martes, 14 de octubre de 2014

Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff: La espectacular decepción venezolana

CAMBRIDGE – Si no constituyera una afrenta tan grave a la libertad de expresión, el reciente berrinche del presidente Nicolás Maduro por un comentario de los economistas Ricardo Hausmann y Miguel Angel Santos sería casi divertido. Hace tiempo que Venezuela ataca al Fondo Monetario Internacional por atreverse a sugerir que tal vez sus políticas macroeconómicas no estén funcionando bien, pero ahora su presidente ataca a los académicos.
Maduro, por supuesto, dirige una importante economía exportadora de petróleo, tan pobremente administrada que su PIB per cápita actual real (ajustado por inflación) es un 2 % inferior al de 1970, a pesar de que los precios del petróleo se han multiplicado por 10 desde entonces. Hausmann y Santos tuvieron la audacia de preguntar si, después de incumplir absolutamente todos los compromisos imaginables de su deuda interna, Venezuela debe invitar a los inversores extranjeros a la fiesta y dejar también de pagarles a ellos. ¿Es una pregunta tan disparatada?
No queda claro si Maduro –quien solicitó a las autoridades venezolanas «iniciar acciones» (sin indicar de qué tipo) contra Hausmann y Santos (ambos ciudadanos venezolanos)– se ofendió más porque sugirieron el default de la deuda externa o porque presentaron una lista de todos los incumplimientos ya cometidos. Entre ellos se cuentan las deudas impagas del gobierno por importaciones de productos farmacéuticos (3,5 mil millones de dólares), atrasos en pagos de alimentos (más de 2 mil millones de dólares), y su deuda con las aerolíneas (casi 4 mil millones de dólares). La producción petrolera cayó más de la mitad desde 1997, en gran medida porque la empresa petrolera estatal incumplió reiteradamente sus pagos a proveedores y socios en empresas conjuntas.
Tanto el alcance como la magnitud de los incumplimientos internos son enormes, e implicaron significativos «recortes» (digamos, expropiaciones) de facto a los acreedores. Durante 2013-2014, la rentabilidad de la deuda interna del gobierno fue de aproximadamente el 17 %, cuando la inflación osciló entre el 55 % y el 75 %. Las tasas de interés ex post reales y negativas cercanas al 30-60 % están entre las más altas de la historia. El peso de estos «impuestos» no se limita a los bonistas; los pensionados, ahorristas y todos los acreedores del gobierno –en definitiva, quienquiera que posea un bolívar– se ven afectados.
Entonces, como preguntan Hausmann y Santos, ¿debe Venezuela declarar el default de su deuda externa, cuando la historia indica que casi todos los incumplimientos internos van de la mano de incumplimientos externos?
De hecho, dado que el gobierno ya está en mora con sus residentes en numerosos frentes, la probabilidad de un default de su deuda externa –según los datos de estudios históricos transversales entre países– es cercana a uno. Más allá de importantes consideraciones morales y de equidad, esta probabilidad evidencia por qué Hausmann y Santos hacen una pregunta tan obvia.
En nuestro libro Esta vez es distinto, documentamos la forma en que los incumplimientos internos están asociados a recesiones más profundas y duraderas (y a una mayor inflación) que los incumplimientos «puramente» externos. Si bien observamos que históricamente se han dado muchos defaults externos sin correlatos internos, lo opuesto no se verifica: casi todos los incumplimientos internos son «incumplimientos gemelos» que también afectan a los acreedores externos. ¿Será una excepción el caso venezolano?
Hausmann y Santos están en lo cierto al afirmar que la enorme dimensión del incumplimiento interno sugiere un elevado riesgo de incumplimiento externo. También están probablemente en lo cierto cuando afirman que, para la mayoría de los venezolanos, el default externo sería algo bueno. La cesación de pagos a los acreedores externos, como hemos afirmado en el pasado, es una estrategia riesgosa que debe evaluarse frente a otras opciones. Pero no pretendamos que no tiene precedentes en la historia venezolana. Desde su independencia, Venezuela incumplió los pagos de su deuda externa en bonos en 1826, 1848, 1860, 1865, 1892, 1898, 1983, 1990, 1995 y 2004.
«Ese es el motivo», como indican Hausmann y Santos, «por el cual los bonos venezolanos pagan más de 11 puntos porcentuales más que los bonos del Tesoro de EE. UU., 12 veces más que México, 4 más que Nigeria y el doble que Bolivia». Atacarlos por atreverse a impugnar la situación crediticia venezolana en 2014 se antoja un poco desconectado de la realidad presente y pasada.
La realidad relevante hoy día son las dificultades a largo plazo y la caída del nivel de vida para el ciudadano venezolano promedio. Durante los últimos 45 años, mientras el PIB real per cápita de Venezuela caía, el PIB per cápita estadounidense aproximadamente se duplicó y el chileno, casi se triplicó. Además, observadores neutrales estiman que 2014 será incluso peor para Venezuela (nada sorprendente, considerando el caos en los fundamentos de la política de ese país).
La absurda amenaza de Maduro a Hausmann y Santos huele a la búsqueda de un chivo expiatorio. Ellos no dieron un discurso político, sino una simple enumeración de hechos profundamente penosos y desagradables. Dadas la intensidad, extensión y profundización de la crisis que Venezuela enfrenta, los esfuerzos y la atención de Maduro debieran centrarse en resolver los problemas del país, más que en atacar a académicos que dan a conocer verdades incómodas.
Traducción al español por Leopoldo Gurman.



Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff
La espectacular decepción venezolana
Project Syndicate. Cambridge, 13 de octubre de 2014

Nelson Bocaranda: Runrunes 14.10.2014

ALTO

SORDIDEZ:

Sabemos ya que “por ahora” no hay ni un indicio que ligue al ex presidente Álvaro Uribe, a los paramilitares colombianos, al “imperio mismo” o a fuerzas extrañas de la oposición con el último crimen que enluta al gobierno revolucionario. Acciones criminales de robo, venganza, traición y ajuste de cuentas parecieran ser los móviles tras las acciones que con ese incidente y otros subsiguientes han sorprendido a los venezolanos de bien. Los medios, amenazados por los organismos oficiales, han sido tímidos en el cubrimiento del caso. Se junta allí además la peligrosidad de algunos de esos grupos armados que han demostrado andar por la libre y no hacerle caso al régimen que los armó para su defensa, como muchos de sus voceros lo pregonan sin rubor alguno. Paramilitares sí, pero rojos rojitos. ¿Aún? Delicada misión para los periodistas que manejan los hechos y las distintas hipótesis que han surgido y siguen surgiendo sobre las muchas muertes “revolucionarias” que -en algunos casos específicos- tienen hilos en común. Un trabajo de investigación en www.runrun.es aporta claves para entender esos casos: “Cada vez más asesinatos se van sumando a un mismo círculo amistoso, laboral y político. Aunque el Cicpc asegura que no están vinculados los casos de Alexis Barreto (2012), Juan Montoya (febrero 2014), Robert Serra y María Herrera (1ro de octubre 2014) y los cinco muertos de Quinta Crespo (7 de octubre 2014), la historia de sus vidas indica lo contrario”.
Ayer el colega Eduardo Semtei en su crónica semanal que colgamos en el portal también dio luces sobre el momento que vive nuestra sociedad. Reproduzco un segmento como un valioso aporte para no caer en provocaciones e ir a las claves del drama nacional: “Hoy por hoy nadie está a salvo. 2004, Danilo Anderson. Clásico asesinato mafioso. Fiscal estrella. No tenía guardaespaldas. Impune. 2012 cae asesinado el secretario general del Cicpc. Ramón Lisandro Maldonado Quintero. El tercer hombre más importante del cuerpo de investigaciones élite de Venezuela. Curiosamente no tenía guardaespaldas. Impune. 2012 cae asesinado el ex subdirector de la Dirección de Inteligencia Militar. Wilmer Moreno. General del Ejército. El segundo hombre más importante de la seguridad, inteligencia y contrainteligencia militar. No tenía guardaespaldas. Impune. 2014 cae asesinado el ex director de la Disip y presidente del Concejo Municipal de Libertador, Eliécer Otaiza. Experto en ciencias y artes militares. Entrenado para el combate. Curiosamente no tenía guardaespaldas. 2012 cae asesinado el ex gobernador de Apure. Jesús Aguilarte. Militar. Cercano al presidente Chávez. Curiosamente no tenía guardaespaldas. Impune. 2014 cae asesinado Robert Serra. Diputado a la Asamblea Nacional. Un crimen atroz. Curiosamente no tenía guardaespaldas. Controversial. Son seis figuras emblemáticas, altos funcionarios. Cargos que se suponen rodeados de seguridad. Inalcanzables figuras para la mayoría de los mortales. Posiciones públicas que gozan de privilegios armados ajenos a la inmensa mayoría de los venezolanos. Son seis casos sorprendentes. Así como registramos tales muertes dentro de las filas del gobierno, tenemos de sobra ejemplos en la oposición. Esos, cómo abundan. Alcaldes, médicos, diputados, sacerdotes, profesores universitarios, reinas de belleza, artistas, pintores, músicos. El crimen no diferencia, no pide identificación, no reconoce colores y mucho menos ideologías. Su credo es un arma escupiendo plomo. No es tiempo de reclamos subalternos y muchísimo menos de beneficios marginales y de carroña. Venezuela reclama una acción conjunta. Todos sus ciudadanos afiliados a una misma causa. Todas las policías, nacionales, estadales y municipales, actuando en coordinación. Un plan integrador. Unitario. Para esto es el diálogo. Conversar para buscar una solución de conjunto, un plan único es inversamente proporcional al número de muertos, de crímenes. Mientras más nos alejemos de un programa nacional, más cadáveres poblarán nuestros pueblos y ciudades. Ojalá nunca llegue a justificarse el grito: ¡Sálvese quien pueda!”.
Es un alerta que debemos escuchar todos y más aún el gobierno que debe garantizarnos la vida a todos los venezolanos -armados y protegidos e inermes e indefensos por igual- como establece la tan nombrada y mentada Constitución de 1999.

