Estamos ante los intentos de la más feroz estafa de los charlatanes de la traición. Solo falta que de entre los pliegues de los ropajes con que vistieran en La Habana al muñeco de cera aparezca un testamento póstumo pidiendo disculpas por estos 14 años de devastación y desastres, distanciándose de los Castro y recordando con emoción los tiempos en que atravesaba desde el Palacio Blanco presentándose en Miraflores taconeando con una caja de chocolates para el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
El doctor Dieterich protagoniza el colmo de la taumaturgia: después de inducir la gangrena de las extremidades y servir el instrumentario ideológico para amputarle las piernas a la economía venezolana, recomienda mandar los restos a un quiropedista para que le quiten los callos, le corten las uñas y le calcen las medias. Y en su afán por corregir sus dislates de ideólogo marxista in partibus infidelis y recaudar fondos para comprarles zapatos de marca sugiere cortar por lo sano y entrarle sin melindres al neoliberalismo salvaje. Lo dice sacudido por la autopsia que acaba de llevar a cabo su exsocio de taumaturgias, Jorge Giordani, el monje loco. Quien en un arranque de insólito arreglo de cuentas consigo mismo se desmarca del proceso, denuncia la traición consumada por el heredero con quien lo sacara de un Metrobús para llevarlo a la Presidencia de la República y herido en su impenitente corazón de asceta sobreviviente al incendio de Sodoma reconoce la imposibilidad de seguir tolerando tanta corrupción, tanto saqueo, tanta criminalidad en Gomorra. Lleva veinte años nadando entre los tiburones del mar Muerto para venir a ahogarse a las orillas de los peces gordos de Diosdado Cabello.
Sería simplemente ridículo si no mediaran un cuarto de millón de asesinatos, la dilapidación, saqueo y robo de 3 trillones de dólares, la devastación literal de la economía nacional y el cataclismo en que borbotea en sangre la llamada revolución bolivariana –Chavez dixit–. Por no hablar del socialismo del siglo XXI, el mentolatum que nuestro charlatán germano mexicano ofrece en las ferias y congresos de la trasnochada izquierda socialista latinoamericana –que en su país de origen no lo conocen ni existen tales izquierdas– un galimatías que el hoy furibundo converso neoliberal se sacara de la chistera académica a cambio de suculentas recompensas para darle alguna consistencia a la clásica revolución venezolana caudillesca y autocrática puesta en pie gracias a las fuerzas armadas, el mundo académico, la clase política y, last but not least, según publica Casto Ocando en su última obra, el discreto encanto de la CIA.
En una de las tantas entrevistas en que se muestra de cuerpo entero, ora tocado con un extravagantes sombrero de pistolero de la noche de san Valentín, ora con un abrigo de costosas pieles, trajes a rayas cortados a la medida y pañuelos de seda, con todo lo cual más parece representante de una nudista internacional que un pensador de Treveris, ha sostenido sin que se le remueva el maquillaje que Venezuela debe volver a las mismas fórmulas neoliberales que intentara poner en acción en 1989 Carlos Andrés Pérez, provocando la reacción del establecimiento político, alebrestando al golpismo, provocando motines y saqueos y despertando al monstruo dormido de la barbarie venezolana. Al que corrió a asesorar.
Digamos: que las razones que indujeran al sangriento golpe de Estado del 4 de febrero, montaran al caudillo en la cresta de la ola y le permitieran surfear hasta asaltar el poder y pretender imponer el funambulesco proyecto del doctor Dieterich, son esgrimidas ahora por quien asesoró al golpista para que su heredero se baje de la carreta y vuelva a montarse en el jet del neoliberalismo.
Lo insólito es que lo afirma con el mismo desparpajo que podría haber exhibido Himmler, el amo del Holocausto, recomendando, ya en las postrimerías del Tercer Reich y muerto Hitler, volver a las prácticas del judío Rathenau, exitoso canciller de la democracia de Weimar, asesinado el 24 de junio de 1922 en Berlín por los nazis a pocos meses de haber asumido el gobierno, meter debajo de las alfombras de la Cancillería las cenizas de los 6 millones de judíos cremados y sacarse una foto con Golda Meier frente a la sinagoga de Varsovia y con Churchill frente a su despacho de Downing Street. Borrón y cuenta nueva y aquí no ha pasado nada.
