viernes, 4 de abril de 2014

Pedro Corzo: Venezuela, laboratorio represivo de los Castro

Venezuela, laboratorio represivo de los Castro

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PEDRO CORZO

El Nuevo Herald. Miami, 4 de abril de 2014
 
 
Muchos consideran que los principales rubros de exportación del castrismo son los servicios médicos y otras categorías de profesionales, pero olvidan incluir otros más singulares y productivos, que aunque habían sido facilitados a otros países, ha sido en Venezuela donde mejor se ha podido apreciar su sofisticación y los grandes beneficios que recibe el proveedor, Cuba, a cambio.
Venezuela es para el régimen de los hermanos Castro una especie de laboratorio en el que han podido ensayar nuevas tácticas represivas, desestabilizadoras, divisivas, readaptar viejas fórmulas restrictivas e instrumentar sistemas de control acordes con los nuevos medios de comunicación.
Es una realidad que las más de cinco décadas de régimen totalitario de los Castro les han permitido sumir al pueblo cubano en niveles de pobreza extrema y en una lastimosa crisis de valores que solo se revertirá cuando el compañero se convierta en ciudadano, recupere la esperanza y sea capaz de construir su propio futuro.
Pero el fracaso al no procurar para los gobernados un mejor nivel de vida y de oportunidades no ha afectado a los funcionarios del régimen, ya que han adquirido sustanciales y variados conocimientos y experiencias en ramas del poder, que aunque no son propiamente productivas, hacen posible que conserven el mando y reciban beneficios tangibles e intangibles cuando exportan a mercados especiales, ávidos de ese conocimiento.
En todo el hemisferio no hay un aparato represivo con la experiencia del cubano, ni con similar capacidad de mutar de victimario a víctima. Los fusilamientos de las décadas de los 60, 70 y 80 no guardan similitud con la oleada represiva de la Primavera Negra, salvo las largas sentencias a prisión, y éstas no se parecen a los arrestos temporales del presente.
Los represores cubanos lo mismo actúan como oficiales de un cuerpo del estado o como ciudadanos indignados, léase paramilitares.
Otro renglón que le produce a la dictadura insular muchos beneficios son sus conocimientos sobre actividades de espionaje, infiltración y desinformación. Sin dudas fueron alumnos aventajados de los soviéticos y alemanes, porque a pesar de sus errores, cuentan con recursos para influir o al menos desviar de sus objetivos, a algunos rivales y adversarios.
Para ejercer influencia y control sobre sus enemigos cuentan con el conocimiento de la condición humana que les han otorgado cincuenta y cinco años de tortura física y mental, la oportunidad de haber manipulado a grandes masas de individuos, la regulación de la miseria y la concesión de privilegios, pero también poseen una noción de cómo puede actuar un individuo ante diferentes circunstancias.
El chantaje o el soborno el castrismo lo ha llevado a cotas difíciles de imaginar. Graban hasta lo más insignificante de una persona de interés, incluidos amigos y aliados. Su uso depende de las características del objetivo. La cartera de recursos es tan amplia como situaciones que la persona quiera ocultar.
Controlar o al menos influir en el campo enemigo es de vital importancia. Sitúan topos, gente que se presenta muy dispuesta, capaz y obediente, que se gana la confianza de quienes le rodean y que sutilmente incentiva las diferencias entre quienes lideran una posición o proyecto.
El servicio exterior de Cuba tiene vasta experiencia, son pocos los países que tienen un cuerpo diplomático tan capaz y tan comprometido con su gobierno, y no con el estado que supuestamente representan y ese es en la actualidad el objetivo de la cancillería venezolana.
Los diplomáticos venezolanos deben ser militantes. Individuos comprometidos con el pensamiento oficial. Defensores a ultranza del régimen y agresores contra los que disientan.
Los sujetos de la diplomacia cubana reciben beneficios proporcionales al servicio que prestan. Reciben una fuerte preparación en los entramados de la diplomacia. Son burócratas inocuos que cuando sus superiores lo determinan, se transforman en espías protegidos por su inmunidad.
No hay gobierno que tenga más diplomáticos expulsados por espiar que el cubano, y es de esperar que sus pares venezolanos estén recibiendo preparación en ese sentido.
Por supuesto que las Fuerzas Armadas Venezolanas son el más importante objetivo del castrismo. Catequizar a los altos mandos, pero también a los oficiales de menor graduación en la ideología oficial es determinante, al igual que detectar los individuos que por sus convicciones o por intereses son imposibles de captar.
Habrá excepciones, pero los altos mandos militares de Venezuela están politizados o corrompidos por los favores que les otorga el Ejecutivo. El número de oficiales superiores que prestan servicios en las diferentes ramas de la administración pública es muy elevado, una situación similar a la cubana.
Enfrentar estos regímenes genera muchos mártires. Cuba y Venezuela tienen sus siembras de patriotas, pero aún le restan muchos hombres y mujeres capaces de derrotar una estructura despiadada del poder que a pesar de su fortaleza, no es invencible.
Periodista de Radio Martí.

