lunes, 21 de abril de 2014

Pablo Aure: El chantaje de la paz

El chantaje de la paz
PABLO AURE
El Carabobeño. Valencia, 21 de abril de 2014

Cuando analizamos las negociaciones para buscar la paz en otros países, o aquí mismo en Venezuela durante la pacificación con la guerrilla a finales de la década de los sesenta, notamos que fueron siempre los gobiernos los que procuraron esa paz, incorporando a sus contrincantes inmediatamente a la contienda civilizada. Así lo vimos durante el primer gobierno de Rafael Caldera cuando se creó un Comité Pacificador presidido por el cardenal José Humberto Quintero. Entonces se logró por bastante tiempo la tan anhelada paz para Venezuela, surgiendo el período más prolongado de vida democrática que recuerda nuestra historia, la llamada Cuarta República. Aquellos grupos armados que tanta zozobra generaron apuntalados desde Cuba, pretendieron siempre asumir el poder por vía del golpe de Estado militar. No obstante, recibieron el debido perdón de toda la nación, en aras del bienestar y la convivencia cívica de períodos alternativos que estaba naciendo. Varios de los guerrilleros pacificados resultaron a la postre electos como senadores y diputados del viejo Congreso. Nótese: no quedaron inhabilitados, a pesar de los horrendos crímenes perpetrados.
En lo que respecta a las conversaciones que en los actuales momentos se desarrollan en Colombia con la “mediación” de la dictadura cubana (la misma que viste y calza), pues también ha sido el gobierno colombiano quien la ha promovido. Aunque no confiemos en el interlocutor ni tampoco en los posibles resultados favorables para la hermana república, si notamos un deseo ferviente del gobierno colombiano de buscar pacificar los grupos irregulares.
Aquí, en Venezuela, en verdad no hay paz que buscar, porque las protestas pacíficas (de paz) que libran los estudiantes y la sociedad civil jamás pueden parangonarse con esos escenarios vividos en Colombia y en Venezuela. Se emplea el vocablo paz intencionalmente por parte del gobierno para crear la falsa especie -hacia afuera sobre todo- de que está librando una guerra. Pero en Venezuela no hay violencia que no sea con la que las fuerzas represivas del gobierno persiguen a una masa refundida de sociedad civil y estudiantes que por métodos pacíficos protestan y no dejarán de protestar contra un régimen militar corrupto que ha dilapidado nuestra riqueza y conduce a Venezuela por un despeñadero. Pues, en ese escenario, y por el contrario, no es el gobierno el que promueve la paz y el entendimiento, sino que es la MUD, la que, aun convencida de lo forajido que es el gobierno, lo intenta pacificar. Es al gobierno al que se busca pacificar, no a guerrilleros como son, por ejemplo, las FARC. No es lo mismo, ni se escribe igual.
El pueblo venezolano es el que busca la paz, la verdad sea dicha. Los estudiantes ni la sociedad civil están armados. La guerra proviene del Estado que descaradamente emplea las armas de la república para asesinar inocentes e inermes ciudadanos.
¿Quieren la paz?
Pienso, entonces, que esa paz de Venezuela, que consiste en hacer desaparecer el terrorismo de Estado, depende de la voluntad del régimen. La gente seguirá en conflicto por sus reivindicaciones. No es pacificar a los pacíficos lo que se busca sino a los violentos que son los grupos armados o colectivos que con la connivencia de los cuerpos armados del Estado atacan a esa gente. Pero mientras no se cumplan las condiciones mínimas que han exigido los estudiantes y la sociedad civil desde la calle para levantar las protestas, la lucha cívica seguirá. Entre esas condiciones está precisamente la retirada de las fuerzas de ocupación militar cubana, y que se garanticen las libertades individuales: “libertad económica para poder vivir de nuestro propio esfuerzo; libertad de expresión para informarnos y expresarnos sin controles represivos; libertad política para manifestarnos, reunirnos y organizarnos, sin que sea un delito; y libertad para elegir sin que signifique una farsa”. La disolución y desarme de los grupos paramilitares que protege y arma el régimen para infundir el miedo entre los venezolanos, así como también la liberación inmediata de todos los presos políticos. Libertad plena para los que fueron detenidos y el regreso de todos los exiliados.
Si el régimen cumple estas condiciones mínimas del manifiesto de Mérida, es lógico imaginar que pudiéramos vislumbrar aires de paz. Por el contrario, mientras eso no ocurra, el clima de conflictividad irá creciendo cada día y con mayor intensidad.
