lunes, 28 de septiembre de 2015

Eduardo Semtei: ¿Cuánto en realidad han manejado los chavistas en 16 años y pico?

A cada momento, en cada entrevista, en cada salpicón de noticias, en ratos de ocio escuchando radio o viendo televisión, vengo masticando cifras y cifras y cifras de cuánto en realidad han manejado los chavistas en estos tiempos. Y digo chavistas para meter en un solo saco a los dos presidentes de estos gobiernos rojos-rojitos. Cada interpelado, intérprete, entrevistado, opinador, experto, husmeante y especulador dispara un guarismo distinto. Y el asunto de verdad es delicado; tiene bemoles y resbalones, trucos y emboscadas. Trampillas contables y secretos económicos. Así que para cortar por lo sano y presentar un recuento, digamos objetivo, voy a recrear las cifras que aparecen en los estados financieros de Pdvsa y que han sido auditadas por una firma internacional que se comporta con los directivos de la petrolera como lo harían dos compadres medio curdos en un juego de bolas criollas. ¡Arrime algo que luego yo bocho! No incluyo en estas cifras lo proveniente de empréstitos de ninguna naturaleza; ni de los chinos que se acercan a los 50.000 millones de dólares; ni de la venta de bonos de la República y de Pdvsa que se acercan a  otros 50.000 millones de dólares.
Me limito a apilar las cifras oficiales sin deducción alguna, quiero decir, los números que adelanto se refieren a venta de petróleo y a ingresos por intereses y otras ventas menores de activos. No se les deduce nada por costos y gastos, dado que estos renglones son engañifos y tramposillos, pues presentan, por ejemplo, toda la regaladera de casas, de equipos para el hogar, de alimentos, qué sé yo, como si fueran costos y gastos, así que es muchísimo más expresivo y concluyente decir los montos recibidos por ventas, pues adivinar, inferir,  cómo los gastaron, dónde los gastaron y cuándo los gastaron pertenece a otro tipo de análisis (casi al mundo de la fantasía).
 
Presento lo que sonó en la caja registradora. Menciono el año y luego la cifra en  millones de dólares. 1999/32.648;
2000/53.680;
2001/46.250;
2002/42.380;
2003/46.389;
2004/64.757;
2005/85.730;
2006/99.252;
2007/96.242;
2008/126.364;
2009/74.996;
2010/94.929;
2011/124.754;
2012/127.611;
2013/134.326;
2014/128.439
y en 2015 aproximadamente y hasta la fecha unos 30.000 millones de dólares.
 
Veamos ahora el gran total (se oye música de suspenso...) 1.280.208.000.000 dólares. Es decir, un billón doscientos ochenta mil doscientos ocho millones de dólares. Han manejado 1,28 billones de dólares. Solo para deleite de los radicales opositores, si lo calculamos en bolívares de los viejos, estos gobiernos han manejado (digo a tasa de cambio libre) 896 trillones 145 billones 600.000 millones de bolívares.  ¡Ave María Purísima! Y con esa deslumbrante, casi inimaginable cantidad de recursos tenemos hambre, colas, crímenes, desabastecimiento, crisis, peleas con los vecinos, malas carreteras, hospitales en crisis, malas escuelas, universidades a punto de cerrar.
 
¿Cómo pudo alguien derrochar tan inmensa fortuna?
 
Vamos a especular. Si convertimos la venta de petróleo en billetes de 1 dólar y cada billete mide 20 centímetros al colocarlos uno detrás de otro tendríamos una fila que mide… 256 millones de kilómetros. Si cada billete de un dólar pesa aproximadamente 1 gramo, lo recibido por Venezuela en estos años, en papelitos de un dólar fueran... 1.280 millones de kilos. Ni 1.000.000 de Pablos Escobares tienen tantos verdes. Y si fuera en materia de superficie, y un billete de un dólar midiera, por ejemplo 20 x 5, es decir 100 centímetros cuadrados, entonces tal fortuna ocuparía una superficie de… 1.280 kilómetros cuadrados.
Vamos ahora a calcularlos en hospitales y escuelas. Por ejemplo, un hospital como el de General Regional de León en México, construido por ICA, de 250 camas, equipado totalmente, probado, entregado en funcionamiento, con 10 edificios (en Venezuela no existe hospital alguno de ese tipo), alcanzó la cifra de 45 millones de dólares, traduciendo, con lo recibido por Venezuela se pudieron haber construido 28.450 hospitales de primera línea, y en materia de escuelas como las de Panamá, con 90 aulas, gimnasio, biblioteca, áreas administrativas, 3 canchas sintéticas de fútbol, 1 cancha de básquet y 1 de voleibol, totalmente equipada con Wi-Fi y 100 computadoras, cuyo precio fue de 13 millones de dólares, se pudieron haber fabricado 98.475 unidades, y finalmente en kilómetros de autopistas estaríamos hablando de 7 millones de raudas y modernas vías, si tomamos como referencia el costo de las autopistas españolas de unos 160.000 euros por kilómetro.
 
Epa, me faltaba una vaina, si hubieran repartido esa boloña entre los venezolanos a cada familia de 5 personas le tocarían 213.000 de los verdes, unos 1.100 mensuales por todo esos largos 16 años. Todo el mundo jubilado. Espero haber contribuido humildemente a despejar las dudas sobre la billamentazón que manejaron estos incapaces que convirtieron el oro en m...
Nunca más creo que Venezuela podrá gozar de una abundancia tan plena, pero la good news, es que estoy seguro de que nunca más tendremos como gobernantes una casta de incapaces como los actuales. 

Eduardo Semtei
¿Cuánto en realidad han manejado los chavistas en 16 años y pico?
El Nacional. Caracas, 28 de septiembre de 2015

Thays Peñalver: Elecciones: el escenario cero

Para contestar a quienes me escriben sobre este posible escenario de no elecciones y dictadura radical escribo estas reflexiones, sobre lo descabellado que pueda ser, pero no por eso un escenario imposible. En 1978 Uslar Pietri profetizó que el futuro de Venezuela y de buena parte de América Latina sería el Eurocomunismo. ¿Por qué? En principio, porque “El populismo va a enterrar la democracia”, segundo porque el venezolano está siendo “adoctrinado en el marxismo” y en tercer lugar, porque la Socialdemocracia ha sido asaltada por los comunistas en buena parte del planeta y por eso en Venezuela: “la Socialdemocracia siempre fue marxista”. Por eso Chávez -quien fue parte de esta misma historia, pero en las FFAA- “nunca mintió” cuando terminó diciendo clarito que “Soy Marxista” y tampoco mintió cuando amenazó con el escenario cero, es decir, cuando agotada la vía electoral, hubiera que proceder a la vía violenta para garantizar la continuidad de la revolución. Y aquí es necesario volver a Uslar Pietri en 1978 como si fuera una visión sobre nuestro futuro: “es imposible realizar una revolución sin provocar un Estado de Excepción o de emergencia, sin crear una situación dictatorial”. Agotada la vía electoral no queda más remedio que “imponer una autoridad incontrastable, una dictadura férrea que imponga la formula de gobierno por encima y contra todos los que no estén de acuerdo” porque “es imposible operar un hombre despierto, hay que dormirlo (..) las revoluciones profundas solo se pueden lograr (..) con la anestesia profunda de una dictadura de hierro”.
He aquí lo que muchos me comentan y sospechan hoy aterrorizados. La condena a casi 14 años de Leopoldo López, el encarcelamiento y persecución de los lideres ‘no alineados’, y peor aún, la conducta de guapo de barrio, frente al repudio mundial, mientras los últimos grandes medios libres son impulsados al cierre, son la mayor señal de alerta de que al gobierno le importa muy poco lo que pueda pasar de cara al futuro. Cuando ya el Estado de Excepción está a lo largo y ancho de 2.200 kilómetros de fronteras en Colombia, la frontera de Guyana esta militarizada y prácticamente cerrada, mientras el gobierno inspecciona miles de embarcaciones privadas y sostiene que solo 9% tienen permiso (que se entiende por zarpe) así como hace lo mismo con los aviones privados mientras crea un esquema de “Cielo Soberano” que en la practica, significa cierre o control de aeropuertos privados, es para helarle la sangre al mas pintado. A Venezuela, que apenas tiene uno de los cuatro asientos de aerolíneas con las que contaba y dolarizados, la están cerrando por los cuatro costados, ‘a piedra y lodo’ a la vista indiferente de todos.
En este escenario de cero elecciones, hipotéticamente el gobierno no puede terminar de caer ante los ojos del planeta que aun lo considera “mayoría” (ver carta de Almagro) atacando “minorías” opositoras. El gobierno, de darse el escenario electoral, quedaría debilitado gravemente cuando con el 60% de los votos en contra, gane la mayoría simple de los curules. Dejaría de una vez y para siempre de decir que “actúa en nombre de la mayoría”, quedaría evidenciada la trampa electoral, le seria imposible debilitar más la Constitución liberal con leyes habilitantes y para colmo, enfrentaría los inevitables y mayoritarios referendos revocatorios y abrogatorios, sin dejar de tomar en cuenta que su mayor problema no es ganar o perder las elecciones, sino sobrevivir a su peor año económico, que será 2016. De allí que muchos sospechen, con o sin razón, que están acariciando la idea de la ‘locura final’ y el ‘gran salto adelante’.
En este escenario de cero elecciones, hipotéticamente los pocos que acarician la idea trabajan con la premisa de negociar desde una posición de fuerza con Estados Unidos en alianza con Cuba, buscan la ayuda de China y piensan que comprando aviones y más aparatos militares a Putin conseguirá su respaldo, mientras se concreta su ayuda en Europa a través de Grecia, Portugal, España (Iglesias) y el admirador de Marx en el Reino Unido. ¿Qué tan factible es este escenario? Los pocos que en su insania mental acarician la idea, aunque sea un sueño, piensan aún que están a mediados del siglo pasado. Pero las repercusiones económicas serían sencillamente catastróficas, hablaríamos de que los acreedores de $180 millardos entrarían en pánico inmediato, los fondos buitre se adueñarían de los pedazos que queden de todo activo en el exterior, los barcos con petróleo serian embargados, el acceso crediticio –incluido el chino- sería cerrado, el bloqueo económico directo conllevaría a una perdida gigante del PIB, la parálisis industrial sería absoluta y el hambre, una realidad solo vista en el periodo especial de Cuba.
Desde el punto de vista internacional, estaríamos ante el mayor golpe a la Política Exterior de Obama quien logró que el último reducto dictatorial comenzara su modelo de apertura económica, mientras las FARC avanzan hacia el final de sus setenta años de violencia, una vergüenza histórica difícil de aceptar para toda la América. Pero peor ocurriría con sus socios ideológicos, es decir, los mismos de Allende, quien creyó que la URSS lo apoyaría y salió golpeado: “por la magnitud de las expectativas abrigadas (..) sobre bases simplistas marcadas de idealismo” (Bitar 1996).  China, que busca desesperadamente la apertura económica total hacia Estados Unidos (Xi Jinping Dixit) y que tiene un millón de millones invertidos en ese país, podría renegar abiertamente de Venezuela y hasta se negaría a seguir financiando como hizo con Allende, la “Europa soñada” será encabezada por las derechas de Alemania y Francia, toda vez que Cameron arrasó e Iglesias será un aliado de poco peso internacional en juego bipartidista español, mientras América Latina se pronunciara en contra y masivamente con una izquierda desbastada, con Rousseff destruida, Kirchner en sus cuarteles de invierno y el Caribe apoyando a Guyana, mientras Putin sabe que meterse en Continente Americano, es darle luz verde a Estados Unidos de embestir con su sueño de escudo nuclear europeo y romper para siempre el precario balance de fuerzas que aún sostiene el vapuleado orgullo nacionalista ruso.
Si bien Maduro llegó al ‘limite revolucionario’ del que habla Uslar Pietri, en el cual ya no tendrían más remedio que patear la mesa, el tiempo histórico para hacerlo pasó. Acometer el escenario cero, en el Continente Americano, fue como lo expresó el KGB en la época de Allende “una locura” porque “no entendieron la correlación de fuerzas”. Hacerlo en el siglo XXI, en la era del petróleo barato es simplemente imbécil. Vistos los resultados, culminaría rápidamente con una negociación entre las fuerzas militares y llevaría al alto chavismo directo a la Corte Penal Internacional. Por eso, aunque la estrechez mental de los irracionales lo haga factible, es difícil que se lleve a cabo la tesis que muchos suscriben y que muchos están temiendo. 


