sábado, 3 de mayo de 2014

Mario Vargas Llosa: Los estudiantes

Los estudiantes
MARIO VARGAS LLOSA
El País. Madrid, 4 de mayo de 2014

La más importante batalla por la libertad se está dando en las calles de Venezuela y no es justo que los jóvenes, que la lideran, no obtengan el apoyo de Gobiernos y organizaciones democráticas

Las palabras también se gastan con el uso. Libertad, democracia, derechos humanos, solidaridad, vienen a nuestros labios a menudo y no quieren decir ya casi nada porque las utilizamos para decir tantas cosas o tan pocas que se desvalorizan y afantasman al extremo de convertirse en meros ruidos. Pero, de pronto, unas circunstancias sociales y políticas las recargan de contenido y de verdad, las impregnan de sentimiento y de razón y es como si resucitaran y expresaran de nuevo el sentir de todo un pueblo.
Es lo que vivo en estos días, en Venezuela, escuchando a dirigentes estudiantiles y líderes de oposición, a hombres y mujeres comunes y corrientes que nunca antes hicieron política y ahora la hacen, jugándose los trabajos, la tranquilidad, la libertad y hasta la vida, impelidos por la conciencia de que, si no hay un sobresalto nacional democrático que lo despierte y movilice, su país se va a la ruina, a una dictadura totalitaria y a la peor catástrofe económica de toda su historia.
Aunque el proceso viene de atrás —las últimas elecciones han visto crecer de manera gradual la oposición al régimen chavista—, el cambio cualitativo tuvo lugar a comienzos de febrero de este año, en San Cristóbal, Estado de Táchira, cuando un intento de violación de una joven en la Universidad de los Andes llevó a los estudiantes a convocar una gran marcha contra la inseguridad, la falta de alimentos, los secuestros, los desmanes de los sicarios y la sistemática restricción de las libertades ciudadanas. El régimen decidió aplicar la mano dura. La Guardia Nacional y las fuerzas paramilitares —individuos armados con pistolas, cuchillos y garrotes, montados en motos y con las caras cubiertas— atacaron a los estudiantes, los golpearon y abalearon, matando a varios de ellos. A las decenas de detenidos los llevaron a cuarteles alejados donde fueron torturados con picanas eléctricas, golpes, sodomizados con palos y fusiles y las muchachas violadas.
La ferocidad represiva resultó contraproducente. La movilización estudiantil se extendió por todo el país y en todas las ciudades y pueblos de Venezuela gigantescas manifestaciones populares expresaron su repudio del régimen y su solidaridad con las víctimas. Por doquier se levantaron barricadas y el país entero pareció vivir un despertar libertario. Los 500 abogados voluntarios que han constituido el Foro Penal Venezolano, para defender a los detenidos y denunciar los asesinatos, desapariciones y torturas, han elaborado un informe que documenta con lujo de detalles el salvajismo con que los herederos del comandante Chávez tratan de hacer frente a esta formidable movilización que ha cambiado la correlación de fuerzas en Venezuela, atrayendo a las filas de la oposición a una inequívoca mayoría de venezolanos.

Maduro fracasará si intenta aplastar el movimiento estudiantil con un baño de sangre

