miércoles, 26 de noviembre de 2014

Carolina Jaimes Branger: San Gocho

¿Recuerdan la época cuando pensábamos que Carlos Andrés Pérez era lo peor que nos había pasado? Yo crecí en una familia antiadeca, antiadequísima. Mi bisabuelo materno Melchor Centeno Graü fue ministro de Gómez y cuando llegaron los adecos se tuvo que exilar. El hecho fue imperdonable para mi abuela y sus hermanos. Hablar de los adecos en mi casa era anatema. Si mi abuela quería insultar a alguien, decía que era adeco.
Mi familia paterna, aunque copeyana (mis abuelos Jaimes Berti fundaron Copei en el Táchira) tenían buenas relaciones con la familia de Carlos Andrés Pérez, pues también eran de Rubio. Y para los gochos, más importante es ser gocho que militante de algún partido.
Conocí a Carlos Andrés Pérez en 1984 cuando yo cursaba estudios de postgrado en Harvard, que vino invitado por el Kennedy School of Government a dar una charla. Yo estaba reticente a asistir, pues lo culpaba de haber iniciado el despelote venezolano. Un profesor me convenció de que fuera: “no vas porque te guste o no, sino porque eres venezolana”. En un cocktail posterior a la charla, CAP me dijo que mi abuela Jaimes era la persona que más pellizcos torcidos le había dado en su vida, porque no se aprendía el Catecismo. Yo le respondí “y los que le faltaron”, y él se rio a carcajadas.
Pero hoy, a la luz de la historia de estos casi dieciséis últimos años, me siento obligada a reinvindicar a CAP ¡Si hasta provoca prenderle velas! No será el primer gocho (tachirense) a quien se le rece y quien sabe si hasta haga milagros: la tumba del General Gómez en Maracay está llena de placas agradeciendo al Benemérito por favores recibidos.
Este horror que vivimos ha hecho que la Venezuela Saudita y sus escándalos de corrupción sean lejanos recuerdos que no pararon en nada, en parte gracias al voto de José Vicente Rangel, uno de los factótums de la revolución, que lo absolvió del caso Sierra Nevada. Y del segundo gobierno hay mucho que debe rescatarse, sobre todo la descentralización que tanto bien hizo a las regiones y que hoy pende de un hilo por la férrea recentralización a la que nos ha sometido este régimen.
Este desmadre me hace pensar que a pesar de los defectos, culpas y responsabilidades de Carlos Andrés Pérez –que no solo los tuvo, sino que él mismo los reconoció- la historia terminará por absolverlo y hasta ensalzarlo.
Carlos Andrés Pérez enfrentó con valentía dos golpes de estado de quienes hoy nos gobiernan. Tuvo la sapiencia y la humildad de acatar una decisión controversial e injusta y se fue cuando tuvo que irse, a pesar de que su defenestración fue una de las causas del desastre que vivimos hoy. Se retiró sin odios porque jamás los incentivó. La PDVSA que nació bajo su primer gobierno y que fue orgullo de todos los venezolanos, hoy es un nido de ladrones y oportunistas, una empresa maltrecha y desvalijada. El Presidente Pérez siempre sostuvo que había que transitar la vía democrática y no violenta.
De manera que como el fondo no tiene fondo, hoy CAP me parece un santo y evoco su memoria con simpatía. San Gocho, ¡ruega por nosotros!

Carolina Jaimes Branger
San Gocho
El Estímulo. Caracas, 26 de noviembre de 2014


Eleonora Bruzual: Castro, artífice de la "peste roja"