Thays Peñalver
Elecciones: el escenario cero
El Nacional. Caracas, 28 de septiembre de 2015

sábado, 12 de septiembre de 2015

Asdrúbal Aguiar: Justicia del horror de Venezuela

Pueden llamarse Susanas o Barreiros nuestros jueces del horror. Son esos quienes, a tenor de lo afirmado por un miembro innombrable del Tribunal Supremo de Justicia, cumplen con el deber de perseguir y condenar al que se oponga a la revolución bolivariana; despropósito criminal que entrega nuestro suelo a los hermanos Castro, disuelve la nacionalidad, acaba con el talante generoso que nos fuera propio a los venezolanos y desata nuestros lazos de afecto social y ciudadano para hacernos presa colectiva de la mendacidad.
De la mentira – como régimen y justicia del horror – habla crudamente y con escalpelo en mano el maestro Piero Calamandrei. "En verdad – dice - el régimen fascista fue algo más profundo y complicado que una torva ilegalidad: Fue la simulación de la ilegalidad, el fraude, legalmente organizado, de la ilegalidad”.
“Bajo tal sistema – señala - las palabras de la ley no tienen más el significado registrado en el vocabulario, sino un significado diverso,... Hay un ordenamiento oficial, que se expresa en las leyes, y otro oficioso, que se concreta en la práctica política sistemáticamente contraria a las leyes… La mentira política, en suma, que sobreviene en todo régimen, como la corrupción o su degeneración, en el caso del fascismo se asume como instrumento normal y fisiológico de gobierno", concluye.
Durante la Alemania nazi, la personificación de ese horror de la in-Justicia es el juez Roland Freisler, Presidente del Tribunal Popular. Como juez, jurado y fiscal al mismo tiempo, sus juicios son farsas célebres, llenas de crueldad y cinismo. En 1943 dirige los juicios contra los jóvenes estudiantes de Münich, manifestantes de la organización la Rosa Blanca – suerte de Voluntad Popular – y condena a la guillotina, sin inmutarse, a los hermanos Sophie y Hans Scholl. Y en 1945 juzga al teniente Fabian von Schlabrendorff, por complotar contra el Führer, a quien le dice que “le mandaría directo al infierno”. Pero éste responde, “con gusto le permito ir adelante”.
Recordado por humillar de manera grosera a sus víctimas y hasta de quitarles los cinturones para que sus calzones caigan en estrados y los hagan motivo de burlas, sobre él se escriben páginas inenarrables y hasta se hacen películas de cine y televisión. La novela Every man dies alone, de Hans Fallada, y el libro Los juristas del horror, de Ingo Muller, traducido al español por Carlos Armando Figueredo, son dos ejemplos.
La historia de la Masacre de febrero de 2014 en Caracas, que concluye con muertos, heridos y torturados, víctimas de agentes del Estado regentado por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, es registrada en sus detalles con el instrumental del siglo XXI para que siga viva y no se desfigure por la venalidad. Llegará el tiempo del juicio verdadero. No es el actual.
Lo que acaba de ocurrir, la condena a 13 años de cárcel de otro inocente – Leopoldo López y antes de Iván Simonovis – por una juez del horror, instruida a fin de que oculte lo probado y lo reduzca a su efecto secundario o adjetivo, agravándolo, como los destrozos de las puertas del Ministerio Público, es, cabe decirlo, una burda repetición entre nosotros de la Berlín del juez Freisler. No exagero. Es tenue e irrelevante, en tal orden, lo que dicen la ONU y la OEA sobre la falta de independencia judicial en Venezuela.
Rabia y dolor general concita el vejamen al que es sometido el símbolo de la democracia y el Estado de Derecho, Leopoldo. Ello es inevitable.  Mas, ha de transformarse en punto de ignición del incendio de libertad que, Dios mediante, ocurrirá el próximo 6 de diciembre y derribe las rejas de nuestros ergástulos.
Quizás como anunciación llega horas atrás y es desconocida por nuestra Justicia del horror la reivindicación internacional de RCTV, cuya señal apaga el mismo régimen para instalar su totalitarismo comunicacional goebbeliano.
No se olvide que un segundo crimen de lesa humanidad es ejecutado en vísperas de la condena que profiere en calidad de amanuense Susana Barreiros: la expulsión masiva de población civil dispuesta por la diarquía dictatorial en contra de los nacionales de Colombia, como suerte de Holocausto del siglo XXI y trastienda, revelando desesperación y agonía. También pesará y perseguirá a sus responsables y a esos jueces del horror, en lo particular los que lo autorizaran con sus firmas desde el Supremo Tribunal. No por azar, observa Tomás de Aquino, lo peor ocurre cuando los mejores se corrompen: Corruptio optimi pessima.  
Desde esta columna, así, vaya nuestra solidaridad con los hermanos expulsados hacia Colombia y los 98 presos políticos sufrientes de la mentira judicial, sus familias, esposas e hijos, en especial las de Leopoldo López, Antonio Ledezma, y Daniel Ceballos.


Asdrúbal Aguiar
Justicia del horror de Venezuela
Diario Las Américas. Miami, 12 de septiembre de 2015

Washington Post: La absurda sentencia un lider opositor venezolano

A menudo hemos escrito sobre juicios políticos sesgados que parecen ser cada vez más comunes como mecanismo de represión en países no democráticos, que intentan mantener una apariencia de respetabilidad internacional. En los últimos meses hemos visto a periodistas y a activistas políticos cínica e injustamente enviados a la cárcel en Azerbaiyán, Egipto, Rusia y otros países. Pero por su descaro, nada iguala lo que le ocurrió este jueves al líder opositor Leopoldo López quien fue condenado a casi 14 años de prisión.
López, de 44 años, es un motivo de esperanza para el futuro de Venezuela a pesar del desastroso colapso político y económico del país bajo el régimen fundado por Hugo Chávez. Un izquierdista moderado educado en Estados Unidos, el Sr. López favorece un cambio democrático pacífico; en sus llamados a protestas contra el gobierno el año pasado, llamó a sus seguidores a actuar sin violencia. No en vano, su popularidad en encuestas supera a la del actual presidente Nicolás Maduro, por más de 20 puntos.
El régimen respondió a los discursos del señor López arrestándolo en febrero de 2014, acusándolo de se el responsable de los enfrentamientos que se produjeron después de una manifestación a pesar de que no estaba presente cuando se produjeron. Para desestimar sus claros llamados a la no violencia, el gobierno afirmó que los tweets del Sr. López contenían “mensajes subliminales” que inspiraron los actos violentos. Si, en verdad.
Luego vino el juicio, que fue cerrado a los periodistas y observadores independientes. En 70 audiencias que se extiendieron por más de 600 horas, el gobierno presentó 108 testigos acusadores – ninguno de los cuales, de acuerdo con un comunicado de Human Rights Watch, presentó evidencia alguna que respaldara sus acusaciones. Luego el señor López sólo tuvo tres horas para su defensa. La juez rechazó 58 de los 60 testigos de la defensa, y los otros dos se negaron a testificar. Entonces ella (la juez) sentenció la pena máxima solicitada por la fiscalía.
Llamar a este caso “una completa parodia de la justicia“, como lo hizo Human Rights Watch, le da más crédito del que se merece. Fue nada más que un crudo espectáculo de propaganda y un dispositivo para encerrar  a un oponente que el  régimen teme inmensamente.

Washington Post
Editorial
La absurda sentencia un lider opositor venezolano
Washington Post. Washington, 11 de septiembre de 2015
(Versión El Nacional, Caracas)

