lunes, 9 de junio de 2014

Asdúbal Aguiar: Nicolás, el Soberano

La OEA, leo en la prensa, recomienda a Nicolás Maduro volver al Sistema Interamericano de Protección de Derechos Humanos, recordándole así –por encontrarse su Gobierno bajo escrutinio por violaciones sistemáticas y generalizadas de dichos derechos– que, cuando menos, cuide de las formas; pues ellas son, en esencia, el secreto de las “dictaduras del siglo XXI”, ocultas tras el parabán del Socialismo del mismo siglo.

Todas a una, en efecto, obvian la regla de oro de la democracia –a fines legítimos medios legítimos– sin dejar de usar sus modales, pero vaciándolos de contenido finalista. Eso sí, controlando e “inflacionando” hasta el paroxismo el ejercicio del voto, como si a éste se redujese la sustancia de la democracia.

El acceso al poder respetando el Estado de Derecho, la separación de los poderes, el pluralismo, o la libertad de prensa como realizaciones y garantías de los mismos derechos de la persona y el ciudadano, son para dichos gobiernos una masturbación intelectual, que cede frente al poder de las mayorías. Y el caso es que no sólo los gobernantes de tal eje comparten esta cosmovisión casera, hija del cinismo, sino que agrada a los otros, venidos incluso de la democracia como experiencia de vida y estado del espíritu pero interesados en reelegirse a perpetuidad, como suertes de monarcas tropicales.

Maduro, ayer en calidad de ministro de relaciones exteriores, cuando denuncia o retira al país de la Convención Americana de Derechos Humanos, el 6 de septiembre de 2012, o a partir de febrero de 2014, cuando arrasa con lo poco que nos queda de formas democráticas y decide violar de modo generalizado y sistemático los derechos humanos de sus opositores, le ha puesto punto final a la farsa.

Hugo Chávez, su causante, era más hábil en estos menesteres. Tanto que, una vez como autoriza a Maduro para realizar dicha denuncia de la Convención, con astucia zorruna mantiene a Venezuela como Estado parte del tinglado inútil en el que se ha transformado la actual OEA bajo la dirección de José Miguel Insulza.

Le interesaba, apenas, el fogonazo de trabuco navideño. Hacía ver, por una parte, que la Comisión y la Corte Interamericanas de Derechos Humanos ya no pondrían sus plantas insolentes sobre nuestro territorio; mas, en la práctica y por otra parte, administra su violencia a cuenta gotas y como miembro de la OEA entiende que dicha Comisión seguiría, bajo otro paraguas y castrada, realizando su labor de vigilancia supranacional.

El caso es que Maduro y quienes lo rodean –ninguno sin poder para decidir, y con derecho a veto tanto aquél como éstos– carecen de estilo. Han puesto al desnudo sus verdaderas creencias. Violan, ahora sí y al descampado, los derechos de los venezolanos. Asesinan, torturan y privan de libertad a los contrarrevolucionarios, e irrespetan la inmunidad de los parlamentarios o desconocen la propia soberanía popular, destituyendo a alcaldes opositores, fundados en la razón de Estado.

Maduro, como su junta de Gobierno, no cree en la democracia y de suyo tampoco en el Estado de Derecho ni sus estándares. Y se excusa de las críticas venidas desde afuera, arguyendo que acepta esas instituciones pero les otorga un significado distinto al conocido. En pocas palabras, llama agua al aceite y aceite al agua.

En su carta al secretario de la OEA –enterrador de la democracia en las Américas– Nicolás le dice, entre otras sandeces e ignorancias que redactan sus cagatintas, que denuncia la Convención Americana por cuanto ella, al intentar proteger los derechos humanos de las víctimas denunciantes lo ha hecho “adoptando una línea de acción injerencista en los asuntos internos de nuestro Gobierno” y violentando “el principio de respeto a la soberanía de los Estados”. Y ningún violador de derechos, así calificado por el propio Estado, según él, puede pretender tener derechos, ni siquiera a la defensa.

En fin, hace propio el discurso que en sus momentos esgrimen ante sus detractores los dictadores militares Somoza, Videla, Pinochet y también Castro. Marcha a contravía de la enseñanza universal e imperativa que, nacida del Holocausto y los juicios de Nüremberg en el pasado siglo, recién reitera el Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia: “Es una parodia y una traición a la necesidad universal de Justicia que el concepto de la soberanía del Estado pueda ser alegado con éxito frente a los derechos humanos y sus violaciones”.

