domingo, 31 de mayo de 2015

Leonardo Padrón: El hombre del papagayo

Hace ya diez años en una multitudinaria marcha en contra del gobierno de Hugo Chávez un hombre llamó la atención de todos. Portaba un inusual papagayo que llevaba escrita la palabra libertad. El hombre marchaba en silencio. El enorme papagayo hablaba por él. La gente le sonreía, le tomaba fotos, lo aplaudía. Desde entonces hasta el asfalto de hoy no hay concentración o marcha de la oposición donde Rafael Araujo y su papagayo no estén. Su ingenio ha transformado un emblema universal de la infancia en una herramienta de protesta y reflexión.

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Papagayo 1: “Si Maduro es el presidente, yo soy el pájaro loco”
Rafael Araujo suele recorrer Caracas con la voz sediciosa de su papagayo. Es mejor que una pancarta, dice. La pancarta alcanza dos, tres metros. Un papagayo logra 30 metros de altura, o más, porque se eleva a través de las redes sociales y llega al resto del país.
Papagayo 2: “No dejaremos solos a los estudiantes”.
El papagayo refulge en mitad de la masa. Los colores son  vistosos. Tarda un día en hacerlo. Suele conservar la misma estructura, hasta que aguante. Lo demás es ingenio, calle  y tenacidad. 
Papagayo 3: “Jueza Afiuni, perdóname por hacer tan poco”.
Caña amarga en las quebradas. Verada en los mercados populares. Papilo y papel de seda en la Plaza de San Jacinto. Papel bond muchas veces. A veces los niños le piden que les regale el papagayo. No puede. Sería quedarse mudo. Sin propósito.

Papagayo 4: “Guyana perforará nuestro Esequibo, ¿lo permitiremos?”.
La gente ya lo reclama, lo busca con la vista, posa con él para las fotos. En Quebrada Honda un indigente apenas lo vio le preguntó “¿Y el papagayo?”. Es un ícono ambulante de la ciudad.
Papagayo 5: “El pueblo se la/menta al gobierno en la cola”
Sus frases oscilan entre el humor, la solidaridad y el reclamo. No hay tema de la realidad nacional que le sea ajeno. El código de su protesta es tan pacífico como poderoso. Son diez años, más de 6 mil papagayos y los zapatos rotos de tanto caminar.
Papagayo 6: “Yo creí que esta corredera era porque había comida”
Rafael Araujo es un papagayo de 61 años.

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El día de nuestro encuentro quise diseñar una coincidencia. Lo cité a un viejo café del Centro Comercial Chacaíto llamado “Papagayo”. Intenté un gesto lúdico. Pero la realidad impone sus reglas: el local abría a mediodía (eran las 10 am) y ahora tiene otro nombre. El gesto fracasó. En cinco minutos estábamos sentados en otro café.
Le sugerí que recostara el papagayo a una silla para que estuviera más cómodo. No quiso soltarlo: “Es mi lazarillo, ya no puedo estar sin él. Con el papagayo soy otra persona, me transformo. Sin él, soy un ser anónimo.  Cuando no lo cargo nadie me reconoce. Es como Clark Kent y Superman. Con lentes o con capa”. Durante la conversación saca a pasear su sentido del humor, y vuela alto.
Papagayo 7: “Los miércoles no puedo hacer un co… Me toca cola por el número de cédula”.
Un militar de boina roja se detiene y lee el papagayo. La frase cuestiona todo lo que él representa pero no puede evitar la sonrisa. Es uno de los méritos del papagayo: invariablemente, construye una sonrisa.   
No pertenece a ningún partido político, a pesar de que se lo han propuesto. “Es mejor ser libre, y así estoy con todos”. Como el papagayo que lo acompaña.

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Papagayo 8: “Franklin Brito por ti seguimos”.
“Hice el papagayo y se lo llevé a la OEA, donde estaba en huelga de hambre. Le gustó mucho. Después murió y yo no cambié el papagayo”. Para Araujo, el caso Franklin Brito, un agricultor de 49 años de edad que murió luego de sucesivas huelgas de hambre en protesta por la expropiación de sus tierras por parte del gobierno, concentraba el problema de Venezuela. “A él se le violaron todos los derechos: derecho a la propiedad, derecho a la protesta, al trabajo, a la familia, y por último, derecho a la vida”.
Dice Araujo: “Siempre hay algo fundamental en la vida de uno. Pueden ser los hijos, la familia. Para él era el amor a la tierra. O simplemente la dignidad. Sin dignidad para qué se vive”. Llegó a pensar que con la muerte de Franklin Brito el gobierno caería. Creyó que las calles explotarían de indignación. Pero nada pasó. O sí, todo sigue peor.
“Después de Franklin Brito comencé a hacer papagayos con otros mensajes, porque siempre hay problemas nuevos. Esto parece una guerra. Una guerra sin guerra y una revolución sin revolución”, sentencia.