José Domingo Blanco (Mingo): Pediatra sin bata… y sin vida

¡Huérfanos! No uno, ni dos; sino cientos de ellos. Porque, cuando el 19 de mayo de este año le arrebataron la vida al pediatra oncológico Jesús Gerardo Reyes Kattar, cientos de pacienticos con cáncer, atendidos por Jesús, perdieron también al padre putativo que batallaba junto con ellos para ganarle a la enfermedad. A Jesús lo mató un desalmado, porque no lo puedo tildar de otra manera. Un delincuente a quien la justicia solo consideró oportuno castigar con 10 años de prisión. Una condena ridícula que no compensará jamás la enorme pérdida de la familia Reyes Kattar, ni la de centenares de niños y adolescentes con cáncer que ya no tendrán a su doctor al lado dándoles esperanzas.
El caso, como todos recordarán, causó consternación e incluso generó protestas de trabajadores, pacientes y médicos del hospital J. M. de los Ríos, quienes trancaron la calle exigiendo seguridad y justicia. Ese 19 de mayo, lo último que se supo del doctor Reyes Kattar –quien a finales de ese mismo mes cumpliría apenas 44 años– es que salió de su guardia nocturna del hospital oncológico Luis Razetti rumbo a su casa. Su hermana Mayiri, al ver que no respondía a sus llamadas, decide ir al día siguiente a su apartamento y lo encuentra maniatado y sin vida. Una escena desafortunada, dura, dolorosa e impactante que nadie debería presenciar jamás. Una escena final totalmente inmerecida y mucho menos para alguien dedicado a salvar vidas.
Mayiri lo describe como un hombre excepcional, buena gente, amigo de todo el mundo, abocado a su profesión; sin hijos propios, pero con cientos de ellos, porque sus pacientes no eran un simple número de historia: eran sus niños valientes. Su misión como pediatra oncológico fue mucho más allá del simple diagnóstico y aplicación del tratamiento: era un padre, un amigo y un confidente de esos “niños o adolescentes que están empezando la vida y padecen una enfermedad que los llena de miedo y dudas”, como él mismo escribió en una oportunidad para describir su experiencia. Un médico que no se ponía la bata porque decía que eso asustaba a los niñitos.
Por eso, la indignación de su hermana y de los médicos que trabajaron con él cuando conocieron la sentencia del tribunal. Es verdad que, a diferencia de otros casos, la justicia quizá actuó con cierta rapidez. Encontraron al responsable, Wilkerman Infante Carrillo, de 21 años –quien desde los 19 años había entrado a distintos recintos penitenciarios por robo y algunos hechos de sangre–. Wilkerman, el asesino, estará recluido durante una década en Yare III. Pero, para los deudos, para quienes aún lloran a “Chucho” y lamentan su trágica muerte, diez años de condena –en un país donde las cárceles son escuelas para aprender a delinquir aún más– no indemnizará nunca el homicidio de Jesús, cometido con saña por un joven que, al cumplir con su pena –si es que acaso no es liberado antes– saldrá de la cárcel con mucha juventud a cuesta y, probablemente, con más experiencia en la actividad que lo llevó tras las rejas. “En este país, los delincuentes se reproducen más rápido que la gente decente”, dice Mayiri, entre el dolor, las lágrimas y la rabia.
Una afirmación que refrendan la cirujana neonatal Tibisay Osorio y Yelitza Fernández, maestra hospitalaria del Instituto Oncológico Luis Razetti, quienes trabajaron con eldoctor Reyes Kattar, a quien describen como un hombre entregado a sus pacientes. “Muchas veces, con su dinero, organizaba excursiones y paseos para los niños: les regalaba la oportunidad de alejarse de los sinsabores propios de la enfermedad. Les regalaba felicidad. Los enseñaba a no sentir vergüenza por la pérdida del cabello, ni por usar el tapabocas”, recuerdan.
Morir a manos del hampa, en Venezuela, es una posibilidad cada vez más certera. Un giro infortunado del destino que sesga la vida de gente valiosa, con futuros prometedores. Por eso, Mayiri, Tibisay y Yelitza, a casi cuatro meses del asesinato de Jesús, no se resignan. Como tampoco se resignan las madres de los niños con cáncer que Jesús atendía. Porque su muerte, de una forma u otra, significó también la paralización o retroceso de los avances hacia la curación de sus hijos enfermos…
Apenas diez años privado de libertad estará el asesino del doctor Reyes Kattar, uno de los cuatro doctores más destacados en el área de oncología pediátrica del país. El mismo número de años que pasó el doctor Reyes velando por la vida de los niños en el J. M. de los Ríos... “Podría narrar muchas anécdotas que ilustran lo que significa trabajar con pacientes pediátricos oncológicos; pero sin vivir esa dolorosa experiencia no se podría comprender a cabalidad. Un niño o un adolescente con cáncer es un ser especial a quien la vida le ha puesto un reto muy difícil de superar. Y tener que compartir con ellos esa adversidad desde el principio, sus alegrías entremezcladas con enojo, dolor y tristeza durante el tratamiento, poniendo él y su familia toda su fe en uno como médico, confiando que todo saldrá bien, me ha impulsado a crecer como ser humano. Ser testigo de cómo ese niño o adolescente se desarrolla como persona y enfrenta el cáncer en una pelea que, en ocasiones, lo acerca a una muerte prematura, ha hecho que no solo como médico, sino como persona, comprenda y valore más los pequeños detalles de la vida; que admire y haga una reverencia ante esa madurez que adquieren en forma fortuita cada uno de estos pacientes”… Este era Jesús y a su asesino poco le importaron las muchas vidas que dependían de él.




José Domingo Blanco (Mingo)
Pediatra sin bata… y sin vida
El Nacional. Caracas, 12 de septiembre de 2015

Fausto Masó: La difícil alegría del 7 de diciembre

En la frontera hay un paro petrolero al revés, ahora es el gobierno el que quiere paralizar al país. Rara vez se ha visto un jefe de Estado tan empeñado en sembrar la ruina, como en el caso venezolano.
Maduro anda angustiado. ¿Seguirán financiándolo los chinos o, como Putin, le cerrarán la bolsa? A pesar del mal tiempo, Maduro sigue disfrazado de generoso y le regala millones a una islita. No ha entendido que lo están dejando solo, hasta Brasil apoya ahora a Guyana, nadie levanta la voz en su defensa con la excepción de Bolivia. Se habla de un default venezolano, una catástrofe para un país al que la comida llega del extranjero. Todo son malas noticias. El valor de las exportaciones de petróleo cayeron a su nivel más bajo desde 2004. Venezuela enfrenta hiperinflación. Maduro intenta llegar hasta el 6 de diciembre, aspira a sobrevivir porque no le encuentren sustituto.
Pdvsa carece de recursos económicos y humanos para aumentar la producción. Agencias internacionales bajan los bonos venezolanos a la categoría de bonos basura, a nadie convencemos con el cuento de que poseemos las reservas mayores del mundo: todos saben que no podemos extraer ni un barril; nuestro petróleo no es fácil de producir y necesitamos complejas refinerías. Pdvsa tiene grandes proyectos en la famosa faja asociada con Repsol, Chevron, Rosneft y, la empresa china CNPC, solo que ninguno avanza un centímetro. Tampoco producimos lo que Maduro dice, estamos lejos de los 3 millones de barriles y a Pdvsa le falta dinero para sus operaciones diarias. Se acumulan las deudas, los acreedores esperan por el 7 de diciembre.
Venezuela está perdiendo mercados tradicionales, sigue exportando a países amigos que no pagan, o pagan a pecios subsidiados. Arabia Saudita amenaza con quitarle el mercado chino e indio, y el costo de producción venezolano no cesa de aumentar.
Eulogio Del Pino quiere poner orden en Pdvsa, aumentar la producción y mejorar la relación con las empresas extranjeras. Maduro intenta mandar al demonio la herencia del presidente eterno. Del Pino quiere aumentar el número de taladros. No lo logra en la cantidad necesaria.
El día siguiente después del 6 de diciembre condiciona la política, la economía y hasta el sexo en Venezuela. Maduro quiere aprovechar los días que le quedan, teme que los chavistas en la Asamblea, junto con los diputados de oposición, le señalen la puerta de salida. Todo dependerá de la magnitud de la derrota, aunque algunos andan hablando de trampas que revertirían la votación. Se equivocan, es demasiado grande la diferencia. El 7 de diciembre los que siguen soportando largas colas para comprar un poco de arroz, o de harina PAN, si están disgustados con los resultados asaltarán los automercados. ¿Quién apoya a Maduro? Su familia, aunque ya en los ministerios no les gustan las visitas de Nicolasito.
Con Chávez vivíamos mejor. Avanzábamos hacia el desastre con mayor ruido. Con Maduro al país lo están olvidando, desaparece del escenario mundial. La Venezuela maduristsa es un cero a la izquierda.
No es pesimismo, sino reconocer que los jóvenes que buscan la salida por Maiquetía no están locos.
No hay mejor negocio que comprar desodorante, gasolina, papel, cualquier cosa y pasarlo a Colombia.
Santos espera pacientemente el desmoronamiento del chavismo. Tiene razón. Al resto nos queda tener paciencia o, mejor dicho, mirar el futuro con mucha impaciencia.
¡Cuándo llega el 7 de diciembre!, ¡por Dios!
El 7 de diciembre será un día alegre. ¿Qué viene después? Ni Belcebú lo sabe, pero por lo menos el 7 habrán pasado 24 horas después del 6. Es algo.

Fausto Masó
La difícil alegría del 7 de diciembre
El Nacional. Caracas, 12 de septiembre de 2015

viernes, 11 de septiembre de 2015

Leopoldo López: Carta a los venezolanos desde Ramo Verde

El que se cansa pierde…
¡Y yo nunca me voy a cansar de luchar por Venezuela!
Venezolanos:
Hace más de un año, cuando supe que la élite corrupta que gobierna a Venezuela había ordenado meterme preso con la vana intención de que yo abandonara el país, no dudé un solo segundo en dar un paso al frente para darle la cara a la dictadura y enfrentar el juicio infame que se me estaba planteando. Esa decisión la tomé plenamente consciente de a qué me estaba enfrentando y de cuáles eran las consecuencias.
Por eso hoy, cuando he sido condenado por la infamia y la mentira de una élite que no tiene escrúpulos cuando de defender sus groseros privilegios se trata, quiero decirles que no me arrepiento en lo más mínimo de la decisión que tomé. Y no me arrepiento por una razón muy sencilla y poderosa: las grandes causas ameritan grandes sacrificios.
Yo estoy convencido de la bondad de nuestra causa que no es otra que la liberación de todo un pueblo que hoy sufre las dolorosas consecuencias de un modelo que fracasó en lo económico, en lo político y en lo social. Una causa justa y democrática que busca una Venezuela de Paz, de Bienestar y de Progreso. Una causa humana que desea que todos los derechos sean para todas las personas, sin exclusiones ni privilegios. Pero sobre todo una causa moral una, que nos obliga a estar del lado de las víctimas y nunca del lado los victimarios.
Esta sentencia no va dirigida sólo en mi contra sino que busca derrumbarnos anímicamente a todos los que luchamos por tener un mejor país. Con el corazón les digo que en estos momentos nadie puede estar más indignado, nadie más tentado a caer en la desmoralización y en la frustración que yo. Pero lejos de ello les confieso que estoy más fuerte y más tranquilo que nunca, y decidido a levantarme una y otra vez hasta lograr pacífica y democráticamente el cambio que tanto necesita nuestro país. Por eso el único acto de solidaridad que pido ante mi sentencia es que no se rindan, porque como una vez dijo Ghandi:
“Los caminos de la verdad y el amor siempre han triunfado. A lo largo de la historia ha habido siempre tiranos y asesinos que por un tiempo pueden parecer invencibles, pero al final caen”.
Para que Venezuela salga adelante debemos cambiar el sistema. Pero para que eso suceda debemos quitarle el poder a la élite corrupta que nos gobierna. El próximo 6 de diciembre tenemos una excelente oportunidad para avanzar en esa dirección. Ese día, con irreverencia, con revire democrático, salgamos con toda nuestra fuerza a votar y a defender en todos y cada uno de los centros electorales y en la propia calle, la voluntad de cambio que de manera arrolladora la inmensa mayoría de los venezolanos vamos a expresar en las urnas.
Finalmente a mi amada Lilian, dale a nuestros hijos un mensaje muy especial: van a escuchar de boca de algunos que su papá es culpable y que estaré preso por muchos años más. No es cierto. Hoy su papá es más libre que nunca. Mi alma, mis ideas y mi amor por ustedes vuelan alto, muy alto, en el cielo de nuestra hermosa Venezuela.
Estoy aquí y no me iré a ningún lado. No podrán separarnos. Les prometo que mu y pronto todos juntos viviremos en La Mejor Venezuela donde reiremos, jugaremos y cantaremos sin sentir miedo.
En estos momentos difíciles quiero recordar al líder pacifista Martin Luther King y decir: “Si no puedes volar, corre; si no puedes correr, camina; si no puedes caminar, arrástrate. Pero hagas lo que hagas, tienes que seguir hacia adelante”.
Venezuela saldrá adelante, yo les juro que vamos a vencer.
Fuerza y Fe, Venezuela
Leopoldo López
  Cárcel Militar de Ramo Verde.
Preso político sentenciado a 13 años, y 9 meses de prisión
por la dictadura venezolana”
 
Leopoldo López
Carta a los venezolanos desde Ramo Verde
Prodavinci .Caracas, 11 de septiembre de 2015

Laureano Marquez: ¡Me lanzo!