Es este, en suma, el asunto de fondo que divide moralmente a Venezuela y buscan transar los cancilleres de UNASUR, mediante un sincretismo de laboratorio, en una mesa de diálogo. La cuestión es, sin embargo, que, o están de primero los derechos humanos y sus garantías, es decir, la democracia como derecho del pueblo que han de respetar los Estados y sus gobiernos, o están éstos a la cabeza con sus soberanías medievales a cuestas, manteniendo a la democracia como mera forma de acceso al poder para que luego reinen nuestros gobernantes según las reglas del despotismo iletrado bolivariano.

*Ejerció como juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos

Nicolás, el Soberano
Asdúbal Aguiar
Diario Las Américas. Miami, 10 de junio de 2014

Armando Durán: Maduro y el fútbol

Una vez más, la fiebre del fútbol se ha adueñado del corazón de los venezolanos. Poco importa que en Brasil la protesta popular y la incapacidad oficial pongan en entredicho esta nueva versión del Mundial. En Venezuela ya estamos inmersos en un campeonato que, a decir verdad, se desarrollará en un área sentimental ajena por completo a nuestros intereses actuales como nación. No obstante, hoy por hoy, el fútbol parece afectar más a los venezolanos que la farsa judicial que el régimen comenzó a representar la semana pasada con la sentencia en contra de Leopoldo López, Christian Holdak y Marco Coello. Farsa grotesca que proseguirá ahora con la comparecencia escalonada, misteriosamente en calidad de testigos y no de imputados, de María Corina Machado, Diego Arria y otros ciudadanos, acusados con insistencia por Nicolás Maduro y el Alto Mando Político de la Revolución de ser asesinos que conspiran con el imperio para ejecutar un golpe de Estado y su correspondiente magnicidio.
Se trata, sin duda, de una contradicción entre la frivolidad de unos partidos de fútbol y la incógnita que ensombrece el destino nacional. ¿Acaso esta indiferencia ante temas tan significativos como la libertad y la justicia es el producto natural de eso que desde hace años llamamos la “antipolítica”? ¿Bastaría realmente atribuirle la culpa de esta desviación al justificado malestar que nos produce la mediocre práctica del oficio, tal como lo ejercen nuestros políticos “profesionales”, para que le demos una trascendencia mayúscula a lo que a todas luces constituye una manifiesta e indiscutible expresión de banalidad?
Hace muchos años, en 1930, José Ortega y Gasset publicaba un ensayo titulado “El origen deportivo del Estado”. En sus páginas señalaba que la vida plena se nos presenta siempre como un esfuerzo utilitario, visión que a su vez nos lleva a pensar que el único esfuerzo que vale la pena hacer es el esfuerzo superfluo, cuyo “ejemplo más claro es el deporte”. De acuerdo con esta visión de nuestra vacilante posición en el mundo, la vida ideal, propiamente hablando, “es solo la de cariz deportivo; lo otro es mecanización y mero funcionamiento”. Vaya, grisura y puro esfuerzo utilitario. ¿De ahí que en la conciencia de las grandes mayorías nacionales el Mundial de Fútbol tenga mayor peso y calidad que la lucha de un grupo de venezolanos resueltos a perder la libertad y hasta la vida por devolverle a Venezuela la democracia como sistema político y forma de vida?
Es un tema sobre el que vale la pena reflexionar, porque el Mundial que comenzará en Brasil dentro de muy pocos días puede ser visto como una  metáfora de la trivial insignificancia de nuestra existencia, sobre todo, porque se produce mientras Venezuela se hunde en la mayor crisis de su historia, una realidad que nos atañe dramáticamente a todos. Como si la misión real del deporte en estos momentos fuera la de encubrir y disimular lo que nos aguarda, de manera irremediable, a la vuelta de la esquina. O sea, el deporte como simple droga anestésica, que en la práctica, por ejemplo, nos permita hacernos los locos, mirar en otra dirección y no tener en cuenta para nada, como si no lo supiéramos, las 76 horas empleadas a lo largo de 3 días por la fiscal Narda Sanabria, mano derecha de Luisa Ortega, y la jueza Adriana López para negarles arbitrariamente su derecho a la justicia y la libertad a López, Holdak y Coello. Y como si esa farsa de testigos equívocos, testimonios inverosímiles y falsedades de todo tipo, sumada a la que comienza estos días en la Fiscalía, no tuviera para todos y cada uno de nosotros ninguna significación.
Quien sí parece aprovechar esta distorsión de los valores y la realidad es Nicolás Maduro. A su regreso de China, en septiembre del año pasado, él justificó su inasistencia a la Asamblea General de Naciones Unidas con el argumento de una denuncia escalofriante: “El clan, la mafia de Otto Reich y Roger Noriega, una vez más, tenían planeado una provocación loca, terrible, en Nueva York, pensada para afectar mi integridad física”. Desde hace varias semanas, ha vuelto a formular la existencia de otra conjura macabra, encabezada por María Corina Machado, Diego Arria y otros adversarios políticos del régimen.
La denuncia del año pasado, sin embargo, no pasó del enunciado retórico. Ahora, ocho meses más tarde, la situación del país es otra. La crisis se ha hecho insostenible y el débil liderazgo de Maduro dentro de las filas del propio chavismo amenaza con hacerse humo. Las palabras, pues, ya no bastan. La magnitud del descontento popular y las protestas exigen pasar a los hechos. De ahí el desmán judicial de la semana pasada y el que se prepara para los próximos días. Y uno se pregunta si esta sostenida y violenta reacción del régimen contra la disidencia insumisa es meramente casual o si estas acciones concretas de acoso y derribo se ejecutan precisamente ahora porque algún asesor de Maduro, en Miraflores o en La Habana, habrá pensado que el espectáculo del Mundial de Fútbol en Brasil bastará para sofocar durante 30 días las inquietudes rebeldes de los adversarios políticos del régimen. ¿Será posible


