Corto y Profundo
El Sádico Placer
RAFAEL POLEO
El Nuevo País. Caracas, 5 de abril de 2014 (Tomado de El Blog de Pedro Mogna)
sábado, 5 de abril de 2014
Américo Martín: Tortura por gusto
Tortura por Gusto
AMERICO MARTIN
El Nuevo Herald. Miami, 5 de abril de 2014
"La tortura es un delito con jurisdicción universal. Las personas que están manejando el asunto en Venezuela lo deben ver con mucho cuidado. No adoptar medidas para sancionarla comporta responsabilidad penal. Cualquier Estado puede reclamar la jurisdicción para conocer de los hechos, así le pasó a Pinochet en el Reino Unido".
Pedro Nikken
Ex presidente de la CIDH
Pese a sus operaciones mercantiles de salvamento, las autoridades cubanas siguen hablando de socialismo. Es un concepto alrededor del cual se estructuran la Constitución y el Estado, al igual que en China, donde todavía –sin mucho énfasis, desde luego- continúan adornando de socialismo sus vertiginosas decisiones liberales de mercado. Todos sabemos que mienten a conciencia. Todos, incluso ellos. ¡Pero cómo admitir un error pregonado con sangre por más de 60 años! No habiendo oposición ni medios en capacidad de defender la memoria contra el olvido, la falacia transcurre sin ser perturbada.
En Cuba o en relación con ella y por extensión en la Venezuela dominada por el chavismo, nació el concepto de Socialismo Siglo XXI. Su reconocido autor es Heinz Dieterich, con quien tuve un fructífero y cordial intercambio comunicacional, que se cortó bruscamente por circunstancias ignoradas por mí. Con rigurosa honestidad intelectual, Dieterich se convirtió después en crítico de los sistemas castrista y chavista.
En Cuba ya no se menciona la fórmula de Dieterich y en Venezuela, muy poco. Démosla pues por caída en desuso a sabiendas de que lo más grave es el abrupto naufragio del modelo mismo. El de Cuba, le reconoció el caudillo Fidel a los periodistas Jeffrey Goldman y Julia Sweig, no le sirvió ni a los cubanos. El de Venezuela entró en declive conforme al estilo del señor Maduro, vale decir, sin hablar de eso, sin mencionar nada y sin atreverse a reconocerlo. Bueno, al fin y al cabo Chávez y menos Maduro no se parecen en eso a Fidel y Raúl.
Ese extraño estilo madurista invierte el sentido del apotegma de Chou enlai dirigido a su huésped, el desconcertado Nixon:
"Presidente, crea en lo que hago, no en lo que digo".
Frase certera como se fue viendo en lo sucesivo, pero lo de Maduro más recuerda al trabucado Cantinflas, a quien había de creérsele lo que decía, no lo que hacía.
Decretó el hombre la muerte del "socialista" control de precios sin publicarlo en Gaceta Oficial, como para que sus seguidores no captaran la deserción y en cambio sí lo hicieran los empresarios cuyas inversiones quería estimular, pero a "lo Maduro". Por eso todo el esguince quedó descubierto.
Y no obstante los empresarios se quejan porque los ciegos del gobierno irrespetan puntualmente el acuerdo forjado con Maduro ¡alegando que no aparece en Gaceta Oficial!
El caso es todavía más extremo, contraproducente e irrisorio en el manejo oficialista del delicado tema de los Derechos Humanos y la conducta que asumen en situaciones tan emblemáticas como las de MCM y los alcaldes y gobernadores de oposición. Sus tortuosos laboratorios de guerra los acusan de promover el terrorismo ¡precisamente contra el gobierno más terrorista que hayamos tenido desde la caída de la dictadura de Pérez Jiménez!
Como el ladrón que grita ¡al ladrón! para que no se fijen en él, el gobierno venezolano ha entonado un intenso concierto de acusaciones para responsabilizar a sus víctimas de los fantasiosos delitos que les ha irrogado. Ejerce una agresiva dictadura mediática y controla los poderes del Estado. Lo sorprendente es que usa ese inconstitucional monopolio para justificar la tortura.
La defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, declaró que al régimen lo exime de violar los derechos humanos el que la totalidad de los poderes avale su inocencia. Como decir que los aplausos de la mayoría parlamentaria oficialista o el respaldo de los ejes del totalitarismo estaliniano o nazi, fueran los más convincentes argumentos a favor de la inocencia de nadie.
Esa misma funcionaria quiso debilitar la abrumadora evidencia que acusa al gobierno de acosar disidentes y generalizar la tortura, alterando el significado de tan despreciable delito contra la humanidad. Debe entenderse por tal, dice la defensora –reflejando perfectamente la opinión dominante en el régimen- aquella práctica dirigida a obtener confesiones del maltratado. No pocas de las denuncias minuciosamente documentadas por el Foro Penal venezolano y demás organismos de defensa de los derechos humanos, contemplan expresamente ese caso, lo que bastaría entonces para mostrar el sendero que conduce a La Haya, pero lo peor es que aún así Ramírez tergiversa tendenciosamente la idea.
La Asamblea General de la ONU y la Convención Interamericana contra la Tortura –para mencionar solo dos eminentes organizaciones, entre decenas- no limitan el infame procedimiento al caso mencionado por la funcionaria del gobierno madurista, sino que incluyen muchos bestiales maltratos que no solicitan expresamente confesiones.
El régimen es propenso -como las autocracias de todos los tiempos- a borrar el pasado para acomodar la historia a sus cuestionados y estólidos procesos.
Nadie debería olvidar el comentario vertido por uno de los venezolanos más recios y honestos; un torturado a quien no pudieron arrancarle confesiones. Me refiero a José Agustín Catalá, quien pasado el techo de sus noventa años, es testimonio viviente contra la infamia.
Torturaban por desnudo sadismo –declaró Catalá- no por arrancar secretos.
El oficio de torturar. El gusto sádico de hacerlo, encaja en las más sombrías categorías subhumanas. Es la venganza contra quien defiende los derechos ciudadanos. Es la cobardía suprema del que procede con odio infinito porque se sabe protegido por el manto de la impunidad.
¿Puede entenderlo, señora Ramírez?
Read more here: http://www.elnuevoherald.com/2014/04/05/1717509/americo-martin-tortura-por-gusto.html#storylink=cpy
AMERICO MARTIN
El Nuevo Herald. Miami, 5 de abril de 2014
"La tortura es un delito con jurisdicción universal. Las personas que están manejando el asunto en Venezuela lo deben ver con mucho cuidado. No adoptar medidas para sancionarla comporta responsabilidad penal. Cualquier Estado puede reclamar la jurisdicción para conocer de los hechos, así le pasó a Pinochet en el Reino Unido".
Pedro Nikken
Ex presidente de la CIDH
Pese a sus operaciones mercantiles de salvamento, las autoridades cubanas siguen hablando de socialismo. Es un concepto alrededor del cual se estructuran la Constitución y el Estado, al igual que en China, donde todavía –sin mucho énfasis, desde luego- continúan adornando de socialismo sus vertiginosas decisiones liberales de mercado. Todos sabemos que mienten a conciencia. Todos, incluso ellos. ¡Pero cómo admitir un error pregonado con sangre por más de 60 años! No habiendo oposición ni medios en capacidad de defender la memoria contra el olvido, la falacia transcurre sin ser perturbada.
En Cuba o en relación con ella y por extensión en la Venezuela dominada por el chavismo, nació el concepto de Socialismo Siglo XXI. Su reconocido autor es Heinz Dieterich, con quien tuve un fructífero y cordial intercambio comunicacional, que se cortó bruscamente por circunstancias ignoradas por mí. Con rigurosa honestidad intelectual, Dieterich se convirtió después en crítico de los sistemas castrista y chavista.