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Papagayo 9: “Dios proveerá y Marx multiplicará los panes”.
Rafael Araujo no sonríe en las fotos. Escasamente lo hace. Me recuerda la frase de Tabucchi: “Cuando sonríe parece triste”. Ha construido su propia forma de lucha. Sin micrófonos ni partidos políticos, sin trancar calles, sin incendiar la pradera. Su reclamo vuela más alto que cien tuits. Sabe titular con la eficacia de un periodista.
El hombre del papagayo parece rescatar el uso ancestral de “los pájaros del viento”, como se les llamaba en China hace dos mil años. Entonces era usado para el envío de señales durante las guerras. Hoy, Rafael Araujo, libra su propia guerra contra el régimen con una originalidad tal que remueve las aguas de nuestra infancia.
Un solitario de la resistencia luminosa.

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La noche anterior vi la película “Good bye, Lenin!”. Pasa de nuevo frente a mis ojos la imagen de la estatua de Lenin sobrevolando Berlín colgada de un helicóptero, como un papagayo que se aleja del fracaso comunista.
Mientras tanto, en Venezuela, un anacrónico tren de gobierno dice “¡Hola, Lenin!”.

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Papagayo 10: “Haré la cola como un pendejo para conseguir comida”.
Dice que ese ha sido el más exitoso. Todo el mundo se sintió reflejado. Piensa que la gente está más indignada que antes, pero ya no lo expresa. Hay miedo. “El miedo es parte de la vida”.
Hace poco pensó un nuevo letrero para su papagayo, pero  se autocensuró. Iba a decir:
Papagayo 11: “En Venezuela la corrupción es un Dios”.
Le pregunto por qué no lo hizo. “Lo que pasa es que ahorita esa gente está peligrosa”, dice y baja la voz.

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Antes le decían loco. “Yo no sabía que en la calle había tantos psiquiatras, porque apenas de verlo a uno lo llaman loco. Qué talento tiene esa gente”.
Ahora la frase que más le dicen es: “Dios lo bendiga”.
El hombre del papagayo nació en Timotes, estado Mérida. Hoy vive en La Candelaria. Estudió arte en la escuela Cristóbal Rojas. Cuando el profesor Petrovsky se jubiló, él se retiró. “Soy inconstante y necio. Cuadro que no me gusta, lo rompo. Siempre he estado en la búsqueda, y en la búsqueda me quedé. Entonces apareció el papagayo”.
Quizás ese era su destino, su razón de ser. Encarnar la voz de reclamo de buena parte del país en la tela de una cometa.

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Papagayo 12: “Maduro ¿por qué destruiste el producto interno BRUTO?”
Otro de alto rating. Jura que no quiso insultarlo. “La palabra Bruto la puse más grande, porque me sobraba papel”, dice con picardía.
Luego se torna serio: “El desastre actual es negligencia. Chávez no podía poner a alguien más inteligente que él. Por ego”.  
No asoma su papagayo en el municipio Libertador. Es prudencia, por incidentes previos. “Los chavistas me decían muchas groserías. Me han agredido buhoneros y policías”. Una vez, en la plaza Bolívar, un hombre le rompió el papagayo en pedazos. “Pero el chavismo ha bajado mucho. Ya el estómago es el que está opinando”. 

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Papagayo 13: “Conan Quintana, como a ti, los zapatos rotos no nos detendrán”.
Cuando se llevaron preso al periodista Carlos Julio Rojas todos pensaron que era él, porque son muy amigos desde hace seis años y a veces están juntos. Desde esa época conoció a Conan Quintana, el estudiante asesinado recientemente, un luchador de zapatos humildes.
Una vez los militares detuvieron a Araujo. Lo llevaron a La Carlota. Querían desnudarlo, golpearlo. Providencialmente no ocurrió.
“Yo no aguanto golpes, soy delgadito. Yo soy el propio escuálido”.

