martes, 6 de mayo de 2014

Brian Ellsworth: Millones se evaporan en Venezuela a través de programa comunitario

 

 PhotoAura Aguilera, de 34 años, quien trabaja a tiempo completo en el desarrollo comunitario, frente a un mural de Hugo Chávez, nov 26, 2013. El barrio de El Chaparral comenzó a recibir financiamiento del Gobierno de Venezuela en el 2005, cortesía de un plan de Hugo Chávez para combatir la pobreza transfiriendo miles de millones de dólares de los ingresos petroleros a las comunidades del país.
REUTERS/Carlos García Rawlins
 
 
CATIA LA MAR, Venezuela (Reuters) - El barrio de El Chaparral comenzó a recibir financiamiento del Gobierno de Venezuela en el 2005, cortesía de un plan de Hugo Chávez para combatir la pobreza transfiriendo miles de millones de dólares de los ingresos petroleros a las comunidades del país.
Un año más tarde, el mecánico Juan Freire le rogaba a las autoridades para que cortaran el chorro de dinero a El Chaparral y a su comunidad hermana, Los Pinos, con una población combinada de 250 personas. El dinero no iba a los necesitados, dijo, y no estaba impulsando el crecimiento económico.
Por el contrario, alegó, los líderes del consejo comunal en este montañoso suburbio junto al mar Caribe estaban usando parte del dinero para gastos personales y la construcción de viviendas para sus familiares.
Freire y sus vecinos presentaron denuncias a casi una docena de agencias estatales buscando frenar aquellas transferencias.
Y sin embargo el dinero siguió llegando.
En el 2008, el consejo recibió el equivalente a casi 1 millón de dólares o unos 4.000 dólares por residente.
"He ido hasta el Ministerio y siempre nos terminaban diciendo 'vamos a mandar algunas recomendaciones'", dijo Freire, de 57 años. "Es que nunca nos dieron respuesta de nada".
El gasto no supervisado en El Chaparral es sintomático del escaso control financiero en los vastos esfuerzos del Gobierno por ayudar a las comunidades más pobres de Venezuela.
Una red de más de 70.000 grupos comunitarios ha recibido el equivalente a por lo menos 7.900 millones de dólares desde el 2006 de la agencia federal que financia gran parte del programa, según cálculos de Reuters basados en los informes oficiales del Gobierno.
El dinero es parte de un amplio esfuerzo que el Gobierno llama "Estado Comunal".
El programa destina el dinero a las comunidades, principalmente a través de un equipo llamado el Servicio Autónomo Fondo Nacional de los Consejos Comunales o Safonacc.
Pero, exactamente cuánto dinero pasa a través de este sistema, quién lo recibe y cómo se utiliza es un gran misterio.
El programa de reparto de ingresos a las comunidades fue promovido por el fallecido presidente Chávez. El carismático militar de izquierda quería que pequeños grupos de vecinos formaran "comunas" que definirían la vida de una democracia socialista.
En uno de sus últimos discursos antes de morir de cáncer en el 2013, Chávez pidió a su sucesor, Nicolás Maduro, seguir con el plan.
"Te encomiendo esto como te encomendaría mi vida", le dijo a Maduro, un ex chofer de autobús que ganó por estrecho margen las presidenciales unos meses más tarde.
De estas organizaciones las más habituales son los consejos comunales, unos 40.000 según un estudio publicado en el 2013 por el Ministerio para las Comunas. Esa evaluación también identificó a otras 30.000 organizaciones, incluidas las comunas que suelen ser redes de consejos comunales.
Maduro ha enfrentado tres meses de violentas protestas opositoras que han dejado 41 muertos desde febrero, según cifras oficiales. A pesar de que los manifestantes claman por su renuncia, él no muestra signos de una posible dimisión y se ha aferrado al programa estrella de Chávez: el Estado comunal.
El presidente ha defendido las comunas como el esfuerzo de Chávez para reducir la desigualdad a través de los millonarios ingresos petroleros de la nación. Muchas comunidades fundaron, con éxito, centros comunitarios, repararon carreteras y pusieron en marcha pequeñas empresas.
"Sin comunas se acabaría todo", ha dicho Maduro. "La comuna es el epicentro para la vida humana en solidaridad, para la vida verdaderamente humana, para la vida en socialismo".

