Ni Marx ni Lenin fueron santos y no merecen ser venerados. Uno era un filósofo de formación cautivado por la economía, y esa mala junta de dos disciplinas tan diferentes trajo como resultado la formulación de una utopía, el socialismo, que en su desarrollo más sanguinario, el leninismo entendido según el modelo estalinista, ha causado, solo en los últimos cien años, más muertes y sufrimientos a la raza humana que las peores tragedias naturales que han azotado el planeta.
En un folletín que en el año 2009 publicó de la peor manera la editorial El Perro y la Rana, que funciona con fondos públicos, pero cuya función es divulgar el pensamiento político en el que se ampara el PSUV para cometer sus estropicios político-doctrinarios, se pueden encontrar algunas de las propuestas que pretende aplicar el gobierno en la administración pública con el nombre de revolcón, con la intención de “darle transparencia a la gestión del Estado y hacer más eficiente la lucha contra la corrupción”. Si Jorge Arreaza se hubiera leído el librito, no se presentaría ante las cámaras de televisión con esa sonrisa de hombre perplejo porque las cosas le están saliendo, en lo personal, mejor que cuando recibía salario miserable por sus clases en la UCV, sino que bajaría la vista lleno de vergüenza.
El folleto –es eso aunque cada ejemplar desperdicia 401 páginas, sería una aberración llamarlo «libro»– lo firma el ogro Vinagreta, Orlando Borrego Díaz, el contabilista que se doctoró en la Universidad Patrice Lumumba de Moscú, un parapeto montado por los soviéticos para adoctrinar y formar cuadros que respaldaran sus actuaciones en el tercer mundo, pero no para preparar profesionales de alta calidad. En el texto intenta convencer a los lectores de que encontrará en esas páginas las claves para hacer eficiente un modelo, el socialismo, que en la vida real ha sido un fracaso de cabo a rabo, tanto para producir bienes como para generar felicidad.
Al comienzo del escrito Borrego se empeña sin complejos, como todos los marxistas acartonados, en llamar ciencia a una actividad humana que se conoce como “gerencia”, que puede ser hasta un hobby pero nunca una ciencia, y sobre la cual existe abundante bibliografía y se puede estudiar en todos los grados y complejidades posibles. Solo el aislamiento y la ignorancia supina, el atraso, podrían justificar que encuadren como una disciplina científica las tareas de dirección, con leyes tan exactas como las de la termodinámica o el principio de Arquímedes. No me jodas, Vinagreta, pídele a Nicolás que te pague un curso en el IESA.
Lo más gracioso es que en su introducción, y fiel a lo que ha hecho desde que la Revolución cubana conoció la muerte del Che y lo incorporó como otra “merchandise”, con retrato incluido, en su repertorio ideológico, repite una supuesta afirmación del guerrillero que quebró el Banco Nacional de Cuba: No se necesita haber leído a Marx para ser un auténtico socialista, que ser socialista es un asunto de simple voluntad. “Hay verdades tan evidentes e incorporadas al conocimiento que es inútil discutirlas.
Las leyes del marxismo están presentes en los acontecimientos de la Revolución cubana independientemente de que sus líderes profesen o la conozcan cabalmente, desde un punto de vista teórico”. Esa misma herejía la cometió Hugo Chávez cuando se declaró socialista aunque reconocía que nunca se había acercado a Marx ni a sus intérpretes, que se guiaba por esa antología de mentiras poetizadas a la que Eduardo Galeano le puso el título de Las venas abiertas de América Latina, y el Oráculo del guerrero.
Pareciera que a Borrego le pasó en sus “estudios” de Economía lo mismo que a muchos católicos en los tiempos más oscuros del cristianismo, que no consultaban los evangelios directamente porque era pecado, sino a través de intérpretes, por lo que la humanidad vivió la época más oscura y terrible, con inquisidores que mataban, incumplían el quinto mandamiento, en el nombre de la justicia divina y del Dios que les ordenaba amar al prójimo como a ellos mismos. Fue lo que hizo la Academia de Ciencias de la URSS, los únicos intérpretes de Marx que se salvaron de los Gulags.
El Ogro nombra a Carlos Marx una sola vez en todo el vacío temático, pero para dejar claro que lo que él lucubró no tiene nada que ver con el mundo actual, que ponerse a leer El capital hoy es una pérdida de tiempo, que lo que hay que hacer es ceñirse a una supuesta ley “científica” que le recuesta a Guevara: la de la planificación centralizada. Con los revolucionarios se repite, al parecer, el milagro de los apóstoles que fueron “iluminados-esclarecidos” por Dios para que pudieran difundir su palabra. Muerde aquí.
