Venezuela dispone del más automatizado y confiable sistema de sufragio y conteo de votos en América. ¿Por qué entonces Ciudadanía Activa -una organización dedicada a la promoción y defensa de los derechos civiles y políticos- ha dirigido a la ONU, a la Unión Europea, a la OEA, a la Unasur y al Mercosur una Carta Pública solicitando su intervención y presencia a efectos de supervisar el cumplimiento de las garantías electorales que están establecidas en la Constitución y las Leyes? ¿Es acaso que el sistema no es tan confiable o son otros los problemas? En asuntos electorales es usual distinguir la trampa -consecuencia del cambio en los resultados numéricos de la consulta electoral- del fraude, que se entiende más bien como actividades antes del acto de votación encaminadas a coaccionar, dirigir y cambiar la voluntad política del votante. Pero existe una tercera fuente de irregularidades de las que habitualmente no se habla y que suelen ser consideradas parte del fraude, pero que en la Ley están tipificadas como delitos electorales que, en algunos países -como Venezuela, por ejemplo- están penados con prisión pues, como su nombre lo indica, quienes los cometen son considerados delincuentes, en especial si son funcionarios públicos, aunque se trate de militantes políticos.
En Venezuela todas las encuestas -todas, repito, las del gobierno también- indican más de un 80% de rechazo al gobierno de Nicolás Maduro y todas coinciden en señalar que si la oposición va unida, y vota, no puede perder las próximas elecciones para elegir los miembros de la Asamblea Nacional. Pero -y ese es el gran pero- todas las encuestas también coinciden en señalar que cerca de un 25% de los votantes de la oposición son renuentes a participar del acto comicial porque están convencidos -y no sin razón- de que el gobierno cometerá trampa, fraude, y delinquirá para no aceptar la derrota electoral.
La trampa en Venezuela -en el sentido estricto arriba mencionado- es difícil porque el sistema automatizado funciona bastante bien y contra ella hay dos grandes remedios: el voto masivo y la vigilancia que los partidos opositores ejercen sobre el propio acto electoral con sus testigos y auditorías.
Con el fraude el problema es distinto y más delicado. La experiencia en Venezuela es que quienes están encargados de ejecutar esas maniobras violentas e intimidatorias son grupos paramilitares (que el gobierno llama “colectivos”) quienes -con la complicidad de las Fuerzas Armadas encargadas de custodiar los comicios- se ocupan de generar enormes tensiones y pueden ser causantes de muchos problemas puntuales dentro y fuera de los centros de votación el día de la elección. Hasta ahora, y durante los últimos 16 años, esos grupos han sido generalmente enfrentados con éxito por los votantes que no se han amedrentado y se han mantenido en sus colas hasta lograr con valor y determinación, emitir su voto.
Pero con los delincuentes electorales el problema es mucho mas grave y difícil de enfrentar sin ayuda de la comunidad internacional. Casi por definición, quienes cometen los delitos electorales son altos jerarcas del régimen que cumplen importantes funciones de gobierno. Son mucho más peligrosos y dañinos porque tienen el poder para atentar contra los principios esenciales de objetividad, transparencia, igualdad y libertad que caracterizan un sistema electoral en democracia, promoviendo así la desesperanza con absoluta impunidad y generando la tan ansiada abstención en la que el gobierno confía para no perder las elecciones.
El ejemplo más claro de este tipo de delito es el amedrentamiento a la población, como el que realizó el presidente Maduro antes de las elecciones municipales del año 2014 al decir -por cadena nacional- que tenía perfectamente identificados, hasta con los números de sus cédulas de identidad, a los 910.000 chavistas que no habían votado por él en las elecciones presidenciales.
En Venezuela el voto es secreto y no sólo por mandato constitucional, fundamentalmente porque la oposición ha trabajado fuertemente para proteger y garantizar ese derecho, pero es evidente que cuando el presidente de la República dice por cadena nacional que tiene identificados a los chavistas que no votaron por él, son muchos los ciudadanos -chavistas o no- que piensan que eso puede ser cierto y le temen a las represalias que el gobierno pueda tomar.
El gobierno militar tiene perdidas las próximas elecciones y está desesperado. Esta es una realidad que debe alertar a la comunidad internacional y llevarla a trabajar activamente por tener una presencia importante en el venidero proceso electoral a efectos de facilitar una transición en paz en Venezuela.
Serán la oposición y los ciudadanos quienes cuiden y hagan valer los resultados electorales, pero es evidente que la presencia internacional puede contribuir a que al menos estos delitos no se perpetren con la desfachatez con la que se han venido cometiendo. Naciones Unidas, OEA, Unasur y Mercosur tienen una enorme responsabilidad ética y política.
Leonardo Pizani Garantías electorales para Venezuela Infobae. Buenos Aires, 9 de mayo de 2015
Algún día, Bolívar rescatará su rostro original y recuperará las espadas que, en su nombre, le regalaron a angelitos como Gadafi, Saddam Hussein y Mugabe. Bolívar, bravo, desde el más allá, es muy peligroso.
