domingo, 25 de mayo de 2014

Rafael Poleo: Cuestión de respeto

 
Cuestión de Respeto
Rafael Poleo
El Nuevo País. Caracas, 25 de mayo de 2014 (Blog Pedro Mogna)

Edgar C. Otálvora: Maduro se escuda en Unasur contra sanciones en Estados Unidos

Una cumbre de mandatarios suramericanos está solicitando Nicolás Maduro en procura de un pronunciamiento de apoyo a su Gobierno y en rechazo a lo que califica como “injerencia” de EEUU. Para ello, el viernes 23MAY14 en Islas Galápagos, el canciller venezolano Elías Jaua presentó a sus colegas de Unasur un documento denunciando las “sanciones en contra del Estado venezolano”, en referencia a las medidas contra funcionarios chavistas que actualmente se debaten en el Congreso de EEUU. La celebración de una cumbre presidencial extraordinaria de Unasur ameritaría el apoyo unánime de los doce miembros.

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En su “denuncia formal” ante Unasur, Jaua acusa de violentas y armadas las protestas registradas en Venezuela desde febrero pasado las cuales, según él, son “impulsadas por grupos de oposición que pretenden derrocar al gobierno constitucional” con apoyo de EEUU. A pocas horas de ser emitido, la vocera del Departamento de Estado Marie Harf fue consultada sobre el documento de Jaua. “Al gobierno de Venezuela le gusta hablar de nosotros para distraer la atención de lo que ellos están haciendo”, dijo Harf.

***** El 04MAY14 este Informe advirtió que el “diálogo” entre el gobierno Maduro y la MUD estaba paralizado: su última reunión se realizó el 24ABR14 y las subcomisiones jamás arrancaron. El jueves 15MAY14 debía concretarse un encuentro de los negociadores con presencia de los cancilleres de Brasil, Colombia y Ecuador así como del Nuncio Apostólico. Pero el Subsecretario de la MUD, Ramón Medina, tuiteó el 12MAY14: “MUD suspendió reuniones de mesas de trabajo por arremetida y represión injustificada contra manifestantes”. Al día siguiente el Secretario General de la MUD, Ramón Guillermo Aveledo, anunció que sin romper el “diálogo” lo declaraba congelado, advirtiendo que sólo se reunirían con enviados de Unasur para exponer sus quejas por la falta de respuestas del Gobierno. En tanto, altos voceros oficiales rechazaban la liberación de presos políticos y la constitución de una “comisión de la verdad” independiente.

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El congelamiento del “diálogo” por parte de la MUD disparó las alarmas en varias cancillerías de la región. El canciller brasileño, Luiz Alberto Figueiredo, suspendió su viaje a Caracas. En medios diplomáticos se justificó la medida por un supuesto “problema de agenda” ya que la presidente Dilma Rousseff habría pedido que Figueiredo permaneciera en Brasilia. Sin embargo, la agenda de la mandataria brasileña contemplaba sólo encuentros con temática futbolística en Brasilia y un viaje a las ciudades de João Pessoa y Teresina en el noreste del país. No parecía que Rousseff necesitara cerca a su Ministro de Relaciones Exteriores esos días. Quedó en evidencia que Figueiredo, al igual que los cancilleres de Colombia y Ecuador, María Ángela Holguín y Ricardo Patiño, había rehuido el viaje a Caracas

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La falta de disposición por parte del gobierno venezolano para atender los reclamos de la oposición, especialmente en lo tocante a la libertad de presos políticos, es un asunto que se maneja abiertamente entre diplomáticos suramericanos. La decisión de la MUD congelando el “diálogo” no fue sorpresa pero provocó consultas entre los gobiernos miembros de Unasur, incluyendo al venezolano. En las conversaciones realizadas se decidió emitir un pronunciamiento de Unasur ratificando el mandato de los tres cancilleres, pero haciendo un llamado al “Gobierno democrático y constitucional” de Venezuela y a la MUD para “alcanzar un acuerdo que garantice la convivencia pacífica y la estabilidad en el país”. Los adjetivos “democrático” y “constitucional” fueron incluidos a solicitud de la cancillería venezolana. En paralelo, Unasur informó la disposición de los tres cancilleres para viajar a Caracas el domingo 18MAY14.

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El documento sobre Venezuela emitido por Unasur el 16MAY14 en Surinam, incluyó un curioso párrafo en el cual, sin mencionar a EEUU, hacían referencia a “la imposición de sanciones” lo cual “podría polarizar aún más el escenario político y constituiría un obstáculo al proceso de acompañamiento” por parte de Unasur”. De esta manera el gobierno Maduro comenzó a utilizar Unasur como escudo ante las potenciales sanciones que en el Congreso de EEUU se debaten contra altos funcionarios venezolanos. Los restantes once países suramericanos, además, advertían a Washington que las sanciones pondrían en riesgo la mediación de Unasur a la cual la propia Casa Blanca ha dado respaldo. No pasó desapercibido que el 21MAY14, durante el briefing diario en el Departamento de Estado de EEUU, la vocera Jen Psaki comentara, aparentemente sin motivo, que los países latinoamericanos no apoyan la imposición de sanciones a funcionarios venezolanos. En Galápagos, a solicitud de Venezuela, Unasur emitió el 23MAY14 un segundo comunicado sobre el tema de las sanciones por parte de EEUU...

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Los cancilleres de Unasur permanecieron en Caracas durante menos de dos días desde el domingo 18MAY14. Realizaron dos encuentros con la MUD donde participó el excandidato Henrique Capriles Radonski. Igualmente se reunieron con Nicolás Maduro y otros miembros del “comando de la revolución” la noche del domingo en la Casa Amarilla, lugar al cual regresaron el lunes para una última conversación con el canciller Jaua. Los cancilleres fracasaron en el propósito de retomar las sesiones del “diálogo”.

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La noche del lunes 19MAY14 corrieron diversas versiones sobre la suerte del “diálogo”. Los cancilleres abandonaron el país ofreciendo distribuir un comunicado al día siguiente. En tanto, el diario dirigido por el opositor Teodoro Petkoff tuiteaba de forma reiterativa sobre el “Fin del diálogo”. “Tal Cual” tuiteó: “Gobierno negó todas las peticiones hechas por la MUD. Decepción de embajadores de Unasur”. La cuenta Twitter del diario de Petkoff agregó: “El anuncio formal del retiro de la MUD se hará este martes”. Al día siguiente los voceros de la MUD comparecieron ante los medios pero sólo para confirmar el “congelamiento” del diálogo ante la falta de respuestas del Gobierno. El lacónico comunicado de los cancilleres se limitó a declarar que esperan “se determine la fecha de la próxima reunión a la brevedad posible”. En resumen: el “diálogo” Gobierno-Oposición ya tiene un mes paralizado pero ninguna de las partes quieres ser el primero en levantarse de la mesa.

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Jorge Rodríguez, miembro del “comando de la revolución” y uno de los voceros del Gobierno aseguró, el 22MAY14, conocer “que hay algunos eventos que en los próximos días permitirán establecer las bases para continuar las discusiones". Algunas fuentes aseguran que Maduro espera una pronta visita a Caracas del Secretario de Estado vaticano, el cardenal Pietro Parolín, que serviría para justificar ante el chavismo radical, la eventual liberación de alguno de los presos políticos. Esto es, por ahora, sólo una especulación.