Desunidos: ni oposición ni gobierno podrán
Las fuerzas que respaldan a Maduro no podrán salir solas de este atolladero. Tampoco la oposición sola lo logrará. En algún momento habrá que sentarse frente a frente, quizá cuando el régimen termine de hundirse.
Si no hay unidad y, sobre todo, reconciliación, seguiremos en caída libre e indefectiblemente el pueblo no solo se morirá de hambre, o de mengua en los hospitales por falta de medicamentos, sino que continuará cayendo a manos del hampa común, así como también seguiremos presenciando asesinatos de jóvenes por parte de las bandas mercenarias o colectivos armados por el gobierno como una manera, para ellos efectiva de “controlar” las protestas. Sin pasar desapercibido el ruin comportamiento de algunos integrantes de la Fuerza Armada venezolana que con saña atacan a la sociedad civil que decidió luchar por un futuro mejor.
Carabobo: ¿rebelde o sumiso?
Abordaré nuevamente el tema de la defenestración arbitraria del alcalde Enzo Scarano. Ayer dijimos que no se puede aceptar pasivamente esa tropelía del Tribunal Supremo de Justicia. Hoy lo ratifico.
Muchos se identificaron con mi posición, otros, por el contrario, pienso que no la entendieron, le hacen el juego al régimen o quizá, desean aislar a Enzo de futuras contiendas electorales. Recuerden: “la política la inventó el diablo”.
Quienes no la entendieron me dicen que mis declaraciones favorecen a Francisco Ameliach porque fomentan la abstención. Por otra parte “connotados” dirigentes partidistas me increpan diciéndome: ¿y qué propone usted? ¡Por Dios, no se puede ser tan lerdo! Lean: mi propuesta es cero pasividad. No estoy llamando ni a la abstención ni tampoco a abandonar la Alcaldía de San Diego, es precisamente lo contrario: a defenderla hasta con los dientes si es necesario. Enzo es el alcalde y punto. Pero no. Aquí quitan a Scarano y no parece importarnos. Ya tenemos otro candidato y todas a las elecciones como si mansamente estuviéramos aceptando la culpabilidad de Enzo por desacatar una orden judicial.
Señores, a San Diego por la vía electoral jamás le podrá poner la mano Francisco Ameliach, porque ese municipio ya conoce quien es el gobernador. Lo que no se puede tolerar es caer en el chantaje de no protestar y de no plantársele al régimen, so pretexto de cuidar las parcelas o espacios de poder que cada vez son más reducidos. O le hacemos frente a la tiranía o ella seguirá avanzando y haciendo lo que le provoque ¿O es que alguien piensa que a Rosa de Scarano, o a quien decidan los sandieganos sea el sustituto de Enzo, no le podrán hacer lo mismo? Y si el régimen se empeña en la cabeza de Rosa y la destituyen, ¿también se aceptará y se volverá a permitir otro eventual proceso electoral?
Destituido y encarcelado fulminantemente
¿Quién puede dudar de que a Enzo lo encarcelaron con el único propósito de apartárselo del camino a Ameliach ante el inminente ascenso del burgomaestre de San Diego a la gobernación de Carabobo? ¡Nadie!, por eso, en caso de realizarse las elecciones, la campaña debe ser manejada de manera de protesta; nunca sumisamente, si se empeñan en promocionar al candidato en lugar de hacer énfasis en el despotismo la abstención sí será monumental. No es la figura del sucesor la que hay que promover, es precisamente en favor de Enzo por quien se debe protestar. Lo mismo vale para Daniel Ceballos en San Cristóbal.
Recordando a Rómulo Betancourt
Algunos estimados amigos no han visto con buenos ojos nuestra sugerencia de reaccionar enérgicamente contra el desaguisado del TSJ y del CNE al convocar elecciones en San Diego, ellos constantemente me reclaman mis posiciones radicales, pues, es oportuno recordarles una cita de Rómulo Betancourt del año 1954, que hoy está más vigente que nunca: “Y la verdad es que nosotros no podemos pensar, en estos momentos precisos, en organizar una acción violenta que venga de los cuarteles a la calle, porque la inmensa mayoría de los oficiales afectos a las ideas democráticas han sido dados de baja, o no tienen mando de tropas, o están en la cárcel o el destierro, o traicionados por el tirano. Si no es posible organizar una acción de este tipo, no nos queda como posible sino la acción popular de masas, constante, valiente, perseverante. Esa acción debe ser conducida hacia una encrucijada en que ya no sea tolerable por el país la existencia de un régimen de usurpación, y la cólera popular se exprese en forma tan avasallante que ya no puedan detenerla las bayonetas”.