Maduro y el fútbol
Armando Durán
El Nacional. Caracas, 9 de junio de 2014

Eduardo Semtei: Los correos que sonrojan al tipo aquel

¿Puede haber escrito Tarre Briceño un correo expresando su deseo de que Maduro salga del poder? ¿Sería capaz Diego Arria de hacer un llamado a que desalojen al inquilino de Miraflores y lo lleven a los tribunales penales de La Haya? ¿Será capaz la María Corina de querer una salida ya, rápida, inmediata del presidente y de Diosdado y su pandilla? Si ellos y otros millones no fueran capaces de realizar tales actos estarían muertos. Chávez y su lote de militares no solo solicitaron la renuncia de Carlos Andrés y de Caldera y de cuanto cristiano se haya sentado en la silla antes que ellos, sino que a Pérez trataron de derrocarlo, intentaron un golpe de Estado, fue una asonada militar, dicen que hasta pensaban pasárselo por el filo, darle matarife, 40 y pa’la cola.
Ahora los niños de pecho se sonrojan ante correos electrónicos. Y hasta comportamientos confusos en materia de libertades sexuales evidencian publicando fotos de privadas de Arria. Bueno, en libertades y atrevimientos sexuales, matrimonio y mortaja solo saben los psiquiatras.
Chávez usó fusiles, aviones, tanques, tanquetas... Estos conspiradores como Tarre usan correos. Vergación de diferencia. Mortales computadoras llenas de bytes venenosos y discos duros explosivos. Si usted, después de 60 años de edad, se levanta y no le duele nada, usted está muerto. Si después de 15 años de desmanes, errores, atropellos, violaciones, inflación, delincuencia, desabastecimiento, represión, ofensas, gas del bueno, despilfarro, abusos, cierre de radios y televisoras, listas de Tascón, allanamientos, usted no quiere un cambio rápido, no escribe correos contra el gobierno ni tampoco quiere que castiguen a los culpables, entonces usted está muerto.
No existe país alguno donde por lo menos 10% de la población no esté tremendamente arrecha con el gobierno de turno y todas las noches recen e imploren al Señor que saquen a como dé lugar al presidente. Las frases contundentes y demoledoras, los llamados a la protesta, las iniciativas, son el pan diario en todo el mundo, el ejercicio cotidiano, como, por ejemplo, la ultraderecha francesa contra el presidente: no pasa día alguno sin que le pidan su renuncia; o las críticas del Tea Party contra Obama; o las conspiraciones de Uribe contra Santos; todas son, por decirlo de alguna manera, muy superiores en intensidad, en denuncia, en acusaciones y maldiciones, en improperios y denuestos, a los tímidos correos descubiertos por la “inteligencia” chavistoide, oh, Dios, los grandes policías del régimen, los perfectos detectives del Cicpc, bueno, los que sobreviven, dada la alta tasa de mortalidad de funcionarios policiales en Venezuela. Ser policía da muy mala salud. Los estrategas del contra-contra-contra espionaje han descubierto y desmantelado más de 200 conspiraciones, complots, golpes de Estado, intentos de magnicidio y demás yerbas, pero han sido incapaces, que, por decir algo cierto, las supuestas emboscadas mortales descubiertas superan las revoluciones de los Buendía o los atentados contra los Castro, pues nuestros jueces, fiscales y policías frente a la sangría de las divisas preferenciales, son cómplices, alcahuetas, socios y  cabrones de los ladrones máximos de Cadivi, que hasta el propio Sanguino, otro necio e inútil diputado, quien dejó olvidada su moral en una letrina de carretera, pues se le cayó dentro del depósito de excrementos y no supo distinguirla, dice que se robaron 20.000 millones de dólares. Y no hace ni hará nada para castigar la delincuencia de cuello rojo. No agarra ni siquiera a un chinito. No interpela pero ni al portero.
Así que el Tarre, la Machado y el Diego son más decentes que el cipote. Se quedaron cortos, mochos, cojos, ciegos en sus palabras al juzgar al gobierno actual de Venezuela. Esas “pajudeces” melindrosas, en falsete. Esos desgarramientos de enaguas del alcalde denunciante y sobre todo del grupo de meretrices que le dieron la histórica tarea de presentar los correos frente a la prensa, histéricas roturas de vestiduras, lo que producen es una sensación muy bien descrita por Sartre. Náuseas. Vómitos. Y si se quiere hasta diarrea. Y el apoyo recibido de la pelo e’candela diciendo que el “mister” violó la ley, coño, pero fue una buena violada, es como aquel policía que ante la niña ultrajada sentencia: “Claro, con esos vestidos tan cortos ya se lo andaba buscando”.
Así que señor Tarre, señora Machado y mister Arria, aquí no ha pasado nada.