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Las negociaciones con las Farc son uno de los temas de la confrontación del expresidente colombiano Álvaro Uribe con su exministro de Defensa y actual presidente-candidato Juan Manuel Santos. El asunto no deja de ser curioso ya que el propio Uribe mantuvo negociaciones con la guerrilla…en Cuba. ***** Julio Londoño Paredes, militar retirado con grado de Brigadier General y célebre Canciller colombiano, ejerció por doce años como Embajador de Andrés Pastrana y Álvaro Uribe en La Habana. En una entrevista con la revista del cuerpo diplomático en marzo de 2013, Londoño confirmó que él negoció durante dos años con el ELN en nombre del gobierno Uribe. Las negociaciones se produjeron sin cese del fuego y en total secreto. En entonces Embajador cumplió misiones ante el ELN incluso en territorio colombiano: “Viajé varias veces a la Serranía de San Lucas y al Perijá a encuentros con la guerrilla”, cuenta Londoño.

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Uribe mantuvo excelentes relaciones con el régimen cubano durante sus ocho años de mandato Fidel Castro visitaba regularmente la residencia del embajador colombiano en La Habana y desde allí gustaba mantener largas conversaciones telefónicas con Uribe. Castro, según Londoño, se reunía con los negociadores del ELN y con el Comisionado de Paz enviado por Uribe a Cuba. El buen estado de las relaciones de Uribe con el régimen cubano fue particularmente palpable en marzo del 2008, tras el ataque de fuerzas militares colombianas a un campamento de las Farc en Ecuador, donde murió Raúl Reyes, número dos de la dirección política de la guerrilla en aquel momento. El ataque denominado “Operación Fénix” condujo a una crisis entre Colombia y Ecuador en la cual terció Hugo Chávez amenazando con acciones militares en la frontera venezolano-colombiana. Cuenta Londoño que “No hubo nunca una palabra de Castro contra Uribe, ni siquiera cuando ocurrió el ataque en territorio ecuatoriano, siendo Cuba un país muy cercano a Ecuador”.

Informe Otálvora
Maduro se escuda en Unasur contra sanciones en Estados Unidos
Edgar C. Otálvora
Diario Las Américas. Miami. 25 de mayo de 2014

Tulio Hernández: Los eslóganes del buenismo

Ahora que han pasado tantos años, quince creo, y que podemos evaluar objetivamente sus resultados, cualquier persona sensata puede concluir que no ha habido en la historia republicana de Venezuela una clase política más inocua e inútil, hipócrita y arrogante, cruel y dañina, onanista en extremo, como la élite chavista.
Ahora que hemos visto lo que han hecho y desecho, sabemos que son un club exclusivo de emprendedores de la nulidad; capitanes del extravío humano; traficantes de sueños y exclusiones convertidas en pretexto para sus placeres personales; oportunistas del rentismo petrolero camuflado en utopías igualitarias; herederos histéricos de dogmas decimonónicos. Héroes de la nada. Constructores del vacío.
Todo eso me lo ayudó a entender, hace unos pocos días, Zigmunt Bauman, el sociólogo polaco que al filo de los 90 años sigue por el mundo oficiando el papel de maestro de pensamiento que ya pocos pueden ejercer. En una entrevista concedida el 17 de mayo a Nuria Escur, del diario La Vanguardia, Barcelona, explicó la diferencia, a su juicio fundamental, entre los nazis y los comunistas.
Los nazis, dijo este hombre lúcido, “eran transparentes, querían infligir el mal y lo hicieron”. “Sin espacio para dudas”, agregó. Los comunistas en cambio fueron una gran estafa, “nos defraudaron”. Y, citando a Albert Camus, el inolvidable autor de La peste, precisó lo que quería decir: “el comunismo es el mal bajo los eslóganes del buenismo. Por eso en las filas comunistas surgió la rebelión intelectual”.
“Los eslóganes del buenismo” es la frase fundamental. El chavismo, ahora degenerado en rodrigueztorrecismo, se ha ocultado en el buenismo. Los pobres primero, los demás después. Los ricos son malos. Los gringos también. La oligarquía, los medios privados, la derecha, los escuálidos, la clase media tonta, perversos todos. Y, en nombre de esas causas buenas arruinaron el país y lo convirtieron en campo de tiro colectivo y plantación bananera administrada a su antojo.
Es muy temprano para entenderlo, pero algún día sabremos por qué esa élite conformada por militares golpistas surgidos de la clase media baja de pueblos del interior; ultraizquierdistas de la Liga Socialista, el Cler y Ruptura; comandantes de apellido que fueron los últimos en bajar del ensueño guerrillero; pequeños y grandes burgueses oligárquicos que como José Vicente Rangel han estado siempre, gozones, en el corazón del poder; académicos de nivel, pero comunistas atávicos, como Jorge Giordani; ex militantes del MAS y la Causa R reconvertidos en seguidores del militarismo; conformaron esta estrategia del odio, esta fascinación por la exclusión, que hoy tiene a Venezuela al borde de la guerra con el papa rezando por ella, al mismo nivel que Sudán y Siria, y tres cancilleres de países amigos tratando de impedir que la sangre llegue al río.
Personalmente ya no me llamo a engaños. Como era muy joven cuando Pincohet dio su golpe y Somoza reinaba en Nicaragua, creí por mucho tiempo que los malos, los dictadores y los tiranos tenían tras de sí algo genético. Eran militares prusianos, usaban lentes oscuros, comían niños y escupían los huesos sin más.
Ahora, cuando veo como guardan silencio ante los abusos de poder y la espantosa violación de derechos humanos que el régimen rojo oficia en Venezuela, entendí que no es genético, que alguno de tus mejores amigos de infancia, compinche de la universidad o compañero de trabajo, no importa si escriben poemas o hacen películas, si no son ordinarios y toscos como el teniente Cabello y saben comer con cubiertos y pronuncian correctamente el francés, puede ser un parapinochetico, un decistalin, un minifranco, solo porque un día compraron una ideología integrista y meses después de hacerse ministros, embajadores, artistas o intelectuales del régimen, sintieron que era muy tarde para abandonar la zona VIP del Titanic. Y allí viajan. Sedados. Pensando que los derechos humanos solo son buenos cuando estás en la oposición. No en el gobierno.

