martes, 24 de febrero de 2015

Editorial New York Times: Maduro y sus delirios de conspiración en Venezuela

Tras escuchar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, divagar por horas sobre una conspiración de la derecha internacional para derrocarlo, queda claro que inventaría cualquier pretexto para encarcelar a dirigentes de la oposición y reprimir la disidencia.
En estos últimos días, las acusaciones del gobierno han sido más extravagantes y la represión de los críticos aun más feroz.
El jueves Maduro despachó a agentes de los servicios secretos para arrestar a Antonio Ledezma, alcalde de Caracas, la capital, uno de los políticos que ha criticado al presidente. Ledezma fua acusado de ser cómplice de un supuesto golpe de estado respaldado por Estados Unidos. Su arresto se produjo un año después de que fuera encarcelado uno de los líderes de oposición más importantes, Leopoldo López, acusado falsamente de instigar manifestaciones violentas.
“Ustedes saben que la derecha en Madrid, la ultraderecha en Bogotá y la ultraderecha de Miami han establecido un eje para conspirar contra nuestra patria”, aseguró Maduro en un discurso televisado el jueves.
Delcy Rodríguez, la ministra de Relaciones Exteriores de Venezuela, intervino con un detalle absurdo, asegurando en Twitter que “la comunidad internacional debe de saber que el plan golpista contemplaba ataques aéreos contra objetivos tácticos, sin distinción de civiles”.
El miedo de Maduro sobre un golpe de estado parece ser una estrategia de distracción de un gobernante maniaco que es incapaz de lidiar con el lamentable estado de la economía de su país y el rápido deterioro de la calidad de vida, a pesar de tener las reservas petroleras más grandes del mundo. El índice de inflación del país ha llegado al 68 por ciento, la divisa ha estado en picada desde hace meses y el mercado negro reina, ya que las tiendas controladas por el estado sufren por la escasez crónica de alimentos.
Ledezma, quien fue elegido democráticamente y hasta ahora ha reaccionado con notable estoicismo, es el más reciente de los críticos del gobierno atrapado en procesos judiciales. El gobierno de Maduro ha entablado procesos legales contra 33 de los 50 alcaldes del país que han criticado su autoridad.
En Estados Unidos, el Departamento de Estado reaccionó rotundamente para criticar la acción contra Ledezma y refutar la acusación de que Washington estaba ayudando a tramar un golpe de estado. “Lamentamos que el gobierno venezolano siga acusando a Estados Unidos y a otros miembros de la comunidad internacional por los eventos que ocurren dentro Venezuela”, señaló el Departamento de Estado en una declaración. “El gobierno venezolano debe manejar la difícil situación a la que se enfrenta.”
En un discurso televisado, Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, también expresó su preocupación por los acontecimientos en el país vecino, haciendo un apasionado llamado para que se respeten los principios democráticos.
Aunque Maduro diga que está tomando medidas contra un posible golpe de estado, la verdad es que el movimiento opositor está muy mal organizado y no ha sido capaz de movilizar a la población contra Maduro, como tampoco pudo hacerlo contra su predecesor, Hugo Chávez.
Los líderes que critican a Maduro expresan grandes diferencias ideológicas y sobre la mejor estrategia para provocar el cambio político. Ahora que ha empeorado la situación del país, sería prudente que se unieran para abanderar principios democráticos en los meses que faltan para las elecciones legislativas, programadas para fines de este año.
Proponer una opción atractiva y viable al gobierno errático y autoritario de Maduro daría a los ciudadanos una manera de deponerlo mediante las urnas. Pero con tantos líderes de oposición enfrentándose a acusaciones judiciales, obviamente no será nada fácil. Pero sería posible si la comunidad internacional sigue defendiendo la causa de los perseguidos e insiste en que se celebren elecciones justas.
Las teorías conspirativas de Maduro seguramente no cesarán, pero incluso entre los que lo apoyan ya ha agotado su credibilidad.
 


Editorial New York Times
Maduro y sus delirios de conspiración en Venezuela
New York Times. New York, 24 de febrero de 2015

RUNRUNES: Así fue asesinado Kluiverth Roa en Táchira (VIDEO)


 
Así fue asesinado Kluiverth Roa en Táchira (VIDEO)
RUNRUNES. Caracas, 24 de febrero de 2015
 

Luis E. González Manrique: ¿Hasta cuándo sostendrá China a Venezuela?