Estamos ante los intentos de la más feroz estafa de la traición. Solo falta que de entre los pliegues de los ropajes con que vistieran en La Habana al muñeco de cera aparezca un testamento póstumo pidiendo disculpas por estos 14 años de devastación y desastres, distanciándose de los Castro y recordando con emoción los tiempos en que atravesaba desde el Palacio Blanco presentándose en Miraflores con una caja de chocolates para el entonces presidente Carlos Andrés Pérez.
Cosas verdes, Sancho…
@sangarccs
Antonio Sánchez García
Dieterich, el charlatán de feria
El Nacional. Caracas, 24 de junio de 2014
martes, 24 de junio de 2014
Roberto Giusti: La melcocha de Maduro
Un aspecto de la carta de Jorge Giordani que, pese a su obviedad, ha pasado bajo de la mesa, es la seguridad con la cual el distinguido profesor ha zanjado las dramáticas diferencias entre el Hugo Chávez que se fue y el Nicolás Maduro que se quedó.
A su juicio, se trata del inmenso vacío de poder que la desvaída figura emergente no ha podido llenar ni por asomo. Pero además de la hiel que destila un análisis cuya formalidad académica disimula muy mal el resentimiento y el desprecio, Giordani advierte que Chávez resolvía, antes que posponer, los problemas planteados por la coyuntura porque estaba claro en la estrategia y en los objetivos supremos de la revolución. Y los resolvía porque además de consultarlos con él, su maestro y mentor, controlaba todos los hilos del poder, de manera que nadie, ni civil ni militar, llegaba a pensar, no se diga, a desafiar, unas órdenes que, a veces no y otras veces tampoco, llegaban a materializarse por incapacidad de los ejecutantes, porque se perdían en el laberinto de la burocracia y la corrupción o porque simplemente eran irrealizables.
Como contrapartida ahora tenemos a un Maduro que perdió la brújula porque en vez de confirmar las líneas maestras y definir con él, sumo sacerdote del culto chavista, la táctica que el momento actual exige, se ha echado en brazos de los asesores franceses en medio del relajo, el desenfreno y el derroche. Pero no se trata sólo de eso, que ya es bastante, sino que estamos ante un tipo irresoluto, debatiéndose entre facciones separadas por los más mezquinos intereses e incapaz, no digamos de tomar decisiones, aun cuando sean equivocadas, sino de escuchar a unos y otros y al final echar para adelante, para luego echar para atrás, mientras el país se va por el sumidero.
Conclusión
Tal aberración y dispendio de tan extraordinaria suma de poder heredados por Maduro ha puesto en entredicho el futuro inmediato de la revolución, única conclusión que uno podría compartir con Giordani, porque si bien es cierto que Chávez mandaba con seguridad y sin titubeos (y ya dijimos que con muy poca concreción), fueron sus erráticas, caprichosas y equivocadas decisiones las que nos colocaron al borde del colapso. Y si Giordani influía de manera tan determinante en el desarrollo del "proceso", entonces Maduro hizo bien en defenestrarlo.
La mala noticia es que el sacrificio de Giordani no implica un cambio radical del modelo chavista, si podemos llamar así a esa melcocha amorfa y caótica con la que el heredero no sabe qué hacer.
@rgiustia
A su juicio, se trata del inmenso vacío de poder que la desvaída figura emergente no ha podido llenar ni por asomo. Pero además de la hiel que destila un análisis cuya formalidad académica disimula muy mal el resentimiento y el desprecio, Giordani advierte que Chávez resolvía, antes que posponer, los problemas planteados por la coyuntura porque estaba claro en la estrategia y en los objetivos supremos de la revolución. Y los resolvía porque además de consultarlos con él, su maestro y mentor, controlaba todos los hilos del poder, de manera que nadie, ni civil ni militar, llegaba a pensar, no se diga, a desafiar, unas órdenes que, a veces no y otras veces tampoco, llegaban a materializarse por incapacidad de los ejecutantes, porque se perdían en el laberinto de la burocracia y la corrupción o porque simplemente eran irrealizables.