En Cuba ya no se menciona la fórmula de Dieterich y en Venezuela, muy poco. Démosla pues por caída en desuso a sabiendas de que lo más grave es el abrupto naufragio del modelo mismo. El de Cuba, le reconoció el caudillo Fidel a los periodistas Jeffrey Goldman y Julia Sweig, no le sirvió ni a los cubanos. El de Venezuela entró en declive conforme al estilo del señor Maduro, vale decir, sin hablar de eso, sin mencionar nada y sin atreverse a reconocerlo. Bueno, al fin y al cabo Chávez y menos Maduro no se parecen en eso a Fidel y Raúl.
Ese extraño estilo madurista invierte el sentido del apotegma de Chou enlai dirigido a su huésped, el desconcertado Nixon:
"Presidente, crea en lo que hago, no en lo que digo".
Frase certera como se fue viendo en lo sucesivo, pero lo de Maduro más recuerda al trabucado Cantinflas, a quien había de creérsele lo que decía, no lo que hacía.
Decretó el hombre la muerte del "socialista" control de precios sin publicarlo en Gaceta Oficial, como para que sus seguidores no captaran la deserción y en cambio sí lo hicieran los empresarios cuyas inversiones quería estimular, pero a "lo Maduro". Por eso todo el esguince quedó descubierto.
Y no obstante los empresarios se quejan porque los ciegos del gobierno irrespetan puntualmente el acuerdo forjado con Maduro ¡alegando que no aparece en Gaceta Oficial!
El caso es todavía más extremo, contraproducente e irrisorio en el manejo oficialista del delicado tema de los Derechos Humanos y la conducta que asumen en situaciones tan emblemáticas como las de MCM y los alcaldes y gobernadores de oposición. Sus tortuosos laboratorios de guerra los acusan de promover el terrorismo ¡precisamente contra el gobierno más terrorista que hayamos tenido desde la caída de la dictadura de Pérez Jiménez!
Como el ladrón que grita ¡al ladrón! para que no se fijen en él, el gobierno venezolano ha entonado un intenso concierto de acusaciones para responsabilizar a sus víctimas de los fantasiosos delitos que les ha irrogado. Ejerce una agresiva dictadura mediática y controla los poderes del Estado. Lo sorprendente es que usa ese inconstitucional monopolio para justificar la tortura.
La defensora del Pueblo, Gabriela Ramírez, declaró que al régimen lo exime de violar los derechos humanos el que la totalidad de los poderes avale su inocencia. Como decir que los aplausos de la mayoría parlamentaria oficialista o el respaldo de los ejes del totalitarismo estaliniano o nazi, fueran los más convincentes argumentos a favor de la inocencia de nadie.
Esa misma funcionaria quiso debilitar la abrumadora evidencia que acusa al gobierno de acosar disidentes y generalizar la tortura, alterando el significado de tan despreciable delito contra la humanidad. Debe entenderse por tal, dice la defensora –reflejando perfectamente la opinión dominante en el régimen- aquella práctica dirigida a obtener confesiones del maltratado. No pocas de las denuncias minuciosamente documentadas por el Foro Penal venezolano y demás organismos de defensa de los derechos humanos, contemplan expresamente ese caso, lo que bastaría entonces para mostrar el sendero que conduce a La Haya, pero lo peor es que aún así Ramírez tergiversa tendenciosamente la idea.
La Asamblea General de la ONU y la Convención Interamericana contra la Tortura –para mencionar solo dos eminentes organizaciones, entre decenas- no limitan el infame procedimiento al caso mencionado por la funcionaria del gobierno madurista, sino que incluyen muchos bestiales maltratos que no solicitan expresamente confesiones.
El régimen es propenso -como las autocracias de todos los tiempos- a borrar el pasado para acomodar la historia a sus cuestionados y estólidos procesos.
Nadie debería olvidar el comentario vertido por uno de los venezolanos más recios y honestos; un torturado a quien no pudieron arrancarle confesiones. Me refiero a José Agustín Catalá, quien pasado el techo de sus noventa años, es testimonio viviente contra la infamia.
Torturaban por desnudo sadismo –declaró Catalá- no por arrancar secretos.
El oficio de torturar. El gusto sádico de hacerlo, encaja en las más sombrías categorías subhumanas. Es la venganza contra quien defiende los derechos ciudadanos. Es la cobardía suprema del que procede con odio infinito porque se sabe protegido por el manto de la impunidad.
¿Puede entenderlo, señora Ramírez?
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Andrés Oppenheimer: El peligro golpista en Venezuela
El peligro golpista en Venezuela
ANDRÉS OPPENHEIMER
El Nuevo Herald. Miami, 5 de abril de 2014
Un ex profesor del fallecido presidente venezolano Hugo Chávez acaba de publicar un trabajo sobre la crisis política venezolana, y sus conclusiones son inquietantes: dice que el escenario más probable en ese país es un golpe militar.
Andrés Serbin, un politólogo argentino que vivió muchos años en Venezuela y fue profesor de ciencias políticas de Chávez en la Universidad Simón Bolívar a principios de la década de 1990, dice en su trabajo que la crisis política venezolana —que ya ha causado 39 muertos y cientos de heridos— probablemente se agrave.
La creciente escasez de alimentos, el índice de inflación más elevado del mundo, el record de homicidios, y la sangrienta represión implementada por Maduro contra las manifestaciones de la oposición producen como resultado “una creciente tendencia a la violencia” de todas las partes involucradas.
El documento, titulado “Venezuela en crisis”, publicado por la Sociedad Global para la Prevención de los Conflictos Armados (SGPCA), con sede en Holanda, se difundió apenas días antes de que Maduro anunciara el arresto de tres generales de la Fuerza Aérea acusados de complotar para un supuesto golpe de Estado la semana pasada. Maduro, que denuncia casi todos los días alguna nueva conspiración, no ha dado aún ningún detalle del caso.
El trabajo de Serbin dice que el escenario “más probable” es la anarquía, seguida de “la posibilidad de una intervención militar de los sectores nacionalistas-institucionales de las fuerzas armadas”.
En una entrevista telefónica desde Argentina, Serbin me dijo que esos sectores “nacionalistas-institucionales” de las fuerzas armadas resienten el poder de los asesores militares cubanos dentro de las Fuerzas Armadas Bolivarianas, así como la creación gubernamental de grupos paramilitares. Además, esos sectores no quieren involucrarse con la represión a las manifestaciones opositoras, dijo.
“Para evitar la posibilidad de un golpe, es más urgente que nunca que los moderados del gobierno y de la oposición inicien un diálogo mediado por un actor externo, tal como el Vaticano”, me dijo Serbin.
Algunos conocidos analistas venezolanos se muestran escépticos sobre la posibilidad de un golpe militar, porque los altos mandos militares están ganando más dinero que nunca. Dicen que Venezuela es un país que importa prácticamente de todo, y que los militares y sus socios comerciales controlan la mayoría de las importaciones que entran al país.
Por lo menos el 43 por ciento de las importaciones venezolanas, incluyendo alimentos esenciales, son controladas por agencias del gobierno en muchos casos dirigidas por oficiales militares en actividad o retirados.
“¿Para qué van a sacar a Maduro, que les da de todo?”, me dijo Luis Vicente León, director de la encuestadora venezolana Datanalisis. “Los militares son los primeros interesados en que Maduro siga en el poder”.
Otros analistas venezolanos argumentan que el país ya ha sufrido un golpe militar en cámara lenta: más de 1,600 oficiales militares han sido designados para cargos gubernamentales desde que Chávez asumió la presidencia en 1999, y prácticamente controlan el gobierno, según un estudio del sociólogo Eduardo Guzmán Pérez.
Control Ciudadano, un grupo no gubernamental de Venezuela, dice que el 25 por ciento del gabinete de Maduro —incluyendo los poderosos ministerios del Interior y de Finanzas— y el 52 por ciento de las gobernaciones de los estados están en manos de militares en actividad o retirados.