No me queda otra opción, visto lo que acaba de acontecer en Guatemala, donde un colega del humor está a punto de ser presidente de la República. Debo decir, como dice todo político que se respete: “La verdad, no quería hacerlo; no estaba entre mis proyectos vitales la ambición de poder; de hecho, no tengo otra ambición que la felicidad de la patria, pero si ella exige de mí este sacrificio, no me queda otra que asumir el reto” (aplausos prolongados).  Yo no solo he estudiado Teología, como Jimmy Morales (el de Guatemala), en mi caso en ITER (Facultad de Teología de la UCAB), sino que además soy licenciado en Ciencias Políticas de la noble y digna UCV, con posgrado en el Instituto Venezolano de Planificación, del que salí con una especialización en Planificación y Gestión Gubernamental. Así es que si alguien reúne en Venezuela las condiciones de cómico y estadista —y me van a disculpar mis amigos y contendores Luis Chataing y Benjamín Rausseo— ese soy yo.
Hay una circunstancia personal que nunca he revelado y que coloca sobre mis hombros gran parte de la responsabilidad por la tragedia que el país vive y hace que pese sobre mi conciencia una carga de culpa que me siento obligado a resarcir con este lanzamiento. El hecho es el siguiente: quienes me conocen bien saben que nunca fue mi intención ser cómico, que la vida me trajo por estos derroteros y que siempre quise ser una persona circunspecta. En el año 1986, cuando me gradué, traté de buscar trabajo seriamente; fui incluso a la DIM (Dirección de Inteligencia Militar) —¿díganme si puede haber algo más serio que la inteligencia militar?—, donde un oficial vio mi currículo y me preguntó si yo alguna vez había sido militante de izquierda. Confesé que en bachillerato había sido presidente de un centro de estudiantes que resultó de una coalición entre el PRV de Douglas Bravo, del que yo era simpatizante, AD y Copei (mis excompañeros de la época pueden dar fe de ello, porque la noticia fue tan rara que hasta salió en El Siglo de Maracay). El oficial guardó mis papeles y, gracias a Dios, nunca me llamó. Desesperado, fui al Metro —no a intentar suicidarme, sino a buscar trabajo— pues había visto un aviso en el que solicitaban candidatos para el cargo de chofer de metrobús. Presenté mis papeles y me llamaron para la fase de entrenamiento. En el ínterin, mi profesor Andrés Stambouli me gestionó una beca para cursar estudios de planificación, lo que además de permitirme formarme en mi área, me salvaba la vida por un año entero. Fui a la C.A. Metro de Caracas a notificar —responsablemente— que no acudiría al entrenamiento. Vi una larga lista de nombres en la que tacharon mi apellido y llamaron al que estaba antes por la M. Sé que ese día, sin saberlo, cambié el destino de Venezuela. Pido perdón al país y lanzo mi candidatura para resarcir mi error.
La lista de ideas y proyectos que pienso impulsar es larga:
  • Quiero institucionalizar el cambio de nombre del país. En cada mandato cada gobernante adjetivará a Venezuela con su proyecto particular. El mío será “República Bachaquera de Venezuela”. El bachaqueo será oficial, de modo que las ganancias vayan a las arcas del Estado. Habrá mercados con regulación, colas y escasez y otros donde se consiga de todo al precio que es; como en Cuba, pues.
  • Todos los negocios ilegales, como el contrabando de combustible, pasarán a manos del Gobierno, dejando al sector privado solo el terreno de la legalidad. Si la venta de gasolina en Colombia es tan buen negocio, ¿por qué no expropiarlo? Los oficiales no recibirán sobornos, sino una comisión por gandola vendida del otro lado.
  • En materia económica propiciaré el capitalismo más salvaje del que se haya tenido noticia, con sueldos de hambre, sin derecho a sindicatos ni huelgas. Es decir, lo mismo que hace el gobierno actual, pero en manos del sector privado y con la diferencia de que habrá que trabajar y los trabajadores recibirán comisiones de productividad con el lema “a cada cual según sus capacidades”.
  • En el terreno de la seguridad, pondré al frente de Cavim al mismo que maneja la industria cementera, para que nadie pueda conseguir nunca más ni una sola bala o que sean tan costosas que un malandro se la piense bien antes de asesinar a alguien.
  • Mi gran revolución será cultural. Los policías serán maestros que podrán detener a cualquier ciudadano para interrogarlo sobre historia de Venezuela o cultura general, y podrán poner multas por ignorancia. Quiero una nación de gente inteligente cuya conciencia y cuyo voto no valgan un kilo de harina.
En fin, las ideas son muchas y no caben todas aquí: las viviendas de interés social habrá que pagarlas; el deporte será obligatorio y el servicio militar, voluntario; los militares serán civiles uniformados con el único armamento de su ejemplo de virtud; los médicos prescribirán libros junto con las medicinas; mis cadenas serán monólogos de humor; los ministros tendrán que ser suma cum laude por ley (el presidente no), así como administradores de probada eficiencia; los corruptos serán recluidos en conventos con los votos (de pobreza y castidad)
Sobre estas premisas genéricamente enunciadas se conducirá mi gestión. El eslogan de mi campaña será “El joropo llegó y no hay alpargatas”. Solo hay un pequeñito detalle que no les había comentado sobre mi candidatura presidencial: no nací en Venezuela. Vine al país a los siete años. Solo espero de las instituciones electorales que, sobre este punto, tampoco conmigo haya inconveniente.

Laureano Márquez
¡Me lanzo!
Tal Cual. Caracas, 11 de septiembre de 2015

Sebastiana Barraez: Poder militar en la frontera

 MILITARES. Las figuras militares relevantes en la intervención u ocupación de la frontera: El MG Efraín Velazco Lugo, Jefe de la Redi (Región Estratégica de Defensa Integral) de Los Andes; el GD José Temístocles Morantes Torres, jefe de la ZODI Táchira; GD Carlos Martínez Stapulionis, autoridad única de la zona fronteriza Nro. uno y GB Luis Arrieta de la Zona dos. El presidente Nicolás Maduro nombró inicialmente, y por dos días, como jefe de la frontera al gobernador del Táchira y militar retirado, José Gregorio Vielma Mora. Nuestro ejército tiene décadas sin librar una batalla y cuando tiene la oportunidad de lucirse ante los grupos irregulares de la frontera, luce desubicado, casi descuidado o tomado por sorpresa. Tiene plomo en el ala por la participación de la Guardia Nacional en la industria del contrabando que manejan los grupos paramilitares en la frontera. El conflicto de la tropa es la carencia del liderazgo militar, porque si el gobierno pretende enfrentar a los paramilitares, armados hasta los dientes, con armamento de alto calibre y un ejército propio entrenado para matar, la FANB venezolana necesita demostrar coherencia, sincronización y obediencia y subordinación en las tropas que enviaron a la frontera. ¿El resultado militar? Sólo 14 presuntos paramilitares detenidos.

FANB. Aunque a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, a diferencia del resto de los ejércitos del continente, la caracteriza el factor ideológico, más que una fortaleza, es una debilidad. Eso aunado a que la FANB no tiene héroes militares, más allá de aquellos de la Independencia, aunque Diosdado Cabello ha dicho que “a Vielma y a Arias Cárdenas hay que hacerles una estatua”. No es casual que la intervención de la frontera trate de crear los tan necesarios héroes militares. Pero los uniformados lucen poco articulados, más arropados por las decisiones políticas que por la estrategia militar. Nadie ve en los generales Morantes, Martínez, Velazco o Arrieta, a los líderes que requiere la intervención de la frontera. Ya hace muchos años que nuestro ejército no libra batallas, no tiene triunfos que mostrar, más allá de aquellos de los años 60 cuando enfrentó a la guerrilla surgida de las entrañas del MIR y del PCV, con Ruptura; Bandera Roja, Tercer Camino, etc. Hugo Chávez desempolvó el rango de General en Jefe y se lo enquistó a Lucas Rincón Romero, el mismo día que nombra a Cruz Weffer comandante del Ejército, mientras el país observaba desconcertado qué méritos tenía, porque desde López Contreras nadie había ostentado ese rango; luego vino lo de mayor general y almirante en jefe. La FANB por casi ocho décadas estuvo pendiente de Colombia, el vecino que más preocupación nos causaba. Toda la preparación estaba dirigida al cuidado ante ese hermano que en algún momento podía convertirse en enemigo. Con la llegada de Chávez al poder ese objetivo cambió y nuestra FANB empezó a librar “una lucha” contra el otrora aliado en preparación militar: El imperio norteamericano.
MUD. Es la Mesa de la Unidad Democrática. Sustituyó de manera unilateral al suplente del circuito de la sierra en el estado Falcón, Adán Camargo, quien ganó en las elecciones internas. Ha sido un férreo opositor y destacado dirigente popular. Eso no le gustó a los sectores de la MUD que coquetean con el poder regional. Dijeron que esa suplencia le correspondía a un dirigente de AD. El más activo para sacar a Camargo fue el alcalde Elisanower. Qué demócratas los opositores.
JUEZA. Es Ana Ramona Acuña, la del tribunal primero ordinario y ejecutor de medidas de los municipios Junín y Rafael Urdaneta del Táchira. El 31 de julio 2015 hizo inspección en la finca El Trapiche en el sector La Vaquera, aldea El Japón, Rubio, municipio Junín. Deja constancia “que esta vía es propia (…) y que solamente es utilizada por el propietario Luis Enrique Cárdenas Vásquez y que como propietario permite el paso en algunas oportunidades por colaboración a su vecino Eduardo Díaz”. La jueza omite que no hay otra salida para que Díaz pueda sacar los productos de su finca. Eduardo Díaz tiene 82 años y ha vivido desde que tenía seis años en la parcela Nro. 4. Ha sido un productor agrícola toda la vida. Allí tiene ganado, parchita, cambur, entre otras frutas y verduras y hortalizas. Desde siempre, y sin problema alguno, había sacado los productos por el paso real que atraviesa la finca El Trapiche, hasta que cambió de dueño hace más de un año; Cárdenas Vásquez pretende quitarle el paso al anciano que creció, se casó, procreó hijos y ha trabajado y amado esa tierra por 8 décadas. La  jueza, que no tiene facultad en materia agraria, deja constancia de los linderos en base a los planos que presenta el nuevo dueño de El Trapiche, los cuales difieren de los que tiene Eduardo Díaz desde hace años. La inspección de la jueza le crea un problema al anciano productor, porque le quita potestad sobre parte del terreno que desde hace años ha cultivado. La jueza dice que ella observó que a la parcela de Díaz “se tiene acceso por una entrada que va desde su parcela hasta la carretera nacional (450 metros)”. Lo que no dice la jueza es que esa no es una carretera, ni por ahí hay posibilidad de paso de vehículo y por eso le habría dicho a Díaz que hiciera su propia carretera y pidiera ayuda al gobierno. Obvia deliberadamente la jueza que no tiene manera el anciano productor de sacar sus productos ni el ganado por otra vía que no sea el paso real, y se atrevió a darle el visto bueno a Cárdenas Vásquez para que coloque un portón que no le permita a Díaz usar el paso real.
DALTON. Es Roque, el poeta y activista político salvadoreño, el que un día escribió: “Yo que he amado hasta tener sed de agua, luz sucia;/ yo que olvide los nombres y no las humedades,/ ahora moriría fieramente por la palabrita de consuelo de un ángel,/ por los dones cantables de un murciélago triste,/ por el pan de la magia que me arrojara un brujo/ disfrazado de reo borracho en la celda de al lado…”.
ÚLTIMA HORA
-A los alumnos que salieron de la UNES Acarigua antes del 15 de julio, no les dicen si los van a graduar y no están cobrando.
-La alcaldesa de San Cristóbal debe ocuparse de ese pueblo plagado de huecos y descuido.
ADUANA. Es la de Guaranao en Punto Fijo, estado Falcón. Hay allí 9 agencias aduanales. Los gerentes anteriores trabajaban con las agencias en igualdad de condiciones. El actual gerente sólo autoriza a dos agencias; él es militar y dizque manejó el avión presidencial. Él dice que el intendente le ordenó que sólo autorizara a las dos agencias aduanales. Hay un abuso en la aceptación de la carta-poder, que deberían ser sólo por excepción. El proceso de aduana implica la participación de funcionarios de la aduana. GNB, Sebin y Sundde. Por esa aduana están ingresando vehículos de manera irregular, a través de una sola agencia que tiene amistad con un gerente de Miami; más de 300 vehículos habrían ingresado en el primer semestre del año en curso. La agencia que trajo los 35 mil aires acondicionados que estaban acaparados y extrañamente no fueron vendidos, declararon menos de lo que importaron. Están sacando antenas hechas de aluminio como si fueran decodificadores. Han salido muchas gandolas con aires con un solo documento. “Eso está autorizado por el intendente”, es la respuesta que dan. La irregularidad se extiende hasta el punto de Control de Cararapa que está a cargo de la aduana principal. Todas las exportaciones que salen tienen que pagar 500 dólares por documento, caso frutas y alimentos que van para las islas. Curioso es que la mercancía de Pdvsa dura hasta 5 días en puerto, por los permisos, pero los vehículos salen el mismo día. Los documentos que salen en tres días pagaron por lo menos Bs.80 mil por documento. Los importadores nuevos encuentran miles de obstáculos para entrar al sistema. Si pagan entran ya.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Manuel Malaver: El madurismo, fase terminal del castrochavismo