Los eslóganes del buenismo
Tulio Hernández
El Nacional. Caracas, 25 de mayo de 2014

Paulina Gamus: El retorno de los brujos

Los profetas procuran vaticinar el fin del Gobierno de Nicolás Maduro, un hecho que solo puede llegar con el voto popular

Cada vez que se habla de la afición que sienten muchas personas por las predicciones de astrólogos, videntes, tarotistas, fumadores de tabaco, lectores de la borra del café y demás individuos con supuestas facultades para otear el más allá y adivinar el porvenir, se piensa que su éxito solo es posible en países subdesarrollados, incapaces entre muchas incapacidades, de superar el estado primario de los pueblos en que prevalece el pensamiento mágico. Nada más alejado de la realidad, Inglaterra es quizá el país con mayor número de esotéricos y afines en el mundo moderno y si quisiéramos avergonzarnos por lo que sucede en Venezuela desde hace quince años, sírvanos de consuelo que la nación más poderosa del mundo en tiempos en que aún era Imperio, estuvo gobernada por un presidente muy popular -Ronald Reagan- quien a su vez estuvo dominado por su esposa Nancy y esta a su vez por la astróloga Joan Quigley. Esa intérprete de los designios astrales le hacía saber a doña Nancy cuáles eran los días buenos, cuáles los neutrales y aquellos que se debían evitar para la toma de decisiones trascendentales. Fue tan poderosa su ascendencia sobre la Primera Dama que logró modificar la agenda de la Casa Blanca con sus predicciones. Los días eran clasificados por colores según el consejo de la astróloga Quigley y se decidían los más convenientes para la seguridad y el éxito del presidente. El asunto alcanzó tales proporciones que condujo a que el presidente Reagan despidiera a su jefe de Gabinete, Donald Regan, por estar este en desacuerdo con el método de toma de decisiones según se presentaba el color del día.
Dicho esto los lectores podrían ser un poco más comprensivos con lo que ha venido ocurriendo en Venezuela casi al unísono de la llegada de Hugo Chávez al poder y de su división del país en dos bandos enfrentados: los que están conmigo y los “sinmigo”, es decir, los opositores que debían ser aplastados como alimañas. Para un pueblo acostumbrado a vivir en democracia, a expresar públicamente y sin temores sus opiniones, a criticar abiertamente a los gobernantes sin que eso le acarreara consecuencias que lamentar, lo que nos estaba ocurriendo no podía ser normal. Algo había en aquel hombre ordinario, insolente, abusador y vociferante para que más de la mitad del país estuviera postrada a sus pies. Empezó a correr el rumor de unos babalaos que, instalados en la residencia presidencial -el Palacio de Miraflores-, hacían sacrificios de animales y le daban a beber la sangre al mismo Chávez. Al mismo tiempo, en Cuba, ya transformada en la sede del verdadero gobierno venezolano, Fidel Castro tenía bajo sus órdenes a santeros que con sus Elegua, Obátala, Changó y Ogun, protegían al pupilo Chávez
Era de lógica que los opositores no permaneciéramos con los brazos cruzados o mejor dicho, con las mentes cerradas a estas poco ortodoxas formas de hacer política. Nuestra astróloga más popular iniciaba sus informes rutinarios con noticias que todos habíamos leído en la prensa, luego utilizaba un lenguaje bastante críptico para sugerir que en algún momento Chávez saldría de la presidencia. Antes nos anunciaba que moriría un personaje famoso y que habría un terremoto en cualquier lugar del planeta lo que indefectiblemente ocurría. Pero Chávez, ayayay Chávez, ese era realmente un hueso duro de roer hasta para la astrología. El fracaso estrepitoso de la astróloga se produjo a raíz del paro semi nacional de fines de 2002 y primeras semanas de 2003, cuando -ya sin tapujos- nos aseguró que nos libraríamos del caudillo bolivariano y socialista del siglo XXI. Ante ese desprestigio la astróloga debió autoexiliarse del país lo que no le impide seguir enviando sus predicciones pero sin asumir demasiados compromisos. Confieso que todas las semanas caigo en la tentación de leer lo que nos va a suceder a los Capricornio, pero ni me dejan una herencia ni aparece la mujer de pelo negro que me hará daño ni el hombre que está loco por mí ni el negocio que me hará rica.
Fueron muchos otros los astrólogos que con sus anuncios de la muy próxima salida de Chávez, previos baños de sangre y otra serie de tragedias y luego la llegada de un tiempo luminoso para Venezuela, nos robaban tiempo precioso de nuestras incursiones en Internet. Entonces se enfermó Chávez. No recuerdo que haya sido algún esotérico quien advirtiera lo que iba a sucederle a aquel hombre de apenas 57 años. Fueron los médicos cubanos quienes lo diagnosticaron, operaron, trataron y enterraron. Pero poco antes del desenlace para algunos fatal, apareció en el escenario nacional un hombrecito de perenne sonrisa, cola de caballo y ojillos entrecerrados, que con una vocecita de marcado acento brasilero, nos fue llevando hasta la fecha exacta en que el comandante presidente pasaría a la eternidad. No se crea que se trataba de un vidente cualquiera, era nada menos que el Profeta de América. Su fama devenía de haber vaticinado el ataque terrorista a las torres gemelas de Nueva York y otras cuántas catástrofes. El Profeta estaba metido día y noche en nuestros hogares mirándonos con aquellos ojillos y casi contando los días de vida que le quedaban al moribundo que, al fin y como era de esperar, murió. El profeta fue elevado rápidamente al rango de héroe. Pero poco dura la alegría en casa del pobre y de los profetas. Apenas empezaron las protestas estudiantiles el 12 de febrero de este año, el profeta le fijó fecha a la inminente salida de Nicolás Maduro: ¡cuatro días! Han pasado más de tres meses.
Decepcionados de tantos estafadores de esperanzas parecíamos resignados a soportar indefinidamente al desastroso sucesor del desastroso Hugo Chávez, cuando un teórico marxista exasesor del difunto, el alemán Heinz Dietrich, sentenció que a Maduro le quedaban ocho semanas en la presidencia. Han pasado diez. Pero el 22 de mayo un periódico alemán publicó como una novedad el plazo de las 8 semanas por lo que suponemos que Dietrich pidió una prórroga.
Con tantos fracasos a cuestas, es muy lógico que una parte de la oposición venezolana haya dado paso a otra clase de profetas, los del desastre. Los que ya no creen en salidas electorales, ni en diálogos, ni en la dirigencia política que organizó unas primarias impecables y luego condujo a la oposición a las elecciones del 7-10-12 y del 14-4-13. Tampoco cree en el candidato que si no le ganó a Maduro en abril de 2014, lo empató y eso después de un esfuerzo titánico apenas al mes del fallecimiento de Chávez y de toda la explotación electorera de su muerte. Esos escépticos e indignados regresan, sin percatarse de ello, al pensamiento mágico y a la esperanza en soluciones rápidas enviadas por alguna fuerza ignota, una que no es de este mundo: aquí va a pasar algo o tiene que pasar algo, pero nadie sabe cómo ni cuándo. Ojalá pasara, me cuesta creer en fuerzas sobrenaturales que producen milagros, pero que bueno sería que ocurriera alguno para no tener que esperar a que este infame gobierno sea expulsado por el voto popular.
Paulina Gamus es abogada y activista venezolana 


El retorno de los brujos
Paulina Gamus
El País. Madrid, 26 de mayo de 2014

Carlos Raúl Hernández: Autobiografía de un loco

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La furia ciega e impotente que comenzó el 12F, hará cenizas la esperanza de cambio si no surge una recia voluntad de rectificación. El retiro caótico por la derrota enfanga la Unidad, los partidos y los líderes, pero lo peor es que siembra en los electores desmoralización y dudas sobre la eficacia del voto. En 2015 la abstención podría castrar a 49% y el país será otra vez una finca chavista; y un gobierno multitudinariamente impugnado, que casi solo cuenta con la fuerza, pudiera obtener una mayoría confortable con diputados electos precariamente y rematricular su control sobre Estado y sociedad. Borrón y cuenta nueva, sin retorno visible la distopía: neocastrismo o priísmo. Los Tío Conejo, vivarachos radicales duros hoy, pero también electoreros que bailan en todos los tablaos, sepan que antielectoralismo se paga.