CUENTAS OCULTAS Pero el Gobierno venezolano no publica una contabilidad oficial de cómo se gastan los fondos de apoyo comunitario. El Ministerio de Finanzas no respondió a las preguntas sobre el financiamiento de comunidades para esta investigación.
Safonacc es supervisado por el Ministerio para las Comunas y los Movimientos Sociales, que promueve "el desarrollo social integral y participativo". Un funcionario de este ministerio dijo que no estaba autorizado a dar información. Reuters no pudo obtener una entrevista con el ministro de Comunas, Reinaldo Iturriza.
Algunos funcionarios del Gobierno han alertado sobre el gasto. En su informe del 2011, la Contraloría General de la República identificó problemas de gestión por parte del Safonacc. El informe concluía que la entidad carecía de un sistema centralizado para rastrear los gastos y dar seguimiento a los proyectos.
La oficina del contralor dijo a Reuters que no lleva la cuenta de las transferencias totales a las comunidades; sólo controla las finanzas de los consejos comunales que audita.
Pese a las irregularidades en el Safonacc, la Contraloría dijo que las denuncias "no permiten objeciones acerca de la pertinencia de la existencia de estas instancias sociales y comunitarias. Por el contrario, (las denuncias) se corresponden con el deber de cooperar para el apuntalamiento de su desarrollo y consolidación (de los consejos comunales)".
Políticos opositores aseguran que el Gobierno está usando el sistema para financiar a sus simpatizantes esquivando a alcaldes de la oposición.
Y han señalado que el Fondo de Compensación Interterritorial (FCI) -que usa recursos del Estado para ayudar a las regiones pobres a desarrollarse a la par de las más ricas- lleva tres años dando más dinero a grupos comunitarios que a los 337 municipios del país.
El FCI aporta fondos para el Safonacc y también financia directamente a grupos comunitarios. Según el presupuesto de este año, destinó el equivalente a 1.380 millones de dólares a los grupos comunitarios y el equivalente a 1.290 millones de dólares a los municipios.
"El esquema del estado comunal carece de los controles fiscales que rigen para los estados y los municipios. No hay cómo garantizar la adecuada ejecución de los recursos", dijo José Vicente Haro, profesor de Derecho Constitucional de la Universidad Católica Andrés Bello en Caracas.
"Hay una marcada tendencia de usar estas instancias para reducir los recursos disponibles para políticos opositores, lo cual violenta principios constitucionales", agregó.
El cálculo de Reuters de 7.900 millones de dólares en pagos a los grupos comunitarios se basa en las cifras de los informes anuales del Ministerio para las Comunas presentados ante la Asamblea Nacional e información publicada en el sitio web del Safonacc, en algunos casos eliminada desde que Reuters empezó a indagar sobre los gastos.
El Ministerio para las Comunas divulgó un comunicado en enero reportando que el Safonacc sólo transfirió un equivalente a unos 733 millones de dólares a grupos comunitarios entre el 2009 y el 2013.
Sin embargo, la información incluida en el comunicado parece contradecir los informes anuales del Ministerio ante el Congreso, que demuestran que se transfirió más que esa cifra en un sólo un año.
El Ministerio no respondió a solicitudes de aclaración.

"UTOPIA CONCRETA"
Por décadas, Chávez soñó con conformar una red nacional de grupos comunitarios autónomos, una visión trazada en los planes de una sociedad revolucionaria que él y sus compañeros buscaban crear a través de un golpe de Estado en 1992.
"La democracia popular bolivariana nacerá en las comunidades y su sabia benefactora se extenderá por todo el cuerpo social de la nación", escribió Chávez a principios de 1990 en una serie de textos que llaman a la creación de una "utopía concreta".
El golpe de 1992 fracasó, pero lanzó al estrellato a Chávez, quien finalmente llegó a la presidencia en 1999. El boom de los precios del petróleo de la década siguiente le ayudó a ​financiar el generoso gasto que le granjeó un enorme apoyo electoral a su "revolución socialista".
Durante sus 14 años en el poder la pobreza en Venezuela se redujo casi a la mitad: desde un 48,7 por ciento hasta el 25,4 por ciento de la población en el 2012, según el Banco Mundial.
El ingreso petrolero es el pilar de la economía venezolana y un elemento clave del presupuesto nacional. La petrolera estatal PDVSA pagó el año pasado cerca de 44.000 millones de dólares en impuestos, gasto social y contribuciones al fondo de desarrollo nacional conocido como Fonden, según cifras preliminares del Ministerio de Petróleo.
Pero el seguimiento de dónde y cómo se gasta la renta petrolera se ha hecho más difícil en los últimos años, con el auge de fondos estatales opacos que no revelan sus finanzas.
Uno de ellos es el Fonden que, desde su creación, ha manejado la friolera de 100.000 millones de dólares, canalizando algunos años la mitad de todas las inversiones en Venezuela.
El Fonden, según detalló una investigación de Reuters en el 2012, no está sujeto a la supervisión de la Asamblea Nacional y no ofrece un detalle de sus gastos. (Link: goo.gl/qZsuGe)
Un patrón similar se estableció en los consejos comunales, creados en el 2006.
Algunas comunidades parecen invertir el dinero como estaba previsto. En José Félix Ribas, una comuna que comprende 24 consejos comunales del barrio pobre de Antímano, en el suroeste de Caracas, los vecinos transformaron un terreno repleto de automóviles abandonados.
Ahora es un centro comunitario de tres pisos con cibercafé, un taller textil con una moderna máquina de bordar y un centro de estudios para los niños del barrio.
"Viste que sí se puede", dice Aura Aguilera, de 34 años, quien trabaja a tiempo completo en el desarrollo comunitario. Desde el 2006, ella ha ayudado a administrar el equivalente a unos 150.000 dólares para construir el negocio textil.
Las autoridades han hecho algunos esfuerzos para combatir el derroche y el fraude. La Fiscalía General dijo en el 2011 que estaba investigando a cerca de 1.500 personas por abusar de los recursos aportados a consejos comunales.
Dos años después, la Fiscalía anunció la detención de tres personas, entre ellos un empleado de un organismo gubernamental que financia grupos comunitarios, por presuntamente hacerse del equivalente a 110.000 dólares destinados a comprar botes para pescadores en el delta del río Orinoco.
La Contraloría ha ofrecido capacitación gerencial a más de 80.000 personas y publicó auditorías mostrando irregularidades en el uso de fondos. Reuters se enteró de los problemas en El Chaparral por un informe de la Contraloría.

