domingo, 3 de agosto de 2014

Gerver Torres: La nueva MUD

Con la renuncia de Ramón Guillermo Aveledo a la secretaría general de la MUD, se plantea la posibilidad para las fuerzas democráticas venezolanas de dotarse de un nuevo y superior instrumento de lucha.

La Mesa cumplió una etapa y Aveledo hizo un gran trabajo dirigiéndola. Ahora se trata de reconocer el nuevo terreno en que nos encontramos, de aprender de la experiencia vivida, de mantener y potenciar los logros obtenidos, así como de corregir errores y deficiencias de distinta índole que se fueron haciendo notables a través del tiempo.

La oposición cometería un error si lo que se plantea es sustituir a Aveledo por una nueva figura, sin considerar todos esos otros elementos del contexto actual y de las prácticas vividas, para relanzar la MUD.

A mi manera de ver, el activo más importante representado por la Mesa, necesario de preservar y fortalecer, es la disposición de sectores muy diversos de la oposición venezolana para unir esfuerzos, para coordinar sus luchas contra el régimen actual. Los retos por su parte son de naturaleza diversa. El primero se refiere a cómo trascender lo electoral; cómo reinventarse para dejar de ser básicamente un mecanismo de coordinación electoral, y serlo también de acciones de lucha, protesta y movilización social.

Un segundo reto se refiere a cómo convertirse en una instancia más incluyente que de alguna manera logre representar no solo a los principales partidos de la oposición, sino a otros actores sociales que batallan igualmente por la libertad y la democracia en Venezuela. El tercer reto se refiere a la necesidad de mantenerse permanentemente activa, dando respuesta, pronunciándose sobre la gran cantidad de problemas que padece el país o acciones del régimen que demandan respuestas de la oposición; cómo no dejar que se formen vacíos, silencios políticos angustiosos.

Estos retos son complejos, pero la experiencia de la MUD nos hace ser optimistas sobre la capacidad para enfrentarlos en esta nueva etapa.

gerver@liderazgoyvision.org

Gerver Torres
La nueva MUD
El Universal. Caracas, 3 de agosto de 2014

Rayma: La Gran Colombia... La Gran Comedia



 
Rayma
La Gran Colombia... La Gran Comedia
Publicada en la cuenta twitter @raymacaricatura
Caracas, 3 de agosto de 2014
 
 
 
 