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El hombre del papagayo es divorciado, pero hace colas para comprarle comida a su ex mujer. Se entera de las noticias por la radio y por Facebook.  Algunos le dicen: “Señor, usted solo hace más que los políticos”.
Su pintor favorito es Picasso. Cree en su famosa frase: “El arte es una mentira que nos acerca a la verdad”.
Habla de la letal combinación de arte y política: “El gobierno se tomó a un artista como César Rengifo para ellos. Ellos saben que nadie le puede preguntar a César Rengifo si es chavista o no porque está muerto. A Alí Primera tampoco le preguntaron si el socialismo que ellos representan es el que él buscaba”.      
Ha ido guardando los papagayos. Podría hasta hacer un libro. O una exposición. No deja de pensarlo. 

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“Mi papagayo no es agresivo. Es frágil, sencillo y callejero. Anda de frente, con el viento”, dice como quien describe a su sombra, su perro.
Su protesta es un alarde de pacifismo, su imagen transmite bonhomía y paz.
“El gobierno trabaja con el odio. ‘Nada es más fuerte que el odio’, recuerde esa frase”, me insiste.
No tuvo la intención de ser el hombre del papagayo tanto tiempo. “Nunca pensé que esto iba a durar tanto”. Mientras, se ha convertido en un particular cronista de estos tiempos.
Está decidido a seguir expresando la indignación de la gente. Hasta que culmine la pesadilla. Entonces su papagayo descansará.

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Al salir del café nos topamos con “Juana, la cubana”, una joven que pasó una temporada en la plaza Altamira, hasta que descubrió que había gente del Sebin infiltrada en el lugar. Conversan. Se ponen al día. Finalmente todos nos despedimos.
Lo veo alejarse con sus zapatos rotos y su sonrisa de triste, quizá pensando en la próxima frase que escribirá.
El hombre del papagayo dice cosas que se elevan, incluso en los días sin viento. 
Mientras, el país oscuro continúa.
¿Cuántos papagayos de protesta necesita hoy el cielo venezolano?

Leonardo Padrón
El hombre del papagayo
El Nacional. Caracas, 21 de mayo de 2015

Marta Colomina: ¿Qué hará la oposición para estimular el voto masivo?

Visto lo visto, este titular debió ser ¿qué es lo que la oposición no debe hacer para estimular el voto masivo? Con seguridad que la respuesta unánime citaría el anuncio de la MUD de no acudir a la marcha de este sábado 30 convocada por los presos políticos Leopoldo López y Daniel Ceballos, en huelga de hambre desde la pasada semana. La marcha es un reclamo de acciones “normales y rutinarias en cualquier lugar del mundo como la fecha de las elecciones; no al fraude y que se permita la observación internacional; sin juicios y persecución por una prensa libre; sin presos políticos para que las personas puedan votar por quien quieran. Eso no debería ser noticia en otra parte del mundo”, dijeron esta semana los expresidentes Andrés Pastrana, de Colombia, y Jorge Quiroga, de Bolivia, en su visita a Venezuela para mostrar su solidaridad con los presos políticos y “para que el mundo se solidarice con la gente que sufre por buscar una Venezuela diferente: queremos ver a los venezolanos sin hacer colas, sin apagones, con dinero en los bolsillos y sin criminalidad”.
Todas las “rutinas” de la democracia son violadas por el régimen de Maduro: el CNE se ha negado a anunciar la fecha de las parlamentarias, movido por el alto rechazo al oficialismo registrado por todas las encuestas, de ahí el temor de que estén buscando cualquier excusa para suspenderlas. Gobierno y CNE han desoído las solicitudes de Brasil, cuyo canciller Lauro Vieira, declaró el 7 de mayo que su gobierno “confía en que las autoridades electorales venezolanas fijarán a corto plazo, la fecha en que se celebrarán los comicios para escoger a los representantes de la AN en el país” .Concluye mayo y no hay señal alguna. La Unión Europea “está atenta a las elecciones parlamentarias venezolanas” y el presidente del Parlamento Europeo, Martín Schulz, expresa que “Venezuela es un motivo de seria preocupación” porque “va cada vez peor”; el Club de Madrid, que agrupa a más de 100 expresidentes, declara que “Venezuela empeora rápidamente” y hace escasos días, en reunión conjunta, los presidentes de Brasil y Uruguay manifestaron su preocupación por lo que aquí ocurre. La lista de apoyos externos a favor de la liberación de los presos políticos y el rechazo a las violaciones de los derechos humanos, incluidos los electorales, son interminables. En vez de observadores internacionales calificados como la Unión Europea , la OEA y otros, la rojita Tibisay Lucena ha inventado “los acompañantes”, que son unos amigotes rojos del gobierno que nos visitan el día de la elección, callan ante las irregularidades del proceso, y se despiden diciendo que “las elecciones fueron ejemplares e impolutas”. El ventajismo oficial es obsceno: prensa, radio y televisión amordazadas, Maduro en cadenas constantes y un CNE censurando cualquier mensaje opositor. Sin olvidar las manipulaciones del CNE y del INE que inventan el crecimiento de la población en circuitos donde tradicionalmente ha ganado el chavismo y eliminan votantes en los lugares donde ha perdido, hasta añadir 5 diputados a favor del gobierno sin que tenga los votos necesarios. No es de extrañar que Integridad Electoral cuyo índice ha sido elaborado por prestigiosas universidades (Harvard, Sidney y la UCAB ) registre que “Venezuela pasó en solo un año, de la casilla 77,que ya era mala, a la 110”.
La negativa de la MUD a participar en una marcha con cuyos objetivos dice estar de acuerdo,  ha significado un grave golpe para la unidad opositora y para la campaña de convicción a favor del voto opositor masivo. Afortunadamente hubo reacciones conciliadoras, como las de Henrique Capriles ,quien manifestó su asistencia , seguido de varias MUD regionales, como Carabobo, Lara y otras, de Scarano, y de los convocantes: VP, ABP, Causa R, Copei, Vente, Cuentas Claras, URD , Bandera Roja y organizaciones civiles.