"AUDITORIA SOCIAL"
Funcionarios de la Contraloría alegan que no hay manera de auditar cada consejo comunal. En lugar de ello, sostienen, las irregularidades pueden ser detectadas a través de la "auditoría social", en la que los propios ciudadanos denuncian el fraude.
En muchos casos, sin embargo, los residentes dicen que no tienen suficiente información para convencer a las autoridades de abrir una investigación.
Víctor González, un auditor, se unió en el 2010 a la junta directiva de su consejo vecinal en el humilde barrio La Pastora en Caracas.
A través de contactos en una de las alcaldías de la capital, dice que descubrió que el grupo había recibido unos 330.000 bolívares -equivalentes a 153.000 dólares al momento del desembolso- para reparar un muro de contención en la comunidad.
La anterior junta directiva no dejó ninguna documentación.
González, un acérrimo seguidor de Chávez, dijo que la junta anterior gastó todos los fondos pero sólo cubrió el muro con una fina capa de cemento. "¿Tú ves 330.000 bolívares allí?", pregunta señalando la pared adornada con consignas que celebran las comunas. "Yo no".
La Contraloría dijo que había recibido una queja sobre la situación, pero que la desestimó porque no estaba debidamente fundamentada.
"Claro que no tenía los documentos, si la junta no dejó nada", dice González cuando se le informó sobre la decisión de la Contraloría. "¿Qué iba hacer?"
Los anteriores miembros de ese consejo comunal no estuvieron disponibles para comentarios. El alcalde del municipio tampoco respondió un correo electrónico en busca de declaraciones.
En Samán Mocho, un barrio rural a las afueras de la ciudad industrial de Valencia, un residente, Jesús Díaz, dijo que fue echado de la junta directiva del consejo en el 2007 durante una asamblea convocada precipitadamente que no alcanzó el quórum.
Los vecinos se quejaron de que estaba demorando un programa de construcción de viviendas. Díaz confirmó el retraso, pero dijo que fue porque se negó a transferir fondos a la cuenta personal de un contratista y no a la empresa constructora, lo que hubiera sido ilegal.
Entre el 2006 y el 2007 el consejo de Samán Mocho recibió el equivalente a unos 1,3 millones de dólares para construir 40 viviendas. Pero en el 2008, según cuenta Díaz, el contratista se había quedado sin dinero luego de construir parcialmente sólo 10 casas que los residentes tuvieron que terminar por su cuenta.
La Contraloría Nacional dijo a Reuters que el caso estaba siendo investigado, pero que se encontraba en "etapa de valoración".
Antes de que la Contraloría completara la investigación, Samán Mocho recibió más fondos. Un programa de construcción de viviendas traspasó al consejo comunal el equivalente a 465.000 dólares en el 2011 para construir 30 casas, entre ellas una para la hija de Díaz.
"Es una demostración de que el pueblo sí puede construir viviendas. Es maravilloso", dice Díaz, asegurando que aquella vez el proyecto sí fue exitoso.

EL CHAPARRAL
En El Chaparral, la comunidad construyó unas 20 casas en el 2005 a través de un programa piloto de financiamiento comunal. Pero con el tiempo, surgieron las quejas.
Los directores retiraron dinero destinado a proyectos de desarrollo local y lo repartieron entre sus propios familiares, supuestamente para que lo custodiaran, dijo Freire, el mecánico de autos.
A menudo la comunidad no sabía qué proyectos habían propuesto los líderes del consejo y cuánto habían recibido de financiamiento, comentó.
El y varios vecinos presentaron denuncias formales contra tres mujeres que controlaban las finanzas del consejo y en el 2007 una asamblea comunal votó para expulsarlas de la junta. Ellas objetaron la votación y consiguieron apoyo de funcionarios del Ministerio de Comunas, que anularon la decisión, según Freire.
El mecánico dice haber asistido a una reunión donde líderes comunitarios pidieron el apoyo a funcionarios del Ministerio de Comunas para obtener unos 650.000 bolívares -100.000 dólares- para comprar equipo pesado de construcción, un proyecto que la comunidad desconocía.
Ana Salazar, una de las tres miembros del consejo, negó las acusaciones. "No, no, para nada. En Chaparral-Los Pinos todos los proyectos que recibieron fondos fueron ejecutados", dice.
Pero la Contraloría discrepó. En un reporte del 2011 se muestra que el consejo comunal falló en documentar sus gastos, hizo cheques para uno de los miembros de la junta directiva y realizó gastos no relacionados con los proyectos comunales. La Contraloría no encontró evidencias de que el Ministerio de Comunas había inspeccionado los proyectos que financió.
Salazar dice que no ha visto el informe, que no la nombra.
Cuestionada sobre las acciones tomadas después de aquella investigación, la Contraloría explicó que envió recomendaciones al Ministerio de Comunas, al Safonacc y a otros consejos comunales.
Pero residentes de El Chaparral dicen que casi no vieron resultados pese a que la comunidad recibió varios millones de bolívares.
El consejo comunal compró una casa para reuniones, pero, según denunció una vecina, estaba en "terribles condiciones" y fue adquirida con sobreprecio.
En una visita reciente, un letrero escrito a mano, colgado en la puerta, indica a los visitantes que las reuniones pautadas allí fueron mudadas porque el sitio es muy pequeño para albergar a los asistentes.
Freire cuenta que varias micro empresas recibieron el equivalente a 140.000 dólares, incluyendo un taller de autos, negocios de comida casera y una pequeña fábrica de bloques y ladrillos. Ninguno de esos emprendimientos existe, asegura.
Quinientos árboles de aguacate, comprados para crear un huerto, fueron abandonados y murieron, según otra vecina. Un proyectado jardín de plantas medicinales es ahora un lote de hierba delimitado por una cerca y pilas de basura.
Freire dice que el sistema de los consejos comunales no estaba suficientemente protegido contra la gente que sabe cómo usarlo para su propio beneficio a expensas de las comunidades.
"Los proyectos sin supervisión no funcionan nunca, en ninguna parte", agrega. "Hay gente que ve ese trasfondo y lo utiliza como una herramienta de enriquecimiento personal".