Desde 2005, China ha dirigido unos 100.000 millones de dólares hacia América Latina y el Caribe (AL-C), fundamentalmente en préstamos e inversiones en proyectos de infraestructuras. En la reciente cumbre China-Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (Celac) en Pekín, el presidente chino, Xi Jinping, anunció que en 2020 el comercio bilateral alcanzará los 500.000 millones de dólares anuales con inversiones que superarán los 250.000 millones de dólares.
En los últimos años, esa relación se ha inclinado hacia Argentina y al ‘bloque bolivariano’: Venezuela, Ecuador y Nicaragua, sobre todo. El canal interoceánico que acaba de comenzar a construir la empresa china HKND en el país centroamericano, absorberá inversiones por valor de 50.000 millones de dólares de aquí a 2019.
Según Fred Hochberg, presidente del Export-Import Bank (EIB) de EEUU, las instituciones estatales chinas han repartido alrededor del mundo unos 670.000 millones de dólares en los dos últimos años, más que el EIB en sus 80 años de existencia. Para países como Argentina y Venezuela, con un escaso –o nulo– acceso a los mercados de capitales internacionales, se trata de un regalo del cielo: una “alternativa Sur-Sur” a la estricta condicionalidad impuesta por el FMI y el Banco Mundial a sus créditos.
China es ya el segundo mayor socio comercial de Argentina después de Brasil, con un intercambio bilateral de 17.500 millones de dólares en 2012. Desde 2007, China ha prestado a Argentina 14.000 millones de dólares. En su reciente visita a Pekín, la presidenta Cristina Fernández cerró acuerdos por valor de 6.800 millones de dólares para financiar la construcción de dos represas hidroeléctricas y una vía férrea.
Según Cui Shoujun, profesor de relaciones internacionales de la Universidad Renmin de Pekín, todo ello forma parte de una estrategia a largo plazo para establecer alianzas multilaterales globales y “reconstruir un orden mundial”. “Los beneficios o pérdidas a corto plazo son secundarias”, asegura.
Pero ese plan no está exento de riesgos para China, que pronto tendrá que decidir hasta qué punto está dispuesta a mantener a flote algunas de las economías más ineficientes y peor gestionadas del continente en medio de la caída de los precios de sus principales exportaciones.
Los créditos chinos a cambio de futuras entregas de materias primas –sobre todo petróleo– suponen casi la mitad del dinero que Pekín ha canalizado hacia la región. Según cifras oficiales venezolanas, los préstamos chinos suman más de 46.000 millones de dólares e incluyen un crédito de 10.000 millones garantizado por suministros futuros de crudo. Venezuela, por ello, va a ser la prueba de fuego de China en la región.
Cuenta atrás en Caracas
Con el precio del crudo venezolano en torno a los 40 dólares el barril, Standard & Poor’s ha degradado la calificación de crédito del país a CCC con perspectiva negativa, dado que estima que existe un 50% de riesgo de “default selectivo” en una economía cuyos ingresos dependen en un 95% de la renta petrolera.
Durante la década del boom petrolero, Hugo Chávez cuadruplicó el volumen de la deuda externa para financiar el consumo interno. En 2012, cuando el barril rondó los 103 dólares, el déficit fiscal se disparó al 17,5% del PIB. Con una inflación que podría llegar al 100% este año, una contracción prevista del PIB del 7% y una moneda que va seguir sobrevaluada pese a los cambios introducidos en el sistema de cambios, los acreedores chinos del gobierno de Caracas solo pueden esperar malas noticias en 2015.
Venezuela, un monoproductor de petróleo
El Parlamento venezolano no ha autorizado las deudas contraídas debido a que el gobierno las considera una “financiación” que debe ser pagada en petróleo y no en dólares.
Si Nicolás Maduro, cuya popularidad no supera el 20%, se ve en la necesidad de elegir entre pagar la deuda y mantener el abastecimiento de alimentos a la población, pocos analistas dudan que por instinto de supervivencia política, su gobierno declarará una moratoria selectiva (credit event) e incluso la interrupción de los envíos de petróleo a China para vender el crudo en el mercado spot.
Otra víctima potencial del agravamiento de la crisis es el programa Petrocaribe, que subsidia las importaciones de unos 200.000 barriles diarios de crudo venezolano a 13 países caribeños y centroamericanos –la mitad de ellos a Cuba– por valor de unos 7.000 millones de dólares anuales.
La consultora venezolana Ecoanalítica calcula que una vez que se descuentan los 500.000 barriles diarios del consumo interno, virtualmente gratuito en Venezuela, los envíos a Petrocaribe y los que se dirigen a China –otros 540.000 barriles diarios para pagar préstamos ya otorgados–, Venezuela solo cuenta con 1,3 millones de barriles diarios para vender en el mercado abierto y por los que obtendrá este año unos 20.000 millones de dólares.
El servicio de la deuda externa absorberá 11.000 millones. Las importaciones de 2012 sumaron unos 77.000 millones y las de 2014 36.000 millones.