Atónitos, observamos la inexplicable ridiculez de estos malucos y cursis gobernantes, al recibir con honores a supuestos “héroes” cubanos, puestos en libertad por Barack Obama, el héroe de moda en Cuba.
Obama es el nuevo libertador de Cuba, nación cuyos gobernantes, descaradamente, capitulan ante los exitosos imperios del mundo, debido a su estrepitoso fracaso revolucionario, social, político, y económico. Los cubanos están saliendo de un horrible hueco, en donde ahora nos sepultan a nosotros.
Estos son nuestros héroes
1.- Héroes son los médicos venezolanos quienes, graduados en universidades de verdad, y a pesar de un salario inferior al mínimo, arriesgan su vida para salvar vidas.
2.- Héroes son los profesores universitarios, castigados con un sueldo indigno, por no bajar la cabeza ante los malos y brutos.
3.- Héroes son los aguerridos periodistas venezolanos, perseguidos y exiliados, demandados y amenazados, por decir que el rey está desnudo.
4.- Héroes son los empresarios venezolanos, los comerciantes y los banqueros decentes, quienes ante vilipendios y amenazas, continúan estoicamente frente a sus empresas, para que el país no se paralice.
5.- Héroes son los estudiantes venezolanos, quienes por ejercer su derecho de manifestar, enfrentan represión, torturas en cárceles infames y juicios aberrantes.
6.- Héroes son los venezolanos, quienes hacen humillantes colas para comprar lo que sea, en un país donde comunistas ineptos, en 16 años, malbarataron 9.000.000.000.000 dólares.
7.- Héroes son los hambrientos niños indígenas venezolanos, quienes piden limosna en los semáforos, mientras que el gobierno dice que los conquistadores españoles, hace 523 años, los trataron mal. Colón, Diego de Losada y Francisco Fajardo se portaron mucho mejor.
8.- Héroes son los policías honestos, quienes son ultimados por la delincuencia que azota a los venezolanos.
9.- Héroes son los presos políticos de Venezuela. Mi especial reconocimiento a los héroes, Leopoldo López y Antonio Ledezma.
10.- Héroes seremos los venezolanos de distintas militancias quienes, optimistas y sin miedo, votaremos unidos comportándonos como si viviéramos en democracia, y no en esta ruinosa mamarrachada fascista comunista, con lo peor de la izquierda y lo peor de la derecha.
Claudio Nazoa Héroes cubanos, héroes venezolanos El Nacional. Caracas, 11 de mayo de 2015
En una reciente entrevista que le hice al dirigente político y ex funcionario de las Naciones Unidas Diego Arria, éste hizo una buena síntesis de lo que ha ocurrido en el forcejeo entre Estados Unidos y Venezuela en relación a los países de PetroCaribe.
Arria dijo, básicamente, que todos salieron beneficiados del envío de crudo venezolano a las naciones colindantes con el Mar de la Felicidad. No solo Estados Unidos, sino los gobiernos de Antigua, Barbuda, las Bahamas, Belice, Cuba, Dominica, La república Dominicana, Grenada, Guatemala, Guyana, Haití, Jamaica, Santa Lucía, Saint Kitts y Nevis, Saint Vincent y las Granadinas, y Suriname.
La excepción fue Guatemala, que abandonó la organización en noviembre de 2013. El gobierno alegó que “Venezuela no había proporcionado las tasas de financiamiento” ultra chucutas que Maduro había prometido. Cría ingratos y te arrancarán los ojos. (Ver el enlace: donde se explica cómo Maduro ha pasado a ser del heredero del tío regalón al hombre que recibe las bofetadas de una cuerda de ex socios comerciales desagradecidos).
El único país dañado por los subsidios a los países de PetroCaribe fue Venezuela, y por una sencilla razón: el presidente Chávez, que todo lo sabía, y cuya erudición le permitió averiguar el perigeo solar y la cuadratura del círculo, nunca fue muy versado en la ciencia de la Economía. Desde tiempo inmemorial, inclusive antes de la llegada al mundo de Adam Smith, se sabe que la Economía es la ciencia que administra la escasez.
No en el caso de Chávez. Él estaba seguro que era la ciencia de la abundancia, y que las únicas vacas flacas pastaban en las fincas de los escuálidos. Por lo tanto, abrió los cordones de la bolsa, y diseminó una enorme riqueza a diestra y siniestra, que favoreció no solo a los países de PetroCaribe, sino a comunidades pobres de Estados Unidos y a los commuters de los autobuses de Londres.
Gracias al subsidio de gasolina acordado por Chávez, se evitó el alza de la tarifa en esos vehículos de transporte público. Según explicó Arria, posiblemente el mayor beneficiario de la ayuda de Chávez a PetroCaribe fue Estados Unidos.
“El régimen chavista ha estado financiando la transición cubana, como un peón de los Estados Unidos”, dijo el ex gobernador de Caracas. “Igualmente hemos pagado la estabilidad de la región, a través de PetroCaribe. Los americanos no han tenido que poner un centavo. Es por eso que los estadounidenses seguramente se habrán dicho, ´Bueno, Chávez (y ahora Maduro) es un problema de los venezolanos, pobrecitos´”. Añadió Arria que el ejecutivo de Washington tenía claro que “Si dejan de enviar petróleo a los haitianos, los haitianos se irán para la Florida, los dominicanos también, los hondureños, y además los cubanos. El petróleo venezolano ha salvado a las costas de la Florida de invasiones de gente del Caribe”.