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Eduardo Posada Carbó: La libertad de prensa en Venezuela

La libertad de prensa en Venezuela
EDUARDO POSADA CARBÓ
El Tiempo. Bogotá, 4 de abril de 2014.

Si hay dudas sobre cómo definir a un régimen político, basta examinar sus actitudes frente a la prensa.

A los regímenes políticos y sus gobernantes se los conoce por sus actitudes frente a la prensa.

En Venezuela, el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, ha decidido emprenderla contra el diario Tal Cual por una columna de opinión en la que se le atribuye la frase: “Si no les gusta la inseguridad, váyanse”.

Teodoro Petkoff –editor del periódico–, su plana directiva y el autor del artículo, Carlos Genatios, se encuentran hoy acusados de difamación agravada, sujetos a medidas cautelares que les impiden salir del país y sometidos a un juicio con posibles penas de hasta cuatro años de cárcel. El presidente de la Asamblea venezolana ha negado que haya pronunciado las palabras que le atribuyó la columna de Tal Cual. La frase parece tan inocua que despierta curiosidad por el contenido del artículo.

¿Qué dice la columna que provocó tan indignada reacción?

Genatios criticó las condiciones actuales de Venezuela bajo un titular y tres palabras: ‘Patria, socialismo y muerte’. La primera se encontraría socavada por la pérdida del poder de la moneda y el dominio creciente de otras naciones en diversas actividades económicas y de inteligencia. El segundo, “¿socialismo? No hay”, respondió el columnista. “¿Muerte? Eso sí...”. Más de 24.000 muertes violentas en el 2013. Y seguía la frase que el presidente de la Asamblea Nacional niega haber dicho: “Si no les gusta la inseguridad, váyanse”.

Simpatizantes o no del régimen bolivariano pueden encontrar en la columna de Genatios razones para disentir de sus críticas. Lo que no parecen existir son válidas razones para que el autor del artículo, el editor y los directivos del periódico deban responder por ella ante los estrados judiciales, a menos que existiese el delito de opinión.

Tal delito, según la Constitución venezolana, no existe. Pero el régimen chavista cuenta por lo menos con dos “leyes mordazas”, aprobadas en el 2004 y el 2010, que constituyen amenazas a la libertad de expresión.

Las acciones contra Tal Cual son otro reflejo de las actitudes hostiles del chavismo frente a la prensa. Un ministro en algún momento habló de la “hegemonía comunicacional”, en evocación de Gramci, para defender la mayor presencia del Estado en los medios (El País, 20/09/13).

Sin embargo, según el director del diario El Nacional, Miguel Hernández Otero, se trata de “una estrategia para silenciar el periodismo independiente”. El Nacional es uno de los periódicos que están sufriendo hoy por la escasez de papel, como resultado de las restricciones de divisas que impiden su importación. Un grupo de periódicos latinoamericanos ha decidido lanzar una campaña para defender la libertad de prensa en Venezuela. En una acción liderada por Andiarios, de enorme importancia simbólica, los periódicos colombianos les han enviado 52 toneladas de papel a sus colegas venezolanos.

“Con la libertad de prensa –dijo Albert Camus–, las naciones no están seguras de si caminan hacia la justicia y la paz. Pero sin ella están seguras de que allí no irán”. Camus pronunció estas palabras en el homenaje al director de EL TIEMPO Eduardo Santos, en 1955, exiliado entonces por la dictadura en París –un discurso que harían bien en repasar los gobernantes venezolanos–.

La libertad de prensa vive bajo constante acoso. Hoy sufre una nueva ola de amenazas que parece global. En Ecuador, los celos del Gobierno no soportan las caricaturas. En Turquía, bloquean a Twitter. En Venezuela, la frase inocua de un columnista desata un juicio criminal. Y los periódicos se van quedando sin papel.

Si hay dudas sobre cómo definir a un régimen político, basta examinar sus actitudes frente a la prensa.