Encuesta indica alto rechazo a impulsores del "levantamiento". Todos los fast track no electorales (paro petrolero, "megaplasta", plaza Altamira, guarimbas, abstencionismo) clavetearon el cadalso y lo único que obstruye el proyecto totalitario son los líderes electos, atravesados como cuñas entre los dientes del engranaje. El Hannibal Lecter intraopositor, el rencor, impide que los que se equivocaron clausuren la aventura y den pasos hacia el objetivo común. No debe olvidarse que los abstencionistas son responsables que la alternativa apenas tenga tres gobernadores. Basta del insulto procaz, la calumnia a los que luchan a diario, proferidos por cuatro o cinco generales mayameros que imparten irresponsables instrucciones y desacreditan a quienes dedican su vida a dar la cara. Tapar esa cloaca y prepararse para votar.

Laboratorio sucio del bien

Un sustituto de elecciones huele a engendro. Únicamente las elecciones mantienen abiertas ventanas de libertad que sobreviven porque a partir de 2006 se arrebató la conducción al mix de radicalismo de izquierda, de derecha y de dinero, que hoy busca revancha con malderrabia, prisa suicida y falta de realidad. Lo que Hegel llamó "política del corazón". Si la Unidad, bombardeada desde el gobierno y desde Miami, trastabilla y no va a votar, esta megacrisis desenlazará en un reacomodo dentro del chavismo. La salida movió que el desvencijado andamiaje del gobierno se sostenía porque burócratas cobardes e inconfesables se negaban... "a sacar la gente a la calle". El fracaso de esa quimera trajo el rencor intestino que debe enfrentarse.

¿Se va a reconstituir la Unidad diciendo que Aveledo recibe dinero sucio? Profesionales, observadores, periodistas o cualquiera que señale los peligros de la precipitación, recibe las pestilencias del laboratorio fascista "opositor" donde las gallinas trollean a los seres humanos, copia fiel del modelo del "G2" -hasta se llama parecido, "L2"- y someten a los críticos a "tratamiento" como en Cuba a los contrarrevolucionarios. Con invitados estelares como "Reinaldo profeta" hurgan y falsifican vidas privadas y públicas de quienes advierten los traspié. Utilizan para ello muchachos twiteros que enseñan a vivir en el sedimento de la letrina, a ser larvas de gánsters, reptar en el limo, que eso es política y vale para enfrentar críticos. Tampoco los subterfugios mejoran las cosas, ni ayudan a aprender del error y evitarlo. Uno es "gracias a las salida-guarimbas hay diálogo", espec- tacular triple dribling que termina en autogol. Solo sirve para esconder la conciencia bajo la alfombra.

¿Dónde están los invencibles?

Remember. Era una salida no electoral y no dialogante "¡El diálogo que propone este gobierno es una farsa!", "¿dialogar mientras hay estudiantes presos?", "¡contra la pasividad... y... los dialogueros de la MUD". "¡Ya falta poco!"... "¡nunca hemos estado tan cerca de la victoria!"... "¡no nos para nadie!"... "¡ahora somos invencibles!", exultantes frases de colección. Si el diálogo es producto de eso, la salida logró exactamente lo contrario de lo que buscaba, lo que salió fue el tiro por la culata y la pegaron porque fracasaron, detalle de sus dotes dirigentes. Lula, José Mujica y Rafael Correa fuerzan las incómodas conversaciones, para evitar un default, una seria amenaza sobre todo para los países más pequeños de Unasur, y porque encima, el fardo del gobierno enfermo asesinó 40 personas (nadie debería ser tan iluso para reivindicar eso como "un éxito")

La opción del diálogo fue una contingencia inevitable que debe enfrentarse y quien se pare de la mesa pierde. No es un triunfo y puede ser una derrota. Por eso radicales como Cabello y Jorge Rodríguez quieren que la Unidad se vaya y no habría que ayudarlos. Alexander Herzen, entre los más grandes pensadores y defensores de la libertad del siglo XIX, no es demasiado conocido, tal vez por eso último. Escribió que "la historia es la autobiografía de un loco". No hay destino, cada momento es un hervidero de potencialidades, no tiene orden alguno, los hombres escogen sus opciones y con demasiada frecuencia lo hacen mal por el ímpetu o la ambición. No es fatal si este régimen cesará o triunfará y lo que pase hay que construirlo. En el mar de pasión, odios, cegueras, quienes dirigen en medio de naufragio no deben ceder a la locura, cueste lo que cueste... "(la historia es) el desafío interminable en el que tienen que probar su fuerza y su genio los que luchan, para conseguir el camino que lleva donde desean. O abrirlo si no existe".

@CarlosRaulHer

Autobiografía de un loco
Carlos Raúl Hernández
El Universal. Caracas, 25 de mayo de 2014

Fernando Ochoa Antich: Cabello, el mandamás del régimen

Estoy seguro, que la mayoría de los venezolanos deben estar convencidos que Diosdado Cabello es quien manda en el gobierno de Maduro. Esta percepción no surge porque yo lo afirme en un artículo de opinión. Se ha venido creando en la consciencia de los venezolanos como consecuencia de la actitud irresponsable del presidente de la Asamblea Nacional, desde el mismo momento de la muerte de Hugo Chávez. Definitivamente, tuvo que aceptar la candidatura de Maduro, pero a partir del momento en que percibió su debilidad política, después de las elecciones presidenciales, comenzó una hábil campaña de penetración en los sectores radicales del chavismo, con la esperanza de que el fracaso de Maduro pudiera permitirle acceder al poder. Esta campaña no se ha detenido. Al contrario, cada día tiene mayor fuerza. Definitivamente, su objetivo es uno sólo: heredar el liderazgo de Hugo Chávez.

La mejor demostración de esta realidad ha sido su actitud en estos últimos meses. No es fácil de explicar las razones por las cuales Maduro deba aceptar que el presidente de la Asamblea Nacional realice funciones específicas del poder Ejecutivo, como ocurrió en Maracaibo: anunciar la transferencia de sus cargos de 43 oficiales de alta graduación en el momento que explicaba las nuevas medidas que se tomarían para combatir el contrabando en el estado Zulia. Cabello, no ejerce ninguna función militar y lo reglamentario hubiera sido que ese anuncio lo hiciera la ministro de la Defensa o el general comandante del CEO. A los pocos días, dio otra declaración, en un tono similar, desde el estado Táchira denunciando el acaparamiento de productos de primera necesidad. Nada de esto me parece casual. Curiosamente, los dos gobernadores estuvieron comprometidos en la insurrección del 4 de febrero de 1992.