Mi impresión es que este movimiento es indetenible y que, incluso si Maduro y sus cómplices tratan de aplastarlo con un baño de sangre, fracasarán y la matanza solo servirá para acelerar su caída. La libertad ha ganado las calles de la tierra del verdadero Bolívar (no la caricatura que hizo de él el chavismo) y el pregonado “socialismo del siglo veintiuno” está herido de muerte.
Mientras más pronto se vaya, será mejor para Venezuela y para América Latina. La manera como el régimen, en su empeño frenético de colectivizar y estatizar la nación, ha empobrecido y destruido a uno de los países potencialmente más ricos del mundo, quedará como un caso emblemático de los desvaríos a que puede conducir la ceguera ideológica en nuestro tiempo. Además de tener la inflación más alta del mundo, Venezuela es el país de menor crecimiento en todo el continente, el más violento, y en el que la asfixia burocrática se reproduce más rápido al extremo de mantener en la parálisis casi total a la administración pública. El régimen de controles, precios “justos”, intervencionismo estatal, ha vaciado todos los almacenes y mercados de productos, y el mercado negro y el contrabando han alcanzado extremos de vértigo. La corrupción es el único rubro en el que el país progresa a pasos de gigante.
Desconcertado por la movilización popular encabezada por los estudiantes que no consigue aplastar mediante la represión, el Gobierno de Maduro, con la complicidad de los países del Alba, trata de ganar tiempo, abriendo unos diálogos de paz. La oposición ha hecho bien acudiendo a ellos, pero sin desmovilizarse y exigiendo, en prueba de buena fe gubernamental, por lo menos la liberación de los presos políticos, empezando por la de Leopoldo López, a quien, encarcelándolo, ha convertido, según todas las últimas encuestas, junto con María Corina Machado, en el líder político más popular de Venezuela. He conocido a su madre y a su esposa, dos mujeres admirables, que enfrentan con coraje fuera de lo común el hostigamiento de que son víctimas por estar en la vanguardia de la batalla pacífica que da la oposición por impedir la desaparición de los últimos resquicios de libertad que aún quedan en Venezuela.
Pero quisiera subrayar una vez más el papel principalísimo que juegan los estudiantes en la gran gesta libertaria que vive Venezuela. La chavista debe ser la única revolución en su historia que se las arregló para, desde el principio, merecer la hostilidad casi generalizada de los intelectuales, escritores y artistas, así como la de los estudiantes, que, en este caso, dieron mucha más muestra de lucidez y olfato político que, en el pasado, sus congéneres latinoamericanos.

Encarcelar a Leopoldo López le ha convertido en el líder político más popular del país

Es estimulante y rejuvenecedor ver que el idealismo, la generosidad, el desprendimiento, el amor a la verdad, el coraje están tan vivos entre la juventud venezolana. Quienes, frustrados por la inanidad de las luchas políticas en sus países de democracia adocenada y rutinaria, se vuelven cínicos, desprecian la política y optan por la filosofía de “lo peor es lo mejor”, deberían darse una vuelta por las guarimbas venezolanas, por ejemplo, aquella de la avenida Francisco de Miranda, en el centro de Caracas, donde muchachos y muchachas conviven ya desde hace varias semanas, organizando conferencias, debates, seminarios, explicando a los transeúntes sus proyectos y anhelos para la futura Venezuela, cuando la libertad y la legalidad retornen y el país despierte de la pesadilla que vive hace quince años.
Quienes han llegado a la deprimente conclusión de que la política es un quehacer inmundo, de mediocres y ladrones, y que por lo tanto hay que darle la espalda, vengan a Venezuela y, hablando, oyendo y aprendiendo de estos jóvenes, comprobarán que la acción política puede ser también noble y altruista, una manera de enfrentarse a la barbarie y derrotarla, de trabajar por la paz, la convivencia, la justicia y la libertad, sin pegar tiros ni poner bombas, con razones y palabras, como hacen los filósofos y los poetas, y creando cada día gestos, espectáculos, ideas, como hacen los artistas, que conmuevan y eduquen a los otros y los embarquen en la empresa libertaria. Cientos de miles, millones de jóvenes venezolanos están dando en estos días a América Latina y al mundo entero un ejemplo de que nadie debe renunciar a la esperanza, de que un país, no importa cuán profundo sea el abismo en el que la demagogia y la ideología lo han precipitado, siempre puede salir de esa trampa y redimirse.
Algunos de estos jóvenes han pasado ya por la cárcel y sufrido torturas, y algunos de ellos pueden morir, como los cerca de cincuenta compañeros que han perdido ya la vida en manos de los asesinos con capuchas con que pretende acallarlos Maduro. No los silenciarán, pero no es justo que estén tan solos, que los Gobiernos y las organizaciones democráticas no los apoyen y más bien, a veces, hagan causa común con sus verdugos. Porque la más importante batalla por la libertad de nuestros días se da en las calles de Venezuela y tiene un rostro juvenil.