Los límites de la generosidad china
China ya está dando señales de que su generosidad tiene límites. De hecho, los créditos concedidos por el China Development Bank (CDB) han dejado de crecer al 50% anual como ocurrió entre 2009-11. Desde 2013 solo lo han hecho al 10% y están cada vez más ligados a financiar proyectos específicos.
En su último viaje a Pekín, Maduro se tuvo que contentar con una vaga promesa de financiamiento de proyectos a largo plazo por valor de 20.000 millones de dólares en lugar del préstamo de emergencia de 16.000 millones de dólares que solicitó para atenuar el desequilibrio en la balanza de pagos.
A cambio de ese dinero, Maduro ofreció mayores suministros de petróleo y la futura producción de oro, aluminio y hierro de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG). Pero el gobierno chino no se mostró interesado… a menos que CVG quedara bajo su control, una mínima prevención ante los numerosos casos de corrupción que han afectado algunas de sus operaciones anteriores.
Orlando Ochoa, profesor de Economía de la Universidad Católica Andrés Bello de Caracas, cree que los chinos “le dieron algo, para que no quedara en ridículo”, pero muchos de los proyectos que mencionó Maduro están en el limbo. En Venezuela hay firmados proyectos de inversión por más de 150.000 millones de dólares que no se han ejecutado, especialmente en la faja del Orinoco. Según Antonio De La Cruz, director de la consultora InterAmerican Trends, para Maduro fue un “mensaje devastador” el hecho de que China no le brindara la ayuda que le pidió.
Lo que hace inusual la política crediticia de China en la región no solo son las cantidades de dinero que está dispuesta a prestar sino el modo en que lo hace. Pekín ha elegido un método bilateral especialmente opaco: casi nunca se sabe con certeza los términos de los préstamos ni el uso que se le dará al dinero.
El Parlamento venezolano no ha autorizado las deudas contraídas debido a que el gobierno las considera una “financiación” que debe ser pagada en petróleo y no en dólares. Gracias a ese dudoso argumento, ese dinero no ingresa a las partidas oficiales del presupuesto, con lo que escapa a todo tipo de control público. En 2013 ocho venezolanos fueron detenidos por apropiarse de 84 millones de dólares de un fondo conjunto sino-venezolano.
Para cubrir el déficit, la petrolera estatal PDVSA ha tenido que recurrir a préstamos del banco central por el equivalente a decenas de miles de millones de dólares, lo que ha agravado la inflación. Según el economista venezolano Ricardo Hausmann, director del Center for International Development de la Universidad de Harvard, Pekín está pagando el precio de su inexperiencia como financista en los países emergentes: “China ha ignorado la razón principal por la que los países prestamistas delegan en el FMI la evaluación macroeconómica de sus prestatarios: prestar dinero para mantener políticas insostenibles solo retrasa el día del ajuste de cuentas”.

Luis E. González Manrique
¿Hasta cuándo sostendrá China a Venezuela?
Inforlatan. Madrid, 24 de febrero de 2015

Aníbal Romero: Los héroes son necesarios

Con cansona frecuencia es citada la siguiente frase de Bertolt Brecht: "Desgraciados los países que necesitan héroes". Pienso que se trata de una aseveración equívoca y ambigua, en particular si tomamos en cuenta que desde las épocas homéricas los héroes y heroínas son hombres y mujeres que se destacan por su valor en defensa de la libertad.