La actual situación es aún de mayor gravedad. La mesa de diálogo está a punto de fracasar. El saboteo proveniente del sector oficialista de la Asamblea Nacional, encabezado por Diosdado Cabello, no ha permitido que avancen en lo más mínimo las conversaciones entre gobierno y oposición. La mejor demostración de esta realidad es la designación de una Comisión de la Verdad, para investigar los hechos ocurridos, compuesta exclusivamente por parlamentarios oficialistas. El otro hecho es aún más delicado. Han decidido escoger a los nuevos miembros de los Poderes Públicos, irrespetando flagrantemente la Constitución Nacional. Nicolás Maduro debe de encontrarse muy preocupado. Es imposible que sus asesores no le hayan hecho ver que el colapso de nuestra economía no tiene solución si antes no se logra un trascendente acuerdo político.

La profunda crisis nacional que actualmente enfrenta Venezuela tiene que producir consecuencias políticas en muy corto tiempo. La popularidad de Maduro ha empezado a desplomarse de una manera indetenible. Es imposible, que él no conozca esta realidad. En política, como en la guerra, el juego es de doble acción. El adversario también  juega sus fichas. Imaginarse que Maduro no conoce lo que ocurre es creer que los demás son tontos y normalmente no lo son. Sus declaraciones indican que él conoce perfectamente bien la situación que enfrenta o por lo menos percibe lo que ocurre. Declarar "que la derecha y la izquierda radical están conspirando" es un mensaje que por lo menos produce sorpresa y confusión. Es posible imaginarse a un sector de derecha en la oposición que esté conspirando, pero no es fácil señalar que existe una izquierda radical con esa misma orientación. ¿De quién realmente habla?

Tampoco es fácil entender sus amenazas. "Que vengan con sus conspiraciones, sabremos responder con el Plan de la patria... Esta revolución se radicalizará más ante cada golpe, ante cada conspiración". Esas frases parecen dirigidas directamente a la oposición. Lo que no es fácil de explicar son las razones por las cuales Maduro señaló con anterioridad a la izquierda radical. Es verdad que  en "Aporrea" hay una campaña en su contra, pero eso no debe ser todo. Las luchas internas dentro del chavismo son una realidad, aunque traten de ocultarlas. Esos conflictos generan grandes tensiones. Un buen ejemplo es la natural rivalidad surgida entre Cabello y Rodríguez Torres. Los dos buscan fortalecer su imagen dentro del chavismo radical mostrando su ambición de poder y su nacionalismo a ultranza. El primero, lidera a los sectores civiles del chavismo; el segundo, capitaliza el descontento militar. Eso sí, los dos alejados de Cuba.
   
fochoaantich@gmail.com

@FOchoaAntich



Cabello, el mandamás del régimen
Fernando Ochoa Antich
El Universal. Caracas, 25 de mayo de 2014

Marta Colomina: Del "millardito" a la quiebra del país

Gobierno estudia que liquidaciones de divisas no se hagan a través del BCV, sino desde Pdvsa
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Con los precios del petróleo más altos de la historia de Venezuela, el chavismo que prometíó la soberanía alimentaria, sacar nuestra economía de la dependencia petrolera, erradicar la pobreza, combatir la inseguridad, acabar con la corrupción; ha tenido a su servicio una hegemonía comunicacional nunca vista en manos de gobierno nacional alguno, controla todos los poderes públicos, la FAN y cuerpos de seguridad, vergonzantemente politizados, y no obstante tan privilegiadas condiciones, el proyecto chavista está llegando a su fin, no tanto por la muerte de su fundador como por la bancarrota a la que Chávez y su "heredero" condujeron el país.

La gran astucia política de Chávez (reforzada por la nutrida petrochequera) vino acompañada de una enorme ignorancia en asuntos de Estado y, sobre todo, de cómo administrar los cuantiosos recursos provenientes del petróleo. Su obsesión por el poder y disfrute del halago de los mandatarios del mundo, hizo que dilapidase la inmensa fortuna petrolera y fiscal ($ billón y medio) y se endeudase para comprar todo cuanto cachivache encontraba en sus muchos viajes (el armamento que aún se debe a Rusia y China es utilizado por Maduro para reprimir a los jóvenes estudiantes), la deuda (calculada hoy en más de $350 mil millones) se ha acrecentado a causa de las importaciones para intentar cubrir, sin éxito, la enorme escasez generada por la destrucción oficial de nuestra agricultura e industria. Según Fedecámaras "en los últimos 10 años han desaparecido 226.000 establecimientos que daban empleo y 490 mil industrias. Hoy están prácticamente desarticuladas todas las cadenas productivas del país, algo que llevará mucho tiempo arreglar". Mientras los venezolanos pasamos penurias nunca vistas, los Castro han venido recibiendo durante estos 15 años unos $12 mil millones anuales y 120 mil barriles diarios de crudo que hoy, en plena crisis, Maduro sigue enviando. Venezuela ha sido el Papá Noel de Bolivia, Nicaragua, Argentina y de otros en el continente.

Cuando Chávez, desde su ignorancia y voracidad fiscal, estableció arbitrariamente un nivel "óptimo" del monto de las reservas y ordenó el traspaso del "$ millardito" al Ejecutivo, se inició una enorme sangría de las reservas internacionales que eran transferidas a fondos paralelos y dilapidadas sin control alguno por el Gobierno. De hecho, menos de la mitad de las divisas provenientes de los ingresos petroleros entraban al BCV. El enorme monto restante solo Chávez y Ramírez, y ahora Maduro, saben su destino. Pdvsa se convirtió en la "caja grande" para la ejecución de los desafueros internos y externos del régimen, hasta llegar a la insolvencia de ahora. Pdvsa pagó la refacción de la refinería Cienfuegos en Cuba, mientras las refinerías venezolanas están en ruinas; pagó escuelas y hospitales en el continente, mientras los venezolanos estaban y están derruídos; y pagó campañas electorales internas y externas (como la de Cristina K.). El reputado economista Pedro Palma señala que de 2002 a 2012 Pdvsa ha gastado en actividades distintas a las de su competencia $174 mil millones. Pdvsa compra a EEUU y Brasil la gasolina que consumimos en Venezuela. Con precios de regalo exporta gran volumen de crudo a Petrocaribe (con deuda acumulada superior a los $18 mil millones). Los envíos a China, cercanos a los 500 mil bpd, se destinan al pago de la enorme deuda con ese país y, por si fuera poco, Maduro acaba de prometer que "abastecerá de energía a los palestinos". Señala Palma que la deuda de Pdvsa con el BCV en el último año aumentó un 178% y llegó a la escandalosa suma equivalente a $75.700 millones. Crece también la deuda externa: en los últimos meses ha pactado créditos por $ 3 mil millones con transnacionales y emitió bonos por $5 mil millones. De 1999 a hoy, Pdvsa ha perdido una producción cercana a los 700 mil bpd y de 42 mil trabajadores de entonces, su nómina actual llega a 110 mil.

Maduro amenazó a las líneas aéreas que anunciaron su salida del país a causa de los $4 mil millones que les adeuda el Gobierno, que "Venezuela se respeta". A Maduro hay que decirle que quien irrespeta al país es su gobierno dilapidador y maula, que ha paralizado a Venezuela porque no paga a sus muchos acreedores. Los dólares no alcanzan porque los han robado y siguen dilapidando en plena crisis: el gasto del gobierno central aumentó 65% en relación al año pasado. Seguiremos con el tema, no sin antes decir que las empresas de maletín están de fiesta: el Gobierno estudia que liquidaciones de divisas no se hagan a través del BCV, sino desde Pdvsa. Es decir, zamuro cuidando carne.

