lunes, 24 de agosto de 2015

Thays Peñalver: Escenarios: ganar o perder la asamblea

Para nadie es un secreto que estamos ante uno de los retos mas duros de nuestra historia. Por eso es necesario entender los alcances reales de esta elección y los posibles escenarios de ganarlas o incluso de perderlas porque nada es blanco o negro. Pero antes debemos revisar los pros que por primera vez tiene la oposición. El 7 de octubre cuando los venezolanos votaron entre Capriles y Chávez, apenas el 38% de los electores veía su situación económica mal, mientras que mas del 60% la consideraba buena (Datanalisis). El barril había promediado los 100 dólares y la inflación había sido la menor durante los 4 años anteriores. Mientras votábamos, los anaqueles estaban abarrotados de productos subvencionados importados gracias a la monstruosidad de 77 millardos de dólares en bienes y servicios (BCV) de los cuales casi diez fueron en alimentos (INE) y nada menos que dos millones de venezolanos habían viajado al exterior gratis a recibir su subvención de 3 mil dólares.
Si Maduro ganó o perdió las elecciones posteriores del 2013 (no es el tema de este articulo) fue por 200 mil votos. Pero le guste o no a la gente, Maduro contaba con un 50% de popularidad, una inflación acumulada del 30%, un barril en $90, un dólar paralelo en 20 bolívares y el 55% de la población, aun creía que las cosas iban bien mientras que a un 58% aun le alcanzaba su dinero para lo básico, mientras otros 2 millones de venezolanos volvían a salir a viajar gratis al planeta y se importaban 3 millardos de dólares en televisores, lavadoras y secadoras para ser repartidos posteriormente a punta de dakazos. Por eso, por mas que existan muchos venezolanos que crean que Arias y su gallina le ganaron a Chávez, o Rosales en medio de una bonanza le ganó a Chávez, la verdad es que Capriles en 2012 podía hacer poco contra el barril a 100 dólares y la política de despilfarro, que mas que la trampa que existe y existirá, era el mayor adversario de la oposición porque nadie, absolutamente nadie cambia un sistema político donde un 60% de la población cree que la va bien o muy bien, aunque su buenaventura fuera ficticia e insostenible.
Pero en esta próxima elección, si es que llega a ocurrir, Maduro y su partido la enfrentara con el 77% de impopularidad y con un 85% de la población a la que le va mal (y le ira mucho peor con los meses), incluido el 53% de los chavistas (Datanalisis) una inflación del 180% y un dólar paralelo inalcanzable con un barril cercano a los 35 dólares que apenas dará para cumplir obligaciones. Maduro se enfrenta a las elecciones parlamentarias con casi un 70% que dice ya no alcanzarle la plata para vivir, con 72% que no cree en la guerra económica (incluido un 25% de los chavistas y un 80% de independientes) y un 70% de la población que quiere que se vaya. Por primera vez en la historia Maduro tiene hoy el 66% de los votos en contra y el 52% de las circunscripciones electorales con todo y trampa perdidas. Pues bien, aun así, ganar la Asamblea es cuesta arriba y los escenarios mas relevantes que veo son los siguientes, porque paradójicamente ninguno es bueno para el gobierno.
Escenario 1: Gracias a la evidente y gigantesca trampa, el gobierno saca el mayor numero de votos y la mayoría simple de los diputados. El gobierno queda solo y como único responsable frente a la mayor crisis económica de la historia de Venezuela (2015 es un año boyante, comparado al 2016). Aunado a esto, queda imposibilitado de avanzar con habilitantes, enfrenta una parálisis productiva total no solo porque se percibirá su radicalización sino por falta de recursos, junto a una situación altamente explosiva en lo social. Para poder continuar, es posible la tan acariciada idea de una dictadura de extrema izquierda, que es en el entorno internacional y económico, imposible. Pero el axioma de “todo el poder, toda la culpa” se percibirá en una sociedad que ya no aguanta mas.
Escenario 2: La oposición saca mayor número de votos (en su tarjeta) y el gobierno, gracias a la trampa y los manejos, gana la mayoría simple de los diputados pero queda en evidencia mundial. Este escenario es terrible para un gobierno completamente aislado internacionalmente, el planeta entero se da cuenta que el gobierno es minoría y se abre la brecha para un revocatorio, abrogatorios y consultivos legales inminentes que perdería inequívocamente. Frente a un 2016 que promete ser el peor año económico de nuestra historia, con un gobierno que debe aplicar severas restricciones, recortes y paquetazos, la radicalización es imposible habiendo quedado como minoría de votos. Este escenario es quizás el peor para el gobierno y paradójicamente aunque es un revés, no es del todo malo para la oposición.
Escenario 3: la oposición gana mayoría de votos y mayoría simple de diputados. No es cierto que la oposición pueda reformar el poder ciudadano por la vía única de la Asamblea y como en el caso anterior ocurren los revocatorios, abrogatorios y consultivos para transformar la situación. Aunque es el escenario soñado por la oposición, no es del todo positivo a menos que se jueguen unas cartas que hoy suenan imposibles. Políticamente comienza la era de la “cohabitación” y por ende de la “corresponsabilidad política” con la que el gobierno tiene mucho que ganar si juega bien sus cartas. La oposición en este caso tiene que actuar de forma tan perfecta, que evite el efecto PP español (arreglarle la crisis a los socialistas, para terminar responsabilizados del mal rato y que los causantes vuelvan o continúen en el poder). En la practica no representa el final del gobierno, pero si de la revolución comunista, lo que de por si es un gran escenario para Venezuela.
Escenario 4: Producto de una parálisis total a finales de año, el voto castigo es tal que no hay trampa que valga y la oposición gana mayoría de votos y mayoría absoluta de diputados. Tampoco es cierto que la oposición puede transformar el poder ciudadano, pero es la estocada final de la revolución. Ya no los referendos, sino la Asamblea Constituyente es una realidad al alcance de Venezuela y podría comenzar una nueva idea de Republica. Las cartas de la oposición y evitar el “efecto PP” son las mismas del escenario anterior.
En mis próximos artículos examinaremos cada uno de los escenarios por separado.