(Escrito en español por Diego Oré y Eyanir Chinea; Editado en español por Esteban Israel)
 

Millones se evaporan en Venezuela a través de programa comunitario
Brian Ellsworth
Agencia Reuters 

Aníbal Romero: Revolución y muerte

Desde que hizo su aparición en la historia del país, la “revolución bolivariana” ha estado estrechamente asociada a la muerte. Todo comenzó con los golpes de Estado de 1992 y su cosecha de asesinatos, hasta este año que ahora transcurre como testigo de otras cruentas pesadillas, en un inagotable proceso de destrucción de vidas. La alianza de la revolución chavista con la muerte no ha dejado de lado a los propios cabecillas del régimen, comenzando por su máximo líder y su temprano fallecimiento. A los casos políticos es imperativo añadir las decenas de crímenes violentos que acosan a diario a Venezuela, con cifras comparables a las que experimentan naciones sumidas en implacables guerras civiles, como Siria por ejemplo. No dudo que la violencia existente en nuestra sociedad está vinculada a un proceso político basado en el odio de clases, al resentimiento y la corrupción de las sectas cívico-militares que detentan el poder.

A medida que transcurre el tiempo y avanzan la destrucción y la muerte, la “revolución bolivariana” pierde los pocos vínculos que alguna vez intentó establecer con una ideología y un sentido epopéyico de su propia historia, y deviene en lo que ya es obviamente una marcha sangrienta hacia la nada. Importa que la dirigencia democrática y en general todos los venezolanos que nos oponemos al régimen, asumamos con serena lucidez que el proceso “revolucionario” se ha transformado en una aventura nihilista, es decir, en un rumbo hacia la nada, hacia un abismo sin sentido alguno.

Ante este sombrío panorama, resulta ineludible preguntarse si el grupo de veteranos políticos congregados en la MUD, se ha percatado de la razón profunda que seguramente explica el patente desencanto y cuestionamiento de que son objeto, por parte de numerosos venezolanos de buena voluntad. Parece obvio que la razón de fondo del descontento hacia la MUD tiene que ver con una ausencia de compromiso con la verdad, acerca de la real naturaleza del régimen y lo que ello significa. No es el “diálogo” como tal lo más relevante, sino el hecho de que la dirigencia democrática que conforma la MUD sigue comportándose las más de las veces como si viviésemos en una situación política normal, en la aparente expectativa de que los códigos de conducta que prevalecieron durante los tiempos de la República Civil terminen por domesticar a los nihilistas al mando en el país. Me temo que se llevarán una inmensa decepción.

El problema central no es el salario mínimo, la tasa de inflación, el aumento de la gasolina o la escasez de alimentos. El problema central es el dominio del país por parte de un poder extranjero, la ilegitimidad de origen y ejercicio de los actuales gobernantes, y el esfuerzo sistemático para repetir en Venezuela la experiencia totalitaria que nuestros nuevos amos cubanos usaron para hundir a su nación y perpetuarse en el poder.