El madurismo parecería no ser otra cosa que una palabreja de las tantas que surgen en el mundo sin causalidad ni consecuencia, y quedan ahí, colgadas en el tiempo, criando moho e y en espera de que otra insignificancia venga a sustituirlas.
Sin embargo, no cayó de la nada, sino de la pesadilla del último socialismo, de que por aquí se llamó “Socialismo del Siglo XXI”, y el cual, enfrentado de nuevo a la inviabilidad de la utopía marxista, no procedió a decretar su defunción, sino a legársela a un payaso cuya peligrosidad mayor consiste en no conocer su identidad, ni la del tiempo, ni el país donde transcurre.
Pero es que no tiene partida de nacimiento, -por lo menos no una conocida y legal-, y así, no sabemos si se llama Nicolás Maduro, si nació en Venezuela, o cualquier otro país, edad, educación, profesión, o los vericuetos que le permitieron devenir en presidente.
son sospechas en torno a Maduro y la más gruesa es que secundó a Raúl Castro en la conspiración que sacó de a Hugo Chávez, el que había designado al “nowhere man” (don nadie), ministro de Relaciones Exteriores, pero solo para darle la oportunidad de llamar la atención de quienes después lo utilizarían como una pieza, instrumento o herramienta.
Pero, insistimos, son sospechas, rumores, legendas en torno a un “don nadie”, “nowhere man” u “hombre de ninguna parte”, igualmente, ambiguo en lo que se refiere a si es ateo o católico, percusionista o curandero, jugador de truco o bolas criollas y en tantas cotidianidades que Maduro no sabe explicar o confesar.
En lo que si no hay dudas es que, por órdenes de Raúl Castro -y quizá hasta del generalato de las FARC que desde hace meses pasa vacaciones en La Habana-, Maduro decretó y ejecutó la deportación de 10.000 colombianos que residían en cuatro municipios del estado fronterizo del Táchira, a quienes sacó a la fuerza de sus humildes viviendas, para ser aventados por trochas y baldíos y después cruzar un río que sería su tránsito final al territorio colombiano.
Escenas que, durante 15 días han sacudido a Venezuela, Colombia y América, que recorren al mundo, que se hicieron acompañar con la demolición de las viviendas de los deportados previo marcaje con la “D” de demolición, del robo de sus pocas pertenencias, de los abusos a las mujeres y de un discurso oficial, asumido por Maduro, según el cual, “se les echaba” por “narcotraficantes, contrabandistas, y bachaqueros”.
Niños fueron separados de sus padres, esposos de sus esposas, hermanos de sus hermanos, escolares de sus escuelas, enfermos de sus tratamientos, amigos de sus amigos, y seres humanos del conjunto del lar donde hicieron patrimonios, hábitos y querencias.
Pero Maduro, el “don nadie”, “nowhere man” , u “hombre de ninguna parte” no andaba preocupado de estas minucias, como lo demostró la tarde del vienes 28 pasado frente a una turba que convocó para celebrar en un espacio cercano al palacio Miraflores, y donde, subiendo a una tarima, bailó una cumbia, para decirle al mundo que una suerte de Idi Amín Dadá había reencarnado en estas tierras.
“Sobre una tumba una cumbia” parafraseó esa misma tarde una aturdida ciudadanía caraqueña ante la revelación de tal pillaje que, recordaba a un son retro cubano muy de moda aquí en los 70, y cuya letra original decía: “Sobre una tumba, una rumba”.
Y el ensamble de escena, recuerdo y música no era arbitrario, si se toma en cuenta que con, las deportaciones, miles de vidas, destinos y sueños quedaron destrozados.
Pero fue solo el inicio de las celebraciones de Maduro, quien, al otro día anunció el comienzo de una larga gira por países de Asia Oriental, Asia Menor y Eurasia que ya cuenta semana y días y seguro culminará en La Habana, donde lo esperan Raúl Castro y el generalato de las FARC para que les informe de las deportaciones, los bonches y los últimos gritos de la moda.
Porque, el dizque presidente venezolano, tocó timbal y bailó salsa en Vietnam, en China, cuando apareció en un desfile militar dejó claro su gusto por las últimas creaciones de Chanel y Valentino, en Rusia y Dubai -y en compañía del seudoemperador ruso, Putin y de los jeques y primeros ministros de Qatar y Dubai, Abadullah bin Nasser bin Khalifa Al Thani y Mohamad bin Rashid Maktum-, siguió el bonche y dio declaraciones estrafalarias sobre la crisis humanitaria que había desatado en la frontera colombo-venezolana.
En efecto, la ONU, la OEA, la UE, y ONGs e instituciones internacionales se apresuraron a condenar y a pedir cuentas del genocidio que el “don nadie”, “nowhere man”, “hombre de ninguna parte” y timbalero había dejado en la frontera y amenazarle con una orden de captura que la procuraduría neogranadina envió al Tribunal Internacional Penal de La Haya en la idea de no permitirle el regreso a América de tan peligroso psicópata y criminal.
Mientras tanto, el presidente, Juan Manuel Santos, se convencía -¡al fin”- de terminar la relación “de comprensión” que durante todo sus dos períodos había sostenido con “los bárbaros de Caracas” y pasaba a denunciarlos, a exigir a la comunidad internacional que, al menos, los obligara a respetar las convenciones mínimas del trato humanitario y de respeto a los derechos humanos.
En otras palabras que, toda una crisis binacional que ha provocado que, por primera vez, países e instituciones del continente tomen noten de que en Venezuela se ha instalado un gobierno forajido, al margen de la constitución y las leyes y, contra el cual, habría que adelantar políticas para condenar, aislar y, eventualmente, ejectar del poder.
Por todo ello, y por los costos enormes que le está significando al neototalitarismo la ya conocida como “Crisis de la Frontera”, la interrogante más socorrida entre analistas políticos de Caracas y Bogotá es: ¿qué llevó a Maduro a promover tal escándalo, a producir tal estropicio, a descomponer un escenario que, no le estaba resultando adverso y le convenía mantener con miras a imponer o camuflar los resultados de las elecciones parlamentarias que se celebrarán el 8 diciembre próximo?
En esta tesitura, una teoría que tiende a imponerse es que, la conmoción fue promovida desde Cuba, y por Raúl Castro, quien, trata a toda costa de que el tema de la reclamación del territorio Esequibo salga de la agenda del gobierno y el pueblo venezolanos, y sus aliados, los guyaneses, se alcen con los 159.000 kms2 que las administraciones nacionales mantienen en litigio desde los años 60.
Otra tesis, versa sobre la urgencia del madurismo de no contarse en las elecciones de diciembre, pues, todas las encuestas le auguran una derrota con más del 70 por ciento de los votos a favor de la oposición.
Y una última es que, se trata de un “malvinazo”, para cohesionar a una FAN cada día más dividida y molesta porque Maduro no termina de aclarar si es venezolano o colombiano, así como a un partido oficialista abrumado por el fracaso del modelo y del régimen.
Quiere decir que, el “don nadie”, “nowhere man”, u “hombre de ninguna parte” está haciendo un esfuerzo supremo por convencer a algunos militares de que “no es colombiano”, y mucho menos “cucuteño”, y por eso hace fintas de anticolombianismo extremo, demostraciones de que está dispuesto a ir con todo contra sus connacionales y así dar pruebas de limpieza de sangre venezolana y venezolanista.
Para quienes arruguen el seño con relación a esta hipótesis definitivamente estrafalaria, les advierto que algunos historiadores sostienen que el antisemitismo enloquecido de Hitler procedía de su empeño en borrar sospechas de que tenía gotas de sangre judía, así como Stalin extremó la represión contra los georgianos para hacer olvidar que no era ruso, sino caucásico.
Ello explicaría lo del baile, los timbales, el viaje por Asia, Eurasia y Medio Oriente y de otras extravagancias y exageraciones que lo veremos hacer en los próximos días, semanas o meses.
Pero eso si venezolanos, colombianos y la comunidad internacional no mandan a la cárcel o al manicomio a tamaño aberrado y descuartizado mental que promete ahora “deleitarnos” con un concierto en la frontera donde cantará joropos y vallenatos.



