miércoles, 26 de marzo de 2014

Paulina Gamus: Los líderes nacen y los hacen

Los líderes nacen y los hacen
PAULINA GAMUS
El País, Madrid, 26 de marzo de 2014
El voto negativo de la mayoría de países representados en la Organización de Estados Americanos -OEA- para que la intervención de la diputada y líder venezolana María Corina Machado ocurriera en sesión pública, fue una de las más provechosas metidas de pata de la política exterior del gobierno de Nicolás Maduro. Más que analizar las razones que animaron a once países a votar a favor de la sesión pública resulta interesante explorar la de los 22 que votaron en contra. Están los aliados incondicionales del régimen venezolano como Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay y Nicaragua y algunas islas del Caribe que han tenido un trato petrolero preferencial desde tiempos del finado Hugo Chávez. Pero también un país gigante que pretende convertirse en una suerte de imperio del Sur, como es Brasil. Su representante fue el más ácido al expresar su voto en contra de la sesión abierta diciendo que Brasil no se prestaría a un circo. Nada menos que el país presidido por una mujer víctima de persecuciones, torturas y prisión por parte de un régimen militar, como el que se va gestando en Venezuela. Pero es que Brasil ha sido escenario de multitudinarias manifestaciones que obligaron a Dilma Rousseff a dialogar y aplicar ciertos correctivos en la orientación de su gobierno. Como ese es el escenario de la Venezuela actual, llena de extremo a extremo de protestas anti gubernamentales, curarse en salud les resulta aconsejable a Brasil y a cualquiera de los otros países del continente, sobre todo aquellos en los que sus mandatarios resienten el peso de la libertad de prensa y buscan maneras de acallar a los medios de comunicación independientes, como lo ha hecho con enorme éxito el régimen socialista del siglo XXI.
Lo que nos ocupa realmente al escribir esta nota es el empeño, la tozudez de los gobiernos antidemocráticos de tropezar mil veces con la misma piedra. Si la sesión de la OEA hubiese sido pública, el discurso de María Corina Machado jamás habría tenido la repercusión y el impacto que tuvo la rueda de prensa que ofreció después y que millones de televidentes de Venezuela y del resto del continente pudieron ver gracias al canal CNN en español y a NTN24 de Colombia, eliminado de los canales por cable venezolanos por decisión del gobierno de Maduro. Así que por su torpeza, por su afán de censurar todo aquello que incomoda al gobierno, el lobby venezolano para que la mayoría en la OEA votara en contra de la diputada venezolana, la ha potenciado como una líder (no voy a llamarla lideresa) que trasciende las fronteras de su país.
¿Quién es María Corina Machado? ¿Por qué una joven mujer que pertenece a una familia de abolengo, de esas que el escritor y psiquiatra Francisco Herrera Luque catalogó como “los amos de Valle”, decide lanzarse al ruedo político en el peor y más turbulento momento de la historia contemporánea de Venezuela? ¿Cómo es que una niña educada para ser una ingeniera exitosa que siguiera la trayectoria empresarial de su padre y además una dama de la buena sociedad caraqueña, se expone con entereza a las agresiones del oficialismo chavomadurista que han pasado de lo verbal a lo físico con fractura de tabique nasal incluida? ¿Cómo es que una mujer refinada y de presencia frágil puede soportar sin soltar una lágrima, los insultos obscenos y públicos de un militarote patán y corrupto, disfrazado de civil e investido como presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela? No es fácil encontrar respuestas en un país en que la oligarquía, burguesía, clase alta, élite socioeconómica o como se la quiera llamar, siempre sintió profunda repugnancia por la política en tiempos de democracia partidista. Prefirió medrar con esos venezolanos de medio pelo que formaron partidos políticos y gobernaron el país entre 1958 y 1998. La oligarquía venezolana que nunca fue lo que ha sido por ejemplo, la colombiana, participó con entusiasmo en los gobiernos dictatoriales de Juan Vicente Gómez y Marcos Pérez Jiménez pero siempre le hizo ascos a un partido de “patas en el suelo” como Acción Democrática y apenas mostró simpatías, pero sin involucrarse demasiado, por el socialcristiano Copei fundado por Rafael Caldera.