La razón de la MUD para justificar su inasistencia a la marcha convocada por los presos políticos cuyo aislamiento y duración de su injusto encarcelamiento les resulta tan insufrible que no han dudado en poner en peligro su vida con una huelga de hambre, ha sido rechazada abiertamente en las redes y en los editoriales de la prensa libre: “Para distanciarse del evento –escribe El Nacional– la MUD argumenta que la han puesto ante una decisión inconsulta, frente a un paso que debió calcularse con anticipación ante su cónclave… no parecen razones triviales, pero se está ante un hecho cumplido que conviene mirar con mayor atención... porque el adversario es el gobierno, y en la pugna no se deben descalificar las propuestas del aliado, aunque se consideren atropelladas y riesgosas. Porque las protestas son una herramienta cada vez más utilizada por el descontento de la ciudadanía, y a la MUD no le conviene que la vean o la sientan alejada del clamor popular”. Concluye el editorial recordando la injusta prisión que padecen los convocantes a la marcha, situación que "no ha captado la MUD en toda su trascendencia, pese a que no dejan de tener fundamento sus reproches ante las acciones dislocadas”. El temor de la MUD es que el gobierno infiltre a sus violentos una vez más y ocurran hechos sangrientos que el régimen aprovecharía para aumentar su represión y suspender unas elecciones que las sabe perdidas. Por eso los organizadores advirtieron que no serían permitidos ni encapuchados, ni cauchos quemados, ni cualquier vestigio de violencia. El colega y diputado Miguel Angel Rodriguez lo decía esta semana: “Gobierno irrita a los venezolanos buscando un reventón”.
La lucha que se avecina es dura y no permite deslices .Todos deben trabajar al unísono, sin imposiciones, ni hechos sobrevenidos. Todos son imprescindibles para reconquistar la democracia. El Nacional reprodujo este viernes una expresión admirable de Mitzy Capriles, que debía convertirse en el evangelio electoral de los dos grupos: “La unidad es la llave para abrir las celdas de los presos políticos. Mientras hay gente peleando por un pedazo de pan, nosotros no podemos aparece peleándonos por cuotas de poder”. Amén


Marta Colomina
¿Qué hará la oposición para estimular el voto masivo?
El Nacional. Caracas, 31 de mayo de 2015

Carlos Raúl Hernández: Fin de la hegemonía comunicacional

En Venezuela no existe información oficial, sino un aparato propagandístico de cientos de periódicos, emisoras de radio y televisión nacionales y regionales, monopolizadas: la hegemonía comunicacional que se despedazó y el país espera sus autores en las urnas electorales. Como en todo autoritarismo proliferan el rumor para asustar: violación de la privacidad acusaciones, pero casi nadie cree lo que dicen. Tampoco surtió efecto el intento de deshumanizar a los demócratas, curas, empresarios para aflojar escrúpulos contra ellos. Herzen escribió espantado que una revolución sería "un Genghis Khan con telégrafo" y Lenin la definió como "soviets más electricidad".