Como contrapartida ahora tenemos a un Maduro que perdió la brújula porque en vez de confirmar las líneas maestras y definir con él, sumo sacerdote del culto chavista, la táctica que el momento actual exige, se ha echado en brazos de los asesores franceses en medio del relajo, el desenfreno y el derroche. Pero no se trata sólo de eso, que ya es bastante, sino que estamos ante un tipo irresoluto, debatiéndose entre facciones separadas por los más mezquinos intereses e incapaz, no digamos de tomar decisiones, aun cuando sean equivocadas, sino de escuchar a unos y otros y al final echar para adelante, para luego echar para atrás, mientras el país se va por el sumidero.
Conclusión
Tal aberración y dispendio de tan extraordinaria suma de poder heredados por Maduro ha puesto en entredicho el futuro inmediato de la revolución, única conclusión que uno podría compartir con Giordani, porque si bien es cierto que Chávez mandaba con seguridad y sin titubeos (y ya dijimos que con muy poca concreción), fueron sus erráticas, caprichosas y equivocadas decisiones las que nos colocaron al borde del colapso. Y si Giordani influía de manera tan determinante en el desarrollo del "proceso", entonces Maduro hizo bien en defenestrarlo.
La mala noticia es que el sacrificio de Giordani no implica un cambio radical del modelo chavista, si podemos llamar así a esa melcocha amorfa y caótica con la que el heredero no sabe qué hacer.
@rgiustia
Roberto Giusti
La melcocha de Maduro
El Universal. Caracas, 24 de junio de 2014
Carlos Raúl Hernandez: Nota sobre la muerte de Ramón J. Velásquez
“…ese conspirador de la bondad”
Le escuché esa expresión a Reinaldo Leandro Mora, otro gran ser humano. Ramón J. Velásquez en el Senado, armado de su sonrisa, hablaba con los parlamentarios para resolver problemas de gente que no estaba ahí y le había pedido algún favor. Al tiempo, daba su opinión y por ende influía en los debates parlamentarios sin ser protagonista, con su invaluable sabiduría y sentido de la realidad. Jefes políticos importantes, directamente le consultaban para decisiones de envergadura. Leandro observaba desde la Presidencia del Senado los movimientos conspirativos de su amigo y los grupitos que se formaban a su alrededor. En esos intercambios, Ramón J. aconsejaba sin que los interlocutores se dieran cuenta. “Lo que nunca le daría a un amigo es un consejo” me dijo varias veces a lo largo de muchos años de amistad… “simplemente le explico, a quien me lo solicita, lo que yo haría en sus circunstancias”.
Y su criterio venía con la densidad de un incomparable conocimiento de la historia venezolana, su experiencia sin límites por haber participado en casi todos los acontecimientos importantes desde 1945. Varios de sus libros son esenciales para comprender la marcha del país porque, aparte de la erudición historiográfica, no son descripciones externas de los procesos analizados, sino que parecía que la ouija había hecho que el espíritu del personaje que estudiaba se posesionara del autor. No existe una versión más existencial, profunda y creíble de Gómez que sus Confidencias imaginarias, ni un estudio con mayores cualidades cinematográficas sobre Antonio Paredes que La caída del liberalismo amarillo.
Su amor por documentar las ideas, los debates, el nacimiento y desarrollo de los movimientos políticos, lo hacen emprender y culminar tres investigaciones documentales de dimensión monumental: el Pensamiento político venezolano del siglo XIX, Pensamiento político venezolano del siglo XX, y la Memoria del Congreso pensamiento político latinoamericano de 1983, para que se sumergen quienes quieren conocer la formación del Estado y la sociedad venezolanos, y los debates en el continente. Difícil que se pueda investigar sobre esos asuntos sin recurrir a tales océanos de información, concebidos, planificados y ejecutados en equipo por la inteligencia de Velásquez.
Su larga y fulgurante carrera política que comenzó asumiendo la democracia en época de dictaduras, al lado de Rómulo Betancourt, lo llevó a la cárcel por haber publicado con su entrañable amigo José Agustín Catalá, y Simón Alberto Consalvi, El libro negro de la dictadura de Pérez Jiménez. Secretario de la Presidencia en plena lucha armada, Betancourt lo designó en el cargo para mantener un puente de diálogo con los dirigentes de izquierda, a los que adversaba con humanidad y respeto. Fundó la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado en el período de Lusinchi, la chispa que encendió el cambio económico y político en el país y que lamentablemente se malogró.