La dirigencia democrática tiene el deber ético de apegarse a la verdad y realizar una labor pedagógica hacia el pueblo llano, hacia esos sectores populares que todavía no alcanzan suficiente claridad acerca de lo que está en juego en Venezuela. Se impone dejar de lado la ficción de una política “normal” ejercida en circunstancias que no lo son. Se impone apartarse de negociaciones puramente puntuales y secretas con un régimen criminal y nihilista, y empeñarse a plenitud en difundir sin ambigüedades un mensaje de lucha por la independencia nacional frente al dominio cubano, así como de liberación frente a los designios mortales  impulsados por el legado político de Hugo Chávez.
Revolución y muerte
Aníbal Romero
El Nacional. Caracas, 7 de mayo de 2014
 

Rafael Poleo: Tres factores

 
 
Tres Factores
Rafael Poleo
El Nuevo País. Caracas, 6 de mayo de 2014 (Blog de Pedro Mogna)

Nelson Bocaranda: RUNRUNES del 6 de mayo

ALTO
JIRAHARA. Así se llama el grupo larense que tiene 27 años reuniéndose cada mayo -por feliz iniciativa de Félix Otamendi-  para analizar y discutir en contundentes mesas de diálogo los problemas de Venezuela. Lo integran ciudadanos de todo el país. Hasta 1999 cuando asistió el ministro de Defensa Raúl Salazar, el último miembro del gabinete que concurrió, era usual ver a ministros y funcionarios así como políticos de diferentes toldas sentarse juntos a pensar en el país. La llegada del gobierno militar hizo que el ministro "monje" dijera que ellos "solo tenían tiempo para hablar con los pobres". Tres días de conversas fecundas me traje de esa agradecida invitación que me hicieron para hablar de tantos "runrunes" que se nos quedan en el tintero. Apuesto al éxito de todos en el Grupo Jirahara pues es el de Venezuela...

MEDIO

OTRO NEGOCIO MÁS. El tema de los bombillos ahorradores de energía que nos metieron hasta por los ojos desde 2006 y de cuyo negocio revelamos era una triangulación -como Chávez hizo costumbre para "ayudar" a Cuba y sus generales- con la isla de los Castro no nos es ajeno. La visita de Chávez ese año al pujante Vietnam capitalista -al mejor ejemplo de la otrora China comunista hoy convertida en símbolo de un voraz consumismo al estilo de Paris, Londres, Moscú o Nueva York- sirvió para que rubricar un acuerdo de compra de una planta fabricante de los bombillos con mercurio para pasársela a Cuba y éste país cobrara por la triangulación en un negocio doblemente perjudicial para Venezuela con el fin de que la isla obtuviera todos los beneficios  y nuestro país se quedara con los ejemplos portadores de la contaminación ambiental más peligrosa en materia de iluminación. Como todos los proyectos que emprende el régimen militar venezolano a mitad de camino se abandonan. La feroz propaganda roja hablaba de las bondades de aquellas luminarias que hoy le corresponde desechar y alerta de su peligro al ministro de Electricidad y presidente de Corpoelec, teniente Jesse Chacón, que nada tuvo que ver aquel 2006 con la compra de la planta vietnamita y sus bombillos vía Cuba. Para ese entonces ocupaba el ministerio del Interior y Justicia, uno de los ocho despachos ministeriales por los que ha pasado en los 15 años de robolución. Las advertencias ante el peligro contaminante de las luminarias trianguladas nunca fueron oídas por el gobierno de Chávez. Esas críticas fueron consideradas "necias, desactualizadas y con odio a los hermanos cubanos que nos están ayudando en el tema eléctrico". Una mentira más del Chávez comprometido con la economía de los Castro. El equipo militar cubano integrante de uno de los distintos frentes controlados por los uniformados, como el Grupo Gaviota, se hizo acreedor a los ingentes ingresos del negocio. Hace  unos días Chacón hizo la confesión del daño ambiental y la compra por $ 5 millones (para arrancar) de bombillos con tecnología de "Diodo Emisor de Luz". En nuestro portal www.runrunes está la relación por fecha de las declaraciones rojitas sobre el "excelente negocio  y la seguridad para la salud de los usuarios". Cito extracto de los runrunes del 1/7/2007: "Bombillos: En esta columna del 8/6/2006 escribimos: "Triangulando. Una de las más importantes fábricas de bombillos ahorradores de energía de China recibió una orden desde Venezuela por $100 millones en productos. Las lámparas se van directamente a Cuba para satisfacer la demanda que habrá cuando funcionen los transformadores y plantas eléctricas enviados por Venezuela para cumplir con la promesa del teniente coronel de "iluminar a la Isla como ese faro que es Fidel me ha iluminado a mí". La cantidad es más grande de la necesaria y servirá para triangular su exportación a otras islas del Caribe y a nuestro  país". Esta es la llamada Misión Ahorro de Energía, que colocará 52 millones de "ahorradores" en el país. Un enorme gasto sacado de nuestro presupuesto para permitir uno de los más grandes negociados de estos 8 años. Unos italianos -amigos del alto poder- se hicieron de una quebrada fábrica en Valles del Tuy (20 mil metros cuadrados techados) pagando solo 10% del valor para servir de agentes de compra de los ahorradores de energía chinos. Otra compra venezolana de bombillos en Vietnam por $150 millones fue enviada a Cuba y equivale a todos los bombillos que harían falta en Venezuela por 5 ó 6 años. Desde allí se envían a esta república bolivariana con un inflado sobreprecio bajo el supuesto de estar pagando una deuda de $900 millones". Nuestras denuncias aparecieron en esas fechas más el 2/9/2010. "La compra de la producción total de una fábrica de bombillos ahorradores de energía por parte de Venezuela se envió a Cuba, que a la vez la revendió a nuestro país, como lo denunciamos en el 1/2/2007. Por cierto, me refirieron que en aquella oportunidad "el deslenguado" mandatario comenzó a atacar a EEUU y un miembro del Gobierno comunista le aconsejó con delicadeza "no insultar a nuestro socio comercial más importante". Otra crónica más de un guiso anunciado...

