sábado, 30 de mayo de 2015

Manuel Malaver: Es el narcotráfico, estúpido, es el narcotráfico

El narcotráfico, no solo está horadando la poca estabilidad interna que le resta al gobierno de Maduro, sino que, internacionalmente, es la marca que está quedando de aquel “paraíso terrenal” que intentó llamarse el “Socialismo del Siglo XXI”.
Aun más, pareciera que ya es el origen fundacional de sus dichas y desdichas, puesto que, los ingresos que están sustituyendo a los de la menguante renta petrolera provienen del tráfico de drogas, mientras la prensa internacional habla más y más de venezolanos y venezolanas que encabezan las bandas que azotan al mundo o figuran entre sus principales integrantes.
No son noticias, sin embargo, que interesen a la mass media nacional-típico de los países sitiados por el narcotráfico- cuyos periódicos, revistas, radio y televisión permanecen mudos, ciegos y sordos frente a la peor peste que ha asolado a Venezuela desde el paludismo y las guerras civiles del siglo XIX, y pasa rasante, o no pasa, frente los continuos escándalos donde, o particulares o funcionarios cercanos al alto gobierno, son “participativos y protagónicos”
La pregunta es: ¿los medios que desde que se inició el gobierno de Maduro fueron comprados con capitales de origen dudoso, y empresas más dudosas aún, pertenecen a los carteles de la cocaína, o sus actuales dueños tienen pactos con las mafias para fabricar un único y exclusivo silencio sobre este u otros delitos?
¿Saben los organismos antidrogas de Estados Unidos y la UE –únicos países en el mundo donde la guerra contra el narcotráfico es sin cuartel- que muchos de estos flamantes empresarios y capitalistas dueños de medios casi oficialistas venezolanos, callan las atrocidades de Maduro, de Raúl Castro, de Putin, Hizbolá y el ISIS, mientras disfrutan de propiedades y mansiones en los países capitalistas “decadentes” de Europa y América y disponen de munidas cuentas en dólares en sus bancos e instituciones financieras?
Seguramente que no, porque no hay un solo poder en el mundo que sepa de todo, pero, por si no lo sabían o lo han olvidado, quiero refrescárselo, ahora, cuando ni siquiera la “mundialísima” mafia de la FIFA se está escapando a la justicia internacional, implacable y global.
Reflexiones que se me escapan pensando en el silencio que guardaron los medios oficialistas y casi oficialistas venezolanos, ante el último escándalo de narcotráfico que sacudió la conciencia nacional, puesto que, involucró a un “presunto” narcotraficante solicitado por dos tribunales de Caracas, el 12 y el 18 de Control, Richard José Cammarano Jaimes (46) y a una exMagistrada de la Sala Penal del TSJ -2006-2010-, Mirian del Valle Morandy Mijares (53), jubilada hace apenas tres años, dicen que cercana al entorno de la pareja presidencial, y con cuyos auspicios, en septiembre del 2014, por poco no resultó electa Fiscal General de la República en la elección donde le ganó la carrera, Luisa Ortega Díaz.
Los hechos, tal aparecen en el portal “Runrunes” de Nelson Bocaranda, -medio digital que realizó una excelente cobertura del caso- se desencadenaron el sábado 22 de mayo, siendo aproximadamente las 10 de la noche, en el “Aeropuerto Internacional de Simón Bolívar”, en Maiquetía, cuando Cammarano, acompañado de la exMagistrada Morandy, su asistente, Tibisay Pacheco y un funcionario del Saime de apellido, Aponte, encargado de pasar al grupo por inmigración, fueron detenidos por agentes de la “División Antidrogas de la GNB” que portaban una orden de captura emitida por un tribunal contra tan peligroso individuo.
Shock, estupor, confusión entre los viajeros que se dirigían a tomar un vuelo de la línea aérea Tap, rumbo a Oporto, Portugal, -ciudad donde reside Cammarano- y su traslado a la sede del Comando de la “División Antidrogas de la GNB” en Colinas de las Acacias, donde se presentan tres fiscales del Ministerio Público que asumen los procedimientos que determinarán la suerte de los detenidos.
Pero, a partir de este procedimiento, los detenidos desaparecen de la faz de la tierra, no se vuelve a tener conocimiento de su situación ni de sus personas, aunque los rumores dicen que regresaron a sus casas y se reincorporaron a sus actividades… “normales”.
El martes pasado, sin embargo, el “Diario 2001”, informó que Cammarano fue presentado el lunes ante el Tribunal 31 de Control de Caracas, el cual procedió a dictarle “privativa de libertad” por un caso denunciado el 21 de marzo del 2012, cuando agentes del CICPC reportaron que en una quinta de su propiedad “La Chapa”, ubicada en “Prados de Este”, se encontraron 1200 kilos de cocaína.
