lunes, 13 de julio de 2015

Eduardo Semtei: Cuentos de la cripta

Tales from the Crypt (conocida en España como Historias de la cripta y en Hispanoamérica como Cuentos de la cripta) es una serie de televisión estadounidense de antología que se basa en los cómics de terror de EC Comics, creados por William Maxwell Gaines. La serie fue producida a lo largo de siete temporadas que reunieron un total de 93 episodios de unos 24 minutos cada uno. [] Las siete temporadas fueron emitidas progresivamente en la televisión estadounidense entre el 10 de junio de 1989 y el 19 de julio de 1996.Por su parte este gobierno tiene 16 temporadas y 864 episodios. ¿Estamos hablando de algo real o ficticio? ¿La cripta se ubica en algún lugar del planeta o es virtual?  ¿Existe en el tiempo o es intemporal?
03 enero 2015 Asesinan dirigente de Primero Justicia en el Estado Falcón. 03 de enero Escaparon 16 detenidos. 04 de enero Asesinan a un PNB y a un mensajero de la DGCIM. Asesinan 5 policías entre el 9 y el 11 de enero. Álvaro Blanco Escobar policía asesinado.  25 de junio 70 policías asesinados en la Gran Caracas hasta la fecha. 16 enero  Asesinan a PNB Yorman León. 21 de enero 23 funcionarios de seguridad asesinado en tan solo 21 días de 2015 Policías, escoltas y militares. 13 de enero 800 policías asesinados desde el 2010.  13 de enero Asesinan a Efraín Ramón Montañez policía del Estado Bolívar. 14 de enero Alcides Robina López segundo policía de Mariara asesinado en este 2015. Me cansé de leer atrocidades. Ni siquiera terminé el mes de enero.  ¿La cripta está en Venezuela?  ¿La cripta nació, creció y se multiplicó en los últimos 16 años? ¿Antes del chavismo existían los pranes? ¿Antes del chavismo estaban las cárceles llenas de armas de todo calibre o se limitaban a los famosos chuzos? ¿Antes del chavismo los asaltos eran con armas de guerra, granadas?  Inflación, crisis, desabastecimiento, recesión económica, desempleo y altísima criminalidad. ¿Cuál es exactamente la herencia que deja el chavismo?  Algunos atrevidos pensadores, intelectuales, politólogos, científicos sociales afirman que la criminalidad es una Política de Estado destinada a crear un clima de terror, de miedo, de inseguridad que obligue a la clase media, sector opositor por naturaleza,  a emigrar a otros países.  Las embajadas de los países de la Unión Europea habían emitido hasta diciembre de 2014 la astronómica cantidad de un millón setecientos mil pasaportes, de los cuales existen registros de entrada a Europa de aproximadamente un millón.  Esos mismos sectores académicos afirman que buena parte de las 18.000 bandas delictivas que existen en el país, según inventario del CICPC, con unos 100.000 hombres,  están de alguna manera protegidos por el gobierno.  Su teorización incluye la idea que los siderales beneficios del narcotráfico y el secuestro han corrompido una buena parte de la estructura policial y militar y por lo tanto no existe grupo alguno que pueda oponerse estructuralmente a ese ejército de delincuentes.  Complicidad y omisión.  Las noticias bárbaras se reproducen cada día. Policías Nacionales Bolivarianos, escoltas de todo tipo, diputados, generales, coroneles, comisarios,  policías estadales, municipales, todos caen como moscas ante un envalentonado regimiento de delincuentes.  ¿Es una situación igual a la de  Medellín?  ¿Cómo pudo Medellín salir del infierno del delito? ¿Es una situación igual a la de  Río de Janeiro? ¿Parecida a la de Sinaloa?  Cada lunes antes de una reunión regular de intercambio político  entre Un Nuevo Tiempo y Avanzada Progresista soy testigo de las inmensas colas de venezolanos, fundamentalmente jóvenes, especialmente graduados universitarios, que se forman en la entrada del Consulado de España, en busca de compulsar, de registrar, de sellar los títulos, programas de estudio y certificados de grado que llevarán a España en sus sueños de revalidar sus carreras universitarias e iniciar una vida nueva. Este triste espectáculo de despedida, de adioses, se escenifica además en los consulados de Italia, Portugal, Alemania, Francia.  Hay un desangre mortal de profesionales.  Las oportunidades en Venezuela son escasas. Un sueldo de ingeniero jefe en la administración pública no supera los 20 mil bolívares mensuales que al cambio del dólar paralelo son unos 35$.  El salario mínimo en California es de 15 dólares la hora.  Dólar Today desnuda la realidad. Como me gustaría una página llamada Dólar Yesterday.  Esas historias o cuentos de la cripta tomaron cuerpo en la realidad venezolana. Los horrores se repiten cada día. Seres descuartizados.  Pobladas linchando criminales. Asesinatos de niños y ancianos. Se habla de 25.000 muertes violentas al año.  Los males se conjuran en nuestra contra. A  más de ello, de los disparates económicos, del estímulo a la inseguridad, del robo, el despilfarro y la corrupción,  el gobierno venezolano enloquece aprobando disparates diplomáticos que agreden a Guyana y Colombia y que prontamente deben ser anulados, cambiados, modificados, convirtiendo la Casa Amarilla en un fracasado circo de payasos y títeres.  No hay hueso sano en la administración pública venezolana. Que difícil tarea que le espera al próximo gobierno.  El futuro descansa en los brazos de la unidad.  Es una tarea de todos. Que nadie se quede por fuera. Que nadie sea discriminado. Que prevalezca la inclusión. Que la cripta se cierre con ellos adentro y  no se abra nunca más.