Lo cierto es que casi a la par de la llegada de Chávez al poder, aparece en escena el nombre de María Corina Machado, una mujer nacida en 1967, divorciada, con tres hijos, que funda la ONG Súmate, para ejercer control ciudadano sobre los procesos electorales siempre viciados que convocó el chavismo. Fue perseguida y acusada de ser un instrumento del Imperio yanqui. Un día fue recibida en audiencia por el presidente George W. Bush y eso desató las iras del anti imperialismo de utilería de un país que vive (ahora sobrevive) gracias a los dólares petroleros que nos suministra Estados Unidos de Norte América. Quiso ser candidata presidencial contra Hugo Chávez en octubre de 2012, no ganó las primarias que convocó la oposición. Se postuló entonces como diputada a la Asamblea Nacional y fue la más votada de todo el país, pero también la más insoportable para la mayoría oficialista. Un día se atrevió a increpar al mismo Chávez llamándole mentiroso en cadena nacional de radio y televisión; el semidiós perdió la compostura, no estaba acostumbrado a que alguien lo desnudara en público y menos una mujer, a las que él solía tratar con cursilería besucona de macho galante. Los insultos, anatemas, amenazas y agresiones de la cayapa oficialista no se hicieron esperar y así continuó su presencia parlamentaria como una piedra en el ojo del gobierno.
Cuando se iniciaron las protestas en el estado Táchira en febrero de este año, luego extendidas a todo el país, María Corina Machado fue culpada junto al líder y ex alcalde Leopoldo López, de ser instigadora de los actos de violencia que ya han provocado 30 muertos e incontables heridos y presos. El allanamiento de su inmunidad parlamentaria fue aprobado de manera expedita por los juristas del horror del régimen y se espera su pronta destitución del cargo de elección popular. Pero eso poco importa hoy cuando el mismo régimen la ha transformado en una figura conocida y reconocida a nivel internacional. Quienes leyeron la obra y vieron la película The Lady, basada en la vida de Aung San Suu Kyi, la heroína de Birmania, ahora Myanmar, podrán hacer una comparación, respetando todas las distancias, entre María Corina y esa admirable mujer a quien la persecución, el atropello del militarismo gobernante y la crueldad e injusticias, transformaron en una líder con enorme arrastre popular. Fueron sus perseguidores, carceleros y torturadores mentales quienes la elevaron a ese rango que le ha merecido el Premio Nobel de la Paz, el premio Sajarov a la Libertad de Pensamiento y, lo más impresionante para nuestros efectos, el Premio Internacional Simón Bolívar. Este premio instituido por el gobierno de Venezuela en 1983, con motivo del bicentenario del nacimiento de El Libertador, reconoce las luchas por la libertad, la democracia y los derechos humanos. Lo obtuvieron, además de Nelson Mandela y de Aung San Suu Kyi, el ex presidente checo Vaclav Havel y el ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti, ambos críticos implacables del régimen autoritario de Hugo Chávez y de su socialismo de siglo XXI. La última vez que el premio fue concedido, en 2004, se le otorgó a la fundación cultural de fachada cubano castrista, Casa de las Américas. Quizá alguien del oficialismo tuvo la inteligente iniciativa de suspenderlo para no tener que entregarlo a Muamar Gadafi, Robert Mugabe, Kim Jong-un, Vladimir Putin y sobre todo a Fidel Castro, los mejores amigos de la revolución bolivariana.