Los correos que sonrojan al tipo aquel
Eduardo Semtei
El Nacional. Caracas, 9 de junio de 2014

Rafael Poleo: Promesa Cumplida

 
Corto y Profundo
Promesa Cumplida
Rafael Poleo
El Nuevo País. Caracas 9 de junio de 2014. (Blog Pedro Mogna)
 

Pablo Aure: ¡Hasta cuándo!

Hoy hablaré de mi caso particular. No ahondaré en el tema del allanamiento al recinto universitario sucedido el día miércoles, pero sí de muchas situaciones que de allí se han originado.
Cada vez parecieran estrecharse más nuestros canales de comunicación. Insisten desde el Alto Gobierno en silenciarnos y asustarnos. Perdónenme si parece arrogante, pero en nuestro caso la única manera de que lo logren es eliminándonos físicamente, cuestión que a estos fanáticos revolucionarios de botiquín seguramente no deja de pasarle por la cabeza.
Escribo desde lo que he querido denominar mi “trinchera libertaria”. Preso, pero en la sede de mi despacho, en la Secretaría de la UC, recinto inviolable de acuerdo con la Ley de Universidades y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Universidad y lucha democrática indisolubles.
La maldad roja pareciera diabólica
Nos persiguen y nos quieren tras las rejas porque simplemente expresamos lo que pensamos. Y es que un régimen comunista y dirigido por cubanos es la más reprochable traición que un pueblo noble como el nuestro puede soportar. Por ejercer nuestro derecho humano a la libertad de expresión nos persiguen y nos quieren aniquilar. Pero sabemos que a eso se expone todo aquel que disienta de ese tipo de régimen ¡Qué desgracia! El pueblo empobrecido y humillado, haciendo largas colas para conseguir el sustento diario, mientras los aprovechadores gobernantes, en su mayoría militares, se llenan los bolsillos.
No les importa destruir una familia, asesinan y humillan si creen que con ello debilitarían la resistencia. Ellos saben que no hemos cometido ningún delito, pero saben que no les soy cómodo, porque los denuncio frontalmente y les canto las verdades. Rayan las paredes tildándome de asesino y terrorista, y ahora nuevamente vuelven con la cantaleta de que soy paramilitar.
Desde el miércoles estamos refugiados en el Rectorado. Y no pensamos entregarnos. Sabemos que cuando los comunistas muerden no aflojan los dientes. Pero no nos entregamos porque no hay justicia ni garantías de respeto por los derechos humanos. La Defensoría del Pueblo y los tribunales están subordinados a Cuba. La sentencia estaría cantada: reclusión en las mazmorras. Nicolás Maduro en cadena nacional me llamó paramilitar y me sindicó de conducir por lo menos tres bandas de paramilitares supuestamente entrenadas en la Universidad de Carabobo. Y todo el mundo sabe sobre la falsedad de tal afirmación. Por cierto, un exalumno, Juan Bolívar, desde su cuenta twitter@guarico2412, nos escribió: “A mí me entrenó como paramilitar @pabloaure estoy por recibir mi fusil de abogado...”. Y en realidad nuestras armas son la palabra y la escritura, armas letales para los autócratas cuando no son para adularles.
Así como un gran número de estudiantes, profesores, mis compañeros de la Secretaría y una inmensa cantidad de trabajadores de la Universidad de Carabobo y otras casas de estudios se han solidarizado con nosotros; muchos amigos e integrantes de la sociedad civil han dado demostraciones de solidaridad, lo cual nos reconforta y anima, porque nos indica que andamos por el camino correcto. A la Fapuv, y en lo particular a la APUC, a las organizaciones políticas y a sus líderes, a la Junta Patriótica José Félix Ribas, les agradecemos sus mensajes de apoyo. Inclusive, a grupos afectos al oficialismo que hacen vida dentro de la UC, quienes apartando diferencias ideológicas nos han expresado sus posiciones de respeto por la autonomía y la democracia. A ellos mi eterno agradecimiento.
Veamos lo positivo
Perdonen esta introducción tan larga y personal, pero era necesario que la hiciera en estos momentos de angustias.