Era el año 1999 cuando comencé a darle a Fidel Castro el calificativo que junto al de asesino le calza: chulo. Muchos ofendidísimos me consideraron grosera, como si con un malandro se debía ser refinada y comedida.
Pasaron los meses, completaron tres años y llegó aquel 11 de abril con sus preámbulos de paros y su masacre de Puente Llaguno. La renuncia se le pidió al intergaláctico, como dijo Lucas Rincón en aquella frase histórica de su mediocre historia, “la cual aceptó”. Llegó “El vacío de poder”, la cortísima estancia de Chávez en la Orchila, el culillo como epidemia de los que le dejaron todo el muerto a Pedro Carmona para no admitir que eso fue una torta cívico militar… Baduel sacando pecho con su poder de fuego al servicio de la “robolución” para después comprender que el diablo paga mal.
Pasaron los soponcios gracias a que el Gran Chulo no perdió esa oportunidad de oro y se fajó con sus redes a montar el gran show: Chávez, el demócrata derrotado por “la oligarquía perversa”; Chávez, la víctima de Imperio cruel; Chávez, el Bolívar redimido y, fundamentalmente, Chávez, ese “Venao” que la suerte le había deparado para lograr su obsesión solo pospuesta: Hacerse de la gallina de los huevos de oro que era Venezuela.
Pensó, organizó…, misiones e invasión. Las primeras para captar a ese pueblo pendejo que por una dádiva endiosa al mismo mandinga: Barrio Adentro, Milagro, Robinson, Negra Hipólita, Zamora, Miranda, 13 de abril, Mercal, Identidad… Hay más, muchas más pero con estas es suficiente para comprender como el demonio de Birán no sólo controló a Chávez, sino que dio paso a la invasión con hombres, unos de blanco, otros disfrazados de entrenadores y otros a cara descubierta vestidos y armados como militares. Así se adueñó de Venezuela sin disparar un tiro. Esa es la cronología de esta tragedia que lleva casi 16 años y que según esos “creyones” hay que dejarla porque los “tiempos de Dios son perfectos”.
Dieciséis años donde hemos visto morir miles y miles de seres humanos abatidos por el hampa que ya se sabe es otro brazo armado de esta montonera. Dieciséis años donde han arrasado con nuestros recursos minerales, con el oro de las reservas, con el petróleo que hizo de la isla mazmorra un país que vende petrolero y la ganancia es bruta porque Venezuela corre con los gastos. Dieciséis años donde borraron toda dignidad -si es que alguna vez la tuvo- del estamento militar. Dieciséis años para controlar los servicios de identidad y extranjería, los Registros y Notarías, las importaciones de comida, medicina, productos agrícolas, materiales de construcción. En fin casi todo lo que aquí se consume porque ya en Venezuela es muy poco lo que se produce.
El Gran Chulo le dio también su receta infalible: mete a los militares en el “guiso” y no velarán por ti sino por sus fortunas y sus pescuezos y tú tranquilo. A Chávez lo mató la “mejor medicina del mundo” y antes de “panquear” nombró -¿él o los Castro?- a Maduro de sucesor. Dieciséis años y hoy ni siquiera ese liderazgo opositor da trazas de cordura. Tanto que aunque ustedes no lo crean, peores enemigos de Leopoldo López son muchos de la fulana Mesa de la Unidad que del mismo régimen… El PSUV, partido de gobierno, es para esos “opositores oficiales” bastante menos molestoso que Voluntad Popular, la organización política de López.
El castrochavismo en Venezuela va palo abajo, de eso no hay dudas, pero tampoco hay dudas que una cofradía de “opositores oficiales” ni capitaliza la pérdida de seguidores  de Maduro, ni posee la voluntad para combatirlo. Ante esto es perfectamente lógico pensar mal. Tengo algunas semanas hablando de la “casta chavista” y sus bribonadas, pero no todos los pillos están allí. Tenemos insignes truhanes en esa oposición “gobiernera”. Cuñados de “bolichicos”, abogados de banqueros enriquecidos ellos y sus juristas del horror con la “peste roja” y que uno de estos hasta se han dado el lujo de decir que la cárcel de Leopoldo se la buscó él mismo por tanto que se friegue; autoexiliados que desde la tranquilidad “mayamera” opinan que mejor es que siga Maduro en el poder, y que sigan por supuesto los depredadores, traidores, los cubanos castristas, la invasión islámica peligrosísima, los hampones en formaciones llamadas colectivos que poseen licencia para matar.
Volviendo al Chulo Mayor y sus lacayos, todos groseramente insultantes, creo que cada venezolano tiene derecho a catalogarlos, a responder a sus ofensas y como en Venezuela mandan desde 1999 los Castro, hay que decir que Hugo Chávez era un regente, y Nicolás Maduro, un coleto.