MEDIO

OMAR LARES: 

 
64 años de su columna de todos los jueves y 46 de su dominical “Sprit” significan mucho para el periodismo que este trujillano ejerció con maestría en el área de la crónica deportiva, noticiosa, política y de la farándula local global. Un verdadero príncipe de la amistad; católico ferviente, de misa dominical, como buen salesiano orgulloso de su formación; viajero perenne por todo el mundo; orgulloso de acercarse a personajes tan variados que iban de Pinochet a Sofía Loren pasando por César Girón y Alfonso Chico Carrasquel; permanente y acertado cronista del béisbol venezolano y de las Grandes Ligas y cumplidor semanal de sus compromisos con este diario. Amén de jactarse ser amigo de las más bellas mujeres de nuestra tierra y otros “lares” cuyas fotos siempre se lo recordaban. Maestro de muchos periodistas deportivos de El Universal y conversador permanente con los colegas de la redacción con los que compartió hasta el viernes pasado. Humilde y solidario como escribió uno de sus colegas de deportes.  No deja de llamar la atención una premonitoria línea con la que cerró un segmento de su última  Sprit: “¿Tendrá este pueblo, ahora, la sensatez que no ha registrado desde la sangrienta fase gomecista? Yo estaré en La Guairita y Venezuela no se habrá aprendido la lección. Apuéstenlo”. Fue en ese camposanto donde ayer lo despedimos. Descanse en paz. Honor a quien honor merece…
 

BAJO

 ROJOPINTAS: 

Con la excusa de “fumigar por el peligro de dengue y chikungunya” varias oficinas de MinDefensa fueron desalojadas por dos días y un  fin de semana. La verdadera razón fue la de colocar unos sofisticados micrófonos rusos adquiridos por la inteligencia cubana para espiar las conversas entre efectivos militares venezolanos. Trampas y tentaciones con patriotas cooperantes están por venir. Como ocurrió con Saleh…Conatel está solicitando a las cableras que ubiquen tres nuevos canales en su parrilla -a desmedro de otros ya establecidos y contratados- de Rusia, Irán y Cina “para culturizar a nuestro pueblo revolucionario”. Mientras tanto desde Cadivi, Sicad, Cencoex y Sundee han venido asfixiando a esas empresas así como a las proveedoras de Internet al no otorgarles dólares para mantenimiento, equipos nuevos, infraestructura y dispositivos. Con ello el acceso a la banda ancha se ha deteriorado de tal forma que hoy somos uno de los países con más baja velocidad de conexión a la Web… ¿Hicieron pruebas de sangre a los últimos  detenidos? ¿Qué encontraron?.

Nelson Bocaranda
Runrunes 14.10.2014
Runrún.es. Caracas, 14 de octubre de 2014