Además, Maduro ha ascendido a generales a un número récord de oficiales, al punto de que las Fuerzas Armadas Bolivarianas, de unos 120,000 efectivos, tienen alrededor de 1,200 generales, lo que quizás sea un récord mundial para una fuerza militar de ese tamaño. Sin embargo, Chávez tenía un firme control de los militares, Maduro es un presidente más débil que en muchos aspectos está controlado por los militares, dicen.
“Bajo Chávez, teníamos un control vertical de los miliares”, me dijo Rocío San Miguel, la presidenta de Control Ciudadano. “Ahora hay una atomización del control militar, en que los militares se hacen dueños de parcelas de poder, sin control de ninguna naturaleza”.
Mi opinión: Aunque Venezuela no tiene un gobierno militar convencional, ya tiene un gobierno militarizado, en el que hasta los civiles —como Maduro— se visten con uniformes de apariencia militar. Eso no justifica de ninguna manera un golpe militar para recuperar el estado de derecho —la historia ha demostrado que no existe tal cosa como un golpe “bueno”— pero debería ser motivo de suficiente alarma como para que la comunidad internacional exija una solución negociada de la crisis venezolana.
Hasta los aliados latinoamericanos de Maduro, como Brasil, deberían presionarlo para iniciar negociaciones serias para el restablecimiento de la separación de poderes —incluyendo la creación de un tribunal electoral independiente — y la libertad de prensa. La alternativa, tal como lo ha señalado Serbin, podría ser un golpe militar, o un auto-golpe desde el propio gobierno, y un nuevo ciclo de violencia aún mayor que podría desembocar en una guerra civil.
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Manuel Aguilera: Bombas “made in Spain”
Bombas “made in Spain”
MANUEL AGUILERA
Diario Las Américas. Miami, 6 de abril de 2014
"No echar más leña al fuego”. Así justificaba el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, la decision del Gobierno de España de suspender indefinidamente la exportación de material antidisturbios a Venezuela. Para desgracia de los españoles que estamos denunciando la situación de represión que está generando el puño de hierro de Nicolás Maduro, nuestro país es uno de los mayores proveedores de este tipo de armamento con el que se esta masacrando a los estudiantes en Caracas y otros puntos de la nación sudamericana.
Aunque pudo ser un error protocolario y de imagen, soy de los que se sintió orgulloso cuando el rey Juan Carlos mandó callar al incontinente Hugo Chávez mientras profería en cascada una sucesión de insultos contra el expresidente del Gobierno José María Aznar. Primero el Rey y después José Luis Rodríguez Zapatero defendieron el honor del que fue presidente del Gobierno de España.
En momentos así, uno sabe dónde está ubicado. A un lado, los demócratas, a derecha o izquierda, los que respetan la democracia, la libertad y los derechos humanos. En frente, los bravucones, los golpistas de corazón, aquellos que se sirven del pueblo y los derechos que les otorgan los sistemas democráticos para construir soterradamente su poder absoluto.
Dentro de ese poder absoluto, la represión y la persecución/eliminación del adversario es la garantía de la permanencia. Cuando te enteras que, como publicaba Jaime López este sábado en las páginas de DIARIO LAS AMÉRICAS, una empresa española, propiedad de un exdiputado del Partido Popular, produce las bombas lacrimógenas con las que se reprime a la población desarmada que ejerce su derecho a protestar, la ubicación de la que antes hablaba se torna en una desasosegante sopresa.
Cuenta López en su revelador reportaje que la española Falken trabaja en conjunto con la empresa estatal Compañía Venezolana de Industrias Militares (CAVIM). Falken España, que es propiedad de la familia del exdiputado del PP Ismael Bardisa Jorda, está inscrita en la Asociación de empresas españolas que operan en Venezuela (Cavespa), y formó en 2009 una empresa conjunta con CAVIM para producir bombas lacrimógenas para las fuerzas de seguridad. Falken opera en las instalaciones militares de CAVIM en la ciudad de Maracay (estado de Aragua), y según su página web, se dedica a la producción de "productos de artificios", principalmente productos químicos y compuestos para las bombas lacrimógenas gracias a una planta química.
A diferencia del ministro Margallo, me gustaría echar más leña al fuego. En este caso al fuego de mi país para que se se investigue y regule hasta la extenuación a las compañías como Falken. Me pregunto qué tal duerme el señor Bardisa, cuya compañía alimenta la represión de que quien en teoría debería ser su enemigo ideológico, Nicolás Maduro, y convierte en humo tóxico la esperanza de los venezolanos de bien. ¿Qué espera el Partido Popular para expulsar de sus filas al tal Ismael Bardisa?
@MACguilera
MANUEL AGUILERA
Diario Las Américas. Miami, 6 de abril de 2014
"No echar más leña al fuego”. Así justificaba el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García Margallo, la decision del Gobierno de España de suspender indefinidamente la exportación de material antidisturbios a Venezuela. Para desgracia de los españoles que estamos denunciando la situación de represión que está generando el puño de hierro de Nicolás Maduro, nuestro país es uno de los mayores proveedores de este tipo de armamento con el que se esta masacrando a los estudiantes en Caracas y otros puntos de la nación sudamericana.
Aunque pudo ser un error protocolario y de imagen, soy de los que se sintió orgulloso cuando el rey Juan Carlos mandó callar al incontinente Hugo Chávez mientras profería en cascada una sucesión de insultos contra el expresidente del Gobierno José María Aznar. Primero el Rey y después José Luis Rodríguez Zapatero defendieron el honor del que fue presidente del Gobierno de España.
En momentos así, uno sabe dónde está ubicado. A un lado, los demócratas, a derecha o izquierda, los que respetan la democracia, la libertad y los derechos humanos. En frente, los bravucones, los golpistas de corazón, aquellos que se sirven del pueblo y los derechos que les otorgan los sistemas democráticos para construir soterradamente su poder absoluto.
Dentro de ese poder absoluto, la represión y la persecución/eliminación del adversario es la garantía de la permanencia. Cuando te enteras que, como publicaba Jaime López este sábado en las páginas de DIARIO LAS AMÉRICAS, una empresa española, propiedad de un exdiputado del Partido Popular, produce las bombas lacrimógenas con las que se reprime a la población desarmada que ejerce su derecho a protestar, la ubicación de la que antes hablaba se torna en una desasosegante sopresa.
Cuenta López en su revelador reportaje que la española Falken trabaja en conjunto con la empresa estatal Compañía Venezolana de Industrias Militares (CAVIM). Falken España, que es propiedad de la familia del exdiputado del PP Ismael Bardisa Jorda, está inscrita en la Asociación de empresas españolas que operan en Venezuela (Cavespa), y formó en 2009 una empresa conjunta con CAVIM para producir bombas lacrimógenas para las fuerzas de seguridad. Falken opera en las instalaciones militares de CAVIM en la ciudad de Maracay (estado de Aragua), y según su página web, se dedica a la producción de "productos de artificios", principalmente productos químicos y compuestos para las bombas lacrimógenas gracias a una planta química.
A diferencia del ministro Margallo, me gustaría echar más leña al fuego. En este caso al fuego de mi país para que se se investigue y regule hasta la extenuación a las compañías como Falken. Me pregunto qué tal duerme el señor Bardisa, cuya compañía alimenta la represión de que quien en teoría debería ser su enemigo ideológico, Nicolás Maduro, y convierte en humo tóxico la esperanza de los venezolanos de bien. ¿Qué espera el Partido Popular para expulsar de sus filas al tal Ismael Bardisa?
@MACguilera
Diario La Nación de Buenos Aires: La Iglesia venezolana condena la violencia
La Iglesia venezolana condena la violencia
Editorial de LA NACION
La Nación. Buenos Aires, 4 de abril de 2014
Mientras los organismos regionales parecen no advertir la enorme gravedad de la situación interna de Venezuela , la jerarquía de la Iglesia Católica de ese país acaba de alzar oportunamente su voz para denunciar con toda claridad la forma en que el gobierno de Nicolás Maduro pretende resolver la crisis que él mismo ha provocado.