Pero más allá de todos esos extraordinarios aportes que ningún venezolano de siglo XX iguala, porque cubren territorios tan variados como la academia, la política y la administración, nos abandona un ser humano como muy pocos. Los intensos siete meses que ocupó la presidencia, – Vallejo escribió “como me duele el pelo al columbrar los siglos semanales”- en medio de la terrible crisis política que solo él podía enfrentar, cada semana era realmente un siglo. Una vez, cuando me despedía de una reunión con él, me dijo: “cualquier noche vienen unos alzados y amanezco amarrado a esta silla”. Fue héroe sin heroísmos fatuos.
Un verdadero conspirador de la bondad, del que nadie recibió un agravio y sí, todo el que lo conoció, un favor, un estímulo o un gesto de amistad. Es tal vez la única persona –junto con Carlos Rangel- con la que siempre conté en los peores momentos y con la que contraje una deuda de amistad que jamás pude pagar. Mi abrazo fuerte a sus familiares y amigos. En la Iglesia de San Patricio, Dublín, duermen las cenizas de Jonathan Swift, otro conocedor profundo del alma y que igual pasó por los pantanos sin tocar el lodo. Su epitafio dice “Se fue donde el espectáculo de la maldad y la necedad humana ya no lograrán desgarrarlo. Ve allí viajero, si puedes, e imita a este infatigable luchador por la libertad”.
Carlos Raúl Hernández
Nota sobre la muerte de Ramón J. Velásquez
Dossier 33. Caracas, 24 de junio de 2014
Nelson Bocaranda Sardi. RUNRUNES. PS-¿UNIDO?-V
PS-¿UNIDO?-V. El III Congreso provoca duros movimientos desde varios flancos a lo interno amén de las especulaciones desde lo externo. Si no se garantiza unidad y se evitan las confrontaciones podrían mover la fecha para el 2015 pues las declaraciones de muchos dirigentes, las respuestas de otros y la renuncia dramatizada de Giordani han atizado la hoguera de las vanidades, entusiasmado egos y provocado discrepancias ya del conocimiento público. Militares y civiles en cargos públicos se han quejado porque no los han llamado a ser delegados. Hasta el nombre de la hija mayor del fallecido presidente, María Gabriela, comienza a sonar lo que para algunos es incómodo y a otros les crea temores de cuál sería su participación, a qué grupo apoyaría o que cuestionamientos hará. Las discrepancias afloran día tras día. En Carabobo el diputado Saúl Ortega contra el gobernador Francisco Ameliach. En Vargas el diputado Saúl Vera contra el gobernador García Carneiro. ¿Con quienes se alinearán -individualmente o en grupo- Vielma Mora, Arias Cárdenas, Blanco La Cruz y Castro Soteldo? ¿Y Rangel Gómez? Los desplazamientos por el país para reuniones urgentes son indicio de la angustia reinante...