Pero existía otro expediente -aun no resuelto- que vincula a Cammarano con el narcotráfico, como fue el hallazgo del 9 de octubre del 2010, en un barco de bandera libanesa surto en el puerto de Ferrominera, en Puerto Ordaz, de 470 kilos de cocaína que, luego de investigados condujeron a la identidad del propietario de una empresas de vidrios blindados, “Blindado Walash”, Cammarano, quien, además, no era un desconocido para los cuerpos policiales, pues en el 27 de marzo del 2008 matan a su esposa, Betsy Araujo, en una operación de sicariato, en el edificio Mucubaji, en Valle Abajo, Caracas y como principal sospechoso se señala a Cammarano.
Y éste era el amigo, compinche, socio, camarada, padrino de la exMagistrada de la Sala Penal del TSJ, Mirian Morandy, la misma que en el tiempo que ejerció su cargo, 2006-2010, trató con especial crueldad, sevicia y sadismo a perseguidos de la oposición, negándoles el debido proceso, y aplicándole decisiones injustas e ilegales, enjuiciándolos, literalmente, por delitos de conciencia, como los policías acusados sin pruebas por los muertos del 11 de abril del 2002, los comisarios Simonovis, Vivas y Forero y al diputado, José Sánchez, “Mazuco”.
En otras palabras, que la propia verduga, que, por designios de la Divina Providencia, o más bien, porque Diosado Cabello, tenía de candidata a Luisa Ortega Díaz, no es la actual Fiscal General de la República, con el respaldo del presidente, Maduro y su esposa, Cilia Flores.
Y de la cual, hasta el momento de escribir estas notas, no se sabe absolutamente nada y pasa a la galería de los personajes protegidos y bypaseados por el gobierno y sus medios tarifados y que, a no ser por el olfato y coraje de periodistas como, Nelson Bocaranda y sus “Runrunes”, seguiría una vida internacional dedicada a cultivar “amistades peligrosas” como Cammarano y CIA.
Pero el “Caso de la Exmagistrada y el Hombre de los Vidrios Blindados” también se presta a incursionar en el ámbito de la política nacional, más específicamente, en el enfrentamiento Maduro-Cabello, porque se trata de la propia manzana de la discordia, una exfuncionaria del entorno presidencial que se atreve a desafiar al vicepresidencial, disputándole, nada más y nada menos, que la Fiscalía General de la República.
Ganó Cabello, pero la guerra continuó, Maduro contraatacando con sus reuniones con Tom Shannon, enviado del Departamento de Estado que, presuntamente, discute la situación del vicepresidente de la AN acusado por los testigos protegidos, Leamsy Salazar y Rafael Isea, de ser el jefe del “Cartel de los Soles”, y el también teniente o capitán sacando ventaja de la detención con un narco, en el Aeropuerto Internacional, Simón Bolívar y de una exMagistrada cuyas conexiones con el alto gobierno madurista no dejan dudas.
A este respecto, nada más significativo que Cammarano, un fugitivo de la justicia venezolana solicitado por dos tribunales de Caracas, y residente en Oporto, Portugal, regresara al país el 23 de abril pasado, pasó inmigración del aeropuerto donde fue detenido casi un mes después, y nadie se dio por aludido.
Estuvo en Caracas un mes y días y solo fue arrestado cuando se va del país en compañía de una presa codiciada para Cabello: la exmagistrada, Morandy.
Pero más sospechoso –o sugestivo, por decir lo menos- es que a semana y días de su detención, Cammarano, es privado de libertad, en tanto que su acompañante, su glamorosa y, a todas luces, portada de periódicos, revistas, y noticieros de radio y televisión en los países libres y democráticos, es un secreto bien guardado para los lectores y usuarios de los medios radioeléctricos de Venezuela.
¿Ya cumplió su papel, o fue usada como otros tantos – o tontos- venezolanos que caen en el fuego cruzado de las dos facciones que se disputan el poder en Venezuela?
Seguramente, y la mejor prueba, es que en la penúltima aparición pública de Maduro, el miércoles pasado y con ocasión de anunciar unos acuerdos con el presidente de la estatal petrolera rusa, Rosneff, apareció al lado de Cabello, y sin que nadie le estuviera preguntando, añadiendo: “Estoy al lado del camarada Cabello, quien ahora pasa a estar siempre a mi lado, sobre todo cuando se trate de discutir y negociar los asuntos estratégicos de la República”
En otras palabras: ¿Que presidente paralelo habemus?
Quizá exagero y realizo cruces, junturas, secuencias y consecuencias apenas relacionadas, pero para no ser sorprendido en un futuro próximo por tragedias no imaginadas -y que al parecer ignoran los polos de la crisis política venezolana actual-, quiero parafrasear la frase de James Carville a Bill Clinton en la campaña electoral norteamericana de 1992: “Es el narcotráfico, estúpido, es el narcotráfico”