La sabia y prudente Conferencia Episcopal Venezolana ha dirigido su preciso mensaje a todos por igual. Por su realismo y entidad, la carta pastoral no puede pasar inadvertida, ni dentro ni fuera de Venezuela. El trascendente mensaje fue leído por monseñor Diego Patrón, el arzobispo de Cumaná, en compañía del propio cardenal arzobispo de Caracas, Jorge Urosa Savino. En una primera y gravísima conclusión, expresa que el gobierno de Maduro "se equivoca al querer resolver la crisis por la fuerza" porque, sostienen los obispos católicos, "la represión no es el camino". Con ella, en efecto, no se han podido evitar las manifestaciones de protesta ni dar respuesta al descontento y rebeldía de la gente. "La salida de la crisis es clara, el diálogo sincero del gobierno con todos los sectores del país." En efecto, nadie tiene nunca el monopolio de la verdad, y menos aún un gobernante cuya legitimidad de origen, como lo recuerda siempre la valiente diputada opositora María Corina Machado, está muy cuestionada.
Para los obispos, la razón de la profunda crisis que afecta a su país es la pretensión del partido oficial y autoridades de la república de implantar el llamado "Plan de la Patria", detrás del cual, sostienen los obispos, "se esconde la promoción de un sistema de corte totalitario que pone en duda el perfil democrático". Un mensaje directo para todos aquellos que aún hoy sostienen que Venezuela vive en democracia, lo que es faltar a la verdad.
En el importante comunicado, la Conferencia Episcopal denuncia sin rodeos la existencia de restricciones a las libertades ciudadanas, en particular a las de información y opinión; la falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar la pasmosa inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la producción nacional, y lo que califican como "la brutal represión de la disidencia política y el intento de pacificación o apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física".
Los obispos venezolanos piden que se respete el derecho a la protesta de los estudiantes y de los otros manifestantes pacíficos que desde hace más de dos meses llenan a diario las calles de las ciudades. Además, exhortaron al gobierno a que desarme a los grupos de matones que utiliza, sobre cuya acción violenta aseveraron que no se trata de grupos aislados o espontáneos, "sino entrenados para intervenir violentamente".
Luego de esa terrible descripción de la actual realidad, los obispos hacen un nuevo llamado al diálogo que, destacan, debe hacerse en condiciones de igualdad y con agenda previa. Sólo a través del uso sincero de ese mecanismo se podrá intentar superar el desborde descontrolado del odio y el recurso constante a la violencia y evitar así mantener a la sufrida población del país caribeño en una permanente situación de zozobra. No es imposible que ese diálogo, que es urgente, deba comenzar lo antes posible.
Por todo esto, Mario Vargas Llosa va a Caracas a apoyar a quienes luchan por su libertad ante un gobierno totalitario y violento, en un esfuerzo desigual al que el escritor llama "una batalla heroica" frente a la cual no puede mantenerse una posición neutral porque si Venezuela cae, "la noche totalitaria va a seguir extendiéndose en nuestras democracias todavía no asentadas y débiles". Ése es el gran peligro que hoy se cierne sobre todos nosotros, más allá de Venezuela.
Editorial de LA NACION
La Nación. Buenos Aires, 4 de abril de 2014
Mientras los organismos regionales parecen no advertir la enorme gravedad de la situación interna de Venezuela , la jerarquía de la Iglesia Católica de ese país acaba de alzar oportunamente su voz para denunciar con toda claridad la forma en que el gobierno de Nicolás Maduro pretende resolver la crisis que él mismo ha provocado.
La sabia y prudente Conferencia Episcopal Venezolana ha dirigido su preciso mensaje a todos por igual. Por su realismo y entidad, la carta pastoral no puede pasar inadvertida, ni dentro ni fuera de Venezuela. El trascendente mensaje fue leído por monseñor Diego Patrón, el arzobispo de Cumaná, en compañía del propio cardenal arzobispo de Caracas, Jorge Urosa Savino. En una primera y gravísima conclusión, expresa que el gobierno de Maduro "se equivoca al querer resolver la crisis por la fuerza" porque, sostienen los obispos católicos, "la represión no es el camino". Con ella, en efecto, no se han podido evitar las manifestaciones de protesta ni dar respuesta al descontento y rebeldía de la gente. "La salida de la crisis es clara, el diálogo sincero del gobierno con todos los sectores del país." En efecto, nadie tiene nunca el monopolio de la verdad, y menos aún un gobernante cuya legitimidad de origen, como lo recuerda siempre la valiente diputada opositora María Corina Machado, está muy cuestionada.
Para los obispos, la razón de la profunda crisis que afecta a su país es la pretensión del partido oficial y autoridades de la república de implantar el llamado "Plan de la Patria", detrás del cual, sostienen los obispos, "se esconde la promoción de un sistema de corte totalitario que pone en duda el perfil democrático". Un mensaje directo para todos aquellos que aún hoy sostienen que Venezuela vive en democracia, lo que es faltar a la verdad.
En el importante comunicado, la Conferencia Episcopal denuncia sin rodeos la existencia de restricciones a las libertades ciudadanas, en particular a las de información y opinión; la falta de políticas públicas adecuadas para enfrentar la pasmosa inseguridad jurídica y ciudadana; los ataques a la producción nacional, y lo que califican como "la brutal represión de la disidencia política y el intento de pacificación o apaciguamiento por medio de la amenaza, la violencia verbal y la represión física".
Los obispos venezolanos piden que se respete el derecho a la protesta de los estudiantes y de los otros manifestantes pacíficos que desde hace más de dos meses llenan a diario las calles de las ciudades. Además, exhortaron al gobierno a que desarme a los grupos de matones que utiliza, sobre cuya acción violenta aseveraron que no se trata de grupos aislados o espontáneos, "sino entrenados para intervenir violentamente".
Luego de esa terrible descripción de la actual realidad, los obispos hacen un nuevo llamado al diálogo que, destacan, debe hacerse en condiciones de igualdad y con agenda previa. Sólo a través del uso sincero de ese mecanismo se podrá intentar superar el desborde descontrolado del odio y el recurso constante a la violencia y evitar así mantener a la sufrida población del país caribeño en una permanente situación de zozobra. No es imposible que ese diálogo, que es urgente, deba comenzar lo antes posible.
Por todo esto, Mario Vargas Llosa va a Caracas a apoyar a quienes luchan por su libertad ante un gobierno totalitario y violento, en un esfuerzo desigual al que el escritor llama "una batalla heroica" frente a la cual no puede mantenerse una posición neutral porque si Venezuela cae, "la noche totalitaria va a seguir extendiéndose en nuestras democracias todavía no asentadas y débiles". Ése es el gran peligro que hoy se cierne sobre todos nosotros, más allá de Venezuela.
Fausto Masó: Como Irene Sáez
Como Irene Sáez
FAUSTO MASÓ
El Nacional. Caracas, 5 de abril de 2014
Maduro le gana a Irene Sáez a la hora de perder popularidad
Maduro le gana a Irene Sáez a la hora de perder popularidad: en unos días bajó cinco puntos. Espantado contempla el chavismo lo que le está ocurriendo con su supuesto máximo líder, teme hundirse con el inquilino de Miraflores. ¿Sobrevivirá el chavismo a Maduro? ¿Sobrevivirá Maduro? No se sabe.
Maduro no ha gobernado. Ha oscilado entre endurecer el control de precios, abrir relativamente el mercado y liberar el control de cambios. A última hora, con 12 meses de retraso, toma decisiones. Como hay una contradicción insalvable entre la Ley de Precios Justos y el Sicad II el gobierno quiere que las empresas bajo cuerda no le hagan caso a los controles de precios. Maduro sueña ahora con imitar el exitoso modelo chino y vietnamita: dictadura política y capitalismo salvaje.