Manuel Malaver: La olla podrida de Rodríguez Torres

La olla podrida de Rodríguez Torres
MANUEL MALAVER
Diario de Caracas. Caracas, 3 de mayo de 2014

Cualquiera cosa podría esperarse de Rodríguez Torres: menos que ponga un poco de cuidado o decencia en las acusaciones contra personas que, seguramente, hace meses no sabía que existían y mucho menos que eran políticos. El general sancochero definitivamente está contra la pared y todo porque apenas asumió el ministerio del Interior y Justicia, le explotó en la cara la más grande crisis política sufrida por el chavismo y el postchavismo en los años que tienen de historia infame.
Tenía una sola forma de arreglarla, y era tendiendo puentes hacia una oposición que, en cualquiera de sus versiones, iba a salir a cobrarle cuentas a un régimen que se derrumba y sigue derrumbando.

Pero el amigo del “Boyaco” -aquel narcotraficante colombiano que se le escapó de la DISIP en el 2005 en un BMW-, prefirió salir a matar estudiantes y a torturar niños, pasando a la historia como un criminal que dejó para la galería a Nereo Pacheco y Pedro Estrada.

Durante los tiempos del general sancochero en el MIJ, en efecto, han sucedido en Venezuela los crímenes más horrendos perpetrados por bandas del hampa común y del gobierno, como pueden ser los de Mónica Spear y Eliécer Otaiza, los de Geraldine Moreno y Génesis Carmona.

Y Rodríguez Torres tan tranquilo, inventando ollas, ollas apestosamente podridas, condimentadas de “lo obvio”, como si fuera posible que personas que hacen vida política y comunicacional para el día a día y a la vista de todo el mundo, estuvieran conspirando.

Conspirando están los malandros que mataron a Otaiza, o los Guardias Nacionales que asesinan estudiantes, o los “Paramilitares” que siembran el terror en calles, urbanizaciones y barrios del país para que estos generaluchos simulen que sirven para algo.

Sobre todo Rodríguez Torres que, desde que está en el ministerio, no ha detenido ni a un carterista.

Por Manuel Malaver / @MMalaverM

Ramón Guillermo Aveledo: Sal y agua

Sal y agua
RAMÓN GUILLERMO AVELEDO
Globovisión. 2 de mayo de 2014

Con el aumento del 30% el salario mínimo alcanza Bs. 4.251, pero para el Cenda la Canasta Alimentaria Familiar llegó en marzo a Bs. 9.986,67, o sea, más del doble; y la Canasta Básica cuadruplica el salario mínimo aumentado al montar Bs. 17.572,50.

Los datos oficiales del Banco Central y el INE, vestidos del lenguaje de la “guerra económica” y otras consignas y siempre más conservador que el Cenda, ubicó la inflación anual de 2013 en 56.3% y estimaba que “antes de finalizar el primer trimestre (de 2014) las medidas tomadas impactarán positivamente la estabilidad de los precios y la escasez”. No ha sido así. El índice de escasez, del propio BCV sigue en ascenso.

El incremento en el salario mínimo una noticia bienvenida por quienes lo reciben y considerado “moderado y razonable” por Fedecámaras, pero se refiere a un síntoma de la enfermedad de nuestra economía y no a la enfermedad en sí misma. La pérdida de poder adquisitivo del salario se ataca en sus causas. Producimos menos, importamos más y no hay suficientes divisas para importar, por lo tanto escasean los productos y aumentan los precios. Al tener el público un poco más de dinero para comprar, aunque su aumento sea la mitad de la inflación hasta ahora, aumentará la demanda de una oferta de bienes que no sube. Por lo tanto, suben más los precios.

El “respiro” dado a los centros comerciales, una actividad muy empleadora que viene muy golpeada, solo alcanza para reducir el impacto negativo producido en ellos por medidas que antes tomó el mismo gobierno. Una rectificación que se saluda, claro, pero lo que hay que revisar es la noción política y económica que las produjo. Con la excusa discursiva de superar el rentismo, vivimos un hiper-rentismo de niveles sin precedentes.