Manuel Malaver
Es el narcotráfico, estúpido, es el narcotráfico
La Razón. Caracas, 31 de mayo de 2015 (La Patilla)

Marianella Salazar: Esto va a terminar mal

No pierdo la esperanza de que haremos una catarsis política, una nueva época de limpieza, de claridad política y moral pública, liberada de sátrapas de pacotilla que han hecho carrera delictiva amparados por la sombra del poder. Cuando pase, el cambio adoptará acaso una trayectoria sinuosa, confusa, y tal vez se dé la circunstancia de que quienes administren la transición no sean los resistentes con credenciales, fajados durante tantos años denunciando grandes corruptelas y la espantosa debacle económica, sino, principalmente, salgan de los mismos civiles y militares que han colaborado con el régimen, pero no quieren que les salpique la escoria y el hedor por el cual transita la narcorrevolución hasta su defunción.
El momento se acerca. Nicolás Maduro podría salvarse, tener una salida negociada, ser recibido en Moscú como desea Raúl Castro, pero está empeñado en hundirse con Diosdado y parecer su rehén. Su solidaridad automática es sospechosa, desde la opinión pública no se expresa sino un profundo asco. La respuesta presidencial de que “Diosdado somos todos” a la afirmación del prestigioso diario estadounidense The Wall Street Journal, de que Diosdado está siendo investigado por la Fiscalía de Estados Unidos, no puede ser más comprometida, a menos que lo haga de la boca para afuera mientras sigue el guion enviado desde Cuba, que busca su acomodo con Estados Unidos, y por eso le han ordenado recibir nuevamente a Thomas Shannon, enviado especial del presidente Obama, para tratar el dossier completo hecho contra Cabello, en el que sin duda alguna ha colaborado el gobierno cubano.
El G2 ha venido recabando información de todos los pasos dados por Diosdado Cabello desde el principio de la revolución, y ese expediente fue determinante para que Hugo Chávez escogiera a Maduro y no a Cabello como el sucesor. La animadversión de los hermanos Castro por el llamado número dos es de vieja data, siempre han pensado que tiene su propia agenda y que Cuba no está en ella, lo consideran traidor, por eso hacen y harán lo que sea por contrarrestar su poder.