Leandro Area: Flexión y reflexión

Flexión y reflexión
LEANDRO AREA
El Nacional. Caracas, 4 de abril de 2014
No sé cuál de las dos toma la iniciativa o gana la delantera en la aventura de estar vivos en la Venezuela de hoy. Lo cierto es que por encima de altas discusiones sobre cuál es primero, si la flexión o la reflexión como sinónimos de acción y de pensamiento, ambas deberían al menos complementarse y transformarse mutuamente. Porque la acción no es solo hacia delante, desbocada cual caballo sin bridas, pues puede serlo también en retroceso, hacia los lados incluso. Hasta omitir una acción es también una acción. Además, no tiene que ser ella permanente, aunque lo sea constante, en el sentido de a cada instante, ya que también requiere del descanso, del respiro y de la reflexión para mirar lo andado y sacar cuentas. Porque la reflexión, el pensamiento, llamémosla teoría, no es tan solo memoria, orden, análisis, introspección, sino que también sirve para mirar hacia adelante, predecir escenarios, construir realidades. Porque eso sí tienen ambas en común, y es la decisión de alcanzar una meta. No solo en el sentido material o pragmático, pues los ideales y los sueños requieren de las dos, y cómo, aunque no sepa bien si en ese orden. El pensamiento es siempre un constructor insatisfecho y a veces sobre todo en las disquisiciones más metafísicas, si así pueden llamarse las elucubraciones sobre el ser y la nada o sobre la inmortalidad del cangrejo, temas ambos que tanto se parecen. El cerebro es siempre una máquina que desea; es órgano ambicioso y no descansa; trabaja hasta durmiendo.
Puede decirse además que existen variados tipos de flexiones y reflexiones, como por ejemplo aquellas que tienen que ver específicamente con la política, que es ciencia y arte al mismo tiempo, o contradicción entre ambas, o además, para colmo, quién sabe, adobada con los aliños de la intuición, el talante, la química personal, el olfato, el hígado y demás. Agreguemos a ello que hay condiciones y tiempos en los que se realiza la flexión y la reflexión políticas, donde unos dan más espacio, son proclives para la discusión, la tinta, el foro, el escritorio, mientras que en otros es necesaria la respuesta inmediata, la acción bajo la presión inclemente de los acontecimientos. Un capitán de barco debe estar siempre preparado para enfrentar, esquivar sería lo más sensato, tormentas y tifones, pero cuando estas llegan de improviso, lo aprendido en manuales y charlas es insuficiente cuando no desastroso. En todo caso, alguien por allí aconseja que no hay nada mejor que cargar una buena teoría en el bolsillo, por si acaso. Yo lo secundo.
Otra cosa es que la política puede hacerse en condiciones “normales”, es decir, las que imperan en un sistema democrático, dentro y a través de los partidos políticos, los grupos de interés o de presión y órganos tanto privados como públicos. Igualmente puede elaborarse desde el gobierno o desde la oposición, o desde ambos ya que en democracia el oponente no es sinónimo de enemigo y, además, ella implica el principio de la alternancia en el ejercicio del poder. En dictadura todo cambia drásticamente, y la política y los que la practican son los primeros perseguidos políticos del ogro del que hablamos y se les llama de distintas maneras; existe todo un diccionario de insultos para cada ocasión, como, por ejemplo, conspiradores, golpistas, traidores a la patria, fascistas, terroristas mediáticos y demás epítetos, insultantes todos, siempre groseros y oprobiosos. En el caso venezolano, ni se diga el rosario de descalificaciones, acusaciones y enjuiciamientos que cargamos encima los que pensamos distinto de los que mandan. Aquí el disenso es un delito. Y para colmo, esa realidad impuesta desde el chavismo lo ha satanizado todo, implantando el maniqueísmo político, que ha invadido incluso a sectores de la llamada oposición democrática, que no aceptan matices sino radicalismo. Insultos como, por ejemplo, “vendido” y colaboracionista (véase Twitter) se oyen decir contra quienes osan abogar por el diálogo como salida a la crisis política.
Aparte, en circunstancias apremiantes como las actuales, el espacio, la “distancia” entre flexión y reflexión se achica. En tiempos democráticos esa relación es más “cómoda” y propicia a la natural maduración. En cambio, en dictadura total, o en pérdida gradual o acelerada de las condiciones democráticas de existencia, esa distancia se acorta, lo que hace que ambas tiendan a yuxtaponerse, creando así un vacío de tiempo que hace inevitable su solapamiento, como lo demuestran, por ejemplo, las típicas reacciones en situaciones de supervivencia que casi siempre son automáticas y desesperadas.
El tema es para largo, claro está, y en la Venezuela de hoy es difícil pero necesario pensar en estos problemas que la propia realidad política dificulta. Porque los tiempos de hoy son apabullantes, inmisericordes, y darán para la reflexión de largo aliento y el recogimiento necesario cuando salgamos de este trance que, cual espina en la tráquea, nos mantiene al borde de un abismo, que no es sino una tenue línea que separa la genuflexión que desean de nosotros los que gobiernan de la libertad a la que aspiramos y por la que luchamos los demás. Sea como sea, esa es la disyuntiva de esta hora.