Hasta ahora el mayor éxito de Maduro ha sido vender el cuento de su origen obrero; en realidad, su familia es de clase media. Vivía en una buena zona en un edificio cercano a la universidad frente a la iglesia de San Pedro. Su padre le regaló un Ford Fairlane; era un adeco que conspiró contra Pérez Jiménez y tuvo que exilarse a Bogotá; fue más tarde economista y fundador del MEP. Desde que estudiaba en el Liceo Urbaneja Archepohl Maduro perteneció a la izquierda. No llegó lejos en la Liga Socialista y en el movimiento sindical: entró al Metro cuando al irse de su casa necesitó trabajar. Pasó un año estudiando marxismo en La Habana gracias a que la Liga Socialista lo escogió al azar para ir a la isla de la felicidad. Los que estudian cine en Cuba no hacen películas y los que pasan por las escuelas de marxismo no aprenden nada útil.
Un fervor repentino llevó a Maduro a la gloria cuando visitó entusiasmado la cárcel de Yare. A él y a Cilia les sobraba lo que apreciaba el fallecido presidente, fe ciega en él. Chávez buscaba colaboradores libres de los hábitos burgueses, valoraba la falta de experiencia, no nombraba ministro al mejor economista, al urbanizador exitoso, al sanitarista con experiencia; quería destruir a la élite del país, y lo logró en parte. Terminó rodeado de viejos izquierdistas, guerrilleros que sacaba del olvido, jóvenes desconocidos, gente que creía en la revolución, que nunca pusieron en duda su proyecto de gobernar 30 años.
Nuestros dictadores y presidentes buscaron ministros brillantes. A Gómez lo rodeaba González Guinand, Gumersindo Torres, César Zumeta, José Gil Fortoul. A Eleazar López Contreras, Alberto Adriani, Enrique Tejera. A Isaías Medina Angarita, Arturo Uslar Pietri. Junto con Rómulo fundaron Acción Democrática Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Pérez Alfonzo, Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto, jóvenes ambiciosos como Carlos Andrés Pérez; oradores brillantes pronto se incorporaron, como el mismo Domingo Alberto Rangel, autor de unas memorias imprescindibles para entender la historia de estos años. Caldera contó con un gran empresario, como Lorenzo Fernández. Progresamos tanto en el siglo XX porque supimos utilizar los recursos del petróleo para construir una sociedad moderna, tuvimos buenos gobiernos hasta cierto momento en que el país enloqueció y terminó votando por un golpista. Cualquier tiempo pasado fue mejor.
Nicolás Maduro logró una intimidad con el líder del 4-F a la que no llegaron ni José Vicente Rangel ni Alí Rodríguez. A Maduro lo ayudó no poseer la experiencia de Alí ni la de José Vicente, fue un libro en blanco para Chávez.
¿Es inminente la caída de Maduro? Deseos no preñan. La oposición todavía no es una mayoría abrumadora. No se trata de que los barrios o los militares le saquen las castañas del fuego al antichavismo, sino que este represente las aspiraciones y los ideales del pueblo...
Allende hasta el último momento preguntaba dónde estaba Pinochet, su general de confianza. Algo queda claro, Maduro se ocupa del Ejército, tanto que ya los militares son los que están en el poder. A última hora el sucesor de Chávez apuesta por aumentar la producción petrolera; no lo logrará de un día para otro.
FAUSTO MASÓ
El Nacional. Caracas, 5 de abril de 2014
Maduro le gana a Irene Sáez a la hora de perder popularidad
Maduro le gana a Irene Sáez a la hora de perder popularidad: en unos días bajó cinco puntos. Espantado contempla el chavismo lo que le está ocurriendo con su supuesto máximo líder, teme hundirse con el inquilino de Miraflores. ¿Sobrevivirá el chavismo a Maduro? ¿Sobrevivirá Maduro? No se sabe.
Maduro no ha gobernado. Ha oscilado entre endurecer el control de precios, abrir relativamente el mercado y liberar el control de cambios. A última hora, con 12 meses de retraso, toma decisiones. Como hay una contradicción insalvable entre la Ley de Precios Justos y el Sicad II el gobierno quiere que las empresas bajo cuerda no le hagan caso a los controles de precios. Maduro sueña ahora con imitar el exitoso modelo chino y vietnamita: dictadura política y capitalismo salvaje.
Hasta ahora el mayor éxito de Maduro ha sido vender el cuento de su origen obrero; en realidad, su familia es de clase media. Vivía en una buena zona en un edificio cercano a la universidad frente a la iglesia de San Pedro. Su padre le regaló un Ford Fairlane; era un adeco que conspiró contra Pérez Jiménez y tuvo que exilarse a Bogotá; fue más tarde economista y fundador del MEP. Desde que estudiaba en el Liceo Urbaneja Archepohl Maduro perteneció a la izquierda. No llegó lejos en la Liga Socialista y en el movimiento sindical: entró al Metro cuando al irse de su casa necesitó trabajar. Pasó un año estudiando marxismo en La Habana gracias a que la Liga Socialista lo escogió al azar para ir a la isla de la felicidad. Los que estudian cine en Cuba no hacen películas y los que pasan por las escuelas de marxismo no aprenden nada útil.
Un fervor repentino llevó a Maduro a la gloria cuando visitó entusiasmado la cárcel de Yare. A él y a Cilia les sobraba lo que apreciaba el fallecido presidente, fe ciega en él. Chávez buscaba colaboradores libres de los hábitos burgueses, valoraba la falta de experiencia, no nombraba ministro al mejor economista, al urbanizador exitoso, al sanitarista con experiencia; quería destruir a la élite del país, y lo logró en parte. Terminó rodeado de viejos izquierdistas, guerrilleros que sacaba del olvido, jóvenes desconocidos, gente que creía en la revolución, que nunca pusieron en duda su proyecto de gobernar 30 años.
Nuestros dictadores y presidentes buscaron ministros brillantes. A Gómez lo rodeaba González Guinand, Gumersindo Torres, César Zumeta, José Gil Fortoul. A Eleazar López Contreras, Alberto Adriani, Enrique Tejera. A Isaías Medina Angarita, Arturo Uslar Pietri. Junto con Rómulo fundaron Acción Democrática Gallegos, Andrés Eloy Blanco, Pérez Alfonzo, Raúl Leoni, Luis Beltrán Prieto, jóvenes ambiciosos como Carlos Andrés Pérez; oradores brillantes pronto se incorporaron, como el mismo Domingo Alberto Rangel, autor de unas memorias imprescindibles para entender la historia de estos años. Caldera contó con un gran empresario, como Lorenzo Fernández. Progresamos tanto en el siglo XX porque supimos utilizar los recursos del petróleo para construir una sociedad moderna, tuvimos buenos gobiernos hasta cierto momento en que el país enloqueció y terminó votando por un golpista. Cualquier tiempo pasado fue mejor.
Nicolás Maduro logró una intimidad con el líder del 4-F a la que no llegaron ni José Vicente Rangel ni Alí Rodríguez. A Maduro lo ayudó no poseer la experiencia de Alí ni la de José Vicente, fue un libro en blanco para Chávez.
¿Es inminente la caída de Maduro? Deseos no preñan. La oposición todavía no es una mayoría abrumadora. No se trata de que los barrios o los militares le saquen las castañas del fuego al antichavismo, sino que este represente las aspiraciones y los ideales del pueblo...
Allende hasta el último momento preguntaba dónde estaba Pinochet, su general de confianza. Algo queda claro, Maduro se ocupa del Ejército, tanto que ya los militares son los que están en el poder. A última hora el sucesor de Chávez apuesta por aumentar la producción petrolera; no lo logrará de un día para otro.
María Corina Machado: Renuncie
Renuncie
MARIA CORINA MACHADO
El Universal. Caracas, 5 de abril de 2014
Los Castro ya entendieron que los venezolanos lucharemos hasta conquistar la democracia...
Salgo del Congreso de Brasil, emocionada por ejercer el deber y el honor de hablar, como diputada, en nombre de todos los venezolanos. Coincidía con un homenaje a parlamentarios que hace 50 años la dictadura había expulsado del Congreso, acusados de "traición a la patria por haber criticado a su país en el exterior". Esto pudo influir en el entusiasmo con que los diputados, de pie, gritaban: "Venezuela", "democracia", "valientes" y "libertad", al retirarme de la plenaria.