Thays Peñalver
Escenarios: ganar o perder la asamblea
El Nacional. Caracas, 24 de agosto de 2015

Claudio Nazoa: Qué bueno

La semana pasada publiqué: “Qué Lástima”. Algunos comentaron que yo estaba deprimido. No es así. Les explico por qué.
—Qué bueno que a los venezolanos no nos pueden quitar 40 años de democracia, progreso y libertad, vividos antes de estos 15 años de atraso, división, maldad, cursilería y ruina.
—Qué bueno que durante los 40 años de democracia no era necesario pertenecer a ningún partido político, ni importaba ser pobre o rico para estudiar en las más prestigiosas universidades del país. Por ejemplo, en esos 40 años, el doctor Jorge Rodríguez, a pesar de su origen humilde, se graduó de médico.
—Qué bueno que a pesar del miserable salario de 1 dólar diario o menos, nuestros profesores universitarios siguen impartiendo clases.
—Qué bueno que tenemos asegurada una contundente victoria el 6-D.
—Qué bueno que con orgullo podemos decir que Leopoldo López, María Corina Machado, Carlos Ocariz, Henrique Capriles, Antonio Ledezma, Guillermo Aveledo, Ramos Allup, Chúo Torrealba y los estudiantes universitarios, son más valientes que aquellos que solo critican a través de las redes sociales desde Miami o tomando café en Venezuela.
—Qué bueno que existan editores valientes como Miguel Henrique Otero, Teodoro Petkoff y Rafael Poleo, quienes no se dejan amedrentar.
—Qué bueno que Venezuela es un país tan arrecho, que sobrevive a pesar del empeño que estos comunistas irresponsables, locos y malucos, ponen para destruirlo.
—Qué bueno que el venezolano no se deja engañar con el absurdo cuento de que este desastre es culpa de la guerra económica.
—Qué bueno que durante 40 años los venezolanos íbamos a los automercados, y no lo van a creer, se conseguía hasta papel tualé.
—Qué bueno que aún existan empresarios trabajando y luchando en Venezuela.
—Qué bueno que durante 40 años se construyeron hospitales, universidades, vías de comunicación y autopistas. Se construyó, además, el Teatro Teresa Carreño, el Puente sobre el Lago de Maracaibo, el Metro de Caracas, la súper urbanización de Caricuao, el Hospital de Niños, el Museo de Arte Contemporáneo, el Parque Central, la autopista Francisco Fajardo, la Cota Mil, el Aeropuerto Internacional de Maiquetía, la Represa del Gurí, las empresas de acero y de aluminio y muchísimas cosas que hoy disfrutamos.
—Qué bueno que los venezolanos, con los pies en la tierra, seamos optimistas y tengamos conciencia de que la maldad en el mundo nunca ha triunfado.
Y en fin, qué bueno que falta poco para decir:
¡Qué vaina tan buena!