Manuel Malaver
El madurismo, fase terminal del castrochavismo
Diario de Caracas, Caracas, 6 de septiembre de 2015

Héctor E. Schamis: Maduro, entre Galtieri y El Assad

Era 1981 en Argentina. Viola es presidente, un general. El régimen era brutalmente represivo pero débil. Las funciones y los cargos de gobierno estaban divididos en tres tercios, uno por cada rama de las Fuerzas Armadas. Ello incluía las tareas represivas, tanto como la distribución del botín robado en las casas de los desaparecidos. Era un incentivo para la fragmentación y la disputa que por supuesto quebró la cadena de mando.
El jefe del ejército era Galtieri, quien involucró a la fuerza con los contras nicaragüenses y en la guerra civil de El Salvador. Eso para que la Administración Reagan lo recibiera en Washington, el objetivo de todo funcionario que se precie de tal. Tuvo éxito, tanto que el entonces Secretario de Seguridad Nacional, Richard Allen, lo describió como “un general majestuoso”. Galtieri le creyó y ese diciembre removió a Viola con un golpe de Estado.
Además de politizadas, las Fuerzas Armadas eran ineptas. El gasto público estaba fuera de control, la inflación, persistente en los tres dígitos y la economía, en contracción. YPF tenía la exclusividad de ser el único monopolio estatal de petróleos en el mundo consistentemente en rojo durante el boom petrolero de los setenta. Para dar una idea del tamaño de la ineptitud.
La sociedad había comenzado a expresar su descontento. Ignorando el Estado de Sitio se formó la Multipartidaria, en demanda de “una transición democrática”, y el viejo músculo sindical volvió a las calles. Ante eso, Galtieri recurrió a una remanida estrategia: producir una crisis internacional para olvidar los problemas internos y cohesionar a la sociedad alrededor de su liderazgo.
Fue la guerra de las Malvinas, islas cuya recuperación era y es la reivindicación nacionalista más sentida en la historia del país. Con tanta majestuosidad y habiendo hecho el trabajo sucio en América Central, discurría Galtieri en sus largas vigilias bélicas que acompañaba con escocés en las rocas, Estados Unidos lo apoyaría, la flota británica no abandonaría el Mar del Norte y él podría convertirse en la mismísima resurrección de Perón. No sucedió exactamente así. El resto de la historia es conocido.
Galtieri es más que metáfora, a propósito de militares politizados e ineptos. Durante quince años, las disputas entre las instituciones militares, policiales y de inteligencia venezolanas han sido leyenda, ello sin mencionar las paraestatales, los colectivos armados. Buena parte de esas disputas es sobre el control de las rutas del contrabando y el narcotráfico, el botín de la ilegalidad. Maduro, sin embargo, culpa a los colombianos residentes en Venezuela de ello y ha procedido a militarizar y cerrar la frontera. La crisis internacional está en marcha. La foto de los puentes militarizados sobre el río Táchira evoca otra frontera, la del “Puente sin retorno” entre las dos Coreas. Que a nadie se le escape una bala.

Maduro produce una crisis internacional para (intentar) resolver una de sus crisis internas: acallar cualquier repercusión de la inminente sentencia a Leopoldo López
 
Como Galtieri, Maduro produce una crisis internacional para (intentar) resolver alguna de sus múltiples crisis internas: acallar cualquier repercusión de la inminente sentencia a Leopoldo López; que la prensa deje de mostrar las colas para conseguir comida; declarar el Estado de Excepción total o parcial en Táchira y otras zonas cercanas, y postergar o suspender las elecciones del 6 de diciembre. Como se la mire, es una crisis que le conviene.
Pero Maduro va mucho más allá. La siguiente foto de esta historia es de esos mismos colombianos cruzando el Táchira a pie, con el agua en la cintura y sus enseres a cuestas, hombres, mujeres, ancianos y niños. Y la tercera foto es de sus casas rodeadas por fuerzas militares y con una gigantesca “D” pintada en la puerta, para indicar la orden de demolición. Casi un relato bíblico o la historia del fascismo, según se prefiera.
Esto diferencia a Maduro de Galtieri y lo asemeja a El Assad. El régimen chavista produce una crisis internacional humanitaria con desplazados y refugiados. La magnitud de esa crisis no es comparable a la de Siria, pero en materia de derechos humanos y crímenes contra la humanidad la cuestión no es de cantidad. Una expulsión colectiva no es una deportación para el derecho internacional. Los expulsados no lo son por su status inmigratorio, una condición individual, sino por un dato de su identidad, su nacionalidad.
Venezuela viola así normas del derecho internacional y diversos tratados internacionales, todos ratificados por las Naciones Unidas. Entre ellos debe destacarse la obligación de la comunidad internacional de intervenir ante masivas violaciones, principio aprobado en 2005 en la propia Asamblea General. Esto importa en relación al rechazo de Venezuela a tratar el tema en la OEA, siendo miembro actual del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y contando con el apoyo de Brasil, entre otros, país que aspira a un asiento permanente en un Consejo ampliado. El sinsentido latinoamericano.
Con esta crisis Maduro también se ha cargado a Colombia y no solo en la OEA. Mientras es garante de un plan de paz entre colombianos, abusa de colombianos y tiene seis millones que residen en Venezuela, todos potenciales rehenes. Maduro debe ser neutralizado cuanto antes para evitar que la crisis humanitaria en curso se convierta en catástrofe, es decir, antes que su parecido con El Assad se acentúe. En Siria, el desplazamiento forzado de la población civil ha sido parte de la táctica militar usada contra los rebeldes y, como tal, un crimen de guerra. Tal vez para el régimen chavista también termine siendo eso.
Además, el régimen tiene muchos más rehenes, otros 25 millones de oprimidos ciudadanos venezolanos, sin derechos ni alimentos y victimizados por una criminalidad fuera de control. Al borde de una crisis humanitaria, ellos también son refugiados.


Héctor E. Schamis
Maduro, entre Galtieri y El Assad
El País. Madrid, 6 de septiembre de 2015

sábado, 5 de septiembre de 2015

José Domingo Blanco (Mingo): ¿Nos están animalizando?

Venezuela transita por la crisis más cruenta jamás vista en nuestra historia. Quizá, por eso llamó mi atención un término que acuñó el abogado Juan Carlos Sosa Azpúrua, en la entrevista que le hice el pasado lunes, para explicar la razón por la cual hemos llegado a niveles tan deplorables. El régimen, a su juicio, en estos largos y miserables 17 años, logró la “animalización de la sociedad civil”. Si a ello le sumamos el éxodo masivo de venezolanos (en su mayoría clase media, profesional, trabajadora y productiva) cansados del juego político que han llevado adelante el régimen y la dirigencia opositora, obtenemos el caldo de cultivo perfecto para que el desgobierno “siga usurpando el poder”, como aseguró mi entrevistado.
De nuestra conversación, rescato algunos de sus planteamientos porque son un llamado a esa población que, en momentos puntuales de estos años de chavismo-madurismo, logró frenar sus intenciones. “Nuestro problema surgió cuando le entregamos el testigo a la dirigencia opositora, y esta comenzó a cohabitar y cogobernar con el régimen, legitimándolo”.
En más de una ocasión, he escuchado a algunos voceros asegurar que nuestra crisis actual puede solventarse con las próximas elecciones del 6 de diciembre. Sin embargo, para Juan Carlos Sosa Azpúrua ese tipo de comentario es nocivo porque, “cuando a los electores se les vende una ilusión, y esa no se ve satisfecha, lo que viene después es mucha rabia, depresión y decepción. Eso condimenta aún más el caldo de una situación intolerable a punto de estallar”.
Sosa Azpúrua advierte que el asunto con las parlamentarias es “que se le han creado a los electores unas expectativas que no se pueden cumplir. Porque en esa Asamblea, en un país gobernado por un régimen totalitario, no se puede hacer nada de lo que están prometiendo los candidatos al Parlamento”.
“El país no está para elecciones en el contexto que estamos sufriendo. El régimen ha demostrado, después de 17 años en el poder, que no tiene ninguna capacidad para corregir los problemas, sino que, por el contrario, los crea conscientemente. Los que están en el poder no tienen ninguna intención de que el bolívar recupere su valor, de que el aparato productivo se reactive, que la gente tenga empleo, que Venezuela esté en la comunidad internacional como un país serio y no como uno forajido. El objetivo de esta gente –la que usurpa el poder, porque ellos perdieron la legitimidad de ejercicio y la legitimidad de origen cuando se ‘robaron’ las elecciones pública y notoriamente– es empobrecer a la sociedad, volvernos completamente miserables”.
Porque, para el abogado, volvernos miserables, es característico de los regímenes totalitarios y comunistas. “Cuando la gente de la supuesta oposición le da trato y legitimidad, y están dispuestos a cohabitar y a cogobernar con el régimen, te das cuenta de que, en ese aspecto, la política está entregada. Tampoco vemos una lucha por salir del problema de raíz, sino, básicamente, el planteamiento es seguir poniéndole pañitos calientes a un enfermo que está en etapa terminal. Se lucha solo en el plano electoral. Y como el régimen ha sido muy astuto, crea elecciones todos los años. Los circos electorales se montan anualmente y entonces todo se cubre con una gran cortina de humo, donde el único objetivo del país se reduce a votar o no votar. Y la dinámica de la discusión política y la de los problemas pasa a un tercer plano. Aquí no hay debate político. Solo se escucha el argumento de que hay que salir a votar porque, en la medida en que la MUD vaya conquistando espacios políticos, vamos a tener posibilidades de salir de esta pesadilla a través de una vía bonita, democrática y pacífica. Simplemente, manchar el dedo de morado: esa es la gran lucha por Venezuela”, reflexiona.
Le comento, en medio de la entrevista, que cifras recientes le dan a la oposición MUD una gran ventaja en las parlamentarias; e indican que el oficialismo estaría perdiendo por 30%. Le recuerdo que 70% de los encuestados evalúa negativamente la gestión de Maduro, sin dejar a un lado su popularidad, la cual alcanza tan solo 24%. ¿Con estos escenarios, se puede ganar unas parlamentarias?  Pero, Sosa Azpúrua responde que estas cifras son la repetición de lo que siempre hacen las encuestadoras: vender un triunfalismo. “Siempre se genera el momentum para hacer creer que por la vía electoral se puede lograr el objetivo. Si revisamos los más recientes estudios, nos hacen creer que en 2010 perdimos las elecciones, cuando en realidad, la oposición logró 51% de los votos. Sistemáticamente, hemos venido siendo mayoría. Desde el año 2004, cuando se robaron el referéndum revocatorio, hemos sido mayoría. Han venido ocurriendo fraudes sistemáticos que la MUD ha decidido silenciar. No ha dado el golpe a la mesa para romper el juego macabro que controla el régimen. Porque la dinámica que está en este momento en marcha le permite a la MUD tener una participación política activa. La Asamblea es un símbolo de poder muy importante y dudo que el régimen vaya a perderlo. Cuando eso ocurra, los analistas dirán que Maduro logró cohesionar al país, gracias al sentimiento nacionalista que despertó. Y le echarán la culpa a la abstención. Mareando a la gente con una matriz de opinión en la que solo importa si votas o no votas. Si votas eres bueno. Si no votas eres malo”.
“En 2002, cuando la sociedad tenía el poder, su fuerza hizo que cayera el régimen. En el 2004, también con la sociedad civil al frente, ganamos el referéndum revocatorio. Ese triunfo y el fraude que se cometió como consecuencia, fue lo que hizo que se produjera la famosa abstención de 2005; pero la sociedad civil se organizó y demostró que más de 75% del país quería salir de esa pesadilla. Con esa acción se deslegitimó a la Asamblea y al Consejo Nacional Electoral. El problema estuvo en que le pasamos el testigo al sistema político. Y este nos traicionó porque no desmanteló al CNE, ni pidió la depuración del sistema electoral. Por el contrario: solicitó el cronograma para las elecciones presidenciales, se puso en campaña y reconoció a los diputados del PSUV que fueron elegidos con menos de 15% de los votos”, señala.
En momentos difíciles hay que pedir propuestas. Soluciones. Sin titubear, responde que la sociedad civil tiene que reorganizarse, aun cuando se encuentre debilitada. “Hay que pedir la renuncia de Maduro del cargo que usurpa. Establecer un gobierno de transición, depurar al país y limpiar sus instituciones. La sociedad civil tiene que despertar de nuevo y quitarle el testigo a la dirigencia de los partidos, porque ellos entregaron la política. Ellos cogobiernan con el régimen. Estamos secuestrados por un régimen al que le interesa mantenernos animalizados. La sociedad civil tiene que solicitar la restitución del orden constitucional. Como venezolanos tenemos el derecho de reaccionar y trascender el tema electoral. No podemos seguir entrampados en lo electoral, porque seguimos metidos en el terrero de un juego que controla completamente el régimen. No estamos solucionando el problema. Están reduciendo nuestra dignidad de seres humanos. Nos están tratando como animales y esa es la mayor violencia que puede haber”.
 