La operación del régimen para impedir que el mundo conozca sus crueles violaciones a los DDHH, a la soberanía popular y a la libertad de expresión, ha sido costosa e inútil. Parlamentos, periódicos y hogares de todos los continentes llaman al régimen venezolano como lo que es: una dictadura.
Hasta hace dos meses, el régimen hizo creer que nos habíamos resignado. Venezuela despertó. Las órdenes cubanas de reprimir toda "candelita", con la furia criminal de bandas paramilitares, la PNB y la GNB, provocaron mayor indignación y energía para el movimiento cívico más amplio y profundo de nuestra historia. El régimen cruzó una línea roja y ahora, para los actores extranjeros, la indiferencia es complicidad.
Un pueblo está en la calle decidido a avanzar, irreversiblemente y sin demora, en la transición hasta la democracia. Un país que exige un cambio, no sólo de políticas o de gobernantes, sino en los valores, en el modelo de sociedad y que está decidido a hacerlo por las vías democráticas que contempla la Constitución. Por ello, no admitiremos un nuevo engaño con un llamado a diálogo que pretenda desmovilizar la protesta o aparentar legitimidad. En cuanto a los poderes públicos, rechazamos la oferta de cuotas para maquillarlos. Se impone la recomposición total del CNE, la Fiscalía General, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría, sólo para empezar.
Hace dos años, en carta pública a Fidel Castro, le dije: "Cdte. Castro, deje de intervenir en los asuntos internos de Venezuela. Hágalo de buen grado o las fuerzas democráticas de Venezuela se lo haremos entender como hace 50 años". Los Castro ya entendieron que los venezolanos lucharemos hasta conquistar la democracia, la soberanía nacional y la libertad. Como diputada y ciudadana, le digo, Sr. Maduro: ha llegado la hora de que Ud. también lo entienda: Renuncie
@mariacorinaYA
La operación del régimen para impedir que el mundo conozca sus crueles violaciones a los DDHH, a la soberanía popular y a la libertad de expresión, ha sido costosa e inútil. Parlamentos, periódicos y hogares de todos los continentes llaman al régimen venezolano como lo que es: una dictadura.
Hasta hace dos meses, el régimen hizo creer que nos habíamos resignado. Venezuela despertó. Las órdenes cubanas de reprimir toda "candelita", con la furia criminal de bandas paramilitares, la PNB y la GNB, provocaron mayor indignación y energía para el movimiento cívico más amplio y profundo de nuestra historia. El régimen cruzó una línea roja y ahora, para los actores extranjeros, la indiferencia es complicidad.
Un pueblo está en la calle decidido a avanzar, irreversiblemente y sin demora, en la transición hasta la democracia. Un país que exige un cambio, no sólo de políticas o de gobernantes, sino en los valores, en el modelo de sociedad y que está decidido a hacerlo por las vías democráticas que contempla la Constitución. Por ello, no admitiremos un nuevo engaño con un llamado a diálogo que pretenda desmovilizar la protesta o aparentar legitimidad. En cuanto a los poderes públicos, rechazamos la oferta de cuotas para maquillarlos. Se impone la recomposición total del CNE, la Fiscalía General, la Defensoría del Pueblo y la Contraloría, sólo para empezar.
Hace dos años, en carta pública a Fidel Castro, le dije: "Cdte. Castro, deje de intervenir en los asuntos internos de Venezuela. Hágalo de buen grado o las fuerzas democráticas de Venezuela se lo haremos entender como hace 50 años". Los Castro ya entendieron que los venezolanos lucharemos hasta conquistar la democracia, la soberanía nacional y la libertad. Como diputada y ciudadana, le digo, Sr. Maduro: ha llegado la hora de que Ud. también lo entienda: Renuncie
@mariacorinaYA
Francisco Olivares: Ahora lo llaman "chavismo-madurismo"
Ahora lo llaman "chavismo-madurismo"
FRANCISCO OLIVARES
El Universal. Caracas, 5 de abril de 2014
El nuevo rostro nos confunde con imágenes de cualquier país en vías de devastación
No se sabe qué es exactamente. Si es la consolidación de un modelo "a la cubana" que ha empobrecido a la población, una síntesis entre estalinismo y fascismo o más bien todo eso junto.
Lo cierto es que un año con Maduro al frente de los destinos del país hasta el rostro de las ciudades y las costumbres han ido cambiando para pesar de todos los venezolanos.
El nuevo rostro se convierte en nítidas imágenes que nos confunden con Ucrania, Siria o cualquier país en vías de devastación. Ellas se hacen cotidianas en las redes sociales, ya no en los canales televisivos en donde, a parte de la imagen de Chávez y Maduro, sólo se ve a gente bailando joropo, o a los miembros de la cúpula que gobierna al país.
Las láminas que vamos acumulando dibujan una guerra rutinaria entre tropas muy bien armadas, tanquetas blancas, bombas, fogonazos, disparos y gente corriendo escapando del horror. El pequeño hijo de 5 años de una amiga que vive en una zona de conflicto las asimila como "la guerra de Chacao".
Todo ocurre a horas insospechadas y obliga a la población a resolver sus rutinas mediante una suerte de meticuloso plan que le permita navegar entre las manifestaciones opositoras, marchas oficialistas, barricadas, trancazos, cierre de vías o metro.
Un aspecto de ese plan ha sido incorporar información sobre tal o cual producto de la cesta básica o medicina, que anda desaparecido y ha sido detectado en algún local.
Debido a que la información viaja a gran velocidad, enormes colas se forman en poco tiempo y abarcan entre dos y tres cuadras. Ellas se han hecho normales en Caracas y en las principales ciudades del país. El Bicentenario de Plaza Venezuela o de La Urbina, el Gama de la Rómulo Gallegos o Makro, son centros en los que hay que destacar contingentes de la GNB para evitar que "la sangre llegue al río".
Pasadas las 7 de la noche las "guarimbas" hacen su aparición y con ellas, el humo de los gases cubre los enormes edificios residenciales. A la medianoche los partes de guerra que indican las bajas, detenidos, desaparecidos y torturados comienzan a circular por los celulares.
Muchos residentes con niños han tenido que abandonar sus viviendas en las zonas de conflicto. Las bombas no solo caen en las barricadas sino que penetran balcones, ventanas y el chorro de las ballenas ha destrozado más de un apartamento.
La era chavista-madurista ya debería cambiar su nomenclatura y dejar sólo el término "madurismo" ya que en un año ha encontrado su propio perfil. Quizás uno que el mismo Maduro acuñó cuando dijo: "Si quieren me pueden llamar dictador".
Twitter: folivares10
FRANCISCO OLIVARES
El Universal. Caracas, 5 de abril de 2014
El nuevo rostro nos confunde con imágenes de cualquier país en vías de devastación
No se sabe qué es exactamente. Si es la consolidación de un modelo "a la cubana" que ha empobrecido a la población, una síntesis entre estalinismo y fascismo o más bien todo eso junto.
Lo cierto es que un año con Maduro al frente de los destinos del país hasta el rostro de las ciudades y las costumbres han ido cambiando para pesar de todos los venezolanos.
El nuevo rostro se convierte en nítidas imágenes que nos confunden con Ucrania, Siria o cualquier país en vías de devastación. Ellas se hacen cotidianas en las redes sociales, ya no en los canales televisivos en donde, a parte de la imagen de Chávez y Maduro, sólo se ve a gente bailando joropo, o a los miembros de la cúpula que gobierna al país.
Las láminas que vamos acumulando dibujan una guerra rutinaria entre tropas muy bien armadas, tanquetas blancas, bombas, fogonazos, disparos y gente corriendo escapando del horror. El pequeño hijo de 5 años de una amiga que vive en una zona de conflicto las asimila como "la guerra de Chacao".