PD: hoy todos a votar en San Diego por la esposa de Scarano y en San Cristóbal por la de Ceballos.

mcolomina@gamil.com

Del "millardito" a la quiebra del país
Marta Colomina
El Universal. Caracas, 25 de mayo de 2014

Carlos Blanco: La muerte de una revolución

 La muerte de una revolución Venezuela ve morir lo que fue un sueño para muchos. No lo hace en paz confortado por los sacramentos sino por fermentación y pudrición. Las explosiones de las estrellas se ven hermosas a millones de años luz, pero refieren quienes han estado cerca cuando estallan que aquello es un completo desastre de polvo cósmico, sillas volando, ángeles disueltos en plasma, diablos danzantes y unicornios sin luz.
Las revoluciones tienen buen lejos cuando se prometen y comienzan, pero convertidas en pasado apestan como batracios destripados.

El experimento que inauguró Chávez falleció junto con él. Tal vez no el mismo día; hasta es posible que un poco antes, pero como revolución sucumbió hace mucho tiempo, cuando gateaba. El nuevo Reich rojo de los Mil Años desapareció de la imaginación, de las esperanzas y los futuros posibles de sus seguidores. No hay un chavista hoy que más allá de querer conservar un cargo -si lo tiene- y alguna influencia -si la posee-, acaricie utopías. Le echan la culpa a Maduro por no ser como Chávez, aunque en realidad Maduro es la postrera obra de Chávez.

También en los opositores hay desconcierto. Las certezas y esperanzas que ofrecían las campañas electorales, con sus candidatos, sus tiempos, de acuerdo al esquema de algo que remedaba una democracia -sin serlo- han desaparecido. La crisis de la dirección opositora es un leve indicio de cómo las certidumbres de la sociedad no sólo mueren en la acera de allá sino en todos los frentes. Nadie hará que las inciertas elecciones de los próximos años se constituyan en las convicciones de quienes han dejado de creer en lo que hoy ven con sus ojos. Mañana ha dejado de existir.

En este marco ocurre la historia como si no fuera la historia: como si fuera la vida; la de cada cual, que comparte la desesperada búsqueda en los mercados con las cervecitas y amigos el sábado por la tarde. Por eso todo parece tan contradictorio, tan falto de sentido, cuando el sentido es precisamente su locura.

Roberta y Baltasar. En esos enredos está el tema de las sanciones que el Estado norteamericano cocina en contra de los funcionarios que han violado los derechos humanos en Venezuela. Éste es uno de los episodios más reveladores del laberinto venezolano.

Ningún dirigente político ha solicitado al Gobierno de EE.UU. que aplique sanciones al país, por tanto, desmentir esto no agrega más que sospechas. Lo que los demócratas venezolanos han exigido a todos los gobiernos democráticos del mundo es que se sancione a los funcionarios autores materiales e intelectuales de las violaciones de los derechos humanos que han ocurrido, especialmente en estos tres meses de represión inmisericorde.

Ahora, cuando el Senado de EE.UU. se apresta a discutir y aprobar el asunto salen voces despavoridas del Gobierno y de la oposición a decir que nada de eso conviene o está planteado. La cosa es simple: el doctor o el general, el ministro o el comandante que han ordenado la represión y son responsables de la muerte de estudiantes, deben ser sancionados no sólo por EE.UU. sino por la comunidad democrática mundial; el que primero lo haga ese país no debería ser motivo para hacerse los locos o para revestirse, por un rato, de un manto antiimperialista al modo de Maduro. Así como Baltasar Garzón agarró a Pinochet en Londres, así conviene a la democracia que ocurra con los responsables de tantas muertes, persecuciones y torturas en Venezuela. Si lo hace Baltasar Garzón, bien; si lo hace Roberta Jacobson, también.

La torta económica. Otro de los ejemplos de la confusión es el desastre económico y las visiones que hay en relación con las medidas del Gobierno. Se sabe de sobra que el Gobierno no va a virar a pesar de que hay voces en su seno que saben que con esta trayectoria no hay manera de enderezar la economía. Sin embargo, la economía política de las fuerzas imperantes muestra que no habrá innovación para que la economía florezca.

Al observar el panorama descrito hay empresarios cuya confianza está depositada en que Rafael Ramírez logre pasar la venta de dólares de PDVSA al Sicad II para obtener más bolívares y subsanar parcialmente el desastre al que el propio Ramírez ha conducido a la empresa. Así habría más dólares para ofrecer. Visión chiquita, básica, miope; como si el suministro político de dólares a las empresas con cupos cicateros permitiera resolver el problema cambiario. O lo otro: algunos expropiados empresarios del campo que reciben de nuevo sus propiedades, pero "prestadas", a cambio de su silencio, para ver si hacen algo con ellas. O los incrementos de precios autorizados, sin Gaceta de por medio, para que la responsabilidad quede diluida entre burócratas y comerciantes; aumentos de precios que no son más que victorias fugaces de unos a costa de la miseria de otros.
Ha llegado el momento en que una parte del empresariado se ha convertido en administrador precario de (sus) empresas que han pasado a ser posesión del régimen. Algunos lo hacen con cierta felicidad porque peor es nada. No faltan los que también apuestan a la salida electoral de 2019 no porque crean en su factibilidad sino porque prefieren la "estabilidad" de Maduro a la incertidumbre de su reemplazo, aunque sea constitucional. Tal como Jimmy Carter.

La Salida. Un episodio del enredo es la visión que un sector de la oposición tiene de La Salida propuesta por Leopoldo López, María Corina Machado, Antonio Ledezma, partidos y diputados de la Movida Parlamentaria. Cuando estallaron las protestas apostaron a que su trágico saldo les fuera endosado a los promotores de La Salida, obviando la circunstancia de que éstos habían propuesto discutir en asambleas los mecanismos constitucionales para el reemplazo de Maduro, en el acto en el cual también participó el dirigente estudiantil Juan Requesens; nunca llamaron a la violencia. Una vez que la protesta cogió la calle y que el país rodeó de simpatías a los jóvenes, entonces reconocieron -no quedaba más remedio-  la protesta de los estudiantes, pero diciendo que los de La Salida no tenían nada que ver con esa protesta, por tanto no tenían mérito alguno. La realidad es que La Salida, los estudiantes, las ansias de libertad y bienestar del país y la represión, todo combinado, lo que hicieron fue destapar un proceso del cual nadie es dueño, incubado por 15 años en las injusticias y miserias del régimen.

Protestas que incluyen a militantes de los partidos cuyos dirigentes se han opuesto a ellas. El no haber entendido lo que se movía en el país fue lo que no le permitió a ese grupo opositor asumir la protesta ni entender que el amago de diálogo sólo fue posible por ésta. La confusión, para bien y para mal, es el camino a través del cual se abren los caminos. No hay otra opción.