José Domingo Blanco (Mingo)
¿Nos están animalizando?
El Nacional. Caracas, 5 de septiembre de 2015

Fausto Masó: El último viaje de Maduro, ¡sabrosón!

Con los 5.000 millones de dólares que recibió en Pekín, Nicolás Maduro no ganará las elecciones, porque ese dinero representa la parte que Venezuela debería haber colocado en los campos petroleros que explotarán en asociación Caracas y China. Esos 5.000 millones no los gastará libremente Maduro, no le servirán para las elecciones de diciembre.
Como todo político, Maduro cree en milagros. En el chavismo gana terreno la tesis de no celebrar las elecciones, la aceptación de que los electores rechazan al PSUV. ¿Es posible suspender, o posponer, las elecciones? Esa sería la única salida para Maduro, quitarse la careta democrática. Pero, no es tan fácil, claro.
No hay ambiente electoral, en unos comicios en que votaremos por candidatos que son en su mayor parte desconocidos y que no contarán con recursos para hacer campaña. Sin embargo, hay algo nuevo: constantemente se oye por la calle a gente jurar que le pasará la factura a Maduro el día de las elecciones, al presidente más impopular de la historia nacional.
Las cosas van mal e irán peor. Un experto petrolero asegura que el mercado imagina tontamente que la reunión de Putin  y Maduro busca limitar la producción para aumentar los precios, al estilo de la vieja OPEP. Resulta, sin embargo, que los árabes cuentan con reservas en dólares para soportar dos o tres años de precios bajos y así eliminar a productores como Estados Unidos y como a la misma Venezuela, cuyos costos por barril son diez veces superiores a los de los sauditas. A los que también les gustaría quebrar a Irán y a la misma Rusia, quedarse ellos con el mercado. Los sauditas están actuando con una lógica estrictamente comercial, quieren eliminar a los otros productores. Rusia además, no reducirá un barril su producción. Por eso se habla de que el barril bajará a 30, o 25 dólares, lo que representa la ruina para Venezuela, después de que el chavismo despilfarró millones y millones de dólares. Sobra el petróleo en el mercado, e Irán saldrá a vender al precio que sea y los productores de Estados Unidos siguen produciendo a pesar de que el precio sea menor de 50 dólares.
Todo se está poniendo color de hormiga, no alcanza el dinero y no hay  prestamistas. Calladamente Maduro otorga concesiones para extraer gas dándoles 100% de la propiedad a los inversionistas. Están pidiendo el agua por señas.
Después de que la Asamblea la domine la oposición la situación económica no mejorará por arte de magia, pero surgirá un rayito de esperanza, se abrirá una puerta lejana y el país se convencerá de que Venezuela, inevitablemente, debe abandonar el modelo petrolero del pasado, del petróleo con la patria y la bandera. Por necesidad debemos ver el petróleo como lo que es, una mercancía, no la bandera nacional. Por tanto, hay que manejar el negocio petrolero como lo que es: un negocio, en el que conviene asociarse con inversionistas y aceptar que empresas extranjeras, a cambio de pagarnos impuestos y darnos participación en la utilidad, sean dueñas del 100% de la empresa.
Maduro anda viajando por el mundo detrás de una ilusión, porque el siglo XXI no es el siglo XX. Todo se derrumbó y ponemos los pies en el suelo, o también a nosotros nos arrastra el mal tiempo. Maduro viaja por última vez como presidente de una Venezuela despilfarradora, la Venezuela chavista. Esa es la herencia final de la revolución, la ruina. Anda acompañado de su hijo, los primos, los amigos, de 100 personas. Aprovecha el último viaje. Es humano. Aprovechando la última oportunidad de recorrer el mundo a lo grande. Los chinos que conocen a los chavistas los tratan a cuerpo de rey, saben que a muchos de ellos les encanta hospedarse en un hotel cinco estrellas. En realidad en esto tienen razón. No hay nada como un buen hotel cinco estrellas. Palabra.
 
Fausto Masó
El último viaje de Maduro, ¡sabrosón!
El Nacional. Caracas, 5 de septiembre de 2015

Editorial El País: La responsabilidad de Maduro

 La crisis fronteriza entre Colombia y Venezuela debe terminar cuanto antes y su fin depende exclusivamente de que el presidente venezolano, Nicolás Maduro, decida abrir la frontera que decidió cerrar unilateralmente el pasado 19 de agosto después de un enfrentamiento entre militares de su país y contrabandistas.
La internacionalización del problema generado por Maduro, con la visita de los ministros de Exteriores de Argentina y Brasil, puede tener utilidad para evitar que el incidente derive en consecuencias más graves, como una ruptura de relaciones, pero al mismo tiempo dilata los plazos de un asunto que, de querer el régimen de Caracas, tendría una solución inmediata.
La frontera entre ambos países es común, pero el reparto de responsabilidades no. Fue Maduro quien ordenó cerrar la frontera, quien deportó sin garantía legal alguna a más de mil ciudadanos colombianos residentes en Venezuela y quien reforzó militarmente la frontera. Frente a esta actitud, es de alabar la respuesta mantenida por el mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, que ha evitado en todo momento cualquier atisbo de escalada que pudiera generar un conflicto mayor donde nunca debiera haber habido problema alguno. Santos había insistido acertadamente en que al menos se permitiera regresar a sus hogares a los esudiantes de ambos países que quedaron atrapados al otro lado de la frontera, cosa que al final se ha logrado.
Por el contrario, las manifestaciones de la ministra de Exteriores venezolana, Delcy Rodríguez, de que además Caracas exigirá ante organismos internacionales una indemnización a Bogotá por los refugiados que se han instalado en Venezuela a raiz del conflicto en Colombia muestran que el Gobierno de Maduro no está dispuesto a cejar en su intento de desviar la atención de sus problemas internos generando una polémica internacional.
Santos no cerró la frontera. Corresponde a Maduro reabrila.



Editorial 
La responsabilidad de Maduro
El País. Madrid, 6 de septiembre de 2015

viernes, 4 de septiembre de 2015

Laureano Márquez: La verdadera historia

A Uribe, en su delirio de grandeza egocéntrica, se le ha metido en la cabeza rescatar la Gran Colombia y quiere ser su primer presidente. A objeto de lograr tal fin se ha confabulado con la oligarquía criolla, pelucona toda ella, para propiciar una invasión de los Estados Unidos a través de Guyana. Realmente las supuestas exploraciones de la compañía petrolera gringa no son tales, sino plataformas de lanzamiento de ojivas nucleares. Para ello lo primero que ha hecho Uribe, con total apoyo de Santos —que simula un odio que no le tiene en verdad— es sembrar de paramilitares la frontera. Estos paramilitares se disfrazan de gente humilde para que, al ser expulsados como le corresponde a todo delincuente, generen en la comunidad internacional y en los organismos de defensa de los derechos humanos, cuyo juicio tanto nos importa, la sensación de que en este país se maltrata y se veja a la gente pobre y se hacen expulsiones masivas contrariando todas las convenciones internacionales sobre la materia. Los susodichos están tratando de llevarse todos los productos venezolanos a Colombia, primero para quebrar su propia industria, de la que ellos mismos son dueños, pero eso lo hacen para disimular, para despistar; es una coartada, como la coartada del Guayabo, para que no crean que son ellos. ¿Qué ganan con todo esto? Que el pueblo venezolano sienta —gracias a la campaña que hacen la oposición, la MUD y Capriles, todos ellos financiados por Uribe, Pastrana y Donald Trump, que también está metido en la vaina porque quiere apoderarse de nuestro petróleo para financiar la construcción de su piazo de muro de 3000 kilómetros— que todo eso está sucediendo por una supuesta ineficiencia de nuestra administración. ¿Por qué lo hacen en este momento? Porque se acercan unas elecciones parlamentarias en Venezuela que el gobierno tiene ganadas de calle con el respaldo de más del 90% de la población, que está clarísima, además, de todo lo que se está moviendo detrás de una agresión internacional en contra de nuestro país.
Mientras esto sucede de este lado del planeta, otra confabulación se pone en marcha por si fracasa la anterior. Rajoy, desde España, con la complicidad de Felipe González, intenta la restitución de la monarquía de Fernando VII en Venezuela. En este caso sería con Felipe (no González, sino de Borbón y Grecia (no el país, que es nuestro aliado, sino el apellido materno), el hermano de Camilo Sesto, cantante español que es, de paso, bastante amigo de Bertín Osborne, que lo que anda buscando es el monopolio del aceite de oliva extra virgen en Venezuela (ignorante, de paso, de que por estos lares nada extra virgen se está consiguiendo). La renuncia de Juan Carlos no es ninguna casualidad. Todo forma parte de un plan cuidadosamente orquestado. Lo de la cacería de elefantes en África fue planificado para destruir su propia imagen y potenciar la de su joven hijo. En esto estuvo involucrado un conocido periodista de runrunes y un cómico venezolano (español de origen y agente encubierto de la Guardia Civil) que se fueron juntos a África a organizar la matanza elefantina. ¿Por qué la oligarquía española de Osborne quería sacar a Juan Carlos? Muy sencillo: se sabe que Felipe, por tener nombre de brandy, tendría mucha mayor penetración en el alma nacional a la hora de la constitución de una eventual monarquía de derecha en Venezuela. Pablo Iglesias, contrariamente a lo que piensan los españoles, no vino a entrenar a los cuadros del gobierno venezolano. Es exactamente al revés: vino a recibir entrenamiento y es nuestro agente allá para contrarrestar esta ofensiva de la que nuestros servicios de inteligencia tenían conocimiento desde hace muchos años. Por ello el ensañamiento de la oligarquía española en contra de Podemos.
Afortunadamente nuestros eficientes cuerpos de seguridad descubrieron a tiempo el plan del eje Bogotá-Madrid. La revolución se ha salvado nuevamente y otra elección está a punto de ganarse por mayoría absolutista.