 
Infiltrado hasta los tuétanos.
El cerco contra Diosdado no solo está en el frente externo, es improbable que Estados Unidos envíe un comando para llevárselo y hacer un operativo similar a la captura de Noriega en Panamá. Esta es una época muy distinta, pero la realidad es que hay sectores en la Fuerza Armada dispuestos a facilitar las investigaciones de Estados Unidos. Según nuestras fuentes militares, Diosdado solo controla 30% de los comandantes de batallones, lo cual no significa ninguna garantía para él, porque están bajo el impacto de las graves denuncias y no quieren verse involucrados.
Por otra parte, organismos de inteligencia venezolanos están informando a los de Colombia sobre los aviones que vienen a buscar droga. La nave con el cargamento de cocaína estrellada la semana pasada fue derribada por la Fuerza Aérea colombiana –que lo anunció oficialmente–, y dejó muy mal parado al ministro de la Defensa, Vladimir Padrino López, que aseguró que había sido una acción de la Aviación venezolana. Según las fuentes, el avión salió de un aeropuerto clandestino del Zulia, a cinco minutos de Colombia y fue cargado en Venezuela.
Para evitar próximas acciones colombianas, el “Cartel de los Soles” concentrará acciones en Guárico, donde tendrían su principal centro de acopio, cargarán los aviones y en aguas internacionales quitarán el detector del radar para aterrizar en México sin problemas. Pero los derribos continuarán, debido a las informaciones que se intercambian los organismos de seguridad, venezolanos, colombianos y estadounidenses. 

Marianella Salazar
Esto va a terminar mal
El Nacional. Caracas, 27 de mayo de 2015

José Domingo Blanco Mingo: ¿Chávez vive? Maduro tampoco

Y sigue el descontento en aumento. Pero el del pueblo chavista que, insisto, no está satisfecho con la gestión –y el desastre– de Nicolás. No les gusta Maduro y ya no se lo callan. Ni lo defienden, ni lo apoyan como antes. Incluso, no se eximen de poner en duda la última voluntad del difunto. Tampoco entienden por qué les pidió votar por alguien que, ni remotamente, se parece a su “comandante eterno”. Es tanto el desencanto del soberano “rojo-rojito” que los aferrados al poder ya no saben qué inventar para prolongar la estadía en sus cargos, esas posiciones de las que han sacado tantas prebendas y les han permitido una vida de lujos y despilfarro. La tarea no está fácil porque no lograrán convencer al pueblo “rojo-rojito”–ese que pasa horas en colas para comprar un pollo o un kilo de harina de maíz– de que la cúpula del desgobierno vive del sueldito quince y último que les paga el Estado. Es que ni usando como estrategia de campaña afiches con las fotos de Cilia o Nicolás frente a Mercal o el Abasto Bicentenario, haciendo su cola kilométrica para comprar un kilo de café o un paquete de pañales –según el último número de la cédula– lograrán bajar los niveles de “calentera” que siente ese pueblo que creyó en Chávez y, por retruque, en Maduro. Porque el pueblo mesmo jamás se encontrará a los secuaces del gobierno en la morgue reclamando al familiar que les mató el hampa, ni tampoco peregrinando de un hospital a otro para ser curados de sus dolencias, ni padeciendo la escasez, ni asfixiados por la inflación. Porque la gente que está enquistada en el desgobierno no tiene ni ganas ni intenciones de abandonar sus curules ni sus posiciones de poder para darle paso a la generación de relevo. Los enquistados quieren seguir gobernando, no para beneficio del pueblo, sino propio.