Ciertamente, en condiciones ideales, en sociedades libres y democráticas los héroes y heroínas no hacen normalmente falta; pero en otras situaciones la valentía y el compromiso en la lucha por la libertad no sólo son necesarios sino imperativos, como fuente de inspiración y guía. Héroes y heroínas son los que no tienen miedo, o más precisamente: son los que doblegan lo suficientemente el miedo para derrotar la esclavitud, tanto en sus espíritus como en su entorno. Y no lo perdamos de vista: la esclavitud en nuestro tiempo y circunstancias se anida primeramente en el alma.
Lo anterior viene a cuento con respecto al caso de Venezuela y de los desafíos políticos y éticos que nos apremian. Recordemos en tal sentido que en El espíritu de las leyes Montesquieu insistía en distinguir entre la "naturaleza" del gobierno y su "principio", precisando que la naturaleza de un gobierno se refiere a la particular estructura del mismo, en tanto que su principio es aquello que le inspira y le mueve a actuar. Según este gran maestro a las repúblicas las inspira (o debería inspirarles) la virtud, a las monarquías el honor y a las tiranías el miedo. Y cuando 2


habla de miedo, Montesquieu incluye el miedo de la gente al tirano y del tirano a la gente.

El actual gobierno venezolano es republicano sólo en términos puramente formales, y su verdadero principio, el que mueve sus acciones, es el miedo. El uso creciente de la represión en contra de quienes le cuestionan no es un símbolo de fortaleza, sino que se ha convertido en síntoma de debilidad, de una debilidad acicateada por el miedo. Es un gobierno aprisionado por el temor a lo que ya ha hecho así como a lo que cada vez más se está viendo empujado a hacer, para sostener el día a día más precario poder que le sustenta. Hablamos de un poder que se fragmenta a consecuencia del fracaso de la ideología que el gobierno enarbola, de la esterilidad del odio que le motiva, y de la desilusión de las mayorías que le abandonan.

No habíamos tenido héroes y heroínas, o quizás habíamos tenido muchos pero relativamente anónimos, batallando sin cesar en diversos ámbitos durante estos años de oprobio y desvergüenza, pero sin alcanzar la plena repercusión que sus personales ofrendas merecían. Tal vez los momentos de su entrega no fueron los más fecundos para que germinasen las semillas de sus sacrificios. Los héroes anónimos son muy importantes, pero usualmente no bastan en las luchas históricas, especialmente en tiempos de globalización comunicacional como los que vivimos. La lucha de Venezuela por la libertad requería de figuras heroicas identificables por el resto del mundo, como en su momento lo fueron Lech Walesa, Vaclav Havel y Nelson Mandela, para mencionar tres casos.
La tiranía venezolana ha entendido claramente que en nuestro país han surgido nuevos héroes y heroínas, y que sus rostros identifican la lucha 3


por la libertad. De allí que el miedo esté conduciendo al gobierno a intentar, por lo demás infructuosamente, que los héroes y heroínas claudiquen y que su ejemplo no se reproduzca. No creo que el régimen tiránico logre su objetivo.

María Corina Machado es una heroína, no me cabe al respecto la más mínima duda. Ha derrotado el miedo en el alma y ello se siente, se percibe, conmueve y a la vez inspira. Y Leopoldo López y Antonio Ledezma son igualmente héroes, que están finalmente derribando la férrea y deleznable muralla de egoísmo e indiferencia, con la que un mundo distraído y bastante oportunista había procurado ocultar la lucha tenaz, implacable e infatigable de los venezolanos por la libertad.

Con lo dicho sobre Machado, López y Ledezma no pretendo desmerecer los empeños de otros dirigentes políticos durante estos pasados años. No obstante, mentiría si no afirmase que en no poca medida y en no pocas ocasiones, un sector de la dirigencia democrática venezolana ha banalizado y trivializado la lucha, no la ha colocado en el plano debido, que no es otro que el plano del combate entre libertad y tiranía, del combate por la democracia y la independencia nacional frente al dominio cubano y de los agentes de los Castro en Venezuela.
La reiterada banalización y trivialización de la lucha ha asfixiado por años el impacto de los esfuerzos de la oposición democrática, dentro y fuera de nuestras fronteras. No deseo señalar a nadie en particular, pues no es momento de desunión y recriminaciones. Sólo pretendo decir la verdad como la veo. Por ello ratifico que se necesitaban héroes y heroínas con entidad y rostro definidos, a raíz de su sacrificio y de su voluntad de ubicar la lucha por la libertad sobre un terreno fértil y propicio. Ya Venezuela los tiene. Y como ciudadano común, como uno 4


más de los numerosos venezolanos que aspiran y desean que nuestra Patria recupere la libertad, manifiesto mi reconocimiento a María Corina Machado, a Leopoldo López y Antonio Ledezma por su admirable heroísmo. Era y es necesario tenerles al frente de la lucha por la recuperación de nuestra dignidad. Ninguna cárcel les doblegará.

Aníbal Romero
Los héroes son necesarios
El Nacional. Caracas, 25 de febrero de 2015