Nada fácil

¿Hasta dónde puede avanzar una aparente anacronía, totalitarismo en la era de las redes y los medios descentralizados de la globalización? No suena fácil, a menos que se trate de Corea del Norte sin contactos con el mundo exterior. Una vez más la realidad se impone sobre la manipulación y el propósito de privar a la gente de su derecho a hablar y recibir información. La catástrofe de la "comunicación" del socialismo del siglo XXI, debiera ser materia de estudio en las universidades. Un analista nazi, Eugen Hadamovsky, llamaba esto propaganda de poder y explica que su objetivo era crear la idea de que cualquiera (gánster, ladrón, asesino) contaba con impunidad siempre que perteneciera a la causa, mientras los opositores estaban legalmente desprotegidos aunque fueran inocentes. Durante la Peste Negra del siglo XIV que devastó Europa, la hegemonía comunicacional atribuyó a los judíos envenenar las aguas.

Mitómanos comunicacionales

Si la cosecha se perdía, o las esposas abortaban, eran por los sortilegios de alguna solitaria mujer. En la Isla del Dr. Castro lo practicaban así: en la rumba del solar o en un barrio cualquiera, un buen día recalaba la policía y detenía la mulata más deseada y popular o alguna anciana venerable que todos querían, insospechables siquiera de tener opiniones políticas. El cargo, "actividades contrarrevolucionarias". Circulaba por radio bemba, la única comunicación que tienen los cubanos. Con eso generaban terror: "si eso le pasó a ella que no tiene nada que ver, qué me harían a mí". Por algo Fidel Castro tomó la frase "la historia me absolverá" de Hitler, al que admiraba: Un historiador se asombra de la "fantástica mendacidad" del Führer... la ausencia de realidad demostrable en casi todas sus expresiones... su indiferencia ante los hechos" (como Castro), y a Kruschev lo escandaliza la "repugnancia de Stalin a considerar las realidades de la vida... su indiferencia ante la verdadera situación de los asuntos".

La voluntad

Los caudillos revolucionarios y las revoluciones, son mitómanos comunicacionales. Por aquí se declara "el fin de la crisis eléctrica" y la crisis eléctrica arreció; y entregan miles de viviendas inexistentes. La maquinaria de engaños no ha podido someter la voluntad de libertad en Venezuela, construida sobre el lecho rocoso de cuatro décadas de democracia. Leopoldo López, Daniel Ceballos y otros presos políticos decidieron ir a una huelga de hambre y eso requiere hacer todo lo que se pueda para protegerlos y ayudarlos, preservar sus vidas y para que su decisión tenga el mejor desenlace posible. Es muy importante que los objetivos que se tracen para dejar el conflicto sean logrables, que surja una mediación rápida aceptada por las partes, y que las movilizaciones que se convoquen sean triunfos. Pero ello no implica que sea una decisión acertada, ni racional poner a la Unidad frente a situaciones de hecho.

Fuera del carril electoral

Las elecciones parlamentaras anuncian una gran remezón y la ruptura de la hegemonía. Y los muñidores discuten cuál será el mal menor frente a su posible derrota. Quieren así distraer a la oposición de la vía electoral para meterla en otra cosa y dividirla, y el peor riesgo para el triunfo de la democracia serán sus propios errores, acciones que respondan al mismo mecanismo equivocado de la salida, creer el mito de la chispa que enciende la llanura. La pasada semana se produjeron hechos que la imaginación tiende a encadenar.

Ante el esperanzador triunfo de las primarias del 17-m y el encarrilamiento de la oposición en las elecciones, se difunden rumores catastróficos. Asombroso que varios grupos de adultos con innegable vocación política que actuaron como líderes de la pantomima trágica de 2014, no hayan entendido el daño producido.

Circularon los fantasmas del corralito (¿más corralito?) expropiaciones, supuestas arremetidas brutales, que repican gustosamente las emisoras de la falsa oposición off-shore, mandando a la gente a hacer compras nerviosas. La Hojilla lanza de primicia el vídeo que anuncia la huelga de hambre de López, y se dibuja un plan oficial para propiciar que la oposición repita la historieta ridícula de 2014.

Se cruzan dos estrategias que buscan generar desórdenes, en unos para sustituir su incapacidad en enfrentar los problemas reales, y en otros por su asombrosa ineptitud política.

En vez de trabajar en la crisis económica y llamar a todos para salirse del camino de un Estado fallido, el gobierno se dedica a montar truquitos trágicos, mientras otros vuelven a distraer de las elecciones.

Carlos Raúl Hernández
Fin de la hegemonía comunicacional
El Universal. Caracas, 31 de mayo de 2015