sábado, 1 de noviembre de 2014

Américo Martín: Los jinetes del Apocalipsis

1 Hombre valiente y teatral, exuberante y conciliador. De no rendir su cabeza a la guillotina a lo mejor Robespierre no se hubiese entronizado. La historia habría sido otra, quizá mejor. Hablo de aquel líder del pueblo llamado George Jacques Danton.

¿Tenía razones para retar al verdugo? Ninguna, pero su varonil desplante fue un modelo de firmeza frente a la ruina, la muerte, las epidemias, la tortura y demás maldiciones que se le atraviesen al desamparado animal humano.

Saltemos de la tragedia francesa de 1791 a la tragicomedia venezolana de 2015, para ver en qué forma aplicar el gesto de aquel líder revolucionario al proceso bolivariano.

-La popularidad de Maduro ­secretea preocupado un chavista cupular- cayó a 24%.

La economía, lo saben todos, alcanzó inimaginables niveles críticos. La violencia crepita en la superficie político-social y erosiona al bloque gobernante. Inconformes, los colectivos exigen sea enjuiciado el general caído, y despedido Diosdado Cabello. El poderío de éste debería protegerlo pero no ha sido así. Utilizados por medradores anhelosos de posicionarse en la cúpula, los colectivos exhiben ahora una fuerza determinante que desborda al irresoluto gobierno.

En lugar de reír a lo Danton, Maduro la angustia pintada en el rostro- compra conciencias en intento infructuoso de detener la marejada. El aumento del sueldo de los militares -¡décimo segunda vez en quince años!- ha despertado indignación, no contra los uniformados, sino contra el régimen que no hace sino manipular calamidades. Han estallado muy duras declaraciones de chavistas desengañados. Hablan sin miedo. Son denuncias con aroma de pólvora. Carlos Hurtado, líder de clase media socialista, casi grita en rueda de prensa: -¡Esto se está desmoronando!


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Y, déjenme decirles amables lectores, que también manipulan verdades, extrayendo de ellas lo que nadie podría.

-Ni siquiera reconocen ­discursea estremecido Germán Saltrón- la heroica entrada de Venezuela en el Consejo de Seguridad de la ONU.

-¿Pero hombre qué te pasa? Nuestro país ya estuvo en ese sitio en varios períodos: 1962 y 1963 y 1992 y 1993. Nadie salió a la calle a celebrar con pífanos y panderetas o tirando el sombrero al aire porque sencillamente no es algo del otro mundo.

Importante de verdad habría sido alcanzar un puesto permanente en el Consejo de Seguridad. Brasil y Argentina han estado discretamente buscándolo. No se les ha visto alardeando infladas glorias, sin duda porque en este particular carecen del sentido del ridículo que sudora el representante bolivariano.

El buen Saltrón no está para quedarse callado. -Sí, es verdad, pero es que ahora no somos colonia. ¿Cómo responder a semejante nadería? A falta de obras que exhibir... No obstante, Maduro ha podido desplegar sonrisas, así no sea al pie del patíbulo como el vehemente Danton.

Le pareció fácil apropiarse de las merecidas victorias electorales de Evo y Tabaré. Pudo así cambiar por una sonrisa plena las arrugas de la angustia.

-Pero esos resultados nada tienen que ver con el socialismo, Nicolás, sino con los indicadores de crecimiento, inflación, empleo. Evo y Mujica muestran cifras que hablan por sí solas.

Por supuesto, si Evo, Tabaré o incluso Dilma hubieran encarado sus compromisos electorales con las negras cifras de Venezuela, habrían sido despedidos del poder con la suela de un zapato marcada en las posaderas.

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Si Maduro entendiera o le dejaran entender que la mejor vía para superar crisis pasa por consensos y diálogos, no insistiría en cargarle a la oposición la culpa del descomunal fracaso de su modelo. La lista de las fallidas acusaciones oficialistas se pierde en el tiempo. La conducta del Poder Judicial es vomitiva. Han dado lustre mundial a sus acusados, porque los errores siempre tienen un costo. La arremetida contra Tal Cual fortaleció a imagen de su noble director. Las obsesivas agresiones contra López, Capriles, Ledezma y Berrizbeitia, para nombrar solo las de estos días, son zarpazos contraproducentes. Y está la MUD, discutiendo unida. Es hoy por hoy el techo más consistente bajo la tormenta. El más visible, diría.

Su fortaleza descansa en su peculiar unidad. Es un punto de confluencia para las variadas corrientes del pensamiento y prefigura un porvenir democrático digno de ese nombre. Cuando las columnas del país se estremecen, es la referencia más firme.