Las rectificaciones han de ser mucho más profundas para proteger la calidad de vida de los venezolanos. Su salario, sus puestos de trabajo, y defenderlos de la escasez. En el contexto del diálogo político, entregó la Mesa de la Unidad al gobierno su análisis técnico del Plan de Pacificación.

La inseguridad es un tema que reclama entendimientos y acciones. Los gobernadores y alcaldes de la Unidad, como es su deber, participan en los planes nacionales y están obligados a coordinar, como el Ejecutivo Nacional está obligado a hacerlo con ellos, pues se trata de competencias concurrentes. Pero para abordar el tema seriamente no se puede ignorar el dato protuberante de la impunidad, la cual alcanza un 98% en cifras oficiales del Ministerio Público. Hay muchas causas para el auge del delito en Venezuela, pero entre ellas sobresale que no hay castigo.

Independencia y estabilidad para jueces y fiscales, respeto a las competencias de gobernadores y alcaldes y trabajar con ellos, respaldo a las políticas de prevención que deben ser más sólidas, manejo de los establecimientos penitenciarios de acuerdo a la pauta del 272 constitucional son líneas maestras.

También recomendaciones concretas y prácticas como aumentar el número y la formación de los funcionarios policiales, modificación de la resolución del Ministerio de Defensa en 2011 que limitó el armamento de las policías estadales y municipales, poniéndolas en desventaja con relación al hampa. Pisar el acelerador en materia de aplicación de la Ley Desarme a todas las bandas armadas, una materia en la cual debería procurarse cooperación internacional para su verificación. El desarme, obviamente, debe incluir a las bandas de internos encabezadas por los “pranes”.

La escogencia, este año, de un tercio de los magistrados del TSJ, así como los titulares de Fiscalía General y Defensoría del Pueblo dan una buena oportunidad de mostrar voluntad política para avanzar de verdad en el deber del Estado de dar seguridad, paz y tranquilidad a todos los venezolanos.

Ocho de cada venezolanos apoya el diálogo. También lo hace el mundo entero. Cuando posiciones tan divergentes dialogan, los acuerdos no son fáciles. Pero los resultados son necesarios, algunos reveladores deben ser tempranos, para que se pueda apreciar la utilidad del diálogo y este pueda perdurar, para ir abordando y resolviendo los temas más exigentes.

El diálogo no es la abolición del debate político sino una de sus posibilidades. Comprensión en la sociedad hacia los actores del diálogo hace falta, y en éstos, comprensión de su enorme responsabilidad. Un fracaso del diálogo sería terrible para Venezuela.

Fausto Masó: Unidad, mayoría e insultos suicidas

Unidad, mayoría e insultos suicidas
FAUSTO MASÓ
El Nacional. Caracas, 3 de mayo de 2014