Eleonora Bruzual
Castro, artífice de la "peste roja"
Diario Las Américas. Miami, 27 de noviembre de 2014

Guillermo Cochez: Espionaje venezolano en Panamá

El jueves 20 de noviembre envíe nota a la vicepresidente y canciller de Panamá, Isabel Saint Malo de Alvarado. Relaté hecho que refleja a todas luces clara intromisión del gobierno de Venezuela en los asuntos internos de nuestro país y una descarada violación a los derechos humanos como el de la intimidad de panameños y extranjeros legalmente residiendo en Panamá. Le indiqué, incluso, que se podría estar en presencia de un acto de espionaje internacional, hecho prohibido por nuestras leyes y que, países como Cuba y Venezuela están tan acostumbrados a hacer en muchas partes del mundo. Algo parecido a lo que hizo Jaua con su niñera en Brasil.
El domingo anterior 16 de diciembre, en la iglesia San Lucas del Colegio San Agustín, en la barriada Costa del Este, donde muchos venezolanos viven, se concelebró misa presidida por el arzobispo de Mérida, Venezuela, monseñor Baltasar Porras, a quien había conocido en visita anterior, en Panamá por invitación especial del arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa. Su propósito era celebrar la fiesta de La Chinita, la patrona del Zulia. Asistí invitado por mis amigos de Venezuela.
Monseñor Porras tenía como propósito presentar libro de la historiadora venezolana Ana Hilda Duque sobre el obispo nacido en Santiago de Veraguas, en el centro de Panamá. El panameño Rafael Lasso de la Vega fue el quinto arzobispo de Mérida y Maracaibo y factor decisivo en las últimas batallas del Libertador Simón Bolívar durante la transición de la monarquía a la independencia. En la Universidad Santa María La Antigua, la católica de Panamá, también disertó el ilustre prelado de Mérida. 
El miércoles 19 de noviembre, en su programa en Caracas, Con el mazo dando, transmitido en Venezolana de Televisión, el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, teniente Diosdado Cabello, vicepresidente del PSUV, el partido del gobierno, ilegal e irresponsablemente transmitió imágenes de esa misa, acusando a monseñor Porras y a mí, así como a honorables damas venezolanas allí presentes, la directora de la publicación El Venezolano de Panamá, la periodista Adriana Rincón y a la abogada Andreína Chacín, a quien el odioso Cabello ha mencionado varias veces, de estar dirigiendo una conspiración desde Panamá en contra del gobierno tiránico de Venezuela. Algo totalmente absurdo y violatorio a los derechos de las personas mencionadas por Cabello, como otros cientos de panameños y venezolanos que cada domingo vamos a  la celebración de la eucaristía. Se conmemoraban los 305 años de la aparición en el lago de Maracaibo de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, patrona de Colombia. La fiesta de La Chinita se celebra anualmente donde se encuentren venezolanos. Lástima que personas como el teniente Cabello no se detengan a analizar la profunda religiosidad del pueblo venezolano.
He pedido a nuestra canciller que, luego de las averiguaciones del caso, proceda Panamá a tomar las cartas que el asunto amerita porque en nuestro país nadie puede venir alegremente a espiar a sus ciudadanos. Es conocido, que a través de sus sedes diplomáticas, tanto Cuba como Venezuela, despliegan unidades que espían lo que ciertas personas hacemos. El pasado año aparecí en una de las listas del defenestrado Rodríguez Torres como uno de los que debían darle seguimiento fuera de Venezuela. Me honró estar en esa lista junto a amigos como el expresidente Álvaro Uribe y Pedro Mario Burelli. Eso, ni más ni menos, se llama espionaje, algo prohibido en países democráticos como Panamá.
Quizás el asunto quede allí sin mayores consecuencias. Sin embargo, es bueno que gentuza como Diosdado Cabello se dé cuenta que ni aquí ni allá todos le tienen miedo. Cuando los cobardes se escudan en su poder para decir lo que quieran sin asumir responsabilidades, los valientes los enfrentamos con la verdad, amparados en la decencia y la ética de la que ellos carecen.


Guillermo Cochez
Espionaje venezolano en Panamá
El Nacional. Caracas, 26 de noviembre de 2014