Manuel Malaver: La cacería

Durante febrero y junio de este año anduvieron asolando al país como perros rabiosos, disparando, atropellando y reprimiendo a cuanto ciudadano tuviera el coraje de denunciar la dictadura de Maduro y gritar que su gobierno, aparte de su origen espúreo, era un “estado forajido” al margen de la ley y de naturaleza exactamente igual al de los hermanos Castro de Cuba, Bashar al Asad de Siria y Robert Mugabe de Zimbawue.
Las diferencias podrían ser de duración y cantidad, pero, al igual que tamaños asesinos, no repararon en el número de ciudadanos indefensos -y cuyo único delito era defender la Constitución- que debían y podían ser masacrados, pues no cumplían otra misión que derramar sangre por el tiempo que fuese necesario.
Parecían criminales de otras épocas, de los que se veían en los campos de exterminio nazi y las dictaduras de Videla y Pinochet, pero estaban ahí, no pocas veces sonreídos y orgullosos de que forman parte de una maquinaria de guerra decidida a barrer las calles de Venezuela de manifestantes antiMaduro.
Dejaron miles de testimonios en fotografías, audiovisuales de celulares, cámaras digitales y tabletas, porque, aparte de reprimir, querían disuadir a “plomo limpio” a los que se sintieran animados a darle continuidad a las protestas.
En strito sensu, fue la primera represión de los años de Internet, los Smatphones y las I Pad, una que podía seguirse, como si fuera un serial de televisión por cable, desde las casas, calles y lugares de trabajo.
“Duro oficio” el de estos sicarios y mercenarios on line, pero asumido sin rubor, pues se sentían como protagonistas de la última película de terror.
Cincuenta venezolanos encontraron la muerte por la saña de balas de fusil, y otros proyectiles antimotines; los heridos pasaron de 500; y miles fueron lanzados a cárceles donde se les torturó sin piedad.
Hoy, los más connotados, los más conspicuos, los más sobresalientes, forman parte de una lista de 27 psicópatas que están siendo requeridos por la justicia de Estados Unidos, que abrió el primer capítulo del expediente por el que se presentarán más temprano que tarde ante los banquillos de la justicia global.
No son, sin embargo, todos cuantos y todos quienes, pero sin duda que serán numerados en las próximas semanas o meses, cuando toda la línea de mando sea desenmascarada, identificada, fichada y, como los primeros 27, empiece a sufrir las angustias de quienes se ensañaron y a menudo se burlaron del dolor de sus connacionales.
Es el comienzo de la “cacería”, de la cacería de los cazadores, de los que, armados hasta los dientes, y sufragados por un “estado forajido”, no tuvieron empacho en justificar sus pagas -y aun sobrepasar las metas- para aspirar a un aumento.
Oficiales de la Fuerza Armada Nacional y los cuerpos de inteligencia unos; civiles de diferentes instancias del estado otros; generales, coroneles, ministros, gobernadores y alcaldes, absolutamente empacados en la confianza de que, como hasta tiempos relativamente recientes, se podía delinquir y después guarecerse en anacronías como la “Soberanía Nacional” y “la no injerencia en los asuntos internos de otros países”.
Y, “los colectivos”, etiquetas del hampa común y de la hampa organizada, los equivalentes a las “tropas de asalto” hitlerianas y las “unidades de respuesta rápida” castristas, entrenados para suplantar, y aun dirigir, a unidades de la Guardia Nacional y la Policía Nacional, si era que la naturaleza de las operaciones insinuaba algún camuflaje.
La reciente detención, sin embargo, de uno de los suyos en Aruba, la de Hugo “El Pollo” Carvajal, general y exdirector de la Dirección de Inteligencia Militar, DIM, pero por cómplice del narcotráfico y colaborador de la guerrilla colombiana, seguro les resultó como un mazazo, pues fue la demostración de que, se refugien donde se refugien, “los 27” también seguirán dentro de poco su camino.
Días también de horror, para su jefe, el presidente llamado Maduro, con una soga al cuello que desatar, la de quitarse de encima la evidencia de que ordenó asesinar venezolanos, y que le abre en su futuro la celda de los calabozos donde estuvieron aquel expresidente Liberia, Charles Taylor y el de la exYugoeslavia, Slodoban Milosevic.
Abandonado, aun por sus miles de acreedores, los que ahora preferirán perder “sus reales” antes que retratarse con un reo de la justicia internacional.
Y si ese es el caso de Maduro ¿qué crujir de dientes no esperan a Noguera Pietri, Quevedo, Padrino López, Rangel Silva, Rangel Gómez, Rodríguez Chacín, Vielma Mora, y tantos otros que ganaron los galones de “oficial” para infamarlos y hacer mofa de ellos?
Pero esperen, que apenas estamos en el comienzo de la “cacería”, de la cacería de los cazadores, vendrán nuevas y más abultadas listas, unas en las cuales la identificación de los que prestaron su concurso en todos los tramos de las represión, también verán sus nombres y apellidos ardiendo en la hoguera de del terror y del miedo.
Igualmente, haciendo parte de la falange siniestra que en el siglo XXI se unió a la del siglo XX, pero con la mala suerte de que, en los días que corren, la tecnología digital y comunicacional si ha avanzado para que no quede un solo delito sin documentación.
De modo que, se acabaron las formas de camuflarse para vivir del delito más rechazado y odiado por la sociedad contemporánea, la violación de los derechos humanos, las que aun alientan la malformación de los totalitarismos viejos y nuevos, las que todavía permiten excrecencias históricas tal los regímenes de Cuba y Corea del Norte, las que dejan permear que dictadores de vocación frustrada como Correa de Ecuador, y Evo Morales de Bolivia, atropellen a sus pueblos con sobrado cinismo en sus rostros.
Y horrores inenarrables, como los de Bashar al Assad, en Siria, Robert Mugabe en Zimbawue, Ahmad al Bashir de Sudán.
Y siguen los casos de los caudillos, profetas y mandamases con gobiernos autoritarios pero de baja o mediana intensidad, tal los de Vladimir Putin en Rusia y Alexander Lukashenko en Bielorrusia por confesión propia, hijos o nietos del “padrecito” Stalin, por cuya inspiración, no solo aspiran a sojuzgar “vitaliciamente” sus países, sino al mundo, o parte de él.
Todos íntimos, cofrades, hermanos y compadres, antes de Chávez y ahora de Maduro, a cuya dictadura, no solo han dado apoyo político, militar y económico, sino que, al hacerlo a cambio del cobro de decenas de miles de millones de dólares, han contribuido a la ruina que, de manera generalizada, roba alimentos, medicinas, salud, educación y seguridad a los venezolanos.
Tendríamos que extendernos con profusión y minuciosidad en la participación de los dictadores cubanos, Raúl y Fidel Castro, en la catástrofe humanitaria que hoy sacude a Venezuela, pero es pedirle demasiado al director de “La Razón”, Pablo López Ulacio, un editor que hace esfuerzos ímprobos para procurarse papel y mantener uno de los pocos espacios de libertad que aun restan a los venezolanos.
Es una de las últimas trincheras, de las batallas en que se bate el cobre por la defensa de un derecho humano fundamental: el derecho a estar correcta y honestamente informados.
En todo caso, delitos que van aumentando el expediente por el que los culpables de la violación de los derechos humanos en Venezuela, terminarán tras las rejas