Los venezolanos reconocen que este gobierno como el de Chávez nos lleva a la ruina, anhelan una salida a una situación insoportable y al final apoyarían hasta la intervención militar, el alzamiento, o la conmoción social, aunque no lo confiesen en una encuesta. Esta postura explicable pero equivocada la provoca deliberadamente el mismo gobierno con su discurso: Chávez en especial era un maestro en dividir y desestabilizar a la oposición, llevarla al suicidio. Reaccionar ciegamente ha llevado a la oposición a derrotas sucesivas y hace que algunos le hagan a los dirigentes de la MUD ataques canallescos, amparados en el anonimato de las redes sociales: tiran la piedra y esconden la mano desde la comodidad de Miami, mientras niegan la realidad: nunca han creído que el chavismo haya sido mayoría en muchas elecciones, porque confunden el círculo de personas que lo rodean con la opinión internacional y nacional.
Ayer, a Chávez le entregaron las asambleas y las gobernaciones, cuando se dijo que votar era un escándalo con un CNE controlado por el chavismo, se defendió a unos militares que ocupaban la plaza Altamira, se apoyó una huelga general suicida. La desesperación es mala consejera y la indignación promueve la peor política, igual que creer en  soluciones mágicas, pensar que cerrar todos los caminos electorales, declararse en rebeldía, provocará la caída de Maduro, cuando lo probable es que lo fortalezca y haga que los chavistas se unan, aunque representen solo que una minoría armada.
No todos los venezolanos rechazan a este gobierno y hasta hace poco una mayoría respaldaba al difunto Chávez, lo que ya no sucede con Nicolás Maduro. Es una tontería permitirle que se coloque como defensor de las instituciones, y situar a la oposición en el terreno del golpismo. Una intervención militar no se precipita porque se pida, al contrario: en la actualidad nos dirigimos a la descomposición del chavismo y del gobierno.
No haber asistido al diálogo hubiera legitimado a Nicolás Maduro internacionalmente, los países han seguido en guerra civil mientras conversaban las partes en conflicto. El diálogo divide a los chavistas como lo escriben en la web, los coloca en el dilema de reconocer de hecho a las empresas capitalistas y al fracaso de las estatizaciones.
La meta es reducir el apoyo al chavismo a la mínima expresión, volver a la oposición una franca mayoría incluso en las zonas populares, lo que ya comienza a ocurrir. A los que no les gusta la MUD  debieran proponer otro tipo de unidad, con tal que esté dispuesto a respetar esta nueva organización, a no dedicarse a socavarla como ha ocurrido con la MUD, cuya actuación electoral ha sido exitosa y cuyos dirigentes son personas decentes, por decir lo menos.
En Venezuela  rechazamos analizar el pasado, se nos pide solo mirar hacia el futuro, sin sacar conclusiones de lo ocurrido recientemente y por eso se repiten las equivocaciones como ahora que se utilizan los mismos argumentos que llevaron a la abstención.
Hay que discutir en voz alta los errores de estos 15 años que consolidaron a Chávez y pudieran salvar a Maduro. Para triunfar se requiere una unidad de hierro. Hoy válidamente la oposición combate en la calle y en el diálogo, en una lucha que requiere paciencia y sobretodo unidad, pero falta tanto una como la otra porque la conducta oficial despierta en el país ganas de salir a la calle para acabar de una vez con el socialismo del siglo XXI, olvidando que no solo se trata de reemplazar a un régimen sino de establecer una democracia que respalde 90% de los venezolanos, un gobierno estable que tome medidas económicas que serán impopulares como la liberación del control de precios y de cambios.

Sebastiana Barráez Pérez: El "golpe" de los capitanes

El "golpe" de los capitanes
SEBASTIANA BARRÁEZ PÉREZ
Quinto Día. Caracas, 2 de mayo de 2014