BAJO

ROJOPINTAS. Para el Gobierno es peor que el crímen de Otaiza lo haya cometido el hampa común -mimetizada en una banda de menores, criminales harto conocidos por los pobladores del barrio La Palomera de Baruta- en vez del sicariato criollo o extranjero. Las pruebas son irrefutables por más circo que quieran montar... Lo que a la chita callando viene haciendo Maduro es seguir la cartilla del FMI. Convencido parece estar que no le queda otro remedio. El desastre que su presidencia está logrando justifica el rechazo de casi 80% de los venezolanos a su gestión. Cree que con interminables y bufas cadenas levanta la debacle en las encuestas. Por el contrario, mientras más habla más yerra. Estuve una semana sin programa de radio por esa roja obligatoriedad ... Sobre el sorpresivo despido del MG Wilmer Barrientos del ministerio de Industrias nos aseguran que la relación con Maduro se venía deteriorando tras colocar al frente de Cemento Andino al "Chuki" Barrios Contreras. Luego en un punto de cuenta donde proponía el cambio del presidente de Corpivensa, el ingeniero Kai Cheng por el Cnel.Viloria Gómez, segundo comandante de las FAC-Monagas, la respuesta de puño y letra de Maduro fue "Kai Cheng se queda" y más abajo "negado"...Nairobi Pinto, a pesar de la insistencia familiar de que se quede en Globovisión, decidió irse a Canadá como se lo ofrecieron. La demora es la visa... La represión aumentará ya y la gasolina antes de 2015 por $equía...

www.runrun.es
@nelsonbocarand



Runrunes
Nelson Bocaranda
El Universal. Caracas, 6 de mayo de 2014

Claudio Fermín: El morboso anuncio del gobierno

La gente tiene miedo de salir a la calle. Nuestro país es un sitio inseguro. Te pueden matar en cualquier esquina, como asesinaron a algún familiar o conocido. O pueden secuestrarte. Aunque seas un limpio corres el riesgo de que te lleven bajo amenaza y luego pidan dinero a alguien a cambio de tu libertad. Lo anterior no es cuento ni exageración. Es el día a día en Venezuela.

El ingreso que tienes alcanza para muy poco. Si estás desempleado es peor, dependes de la familia, de los amigos por algún tiempo. Tu dependencia amarga, avergüenza. El futuro se ve oscuro porque el gobierno cree que resuelve aumentando salarios mínimos, como para que los que están más abajo no chillen.

Queremos vivir en un país donde abunden las fábricas y el comercio sea floreciente. Un país en el que la gente pueda producir e intercambiar los bienes libremente. Donde se aproveche la riqueza de los suelos, los miles de kilómetros de costa, los doce meses al año de clima benigno. Un país en el que las familias sean prósperas y no sometidas a gobiernos que nos digan en cual taquilla retirar una dádiva.

El país está hoy estancado y es inseguro. La vida es incierta. Miles salen a las calles a protestar porque se sienten engañados por quienes manejando un presupuesto público milmillonario, producto de la jugosa venta de petróleo, no saben cómo invertir ese dinero para crear riqueza y tranquilidad. En vez de ofrecer soluciones cada día crean más problemas.

Por eso la gente está en las calles. Contra ese estado de cosas los estudiantes han dado la cara. Y el gobierno en vez de escuchar, en vez de comprender el estado de ánimo de un pueblo abatido por la frustración, arremete contra él. Detiene a inocentes. Los tortura. Se asocia con bandas criminales para reprimir.

Ahora las perversas mentes que nos gobiernan pretenden que llevar comida a jóvenes que acampan contra el deterioro económico y social es una conducta que debe tipificarse como delito. A eso llaman financiar guarimbas. Llevar agua a los estudiantes en Chacao, o a los jóvenes en Santa Fe es “articular una operación de desestabilización del gobierno”.

Que alguien mantenga en su computadora copia de correos enviados o recibidos de Antonio Ledezma, Froilán Barrios, Iván Carratú, Juan Requesens y Gaby Arellano, es prueba suficiente de estar vinculado a movimientos golpistas.

Si no fuese por las graves consecuencias de esas acusaciones presentadas por el ministro del Interior denunciando una insurrección y advirtiendo que esas gentes de oposición van a pasar de esos planes golpistas (las protestas en las calles) a acciones terroristas, la carcajada colectiva sería monumental. Pero no da risa porque lo que la gente supone es que ese estrambótico anuncio oficial será la excusa para el aumento de la represión, para seguir torciendo la justicia y para imponer el terror.