Maruja Tarre: García Márquez y la política venezolana

García Márquez y la política venezolana
MARUJA TARRE
El País. Madrid, 21 de abril de 2014

García Márquez fue tan cercano a Venezuela durante varias décadas que mucha gente se pregunta por qué no dijo nada sobre la tragedia que vivimos en la actualidad. En realidad me parece que su silencio mismo ha sido elocuente y refleja algunas de las contradicciones de su visión política.
Nació en 1927, en plena dictadura de Juan Vicente Gómez, cuando en la costa Caribe colombiana había una gran cantidad de refugiados políticos venezolanos. En “La Infeliz Caracas”, nos dice que era una categoría especial de exiliados “mucho más nuestra que las otras…Ellos me dejaron a Caracas sembrada para siempre en el corazón, a veces por los horrores de sus cárceles y a veces por la idealización de la nostalgia”. Describe algunos personajes muy cercanos, como Juana de Freites “la mujer que pobló de fantasmas los años más dichosos de mi niñez” y el Dr. Barboza, el médico de Aracataca, gran admirador de Rómulo Gallegos y quien ayudó a convencer a la mamá del Gabo sobre la importancia de la vocación de escritor. En la ciudad donde García Márquez se inicia como periodista, los más importantes políticos venezolanos de la época habían firmado el “Manifiesto de Barranquilla”, donde se comprometen a luchar, entre otras cosas, contra el caudillismo militarista, por la libre expresión, por la libertad de asociación y la autonomía universitaria. Esas ideas, avanzadas para la época, fueron sin duda alguna la base de la discusión política entre los intelectuales de la pequeña ciudad colombiana.
Años después, el 28 de diciembre de 1957, García Márquez llega por fin a trabajar y vivir en esa Caracas que “ha sido siempre para mí algo parecido a una obsesión”. Días después presencia la caída del dictador Pérez Jiménez, modelo importante junto con Juan Vicente Gómez para el dictador del “Otoño del Patriarca”. Comienza entonces un período fundamental en la vida del escritor, en ese momento periodista del área política de la Revista Momento. “Venezuela fue por poco tiempo, pero de un modo inolvidable en mi vida, el país más libre del mundo. Y yo fui un hombre feliz, tal vez porque nunca más desde entonces me volvieron a ocurrir tantas cosas definitivas”. Plinio Apuleyo Mendoza, su gran amigo y compañero de trabajo ha descrito la euforia que sintieron ambos cuando escribieron el primer editorial en la revista, al caer el dictador. “‘En esta primera hora de la democracia, los venezolanos celebramos.’ Tan cercanos estábamos a Venezuela que podíamos escribir así, impunemente.” Entrevistaron, viajaron, fueron incluso compañeros de trabajo de “los más emblemáticos personajes de esa nueva democracia. Ninguno nos fue ajeno”. De esa época le queda al Gabo un amplio conocimiento de la política y los políticos venezolanos, grandes amigos y una compenetración profunda con el destino del país.
Aunque fija su residencia en México, dice de Caracas: “una de las hermosas frustraciones de mi vida es no haberme quedado a vivir para siempre en esa ciudad infernal”. Pero no pierde el contacto con Venezuela y viene con frecuencia al país. No es una casualidad que la casa del escritor Miguel Otero Silva, centro de la vida intelectual caraqueña durante años, se llame Macondo en honor del gran amigo. Cuando regresa oficialmente en 1972 para recibir el Premio Rómulo Gallegos, algunos de sus amigos están en el poder y muchos otros en la oposición de izquierda. Era una Venezuela de diálogo y amplitud. Recibe, por parte de un gobierno demócrata cristiano, un premio que lleva el nombre de un escritor social demócrata cuya presidencia fue interrumpida violentamente por un golpe militar en 1948. García Márquez decide donar la totalidad del premio al partido venezolano Movimiento al Socialismo (MAS). Su Presidente el conocido socialista Teodoro Petkoff muy emblemáticamente usa el dinero del premio para fundar un periódico. El colombiano, que siempre consideramos nuestro, financia así un partido político venezolano y de oposición, sin que nadie lo considerase una intromisión.
Pasan los años y, a pesar de la fama y lejanía, el contacto nunca se pierde. En 1978 escribe “El General en su Laberinto”, el mejor libro que se ha escrito sobre Bolívar, el venezolano que fue a morir en esa costa colombiana tan cercana a nosotros. En el momento de recibir el Nobel en vez de frac y condecoraciones, viste un liquiliqui blanco, atuendo que tenemos en común los dos países y lo acompaña el ritmo de vallenato, la música que se oye en los “carritos por puesto” de Caracas y Maracaibo.
Llega la tormenta de Chávez. García Márquez es gran amigo de Castro, tutor y padre adoptivo del nuevo caudillo venezolano. Sin embargo, y me imagino que a pesar de las peticiones de Castro, publica una sola y reveladora entrevista con el teniente coronel que acaba de ser electo a la Presidencia en 1999. La entrevista termina con la siguiente frase: “Mientras se alejaba entre sus escoltas de militares condecorados y amigos de la primera hora, me estremeció la inspiración de que había viajado y conversado a gusto con dos hombres opuestos. Uno a quien la suerte empedernida le ofrecía la oportunidad de salvar a su país. Y el otro, un ilusionista, que podía pasar a la historia como un déspota más.” García Márquez termina su libro más famoso con una frase desoladora que describe la eterna aventura de los ilusionistas que han acaparado el poder en América Latina “desde siempre y para siempre, porque las estirpes condenadas a cien años de soledad no tienen una segunda oportunidad sobre la tierra.”