Eduardo Mayobre: Café

Café
EDUARDO MAYOBRE
El Nacional. Caracas, 4 de abril de 2014


Le comentaba a un amigo la necesidad tantas veces repetida de que la oposición planteara un proyecto nacional y político que llegara a las grandes mayorías y las entusiasmara de manera positiva más allá del simple rechazo a un régimen incapaz y represivo. Se me quedó mirando un rato con lástima y me dijo: “No te compliques la vida. El programa es muy simple: café”. No entendí. Y ante mi perplejidad desarrolló su idea: “Hoy no hay café, leche ni azúcar. Cuando se consigue debes hacer colas interminables y quizás empujar a quienes también buscan lo mismo. Y cuando por fin vas a pagar, los precios más que duplican los publicados en Gaceta Oficial y te dicen que solo puedes llevar dos unidades y te obligan a dejar en el establecimiento la mitad de las que habías logrado conseguir”.
Le objeté que me hablaba de asuntos anecdóticos. Le expuse que estaban en juego la libertad y la democracia y él se iba por las ramas. Siguió con su actitud burlona. Explicó: “La libertad de tomar café (con leche, negrito o marrón) no solo es algo fundamental que entiende todo el pueblo sino parte de la idiosincrasia nacional. Si logras demostrar que no hay libertad para tomarlo, con o sin azúcar, queda claro que las otras libertades también han sido conculcadas. Lo percibes al levantarte. Y lo recuerdas varias veces al día”.
Me parece insustancial tu argumento, le respondí: la devaluación, la inflación, el desabastecimiento, la especulación, las expropiaciones arbitrarias, el alza de precios son los problemas que se deben abordar. Insistió: “Pero todos ellos se resumen en el hecho de que no haya café. Y esas palabras de economista que tú usas solo sirven para desviar la atención del hecho simple y constatable de que uno de los más arraigados ritos nacionales, tomar café, se haga cada vez más difícil”.
Alegué que yo estaba hablando de hechos políticos no de costumbres cotidianas. Me contestó que el hecho político por excelencia era la vida pública. Y en nuestro país tomar un café de forma compartida era la expresión de la amistad y el diálogo. Iniciaba casi todas las entrevistas y hasta las confidencias. Privilegio solo compartido por la cerveza y otras bebidas alcohólicas, ahora cada vez más caras y difíciles de conseguir.
Ese no es el problema, le repliqué molesto, el asunto consiste en proponer acciones capaces de unir a los venezolanos. Aún condescendiente, continuó su discurso: “De eso se trata –dijo–. Una vieja canción lo resume muy bien. No sé si la recuerdas. Tenía el siguiente estribillo: ‘Ay mamá Inés, ay mamá Inés, todos los negros tomamos café’. Ahora que tanto a los negros como a los más blanqueados se les dificulta hasta tomar café, la reacción hacia ese hecho puede no solo despertar la conciencia de clase, aun la de raza, sino servir de factor de unificación tanto para los ciudadanos de color como para quienes acostumbraban a ingerir la infusión servidos por mayordomos que se las llevan a sus patios”.
Pero eso no es un programa político, le dije exasperado. Su respuesta fue rápida: “Pero es una experiencia diaria que entiende todo el mundo. Como permite contrastar lo que antes parecía natural, tomar café sin sobresaltos y como a uno le gustara, con las dificultades que ahora hay que enfrentar para un acto simple, el hecho de prometer que de nuevo se podrá tomar café al levantarse o ir a la panadería para compartirlo con amigos es un programa político capaz de entusiasmar al pueblo y hasta a la oligarquía. Recordar que alguna vez era un hábito que no requería la angustia de las colas o la reducción del presupuesto familiar”.
Contrargumenté que yo estaba hablando de procesos históricos y no de hábitos personales. Con respecto a los hábitos personales mi interlocutor me señaló el caso de Hugo Chávez, quien no podía prescindir de su tasa de café. En relación con lo histórico destacó que Venezuela había sido un país predominantemente cafetero durante los primeros 100 años de su historia republicana. Y destacó: “La ausencia de café es una pérdida de identidad. Si se le añade que sus acompañantes, el azúcar y la leche, también tienden a desaparecer se trata de un colapso”.
Y añadió: “Con solo prometer café con leche ya tienes un programa. El problema es cómo poder instrumentarlo. Llevarlo a la práctica. Lograr que sea real”. Le dije que eso era precisamente lo que planteaba. Cómo volver a la normalidad de la vida cotidiana y recuperar libertades y condiciones que los venezolanos consideraban que ya habían sido conquistadas para siempre pero ahora se veían en peligro. “Empecemos por tomarnos un café –me contestó– si acaso lo conseguimos”.