MEDIO
LOS CHULETES. Copio del diario El Confidencial la nota siguiente: "La Facultad de Ciencias Políticas del Campus de Somosaguas de la Universidad Complutense vio nacer el movimiento Podemos en 2008 en torno a un grupo de profesores entre los que destacaban Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Íñigo Errejón. Hoy, 6 años después, los muros que de la Facultad son buena muestra de lo que se lleva vivido allí. Defendidos por unos, criticados por otros -hay departamentos que atacan el 'adoctrinamiento' de este grupo a los alumnos- las paredes de los edificios y las salas de la Facultad son buena muestra del ambiente en el que se estudia. Es difícil encontrar una pared sin un eslogan, y hasta los microondas son usados para los mensajes contra quienes comen carne". Estos profesores son los que embelesaron a Chávez recién se inició el paso a la Constituyente de 1999. Sus tertulias con el caudillo le dejaban a éste la sensación de que sería el responsable de restituir a nivel mundial el fracasado comunismo de la Unión Soviética. Los escritos y resúmenes de libros que le daban a Chávez estaban todos dentro de la misma tónica de lo que fue modelo para Monedero: la Republica Democrática Alemana, dictadura comunista de la URSS bajo el mando de Erich Honecker, entre otros, y que la película "La vida de los otros" retrata en todo su apogeo anti-libertad. A través de CEPS recaudaron 3.7 millones de Euros para su partido Podemos como bien ha quedado claro en los medios españoles. No debe sorprendernos que Giordani y Jaua apadrinaran a los españolitos rojitos. Por cierto que el gobierno de Maduro -que ha debutado en la escena global con la represión más grande conocida después de las dictaduras militares del Sur- debería conocer lo que son los planteamientos de los dirigentes de Podemos a través de los grafitis que riegan por España, Francia, Bélgica y otros países vecinos. Coinciden algunos con las posiciones de los estudiantes venezolanos que han sufrido atropellos, prisión, tortura y muerte. Algunos son estos: "Ni ejército, ni policía, ni autoridad. Auto organización y acción directa", "La barricada cierra la calle pero abre el camino", "Muerte al Estado", "La lucha es el camino", "Viva la República", "Contra toda autoridad" y "Lucha sin líderes". En los comedores pintan frases contra la industrialización alimenticia: "Carne es asesinato" y "Piensa en lo que comes". Otro artículo de prensa resume el perfil de Iglesias así: "Friki, aliado de Ahmadineyad, estalinista, filoetarra, líder de un partido financiado por Venezuela que te quitará un piso si tienes dos y, lo que es peor, comprador habitual de ropa en Alcampo... Tras los comicios, la pregunta inicial acerca de las causas del éxito, ha sido reemplazada por insistentes advertencias acerca del mundo peligroso en que nos sumergeríamos si gobernasen". En febrero pasado el Monedero de la izquierda radical pidió "un tribunal popular para juzgar al fascista Vargas Llosa", "el encausamiento del Rey" y "la apertura de una causa general contra la transición". Con Giordani los diletantes de la Cortina de Hierro sentían que Venezuela sería el experimento "exitoso" a copiar. ¿Entenderemos por fin ahora que algunos rojos todavía insisten en dar un paso al frente del precipicio?. No aprendemos...
BAJO
ROJOPINTAS. Vladimir Villegas es fuerte candidato a rector del CNE... Agentes del CICPC, encargados de las pesquisas tras el asesinato del empresario alemán Cristophorns Wilhelm Deuts Keuters cuando entraba al Eurobuilding, dejaron saber a sus colegas que participan en las investigaciones que la camioneta blindada sin placas es de PDVSA y que la custodia del alemán estaba a cargo del departamento de seguridad de la petrolera. El difunto había realizado varios negocios desde 2013 y aquí firmaría otros. Sin embargo, pareciera que fue una banda que acostumbrada a seguir a los pasajeros que llegaban y que no se percataron de que una moto lo escoltaba... El semanario La Razón en su columna Carrusel de Luis Felipe Colina pone el dedo en la llaga en la conducción que de la información oficial hace la ministra Delcy Rodríguez. Cita su animadversión contra el presidente de Últimas Noticias, Héctor Dávila, pues "no me hace caso y solo obedece a Diosdado" y contra Díaz Rangel y José Vicente así como contra otros encargados de medios controlados por ellos. Otros columnistas presentan -como es habitual por estos días- en la misma edición denuncias contra varios personajes del régimen... Quien recibe el informe me escribe indignado: "600 contenedores con $6 millones en alimentos para animales importados por Agropatria en octubre pasado, aparecieron en la aduana de Puerto Cabello totalmente podridos. Una vez mas no hay responsables ni sanción alguna... La declaración del ex alcalde Juan Barreto a Carlos Croes en Televen no tiene desperdicio: "Fíjate, cuando yo estuve en esta función de alcalde, lo primero que yo quise hacer fue destruir la Alcaldía Metropolitana y no me dejaron"; "Acuérdate tú que yo llamaba a una cosa que llamaban la Constituyente Metropolitana y el CNE me dijo que eso no se podía. Y yo no quise repetir, no quise repetir porque yo pensaba que mi función era recuperar esa instancia para el proceso y luego liquidarla pues ya estaba hecha". A confesión de parte relevo de "El Guaire navegable y potable"...
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@nelsonbocaranda
Nelson Bocaranda Sardi
RUNRUNES
PS-¿UNIDO?-V
El Universal. Caracas, 24 de junio de 2014
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