Con la cara dura como una tabla, el “economista” también le da carácter de ley a dos estupideces que fueron la principal causa de la estrepitosa caída de la economía soviética: la planificación centralizada y el centralismo democrático, ese antro de desdichas, injusticias y perversidades. Obviamente, quien espere un poquito de rigor en un folleto de 401 páginas lleno de babiecadas optará por reciclarlo en papier maché tan pronto encuentre que en la supuesta bibliografía aparece Lee A. Iacocca con esta grafía: Lee A. Koca. Preparo cadáveres exquisitos, precios solidarios.
Ramón Hernández
Santos ateos y brujos que rezan
El Nacional. Caracas, 12 de julio de 2014
sábado, 12 de julio de 2014
Gustavo Linares Benzo: Homeland
La Torre de David es el condensado de toda esta tragedia, el chavismo hecho edificio
Como todos sabemos, en la serie de televisión Homeland, un marine (¿se podrá escribir marín?) aparece en Iraq luego de varios años desaparecido. Había estado en cautiverio, en manos de células de la resistencia a la invasión norteamericana. Recibido como un héroe, hace carrera política y llega a diputado y sigue ascendiendo. Sin embargo, una agente de la CIA sospecha que puede ser un infiltrado, y tiene razón. Luego de varios ataques terroristas, se da a la fuga y termina apareciendo en Caracas, en la Torre Confinanzas, popularmente conocida como torre de David. Allí es preso de la misma red de terroristas árabes, según la trama muy activa en nuestra capital, en uno de los apartamentos o cubículos o casas en que los invasores del edificio lo han dividido, un gigantesco barrio vertical. De la torre logra huir a la mezquita que está enfrente, etc.
Bastó que saliera al aire el capítulo que se desarrolla en la torre de David para que el gobierno protestara por un nuevo ataque mediático, que hacía ver a Caracas como lo que no era, cuando nuestra capital es, según el gobierno, una ciudad segura, amable y civilizada. Sin embargo, la Torre de David es lo que es, el epítome de estos años, de la improvisación, del atropello, de desatar lo peor de nosotros. De hablar de participación, del soberano, como expediente para justificar las mayores fechorías, cuando apoyar al gobierno se interpreta como patente de corso para cualquier desmán, arbitrariedad, guapetonería.
La torre de David es el mejor resumen de todos estos años y ahora más que nunca. Ahora es lo más visible de la ejecución de hipoteca más salvaje que presenciará la humanidad: los chinos se están cobrando. Según el gobierno, el armatoste de concreto, otrora bellísimo comienzo de una obra suntuosa, será un centro financiero que banqueros chinos instalarán en Venezuela. Por supuesto, lo esperan desocupado y pintado, para lo cual el ministro Ernesto Villegas mismo negociará con sus habitantes para que se vayan a vivir dignamente a Cúa, lo que asegura que no se van a ir por las buenas. Se ve que el ministro cuando va a los Valles del Tuy lo hace con carro y chofer, pues de lo contrario no se ve cómo cree posible convencer a una familia de irse del downtown a varios kilómetros de la capital, a horas en autobús o mediante colas galácticas para agarrar el tren en La Rinconada (ya llegar ahí es épico).
Pero Villegas no tiene otra opción, como tampoco la tiene Venezuela luego del gobierno de Chávez: se acabó la rumba y trajeron la cuenta. Ya no es posible un Aló Presidente en el piso 10 de la torre, con Chávez llegando en helicóptero, regalando neveras a todos, recomendando huertos hidropónicos en cada ¿apartamento? y prometiendo un gran centro endógeno en el piso 5. Esos reales se acabaron, porque ya no hay cómo hacer esas gracias y a la vez pagar los sueldos de millones de nuevos empleados públicos, subsidiar la comida y asegurar pasajes baratos. Ahora sólo hay real para los acreedores, entre ellos los chinos.