Fernando Egaña: La valentía de María Corina

La valentía de María Corina
FERNANDO EGAÑA
Webarticulista. 4 de abril de 2014

 
En nuestro país, una de las cualidades mejor valoradas en materia de liderazgo político es la valentía (ni que decir que la peor estimada es la cobardía). En otros países se pueden preferir otras cosas como la inteligencia crítica o la vasta cultura, pero en Venezuela la valentía es esencial. Y una característica indiscutible de la trayectoria pública de María Corina Machado es precisamente esa: su valentía política y personal. Lo ha demostrado con creces.
Fue valiente en la creación y la actuación de Súmate, acaso el enemigo público número uno de la ya hegemonía roja, hace más de una década. Por defender los menoscabados derechos electorales, la persiguieron sin cuartel y cuando estaban a punto de apresarla, le mandaron aviso para que se fuera del país, y se quedó. Desistieron, entonces, de encarcelarla.
Después le cayeron encima por el pecado mortal de haberse retratado con el presidente de EEUU en la Casa Blanca. Los que le gritaban apátrida y entreguista a todo pulmón, no se les escuchó decir lo mismo cuando Chávez buscó fotografiarse con Obama en una cumbre hemisférica en Puerto España, Trinidad. Y María Corina no sólo ha sido duramente atacada desde el campo de la hegemonía, sino también desde algunos sectores del ensamble opositor.
Razón de más para destacar que ha sido valiente su desempeño político de estos años, y sobre todo su labor parlamentaria en la envilecida Asamblea Nacional. El oficialismo no le perdona que le haya expresado sus verdades al propio Chávez en una sesión de memoria y cuenta. Por cierto que en tal ocasión, el mandatario, a diferencia de muchos de sus acólitos, no perdió la compostura ante los certeros planteamientos de la diputada Machado.
Por todo ello y también por su valentía en las protestas de calle, es que sus enconados antagonistas del oficialismo la quieren ver tras las rejas y maquinaron sus desafueros y allanamientos. La excusa panameña del TSJ para darle cumplimiento a la orden política de Cabello-Maduro (en ese orden), merece sitial especial en los anales de la vergüenza judicial del país. Y mire que son unos anales que se las traen. En este caso, le arrebataron la investidura parlamentaria en un asalto político-tribunalicio que no resiste la más mínima prueba de constitucionalidad.
A la diputada Machado se le ha reconocido su conocimiento y su valoración de los temas nacionales, y me parece que ello se puso de manifiesto en la competencia de las primarias por la candidatura presidencial. Su perspectiva sobre la naturaleza del régimen que impera en Venezuela no ha sido, al menos hasta ahora, la predominante en los principales círculos de la oposición. Pero el proceder ostensiblemente represivo de Maduro y los suyos, debe estar cambiando esa situación.
De hecho, el propio acoso que ella padece es una evidencia del despotismo que destruye Venezuela. Y ese mismo acoso, o parecido, también lo padecen  los que asumen las protestas como una forma de lucha justa y legítima, sean estudiantes, vecinos, voceros sociales, profesionales, dirigentes políticos, ciudadanos críticos.
Los perseguidores rojos de la diputada Machado, amparados por el poder de la satrapía, están decididos a liquidarla en lo político y doblegarla en lo personal. No conseguirán ni lo uno ni lo otro. La valentía de María Corina, alimentada por la solidaridad venezolana, no lo permitirá.
flegana@gmail.com

Rafael Poleo: Tabla de salvación

Tabla de salvación
RAFAEL POLEO
El Nuevo País. Caracas, 4 de abril de 2014 (tomado del Blog de Pedro Mogna)

Jose Vicente Carrasquero: Primitivos

Primitivos
JOSE VICENTE CARRASQUERO
La Patilla. Caracas, 4 de abril de 2014

Los patéticos hechos acaecidos en la Universidad Central de Venezuela el día 3 de abril de 2014, trajeron a mi memoria los argumentos que les daba a mis compañeros de trabajo, amigos y familiares para que no votaran por Hugo Chávez en las elecciones de 1998. El tiempo no ha hecho otra cosa que darme la razón.
No se puede pensar que una clase política que llega al poder, marchando sobre la sangre derramada por la violencia de sus actos, tenga un compromiso real con la democracia y con los principios y valores que la misma encarna.

Fuimos nuevamente testigos de cómo los aparatos de orden público del estado actúan sincronizadamente con grupos paramilitares para atacar a estudiantes que se proponían llegar de la UCV a la vice presidencia económica en un legítimo y más que justificado derecho a la protesta.

Los reportes desde las redes sociales mostraron escenas dantescas. Propias de los hunos de Atila. Grupos civiles armados agrediendo periodistas, golpeando y desnudando estudiantes, el uso de armas de fuego y objetos contundentes para someter y amedrentar a personas. Una escena sacada del primitivismo bárbaro del quinto siglo de nuestra era.