No obstante se resiente de dos debilidades:

-Primera. Le piden misiones que por naturaleza no puede realizar. Es una confederación de partidos abierta a la sociedad civil no diseñada para honrar la esperanza de quienes quisieran transmutarla en maquinaria política con estrategia y vocería únicas. Partido de gobierno contra partido de oposición. Pero si así fuera su representatividad se esfumaría. Lo procedente es que convivan MUD, líderes naturales y partidos, cada uno a su aire, en el marco de la estrategia general. La MUD debe ser expresión de unidad y centro de confluencia político-electoral.

-Segunda. La desconfianza, que en el gobierno cuestiona el modelo mismo, el anacronismo conceptual, la violencia, el pensamiento único y el asedio contra quienes piensan distinto incluso en sus propias entrañas, opera en la MUD de otra manera. Es un subproducto envenenado de su fortaleza plural. Envuelve rivalidad y zancadilla.

La unidad de la MUD, sus componentes, líderes y agrupaciones destacadas no es un asunto menor. Es clave para cimentar la recuperación del país y la reconciliación política y ciudadana, sin pases de recibo, venganzas, odio encubierto y corrupción, que son ­permítame Vicente Blasco Ibáñez- los cuatro modernos jinetes del Apocalipsis.


Américo Martín
Los jinetes del Apocalipsis
Tal Cual. Caracas, 1 de noviembre de 2014

Pompeyo Márquez: Una experiencia útil

La Junta Patriótica de 1957 que lideró la lucha contra la dictadura de Pérez Jiménez es una experiencia digna de estudiar, sobre todo las formas organizativas que adquirió y que tuvieron la modalidad de réplicas de la Junta Patriótica Nacional: junta patriótica estudiantil y Frente Universitario, la femenina, la sindical, de los periodistas, de los ingenieros y gremios en general.

Cada Junta Patriótica conservaba su hegemonía, se le respetaban sus luchas específicas y su autonomía. De su seno surgieron los principales dirigentes que irían a liderar la lucha de 1958 que conduce el derrocamiento de la dictadura militar. Los diversos agrupamientos facilitaron la actividad particular, y en general mantuvieron activo un foco de resistencia a la opresión.

¿Por qué decimos que es útil? Sencillamente porque guardando la distancia de los cambios de realidades, esta modalidad podría ser una forma para la MUD de combinar lo electoral con las luchas sociales. Como dice Chúo Torrealba no se trata de confiscar esas luchas sino de darles su propia autonomía, respetarles sus liderazgos pero manteniendo lazos con la MUD. Esto permitiría la ampliación del radio de acción de la alianza opositora.

La realidad para el 2015 es de mayores dificultades en el área económica, si se mantiene la tendencia a la baja de los precios del petróleo y el barril llega a 76 dólares. La profundidad de esa crisis que afecta cada día más el nivel de vida de todos los venezolanos por igual, no necesita mayores explicaciones. Se forzará una realidad con rasgos nuevos y permitirá participar en las elecciones parlamentarias en mejores condiciones para la alternativa del cambio democrático, entendiendo este cambio como un cambio de gobierno y de régimen que es la única solución dentro de una perspectiva democrática y de República civil.

Esta realidad del año 2015 debe ser estudiada en profundidad y obligará a la alternativa democrática, con la participación de vastos sectores, a formular una plataforma de cambio y convocar al país a luchar por ella. La dirección política actual tiene por tanto una gran responsabilidad. Tiene que entender qué es lo que va a pasar el próximo año y prepararse para ello. Dicho de una manera más directa, son previsibles luchas sociales y al mismo tiempo unas elecciones en las cuales se debe alcanzar una mayoría para producir el cambio que la realidad venezolana, después de 16 años de gobierno chavomadurista fracasado, reclama.