OFICIAL. Es Juan Carlos Caguaripano Scott, capitán de la Guardia Nacional. La DIM andaba tras él, porque aseguran que captaba oficiales para enfrentarse al gobierno de Nicolás Maduro. Cuando la DIM habría secuestrado, torturado y luego detenido al capitán (GNB) Nieto Quintero, las preguntas rondaron sobre Caguaripano y el general Baduel. Escribimos esa historia semanas atrás. Caguaripano voló hacia Panamá. El 9 de abril 2014 la ministra de la Defensa ejecutó la baja militar de Caguaripano y de los capitanes Camargo Gómez, Rodríguez Martínez, Guillén Kodinsky y Colmenares Prada. Los cuerpos de inteligencia detectaron que había un movimiento golpista de capitanes de la Guardia Nacional con altos oficiales del Ejército. No saben con exactitud quiénes lo integran. Dan de baja a más de 100 oficiales no contestes con la revolución, entre ellos a algunos destacados oficiales. Desde el gobierno han pregonado que hay 30 jefes militares presos por golpistas. No hay tal lista, como tampoco ese número de oficiales procesados ante la fiscalía, como sí lo están los tres generales de la aviación: Daniel Machillanda, Oswaldo Hernández y Carlos Millán. Caguaripano salió uniformado en un video público, y por usar uniforme le abrieron una averiguación. También pesa sobre él una orden de aprehensión. Caguaripano fue un buen oficial, aunque ahora haya voces que, desde el gobierno, pretenden tildarlo de mala conducta.
IRENE. Su apellido es Olazo y es la esposa de Caguaripano. Tienen una bebé de dos años que nació en Costa Rica. El 29 de marzo un coronel vestido de civil visitó a Irene. Dijo que era el jefe de operaciones del Conas. El oficial le pidió que le dijera a Caguaripano que se presentara o que pidiera la baja. Al día siguiente le allanaron la casa de sus padres, donde ella vive, “buscando armamento de guerra, equipo de visión nocturna, etc”. Terminaron llevándose cosas personales. Asegura que no ha tenido comunicación con su esposo. No es justo que Irene viva asustada y su familia también. Los cuerpos de seguridad deben dejarlas en paz.
FISCALÍA. Es la octava de San Antonio del Táchira.Lleva la causa fiscal MP-122119-2014. Es el caso del joven René Jesús Osuna. Fue detenido el 19 de marzo antes de llegar a Rubio. Iba solo en su moto cuando los militares lo detienen, lo golpean y se lo llevan preso acusándolo de guarimbero. Osuna es un estudiante de la Universidad Bolivariana, es trabajador en un taller del centro de Rubio. El joven fue enviado a la cárcel de Barinas, como un delincuente, a pesar de no haber ninguna prueba material o gráfica que lo involucre con los manifestantes. De allí lo enviaron a la cárcel de Uribana en Barquisimeto. El Ministerio Público debe hacer justicia con Osuna, preso de manera injusta. He ahí la carta de la jefa de Osuna.
SEMINARIO. Es el del Grupo Jirahara, en el que participaré con el tema militar hoy viernes, en su XXVII reunión anual. Será del 01 al 03 de mayo en el Hotel Jirahara de Barquisimeto. Ayer arrancó el seminario con El cambio político no será televisado, moderado por Andrés Cañizález. Hoy viernes se toca el tema político: ¿Qué hay debajo de la alfombra? Radiografía de la Venezuela de Hoy, moderado por Luis Pedro España. Panelistas: Kiko Bautista, el Gobierno; Sebastiana Barráez, los militares; Carlos Melo, el sector popular; Miguel Pizarro, los estudiantes y las protestas; Ricardos Ríos, la Oposición. La conferencia ¿Cómo están pensando los venezolanos? El Venabarómetro está a cargo de Alfredo Croes. El tema político ¿Hacia dónde va esto? moderado por Ángel Oropeza con los panelistas: Ángel Alayón, Ángel Álvarez, Jesús María Casal y Baltazar Porras. El sábado toca el tema económico y Los retos de la gestión municipal. La clausura del seminario la hará Félix Otamendi.