No se puede llamar de otra forma: lo que vimos ayer en nuestra magna casa de estudios fue terrorismo de estado. En las fotos se identifican claramente a personas vinculadas al oficialismo. Se aprecia a grupos de bárbaros-primitivos agrediendo salvajemente a estudiantes. Se ve a estudiantes desnudos corriendo para no seguir siendo torturados por delincuentes que dicen estar defendiendo una causa política.

Y ya lo decía en 1998, Chávez nos va a llevar al pasado. Nos hará más primitivos de lo que somos. Nos llevará al enfrentamiento de venezolanos con venezolanos. Usará toda la violencia que tenga a mano para someternos a una forma de pensar y hacer. Porque al final, una persona que usó lar armas de la república para fracasar en dos intentos de golpe de estado, es un ser con una concepción primitiva y violenta de los mecanismos para llevar adelante un proyecto político.

Mientras escribo esto, no he visto a ningún vocero del oficialismo condenando estos hechos. Nadie, desde la estructura del Estado, ha tenido aunque sea por salvar la cara de la institución que representa, la delicadeza de condenar, aunque sea en términos generales, los sucesos del 3 de abril.

Y no lo hacen porque tácitamente están de acuerdo. Porque de la democracia solo quieren los mecanismos electorales. No quieren saber nada de los principios que ella implica. Porque no son demócratas en el sentido estricto del concepto. Chávez no lo era. Mucho menos esa clase política que se amalgamó a su alrededor.

Las fotos identifican claramente a los atacantes. Dejan ver claramente sus actos primitivos, arcaicos, prehistóricos. Ayer pudimos ser testigos de lo que significa el hombre nuevo que promueve este proceso político mal llamado revolución. Vimos como Venezuela ha sido disparada al pasado por una clase política que solo le interesa medrar la riqueza petrolera mientras somete al pueblo, le quita sus libertades y lo empobrece como ningún gobierno anterior lo había hecho.

Los hechos de la Central lo dejan claro. Se entiende por qué no se llamaron mesas de diálogo a las conferencias de paz. Los trogloditas en el poder se creen poseedores de la verdad. Y, por supuesto, la verdad no se discute. Entonces, no hay nada que dialogar. O se someten a la verdad o serán reprimidos. Si, reprimidos, general Padrino. Sin eufemismos ni manipulaciones. Lo de ayer en la Central fue represión vulgar, repudiable e indigna de fuerzas militares cuyo papel legal es la defender los derechos de los ciudadanos, entre ellos el de protestar.

La foto del joven deambulando desnudo por los jardines del UCV, desvistieron ante los ojos del mundo el carácter dictatorial y vandálico de una clase política incapaz, incompetente, ignorante y primitiva que se propone llevar a nuestro país a la oscuridad cubana. El principal recurso de los primitivos es la impunidad y el derecho al saqueo. Tenemos que exigir acciones legales contra estos gandules.

Ante este estado de cosas, el derecho a la protesta está más que justificado. Tenemos un compromiso con el futuro del país. No podemos permitir que los trogloditas sigan haciéndonos cada vez menos soberanos, más dependientes y más atrasados. De la limitada mente de Chávez no podía sino salir esta desgracia que estamos viviendo.

Tenemos que imponer la agenda. No podemos permitir que Maduro siga hablando de fantasías y boberías mientras los venezolanos pierden su vida en largas e interminables colas para comprar gas doméstico, o alimentos. Es inadmisible que en medio de la mayor y más prolongada bonanza petrolera, el venezolano esté viviendo en condiciones miserables.

Los trogloditas nos llevan al pasado en el que no existía el respeto a las libertades individuales. Nos quieren someter a la dictadura de la verdad comunista. Nos quieren anclar en el pasado para, a sus anchas, seguir disfrutando como clase las riquezas que en realidad pertenecen al pueblo venezolano.

@botellazo

Argelia Ríos: La ola del cambio

La ola de cambios
ARGELIA RÍOS
El Universal. Caracas, 4 de abril de 2014

El brutal ajuste económico que Maduro está aplicando, plantea el fin del Estado robinhoodiano y, con ello, el comienzo formal del trabajo de parto del poschavismo. A este punto hemos llegado un año después de la muerte del comandante, cuyos herederos intentan abortar por estos días el inicio de una prudente transición democrática, a la que se resisten salvajemente.

Hoy, de hecho, ni el país chavista abriga grandes expectativas en torno al desempeño de "la sucesión". Los respaldos ya residuales que hoy posee la revolución están basados en la evocación de la última voluntad de Chávez, aunque éste se haya equivocado en la escogencia. Maduro trata de sostenerse sobre ese insuficiente soporte, apalancado por las bayonetas de la FANB y las balas de sus sicarios: con ellos intenta imponerse "por las malas", en medio de un clamor extendido -que ahora abarca poco más de dos tercios de la población, incluido un 20% del chavismo- a favor de su salida anticipada del poder, siempre que ella sea procesada por los conductos electorales establecidos en la Constitución.

