viernes, 29 de agosto de 2014

Sebastiana Barráez: Contrabandear en familia

                                         

Contrabandear en familia
 CAMIONES. Fue el 01 de abril 2014. En horas de la tarde iba, por el sector Maracaibito, una caravana de ocho camiones 350, con tanques adaptados. Llevaban pipotes de gasolina, dizque para 191 lanchas de pescadores de: Asociación de pescadores de Cojoro, empresa pesquera Casusain, cooperativa de pescadores Jehova Yhire, Idefa-Zulia y Asociacion de pescadores de Kasusay, cooperativa de pesca artesanal Ipagua 205 R.L. Los paran funcionarios, comandados por el teniente (Ej) Dhennys Marrero, del 102 G.C.M G/D Francisco Esteban Gómez, de Cojoro, Zulia. Se habían surtido en la estación de servicio Caño Sagua, ubicada en Cojoro-Paraguaipoa a la altura del sector vía la Playa del municipio indígena Guajira. Didalida Josefina Durán Palmar, alias Dalida, es la dueña de la bomba, y familia de la mayoría de los supuestos pescadores para los que iba el combustible. La investigación es la Nro. MP-147816-14, causa Nº 7C-30161-14 y VP02-P-2014-014150.
 DETENIDOS. Los 8 choferes, algunos de ellos familiares entre sí y familiares de los “pescadores”: Marcos Castillo llevaba 6 pipas de gasolina (mil 320); Camilo Segundo Fernández, 10 pipas (2 mil 220 litros); Juan De Dios López, 4 pipas (880 litros); Neil José López Paz, 3 pipas (660 litros); Carlos Julio González, 4 pipas (880 litros); Alberth Enrique Machado, 7 pipas (mil 540 litros) y un tanque artesanal con 200 litros más; Juan Manuel Palmar, 13 pipas (dos mil 860 litros) y Luis Emiro Palmar, 8 pipas (mil 760 litros). El abogado es Américo de Jesús Palmar, Defensor Trigésimo de Indígenas y Penal Ordinario para la Fase de Proceso. El Tribunal 7mo de Control, el 3 de abril 2014, mandó para El Marire a los 8 choferes. Presos están además la dueña de la gasolinera, el operador de isla Derwin Fuenmayor y el sargento Wilmer Jadiel Castellanos de la 13 Brigada de Infantería.
 ESTACIÓN. En la gasolinera trabajan 4 personas: el vigilante Alonso Fuenmayor, José Luis González de la Misión Ribas asignado por Pdvsa para llevar control de las planillas (resultó no ser ni de la misión ni del ministerio), la dueña Dalida Durán Palmar y Derwin Fuenmayor operador de isla. La bomba es sólo un cuarto de bloque con techo de asbesto, puerta de madera y piso de concreto, con dos surtidores de combustible, a la orilla de la playa. El mayor Héctor Aníbal Fuentes Parra inspeccionó Caño Sagua. El S/1ro (ej) Edixon Romero, corroboró que las embarcaciones, ni estaban y la mayoría ni existe. La fiscalía fue hasta las playas de Casusain, Cojoro, Malimeikire, Pololima, Poloos y Cusía, y tampoco encontraron las 191 embarcaciones.
 LANCHAS: La gasolina iba para 191 lanchas, pero sólo existen 5. Los dueños de las supuestas 191 embarcaciones son: 4 de apellido Rodríguez: Luis, Bartolo, Celina, José y Crisanto; 15 González: Francia, María Elena, José María, Claudio,  Matilde, Angélica, Mercedes, Ana Flor, Carmen, Rafael, Antonio, Reinaldo, Marcos, Jorge y José; 8 Fernández: Carlos, William, Alejandro, Francisco, Rómulo, Renato, Nemesio y Corino; 5 López: María, Florencio, Juan De Dios, Orangel y Efraín; 4 Delgado: José Alberto, José Trinidad, Silverio y Fredefilda; 2 Urdaneta: Ángel Mario y Virgilio; 3 Palmar: Dennis, Ada y Roberto Carlo; 3 Castillo: Francisco, Leonel y Luis; 2 Montiel: Yanitza y Timosqueinco; 2 Iguarán: Silvia y Rafael; 3 Machado: Ofelia, Jorge Alejandro y José Francisco; 2 Espina: Euclides y Nelio. Además de: Onésimo Hernández, Armando Castro, Rafael Reverol, Luis Monson, Raúl Alvarado, José Elías Chourio, María Chiquinquirá García, Edixon Sulbarán, Elena Epiayu, Alcira Arévalo, Carmen Delia Pérez, Marcos Guedes, y las cooperativas: Coopescamara, Asopesca, Ipgua y Casusain.