Lo individual jamás debe primar sobre lo general. Quienes estamos en política sabemos a qué atenernos cuando nos enfrentamos a un régimen dictatorial. Por eso: ¡pa’lante! Desde mi trinchera estaré aupando una salida constitucional que comporte la restauración en Venezuela de una democracia con separación de poderes y estricto apego a la Constitución y las leyes.
La parte positiva es que estoy más que convencido de que este régimen agoniza. Por eso el desespero y la represión desmedida. Lo digo sin disimulo, sin edulcorantes: no podemos desaprovechar ningún espacio ni momento para delatar lo que hoy padece nuestra amada Venezuela. Denunciar a los bandidos que han asaltado el erario público con nombre y apellido. Sus fechorías no van a quedar impunes. Maduro no es lo mismo que Chávez, el presidente muerto. No tiene pueblo, ni tampoco manda en la Fuerza Armada como el finado. En cualquier momento le sacarán las uñas y lo harán abandonar el poder. Lo saben causante del desmoronamiento y desastre de la economía. Cada vez es más notorio el clamor de la gente por la escasez y el alto costo de la vida, con una corrupción que no tiene precedente.
La transición consensuada
Llegará el momento de la transición, y pronto. Habrá que sentarse y consensualmente definir estrategias. No será la MUD con Maduro y sus esbirros. Será entre los mismos miembros de la MUD y los demás integrantes de la sociedad civil organizada que está en las calles. Jamás podemos actuar divididos. Es el momento de unificarnos en la diversidad por un noble objetivo, como es la reconstrucción democrática. El mensaje debe ser contundente de unificación para conseguirlo.
A lo mejor después de Nicolás Maduro tendremos que entendernos con Diosdado Cabello o con Rodríguez Torres, no sé. No sabemos exactamente quiénes serán. Pero muchos jugarán a su sobrevivencia y por instinto de conservación accederán a sentarse a dialogar esa reconstrucción del país. Nacerá así un consenso.
Reencuentro en las dificultades
En los momentos difíciles se originan nobles reencuentros. Esa sensación hoy me cobija a pesar de las preocupaciones. Muchas son las personas a quienes debo agradecer en esta hora difícil por la cual caminamos. No es fácil transitarla solo. Mucho entusiasmo y consejos hemos recibido. A mis compañeros del equipo rectoral de la Universidad de Carabobo imposible mayor respaldo y demostraciones de afecto y cariño. La misma expresión para con los decanos que han abrazado ideales libertarios. Todos, aunque no puedo dejar de referirme especialmente a mi hermano David Rutman, decano de Ciencias Jurídicas y Políticas, que con mi familia siempre ha estado a mi lado. De todos los colegas integrantes del Consejo Universitarios he recogido afecto. Mi gratitud para con ellos.
Agradezco infinitamente a mi colega y condiscípulo Jesús Enrique Gánem Arenas, quien al momento de juramentarse como nuevo presidente del partido Copei, expresó palabras que solo alguien que ha entendido nuestras luchas puede hacerlo.
Así como ellos, a todos los exrrectores, con especial referencia a Gustavo Hidalgo, Elis Mercado, Ricardo y María Luisa de Maldonado, y las exautoridades Joaquín Alvarado, Rolando Smith, Marfa Olivo de Latuche y Pedro Villarroel que estuvieron en el Consejo Universitario ampliado celebrado el día viernes. Sé que la mayoría de las exautoridades ausentes también nos acompañan. Y lo que no tiene parangón es el apoyo estudiantil que constantemente estoy recibiendo.
Dicen que no hay mal que por bien no venga. Veamos lo positivo.-
El país y la familia
Si es difícil para mí, no quiero imaginarme lo que piensan mi esposa María Elisa y mis hijos Pablo, Mariana y Santiago. Ellos me apoyan, pero los veo preocupados. Les pido comprensión. Este fue el camino que escogió su padre. No me canso de decirles y lo han entendido, que si no luchamos hoy mañana no tendremos país. Saben que probablemente vendrán momentos de mayores dificultades, pero ya están preparados porque tienen temple y mucha espiritualidad. No quiero para ellos una Cuba como la de hoy de los Castro.