Pompeyo Márquez
Una experiencia útil
Tal Cual. Caracas, 31 de octubre de 2014


Fausto Masó: El primer antichavista del mundo

Antes que Chávez fuera Chávez, cuando era un oscuro oficial, el primer antichavista del mundo no dejó en pie ninguna de sus ideas. Como no lo leyeron, Chávez llegó al poder.
Se llamaba Carlos Rangel, se pegó un balazo varios años antes del golpe del 4 de febrero. Carlos Rangel fue el único intelectual que creyó que la democracia venezolana era digna de ser defendida, a contrapartida de un Uslar Pietri, por ejemplo.
Carlos Rangel refutó al chavismo antes de que existiera. En la UCV quemaron sus libros, lo agredieron físicamente a él y a su esposa Sofía Imber.
Carlos Rangel afirmaba:
“Esto no es el paraíso, pero tampoco es el infierno. Esto es un país cuyo progreso se acerca bastante al máximo posible. Pero la mentira que sí se dice todos los días, que todo es malo en este país y que es preciso destruirlo todo para construir algo que valga, es lo que tratamos de refutar nosotros día a día”.
El discurso de Chávez usa el mito del buen salvaje, la imagen de un país víctima de extranjeros malvados, primero, de los españoles; más tarde, los norteamericanos. Carlos Rangel escribió: “Todo comienza con el rechazo de todo lo español, la pretensión descabellada de que nada le debemos a España, de que fuimos invadidos por España en 1492, y de que 300 años más tarde cuando expulsamos a los españoles volvimos a ser los indios americanos precolombinos. En México se llega al extremo de que en todo el país no hay ni un monumento a Hernán Cortés. Ellos sostienen seriamente que ellos expulsaron al invasor español hacia 1820, no tengo la fecha exacta en la memoria, con el agravante de que México o Nueva España, como se llamaba, fue una de las provincias españolas en América más fiel, que allí los criollos no tenían ganas de romper con España, tampoco el Perú. En México, consumada la ruptura y ya en evidencia esta mitología, sostienen haber expulsado al invasor español, Cortés es un canalla en los murales de Diego Rivera, y Colón es el hombre que, por desgracia para México, vino en esas fatídicas carabelas a estropear el Nuevo Mundo, el viejo mundo americano, el mundo precolombino, el mundo del buen salvaje”.
“El mito del buen salvaje lo creó Occidente, y ha conquistado el mundo, una civilización revolucionaria, porque antes de pensar los hombres que el buen salvaje existía, en lugar de ser un vago mito, aceptaban, menos mal, los malos gobiernos, que son todos, pero desde que se piensa que es posible un gobierno perfecto y una sociedad perfecta, los hombres nos hemos hecho más impacientes con los gobiernos que tenemos. Entonces se produce la primera revolución moderna, que es la Revolución norteamericana, y las provincias españolas de América, removidas por ese hecho, se ponen a jugar a la independencia, yo digo a jugar a la independencia porque es lo que creían ellos que estaban haciendo; es cierto que oligarquías criollas sienten que, tal como los criollos norteamericanos, estos descendientes de ingleses, ellos podrían sustituir sin demasiada pena, ni demasiados problemas, ni demasiada sangre, ni demasiada violencia y sin destruir nada, desde luego, al gobierno colonial español por gobiernos locales. Eran los primeros nacionalistas, los primeros dirigentes de una sociedad que querían ser ellos mismos quienes ocuparan los primeros puestos, y no los enviados de la península. Lo que ocurrió fue bien diferente, fue una guerra terrible que duró 15 años y donde Hispanoamérica quedó casi destruida. En esa guerra se declararon aquellos hombres herederos, descendientes y vengadores de los incas, de los aztecas, los otros imperios indígenas que habían sido conquistados por España, y luego se declararon, por lo mismo, ajenos y enemigos de todo lo español. Posteriormente, América española entra en una etapa de seguir imitando a Estados Unidos, y digo seguir imitando porque el movimiento de emancipación fue una imitación del movimiento de emancipación norteamericano, mucho más que el francés, que es otra de las mentiras que dicen, como hoy en día los norteamericanos ya no son populares ni simpáticos, ya nadie quiere admitir que se les deba nada.
“En Venezuela nadie recuerda que se quiso declarar la Independencia el 4 de julio de 1811, en el aniversario de la Declaración de Independencia norteamericana. Como no se pudo ese día, se declaró el 5. Las constituciones de la América española están calcadas de las estructuras políticas norteamericanas”.
El libro lo tituló Carlos Rangel: Del buen salvaje al buen revolucionario
Los latinoamericanos se presentaron como los descendientes del “buen salvaje”, de esos indios supuestamente “virtuosos, bondadosos, pacíficos, felices, que vivían en sociedades justas...”. ¡Pura mentira! Se inventó que había millones de indios. 100 millones-150 millones, o 200 millones... Todo examen científico de este problema concluye que no había más de 10 millones o 15 millones de habitantes en el hemisferio. Tenochtitlán, de acuerdo con cualquier análisis medianamente científico, no tuvo más de 20.000 o 30.000 habitantes.
Aunque Rangel fuera de los pocos intelectuales venezolanos que defendiese a los exilados cubanos y condenase la dictadura cubana, reconoció la estatura política de Fidel Castro. Después del Libertador era el primer latinoamericano que había trazado una política de alcance mundial. Según Rangel, el complejo de inferioridad que sienten los líderes latinoamericanos hacia Castro los colocaba en una posición ridícula. Admiraban en silencio su desafío a Estados Unidos sin imitarlo.
Carlos Rangel fue el primer antichavista del mundo. No lo leyeron, no lo leen. Así nos va.

Fausto Masó
El primer antichavista del mundo
El Nacional. Caracas, 1 de noviembre de 2014