La Torre de David es el condensado de toda esta tragedia, el chavismo hecho edificio. Después de lustros de llamarse y creerse el nuevo Bolívar, de llegar al paroxismo de poner como meta del Estado venezolano "salvar a la raza humana", se termina entregando todo a los acreedores. Si a los chinos se les da en pago un inmueble cuyo valor es cero o quizás menos, lo más posible es que ya antes se le ha entregado todo lo que quedaba de valor. Si la Torre Confinanzas es parte del pago, y no vale nada, posible es que ya China tenga a Pdvsa y a ... , bueno, a Pdvsa; todo lo demás se lo comieron o lo dañaron.
Secretos
Nada se sabe a ciencia cierta, a no ser que Giordani publique otra carta, pues todas las transacciones correspondientes son secretas y están en chino. También son secretos, pero en portugués, los desfalcos y saqueos que el gran mercader Lula logró en su magnífica gestión, habilidad comercial tal que hasta dicen que logró obtener hipotecas sobre bienes de la República, previa reforma legal correspondiente (lo de la reforma legal es absolutamente cierto). Y como buen explotador, nos expoliaron y ahora les debemos. Para pagarles no queda nada, porque el petróleo es del Imperio Medio. Y si por agarrar así sea fallo arrebatan la Torre de David, pronto veremos vender los mojones de concreto del tren a Puerto Cabello, para ver si recuperan chatarra, aunque el tren se haya pagado varias veces.
Los vecinos de la torre deben desear con toda el alma que el plan de Villegas se concrete, pues en el gran barrio vertical no sólo viven familias, sino que también tienen su cuartel malsines sin cuento. Al Qaeda intentó poner un núcleo, pero les dio miedo una vez que vieron el sitio, muy peligroso. Prefirieron quedarse en Yemen.
@glinaresbenzo
Gustavo Linares Benzo
Homeland
El Universal. Caracas, 12 de julio de 2014
Como todos sabemos, en la serie de televisión Homeland, un marine (¿se podrá escribir marín?) aparece en Iraq luego de varios años desaparecido. Había estado en cautiverio, en manos de células de la resistencia a la invasión norteamericana. Recibido como un héroe, hace carrera política y llega a diputado y sigue ascendiendo. Sin embargo, una agente de la CIA sospecha que puede ser un infiltrado, y tiene razón. Luego de varios ataques terroristas, se da a la fuga y termina apareciendo en Caracas, en la Torre Confinanzas, popularmente conocida como torre de David. Allí es preso de la misma red de terroristas árabes, según la trama muy activa en nuestra capital, en uno de los apartamentos o cubículos o casas en que los invasores del edificio lo han dividido, un gigantesco barrio vertical. De la torre logra huir a la mezquita que está enfrente, etc.
Bastó que saliera al aire el capítulo que se desarrolla en la torre de David para que el gobierno protestara por un nuevo ataque mediático, que hacía ver a Caracas como lo que no era, cuando nuestra capital es, según el gobierno, una ciudad segura, amable y civilizada. Sin embargo, la Torre de David es lo que es, el epítome de estos años, de la improvisación, del atropello, de desatar lo peor de nosotros. De hablar de participación, del soberano, como expediente para justificar las mayores fechorías, cuando apoyar al gobierno se interpreta como patente de corso para cualquier desmán, arbitrariedad, guapetonería.
La torre de David es el mejor resumen de todos estos años y ahora más que nunca. Ahora es lo más visible de la ejecución de hipoteca más salvaje que presenciará la humanidad: los chinos se están cobrando. Según el gobierno, el armatoste de concreto, otrora bellísimo comienzo de una obra suntuosa, será un centro financiero que banqueros chinos instalarán en Venezuela. Por supuesto, lo esperan desocupado y pintado, para lo cual el ministro Ernesto Villegas mismo negociará con sus habitantes para que se vayan a vivir dignamente a Cúa, lo que asegura que no se van a ir por las buenas. Se ve que el ministro cuando va a los Valles del Tuy lo hace con carro y chofer, pues de lo contrario no se ve cómo cree posible convencer a una familia de irse del downtown a varios kilómetros de la capital, a horas en autobús o mediante colas galácticas para agarrar el tren en La Rinconada (ya llegar ahí es épico).
Pero Villegas no tiene otra opción, como tampoco la tiene Venezuela luego del gobierno de Chávez: se acabó la rumba y trajeron la cuenta. Ya no es posible un Aló Presidente en el piso 10 de la torre, con Chávez llegando en helicóptero, regalando neveras a todos, recomendando huertos hidropónicos en cada ¿apartamento? y prometiendo un gran centro endógeno en el piso 5. Esos reales se acabaron, porque ya no hay cómo hacer esas gracias y a la vez pagar los sueldos de millones de nuevos empleados públicos, subsidiar la comida y asegurar pasajes baratos. Ahora sólo hay real para los acreedores, entre ellos los chinos.