DALIDA. Es el alias de Didalida Josefina Durán Palmar, dueña de la gasolinera. Dijo que un permiso lo da Pdvsa, el de los pescadores se los da Isopespa y Gladys Parada directora de Mercado Interno del ministerio. INEA da la licencia de navegación. Juan Martínez de Pdvsa, autoriza la programación y supervisión de los despachos. En asamblea entre pescadores, asociaciones, cooperativas y consejos comunales, avalado por el alcalde de la Guajira Ever Chacón, con MinEP y Pdvsa se propuso estudiar el aumento del cupo para la estación Caño Sagua. “Más bien, hay 82 lanchas esperando por cupo y eso ha generado un conflicto social. Los consejos comunales avalan los controles”, dijo Dalida. Inapesca confesó que nunca dio esos permisos.
 BANDA. Las lanchas usan gasolina mezclada con aceite dos tiempos; el militar debe asegurarse que así lo venda la gasolinera. Ese 01 de abril fue el sargento (Ej) Wilmer Jadiel Castellanos que “no vio” que no ligaron el aceite con el combustible. Los informes químicos y de laboratorio demostraron que lo que iba en esas pipas era gasolina pura. Informaciones de inteligencia revelan que ese combustible es destinado a paramilitares y bandas criminales en Colombia.
 DEFENSOR. El abogado de la Defensa Pública, Américo Palmar, pidió entrevistar a Raúl Alvarado, José Antonio Salas, Felipe Castillo y José González, quienes no se presentaron a declarar. Solicitó nuevas experticias  al combustible, cuando ya el estudio químico demostró que era sólo gasolina. Pidió otra inspección a los vehículos. Sería imputado es Marcos Martínez, consultor jurídico de la Dirección Regional del Mercado Interno del MinEP, quien dijo saber que la estación de servicio no cumple con las medidas de seguridad y condiciones físicas para recibir combustible. Gladys Parada de Pdvsa es la que firma los permisos de combustible, cuanto y a quien se le dan.
 CLIENTES. Derwin José Fuenmayor, el operador de isla, dice que él surte frente al militar que vigila. La gasolinera recibe las gandolas el martes y jueves: venden todo los 34 mil 525 litros a las 191 lanchas. Dos horas dura vaciar la gandola de Pdvsa y 6 horas pasarla a los camiones. La clientela no cambia, son los únicos clientes y no se le vende a particulares; al consejo comunal le dan 40 litros y 40 para una planta eléctrica. La gandola se guarda en la 13 brigada, que estaba a cargo de GB (Ej) Ángel Monrroy, condecorado y ascendido por el presidente Maduro, a pesar de los gravísimos hechos detectados en La Guajira. Él era jefe de transporte en Apure, lo habían pasado al Zulia y ahora es jefe de transporte de la brigada destacada en los llanos.
ALCALDES. Son los del Moján y La Guajira. Dieron permisos pero nunca constataron in situ. En papeles todo existe. En los hechos, casi nada. Todos en el pueblo lo saben y lo ven. Cada litro de gasolina cuesta Bs 4 mil. Son 60 millardos las ganancias netas para pagar a la gran mafia de La Guajira. Por cierto, en la cuenta del Provincial de alguien llamado alias Larkins depositaban cifras millonarias de la gran industria del contrabando.
FISCALÍA. Las fiscales sexta y auxiliar, Blanca Tigrera Cortez y María Jesús Naranjo Luengo, actuaron con la diligencia del caso. Pero la industria del contrabando es muy poderosa. Se desató un laboratorio terrible que incluso llegó a un atentado contra Tigrera Cortez. Supuestos pescadores, los mismos del contrabando, han denunciado que están sin trabajo. La fiscalía superior del Zulia le quitó a Tigrera, en una semana, tres investigaciones emblemáticas, incluyendo la de la estación Caño Sagua; Tigrera citó a declarar a funcionarios del MinEM y militares de alto rango. Ahí topó con el verdadero poder, el intocable. Otro caso es el de una empresa que tenía 12 mil cauchos acaparados desde el 2012 y comprados con dólares de Cadivi.  Y la otra investigación fue por la detención de 8 personas por estafa y delito informático, entre ellas dos hijas de un alto funcionario de la DIM.
BORGES. Es Jorge Luis, el gran poeta argentino. El que un día escribió: “Con lento amor miraba los dispersos/ colores de la tarde. Le placía/ perderse en la compleja melodía/ o en la curiosa vida de los versos,/ no el rojo elemental sino los grises/ hilaron su destino delicado./ hecho a discriminar y ejercitado/ en la vacilación y en los matices./ …/ Como aquella otra dama en el espejo,/ Dioses que moran más allá del ruego/ la abandonaron a ese tigre el fuego”.
 