PIRATAS. Una nueva modalidad usan los delincuentes en alta mar. Fue el miércoles antepasado a las 10 de la noche. Piratas asaltaron en alta mar a los siete tripulantes de la lancha Los Argenis, que se desplazaba desde Aruba para Punto Fijo, estado Falcón. Les faltaban pocos kilómetros para llegar. Como sucede en fantásticas películas, seis hombres se acercaron en una lancha peñera, y subieron a Los Argenis sin darle tiempo a su tripulación a defenderse. Los delincuentes cargaban escopetas. Golpearon a los de la lancha Los Argenis. Les robaron el dinero y la mercancía que traían desde Aruba. Es la segunda vez que un hecho similar sucede.
CORE1. Son los guardias del Comando Regional Nro. 1 del Táchira (Core-1). Están molestos por la presión que les tienen desde que arrancaron las protestas estudiantiles y guarimbas hace más de dos meses. Algunos guardias han llegado a empujones y gritos entre ellos. Hasta los celulares se los revisan. Un coronel de operaciones del Core 1 y un Tcnel. de  Desur Táchira, se fueron a las manos y discutieron fuerte en presencia de los militares; es parte de la desesperación y descontrol en el personal. Los uniformados que están de apoyo, comen mal y duermen en el piso y dentro de los carros. En el Alto Mando de la GNB no están muy contentos con lo que sucede en el Core-1. Hay quienes atribuyen a la falta de decisión de las autoridades de ese comando lo que ha sucedido con las protestas. Incluso sería el gobernador Vielma Mora quien toma las decisiones y no el Alto Mando. Es evidente la contradicción entre lo que dice la ministra de la Defensa, el Jefe del CEO, el jefe de la REDI Los Andes, el ministro Rodríguez Torres, Vielma Mora y los del Regional 1. Los guardias están hacinados. “El equipo que portamos es muy incómodo y pesa. Lo primero que uno desea, por el agotamiento, cuando sale de la línea de combate, es tirarse a descansar del peso del equipo”, confiesa un guardia.
BENEDETTI. Es el gran Mario, el poeta uruguayo, el que un día escribió: “De vez en cuando la alegría/ tira piedritas contra mi ventana/ quiere avisarme que está ahí esperando/ pero me siento calmo/ casi diría ecuánime/ voy a guardar la angustia en un escondite/ y luego tenderme cara al techo/ que es una posición gallarda y cómoda/ para filtrar noticias y creerlas./ Quién sabe dónde quedan mis próximas huellas/ ni cuando mi historia va a ser computada/ quien sabe qué consejos voy a inventar aún/ y qué atajo hallaré para no seguirlos./ Está bien, me doy por persuadido/ que la alegría no tire más piedritas/ abriré la ventana/ abriré la ventana”.
ÚLTIMA HORA
  • El Ministerio Penitenciario sacó para Barinas al pran Emilio del CPO. Y fue cuando decidieron intervenir el recinto del Táchira. El poder de los pranes.
  • Al pran López alias El Viejo de Barinas le permitieron ir al velorio de su hijo en San Cristóbal. El pran le dio a los custodios que lo trasladaron armas largas y granadas para que lo protegieran.
FESTIVAL. Fue el de Teatro de Caracas. Un hermoso trabajo de organización y talento. Felicitaciones a sus organizadores y a quienes lo hicieron posible. No voy a mencionar los puntos negros. Vale la pena resaltar el trabajo desplegado por quienes en él pusieron alma, corazón y pasión. Disfruté de algunas de sus obras, pero sin duda lo mejor fue la parte infantil. Incluso, para la calidad y el empeño que hubo, la participación de los niños más bien fue escasa. Los títeres, el teatro infantil, las obras rayaron en la perfección. Los niños no sólo disfrutaban de las obras, sino de espacios acondicionados para tomarse fotos, participar en talleres de manualidades, jugar en inflables, ver el circo, usar disfraces, tras lo cual siempre hubo una historia. En un área del parque Los Caobos me causó gratísima impresión el amor y la comprensión de los instructores con la cual no sólo atraían a los niños a los talleres sino les enseñaban con dedicación. En algunas de las obras infantiles ganó la risa, el asombro, esa magia que se refleja en los rostros  de los niños cuando creen que cualquier historia es posible. Buenas obras, personal bien entrenado y amplios espacios para compartir. Felicitaciones a los organismos que participaron en tan magno evento. He una de la sobras dedicada a los niños.