Todo ocurre a horas insospechadas y obliga a la población a resolver sus rutinas mediante una suerte de meticuloso plan que le permita navegar entre las manifestaciones opositoras, marchas oficialistas, barricadas, trancazos, cierre de vías o metro.
Un aspecto de ese plan ha sido incorporar información sobre tal o cual producto de la cesta básica o medicina, que anda desaparecido y ha sido detectado en algún local.
Debido a que la información viaja a gran velocidad, enormes colas se forman en poco tiempo y abarcan entre dos y tres cuadras. Ellas se han hecho normales en Caracas y en las principales ciudades del país. El Bicentenario de Plaza Venezuela o de La Urbina, el Gama de la Rómulo Gallegos o Makro, son centros en los que hay que destacar contingentes de la GNB para evitar que "la sangre llegue al río".
Pasadas las 7 de la noche las "guarimbas" hacen su aparición y con ellas, el humo de los gases cubre los enormes edificios residenciales. A la medianoche los partes de guerra que indican las bajas, detenidos, desaparecidos y torturados comienzan a circular por los celulares.
Muchos residentes con niños han tenido que abandonar sus viviendas en las zonas de conflicto. Las bombas no solo caen en las barricadas sino que penetran balcones, ventanas y el chorro de las ballenas ha destrozado más de un apartamento.
La era chavista-madurista ya debería cambiar su nomenclatura y dejar sólo el término "madurismo" ya que en un año ha encontrado su propio perfil. Quizás uno que el mismo Maduro acuñó cuando dijo: "Si quieren me pueden llamar dictador".
Twitter: folivares10
Gustavo Linares Benzo: Cortina de gas
Cortina de gas
GUSTAVO LINARES BENZO
El Universal. Caracas, 5 de abril de 2014
Devaluación, aumento vertiginoso de los precios: inflación desbocada, más todavía
La represión del Gobierno ha alcanzado cotas no vistas desde los sesenta, con la diferencia de que entonces los reprimidos eran grupos armados con fusiles automáticos, autodeclarados combatientes y ejércitos de liberación. Los estudiantes de la UCV a duras penas consiguen una que otra piedra.
En paralelo el Tribunal Supremo de Justicia también sube varios niveles con sus últimas tecnologías penales e interpretativas, emitiendo condenas penales más rápido que Franco y removiendo diputados a una velocidad que hubiera sido la envidia de Stroessner. Tecnologías además muy selectivas, pues nada más se dirigen contra alcaldes y diputados de la oposición. Siguiendo la voz del TSJ, los demás tribunales dictan medidas contra estudiantes y manifestantes, en serie y como si fueran ametralladoras.
Mientras tanto, el 3 de abril cuando esto se escribe, todavía no ha sido publicada por el Banco Central la tasa de inflación de marzo. Se puede estar repitiendo el fenómeno de noviembre y diciembre, en que las presiones sobre los técnicos del ente emisor para que maquillaran las cifras retrasaron semanas las hasta entonces puntuales publicaciones. Porque en marzo tuvo lugar la devaluación oficial más grande de la historia de Venezuela, y quizás del mundo: de 6,30 a 52 bolívares por dólar. El Sicad 2 es otra prueba más de la catástrofe económica que dejó como legado el Gigante Eterno y que sus causahabientes no han hecho más que empeorar.
A esa devaluación, cuyos efectos sobre la inflación de los meses por venir no es fácil de calcular, porque es un misterio cuántos dólares Cencoex (Cadivi 2) y cuántos Sicad alimentarán la economía, se une el anuncio ya desembozado del ministro de Consumo Suntuario y Otros Lujos (antes de Alimentación) de que el precio oficial de los alimentos que se consigan sube galácticamente. Claro, como era de esperarse luego de lustros de persecución por el Indepabis, la Sundecop y ahora el Sundee, que no de chocolate, los comerciantes devuelven la mercancía con nuevo precio, no vayan a ir presos (total, si a un Alcalde es tan fácil condenarlo, qué le queda a un bodeguero).
El ministro de la Harina Precocida y Otros Caprichos anuncia también que pronto estarán listos los registros biométricos de los ciudadanos para que puedan comprar en los establecimientos bolivarianos (la cartilla de racionamiento del siglo XXI). Sería de interés público que los más grandes genios de la tecnología informática que asesoran al Gobierno, los cubanos como todos el mundo sabe, lograran también el registro biométrico de cada pote de aceite o de los jabones, para ver cómo los productos bolivarianos terminan en los buhoneros o especuladores, que los venden diez veces más caros. Como era de esperarse si el propio gobierno multiplica por diez el precio de los dólares de la patria.
Devaluación, aumento vertiginoso de los precios: inflación desbocada, más todavía. Tampoco se ha publicado al día de hoy el índice de escasez de marzo (¿lo seguirán publicando?), pero basta ver y contar las colas en los abastos para saber que "no hay" es el lema de la Venezuela de hoy. El ministro de Louis Vuitton espetó al pueblo venezolano que si se hace cola para el cine con más razón hay que hacerla para comprar alimentos. Se le olvida al ministro (tendrá lustros sin hacer cola en ninguna parte) que las colas de los cines, hasta en el estreno de Papita , Maní, Tostón, son mucho más cortas que en los automercados, para no decir más nada.
A todo este apocalipsis económico se añade el proyecto de aumentar la gasolina. Un gobierno cósmicamente inepto no podrá impedir que el reflejo inflacionario de esta medida, que tiene quince años de retraso, sea varias veces mayor que el que sería de esperarse. En realidad, el gobierno chavista está aplicando un ajuste brutal de la economía varios lustros después de que los economistas venezolanos sugirieran medidas necesarias y muchísimo menos traumáticas, retrasadas una y otra vez por la intelligentsia financiera bolivariana. Como vemos y aunque parezca increíble, el Fondo Monetario con sede en París es mucho más benévolo que el que nos gobierna, que tiene su sede en Pekín.
Ante este panorama el Gobierno tiene que hacer lo que mejor sabe: engañar y camuflar. Esto último lo está haciendo con la represión, entre otras cosas porque acabada la plata queda el plomo, tanto la violenta como la "institucional". Una cortina de gas, mientras se nos sigue engañando con jingles y un poquito de comida.
@glinaresbenzo
En paralelo el Tribunal Supremo de Justicia también sube varios niveles con sus últimas tecnologías penales e interpretativas, emitiendo condenas penales más rápido que Franco y removiendo diputados a una velocidad que hubiera sido la envidia de Stroessner. Tecnologías además muy selectivas, pues nada más se dirigen contra alcaldes y diputados de la oposición. Siguiendo la voz del TSJ, los demás tribunales dictan medidas contra estudiantes y manifestantes, en serie y como si fueran ametralladoras.
Mientras tanto, el 3 de abril cuando esto se escribe, todavía no ha sido publicada por el Banco Central la tasa de inflación de marzo. Se puede estar repitiendo el fenómeno de noviembre y diciembre, en que las presiones sobre los técnicos del ente emisor para que maquillaran las cifras retrasaron semanas las hasta entonces puntuales publicaciones. Porque en marzo tuvo lugar la devaluación oficial más grande de la historia de Venezuela, y quizás del mundo: de 6,30 a 52 bolívares por dólar. El Sicad 2 es otra prueba más de la catástrofe económica que dejó como legado el Gigante Eterno y que sus causahabientes no han hecho más que empeorar.
A esa devaluación, cuyos efectos sobre la inflación de los meses por venir no es fácil de calcular, porque es un misterio cuántos dólares Cencoex (Cadivi 2) y cuántos Sicad alimentarán la economía, se une el anuncio ya desembozado del ministro de Consumo Suntuario y Otros Lujos (antes de Alimentación) de que el precio oficial de los alimentos que se consigan sube galácticamente. Claro, como era de esperarse luego de lustros de persecución por el Indepabis, la Sundecop y ahora el Sundee, que no de chocolate, los comerciantes devuelven la mercancía con nuevo precio, no vayan a ir presos (total, si a un Alcalde es tan fácil condenarlo, qué le queda a un bodeguero).