Charito Rojas: Hablando mapoyo

“Del fanatismo a la barbarie solo media un paso”. Denis Diderot (1731 - 1784), escritor, filósofo y enciclopedista francés.
La lengua mapoyo acaba de ser declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco. Apuesto que ustedes no tienen ni idea de qué se trata. Yo tampoco, por eso busqué en Wikipedia de dónde era ese idioma y quiénes lo hablaban.
Pues resultó que pertenece a un grupo indígena venezolano llamado también mapoyo, que habita en el estado Bolívar, más allá de Caicara del Orinoco. La tribu está conformada por 400 personas y solo 4 hablan mapoyo. La sabia Wikipedia dice: “El mapoyo o wanai es un idioma caribe a punto de extinguirse hablado por algunas personas en la cuenca del río Suapure. Es un idioma ergativo”.  Bueno, ergativo es el gobierno, que va ante un organismo para la cultura y la ciencia como es la UNESCO a pedir declarar Patrimonio a una lengua que hablan cuatro (sí, 4) personas, mientras destruyen a un verdadero patrimonio de todos los venezolanos, como es el IVIC.
Tal parece que nuestro instituto más científico seguirá la ruta del desastre que ya antes transitaron Fama de América, Diana, Owens Illinois, Café Madrid, Agroisleña, CANTV, Holcim, Hipermercados Éxito, Cada, Conferry, Venepal, Rualca, Venoco, Sidetur, CVG, RCTV, Sidor, Hilton, Lácteos Los Andes, Johnson Controls, Cemex, Monaca, Intercontinental Valencia y PDVSA, por nombrar solo a los más sonados y sin meternos con los millones de hectáreas expropiadas y hoy abandonadas, con los centrales azucareros, con los ateneos, con la Plaza Monumental de Valencia y con aquello que sufre el toque de m…(que no es precisamente de Midas), que convierte todo en excremento cósmico.
Este 18 de noviembre la Asamblea Nacional aprobó en primera discusión -y luego lo incorporaron al conjunto de decretos leyes habilitantes-, un proyecto de ley de reforma del IVIC, con el alegato de que está “alejado de la sociedad” y  por lo tanto, hay que “refundarlo”, lo cual implica la manía del cambio de nombre: ahora se llamará Instituto Venezolano de Ciencia, Tecnología e Innovación (IVECIT). En los valores del nuevo organismo está la “construcción del socialismo” (totalmente inconstitucional), politizando así un escenario en el cual el finado había tratado de meter sus manos pero no lo había logrado, porque más de 50 años de ciencia intimidaron su voracidad revolucionaria.
La nueva ley introduce elementos altamente dañinos para la aséptica actividad científica que es la razón de ser del Instituto. Cambia la regla de tener méritos para ser director y lo convierte en un cargo de libre nombramiento y remoción, sin consulta con la Asamblea de Investigadores, tal como señala la ley vigente. Lo cual augura que  según la costumbre del régimen, un militar pronto podría montar sus botas en los impolutos mesones de los laboratorios.
Los investigadores podrán ser removidos por causales como “la participación individual o colectiva en actividades o manifestaciones que lesionen los principios consagrados en la Constitución”. En la constitución chavista, claro está. La página revolucionaria Aporrea publica la carta de un investigador del IVIC, evidentemente oficialista, asombrado porque se introdujo esta ley de reforma del IVIC, sin consultar a la directiva del organismo, ni a los investigadores. Ni siquiera saben quién o por qué elaboró esta reforma. Y eleva su queja al presidente de la república, a SU presidente, en este tono:
“Sr. Presidente, el nuevo proyecto en su elaboración, violó todas las normas de participación establecidas en nuestra constitución. Destruye la estructura organizativa de nuestra institución. Destruye la carrera científica. Destruye la estructura académica. Va en contra de derechos laborales. Sr. Presidente, usted bien conoce que nuestra institución, nacida en 1958, desde su inicio hasta el día de hoy representa la máxima institución de investigación de nuestra Venezuela. Ha servido de semilla de otras instituciones como IDEA, Fundación de Ingeniería, Intevep y de la única y más importante empresa de biotecnología del estado, Quimibiotec, dedicada a la producción de derivados de plasma para uso en pacientes. Ha formado centenares de profesionales desde su pregrado hasta niveles doctorales. Constituye la más importante escuela de postgrados de Venezuela”. Pero, contra todo razonamiento, el proyecto va viento en popa: en 40 artículos, dos disposiciones transitorias y una disposición final, afirma que está “democratizando a la ciencia”, poniéndola al “servicio del pueblo, la liberación y soberanía de la patria”. La directiva del IVIC emitió un comunicado en el cual se infiere el disparate que representa esta direccionalidad populista en los fines científicos del instituto: “Nadie duda del interés de la tecnología artesanal, ni tampoco que el estado la promueva. Resulta ilusorio sin embargo pensar que los grandes problemas que el país afronta en el siglo XXI, pleno de física, electrónica, informática, química, etc., tengan soluciones artesanales”.