El dramático viraje que está ocurriendo en la opinión pública revela que Venezuela está envuelta en una transición, en la que, por ahora, solo destaca el progreso de la brutalidad militarista. Por eso, hoy no queda sino combinar la calle con el diálogo, la única opción a la mano para contener el incremento de las restricciones a las libertades y derechos civiles, cuya evolución terminará suprimiendo por completo los estrechísimos resquicios que le van quedando al país democrático.

Así como la protesta ha servido para volver a evidenciar el talante de los sucesores -y para acentuar la frustración de sus bases de apoyo social-, el diálogo también puede servir para continuar prestigiando la protesta justa y honesta de los muchachos y para evidenciar la total desnaturalización de esos herederos que ni le sirvieron a Chávez en vida -como siempre lo hacía saber al acusarlos de incompetentes- ni mucho menos le sirven a la Venezuela empobrecida y oprimida de hoy.

Son los estudiantes -con su 80% de reconocimiento positivo- quienes, exigiendo un diálogo genuino, podrían imponerle al poder una transición inequívocamente democrática. Nadie como ellos para intentar viabilizar una solución política-electoral que silencie los tambores de la guerra. Solo los jóvenes, con la tremenda autoridad moral obtenida en la calle, están en condiciones de evitar que se pierda el terreno ganado en estos últimos sesenta días. No es poca cosa que una abrumadora mayoría favorezca hoy la necesidad de un cambio pacífico: hay que montarse en esa ola lo más pronto posible. La experiencia de los diálogos fallidos del pasado será de gran utilidad para espantar las estafas.

Argelia.rios@gmail.com / @Argeliarios

Agustín Blanco Muñoz: ¡El criminal espectáculo debe continuar!

¡El criminal espectáculo debe continuar!
AGUSTÍN BLANCO MUÑOZ
El Universal. Caracas, 4 de abril de 2014

Mientras las fuerzas represivas de la Revolución Venecuba  actuaban contra los manifestantes y María Corina Machado (MCM), para impedir que cumplieran con su expresa voluntad de marchar hacia la AN a defender su investidura de Diputada, en esta institución se realizaba, con toda normalidad la acostumbrada sesión de los martes.

Se procedió en la misma a nombrar los comités judicial y electoral para designar de 10 miembros del TSJ y tres rectores del CNE, con lapsos vencidos. Fue negada la propuesta del Dip. Julio Borges para que se debatiera sobre los derechos de los diputados MCM, Richard Mardo y María Aranguren. Esto ya se sabía, pero servía para mostrar hasta dónde llega la tal solidaridad con la diputada defenestrada.

En el olvido quedaron las palabras del jefe de la MUD según las cuales tocar a la diputada MCM significaba meterse con todos  sus compañeros de la bancada opositora. Y se  ha llegado a escuchar argumentos como el expresado por el exdiputado Juan José Molina: el problema es que ella no consultó con la MUD, lo hizo sólo con sus asesores. Es decir, tomó su propio camino y ahora que se defienda como pueda o que asuma las consecuencias de sus actos. De  estos escenarios se desprenden elementos que pueden servir para un debate sobre la situación actual.

1.- Lo primero es que la política, entendida como cuerpo de ideas o doctrina para la organización y despliegue de una acción social destinada a la toma del mando-poder, no forma parte de la agenda de todos los partidos o grupos que dicen ejercer el oficio.

2.-  En este expaís hoy  es más que evidente que sólo existe una política claramente expresada, mantenida y defendida: el socialismo del siglo XXI, tesis que se plantea como novedad aunque no sea más que la repetición aumentada y corregida del socialismo dogmático y miserable del siglo XX.

3.- Por tanto, hoy podemos saber dónde estamos y hacia dónde vamos. Venezuela dejó de existir en términos de nación-país-república-patria al pasar a formar parte de la doctrina y práctica de lo que se ha conocido como revolución cubana. Se implanta de este modo  Venecuba: la fusión de dos revoluciones para conformar un único fracaso.

4.- En este expaís  está en plena vigencia la dictadura a la cubana pero mejorada y corregida. El capítulo actual cuida mantener la más amplia cobertura electoral. Y  esto está unido al control que ejerce la revolución sobre todas las instituciones y en particular sobre el CNE. En otras palabras: en Venecuba existe incluso la dictadura electoral.

5.- Y alrededor de esta ficción o trampa democrática giran las oposiciones por  su incapacidad para crear una política adecuada a las presentes circunstancias. Eso las lleva a mantenerse atadas a la creencia de que se puede derrotar una dictadura utilizando el propio instrumento que la misma mantiene, alimenta y controla para hacerse pasar por demócrata.