El ministro de la Harina Precocida y Otros Caprichos anuncia también que pronto estarán listos los registros biométricos de los ciudadanos para que puedan comprar en los establecimientos bolivarianos (la cartilla de racionamiento del siglo XXI). Sería de interés público que los más grandes genios de la tecnología informática que asesoran al Gobierno, los cubanos como todos el mundo sabe, lograran también el registro biométrico de cada pote de aceite o de los jabones, para ver cómo los productos bolivarianos terminan en los buhoneros o especuladores, que los venden diez veces más caros. Como era de esperarse si el propio gobierno multiplica por diez el precio de los dólares de la patria.
Devaluación, aumento vertiginoso de los precios: inflación desbocada, más todavía. Tampoco se ha publicado al día de hoy el índice de escasez de marzo (¿lo seguirán publicando?), pero basta ver y contar las colas en los abastos para saber que "no hay" es el lema de la Venezuela de hoy. El ministro de Louis Vuitton espetó al pueblo venezolano que si se hace cola para el cine con más razón hay que hacerla para comprar alimentos. Se le olvida al ministro (tendrá lustros sin hacer cola en ninguna parte) que las colas de los cines, hasta en el estreno de Papita , Maní, Tostón, son mucho más cortas que en los automercados, para no decir más nada.
A todo este apocalipsis económico se añade el proyecto de aumentar la gasolina. Un gobierno cósmicamente inepto no podrá impedir que el reflejo inflacionario de esta medida, que tiene quince años de retraso, sea varias veces mayor que el que sería de esperarse. En realidad, el gobierno chavista está aplicando un ajuste brutal de la economía varios lustros después de que los economistas venezolanos sugirieran medidas necesarias y muchísimo menos traumáticas, retrasadas una y otra vez por la intelligentsia financiera bolivariana. Como vemos y aunque parezca increíble, el Fondo Monetario con sede en París es mucho más benévolo que el que nos gobierna, que tiene su sede en Pekín.
Ante este panorama el Gobierno tiene que hacer lo que mejor sabe: engañar y camuflar. Esto último lo está haciendo con la represión, entre otras cosas porque acabada la plata queda el plomo, tanto la violenta como la "institucional". Una cortina de gas, mientras se nos sigue engañando con jingles y un poquito de comida.
@glinaresbenzo
Adolfo Salgueiro: ¡Cantinflas ha regresado!
¡Cantinflas ha regresado!
ADOLFO P. SALGUEIRO
ADOLFO P. SALGUEIRO
El Universal. Caracas, 5 de abril de 2014
Siempre advertimos que los temas que verdaderamente afectan el transcurrir democrático del país no son lo suficientemente terrenales como para causar impacto en el sentimiento popular. La prueba la pulsamos cada sábado en la versión digital de estas páginas en las que queda claro que un titular provocativo atrae muchos más lectores y comentarios (más los que llegan por e-mail) que cuando abordamos temas cruciales. Por eso que afirmamos que el precio de la harina precocida desplaza a la preocupación por el "Estado de Derecho" y el drama cotidiano de la escasez y las colas opaca las razones de fondo que las originan.
Interpretaciones de ese fenómeno pueden haber muchas, entre ellas la que reconoce que lo urgente se impone a lo importante o la de que el gran público no es muy dado a escuchar o leer opiniones de fondo. Razones sobran para ello.
Aun a sabiendas de esa desventaja y agradeciendo a quienes hayan llegado hasta este renglón de nuestra columna de hoy, estimamos importante anotar un asunto de fondo que verdaderamente condiciona nuestra vida democrática.
Nos referimos al insólito -aunque no sorpresivo- hecho de que el Tribunal Supremo de Justicia que demora semanas, meses y hasta años en siquiera admitir una causa para su consideración, haya producido en cuestión de horas tres sentencias en casos de amparo cada una de las cuales es más increíble que la anterior. Se trata de los muy sonados casos de los alcaldes opositores Scarano y Ceballos (de San Diego y San Cristóbal respectivamente) juzgados, sentenciados estilo "express" y mandados a la cárcel por la Sala Constitucional sin proceso, defensa, pruebas ni apelación alguna. Y por si ello fuera poco vale la pena traer a colación la sentencia de la misma sala que priva a la diputada Machado de su curul ratificando una "interpretación constitucional" del presidente de la Asamblea Nacional.
Sin pretender abordar la profundidad de aspectos técnico-jurídicos que pueden no ser de interés general al menos sí vale la pena reseñar que la referida sentencia luce inspirada en los arrevesados argumentos del inmortal Cantinflas que no en las leyes.
La sentencia en cuestión comienza por rechazar el recurso de amparo presentado por dos concejales de oposición del Municipio Baruta. Argumenta la Sala Constitucional que esos señores no tienen cualidad para representar el interés general (llamado difuso). Si la cosa hubiese finalizado allí a lo mejor el margen de opinabilidad hubiera sido menor pero es que los señores magistrados asumen la posición de "pero ya que estamos acá y este asunto de M. Corina es de interés nacional vamos a decidir sobre el tema" y deciden -como es previsible- defenestrando a la corajuda diputada. Vale decir que un recurso que se declara improcedente para ser admitido sin embargo es suficiente para ratificar una decisión del Sr. Cabello. ¡Cantinflas definitivamente ha regresado!
Y después... sale la señora presidenta del Tribunal Supremo y de su Sala Constitucional a decir que el Poder Judicial es autónomo aun cuando se aviene a la práctica de la colaboración entre los poderes del Estado!
apsalgueiro@cantv.net
Interpretaciones de ese fenómeno pueden haber muchas, entre ellas la que reconoce que lo urgente se impone a lo importante o la de que el gran público no es muy dado a escuchar o leer opiniones de fondo. Razones sobran para ello.
Aun a sabiendas de esa desventaja y agradeciendo a quienes hayan llegado hasta este renglón de nuestra columna de hoy, estimamos importante anotar un asunto de fondo que verdaderamente condiciona nuestra vida democrática.
Nos referimos al insólito -aunque no sorpresivo- hecho de que el Tribunal Supremo de Justicia que demora semanas, meses y hasta años en siquiera admitir una causa para su consideración, haya producido en cuestión de horas tres sentencias en casos de amparo cada una de las cuales es más increíble que la anterior. Se trata de los muy sonados casos de los alcaldes opositores Scarano y Ceballos (de San Diego y San Cristóbal respectivamente) juzgados, sentenciados estilo "express" y mandados a la cárcel por la Sala Constitucional sin proceso, defensa, pruebas ni apelación alguna. Y por si ello fuera poco vale la pena traer a colación la sentencia de la misma sala que priva a la diputada Machado de su curul ratificando una "interpretación constitucional" del presidente de la Asamblea Nacional.
Sin pretender abordar la profundidad de aspectos técnico-jurídicos que pueden no ser de interés general al menos sí vale la pena reseñar que la referida sentencia luce inspirada en los arrevesados argumentos del inmortal Cantinflas que no en las leyes.
La sentencia en cuestión comienza por rechazar el recurso de amparo presentado por dos concejales de oposición del Municipio Baruta. Argumenta la Sala Constitucional que esos señores no tienen cualidad para representar el interés general (llamado difuso). Si la cosa hubiese finalizado allí a lo mejor el margen de opinabilidad hubiera sido menor pero es que los señores magistrados asumen la posición de "pero ya que estamos acá y este asunto de M. Corina es de interés nacional vamos a decidir sobre el tema" y deciden -como es previsible- defenestrando a la corajuda diputada. Vale decir que un recurso que se declara improcedente para ser admitido sin embargo es suficiente para ratificar una decisión del Sr. Cabello. ¡Cantinflas definitivamente ha regresado!
Y después... sale la señora presidenta del Tribunal Supremo y de su Sala Constitucional a decir que el Poder Judicial es autónomo aun cuando se aviene a la práctica de la colaboración entre los poderes del Estado!
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