En el año 2010, el finado después que lo criticaron porque estaba haciendo tratos con Rusia para montar una planta de energía nuclear en los llanos venezolanos, descubrió que el IVIC había instalado en 1961 el primer reactor nuclear de Latinoamérica en los Altos de Pipe, donde funciona el instituto. Allí el finado se envalentonó y dijo que iba a hacer una “revolución científica”. En realidad lo que hizo fue introducir elementos políticos en el seno del IVIC, llenar de pancartas el sitio hasta entonces virgen de partidismo y colocar una foto del Che Guevara (“ese gran médico”) en el lobby de las instalaciones.
El Dr. Rafael Muci Mendoza, presidente de la Academia Nacional de Medicina, hace una estupenda narración del auge y caída del IVIC: “Corriendo el año 1955 y cursando mi primer año de medicina, conocí los Altos de Pipe cuando éramos llevados al flamante Instituto Venezolano de Neurología e Investigaciones Cerebrales (IVNIC) a recibir el complemento práctico de nuestras clases de Biofísica. Humberto Fernández-Morán (1924-1999), era su director; había inventado el bisturí de diamante que conjuntamente al desarrollo del microscopio electrónico y la introducción del concepto de la crioultramicrotomía, contribuyó al desarrollo de la ciencia básica cerebral.  Había escogido ese idílico paraje para construir e instalar el IVNIC con la contratación de 12 investigadores biomédicos y la instalación de un reactor nuclear. Funcionó por cuatro años hasta la caída del dictador Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958. Entonces su nombre mutó y se llamó entonces Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), cuyo nombre ha infundido respeto y elevada consideración en Venezuela y allende los mares. Para entonces se constituyó una Comisión Interventora integrada por los doctores Martín Vegas, Francisco De Venanzi y Félix Pifano quienes nombraron al doctor Marcel Roche como su primer Director. Desde entonces hasta la irrupción de la intolerancia, fue una institución científica con calificados haberes, especialmente los cerebros que ha albergado, enmarcada en los principios de libertad de investigación y pensamiento. De su seno salieron mucho más de once mil trabajos científicos bajo la autoría de siete mil autores incluyendo investigadores del IVIC, colaboradores nacionales e internacionales.  En él tiene su sede la Biblioteca Marcel Roche con cabida para 4.428 revistas científicas impresas, acceso a 11.341 revistas electrónicas y 106 bases de datos científicas, así como una completísima colección de libros de consulta. En su seno se desarrolló y patentó en 1989 la orimulsión para el uso rentable de crudos pesados de la Franja del Orinoco”.
En la actualidad, el IVIC desarrolla más de 300 proyectos de investigación y presta un centenar de asesorías a empresas públicas y privadas y a, universidades. De acuerdo a su organigrama está conformado por 16 centros de investigación, 3 centros internacionales, 4 departamentos de investigación, 13 unidades de apoyo a la investigación, 22 dependencias administrativas, 1 escuela de postgrado y 3 sedes regionales: Higuerote, Mérida y Zulia.
Sería una pérdida incalculable y un retroceso de un siglo arrojar ese inmenso capital científico de Venezuela, en las fauces del primitivismo revolucionario.
Para concluir, les informo que en las escuelas primarias del gobierno han dejado de enseñar inglés, porque es un idioma “pitiyanqui”. Ahora imparten tres veces a la semana clases de “warao”, que sí es un idioma bien útil para el futuro de los niños.
Si no nos ponemos serios ante la barbarie, terminaremos hablando mapoyo.
Charitorojas2010@hotmail.com
Twitter:@charitorojas
AQUÍ ENTRE NOS
*Las pernoctas frente a Daka y a Traki anuncian una nueva rebatiña de electrodomésticos. El gobierno persigue a los “bachaqueros”, pero él mismo los cría cuando venden un televisor de 42 pulgadas en el irrisorio precio de 6.000 bolívares, equivalente al mercado de una familia de 4 personas para dos semanas. El “bachaquero”, que es un rolo’e vivo, lo vende en 40.000 bolívares y de paso, tiene varios para negociar, puesto que paga 10.000 bolívares a quien le preste su cédula para burlar la captahuella y poder comprar los que pueda. Mientras más controles, más viveza y menos comercios. Ésa es la fórmula que el gobierno no comprende y que está llevando a la quiebra al comercio nacional y a la más terrible inflación al país.
*Cuando la narración de la crónica sangrienta proviene de un testigo presencial, la noticia deja de ser letra para convertirse en sentimiento. Así me escribe un médico, que pide nombre en reserva: “Anoche en el Centro de Especialidades Quirúrgicas Guacara, aproximadamente 7:50 pm, remataron a tiros en área de emergencia de Trauma Shock  a un joven, no sé si honesto o delincuente, lo hicieron después de violentar las puertas y frente a médicos y enfermeras que atendían al herido en abdomen por arma de fuego. Lo remataron, primero una ráfaga, una pausa de dos o tres segundos y otra ráfaga, fueron más de 20 tiros. Bueno, y el alcalde, bien gracias, y así el gobernador y el presidente y CICPC, y los militares. Ya da terror ir a cumplir con nuestro oficio”. Pero las denuncias ningún efecto hacen, Patria Segura no existe en los hospitales.
Hasta el próximo miércoles