Leopoldo López:Venezuela’s Failing State

Venezuela’s Failing State
LEOPOLDO LÓPEZ (desde la cárcel)
The New York Times, 25 de marzo de 2016
Los Teques, Venezuela — As I compose these words from the Ramo Verde military prison outside Caracas, I am struck by how much Venezuelans have suffered.
For 15 years, the definition of “intolerable” in this country has declined by degrees until, to our dismay, we found ourselves with one of the highest murder rates in the Western Hemisphere, a 57 percent inflation rate and a scarcity of basic goods unprecedented outside of wartime.
Our crippled economy is matched by an equally oppressive political climate. Since student protests began on Feb. 4, more than 1,500 protesters have been detained and more than 50 have reported that they were tortured while in police custody. Over 30 people, including security forces and civilians, have died in the demonstrations. What started as a peaceful march against crime on a university campus has exposed the depth of this government’s criminalization of dissent.
I have been in prison for more than a month. On Feb. 12, I urged Venezuelans to exercise their legal rights to protest and free speech — but to do so peacefully and without violence. Three people were shot and killed that day. An analysis of video by the news organization Últimas Noticias determined that shots were fired from the direction of plainclothes military troops.
In the aftermath of that protest, President Nicolás Maduro personally ordered my arrest on charges of murder, arson and terrorism. Amnesty International said the charges seemed like a “politically motivated attempt to silence dissent.” To this day, no evidence of any kind has been presented.
Soon, more opposition mayors, elected by an overwhelming majority in December’s elections, will join me behind bars. Last week the government arrested the mayor of San Cristóbal, where the student protests began, as well as the mayor of San Diego, who has been accused of disobeying an order to remove protesters’ barricades. But we will not stay silent. Some believe that speaking out only antagonizes the ruling party — inviting Mr. Maduro to move more quickly to strip away rights — and provides a convenient distraction from the economic and social ruin that is taking place. In my view, this path is akin to a victim of abuse remaining silent for fear of inviting more punishment.
More important, millions of Venezuelans do not have the luxury of playing the “long game,” of waiting for change that never comes.
We must continue to speak, act and protest. We must never allow our nerves to become deadened to the steady abuse of rights that is taking place. And we must pursue an agenda for change.
The opposition leadership has outlined a series of actions that are necessary in order to move forward.
Victims of repression, abuse and torture, as well as family members of those who have died, deserve justice. Those who are responsible must resign. The pro-government paramilitary groups, or “colectivos,” that have tried to silence the protests through violence and intimidation must be disarmed.
All political prisoners and dissenters who were forced into exile by the government, as well as students who were jailed for protesting, must be allowed to return or be released. This should be followed by restoring impartiality to important institutions that form the backbone of civil society, including the electoral commission and the judicial system.
 
In order to get our economy on the right footing, we need an investigation into fraud committed through our commission for currency exchange — at least $15 billion was funneled into phantom businesses and kickbacks last year, a move that has directly contributed to the inflationary spiral and severe shortages our country is experiencing.
Finally, we need real engagement from the international community, particularly in Latin America. The outspoken response from human rights organizations is in sharp contrast to the shameful silence from many of Venezuela’s neighbors in Latin America. The Organization of American States, which represents nations in the Western Hemisphere, has abstained from any real leadership on the current crisis of human rights and the looming specter of a failed state, even though it was formed precisely to address issues like these.
To be silent is to be complicit in the downward spiral of Venezuela’s political system, economy and society, not to mention in the continued misery of millions. Many current leaders in Latin America suffered similar abuses in their time and they should not be silent accomplices to the abuses of today.
For Venezuelans, a change in leadership can be accomplished entirely within a constitutional and legal framework. We must advocate for human rights; freedom of expression; the right to property, housing, health and education; equality within the judicial system, and, of course, the right of protest. These are not radical goals. They are the basic building blocks of society.
 
Leopoldo López is the former mayor of the Chacao district of Caracas and the leader of the Popular Will opposition party.
Correction: March 26, 2014
An earlier version of this article incorrectly stated that the more than 30 people killed in the political demonstrations in Venezuela since Feb. 4 were protesters. That number includes security forces and civilians, not only protesters

Elizabet Araujo: Temporada en el infierno

Temporada en el infierno
ELIZABETH ARAUJO
Tal Cual, Caracas, 26 de marzo de 2014.
Corina no puede dormir desde hace veinticuatro días. Abre los ojos y se repite de diversas formas la película infernal que protagonizó cuando fue apresada por los matones de la Guardia Nacional. A dos de ellos les bastó para "cazarla" aplicándole una zancadilla y el certero golpe en la nuca mientras la estudiante de la UCV huía en uno de esos confusos disturbios de la plaza.
 