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Twitter carlosblancog

 
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La muerte de una revolución
Carlos Blanco
El Universal. Caracas, 25 de mayo de 2014

Elías Pino Iturrieta: Mis presos y sus presos

El intercambio de palabras entre el presidente de la república y el alcalde de El Hatillo, sucedido hace poco, ofrece luces sobre la magnitud del problema que significa el desacuerdo en las materias del diálogo requerido por la sociedad. La escaramuza apenas se detuvo en un asunto –la libertad de dos alcaldes presos: Daniel Ceballos y Enzo Scarano, sin meterse en otras honduras–, pero permite una referencia genérica que puede tener utilidad.
Smolansky pidió el fin del cautiverio de sus colegas, pero Maduro la negó de inmediato. El peticionario manejó el tema porque le pareció oportuno; no en balde se le hace difícil el contacto con la cabeza del Ejecutivo, pero especialmente porque consideró que no hacía una solicitud extravagante. El destinatario reaccionó como lo hizo porque tampoco le es expedita la ocasión de decir algo en la cara de un adversario, pero especialmente porque consideró que era una locura lo que se le planteaba. De los dos motivos de la escaramuza, el último parece relevante de veras.
Hay una discrepancia evidente en torno a la razón de la prisión de los alcaldes, que no existe, según Smolansky, pero que es motivo de sobra para mantenerlos entre rejas, de acuerdo con Maduro. Tal es punto esencial sobre el cual se hace preciso insistir. Remite a una subjetividad que no debe predominar en el ámbito de un asunto tan acuciante que provoca reacciones cargadas de emotividad y aun de violencia en el seno de la sociedad, especialmente entre los líderes y los seguidores de la oposición. Así como parte de la perplejidad que provocan unos encarcelamientos de dudosa causalidad, plantea la alternativa de motivos tendenciosos o inflados para que unos actores políticos den con sus huesos en una jaula.
¿Existen motivos que justifiquen la prisión de los alcaldes Scarano y Ceballos? Se habla ahora de ellos porque fueron referidos por Smolansky en su escarceo con Maduro, pero con la mención de su causa se pueden extender los comentarios a un conjunto numeroso de detenidos cuya captura carece de justificación, de acuerdo con los que nos oponemos al régimen, especialmente la cantidad cada vez más significativa de estudiantes que están o han estado presos por manifestar en la vía pública. La oposición considera no solo que merecen la libertad, sino también que jamás debieron ser objeto de cautiverio. El gobierno piensa lo contrario y se aferra a ese pensamiento. Las posturas nos colocan frente a un arduo rompecabezas, cuya soldadura parece muy complicada.
No se debe olvidar el hecho de que, en la inmensa mayoría de los casos, el régimen no ha dudado en el ejercicio de la represión y en la realización de procedimientos sumarios contra los apresados. La autoridad ha reaccionado con un énfasis chocante con los miramientos propios del sistema republicano frente a conmociones populares, no solo por el acarreo masivo de manifestantes sino igualmente por la alevosa manera que ha distinguido el acarreo. Cuando la sociedad observa, porque los represores han actuado sin embozo ni vergüenza, cómo se atropella y humilla a los protestantes, en especial a los jóvenes de universidades, liceos y colegios de bachillerato; y cómo se dictan sentencias de prisión sin procesos dignos de tal nombre, manifiesta indignación frente a la brutalidad y clama por la libertad de quienes, si fueron sometidos a vejaciones y dolores en el momento de su detención, probablemente la pasarán peor en la soledad de los cuarteles, sin testigos capaces de denunciar sus padecimientos.
Si concedemos que guió su intervención, la subjetividad de Smolansky tiene fundamento. No solo porque expresa solidaridad con dos colegas sobre cuya conducta no alberga dudas, sino también porque resume la sensibilidad de repulsa frente a las coacciones del régimen, que ha expresado una parte significativa de la sociedad después de presenciar un espectáculo continuado de barbarie. Con tantas evidencias a su favor, lo que parece subjetivo se acerca confiado a la objetividad. Aparte de machacar una versión contra la que chocan incontestables vicisitudes, Maduro apenas cuenta con palabras sin asidero en la realidad. La realidad expresa su brutalidad sin recato y se levanta contra una respuesta que no tiene intenciones de ser distinta. No se ha comentado ahora un pasajero intercambio de palabras, sino una escena capaz de dejar en claro muchas cosas.

Elías Pino Iturrieta
Mis presos y sus presos
El Nacional. Caracas, 25 de mayo de 2014

Leonardo Padrón: “Yo era un hígado”

“Mamá, ¿estás ahí?”, preguntó con un hilo de voz. “”Sí, hija, aquí estoy”, le respondió Gloria a la menor de sus hijas. Estaban solo a dos metros de distancia, pero ninguna podía ver nada porque tenían vendados los ojos. Ella, con un trapo maloliente. La hija con el propio suéter que vestía el día que el Ejército la detuvo en una calle de Rubio, estado Táchira. La hija respiró aliviada. Estaba en mitad del horror y saberse junto a su madre hacía todo menos amargo.
El miércoles 19 de marzo, como todos los días de su vida desde que está desempleada, Gloria Tobón, de 47 años de edad, se quedó lidiando con el trajín del hogar. Katheriin, la hija, fue a la tienda de bisutería donde gana un sueldo de 3.500 bolívares mensuales que penosamente alcanza para la supervivencia de ellas y tres nietos de Gloria (el mayor de 7, la menor de 4). La madre de esos niños los abandonó para irse con un hombre del pueblo. Gloria no perdió el tiempo quejándose y se dispuso a criar a los nietos. Pero ese es otro cuento. El miércoles, el Táchira entero ardía en protestas contra el gobierno nacional.
Katheriin (así, con dos “i”) la llamó a las 9 y 30 de la mañana y le contó que unos motorizados habían llegado al negocio a decirles que tenían que cerrar. Aprovecharían para ir a San Cristóbal a hacer mercado. “En Rubio no se consigue nada. Usted viera. Eso da vergüenza”, me comenta. Yamilet, otra de sus hijas, se quedó al cuidado de los niños. “Acordamos en vernos en la farmacia. Había una protesta pacífica. De hecho, algunos muchachos hasta conversaban con los guardias. Un militar me dijo que no me fuera a San Cristóbal porque eso estaba muy feo. Entonces nos sentamos un ratico a apoyar la protesta”. Gloria habla con marcado acento andino. Su voz tiene la templanza de las serranías. Solo en los riscos muy empinados se agrieta.
 No pasó mucho tiempo para que apareciera una nube de motorizados, me cuenta. Habla de más de veinte, con sus respectivos parrilleros. “Arremetieron contra todo el mundo. Salimos corriendo y oí unos gritos espantosos. Yo me volteé a ver y era una muchacha. La estaban cacheteando horrible. La agarraron por el cabello y la iban a arrastrar por el suelo con la moto andando. Yo me devolví a defenderla”. Un gesto intolerable para los efectivos. Uno se bajó de la moto y la empujó contra la reja del terminal de autobuses.  Le cayó a patadas. Una. Dos. Tres. Muchas veces. El otro le puso una pistola en la frente. El primero, encolerizado, le gritaba: “¡Mátala, mata a esa perra. Dispara!”. Katheriin intercedió. Era su madre, por Dios. Los hombres entonces giraron el periscopio de su violencia hacia la muchacha de apenas 21 años. “La golpearon muchísimo. Yo les gritaba que me mataran a mí y la soltaran a ella”. Madre e hija en encarnizada defensa una de la otra. La calle entera era un caos. Los soldados distrajeron sus golpes en otra gente. Alguien las sacó de ahí en una moto hasta la entrada de Rubio. “Fuimos a donde la suegra de mi hermana a pasar el susto”. Faltaba lo peor.
***
Luego de un largo rato salieron, con ánimo de volver a su casa. Pero vino una nueva arremetida: “Salimos corriendo todos otra vez. En mitad del gentío se me perdió mi hija”. Se desesperó. Gritaba su nombre. Corría de un lado a otro. La autoridad era una jauría hambrienta. Vio la reja abierta de una casa y se metió. La gente de la casa la sacó a patadas. La entregaron a los efectivos. “Uno me empezó a ahorcar. Yo me estaba asfixiando. Otro me echaba vinagre en la cara: “¡Te gusta el vinagre, guarimberita! Abre los ojos, coño de tu madre!”. Una mujer de uniforme le propinó otra ración de patadas. La tiraron dentro de una camioneta, de cabeza. “Vamos a ver si cuando te pongamos electricidad no vas a decir quién te financia”. Ella no  entendía nada. Mientras se la llevaban detenida, solo pensaba en su hija.