Charito Rojas
Hablando mapoyo
Notitarde. Valencia, 26 de noviembre de 2014

Edgar C. Otálvora: Maduro cubaniza a Venezuela con decenas de leyes

Un salto adelante hacia el control absoluto del Estado lanzó el régimen venezolano mediante un paquete de leyes dictadas por Nicolás Maduro. Varias decenas de medidas confirman la alianza del chavismo con la élite militar, ratifica su esquema de economía estatista en procura de capital extranjero al estilo cubano, y deja en evidencia el desespero oficial por aumentar sus ingresos a cuenta de los bolsillos privados.
La noche del 19NOV14, en el salón Simón Bolívar del Palacio de Miraflores,  Maduro reunió a los altos jerarcas del régimen, ministros, parlamentarios y jefes de los poderes públicos nacionales. Como era de esperarse, no había presencia de representantes de fuerzas políticas distintas del oficialismo. Sin embargo, a pocos metros del mandatario fue colocado uno de los espalderos presidenciales, quien dirigía su mirada a los asistentes al acto que era televisado en vivo.
Durante el evento, Maduro firmó decenas de leyes, parte de un paquete de normas legales redactadas por el Gobierno y dictadas por el mandatario, sin trámite legislativo, en razón de una “ley habilitante” que le fuera aprobada por la mayoría parlamentaria chavista el 19 de noviembre. Si bien esa “ley habilitante” fue aprobada para dictar leyes “contra la corrupción y la guerra económica desatada contra la Patria”, el instrumento ha sido utilizado por Maduro para crear una estructura legal que deja sin poder las instancias de Gobierno estatal y municipal, refuerza las instancias comunales controladas por el Gobierno, crea una estructura de espionaje interno y reorienta el aparato militar.
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Durante el mes de noviembre, a pocos días de finalizar la vigencia de la “ley habilitante”, Maduro dictó más de medio centenar de leyes. La mayoría de ellas, pasada casi una semana, aún no habían sido publicadas y, por lo tanto su contenido era desconocido para la población. La legislación dictada por Maduro impacta sobre toda la vida de la sociedad venezolana y su contenido nunca fue objeto de divulgación y debate, ni siquiera entre altos cuadros del régimen.
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Mediante la ley denominada de “Seguridad de la Nación”, Maduro crea una nueva policía política con las siglas SP3. Será el “centro integrado para procesar esa información que se obtendrá de esa inteligencia en conjunto con agentes especializados”, explicó la almirante Carmen Meléndez, ministra de Relaciones Interiores. Se trata de un “sistema” que estará bajo la jefatura de un “comandante” y un “estado mayor”, que conectará a los grupos de base controlados por el chavismo (comunas, consejos comunales, “movimientos sociales”, etc.) con los diversos organismos militares y policiales (desde el Ejército, la Guardia Nacional, la Guardia Presidencial o la policía política Sebin). En la práctica es un esquema de espionaje interno a manos de los cuadros políticos del régimen. Confirmando la ausencia de independencia de los poderes públicos en Venezuela, la ley dictada por Maduro incluye incluso al Consejo Nacional Electoral como parte de este “sistema” de control policial. El SP3 contará con su propia instancia operativa que actuará como “centro integrado de procesamiento de información”. Las connotaciones políticas de esta instancia policial fueron debidamente resaltadas  por Maduro y Meléndez. El SP3 derrotará la "amenaza paramilitar que se ha metido por culpa de la derecha en nuestro país", afirmó Maduro el 19 de noviembre. Su ministra confirmó que el sistema busca hacer frente a eventos como las protestas registradas en Venezuela a principios del año 2014, las cuales durante una entrevista televisada el 20 de noviembre en el canal VTV, Meléndez calificó como “terroristas”.
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En copia del  funcionamiento del Gobierno cubano, Maduro reformó la Ley de la Administración Pública para crear las “vicepresidencias sectoriales”, figura no contemplada en la Constitución vigente.
A los efectos del “socialismo territorial”, el país queda dividido en regiones de desarrollo integral, zonas de desarrollo estratégico, distritos motores, zonas económicas especiales, zonas de conocimiento productivo. El presidente podrá crear otras “figuras organizativas” y ordenar regímenes tributarios especiales para atraer inversiones. Maduro dictó igualmente una ley de inversiones extranjeras que junto a las zonas especiales de desarrollo, son remedos de las actuales recetas del régimen cubano.