Sebastiana Barráez Pérez
Sebastiana Sin Secretos
Contrabandear en familia
Quinto Día. Caracas, 29 de agosto de 2014
 

Laureano Márquez: ¡El Whisky en peligro!

Fin de mundo. Eso se veía venir. Es horrible decir lo dije, pero lo dije: el día que en Venezuela falle el whisky es porque efectivamente estamos al borde de una tragedia de consecuencias impredecibles. El whisky es lo más sagrado que tiene nuestra patria, al punto de que, siendo productores de los mejores rones del planeta, nuestra bebida nacional viene de Escocia. El whisky es el único punto de encuentro y de consenso nacional. Si en la mesa de diálogo con el gobierno, en vez de Minalba, hubiese estado Jhonny Walker, seguro que nadie se habría ausentado (imperdonable falla estratégica).
El whisky le gusta a los militares y a los civiles, a los del gobierno y a los de oposición, a los hampones y a la gente honesta, a los ricos y a los pobres, a los trabajadores y a los desempleados, a los buenos y a los malos. En los momentos de mayor gravedad nacional, el escocés ha sido el compañero infaltable de todas las desolaciones, sin él habría sido imposible asumir interminables madrugadas de derrota con la mirada fija en la barandita del CNE.
Aquí nos hemos calado la falta la leche, que para comprar pañales tengas que aportar la partida de nacimiento del defecante, que los pacientes de diálisis o quimio tengan que padecer situaciones extremas de ausencia de tratamiento en las que su vida corre peligro. Todo eso lo hemos resistido con paciencia franciscana, con estoicismo espartano, sin alarmarnos. Incluso el sistema biométrico, está bien, se acepta sin aviso ni protesto. Ya veremos el alquiler de dedos o a los malandros amputando índices, pero el whisky -¡santo Niño de la Cuchilla!- meterse con el whisky si que es un acto de profunda irresponsabilidad política, un auténtico atentado a la razón de ser de nuestra identidad, una ofensa a la venezolanidad. De hecho hay un gesto que nos identifica en el mundo entero: allí donde quiera que uno ve a un hombre revolviendo con el dedo un whisky y chupándoselo luego, uno sabe que está en presencia de un compatriota. Los venezolanos somos según la Gallup, el país más inseguro del mundo mundial, eso no nos agobia, pero que hayamos dejado de estar entre los 10 primeros consumidores de whisky del planeta, es verdaderamente grave.
Ojo, sé que estoy tocando un tema muy delicado, no quiero causar alarma colectiva, sino hacer un llamado a la conciencia gubernamental. Que no se consiga eutirox, pase, pero el whisky señores del gobierno, el día en que desaparezca el preciado licor, esto se derrumba. Fíjense que en el pasado reciente, el finado, que no dejó títere con cabeza y que incluso llegó a despotricar públicamente del destilado, nunca se atrevió a hacer nada que pudiera dañar su distribución ni existencia. Imagínense por un momento, que lo hubiese expropiado, como hizo con el cemento, con la consiguiente desaparición del producto. Sin duda era un profundo conocedor del alma nacional. Sobre sus debilidades y fortalezas construyó su poder y él sabía que el whisky es sagrado.
Este es un llamado desgarrador. Ustedes son los más interesados en garantizar la estabilidad. La cuenta regresiva del whisky ha comenzado. Todavía están a punto de evitar la tragedia de su desaparición. Saquen el oro de las bóvedas del Banco Central, si quieren y regálenselo a Cuba, si les parece, pero guarden allí las únicas reservas que puede garantizar nuestro futuro y vuestra permanencia en el poder. Si quieren terminen de hundir al país, pero -¡por Dios!- salven el whisky.

Laureano Márquez
¡El Whisky en peligro!
Tal Cual. Caracas, 29 de agosto de 2014