La Torre de David es el condensado de toda esta tragedia, el chavismo hecho edificio. Después de lustros de llamarse y creerse el nuevo Bolívar, de llegar al paroxismo de poner como meta del Estado venezolano "salvar a la raza humana", se termina entregando todo a los acreedores. Si a los chinos se les da en pago un inmueble cuyo valor es cero o quizás menos, lo más posible es que ya antes se le ha entregado todo lo que quedaba de valor. Si la Torre Confinanzas es parte del pago, y no vale nada, posible es que ya China tenga a Pdvsa y a ... , bueno, a Pdvsa; todo lo demás se lo comieron o lo dañaron.
Secretos
Nada se sabe a ciencia cierta, a no ser que Giordani publique otra carta, pues todas las transacciones correspondientes son secretas y están en chino. También son secretos, pero en portugués, los desfalcos y saqueos que el gran mercader Lula logró en su magnífica gestión, habilidad comercial tal que hasta dicen que logró obtener hipotecas sobre bienes de la República, previa reforma legal correspondiente (lo de la reforma legal es absolutamente cierto). Y como buen explotador, nos expoliaron y ahora les debemos. Para pagarles no queda nada, porque el petróleo es del Imperio Medio. Y si por agarrar así sea fallo arrebatan la Torre de David, pronto veremos vender los mojones de concreto del tren a Puerto Cabello, para ver si recuperan chatarra, aunque el tren se haya pagado varias veces.
Los vecinos de la torre deben desear con toda el alma que el plan de Villegas se concrete, pues en el gran barrio vertical no sólo viven familias, sino que también tienen su cuartel malsines sin cuento. Al Qaeda intentó poner un núcleo, pero les dio miedo una vez que vieron el sitio, muy peligroso. Prefirieron quedarse en Yemen.
@glinaresbenzo
Gustavo Linares Benzo
Homeland
El Universal. Caracas, 12 de julio de 2014
Fausto Masó: ¿Transición a la vista?
Deseos no preñan. Por ahora, y por un buen tiempo, no hay ni transición ni apertura económica, pero sí muchas declaraciones oficiales que sugieran lo contrario. Puro aguaje, hasta que esto reviente y entonces surgirá la verdadera oposición, la chavista. Maduro no tiene capacidad de dar un paso hacia delante, hacia la izquierda o hacia la derecha, solo de hablar, anunciar.
Hasta que enfermó nada parecía impedir que Chávez gobernara largo tiempo, ni siquiera una crisis económica, había sobrevivido a varias devaluaciones. Ahora el gobierno vive una crisis permanente, semejante a otro cáncer terminal que se alarga y se alarga. Se proclama socialista pero el debate gira sobre la forma de realizar un ajuste económico, un tema capitalista, habla de Fidel Castro y se refiere al FMI al mismo tiempo. Maduro representa un gobierno frágil pero sin ninguna intención de abandonar el poder ni de modificar el sistema económico. Necesita dinero y, al estilo tradicional, devalúa el bolívar, paso a paso por temor a la reacción popular. No estamos cercanos a ningún ajuste ni a una disminución de la presencia abrumadora del Estado. Al pasar productos a la tasa Sicad II, Pdvsa obtiene una cantidad enorme de bolívares, lo que, sin embargo, no le alcanzará porque nos aproximamos a aumentos de sueldos en las empresas estatizadas y en el propio gobierno. Según la prensa, 56% de los créditos adicionales sirven para pagos laborales, porque los recursos calculados en el presupuesto no alcanzan. ¿De dónde sacar dinero? De la devaluación, porque la actividad privada continúa decayendo, no se reactivan la agricultura ni la industria, a la primera le faltan semillas, abonos, créditos, mientras que la segunda necesita dólares.
El gobierno avanza por un callejón sin salida: su búsqueda de recursos adicionales requiere una mayor devaluación, es decir, una mayor inflación, a la vez que la falta de dólares provoca una escasez sin control.