Eduardo Semtei
Cuentos de la cripta
El Nacional. Caracas, 13 de julio de 2015

Armando Durán: El delirio bélico de Nicolás Maduro

Por segunda vez este año, Venezuela acaba de retirar millardo y medio de dólares de su cuenta en el FMI. Muchos economistas señalan que esta raspada de la olla de nuestras reservas internacionales es la gota que impulsó el valor del dólar a pegar su último salto y rebasar la estratosférica barrera de los 600 bolívares por billete verde.
No se trata de un sobresalto macroeconómico pasajero, mucho menos de un artero ataque de los feroces enemigos del régimen, del pueblo y su revolución. Se trata, simplemente, de la consecuencia directa, palpable e irreparable a corto plazo, de una política, financiada por el despilfarro irresponsable de la riqueza petrolera del país, con la finalidad de compensar la destrucción sistemática del aparato productivo nacional, desarrollar una suicida economía de importaciones, apuntalar la distribución gratuita de dinero y artículos de consumo con propósitos clientelares, las dichosas misiones de beneficencia, y comprar conciencias internacionales concediendo prácticamente gratis petróleo y recursos financieros a los gobiernos “amigos” de América Latina y el Caribe.
Las secuelas más tóxicas de este disparate han sido la transformación de Pdvsa en la caja chica de Miraflores, la asfixiante escasez hasta de los productos más básicos, como alimentos y medicinas, una inflación que en los últimos 12 meses llega a más de 120% y la imposición, por parte del hampa, de un cruel toque de queda que poco a poco se ha venido propagando por todas las calles de nuestras ciudades. En muy pocas palabras, la parálisis de Venezuela y la desesperación creciente de los ciudadanos.

La génesis de esta debacle es el tránsito del presunto bolívar fuerte de Hugo Chávez al bolívar irremediablemente débil, muy débil, en la práctica sin apenas valor, de Nicolás Maduro, que a su vez tiene su origen en la distorsión ideológica del proceso político venezolano. La consecuencia de esta persistencia en el error es el derrumbe del PSUV como fuerza electoral y el rechazo abrumadoramente mayoritario a la gestión presidencial de Maduro, que según todas las encuestas, a sólo cinco meses de las elecciones de diciembre, anuncian una derrota inevitable, incluso abrumadora, de los candidatos oficialistas.
Acorralado en este callejón sin salida, más sin salida desde junio del año pasado cuando el desplome de los precios del crudo agudizaron la crisis de un régimen que lleva 16 años tratando de ocultar sus verdaderas y torcidas intenciones a punta de una infructuosa retórica socialista, antiimperialista y patriotera, Maduro ha comenzado a experimentar el temor a que su permanencia al frente del gobierno puede estar llegando a su fin. Y que si no se produce un milagro, pronto podría iniciarse la compleja restauración de la democracia en Venezuela, o el tercer gobierno del régimen chavista. De ahí que él y sus asesores, para disimular su culpa personal y no perder la Presidencia, se haya sacado de la manga el conflicto fronterizo con Guyana y nos amenace ahora con lo que sería su mayor insensatez, una aventura bélica para rescatar por la fuerza de las armas el territorio en reclamación del Esequibo y modificar, a fuerza de la exaltación ultranacionalista que la propaganda oficial ha comenzado a estimular, el actual escenario electoral. Infeliz copia al carbón de la maniobra del teniente general Leopoldo Galtieri, cuando en abril de 1982, para apaciguar las tensiones políticas y económicas que amenazaban su permanencia en la Casa Rosada, desató la Guerra de las Malvinas, pero ¡ojo, Maduro!, con un resultado contraproducente, pues lo único que consiguió con esta acción delirante fue provocar el fin del régimen militar y de su llamado Proceso de Reorganización Nacional. 


Armando Durán
El delirio bélico de Nicolás Maduro
El Nacional. Caracas, 13 de julio de 2015