lunes, 2 de marzo de 2015

Armando Durán: El secuestro de Antonio Ledezma

El espectáculo, para la mayoría de los venezolanos, resultó abominable. Para América Latina y Europa, donde derribar las puertas a patadas por fuerzas represivas dejaron de ocurrir hace mucho, la reacción fue de perplejidad mayúscula. No era para menos. Las imágenes de video que registraron el asalto a mano armada de las oficinas privadas del alcalde metropolitano de Caracas, perpetrado por docenas de agentes de la policía política, dejaban al desnudo la fea naturaleza del régimen.
Maduro había anticipado este inaudito golpe de mano días antes, en cadena de radio y televisión, furioso como se muestra en público desde que la crisis lo ha rebasado por completo. Sus servicios habían descubierto, sostuvo, una nueva conspiración de la burguesía apátrida y el imperio para sustituir su gobierno por otro, siniestra aventura cuya señal de salida la habrían dado Ledezma, Leopoldo López y María Corina Machado, con la publicación de un comunicado conjunto sobre la transición, o sea, sobre la legítima aspiración opositora a la alternancia en el ejercicio del poder, principio esencial de la democracia, pero que a todas luces, para el chavismo reinante, es sinónimo de lo peor que pueda pasarle a nuestro pueblo, feliz y satisfecho gracias a la conducción ejemplar del Maduro. De ahí la amenaza a los tres firmantes y el anuncio de que se aplicará “mano dura” a los golpistas nacionales y extranjeros, y a sus secuaces mediáticos, como El Nacional. Imposible sospechar, sin embargo, que en la tranquila tarde del jueves 19 de febrero, esta sórdida intimidación comenzara a hacerse realidad brutal.
Ahora bien, ¿por qué Maduro tomó la decisión de repetir el mismo aparente error de siempre? ¿Acaso no sabe que el miedo sólo paraliza a los miedosos? ¿Y que líderes como Ledezma, López y Machado han demostrado no temerle al régimen? Por otra parte, ¿habrá pensado Maduro que Venezuela y el mundo democrático aceptarían así como así pasar por alto el secuestro de Ledezma, alcalde metropolitano de Caracas electo en 2008 y reelecto cuatro años después con 750.000 votos?
La clave para entender este enigma nos la revela, precisamente, la violencia con que Ledezma fue secuestrado. Ni orden de detención, ni evidencias que la justificaran. En definitiva, el gran y único delito de Ledezma, su inmensa “peligrosidad”, ha sido su firmeza inconmovible a la hora de disentir, antes, del absolutismo chavista, y ahora del totalitarismo madurista. Con el agravante de haber derrotado a los candidatos del régimen y del CNE en 2008 y 2012. Demasiado para un régimen que tras 16 años de gobernar a su antojo, sin controles ni condicionamientos políticos o administrativos, sólo puede exhibir al final del camino el escándalo de una crisis general y sin remedio.
Esta es la verdadera causa del secuestro de Ledezma. Y la razón de su firmeza para disentir, hacer oposición y resistir sin rendirse en ningún momento al acoso y la persecución. También es causa de la delirante resolución de Maduro de someter a sangre y fuego al adversario y borrarlo de la faz de la Tierra al precio que sea, para siempre, y sin pensar en sus consecuencias. Hasta el extremo inadmisible de advertir que si la oposición insiste en la opción golpista, habrá que ir pensando en prohibir su participación en las elecciones parlamentarias. El clásico o lo tomas, en este caso el pensamiento unidimensional del régimen, o lo dejas. Es decir, allá tú y las consecuencias de tu rechazo. Esa es la terrible y significativa razón del secuestro de Antonio Ledezma: no someterse a la voluntad totalitaria del régimen ni claudicar ante la radicalización, ya sin disimulo alguno, de sus mecanismos represivos.


Armando Durán
El secuestro de Antonio Ledezma
El Nacional. Caracas, 2 de marzo de 2015

Claudio Nazoa: Ramos Allup, ¡te amo!

Juro que es la primera vez que le digo esto a un hombre y, lo peor, ¡a uno tan feo!, pero… ¡no aguanto más! Hoy salgo del clóset gritando y por la calle del medio: ¡Te amo, Ramos Allup! ¡Te amo!
Ojo, esto no es un ataque de mariquera senil. No. Se trata de que Ramos Allup es el propio, se ha convertido en una especie de demonio de Tazmania que ataca a los diablos rojos.
Yo sé que en ambas partes esto va a traer cola, pero ya es hora de que todos los venezolanos digamos las cosas claras y sin miedo.
¿Recuerdan cuando estuvo en la primera reunión de Miraflores?, quisieron callarlo pero no se dejó, por el contrario, con su particular y horrible voz, gritó:
―Mira chico… tú aquí no mandas. ¡Así que respeta! ¡Tú no me vas a callar!
Fue tan contundente que tuvieron que dejarlo decir lo que tenía que decir, incluso se tomó más tiempo de lo pautado y no permitió que lo cortaran. Al día siguiente, todo el mundo comentaba lo sucedido. Henry se había convertido en una especie de Robin Hood que le grita a los poderosos, para vengar a los oprimidos que no pueden ir a Miraflores a decir verdades incómodas al presidente.
Vamos a hablar claro. Ramos Allup no le cae simpático a todo el mundo, pero como el amor es ciego, yo lo amo. Él tiene cara y actitud de tipo arrecho que no se deja pisotear y ese es su secreto: su arrechera es auténtica. Ramos Allup es, quizás, uno de los mejores oradores que ha tenido Venezuela, a veces, me recuerda a Jóvito Villalba.
No quiero que piensen que estoy aupando una posible candidatura de Henry Ramos, que de paso tampoco él quiere. La verdad, a mí no me gustaría verlo en Miraflores, a menos que sea como vengador, zumbando pescozones y mordiendo a los malos.
Lo irónico de mi enamoramiento, hasta el momento platónico, es que hace mil años, cuando yo era comunista, Ramos Allup era el diablo que yo combatía. Ahora, cuando están los comunistas en el poder, él sigue siendo el diablo, pero es el diablo que necesitamos para que entre en el infierno a castigar con la paila hirviente de su verbo a estos Luciferes que nos desgobiernan.
Me arrepiento de haber combatido tanto tiempo a los adecos y copeyanos porque, aunque nos duela… ¡con ellos se vivía mejor! Imagínense, en esa época, hasta quienes éramos comunistas, teníamos papel tualé en nuestra casa.
Los diablos malos, histéricos, dicen: ¡No volverán… no volverán…! Yo les digo: estamos volviendo porque el pueblo nos está llamando.
Mientras, enamorado, grito: ¡Ramos Allup, te amo!
 
Claudio Nazoa
Ramos Allup, ¡te amo!
El Nacional. Caracas, 2 de marzo de 2015
 

Rafael Poleo: Maduro ruge

 
Rafael Poleo
Maduro ruge
El Nuevo País. Caracas, 2 de marzo de 2015 (Blog Pedro Mogna)