BIENVENIDO MISTER MARSHALL Antes de celebrarse La Séptima Cumbre de las Américas en la Ciudad de Panamá, tanto el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, como su secretario de Estado, John Kerry, visitaron el área del Caribe.
Obama se dirigió a Kingston, Jamaica, donde participó en una reunión de gobiernos de la región. The New York Times indicó que el propósito del jefe de estado norteamericano era “restablecer la influencia norteamericana en la zona y presionar a sus líderes para que busquen alternativas energéticas a fin de reducir su dependencia del petróleo proveniente de Venezuela”.
El periódico indicó que la decisión de Obama de acrecentar los vínculos con naciones de la cuenca del Caribe era resultado del “incremento de la crisis económica en Venezuela”. Ya Kerry había advertido que si “Petrocaribe llegara a caer debido a los acontecimientos en Venezuela, podríamos acabar con una grave crisis humanitaria en nuestra región”.
El imperio planifica a largo plazo, no para la semana pasada, como el gobierno de Maduro. Teme una grave crisis humanitaria en el área, y un éxodo en gran escala hacia las costas de La Florida, como señaló Arria.
Ya la advertencia está escrita en un enorme muro, especialmente luego que el gobierno de Caracas redujo el suministro de crudo a los países de PetroCaribe. La Banca Barclay, dijo que Venezuela está enviando unos 200.000 barriles a Petrocaribe y unos 55.000 a Cuba, “la mitad de lo enviado en 2012”.
Y como van las cosas, seguramente los envíos de petróleo subsidiado seguirán menguando. Al menos, ese es el proyecto básico del régimen bolivariano en todos los campos de su administración.
PREPARÁNDOSE PARA LO PEOR Afortunadamente la imprevisión, el gran legado de Chávez, no ha contaminado a los países beneficiarios de PetroCaribe. Nadie cree que Cuba hubiera aceptado un acercamiento con Estados Unidos si la prosperidad hubiera continuado en Venezuela. Y el resto de los gobiernos del área han comenzado a tomar precauciones.
Una nota en The Wall Street Journal, titulada “Venezuela´s Allies Break Oil Habit,” (Aliados de Venezuela rompen con su adicción al petróleo), señala que varios países del Caribe y de Centroamérica están enfilando sus cañones hacia la energía renovable. Ahí está el caso de Nicaragua.
El diario dijo que ahora, la mitad de la electricidad en esa nación es producida por parques eólicos, plantas geotermales que inclusive aprovechan la furia de los volcanes, y presas hidroeléctricas. El gobierno de Daniel Ortega aspira a satisfacer el 80 por ciento de sus necesidades energéticas para el año 2020.
En el viaje que hizo el presidente Obama a Jamaica, en abril, antes de la Cumbre de las Américas, anunció la creación de un fondo por 20 millones de dólares para implementar una serie de proyectos de energía renovable en la región.
Islas volcánicas como Santa Lucía, Saint Kitts y Nevis, Dominica y Saint Vincent, y Las Granadinas, avanzan en proyectos geotermales. Y en Barbados, William Hinds, el equivalente de Jesse Chacon, aunque en esta ocasión se trata de un funcionario serio, dijo que en un lapso de 15 años la mitad de la electricidad de la isla será generada por energía solar.
El presidente de Venezuela denunció la intención del gobierno de Washington de meter una cuña en la región, algo rigurosamente cierto. En un reciente discurso Maduro indicó que los viajes de Obama y Kerry al área del Caribe tenían como propósito desestabilizar su administración.
“El poder imperial del Norte”, dijo, “ha seguido hablando con gobiernos del hemisferio para anunciar el derrocamiento de mi gobierno”. Y en la Cumbre de las Américas, pronunció una frase que despertó el jolgorio general al invitar a los líderes latinoamericanos a unirse a PetroCaribe, “una garantía de estabilidad”.
Pero, como también indicó el doctor Arria, nadie quiere acompañar al presidente Maduro en sus promesas de estabilidad. En una reciente entrevista me dijo: “Ni siquiera Raúl Castro se rasga las vestiduras por Maduro. Es como si dijera: ´Yo lo acompaño hasta el cementerio, pero no pienso enterrarme con él´”.
Entre tanto, el chavismo continúa con sus quiméricos planes para devolver a Venezuela la grandeza que perdió en un festín de Baltazar prolongado ya desde hace tres lustros. Imagino que cuando le explicaron a Maduro que los parques eólicos contribuían a la generación de energía usando el viento para activar turbinas, habrá exhibido perplejidad. Para él, la única labor que cumple el viento es agitar las banderas, cada vez más grandes, que simbolizan la soberanía popular en un país acosado por acreedores.
Mario Szichman Bye Bye, Comandante Eterno… Bienvenido, Tío Sam Tal Cual. Caracas, 11 de mayo de 2015