El soberano rojo-rojito, ese que ¿amó? a Chávez, no está contento. Y sus quejas son cada vez más parecidas a las de aquellos que están en el bando de la oposición. La contrariedad les aumenta en la misma proporción en la que pierden libertades y calidad de vida. El círculo de deterioro aumenta metiendo en ese diámetro a quienes creyeron en esta revolución. Las divisiones y las fracturas en el chavismo son públicas y notorias, aunque se empeñen en disfrazarlas. Este parapeto no tiene esqueleto y amenaza con desplomarse. Y ellos, los que hoy ostentan el poder, saben de la amenaza y del riesgo que supone perder popularidad o unas próximas elecciones. Lo que está en juego es mucho más que la “buena vida” lograda de una manera cómoda –por no decir corrupta–. Entonces, un escenario donde el pueblo rojo-rojito, ese que amó a Chávez, no los apoye, es algo que los tiene asustados. Al lujo, al confort y la abundancia se acostumbra hasta el ñángara más radical. Incluso esos dirigentes –hoy bastiones de esta revolución– que antes vivían en Artigas o andaban en autobús, y que hoy la riqueza les brota por los poros, y no se preocupan en ocultar. Que se les cierre el maná y que tengan que viajar menos al extranjero, o ya no tengan tanto acceso a los dólares preferenciales, o que tengan que reducir la cantidad de guardaespaldas, o desprenderse de uno de sus carros de lujo, o llevar a la mitad el clóset con ropa de marca, los debe tener preocupados. Porque el pueblo chavista está que arde, de a tirito, de a toque. Y cada vez cuesta más arriarlo a los actos, a las concentraciones e incluso a las mesas de votaciones.
Los chavistas, esos que siguieron al difunto presidente, ya no están tan dóciles. Tampoco quieren seguir viendo las mismas caras rotando de un ministerio a otro. O empotrados en una curul. Ya los conocen porque han tenido 16 años para demostrar sus fracasos. El desgobierno y su cúpula son conscientes de la pérdida de popularidad y seguidores. Por eso, las divisiones. Por eso, los enfrentamientos. Por eso, el desespero. Por eso, los reclamos. Por eso, el nerviosismo… por eso: rodarán cabezas y se fracturarán lealtades. Saben que tendrán que sacar la maquinaria pesada para remontar los números y salir victoriosos en las parlamentarias –si acaso llegan a realizarse, aun cuando sigan insistiendo mis dateros en que serán en diciembre–. Por eso, en pocos días volveremos a oír el jingle pegajoso y emotivo. Desempolvarán los discursos de Chávez. Se aferrarán a él como última salida. Por eso, de nuevo, tapizarán a Venezuela de corazones: para recordarle a los chavistas que están a punto de desertar, que Chávez es el “Corazón del pueblo”.