6.- Esto lleva a las oposiciones a comprar la tesis oficial de que aquí prevalece la vigencia de la Constitución y de un Estado de Derecho con sus instituciones. Por eso ni se enfrenta ni se alude la Revolución Venecuba. A lo sumo se habla de violaciones a  la Constitución, que pueden ser condenadas y superadas. Errores de "nuestra democracia".

7.- Para las oposiciones, negar la existencia de la democracia significaría admitir que están frente a una dictadura y que requieren de una política que vaya más allá de lo único que ellos saben hacer: negociar con miras a obtener algunas posiciones, beneficios u ofertas a futuro.

8.- Y en el más elemental balance  de la terrible y trágica situación que hoy se padece en este expaís,  hay que referir la  aplicación de la fuerza-represión en la supuesta debida defensa del régimen. Ante esto, buena parte de las oposiciones se comportan pasivamente o  utilizando una defensa con escasa o ninguna efectividad. Esta es la parte opositora que hace militancia en la MUD y que se siente llamada a mantener relaciones positivas con el régimen.

9.- Para la otra parte, la que ha sido calificada de radical, es necesario dejar de lado la trampa electoral y lanzarse a una política de calle que logre la salida de Nicolás Maduro. Ni siquiera este componente, que en la práctica rompe con la MUD, admite que formamos parte de Venecuba y que el objetivo a vencer no es quien dice ejercer la presidencia sino el mando-poder que está al frente de la llamada revolución socialista del siglo XXI.

10.- Y es la falta de precisión y claridad sobre  lo que hoy estamos viviendo lo que hace posible que, por encima de una tragedia que alcanza ya cuarenta muertos en dos meses de protesta y confrontación violenta a nivel de guarimbarricadas, se aprecie aún la existencia de espacios para una acción  basada más en el espectáculo que en la política.

11.- En el plano de las oposiciones abundan las acciones que quedan en el vacío y que carecen de metas claramente establecidas. Por esto se puede afirmar de manera tajante que esta situación, que tiene su epicentro el 12F-14, acaba de fracturar y hundir las llamadas oposiciones.

12.- A esta hora sólo  sobrevive el espectáculo político que continúa para ver si en el camino se consigue con alguna coyuntura electoral favorable: una diputación, una gobernación, una alcaldía, cualquier posibilidad.  Esto seguramente se puede lograr en el diálogo de paz que se acordará en el corto o mediano plazo entre el gobierno y su oposición. Al margen quedarán los supuestamente violentos que, según Capriles, tomaron "el camino del atajo" para sacar a Maduro, dejando a  un lado unas tales vías constitucionales que nadie puede explicar  en qué código de Venecuba se encuentra.

13.- Y  en este momento ¿quién responde por los muertos  que han quedado a lo largo de este expaís en los últimos dos meses? ¿Los incorporarán al diálogo de paz para ponerlos de lado a fin de que no entorpezcan los acuerdos y negociaciones? ¿Una vez más los muertos enterrarán a sus muertos para que nada detenga el espectáculo de nuestra gran vacía política del régimen usurpador y las oposiciones de la entrega y el atraso?

14.- Es indudable que  a la fecha no es fácil anunciar hasta dónde llegará esta situación. La guarimbarricada está unida a buena parte de la angustia y el descontento. De allí puede provenir un impulso para continuar la violencia. Y a su vez el régimen militar-civil ya no puede devolverse. Sabe muy bien que para mantenerse debe usar la represión. Nada entonces extrañaría que se abulte la lista trágica en el entendido de que aquí y ahora a muy poca gente ya conmueven las bajas.

15.- Y eso significa que esta guerra puede proseguir, tanto con el tono de lo fratricida-trágico, como con el espectáculo de una Venecuba disfrazada de demócrata y de unas oposiciones que juegan a creer que aquí se vive en democracia ante su manifiesta incapacidad de hacer política de y para la toma del poder.

16.- Para ellos la política es ante y sobre todo negociación, conseguir ventajas y beneficios. Y no el poder para conformar otra historia. Por ello no puede menos que llamar la atención lo que afirmaba ayer la diputada Machado: "No vamos a regresar a nuestras casas hasta que nuestros hijos tengan el orgullo de saber que cambiamos la historia".

17.- ¿Cómo se logrará ese objetivo? Hemos planteado que esta dictadura no se puede enfrentar con fuerzas al detal sino organizadas, conscientes y dispuestas para una lucha pacífica a fondo. Con la aplicación de la fuerza social en Movimiento de Movimientos para el logro de la historia que tendrá que ser.

18- ¿Procederá la conformación de una tercera fuerza para dejar a un lado la miseria oficialista y sus oposiciones? ¿Hacemos política o contribuimos a la continuación del crimen y el espectáculo en este pobre expaís rico? ¡Qué historia amigos!

@ablancomunoz

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