En realidad, y como siempre, solo un aumento brusco del precio del petróleo aliviaría la situación de Maduro y a largo plazo un aumento de la producción petrolera, porque el gobierno no cambiará su modelo económico, más allá de declaraciones para engañar bobos, como las que insisten en un cambio único para dar la ilusión de una posible apertura económica, lo que solo sirve para ocultar otra devaluación, lo que obliga a un deterioro creciente del nivel de vida de los venezolanos. No tiene forma de evitarlo, y hasta un cambio del sistema económico, una apertura a una economía de mercado, solo daría resultados a mediano plazo.
De cierta forma, Cuba y Venezuela enfrentan las mismas decisiones. Con la ventaja de Raúl Castro de gobernar en una dictadura abierta y represiva, y poder graduar a su conveniencia su apertura, hacerla a paso de tortuga. Este no es el caso de Nicolás Maduro, solo le queda aumentar la represión, disminuir la libertad de prensa, ya lo está haciendo, pero le toca enfrentar unas elecciones parlamentarias donde sufrirá una derrota.
Después de que el gobierno ganó las elecciones de diciembre pasado con el Dakazo, a las pocas semanas un sector de la oposición pidió la renuncia de Maduro y el cambio de modelo económico; solo lograron dividir a la oposición y fortalecer a Maduro, que ahora es cuando enfrenta una crisis terminal, no en febrero pasado.
¿Se acercan tiempos borrascosos? No, la tarea de la oposición es luchar por la unidad con la intención de destrozar un grupo a otro; no estarán contentos hasta destruir a la MUD. ¿Para qué? Para crear otra MUD, claro, con otro nombre.
No hay unidad sin disciplina y sin una línea de conducta clara. Quizá hasta se sienten en la misma mesa, por lo menos las conversaciones no cesan porque nadie es capaz de oponerse a la unidad, la que surgirá cuando haya un líder que se imponga, alguien como fue Chávez en 1998. Tampoco hay un programa común semejante al que unificaba la socialdemocracia medio siglo atrás, solo todos coinciden en querer desaparecer a Maduro por arte de magia.
Hasta que enfermó nada parecía impedir que Chávez gobernara largo tiempo, ni siquiera una crisis económica, había sobrevivido a varias devaluaciones. Ahora el gobierno vive una crisis permanente, semejante a otro cáncer terminal que se alarga y se alarga. Se proclama socialista pero el debate gira sobre la forma de realizar un ajuste económico, un tema capitalista, habla de Fidel Castro y se refiere al FMI al mismo tiempo. Maduro representa un gobierno frágil pero sin ninguna intención de abandonar el poder ni de modificar el sistema económico. Necesita dinero y, al estilo tradicional, devalúa el bolívar, paso a paso por temor a la reacción popular. No estamos cercanos a ningún ajuste ni a una disminución de la presencia abrumadora del Estado. Al pasar productos a la tasa Sicad II, Pdvsa obtiene una cantidad enorme de bolívares, lo que, sin embargo, no le alcanzará porque nos aproximamos a aumentos de sueldos en las empresas estatizadas y en el propio gobierno. Según la prensa, 56% de los créditos adicionales sirven para pagos laborales, porque los recursos calculados en el presupuesto no alcanzan. ¿De dónde sacar dinero? De la devaluación, porque la actividad privada continúa decayendo, no se reactivan la agricultura ni la industria, a la primera le faltan semillas, abonos, créditos, mientras que la segunda necesita dólares.
El gobierno avanza por un callejón sin salida: su búsqueda de recursos adicionales requiere una mayor devaluación, es decir, una mayor inflación, a la vez que la falta de dólares provoca una escasez sin control.
En realidad, y como siempre, solo un aumento brusco del precio del petróleo aliviaría la situación de Maduro y a largo plazo un aumento de la producción petrolera, porque el gobierno no cambiará su modelo económico, más allá de declaraciones para engañar bobos, como las que insisten en un cambio único para dar la ilusión de una posible apertura económica, lo que solo sirve para ocultar otra devaluación, lo que obliga a un deterioro creciente del nivel de vida de los venezolanos. No tiene forma de evitarlo, y hasta un cambio del sistema económico, una apertura a una economía de mercado, solo daría resultados a mediano plazo.
De cierta forma, Cuba y Venezuela enfrentan las mismas decisiones. Con la ventaja de Raúl Castro de gobernar en una dictadura abierta y represiva, y poder graduar a su conveniencia su apertura, hacerla a paso de tortuga. Este no es el caso de Nicolás Maduro, solo le queda aumentar la represión, disminuir la libertad de prensa, ya lo está haciendo, pero le toca enfrentar unas elecciones parlamentarias donde sufrirá una derrota.