Laureano Márquez
La verdadera historia
Tal Cual. Caracas, 4 de septiembre de 2015

Carlos Granés: Maduro y la soledad latinoamericana

No importó que Maduro usara como chivos expiatorios a inmigrantes pobres; no importó que marcara sus casas y las destruyera ni que los desterrados se vieran forzados a cargar colchones y muebles a través de un río, como parias o refugiados de guerra. Ningún país levantó la voz para decir lo evidente; nadie puso los puntos sobre las íes recordando que ese tipo de acciones no son de este siglo. Tomar la parte por el todo y achacarle los crímenes de unos cuantos a toda una comunidad, llámese colombianos, judíos o árabes, es un acto desde todo punto de vista inaceptable. Es verdad que cada país latinoamericano tiene tantos problemas internos y tantas rencillas silenciosas con sus vecinos, que buscar conflictos donde no se les han perdido supone complicarse aún más la existencia. Pero entonces dejemos la mentira latinoamericanista y esos pomposos discursos que enarbolan la integración, el legado de Bolívar, el arielismo, la dignidad o cualquier otra simpleza demagógica. Latinoamérica está sola, como tantas veces dijo García Márquez, pero no porque Estados Unidos o Europa nos desprecien o quieran sólo nuestras riquezas, sino porque nunca ha sabido protegerse de sí misma.
Está sola porque ningún país de la región es capaz de ejercer un liderazgo democrático que impida el tipo de atropellos que Nicolás Maduro cometió en la frontera colombiana. Desde que la OEA evitó sancionar a Fujimori cuando dio un golpe de Estado en el Perú, su efectividad para defender la democracia quedó en entredicho. En cuanto a Unasur, el asunto es mucho más patético. ¿Cómo es posible que el secretario general de un organismo internacional latinoamericano sólo tenga como credenciales la incompetencia y la corrupción?
Nuestro latinoamericanismo ha sido una linda quimera detrás de la cual se han legitimado la oclusión de libertades y la erosión de la democracia. En los sesenta y setenta los militares formaron un club criminal especializado en la desaparición de civiles y la violación sistemática de los derechos humanos en todo el continente. Luego, a finales de los noventa, el Socialismo del Siglo XXI perfeccionó una nueva manera de asaltar el poder desde el poder, saqueando las instituciones y torciendo todas las reglas del juego democrático. Y en el interludio, la democracia no sirvió para consolidar instituciones capaces de frenar la corrupción. Siempre hemos andado a dos marchas. Unos países intentando ser democráticos y otros intentando disimular su autoritarismo. Esa falta de sincronía ha imposibilitado integrar al continente o crear instituciones supranacionales que sirvan de árbitros en los conflictos regionales. Hasta que la democracia no arraigue de verdad en Latinoamérica, cada país seguirá solo, lidiando con sus propios problemas o haciendo lo que ha hecho Maduro: buscar enemigos externos a los cuales culpar de todos sus males.

Carlos Granés
Maduro y la soledad latinoamericana
El Espectador. Bogotá, 4 de septiembre de 2015

Sebastiana Barraez: Paramilitares vs. Politiquería

CONTRABANDO. Fue el martes. Mientras el vehículo se acerca a la alcabala El Pabellón el guardia permanece impasible. El joven chofer trata de ignorarlo. El guardia le pregunta hacia dónde va. “Hasta Delicias”, responde. ‘¿Vas lleno?’. El chofer asiente con la cabeza mientras ve el medidor de gasolina. El uniformado le dice que la tarifa es cinco mil, porque hay estado de excepción. No vale la protesta. ‘Paga tu novatada y aprende a trabajar, porque ya se les dijo que sólo pueden hacerlo en la madrugada’, es la justificación simple del guardia. Casi a punto de hacer pucheros el joven le extiende los Bs.5 mil y se aleja lentamente por la serpenteada carretera de montaña en el municipio Urdaneta del Táchira. Llega hasta la aldea La Honda donde un grupo de personas espera, con manguera sacan la gasolina del vehículo, y de inmediato bajan unos metros a través de una pronunciada cuesta y atraviesan el río para llegar a Ragonvalia (Colombia) con los bidones de combustible.
PERVERSIÓN. Ocurría desde hace tiempo. No sólo era el paso de combustible, luego de alimentos, se le sumaron los medicamentos y así sucesivamente. Son miles los colombianos que viven en varios municipios al otro lado de la frontera y vienen a Venezuela sólo a cobrar la pensión del Seguro Social. En poblaciones del norte tachirense, como La Fría, Guarumito y Colón se llevaban la comida preparada a territorio colombiano. En una famosa pollera todos en la población sabían que las tres primeras tandas de pollo se la llevaban un grupo de motorizados para Los Urabeños del otro lado de la frontera. En una almacenadora, en la vía al aeropuerto de San Antonio, hay dos gandolas detenidas por la fiscalía. Los militares venden ese cobre a contrabandistas o mafias de la chatarra.
DIOSDADO. Es el presidente de la Asamblea Nacional. A sólo días del decreto de excepción, llegó al Táchira. Se rodeó inmediatamente de los militares instalados en tierra andina. En el marco de una delicada situación como la que se vive en la frontera, él no tardó en concentrar esfuerzos para promocionar a los candidatos de su partido a la Asamblea Nacional. Más que recibir apoyo, el acto se ve oportunista en momentos en que la población espera con expectativa el desarrollo de los acontecimientos. Su verbo duro contra la oposición va dirigido a tratar de pregonar que los paramilitares están relacionados con sectores “de la derecha”. No sé si desconoce o pretende ignorar que el paramilitarismo se acentuó en Venezuela desde hace más de una década, que prosperó en revolución, que creció y se fortaleció mientras la Fuerza Armada no actuaba con la contundencia que debió hacerlo. No es un acto de nobleza aprovechar la circunstancia lamentable que viven los fronterizos para hacer campaña electoral.  Esa acción acentúa la desconfianza de los tachirenses en las medidas tomadas por el gobierno sobre la frontera. Más aun con la errada política económica y monetaria implementada en Venezuela.
MENTIR. Durante mucho tiempo funcionarios del gobierno se negaban a decir que la frontera estaba llena de colas para surtirse de combustible, de alimentos, de materiales de construcción, de medicamentos, de pañales, etc. Ahora descubrieron el agua tibia: Hay colas, hay contrabando, hay matraca, hay paracos, etc. Aún no se han dado cuenta que también hay guerrilla. El gobernador Vielma Mora dice que ya no hay colas, pero sí hay; las de alimentos se mantienen casi intactas. El gobernador de Mérida, Alexis Ramírez dijo que detuvieron a tres dizque paramilitares. De inmediato Cabello dijo que tenían relación con la oposición. En el lugar de allanamiento encontraron bastantes municiones de distintos calibres, fulminantes y tres latas de pólvora. Lo que no dijeron es que ese material habría sido extraído de Cavim.
SANTOS. El presidente colombiano, en consejo extraordinario y ampliado de ministros en Cúcuta (Norte de Santander), habló de lo que llama crisis humanitaria a causa del cierre unilateral de la frontera. Asistieron delegados de Naciones Unidas y de la OEA, así como 18 embajadores. Oyeron los testimonios de los afectados. Juan Manuel Santos tiene derecho a defender a su pueblo, pero también tiene la obligación de ocuparse de su pueblo, de esa frontera que se abastece de nuestros productos. Santos dice que presentarán una denuncia ante la Corte Penal Internacional (CPI) contra el gobierno venezolano.
FRONTERA. Es en los municipios afectados por el decreto de excepción. Los bacahaqueros o contrabandistas lanzan el combustible que tenían guardado, a las pocetas, los lavamanos, los cursos de agua. El diputado Ricardo Sanguino dijo que como el municipio García de Hevia tiene un alcalde oficialista, “el desabastecimiento y los actos de contrabando no fueran más grandes”. No sabe el parlamentario que en la quebrada Balastrera en La Fría, hay una mortandad de peces y culebras, porque los habitantes de los barrios Andrés Eloy Blanco, Barrio Nuevo y Las Américas le echaron la gasolina al caño. En esa población las gasolineras que hoy lucen vacías, antes dejaban los carros de un día para otro. “Había que pagar entre Bs.300 y 600 para surtirse”. Desde Guarumito y Tres Islas, en municipios García de Hevia y Ayacucho, hay contrabandistas pasando por los camellones, en bestias y a riesgo hacia Colombia. Por Tres Islas hay un éxodo masivo de colombianos hacia territorio vecino. A un periodista que fue hasta la línea fronteriza le advirtieron, hombres armados colombianos, que si volvía se atuviera a las consecuencias.
CARMONA. Es Pedro Carmona Estanga. Dice que “las imágenes de gente humilde cargando en sus hombros sus escasos enseres, incluyendo niños acarreando su ropa y juguetes, que no armas, así como del marcaje de las viviendas al estilo nazi, constituyen escenas difíciles de borrar de la mente… sufrimientos de seres humanos y niños, a quienes se ofende con la acusación generalizada de que son paramilitares o delincuentes”. Con todo respeto debo decirle al doctor Carmona que hace años quienes viven en la frontera  han sido víctimas de grupos irregulares. Es tan ligero e irresponsable decir que todos los colombianos en frontera son paracos, como decir que todos son inocentes. Desconoce usted, que los paramilitares usaban a niños para cobrar vacuna en viviendas de San Antonio. Entrenaban adolescentes en Llano Jorge como sicarios. Y eran mujeres casi niñas los anzuelos para atraer víctimas. Es cierto que entre quienes fueron corridos o huyeron atravesando el río Táchira hay gente inocente, pero también hay mucho escudo y protector de los grupos que han sembrado sangre, miedo y muerte en la frontera.
BUQUE. Es el Independencia 200, atracado en el muelle 15 del Puerto de La Guaira. Es propiedad del Estado venezolano CVAL. Se lo dieron a la empresa Seamax Transport and Tours para administrar y con una supuesta opción de compra. Luego de 3 meses la empresa no le paga a los trabajadores las prestaciones, gastos de comida, artículos de higiene personal ni retroactividad. “La empresa se negó a hacernos algún tipo de contrato ni cotizarnos Seguro Social, Ley de Política Habitacional”. Agregan los trabajadores que Seamax no posee oficina, ni personal, sólo la presidenta y su socio de nacionalidad curazaleña. “Hemos acudido a la capitanía de La Guaira, Policía Marítima y CVAL, sin encontrar respuesta”.
BENEDETTI. Es el poeta  del amor y la solidaridad, el que un día escribió: “Por eso cuando vuelva/ y algún día será/ a mis tierras mis gentes y mi cielo/ ojalá que el ladrillo que a puro riesgo traje/ para mostrar al mundo cómo era mi casa/ dure como mis duras devociones/ a mis patrias suplentes compañeras/ viva como un pedazo de mi vida/ quede como un ladrillo en otra casa”.
ÚLTIMA HORA
-Muchas quejas por la venta de botellones de agua sin control sanitario en Valencia.
-Mínimo Bs.3 mil cobran funcionarios de Pdvsa para asignar citas para el tag o chip de gasolina.
-Una casa comercial cobró en junio por la prótesis para una anciana Bs.358 mil, en julio 520 y ahora dicen que 710. ¿Quién regula ese abuso?
-Luego de tantas denuncias, por fin habrían destituido al defensor público Ciro Araujo.
-En el colegio José Félix Rivas de La Fría están cobrando Bs.2 mil por la inscripción, violando la gratuidad de la educación.


Sebastiana Barraez
Paramilitares vs. Politiquería
Quinto Día. Caracas, 4 de septiembre de 2015