El morboso anuncio del gobierno
Claudio Fermín
El Nacional. Caracas, 6 de mayo de 2014

Antonio Sánchez García: Dios y el diablo en la tierra del sol, la complicidad inocente

Nuestro fuerte no es la conciencia moral. Como tampoco lo es la conciencia del tiempo. Acicate que en otras latitudes, no éstas de nuestros tristes trópicos, impulsa a agudizar el sentido moral dado el hecho más que trascendente que debemos enfrentar desde que arribamos al mundo de la conciencia y tomamos nota de dos hechos que, de asumirlos en serio, como en rigor se lo merecen, nos harían la vida verdaderamente insoportable: que somos mortales y que el tiempo que nos resta es nuestro bien más escaso. Que hay que aprovecharlo dejando huella de una vida ejemplar. De allí que las culturas fluctúen entre los dos extremos: aquellas como las nórdicas, germanas y anglosajonas, que cargan luto desde la infancia y para las cuales la conciencia de la muerte es el permanente acicate moral, y las nuestras, las latinoamericanas, pero particularmente las caribeñas, que no cargan luto ni en el momento de la muerte. Un filósofo argentino que viviera largos años entre nosotros me previno a los minutos de conocernos, yo recién arribado a estas tierras del Señor: Cuidado, que los venezolanos no se mueren, se les acaba la vida. Y la mayor de las veces ni se enteran. Es la insólita levedad de nuestro Ser: agotar el tiempo que resta sin otorgarle la más mínima importancia.

Frente a la condena del tiempo que resta: el atajo del inmediatismo. Y frente a la muerte, el atajo del olvido. Solo pesa, vale y conmueve el suceso, lo que acontece en este preciso instante, lo que no tiene más horizontes temporales que los que rigen los astros. Frente al espacio, mi entorno. La cultura del hic et nunc, que decían los romanos: del aquí y del ahora. Sé que parece infantil, y lo es. Tras todo venezolano sombrea un niño. Improvisar la respuesta al viejo desafío de responder a las inexorables e impostergables circunstancias no según planes, esquemas, bitácoras largamente estudiadas y planificadas, sino según el principio existencial del personaje de la telenovela que se nos convirtiera en manual de principio moral o "guía de perplejos", para emplear el luminoso título de la magna obra de Maimónides: Según yendo vamos viendo. Según vamos viendo, vamos siendo.

Estos principios de nuestro Ser y nuestro Tiempo - debo la realización de un seminario sobre el Ser y el Tiempo, para tratar la naturaleza del Ser de Venezuela y del Ser Ahí de nuestra caribeña existencia - han quedado patéticamente al desnudo desde el derrumbe de la República Liberal Democrática, frente a la cual debiéramos practicar el antiolvido y el permanente recuerdo de nuestras muertes - dos momentos de uno de los libros de memorias más importantes que he tenido la fortuna de leer, Conversaciones con Simón Alberto Consalvi, que Ramón Hernández, su autor, tuviera el acierto de titular Contra el olvido. Convertido, desde su primera lectura, en uno de mis libros de cabecera, junto a otro, de otras memorias tan importantes como las de Consalvi, escrito por Ramón Hernández al alimón con Roberto Giusti, cuyo protagonista no es otro que Carlos Andrés Pérez, sus Memorias proscritas. En ambos se transparenta el pesar del fracaso político causado por esos dos defectos existenciales del venezolano, origen último de nuestras desgracias: la irresponsabilidad ante la inexorabilidad del acontecer, del morir como condena irreparable; y la liviandad del ser venezolano ante el compromiso moral. Sus dos taras existenciales: el olvido y la amoralidad, la irresponsabilidad y el inmediatismo.



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La experiencia propiamente existencial de las generaciones que han vivido el derrumbe de nuestra democracia es la de constatar la "complicidad inocente" de sus protagonistas. Todos los venezolanos, cual más cual menos, han vivido este derrumbe y caída a los infiernos sin tener, salvo muy contadas excepciones, conciencia del espanto que prohijaban, provocaban o permitían: nuestro crimen culposo ante el golpismo y la regresión a la barbarie. Cual más: desde luego y en primerísimo lugar los militares, dueños monopólicos de los instrumentos de la muerte y, por lo tanto, capaces y autorizados como para fijar la senda del comportamiento institucional, constitucional y legal de los ciudadanos. De entre ellos, no solo ni siquiera principalmente los cuatro comandantes golpistas y sus  mesnadas, algunos sencillamente mercenarios asesinos -uno ocupó la Presidencia de la República, otros son gobernadores, ministros o presidentes de nuestras más sagradas instituciones-, otros, simples compañeros de ruta entregados a los vaivenes de su inconsciencia. Uno de ellos recientemente asesinado, víctima de la ingobernabilidad que provocaran. Sino todo el Estado Mayor, el generalato, la oficialidad y desde luego el entonces ministro de Defensa, todos los cuales, más allá de toda certidumbre investigativa acerca de su responsabilidad causal de ambos golpes de Estado, ni siquiera consideraron la gigantesca y monstruosa gravedad de la felonía de sus subordinados el 4 de febrero y el 27 de noviembre de 1992. De esos polvos...