 Maruja Tarre es profesora Universidad Simón Bolívar, Caracas. @TarreMaruja

Luis de Lion: Entre La Habana y Washington

Entre La Habana y Washington
LUIS DE LION
El Universal. Caracas, 19 de abril de 2014
A pesar que en estos últimos días haya bajado un poco la intensidad de las protestas que comenzaron el pasado 12 de febrero, los estudiantes y una parte de la oposición, han mostrado que no han perdido su combatividad. Una manera de confirmar el cambio radical y duradero en el modo de hacerle oposición al castrochavismo, en particular después de los resultados electorales en entredicho que llevaron a Maduro al poder el 14 de abril del 2013.

Los estudiantes confrontan a un régimen que dispone de todo el arsenal del Estado como amenaza suprema, pero al mismo tiempo, se enfrentan a un régimen sin piso popular, con divisiones internas, cada vez más crecientes.

La violencia y la saña con que el régimen ha reprimido la protesta ciudadana, ha servido para confirmar que Maduro, es el hombre de La Habana. Que dispone de una sola estrategia. Un presidente mal elegido, que no ha hecho otra cosa que multiplicar su agresividad, encerrándose cada vez más, en sus anatemas.

Tanta ineptitud, terminará por contrariar hasta a sus partidarios. Tanto odio mezclado con torpeza, no puede explicarse sino por la voluntad constante de provocar el caos.

Es en ese contexto, que una parte de la oposición representada por la MUD, acudió el martes pasado, a un segundo encuentro con representantes del régimen, luego que quedó demostrado en el primer encuentro televisado en cadena nacional, que Maduro, es incapaz de hacer la más mínima proposición constructiva. Sorprende la actitud de la MUD. Ese entusiasmo por aceptar, el desprecio, al límite de la confrontación, ignorando el tema de la injerencia cubana, hace que ese sector de la oposición reunido en la sede de la vice presidencia, luzca en situación de debilidad en la relación de fuerzas con el régimen.