Después de que el gobierno ganó las elecciones de diciembre pasado con el Dakazo, a las pocas semanas un sector de la oposición pidió la renuncia de Maduro y el cambio de modelo económico; solo lograron dividir a la oposición y fortalecer a Maduro, que ahora es cuando enfrenta una crisis terminal, no en febrero pasado.
¿Se acercan tiempos borrascosos? No, la tarea de la oposición es luchar por la unidad con la intención de destrozar un grupo a otro; no estarán contentos hasta destruir a la MUD. ¿Para qué? Para crear otra MUD, claro, con otro nombre.
No hay unidad sin disciplina y sin una línea de conducta clara. Quizá hasta se sienten en la misma mesa, por lo menos las conversaciones no cesan porque nadie es capaz de oponerse a la unidad, la que surgirá cuando haya un líder que se imponga, alguien como fue Chávez en 1998. Tampoco hay un programa común semejante al que unificaba la socialdemocracia medio siglo atrás, solo todos coinciden en querer desaparecer a Maduro por arte de magia.
@faustomaso
Fausto Masó
¿Transición a la vista?
El Nacional. Caracas, 12 de julio de 2014
Editorial de El Nacional: La foto maquillada
Venezuela está pasando por un momento en el cual predominan las sombras, la perfidia, el egoísmo y la mezquindad. De una parte gobierna una gente que está en el trasnocho de la historia, enfrentada a otra facción que carece de principios y mantiene una línea de actuación que sólo vela por sus intereses materiales y su propia supervivencia.
En frente tienen una oposición que recibe ese nombre por inercia y hasta por conmiseración pero jamás porque se lo merezca. Quienes hayan vivido, décadas atrás, la digna posibilidad de ser opositores a las dictaduras o a las democracias represivas, saben muy bien que hoy tenemos una caricatura de oposición integrada casualmente por quienes abonaron el terreno e hicieron peso para que el sistema democrático se desplomara.
Basta con pasarle un trapito a la foto de años atrás y quitarle el polvo acumulado para ver aparecer lentamente los mismos rostros que en aquellas oportunidades, entre negocios y compadrazgos, hacían su carrera política y acumulaban su fortuna personal.
Ahora quieren comenzar de cero, es decir, borrón y cuenta nueva. Lo que pasa es que ya es muy tarde para pintarse las canas y salir a vender carros usados como si fueran nuevos. No es tiempo para tontos ni la gente ha perdido la memoria tan rápidamente.
No es que todo lo pasado sea peor sino que tiene muy mal olor. Es lamentable pero es así, un mal olor que no se quiere ir y que se mezcla indisolublemente con la memoria. Cómo olvidar a aquel gritón que hacía de cortesano de Blanca Ibáñez, o aquel parlamentario que se acicalaba para parecerse cada vez más a Caldera como si la esencia de un político es ser postizo, o quien haciendo gala de juventud saltaba los charcos y copiaba los gestos de Carlos Andrés Pérez.
Por alguna extraña razón cuando vemos por la televisión una rueda de prensa de la MUD no logramos sintonizar de inmediato con el orador o el portavoz, sino con su pasado intolerable, su falta de visión, su pereza y falta de brillo intelectual para estar a la altura del compromiso histórico y de velar por la continuidad democrática.
Es una etapa que nos repugna no porque carezca de logros tangibles y de obras inigualables, imposibles de igualar por esta cáfila de bolivarianos incapaces, sino porque fue tal su desprecio y mezquindad política hacia los venezolanos que jamás imaginaron que sus trucos estaban gastados, ya no ilusionaban a nadie y en vez de aplausos cosechaban pitos y rechazos.
Hoy la oposición vuelve a caer en manos de veteranos del engaño, de especialistas en el arte de lavarse las manos, de escurrir el bulto y de reinventarse como super líderes pero de grandes masas de humo que se disuelven con el viento.
No terminan de entender que son bueyes cansados que no insuflan ningún ánimo a la gente joven de este país, que deben pasar a la retaguardia y abrir paso a nuevas generaciones que se encarguen de prometer y construir una Venezuela diferente, sin los vicios del pasado, sin las truculencias partidistas y las zancadillas entre ellos mismos.