Gustavo Linares Benzo: Cobata y casimir

Corbata y casimir
GUSTAVO LINARES BENZO
El Universal. Caracas, 3 de mayo de 2014

¿Por qué no empezamos por televisar las sesiones de la Sala Constitucional?

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No tiene mucho sentido seguir analizando las sentencias del TSJ. Estas deconstrucciones de la Constitución sobre manifestaciones al arbitrio de los alcaldes, condenas penales sin Fiscalía ni apelación, presidentes enfermos que tienen la última palabra sobre su propia capacidad para gobernar, competencias exclusivas de los estados que se transforman en exclusivas del Ejecutivo Nacional, son decisiones para el olvido, si no fuera por el profundo daño institucional que han producido.

Siendo más precisos, habría que decir que son sentencias para el olvido jurídico. Porque son actos políticos, en dos importantes sentidos. Primero, porque ratifican lo que ya había decidido el jefe de la revolución, su aparente sucesor, el Gobierno, el partido de Gobierno. Al menos desde 2010, ni siquiera puede decirse que han ratificado la decisión de la mayoría, porque las elecciones parlamentarias de entonces, también legitimadas por decisiones del propio TSJ (la sentencia de las tarjetas electorales "morochas") ganadas o al menos empatadas por la oposición, produjeron una Asamblea Nacional con amplia mayoría del régimen, casi de dos tercios. Luego, cada vez que el chavismo ha necesitado, el mismo TSJ han ido aumentando esa mayoría con el uso equívoco de la Constitución, declarando con lugar antejuicios, validando mayorías simples del Gobierno como si fueran calificadas, o destituyendo diputados por hablar en foros internacionales. En otras palabras, el TSJ simplemente dice siempre lo que dice el Gobierno, decide pues políticamente.

Esas sentencias son políticas también en otro sentido, más profundo y permanente, que seguiría actuando aun si los magistrados del TSJ fueran el rey Salomón, Justiniano y Andrés Bello. Se trata de la famosa cláusula de la Constitución de 1999 que dice que las interpretaciones de la Sala Constitucional son vinculantes para todos los demás, tribunales y Gobierno, sector público y particulares; sus sentencias son leyes, pues, o reformas de la Constitución (el TSJ como Asamblea Constituyente permanente, alguna sentencia lo ha dicho). Ese carácter vinculante de las sentencias de la Sala Constitucional es otro de los dislates de la peor Constitución de nuestra historia, a pesar de esas trampas cazabobos como el derecho a la alimentación (que si a alguno le quedaba duda, no sirve para nada, menos en una cola para mendigar un poco de harina). Porque esas interpretaciones de la Constitución más válidas que las decisiones de los representantes del pueblo o hasta del mismo pueblo, sustituyen a la democracia por la aristocracia jurídica del Tribunal Supremo, cuyos magistrados, demás está decir, no han sacado un voto ni lo ha buscado, como debe ser.

Todo tribunal supremo tiene la tentación de convertirse en legislador. Pero en Venezuela, desde las famosas sentencias de la Sala Constitucional de Iván Rincón, Delgado Ocando y Cabrera (prohibido olvidar) esa tentación se convirtió en principio. Se empezó a hablar de "jurisprudencia normativa" (sic), cosa que no produjo crisis constitucionales porque siempre, qué casualidad, decía exactamente lo que quería oír el Gigante Eterno, hoy lo que desea Maduro (¿o Diosdado?). Así que más allá de la necesidad de un tribunal supremo independiente, necesidad evidente, hay que desarmar a la Sala Constitucional de sus capacidades de sustituir al procesos político y regresarla a su papel de protección de la separación de poderes y de los derechos constitucionales, en una palabra, de protectora de las minorías (las mayorías las protege la Asamblea Nacional, no necesitan más paladines).

Esta legislación desde Dos Pilitas tiene un agravante: su apariencia de sabiduría y respetabilidad, pues proviene de jueces con toga y corbata y vestidos elegantes, siempre retratados con libros y hasta con esas balanzas doradas tan ridículas. Nada de la pasión de los diputados, ni los debates televisados más o menos malos, ni el escrutinio de los medios. Estas sentencias, que tantas veces no son más que nuevas leyes o constituciones, se debaten a puertas cerradas y luego se publican "en nombre de la República y por autoridad de la ley". Y el proyecto de ley de manifestaciones, no otra cosa es la demanda del alcalde de Guacara que produjo la sentencia de esta semana, lo introduce un abogado invariablemente vestido de casimir y corbata negra y no un líder popular que viene de hacer campaña en Zaraza o de enfrentar la entrevista de Vladimir Villegas.

¿Por qué no empezamos por televisar las sesiones de la Sala Constitucional?

@glinaresbenzo