Sería terrible que dicho raquitismo político de la MUD, sea producto de la sorpresa ante la amplitud de la protesta ciudadana.

Antes que comenzaran los encuentros entre Maduro y la MUD, ese sector de la oposición parece no haber calculado, ni mucho menos, imaginado las medidas que tomaría ni cual sería su actitud en caso que, como a todas luces ocurrirá, no avancen, ni progresen las discusiones con el régimen.

La estrategia de, no colocar como condición primordial, la liberación de Leopoldo López y de los alcaldes Enzo Scarano y Daniel Ceballos, así como la reincorporación de la diputada María Corina Machado, le pareció a la MUD que le permitiría esperar una mejor cooperación por parte de La Habana, al tiempo que voceros de la MUD, en una suerte de esquizofrenia política, llaman a seguir protestando.

Todo justo cuando, el secretario de Estado, John Kerry, expresaba el martes 8 de abril, el respaldo de Estados Unidos a la misión de Unasur que promueve el diálogo entre el gobierno y la oposición: "Actualmente apoyamos mucho los esfuerzos de mediación de un tercero dirigidos a tratar de parar la violencia y ver si se logra un diálogo honesto". Ello en contraste, a lo señalado el pasado 27 de marzo, por la secretaria de Estado Adjunta para el Hemisferio Occidental, Roberta Jacobson: "Estados Unidos no descarta ninguna posibilidad de ejecutar sanciones en el futuro, pero soy enfática en descartar cualquier posibilidad de intervención militar".

Ese escenario, el del "diálogo honesto" le permitiría al país, a decir de cierto maniqueísmo de opinión vernáculo, escapar de la alternativa catastrófica, que ellos mismos anuncian, entre diálogo o guerra civil.

Pero un diálogo realmente honesto debutaría por asumir la verdad del dominio cubano, de modo sistemático, como bandera fundamental de lucha. La tradición negociadora, la juridicista, impone el tema soberanía como un principio básico para cualquier negociación. Pero la MUD no está siendo ni realista, ni pragmática, al negarse a hablar de la insoportable injerencia cubana.

No comprendo, ese empeño, de la MUD, en exigirle al régimen un esfuerzo, en gestos de menor costo político.

Seguiremos esperando, mientras en lo inmediato se impone como prioridad mantener la protesta, la resistencia ciudadana, hasta hacerle comprender al régimen que la detención de Leopoldo López, de Enzo Scarano y de Daniel Ceballos, es un abuso inaceptable.

Dialogar con el régimen de Maduro, nunca lo tuvo, ni tendrá sentido alguno, sin la participación en las negociaciones de Leopoldo López, María Corina Machado y el liderazgo estudiantil.

No hay razón para dejar que la propaganda del régimen perpetúe el mito de la oposición buena y la oposición mala. Aceptarlo es una aberración política.

@ldelion

luisdelion@gmail.com

Rafael Poleo: Cara de Hereje

Cara de Hereje
RAFAEL POLEO
El Nuevo País. Caracas, 21 de abril de 2014 (Blog de Pedro Mogna)
 

Eduardo Semtei: Conversaciones telepáticas con un dialogante

Conversaciones telepáticas con un dialogante
EDUARDO SEMTEI
El Nacional. Caracas, 21 de abril de 2014