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Las nuevas divisiones territoriales creadas por Maduro se sobreponen sobre estados y municipios, restándole la capacidad de gestión a esas instancias.
Los gobiernos municipales pierden su autoridad en materia de servicios urbanos, es decir, su razón de ser. La ley sobre “Desarrollo Socio-productivo de la Patria”, alegando “el derecho a la ciudad consagrado en la construcción del socialismo” establece que el equipamiento y los servicios urbanos pasan a manos del Gobierno nacional. Los gobernadores y alcaldes (electos popularmente…) “podrán elaborar planes de equipamiento urbano” pero su ejecución dependerá de la aprobación de un ministerio. Incluso las decisiones sobre uso del suelo, materia típicamente municipal, fue tomada por Maduro y entregada a las funciones de un ministerio.
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La Ley para “gestión comunitaria”, parte del paquete de leyes de Maduro, amplia la transferencia de recursos en detrimento de las instancias municipales y a favor del “Poder Popular” (inexistente en la Constitución) y que está formado por la red de comunas,  consejos comunales y “empresas sociales” controladas por el chavismo a través del Ministerio de las Comunas, encabezado por Elias Jaua.
En medio de los preparativos para los comicios legislativos del año 2015, el régimen chavista ha definido el “poder popular” reconocido y financiado por el Estado, como una de las llaves operativas para su campaña. Mediante la Ley de financiamiento a “las organizaciones de base del Poder Popular”, Maduro dispone un mecanismo para financiar “emprendedores” de los consejos comunales, comunas, empresas de propiedad social, unidades productivas familiares y “sistemas de trueque” (sic!!!). Los recursos estatales, supuestamente reembolsables, serán drenados por el “Banco del Pueblo Soberano” y por el “Fondo de Desarrollo Microfinanciero” (bajo control de Jaua) y podrán ser destinados a una extensa gama de objetivos: formación para el trabajo, compra de vehículos, capital de trabajo, salud comunal o “esparcimiento y recreación”.
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Las nuevas leyes amplían los ya masivos controles sobre la actividad económica privada. La ley del “Sistema Nacional Integral Agroalimentario” consagra el sistema de controles y permisos para la movilización de insumos y productos en toda la cadena, incluyendo el mercadeo al detallr. Esa ley crea además un “sistema de registro integral de “procesos, actores y sectores” del sector agrícola.  Una ley con apariencias de promover la libre competencia económica también fue dictada por Maduro, bajo el título de “Ley Antimonopolio”. La misma no será aplicada a las empresas del Gobierno o aquellas que pertenezcan al “poder popular”. La ley prohíbe prácticas que limiten la “competencia económica”, pero igualmente aquellas que afecten la “democratización” en la producción. La confiscación, sin proceso de defensa del acusado, fue establecida en la “Ley de Precios Justos” en casos de “contrabando de extracción”.
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Las leyes de Maduro incluyen la creación de decenas de nuevos organismos burocráticos, muchos de los cuales no reemplazan a los preexistentes sino que se suman a la larga lista de entidades oficiales. Una breve lista de los nuevos organismos: Sistema Popular de Protección de la Paz (SP3), Cuerpo Nacional contra la Corrupción, Policía Nacional Anticorrupción, Coordinación General Nacional de Misión Agrovenezuela, Superintendencia Antimonopolio,  consejos de gestión para cada zona de desarrollo estratégico, Consejo de Planificación Comunal,  brigadas mineras, Fondo Social para la Minería, entre otros.
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Con un inocultable sentido fiscalista, pero con un impacto directo en la capacidad de movilización de la población, Maduro decidió encarecer la emisión de pasaportes, quitándoles su condición de documento de identidad y calificándolo como “documento de viaje”. La tarifa para la emisión del pasaporte subió de US$141 a US$231 (equivalencia en tasa oficial de cambio).  La búsqueda de más ingresos no se olvidó de pechar agresivamente bienes negativos: el impuesto a la manufactura de cigarrillos y otros de tabaco fue incrementada a 70% y exigen a los fabricantes el pago del tributo antes de poner en circulación el producto. La tasa de impuesto a los licores subió de 20% a 50%. Con las universidades privadas en la mira, Maduro dictó una reforma tributaria que elimina las exoneraciones que beneficiaban a fundaciones privadas.
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La legislación militar también fue objeto de cambios por las leyes dictadas por Maduro. Sobre el tema nos enfocaremos en el próximo Informe Otálvora.   