Tras de ellos, cual más cual menos, el establecimiento político. Conjuntamente con intelectuales, periodistas, académicos, fiscales, jueces, y empresarios mediáticos -prensa, televisión y radio- y empresarios a secas. Esa nata rentista que ha sido incapaz de crear una élite productiva, autoconsciente y capaz de erigirse en el ariete inviolable de la defensa del mercado, la propiedad privada y la democracia, rompiendo su nefasta y perversa dependencia de las ubres de la vaca petrolera. Hasta el día de hoy: capitanes de industria, mercaderes y comerciantes echados a las puertas del Banco Central a la espera de las divisas que, como el oxígeno, les permite vivir más allá de las fuerzas de su propia iniciativa. Sin que sea posible olvidar que esa succión permanente de la renta petrolera los castra política, ideológica, culturalmente. Hasta hoy, con excepciones honrosas pero tampoco libres del todo, el empresariado venezolano ha jugado un papel nefasto en la alcahuetería de una dictadura beneficiada con la complicidad inocente de nuestras determinaciones existenciales.

Y junto a ellos, la clase política. Sin otro verdadero objetivo que alcanzar puestos en la administración pública: ser concejal, alcalde, gobernador y diputado de la República. Y en la cima del brillo especular de las utopías: la presidencia de la República. Por lo tanto, si no a las puertas del Banco Central, como el empresariado, echados al pie de las escalinatas del Consejo Nacional Electoral. Cautivos de las urnas y codiciosos del voto. Prontos a la claudicación de principios, si es que alguna vez los tuvieron, y a correr de un partido al otro en función del instrumento o la plataforma que les asegure conquistar el cargo al que aspiran. Que hace ya décadas olvidadas que los partidos dejaron de ser instrumentos del cambio social a través de principios rectores para convertirse en plataformas de la conquista de un corralito en la Hacienda Pública. ¿O alguien cree que corren de un Partido al otro por desavenencias ideológicas o desacuerdos de principios? Estoy dispuesto a negar todo lo dicho si alguien me demuestra que en Primero Justicia, en Acción Democrática o en Un Nuevo Tiempo se discute sobre ideas y proyectos, se vive al fragor de disputas democráticas internas o luchas de fracciones, se aspira a algo más que a enchufarse con el cogollo y recibir la santificación del dueño o administrador de la franquicia.



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Cuando digo "todos los venezolanos, cual más cual menos" por supuesto no excluyo al ciudadano de a pie, bautizado desde algún tiempo con el hegeliano epíteto categorial de "sociedad civil". ¿O nos olvidaremos que la barbarie alcanzó a sobrepasar la fantástica cifra de 90% de respaldo electoral? Solo la monstruosa sobre abundancia de recursos explica esa extraña simbiosis de civilización y barbarie que llevó a echar por la borda una Constitución que fuera la primera y única en nuestra historia, redactada por las mejores conciencias políticas y jurisprudentes de nuestro mejor pasado, que nos garantizara cincuenta años de paz, de estabilidad, de progreso para echarse en brazos del carnaval de la estulticia llamado "Proceso Constituyente", en el que para mofa inolvidable de nuestra "complicidad inocente" hubo folkloristas de cervecerías, cantantes de amaneceres llaneros en el Poliedro, viudas de cantautores de protesta, ex guerrilleros filo castristas, espalderos y sargentones, indigenistas de tres al cuarto, asaltantes de bancos, tinterillos, trashumantes políticos y otra caterva de personajillos de la picaresca nacional que no podían menos que empedrar el camino a los infiernos. Y que no habrían leído una Constitución en sus vidas.

Allí se fraguó el brutal asalto de la barbarie a la civilización creada a partir de los años cincuenta con la sangre, el sudor y las lágrimas de la mejor Venezuela - la humilde de la que provenía el mayor político de nuestra historia, Rómulo Betancourt, como la aristocrática de nuestro mejor mantuanaje, - así como académicos, juristas y luchadores sociales inolvidables, auxiliados por esa soberbia incorporación a nuestro torrente sanguíneo de españoles, portugueses, italianos, alemanes, polacos, cuya inmigración a nuestras tierras huérfanas de mano de obra especializada el dictador Marcos Pérez Jiménez tuviera la brillante idea de promover y llevar a cabo, para modificarle definitivamente la faz, el perfil y el carácter a la Venezuela desfondada por bochinches, caudillajes, dictaduras y montoneras.
Lo menciono no sin dolor. Brecht escribió un maravilloso poema dedicado a la Alemania nazi en que se quejaba por un hecho que sufrió en carne propia desde que saliera al exilio empujado por la barbarie hitleriana: la lucha contra la injusticia y la barbarie también desfigura el semblante. También enronquece la voz. Pero no lo hago para hurgar en nuestras taras. Lo hago porque veo esa "inocente complicidad" usando todas sus artimañas aún y sobre todo hoy para impedir que lo mejor de nuestra sociedad, a la cabeza de la cual una juventud insobornable, se enfrente con coraje y lucidez a las taras que nos abruman y se haga a la tarea de reconstruir la Patria, rejuvenecer nuestras instituciones democráticas, abrir puertas y ventanas de asfixiados partidos políticos y nos permita llegar al final de nuestras vidas con el orgullo de haber logrado nuestra Segunda Independencia. Mucho más ardua y más difícil que la primera, porque es la independencia ante nosotros mismos, ante nuestras propias taras y defectos. Que Dios nos ilumine



Dios y el diablo en la tierra del sol, la complicidad inocente
Antonio Sánchez García
El Nacional. Caracas, 6 de mayo de 2014