a la vez que respetuoso del trabajo de los demás. De pluma madura y también filosa, de ser necesario. Su oficio periodístico le preservaba el interés por estar al día con la última noticia, con el hecho en desarrollo, con el titular de mañana.
Y desde luego que Ramón J. Velásquez fue un pedagogo, no quizá en la acepción puramente académica, pero sí en el orden de la vida ciudadana, de la convivencia democrática, del cumplimiento responsable de los deberes, de la pasión por la idea de Venezuela, por el gentilicio venezolano, y por su patria chica, el Táchira, a quien quiso, atendió y promovió en todas su larga y laboriosa trayectoria de hombre público.
Porque eso: hombre público, venezolano dedicado a la vida pública, al dominio de lo público, del interés público, del bien común, esa es la marca de Ramón J. Velásquez; no exclusiva, desde luego, pero sí única en la fisonomía propia de su vocación de servicio. La lucha política es una parte importante de ese llamado. Y esa lucha de Velásquez siempre giró en torno al ideal de la democracia.
Desde su acompañamiento a Diógenes Escalante en 1945, pasando por su testimonio de resistencia a las dictaduras, por su posición de secretario general de la Presidencia en el gobierno constitucional de Rómulo Betancourt, y de ministro de Comunicaciones en el primer quinquenio de Rafael Caldera, o por la presidencia fundacional de la Copre y el impulso a la reforma del Estado, o por su quehacer parlamentario en el Senado de la República.
Y esa lucha prolongada y consistente, lo condujo hasta la investidura de la Jefatura del Estado en 1993, en un momento crucial para la supervivencia de la democracia, lo que fue posible, en sustancial medida, por su capacidad de persuasión política, por su fuerza tranquila, por su autoridad ética y por su exigente sentido de responsabilidad ante el país. El presidente Velásquez, por otra parte, no se limitó a preservar el hilo constitucional en los 8 meses de mandato, sino que adelantó reformas económicas, administrativas y políticas, en la perspectiva de la descentralización, y con el concurso de calificados ministros y otros altos colaboradores.
La crisis que le correspondió sortear, parecía insuperable y una asechante dictadura militar tenía visos de fatalidad. Y por si fuera poco el deterioro político, la dimensión económica incubaba una crisis bancaria de magnitudes destructivas. Ese fue el maremagno que hizo de contexto en los tiempos en que Ramón J. Velásquez aceptó la misión de presidir la República para impedir que la violencia política acabara con la democracia nacional. Los venezolanos estamos en deuda con el presidente Velásquez y esperemos que ahora tengamos la disposición de saldarla.
Y ello será posible, no sólo reconociendo los méritos de su vida y de su obra, sino tratando de aprender de su perseverancia democrática, de su amor por Venezuela, de su voluntad de trabajo y superación, y de su respeto por la pluralidad; en fin, tratar de aprender de su sabiduría, que era vasta y buena, y en especial provechosa para el avance de nuestro país.

flegana@gmail.com


Fernando Luís Egaña
El presidente Velásquez
El Nacional. Caracas, 28 de junio de 2014