¡Hasta cuándo!
Pablo Aure
El Carabobeño. Valencia, 9 de junio de 2014

Edgar C. Otálvora: Rousseff impone “democracia participativa” chavista en Brasil

Corre en Caracas la anécdota de cómo el gobierno ecuatoriano comenzó a ver con otros ojos la crisis venezolana. El embajador de Colombia en Caracas propició, a finales del mes de marzo, un encuentro de los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador con muy importantes hombres de negocios venezolanos. Lorenzo Mendoza, heredero de la segunda fortuna más grande de Venezuela y cabeza del Grupo Polar, describió a los cancilleres extranjeros la situación de las empresas venezolanas.

Explicó que ante la renuencia del gobierno para cambiarles bolívares por divisas, los empresarios venezolanos no pueden pagar a sus proveedores externos. Mendoza habría señalado al canciller ecuatoriano, Ricardo Patiño, que el grupo Polar mantiene, por ejemplo, una deuda de US$70 millones con productores de atún ecuatorianos. Días después de aquella tertulia, el presidente ecuatoriano Rafael Correa, se expresó negativamente sobre la política económica de su amigo y socio político Nicolás Maduro. “Se han cometido, con mucho respeto, desde mi punto de vista, errores económicos, por ello hay problemas económicos y eso exacerba las contradicciones políticas”, dijo el economista Correa el 14MAY14 en entrevista con radio Cooperativa en Santiago de Chile. Agregó: "Venezuela era la Arabia Saudita del mundo, y ¿dónde se fue ese dinero?”.

***** La “democracia participativa” chavista amenaza con instalarse en Brasil. La presidente Dilma Rousseff, mediante un decreto, instauró lo que oficialmente se denomina “Política Nacional de Participación Social” y que medios y políticos brasileños, califican de “decreto bolivariano”. El instrumento, identificado como Decreto 8.243 del 23MAY14, establece la participación de “colectivos” y “movimientos sociales institucionalizados” en la formulación, ejecución, monitoreo y evaluación de políticas públicas.

***** Según el decreto de Rousseff, la conexión entre el gobierno federal y la “sociedad civil” dependerá directamente de la Presidencia, la cual definirá quienes serán los representantes de los “movimientos sociales” ante los comités que operarán junto al Gobierno. El decreto contempla el traspaso de recursos financieros del Estado a las organizaciones de la “sociedad civil” y declara que deben integrarse los mecanismos de “democracia representativa, participativa y directa”. Los parecidos con el denominado “Estado comunal” del chavismo en Venezuela son más que evidentes.

***** El decreto sobre “participación social” emitido por Rousseff es objeto de un amplio rechazo entre la oposición brasileña. El partido opositor DEM ya introdujo un proyecto de decisión legislativa para frenarlo, contando con el apoyo de otros nueve partidos. La oposición busca aprobar en el Congreso un “decreto legislativo” que anule el emitido por el Palacio de Planalto, aunque a la fecha estaría en minoría. Mientras la oposición exige la declaración de urgencia para analizar el tema, el presidente de la Cámara de Diputados, Henrique Eduardo Alves del pro-oficialista PMDB, se niega a convocar una pronta sesión sobre el decreto. El 05JUN14, durante la instalación del Consejo de Desenvolvimiento Económico y Social” en el Palacio de Planalto, Rousseff defendió su decreto: “Estamos a favor de la participación de todos los segmentos en el proceso de estructuración de los proyectos de gobierno”. La mandataria prefirió obviar uno de los aspectos críticos como es la transferencia de recursos a los “movimientos sociales” para la ejecución de proyectos. Aparte del debilitamiento de instancias estadales y municipales de representación política, en los pasillos del Congreso brasileño se comenta que el decreto abre opciones para el flujo de recursos públicos a movimientos sociales cercanos al PT, justamente en año electoral cuando la Presidente aspira la reelección.

***** El jueves 06JUN14, a nueve días de la segunda vuelta electoral colombiana circularon los resultados de dos encuestas, ninguna de las cuales mostraba una diferencia estadísticamente notable a favor de alguno de los candidatos. Esa misma noche, el candidato presidente Juan Manuel Santos Calderón y el candidato uribista Oscar Iván Zuluaga Escobar, se midieron en un debate televisado. Al contrario de encontronazos previos a la primera vuelta, ninguno de los dos mencionó al expresidente Alvaro Uribe, el ahora archienemigo de Santos y forjador de la candidatura de Zuluaga. Ambos candidatos parecieran querer exorcizar la presencia del expresidente cuya participación en la primera vuelta fue central en los resultados. Zuluaga intenta no ser percibido bajo la tutela de Uribe. Santos prefiere que la poderosa mano electoral de Uribe no favorezca aún más al pupilo. Salvo en el tema de las negociaciones con las Farc y el tratamiento al gobierno de Venezuela, los dos candidatos pocas diferencias programáticas podían mostrar.