Pero ni con eso lograrán aplacar las cada vez más frecuentes manifestaciones de rechazo de sectores que en algún momento fueron partidarios del oficialismo. Aumenta el número de chavistas que está migrando a los grupos surgidos del divorcio o las rupturas –irreconciliables– con el PSUV. El pueblo rojo rojito ya no comulga con la misma devoción con las acciones de sus dirigentes y está perdiendo la fe en la misma medida en la que pierden poder adquisitivo.
El desgaste de los actores políticos del chavismo es evidente, y así lo sienten quienes ven a Maduro y su combo como los únicos responsables del viraje –o la caída en picada– que sufre la revolución. Sin duda, hay todavía quienes verán en Chávez al pater familia que los sacó del abandono y los hizo visibles. Para otros, para quienes nos opondremos siempre a este modelo comunista y antidemocrático, el difunto comandante no será más que un histrión megalómano que supo movilizar a las masas a su antojo, para consolidar en nuestro país un modelo fracasado, que nos hunde en la miseria. Esa, por siempre, será la gloria y la condena del chavismo. Y los que un día fueron rojos-rojitos verán a Nicolás como la terrible consecuencia de una gestión que está a punto de hacer implosión.

José Domingo Blanco Mingo
¿Chávez vive? Maduro tampoco
El Nacional. Caracas, 30 de mayo de 2015

Fausto Masó: Atrapado y sin salida

Un familiar me envía una noticia publicada en Alemania sobre Antonio Ledezma, donde se sorprenden de que el alcalde de la principal ciudad de Venezuela se encuentre virtualmente secuestrado en su casa, a pesar de la votación con la que fue elegido. Este caso de Ledezma expresa la tragedia de los presos políticos venezolanos que ya despiertan atención mundial, sin que el gobierno encuentre una respuesta, porque a Maduro lo domina una perplejidad absoluta, parece atrapado y sin salida. No sabe qué hacer con Antonio Ledezma, igual que lo desconcierta la crisis económica, a pesar de que sus asesores internacionales le señalan que la inflación para diciembre amenaza con llegar a 200% y que el desabastecimiento en semanas provocará graves conflictos.
Dentro del chavismo se multiplican las críticas, desde un Navarro a un Giordani y a dirigentes obreros. En Aporrea escribe César Enrique: “La corriente disidente del PSUV, Marea Socialista, como ya es conocido, decidió finalmente presentar candidatos propios a las elecciones parlamentarias de 2015, posibilidad que había llevado a la agrupación a solicitar, preventivamente (a fines de 2014), la reserva del nombre ante el CNE. El órgano electoral, sin embargo, de acuerdo con la Gaceta Electoral de fecha 13/05/15, negó a MS (así como a otras agrupaciones solicitantes) la posibilidad de registrarse como partido político, aunque la decisión aclara que se trata de una medida de carácter temporal, ya que dichas agrupaciones podrían ser aceptadas si hacen el cambio de nombre, lo que les permitiría tomar parte en la elecciones a la Asamblea Nacional. Más allá del pronunciamiento del CNE, con todo lo que puede implicar, lo relevante es la determinación de MS de convertirse en una organización política autónoma. No es gratuita la decisión de MS”.
Por otra parte, en la oposición sin duda, “la Unidad es la llave maestra para abrir las celdas de los presos políticos. Aquí no se trata de ver quién es el primer partido de oposición, aquí lo trascendente es luchar juntos para que tengamos a la unidad al frente del nuevo gobierno que los venezolanos debemos darnos democráticamente, produciendo los cambios que necesitamos en lo económico, en lo social y en lo político”.

Para Mitzy de Ledezma, “todos somos necesarios, no podemos caer en el juego del régimen que quiere vernos peleándonos como perros y gatos, cuando lo juicioso es honrar la fe de la gente en nosotros. Si no nos respetamos, si no nos unimos de conciencia, la ciudadanía llegará a pensar que lo único bueno que tiene este nefasto gobierno es lo malo de la oposición”.
Nicolás Maduro acepta en privado que las cosas no marchan bien, no se decide a imponer un solo tipo de cambio, o pasar del 6,30 a 10 o 45 por dólar. Por ahora solo le preocupa disminuir la salida de dólares, aunque sea a costa de paralizar la industria, o dejar a los estudiantes pasando hambre. Según Ecoanalítica, “se proponía un tipo de cambio oficial de 35 bolívares por dólar, supuestamente alineado con el nivel del tipo de cambio real de equilibrio para Venezuela al cierre del mes de febrero 2015”. Pero a Maduro le encanta correr la arruga, dejar para después de las elecciones las decisiones, ni siquiera se atreve a aumentar el precio de la gasolina, pero esta semana anda alarmado, porque le dicen que esto no llega a las elecciones. Él hasta ahora prefiere esperar, encomendarse a Dios, apostar por un milagro, no darle un dólar al sector privado, aunque ya se paralicen las industrias.
Como dijimos, Maduro está atrapado y sin salida.
La pregunta inevitable: ¿por qué Chávez escogió a Maduro?
Porque no tenía otro candidato a sucederlo a mano, al final entre Jaua y Maduro el chavismo prefirió al segundo y los civiles rechazaron que a Chávez lo reemplazara un militar.
Ese fue el fruto de 14 años de gobierno de Chávez que deliberadamente apartó de su lado a los que le hicieran sombra.
En sus últimos meses de vida, cuando ya sabía cercana la muerte, Chávez y su círculo de confianza decidieron que Maduro ocuparía la presidencia, cometieron un último, tremendo y definitivo error.
 
Fausto Masó
Atrapado y sin salida
El Nacional. Caracas, 30 de mayo de 2015