Manuel Malaver
La cacería
La Razón (La Patilla). Caracas, 3 de agosto de 2014

Marta Colomina: Carta de renuncia a El Universal

Lic. Elide Rojas, Jefe de Redacción
Lic. Miguel Maita, jefe de las páginas de Opinión
Diario El Universal- Ciudad

Estimados amigos: Cuando en fecha reciente El Universal cambió de dueño , los  usuarios de las redes sociales seguidores de mi artículo de opinión que he mantenido en ese diario  durante 19 años,  conscientes  de que la mayoría de los medios  escritos o audiovisuales que cambiaron  recientemente de propietario han sido adquiridos por ciudadanos  afines al gobierno que al poco tiempo  aplican la censura y excluyen de sus páginas y pantallas  las informaciones críticas al régimen,  me preguntaron si yo iba a continuar escribiendo para El Universal . Contesté públicamente que, a despecho de quienes fueran los nuevos dueños, yo seguiría escribiendo en  El Universal en  la medida en que no hubiera despidos de periodistas por razones políticas ,  se respetase la pluralidad informativa y  no hubiese censura.
Así ocurrió hasta hace unas dos semanas, cuando empezaron a aparecer  declaraciones de algunos articulistas denunciando que habían sido censurados o  vetados ( Salgueiro, Izquiel, Eddie Ramirez y otros). El pasado domingo 27, yo misma me adherí a la posibilidad de haber sido censurada cuando mi artículo no apareció en su página web, mucho más leída que la edición  impresa. Se me dijo que hubo problemas técnicos y  que, al subsanarse, los artículos omitidos aparecerían en la versión digital, como en efecto ocurrió , aunque tardíamente.   Sin  embargo esta  semana las denuncias sobre articulistas censurados   o despedidos por razones políticas   han crecido significativamente , si se atiende  al contenido de los textos vetados : el  inteligente psicólogo social Axel Capriles dijo  que su artículo  había sido rechazado porque escribió sobre el vergonzoso caso del general Hugo Carvajal; el magnífico economista Orlando Ochoa, articulista de EU durante 17 años,  fue notificado que “por cambio en la línea editorial su columna de opinión ya no será publicada”. Otro brillante economista, Miguel Angel Santos,  publicó  este jueves en La Patilla   su artículo , acompañado del  siguiente texto:”Este artículo debería salir hoy publicado en El Universal, pero por alguna razón ( de esas que antes no ocurrían y ahora sí ocurren) no ha sido incluido dentro de la edición web de El Universal EUD. Ya, ya, hubo fallas técnicas, disculpas, etc. Llama la atención que algunos, cada vez más pocos, sigan empeñándose en mantener las formas y en hacer las cosas de a poco, como si no fuésemos a darnos cuenta”. Además de los nombrados, ya no pueden seguir escribiendo en El Universal  Unai Amenábar, José Domingo Blanco (Mingo), Ismael García, Cipriano Heredia,  Dámaso Jiménez, Orián Brito, Néstor Luis Alvarez,  Agustín Blanco Muñoz , Per Kurowski y  otros que escapan a mi memoria. La periodista Nitu Pérez Osuna renunció en solidaridad con sus compañeros. Todos los  censurados o sacados de las páginas son críticos del gobierno.
Es hora entonces de que la  opinión expresada  hace unas cuantas semanas  cuando los usuarios de la red me preguntaron  si iba a seguir escribiendo en El Universal , se  materialice en solidaridad   abierta con nuestros compañeros   despedidos y diga  públicamente que, en esas condiciones, no puedo seguir escribiendo en  El Universal, aunque  mis artículos críticos, hasta la semana antepasada, hayan salido sin censura alguna. Esta carta debí dirigírsela al nuevo presidente de El Universal por su contenido,   pero preferí  ponerla en manos de  dos  amigos , Elides Rojas, Jefe de Redacción  y Miguel Maita, jefe de las páginas de Opinión,  a quienes respeto y admiro por su trabajo constante,   inteligencia , defensa de la libertad y  por los difíciles momentos que les está tocando vivir. Esta decisión   que he tomado  hoy , es en extremo dolorosa para quien , desde hace 15 años, ha ido perdiendo espacios de comunicación en defensa de la Democracia, devorados por la censura y la represión . Leo que a   varios  articulistas se les ha dicho que su retiro es temporal. Ojalá que así sea, porque ello significaría que  la opinión libre habría dejado de ser un delito en Venezuela , y que la reconquista de la Democracia es posible y puede estar cercana.

Con respeto y afecto
Marta Colomina
MColomina@gmail.com
@colominaM

Marta Colomina
Carta de renuncia a El Universal
La Patilla. Caracas, 2 de agosto de 2014