Claudio Nazoa
Qué bueno
El Nacional. Caracas, 24 de agosto de 2015

Jorge-Tuto Quiroga: Artículo 20 de la Carta Democrática para Venezuela

Octubre de 2014 en Venezuela, calor abrasador, se escuchan sirenas y un tumulto a la distancia. El sol candente golpea una pequeña ventana a través de diez barrotes verticales atravesados por otro perpendicular. Un hombre fuerte, con barba, de espaldas, con pantalones cortos y remera de baloncesto se inquieta por el tumulto. Se aferra a las barras encima de su cabeza, pone los pies contra la pared en un espacio muy estrecho y cual Tarzán en los árboles trepa hacia la luz de la ventana.
Encaramado, conversa con una voz lejana, indómita y rebelde que se escucha a la distancia. Grita. Se aferra a las barras de cuclillas, cara al sol y grita. Toma un palo con la derecha, sigue aferrado con la mano izquierda a las barras y las golpea con el palo. Y sigue gritando. La voz amiga grita más fuerte. El hombre con la imagen delineada por la luz está preso pero no para de gritar, está recluido pero sin miedo, está encarcelado pero más libre que nunca.
Claramente este no es un mero cacerolazo de protesta. El hombre tras las rejas es el símbolo de la libertad latinoamericana, el luchador democrático que no se rinde. Está en la prisión militar de Ramo Verde, se llama Leopoldo López y grita por su patria. La voz lejana es la del valeroso Daniel Ceballos, su compañero en una causa épica que cambiará la historia de Venezuela.
Daniel Ceballos ve el tumulto que no se divisa, se escuchan sirenas y a viva voz vocifera: "El motín no está en Ramo Verde, el motín está en las colas (de los mercados)…. el motín está en la escasez, el motín está cuando no hay luz". Tiene razón. Venezuela vive una mezcla explosiva de debacle económica, corrupción descomunal, represión autoritaria y se acerca raudamente a una catástrofe humanitaria.
Leopoldo, tras los barrotes, responde “…por una Venezuela donde todos los derechos sean para todas las personas (…) que no se abuse del poder.” Ambos corean una frase que Leopoldo leyó alguna vez: “Estamos del lado correcto de la historia”.
Sí. Están del lado correcto de la historia, luchando contra un autoritarismo corrupto e inepto, contra criminalidad que reina en las calles e inflación que devora bolsillos, contra una administración que despilfarró los petrodólares y dejó su pueblo sin comida ni medicamentos. Están peleando contra un gobierno que conculca libertades, demuele el derecho, tritura la democracia y practica contra Colombia lo que Trump amenaza hacer contra México.
La comunidad internacional guarda un silencio cómplice. EE.UU., Cuba y el Vaticano privilegian el descongelamiento de las relaciones entre los dos primeros. Colombia parece rehén del régimen venezolano y opta por privilegiar su loable proceso de paz, a costa de la defensa de la democracia vecina, como si fueran excluyentes y no complementarias. Otros callan de manera cómplice.
La fecha de la derrota electoral del régimen está marcada: 6 de diciembre, por eso los gobernantes de Venezuela están empeñados en robarse esta elección o cancelarla. Para ello deben evitar la presencia de testigos internacionales y por eso no extienden la rutinaria invitación a la misión de observación electoral de la OEA.
El nuevo Secretario General de la OEA, Luis Almagro, se juega el futuro de esta organización y el suyo propio en Venezuela. Al jurar prometió “'más derechos para más gente”, casi parafraseando la frase de López siete meses antes.
La OEA espera una invitación de Maduro que no llegará. Sólo resta un camino, aplicar el artículo 20 de la Carta Democrática de la OEA -firmada por el extinto Hugo Chávez- que señala: “En caso de que en un Estado Miembro se produzca una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático, cualquier Estado Miembro o el Secretario General podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente para realizar una apreciación colectiva de la situación y adoptar las decisiones que estime conveniente”, después agrega que se puede hacer gestiones diplomáticas y enviar una misión de buenos oficios al país en cuestión.
En Venezuela tenemos alcaldes destituidos y encarcelados en guarniciones militares o sus casas; periodistas procesados por reproducir noticias internacionales; jóvenes acribillados por protestar y tuiteros detenidos por 140 caracteres que no le gustan al gobierno; jueces sometidos y la magistrada Afiuni presa y violada por no acatar dictámenes del régimen; parlamentarios inhabilitados por la vía administrativa; y un gobierno dispuesto a generar un conflicto externo para cancelar elecciones parlamentarias que sabe que tiene irremediablemente perdidas.
El orden constitucional venezolano está siendo alterado, violado y pisoteado. La situación se deteriora aceleradamente, dia tras dia. ¿Cuándo se debe aplicar este artículo 20 de la Carta Democrática de la OEA? Ahora. ¿Dónde? En Venezuela.
Es hora de responder al clamor de todo un pueblo y poner a la OEA del lado correcto de la historia.