***** Gallup registró en su encuesta levantada entre el 31MAY y el 03JUN14, un 47,7% favorece a Santos, mientras 48,5% de intención de votos se inclinó por el candidato uribista. En tanto, según el levantamiento de Datexco, en el mismo lapso que Gallup, Santos contaría con 41,9% y su rival con 37,7%. El viernes 06JUN14 circularon las dos últimas encuestas de difusión pública antes de las elecciones. Cifras & Conceptos le otorgó 43,4% a Santos y 38,5% a Zuluaga. En tanto, la Ipsos-Napoleón Franco sumó 41% para la reelección y 49% para el uribismo. “Empate técnico” es la conclusión general, basándose en las encuestas con más credibilidad.

***** Las respuestas de las campañas de Santos y Zuluaga no han sido similares. Ambas campañas optaron por tejer alianzas con organizaciones partidistas, gremios empresariales y dirigentes políticos que le pudieran representar endoso de votos o, en todo caso, respaldos de opinión. Esas alianzas quedaron claramente definidas a los pocos días de la primera vuelta. Zuluaga, sin sorpresas, logró que la oficialidad del Partido Conservador y su derrotada candidata, Marta Lucía Ramírez, se abonaran a la candidatura uribista. Esa alianza, sin embargo, no implica un endoso del 15% de votos obtenidos en la primera vuelta, ya que la mayoría de los parlamentarios conservadores, caciques y operadores políticos en sus regiones, están llamando a votar por Santos. A Zuluaga, muy adherido al extremo derecho del espectro político, le ha quedado difícil procurar nuevas alianzas políticas al centro y a la izquierda.

***** El rechazo del uribismo a las negociaciones del Gobierno con las Farc regaló a Santos los votos de las diversas “izquierdas” que hacen vida en Colombia. Clara López, del moderado Polo Democrático, quien fue abanderada presidencial en alianza con Aida Avella de Unión Patriótica, sumó 15% de los votos. López y Avella ahora participan en la campaña de Santos. Igualmente, la operadora del chavismo en Colombia, Piedad Córdoba, está llamando a votar por el candidato-presidente. Los acuerdos sobre temas agrarios en las negociaciones de La Habana molestaron a grandes propietarios rurales los cuales, en teoría, serían aliados naturales del candidato de Uribe, pero esto no se materializó salvo en el caso, nada despreciable, del gremio ganadero.

***** Santos pudo armar y compatibilizar una extensa red de alianzas políticas que incluyen a tres expresidente, uno de ellos (Belisario Betancur) procedente del conservatismo, amén de los respaldos activos de dos exrivales: el siempre polémico Antanas Mokus y el izquierdista Gustavo Petro, ambos con importante influencia de opinión en la capital. Zuluaga va a la segunda vuelta bajo el amparo de Alvaro Uribe, lo cual no es poca cosa. El expresidente ha sido el principal activo de cuatro triunfos electorales presidenciales: sus dos elecciones (2002 y 2006), la victoria de su antiguo socio Santos en 2010 y la primera vuelta del pasado 23MAY14.

***** Las alianzas así como el debate de temas (incluyendo “la paz” y las negociaciones con las Farc) se muestran agotados como generadores de nuevos votos. El resultado electoral dependería de las maquinarias que identifiquen votantes y los movilicen hasta los centros de votación. Esto significa una importante operación de convencimiento a líderes políticos departamentales y locales y, una generosa disposición de recursos financieros para el alquiler de vehículos, suministro de comidas y bebidas y, a sotto voce, dinero líquido para estimular apáticos electores. Dirigida por el expresidente Cesar Gaviria, quien actúa como mariscal de campo, la campaña de Santos movilizó por Bogotá y regiones claves, a influyentes fichas políticas aliadas, en procura estructurar el respaldo de dirigentes locales. Son ellos los que pueden aportar sus maquinarias para el día de las elecciones. Uribe versus la maquinaria santista será la batalla del 15JUN14.