***
 Apenas entró al salón vio a Katheriin, vendada, descalza. Pero no tuvo tiempo de mucho. La trasladaron a un cuarto: “Allí me echaban agua encima. Eso era a cada rato. Luego me colocaron descargas eléctricas en las uñas y en los pies. Unos corrientazos muy fuertes. También me lo hicieron en los senos…”.
(Gloria dejó de hablar, se le atascaron las palabras en la garganta, en el cielo de la boca, en el recuerdo. Se puso a llorar, como partiéndose en  pedazos. Se excusó conmigo: “Ay, discúlpeme, es que esto es muy fuerte”. Narrar los hechos le hizo exhumar el pánico. Tomó aire. Y siguió).
“Entonces llegó una mujer que regañó a los soldados. Me llevó junto a mi hija. Ahí nos tenían esposadas. Y nos fueron pasando a otro cuarto una por una. Nos tomaban fotos. Yo no sabía para qué. Cada vez que traían a un estudiante detenido era horrible, los gritos, lo que le hacían. A mi hija la pusieron a ver cómo golpeaban a un muchacho, un enfermero. Katheriin lo conocía. Lo arrodillaron y le daban patadas en la cara. Le partieron la nariz y casi la mitad de la dentadura. Sangraba tanto que mi hija casi se desmaya. Se burlaron de ella. Decían: ‘¡Malditos, los vamos a llevar a una fosa, los vamos a picar en pedacitos!’. A mi hija le decían que la iban a trasladar para la cárcel de Santa Ana para que la violara un pran. Yo era puro llorar, estaba demasiado asustada. Duré doce horas con los ojos vendados, imagínese eso. A cada rato pasaban y nos golpeaban. Había uno que se paraba encima de los pies descalzos de mi hija, por puro gusto. Nos agarraron los teléfonos y ponían cosas horribles. Cuando alguien me llamaba le decían que ya yo estaba muerta”. Gloria se detiene. El llanto le tapa la boca otra vez. Le amarra las frases. Es devastador cuando se calla.  
A medianoche llegaron el alcalde de Rubio y varios concejales a ver el estado de los detenidos. Previamente, los efectivos se encargaron de desesposarlas, quitarles las vendas, limpiar los golpes, peinarlas. A los estudiantes los vistieron con cualquier franela a mano. Un concejal, cuando vio el estado de la madre y la hija, no dudó en decirle a un sargento: “Yo me cambio por esas dos mujeres”. Lo ignoraron por completo. A las dos de la madrugada llegó el Cicpc. A Gloria le dieron para que firmara una declaración donde reconocía que le habían respetado todos sus derechos. Ella se indignó, dijo que no lo iba a firmar porque era falso. Demasiado falso. De paso, ya le había contado Yamilet, en un momento que logró verla, que un guardia había montado en Facebook una foto suya, vendada, rodeada de bombas molotov, morteros, clavos y botellas de vinagre. La postal de una terrorista.
***
Eran 22 detenidos, dos profesores, un fotógrafo, estudiantes, gente que no estaba protestando y un discapacitado con la pierna llena de perdigones. Entonces las montaron en un convoy. Las llevaban agachadas. A Gloria le tenían un pie montado sobre la cabeza: “Aquí va esta perra maldita”, decían. Les quitaron los 2.600 bolívares que llevaban para hacer mercado. Las llevaron hasta el comando de San Antonio del Táchira. Allí duraron tres días detenidas. Nunca les dejaron ver a la familia. Les servían solo arroz en las comidas. Arroz. Arroz. Arroz. “Allí estuvimos, desde el miércoles hasta el viernes, sentadas, sin poder acostarnos, sin bañarnos ni cambiarnos de ropa. Decían que nos iban a hacer un juicio militar, imagínese. Nosotras no entendíamos nada. ¿Juicio por qué? Nos querían llevar al Centro Penitenciario de Barinas”.
“Mamá, estoy asustada”. “Yo también, hija. Vamos a rezar”.

***
Finalmente, gracias a la marcación cerrada de los abogados del Foro Penal Venezolano, lograron salir. Tienen una medida cautelar. Madre e hija deben presentarse todos los 24 de cada mes en la fiscalía de San Antonio.
Gloria, a pesar de tanto, es irreductible. “Yo quería demandar porque me violaron mis derechos”. Cuenta que la hija, aterrada, le rogaba: “Mamá, nosotros somos muy humildes, somos pobres, ¿quién nos va a escuchar?”. La juez le dio un argumento mayor: si demandaba todo sería peor.
Le pregunto si le parece más apropiado que use un seudónimo para esta crónica. “No me importa que diga mi nombre. No quiero que esto le pase a ningún otro venezolano”. Me quedo en silencio. “Claro”, apenas respondo.
 Me habla de las secuelas. Contusiones, golpes internos, inflamación de la cervical, dislocación del hombro. Y el sueño, que se le fue no sabe para dónde. Aún conserva algunos morados en el rostro. Entonces me suelta una frase que resume toda la violencia: “Yo era un hígado… Mi cara era un monstruo”.
“¿Tiene miedo?”, le pregunto. Me confiesa que teme que en una de las presentaciones la dejen detenida. “¿No prefiere callar?”,  insisto. “Todo esto tiene que saberse”, explica. Anoté su nombre por segunda vez: Gloria Tobón.
 “Yo estudié hasta cuarto año de bachillerato. He trabajado como repostera, en mantenimiento, cosas así. Ahora soy una perseguida política, ¿qué me le parece?”. Un nieto la requiere con llanto y persistencia. Cuando terminamos de hablar me asomo a la ventana. En la calle veo una pancarta: “Maduro es Pueblo”.
 Esta es solo una de las 160 historias de tortura que nunca se han contado en cadena nacional.

“Yo era un hígado”
Leonardo Padrón
El Nacional. Caracas, 25 de mayo de 2014