Jorge-Tuto Quiroga es expresidente de Bolivia.


Jorge Tuto Quiroga
Artículo 20 de la Carta Democrática para Venezuela
El País. Madrid, 24 de agosto de 2015

María Teresa Romero: El caos: la última carta del chavo-madurismo

El clima pre-electoral venezolano para los comicios legislativos del 6 de diciembre de este año, no podría ser peor. Tan mal está la situación que ya muchos dentro y fuera del país empiezan a dudar que estas importantes elecciones, en las que las fuerzas opositoras tienen por primera vez desde que llegó el chavismo al poder en 1999 la oportunidad de lograr una mayoría contundente en la Asamblea Nacional, se vayan a llevar realmente a cabo.
 Para algunos, las elecciones serán pospuestas por el oficialismo para una fecha más conveniente, tal vez después del 15 de diciembre cuando la escasa clase media que queda en el país esté de vacaciones. Para otros, serán simplemente suspendidas por el gobierno ante la excusa del clima de caos y desorden nacional, que en gran parte es propiciado por la misma cúpula gubernamental.
Y en efecto, Nicolás Maduro y su régimen militar parecen estar haciendo todo lo posible por terminar de lanzar a Venezuela al abismo de la anarquía, el caos y la violencia y, como siempre, echándole la culpa de ello a la oposición democrática venezolana y al “imperialismo yanqui”, al cual no cesa de buscar para dialogar y venderle el poco petróleo que le queda para exportar.