Informe Otálvora
Rousseff impone “democracia participativa” chavista en Brasil
Diario Las Américas. Miami, 8 de junio de 2014

Marcos Tarre: Sobre magnicidios…

Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, “magnicidio” es la “muerte violenta dada a persona muy importante por su cargo o poder”. Definiciones más jurídicas dicen: “Se considera magnicidio al asesinato u homicidio de una persona importante, usualmente figura política. El magnicida suele tener una motivación ideológica o política, y la intención de provocar una crisis política o eliminar un adversario que considera un obstáculo para llevar a cabo sus planes. La figura del magnicidio ha sido históricamente la más penada en los diferentes Estados a lo lago de la historia penal. Puede ser tratado como agravante del asesinato, o como un tipo propio. En general, exige que se produzca la muerte de una o más personas determinadas en función de su cargo y se reúnan los tipos de asesinato u homicidio en la comisión del delito”.
Han ocurrido muchos magnicidios a lo largo de la historia. Julio César, emperador y dictador romano fue apuñalado en el Senado el día 15 de las “idus de marzo”; a lo largo de los siglos fueron asesinados reyes, príncipes, presidentes o primeros ministros. El asesinato del archiduque Francisco Fernando de Austria en Sarajevo dio origen a la Primera Guerra Mundial. El 31 de mayo de 1961 fue asesinado el dictador Rafael Leónidas Trujillo. En 1981 fue asesinado durante un desfile militar el presidente de Egipto Anwar el-Sadat. En Estados Unidos han sido asesinados cuatro presidentes durante sus mandatos…
Pero también se han registrado conspiraciones e intentos para asesinar a mandatarios. Veamos algunos casos:
El 20 de julio de 1944 el coronel Claus von Stauffenberg colocó una bomba en el búnker de Adolfo Hitler. La bomba explotó pero Hitler salió ileso. El hecho quedó registrado en la historia como el “atentado del 20 de julio” o la “conspiración del 20 de julio”.
El 24 de junio de 1960, a las 9:30 de la mañana, cuando pasaba el auto presidencial de Rómulo Betancourt para dirigirse a Los Proceses estalló una bomba colocada en un vehículo estacionado. Murió el jefe de la Casa Militar, coronel Ramón Armas Pérez, que iba en el asiento delantero, y el presidente Rómulo Betancourt sufrió quemaduras en las manos. El día siguiente la prensa nacional tituló: “Atentado contra Betancourt”.
El 22 de agosto de 1962 un grupo de ultraderecha francés ametralló el auto en el cual se trasladaban el general Charles de Gaulle, presidente de Francia, y su esposa, a la altura del poblado de Petit-Clamart, a las afueras de París. En el auto presidencial impactaron catorce proyectiles. El hecho quedó para la historia como “atentado contra Charles De Gaulle” o “el atentado de Petit-Clamart”.
El 30 de marzo de 1981, el presidente Ronald Reagan, cuando salía por una puerta lateral del Hotel Washington Hilton, en la ciudad de Washington, fue tiroteado por John Hincley Jr. El presidente Reagan y otras tres personas resultaron heridas. El hecho quedó reseñado para la historia como “intento de asesinato de Reagan” o “atentado contra Reagan”.
En junio de 2008 fuentes judiciales ecuatorianas informaron que se había desmantelado un plan para acabar con la vida del presidente Rafael Correa, conspiración en la que estaría implicado un miembro de las Autodefensas Unidas de Colombia. El Ministerio Público y la prensa ecuatoriana hablaron de “intento de asesinato”.
Ninguno de estos hechos quedó registrado para la historia como “magnicidio” simplemente porque no llegaron a consumarse.
En nuestro país, sin que hayan ocurrido explosiones, disparos, decomisado fusiles de precisión u otras armas cortas o largas, el presidente Nicolás Maduro o voceros del alto gobierno ya han denunciado 13 “magnicidios”, utilizando una figura del lenguaje que antepone el calificativo a la realidad de lo que no ha ocurrido ni se ha siquiera intentado. Intentos de magnicidio, con acusados de “magnicidio” basados en evidencias que no resisten un análisis serio… Maduro sigue la herencia de su “padre político”, el fallecido presidente Hugo Chávez, que denunció también decenas de conspiraciones e intentos de “magnicidio” en su contra cuando quería distraer a la opinión pública de otros temas más importantes… Pero todavía ninguno de ellos supera a su mentor Fidel Castro que posee el récord mundial en esa materia: 638 veces informó de planes de asesinatos en su contra… Aunque se esfuercen, nadie supera al “maestro”…
Sería muy bueno para todos que, a la par de las investigaciones de “magnicidio”, el gobierno se ocupara también de los simples “homicidios”, que registran más de 92 % de impunidad.


Sobre magnicidios…
Marcos Terre
El Nacional. Caracas, 9 de junio de 2014