En un descuido de Diosdado “Scarface” Cabello y Ramón del Rosario Aveledo tuve la oportunidad de colearme como un vulgar arrocero dentro de la Fiesta del Chivo, carajo que me equivoco, quería decir en la Fiesta del Diálogo que se celebra con pompas y sin papelillos en la Sala Carlos Marx.
Sorprendo al Negro Aristóbulo trepanándose las encías con un palillo de oro debido a trocitos de langosta que tiene adheridos a sus espacios interdentales. El Negro, como le dicen, almuerza regularmente crustáceos, moluscos y mariscos. Atrás quedaron las arepas reina pepeadas y los emparedados de pernil. De reojo me fijo que Pedro Pablo Fernández consulta cada minuto con su progenitor, no suelta el teléfono ni un instante. Los otros invitados se miran con recelo. Le pregunto a nuestro dialogante ¿Por qué no hay estudiantes en esta reunión?
Ummh. Dudando. Meditando. -No tengo ni idea, ciertamente me parece más raro que el cipote que no esté ni siquiera el gordo Requesens que es justamente adeco?
-¿Qué esperan ustedes de este proceso?
 -Bueno para mí, y eso aquí entre nos, yo no espero nada. El gobierno que perdió la batalla internacional por knock out fulminante y que tiene un bajón en las encuestas que lo tienen por el piso busca afanosamente un tiempito para tratar de recuperarse. Los cancilleres de UNSUR le dijeron que corriera o se encaramara, quiero decir, que renunciara o dialogara. Lula lo tiene loco a llamadas; unas diciéndole que pacte un gobierno de consenso, otras cobrándole lo que le deben a su pana Norberto Oberdrecht. La Bachelett anda arrancándose los pocos pelos que le quedan viendo el desastre económico y la Kirchner simplemente contempla como la sociedad argentina comienza el inexorable proceso de deterioro e inseguridad que corroe los cimientos de ese sureño país.
-¿Y la oposición?
-Andan enredados. Parece ser que quienes verdaderamente animan, conducen y dirigen las protestas son los estudiantes. Y en algo tienen que ver Leopoldo, María Corina y Ledezma, a más, claro está, de movimientos acéfalos, antipolíticos, radicales, que no se sienten representados en la MUD.
-¿Cómo ves la actuación de los participantes?
-Ay Señor de la Cuaresma y de la Virgen de la Angustias. Destaca por su actitud desafiante, ofensiva y full de pacatería Mr. Scarface. Abre la boca y vomita provocaciones, retos, ofensas, disparates y necedades. Se ve a leguas que Maduro lo pellizca duro en la pierna cuando oye el rosario de barbaridades que al mismo tiempo dejan boquiabierto a los cancilleres invitados. El Indio Velázquez, zamarro y avezado, desconfiado como quien camina entre culebras venenosas, presentó como iniciativa una Ley de Amnistía que los representantes Rojos Rojitos echaron rápidamente al basurero. Lo único que le pudieron sacar fue un examen médico a Simonovis. Para mí, creo que el Indio no vuelve a sentarse en la Mesa Redonda. Tenemos allí a Didalco. A buen bicho señores. Nadie sabe exactamente a quien representa. Se fue huyendo, perseguido por policías, fiscales, jueces, acreedores, socios, señoras con hijos, un verdadero ejército, y regresó con el cuento que él no quería huir, pero fue Ismael García quien le suministró sin su consentimiento dos cucharadas de burrundanga, para luego trasladarlo inconscientemente a Bogotá, luego al Perú. Tenemos a Pinto. El Tupamaro. Comandante Supremo de los Colectivos y Otros Grupos Paramilitares; entonces dígame usted Sr. Semtei. Una comisión donde esté Diosdado, Pinto y Didalco que significa realmente en términos de diálogo. Para mí, aquí entre nos, un claro despropósito.
-¿Y Henri Falcón?
-Creo que es uno de los pocos que asiste a las conversaciones con una cierta esperanza.
-¿Capriles?
-Llega a las reuniones cauteloso y precavido. Se evidencia en sus gestos y miradas que conoce al adversario. Busca un chance para confrontar a Maduro y que quede en claro la distancia abismal que en materia de formación, civil, ciudadana, científica y política los separa. Pero creo que el presidente no le dará el chance
- ¿Y entonces por qué asistir a esos encuentros?
-Simple Mr. Watson. En política los únicos que no pueden verse son los ciegos, y los únicos que no pueden hablarse son los sordomudos. Toda confrontación entre adversarios abre la oportunidad de que uno derrote al otro. Que una parte saque ventajas políticas y eventualmente electorales. Si Maduro no asiste, un movimiento telúrico no electoral que lo desalojará del poder, sería recibido por la comunidad mundial con muy ligeras críticas. Maduro no tendría cómo patalear ente nadie. Si la oposición no asiste, estaría evidenciando que anda enredada en vainas militares. Así que como siempre en esa reunión cada dos personas son varias. La verdadera. La que quiere aparentar. La que oculta. En fin. Como dijo el viejo sabio. Conversar para evitar la guerra. Hasta que el Infierno se congele.
 @ssemtei