Edgar C. Otálvora
Maduro cubaniza a Venezuela con decenas de leyes
Diario Las Américas. Miami, 26 de noviembre de 2014

Nitu Pérez Osuna: Patear a María Corina no es violencia

Durante el entierro de Robert Serra, y según lo narró Maduro en cadena nacional, una joven logró burlar a la entrada del cementerio General del Sur, la profusa legión de guardaespaldas de quien se sienta en Miraflores. Ella, la joven, se aferró a Nicolás  "para zarandearlo y gritarle a todo pulmón: ¿Hasta cuándo, Maduro?”... "¿ Qué quieres tú que yo haga?", ripostó él.
La violencia es el pan nuestro de cada día en este país.  Cada 19 minutos muere un ciudadano a manos del hampa desatada que goza de impunidad. Hombres, mujeres, adolescentes y hasta niños engrosan cada día las cifras de muertos en Venezuela y, la mayoría de sus familiares, no acuden a los organismos de justicia porque saben o intuyen que éstos nada harán. "Sólo creo en la justicia divina" se escucha en las puertas de las morgues una y otra vez. 
En el caso de Serra, quizás por su investidura y militancia al proceso, al menos hay dos acusados, un espaldero del diputado y otro de quien casi nada sabemos. La investigación poco se ha ventilado, pero a pesar que los involucrados son del entorno de Serra, Maduro afirma que la investigación de este homicidio "ayudó a desmantelar las redes de sicariato, terrorismo y paramilitarismo de la derecha”.

Este martes, quien pregunta ¿que quieres tú que yo haga? aprobó la reforma de la Ley sobre el Derecho de la Mujer a una Vida Libre de Violencia que establece el femicidio como delito en Venezuela. ¿Sabrá que hacer para evitar o controlar el femicidio?
A la luz de los acontecimientos con la diputada víctima de todo tipo de violencia - física, verbal y jurídica- María Corina Machado, no lo creo.
Aún tengo grabada en mi mente las imágenes de Machado con la nariz fracturada por las patadas propinadas por la diputada oficialista de nombre Nancy Ascensio ante la mirada imperturbable del presidente de la Asamblea y compañero de luchas de Maduro, Diosdado Cabello. ¿Alguien fue apresado por ello? La señora Ascencio, ¿fue investigada? ¿Fue aplicado algún artículo de la Ley contra los Derechos de la Mujer Libre de Violencia? NO.
La  también miembro de la Asamblea Nacional, Gladys Requena, este martes nos aclara cómo es que esta ley no se aplicará jamás hacia nadie que forme parte de la oposición al calificar de “actuación política los golpes que recibió María Corina Machado dentro del parlamento en el año 2013 y no “violencia a la mujer”. Leyó bien amigo lector, muy bien. Caerle a patadas a una diputada hasta fracturarla dentro del recinto de la AN es un acto político...nunca una agresión física.
Violencia, violencia y más violencia vivimos las mujeres y hombres venezolanos con el desabastecimiento y las colas que debemos hacer por horas para comprar un kilo de leche o un paquete de papel toilette.
Maduro, si usted me pregunta "¿qué quieres tu que yo haga?" sin titubear le respondo lo que ya le escribí en dos oportunidades: RENUNCIE. Los venezolanos pondremos a otro que sí pueda y sepa qué hacer por este país y su gente.

Nitu Pérez Osuna
Patear a María Corina no es violencia
Diario Las Américas. Miami, 26 de noviembre de 2014