Fausto Masó: Chavismo sin socialismo

El default de la deuda externa, o llegar a un acuerdo con el FMI, ese es el dilema que enfrenta Nicolás Maduro, contar con dólares para importar lo que sea necesario o pagar puntualmente la deuda financiera. Pudiera también llegar a un acuerdo con FMI, lo cual sería enterrar el legado del comandante eterno. Las cosas no se arreglarán solitas, como parece confiar. O le paga a los tenedores de bonos en la fecha exacta del vencimiento, o no les paga y declara de un default para tener dinero con que pagar medicinas contra el cáncer, las baterías, las piezas para automóviles, la  comida. Hasta ahora ha rechazado la opción de no pagar la deuda externa, lo que lanzaría el país al caos y se parecería a la Cuba de los fusilamientos, la de 1959, no a la de ahora que les da todas las garantías a los inversionistas extranjeros.
Maduro quiere seguir en la cuerda floja, no declararse por un camino o por el otro, no invitar a los representantes del FMI para que le financie el  paso hacía una economía abierta, porque sabe que en ese caso duraría menos en el poder que Pérez II. Maduro no tiene madera de Pinochet, pero tampoco de Fidel Castro.
Maduro le aplica un default a las líneas aéreas y dicen, dicen repito, que ha disminuido los aportes a Petro Caribe. Por ahora, en vez de soluciones recibe cartas de Giordani y Navarro, porque en el PSUV hay una oposición feroz a un giro a la derecha, los chavistas duros no son precisamente neoliberales. Vaya usted a comprar un simple plátano para que compruebe como ha aumentado de precio 100% en unas semanas. En Los Palos Grades se vendía uno por 10 bolívares, hoy se pagan en Santa Paula 20 por un mísero plátano. El FMI exigiría devolverle las fincas de plátano a sus antiguos dueños, por ejemplo. Esto es imposible.
¿Hasta cuándo Maduro nos mantendrá en esta encrucijada? El mayor tiempo posible. Solo algo juega a su favor: la oposición democrática no representa ningún peligro, la chavista, constituye su verdadera amenaza.
Las últimas declaraciones de Maduro rayan en lo patético. ¡Yo mando! El que manda no tiene necesidad de decirlo. ¡A mí me escogió Chávez!, no vivirá siempre de ese cuento. ¡Yo manejo la política industrial! Cierran las ensambladoras…. ¡El que me lleva la contraria, es un traidor!
Así no llegará lejos, porque dentro del oficialismo la gente piensa y busca una solución, solo que el verdadero problema es pagar la deuda en dólares, o comprar medicina, comida, trigo, leche, soya.
Mientras tanto los fondos de inversión hacen su agosto con los bonos. Los venden al alza, los compran a la baja. Basta que declaren que viene la unificación  cambiaria para que suban de precio. Se reúnen con Maduro, o con Ramírez que regresa de Londres contento. Ilusiones. Publican artículos en la prensa internacional, insinuando que el ajuste está a la vuelta de la esquina, suben los bonos y ganan los tenedores.
¿Escogió Chávez a Maduro por las razones equivocadas? Maduro no había participado en el debate nacional, no lo acusaban de corrupto, no era conflictivo con los otros chavistas y al recorrer el mundo junto a Chávez había desarrollado esa relación que surge en los grandes viajes; canciller de un país petrolero lo recibían con una deferencia especial, con una majestad cercana a la presidencial; se dice que era el candidato de Dilma, Correa, Cristina, Ortega. Chávez lo creyó el discípulo ideal, alguien que cuando fue presidente de la Asamblea lo había obedecido a ciegas. Ahora Maduro exclama que a él hay que respetarlo, que él toma las decisiones, cuando la verdadera tragedia es que no se atreve a cortar el nudo gordiano, decidirse por el FMI, o usar los dólares para pagar la deuda en importar, por ejemplo, medicinas.
Los chinos no nos regalarán 40.000 millones de dólares, los hermanos latinoamericanos no tienen donde caerse muertos, a pesar que sus reservas en divisas sean hasta 10 veces las de Venezuela. En realidad los adversarios chavistas de Maduro tampoco tienen una respuesta, apenas saben lo que quieren. Quizá con su obstinación provoquen que a mediano plazo conozcamos a un chavismo sin socialismo.
La única salida real para Maduro es un gobierno de unidad nacional con empresarios, miembros de la oposición, chavistas, militares. Pero que no sueñe, la misma oposición rechazaría este gobierno unitario, sin darse cuenta que al final quizá lleguen al poder otros chavistas radicales. Ingenuamente algunos creen que necesariamente el poder les caerá en sus manos si Maduro renuncia.



Fausto Masó
Chavismo sin socialismo
El Nacional. Caracas, 28 de junio de 2014