De allí las múltiples acciones fraudulentas que realiza cara a las elecciones parlamentarias.  Así vemos, por ejemplo, que mientras el  Consejo Nacional Electoral (CNE) no acepta la inscripción de candidatos inhabilitados arbitrariamente por la Contraloría General de Venezuela, permite la inscripción de numerosos miembros del Partidos Socialista Unido de Venezuela (PSUV)  y funcionarios del régimen que no cumplen con los requisitos para formalizar su inscripción.Hasta la esposa del presidente Maduro, Cilia Flores, que está residenciada hace años en Caracas y por tanto no debería postularse según el artículo 188 de la Constitución Nacional, ha sido aceptada como candidata en el Estado Cojedes. Dicho artículo constitucional establece con claridad que uno de los requisitos para poder inscribirse como candidato a diputado, es haber estado residenciado durante cuatro años seguidos en la zona que se intenta representar antes de la fecha de la elección.
Las mismas inhabilitación de candidatos opositores sin razón y causa justificada, dejan en evidencia la clara intención gubernamental de imponerse nuevamente por la vía fraudulenta en los comicios parlamentarios. Fue el caso de María Corina Machado quien asistió a la Junta Regional Electoral del estado Miranda para inscribirse como candidata a diputada por ese estado pero el CNE se negó a inscribirla, afirmando que está inhabilitada para ejercer cargos públicos, cuando ese organismo  no puede negarse a hacerlo ya que la sanción impuesta por la Contraloría contra ella es administrativa y no política, por lo que sus derechos políticos están intactos, a menos que exista una sentencia firme de un Juez Penal, cuestión que no ha ocurrido. Junto a Machado, se encuentran hasta ahora unos diez candidatos opositores inhabilitados, que en su mayoría son  dirigentes locales de gran liderazgo popular,  a los que nunca han podido vencer en sus regiones.
Además de las inhabilitaciones políticas, hay rumores en torno a un posible veto por parte del oficialismo al uso en las parlamentarias de la tarjeta única recién acordada por la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Cualquier medida tomará el gobierno para intimidar y dividir a la dirigencia opositora, así como para fomentar la abstención electoral. De hecho, a través del Tribunal Supremo de Justicia, se han intervenido las directivas de varios partidos políticos opositores o críticos. Y si no lo logra su objetivo, pues apelará a la eliminación o diferimiento de los comicios.
A la situación de caos político, se suma la del caos social, el cual está excelentemente descrito en el informe “Venezuela: Un desastre evitable” recién publicado por la organización International Crisis Group, en el que alerta sobre una situación extremadamente delicada en lo humanitario en el país, debido a las malas políticas gubernamentales (http://www.crisisgroup.org/en/regions/latin-america-caribbean/andes/venezuela/b033-venezuela-unnatural-disaster.aspx?alt_lang=es).
Las medidas arbitrarias tomadas por el gobierno contra empresas privadas de alimentos como es el caso de la Polar –la mayor y más importante del país-  a la que recientemente se le expropio un centro de distribución supuestamente para construir viviendas. ha profundizado al límite laescasez y racionamiento de alimentos.  La consecuencia  de ello no se ha hecho esperar y en las últimas semanas una población cada vez más frustrada, desesperada e indignada a la población se viene manifestando con inesperadas protestas, saqueos y actos de violencia en varias partes del país que tienden a extenderse.
Cabe resaltar como ejemplo la manifestación de los habitantes de La Guajira venezolana, en su mayoría indígena,  en el Estado petrolero del Zulia al oeste del país, que saquearon y quemaron parte de la sede del gobierno municipal al no recibir respuesta de las autoridades ante la severaescasez y el racionamiento de alimentos.  En medio del saqueo, los manifestantes enfurecidos asaltaron cuatro camiones de comida, y quemaron los retratos del fallecido presidente Hugo Chávez y del actual jefe de Estado, Nicolás Maduro. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social ha contabilizado 56 saqueos y otros 76 intentos en el primer semestre de este año. (http://www.efectococuyo.com/efecto-cocuyo/observatorio-de-conflictividad-contabilizo-56-saqueos-en-el-primer-semestre-de-2015).
Ante la inminente debacle, el gobierno de Maduro continúa sin tomar medidas eficientes y apropiadas  en lo económico, político y social, lo que demuestra su interés en provocar un estado de conmoción nacional que les permita eliminar o diferir la parlamentarias que saben tenerlas pérdidas,  o incluso declarar un Estado de Emergencia Nacional. Ya  lo advirtió Nicolás Maduro en julio pasado ante los candidatos del PSUV: que de obtener la oposición la mayoría de la Asamblea, “se desataría un proceso de confrontación social de calle que dejaría pálido lo ocurrió en febrero de 1989 durante los saqueos y protestas conocidos como el Caracazo”(http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/06/22/confrontacion-social-si-oposicion-gana-asamblea-maduro-1249.html).
También hace pocos días  Maduro llamó a la población  a alistarse para una inevitable radicalización de la revolución bolivariana frente a la supuesta arremetida de la derecha nacional y foránea. Tal vez está tan desesperado y controlado por quién sabe cuáles rufianes nacionales y extranjeros, que cree que no le queda otra que terminar de estrellarse con la sempiterna estrategia de “huida hacia adelante”.
 
María Teresa Romero
El caos: la última carta del chavo-madurismo
El columnero. Caracas, 19 de agosto de 2015