Hoy la MUD es un bostezo interminable, un proyecto político en silla de ruedas. Nada la interesa ni le estremece el ánimo, nada la empuja a la acción y a la rebeldía. Han matado a 44 venezolanos por manifestar su descontento y a la MUD no le tiembla un nervio de la cara, muchos privados de libertad (la mayoría condenados sin haber infringido la ley) y la MUD tal vez viendo el fútbol.
Dos alcaldes sometidos a procesos judiciales sin que existan causas reales para tomar esa medida y la MUD dormida. Una diputada, María Corina Machado, despojada de su curul y la ³oposición oficial² no dice pío; un joven líder civil, Leopoldo López, preso en una cárcel militar y la MUD piensa "que allá él, quien lo manda a meterse en líos".
El Nacional
EDITORIAL
La foto maquillada
El Nacional. Caracas, 12 de julio de 2014
En frente tienen una oposición que recibe ese nombre por inercia y hasta por conmiseración pero jamás porque se lo merezca. Quienes hayan vivido, décadas atrás, la digna posibilidad de ser opositores a las dictaduras o a las democracias represivas, saben muy bien que hoy tenemos una caricatura de oposición integrada casualmente por quienes abonaron el terreno e hicieron peso para que el sistema democrático se desplomara.
Basta con pasarle un trapito a la foto de años atrás y quitarle el polvo acumulado para ver aparecer lentamente los mismos rostros que en aquellas oportunidades, entre negocios y compadrazgos, hacían su carrera política y acumulaban su fortuna personal.
Ahora quieren comenzar de cero, es decir, borrón y cuenta nueva. Lo que pasa es que ya es muy tarde para pintarse las canas y salir a vender carros usados como si fueran nuevos. No es tiempo para tontos ni la gente ha perdido la memoria tan rápidamente.
No es que todo lo pasado sea peor sino que tiene muy mal olor. Es lamentable pero es así, un mal olor que no se quiere ir y que se mezcla indisolublemente con la memoria. Cómo olvidar a aquel gritón que hacía de cortesano de Blanca Ibáñez, o aquel parlamentario que se acicalaba para parecerse cada vez más a Caldera como si la esencia de un político es ser postizo, o quien haciendo gala de juventud saltaba los charcos y copiaba los gestos de Carlos Andrés Pérez.
Por alguna extraña razón cuando vemos por la televisión una rueda de prensa de la MUD no logramos sintonizar de inmediato con el orador o el portavoz, sino con su pasado intolerable, su falta de visión, su pereza y falta de brillo intelectual para estar a la altura del compromiso histórico y de velar por la continuidad democrática.
Es una etapa que nos repugna no porque carezca de logros tangibles y de obras inigualables, imposibles de igualar por esta cáfila de bolivarianos incapaces, sino porque fue tal su desprecio y mezquindad política hacia los venezolanos que jamás imaginaron que sus trucos estaban gastados, ya no ilusionaban a nadie y en vez de aplausos cosechaban pitos y rechazos.
Hoy la oposición vuelve a caer en manos de veteranos del engaño, de especialistas en el arte de lavarse las manos, de escurrir el bulto y de reinventarse como super líderes pero de grandes masas de humo que se disuelven con el viento.
No terminan de entender que son bueyes cansados que no insuflan ningún ánimo a la gente joven de este país, que deben pasar a la retaguardia y abrir paso a nuevas generaciones que se encarguen de prometer y construir una Venezuela diferente, sin los vicios del pasado, sin las truculencias partidistas y las zancadillas entre ellos mismos.
Hoy la MUD es un bostezo interminable, un proyecto político en silla de ruedas. Nada la interesa ni le estremece el ánimo, nada la empuja a la acción y a la rebeldía. Han matado a 44 venezolanos por manifestar su descontento y a la MUD no le tiembla un nervio de la cara, muchos privados de libertad (la mayoría condenados sin haber infringido la ley) y la MUD tal vez viendo el fútbol.
Dos alcaldes sometidos a procesos judiciales sin que existan causas reales para tomar esa medida y la MUD dormida. Una diputada, María Corina Machado, despojada de su curul y la ³oposición oficial² no dice pío; un joven líder civil, Leopoldo López, preso en una cárcel militar y la MUD piensa "que allá él, quien lo manda a meterse en líos".
El Nacional
EDITORIAL
La foto maquillada
El Nacional. Caracas, 12 de julio de 2014
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