Tras derribarla, se la llevaron en una moto a Fuerte Tiuna. Su foto rueda en las redes sociales. Alguien se atrevió a congelar el instante de su detención y subió la imagen. Usted la habrá visto. Su rostro es de miedo y angustia, como de niña extraviada en mitad del centro comercial por un descuido de los padres.
Corina tiene 22 años. Lo que pasó en el trayecto y luego, cuando fue tirada a la barraca como ganado junto a otros jóvenes, detenidos en Altamira, es desolador. Aparte del golpe en la boca, que le fracturó dos dientes, y las escoriaciones que acusa en una pierna, la chica está herida por dentro. No la violaron, pero es como si lo hubieran hecho.
Los dos efectivos de la GN, uno de la PNB y un tipo que para ella ­insiste en tal versión­ sería un hampón sacado de alguna cárcel en calidad de préstamo para aplastar las protestas, la emprendieron con obscenidades y actos lascivos que, desgraciadamente, debió describir.
No para complacer el morbo público, sino para despertar a una parte del país y que entienda lo peligrosa que se ha vuelto la escalada represiva sin control del Gobierno. Mucho peor, para que los jóvenes que no cesan de salir a protestar sepan de lo que son capaces unos enfermos sexuales, infiltrados en cuerpos de seguridad, y cuya función debería ser la de proteger a los ciudadanos y restablecer el orden.
"Me tocaron los senos... el tipo, que yo digo que fue sacado de la cárcel, me metió sus sucias manos por mis partes y se reía con aullidos... Yo estaba sola, gritaba, pedía auxilio, y el desgraciado me decía que gritara más porque eso lo excitaba". Es parte del horror que ha logrado escribir Corina en su blog, bajo ese nombre y con otra foto. Pero quien la ve personalmente y nota su belleza juvenil, comprende por qué estos enfermos la escogieron y se ensañaron contra su dignidad, usted sabe, ese lugar secreto que poseemos las mujeres ­inclusive las trabajadoras sexuales­ y que al ser mancillado deja una herida imborrable para siempre.
Si lee la breve pero contundente narración de Corina, escrito a petición de la psicóloga que la está viendo ­bajo la idea de que de ese modo se saca ese tormento­ se pone a llorar. No tanto por lo que le haya pasado a esa chica. Sino por la Venezuela que nos queda hoy. Alguien podría decir que es el país que Hugo Chávez le dejó a Nicolás Maduro y a Diosdado Cabello. Pero no sé si es tan fácil resumirlo en esa frase.
Entonces recuerdo el poema de Rimbaud: "¿Qué bestia hay que adorar? ¿Qué santa imagen atacamos? ¿Qué mentira debo sostener? ¿Entre qué sangre caminar? Más vale guardarse de la justicia. La vida dura, el simple embrutecimiento, levantar, con el puño seco, la tapa del ataúd y sentarse".

Marianella Salazar: Venezuela inconstitucional

Venezuela inconstitucional
MARIANELLA SALAZAR
El Nacional, Caracas, 26 de marzo de 2014
Maduro y Cabello decidieron darle el palo a la lámpara. Les resbala que los llamen dictadores, que la comunidad internacional se haya enterado de la verdadera naturaleza del régimen de fuerza militar que impera en Venezuela, donde el dúo perverso aplica el terrorismo de Estado. Precisamente, en los estados donde los ataques a los estudiantes y la sociedad civil han sido más violentos y espeluznantes, tienen gobernadores militares –Táchira y Carabobo– o provienen de los brazos paramilitares que apoyan la revolución, como el gobernador tupamaro del estado Mérida.
Han ido demasiado lejos en su depravación de la justicia, no guardan siquiera las formas; metieron presos sin juicio previo ni derecho a la defensa a los alcaldes de San Cristóbal, Daniel Ceballos, y Enzo Scarano, de San Diego (Carabobo), en juicios exprés amañados, realizados por un envilecido Tribunal Supremo de Justicia que no respeta el Derecho.
Al dirigente de Voluntad Popular, Leopoldo López, preso ilegalmente en Ramo Verde, también le han negado las pruebas a la defensa en el juicio. Es el fin de Venezuela como Estado constitucional. La autonomía universitaria es violada por contingentes militares que ametrallan con sus bombas lacrimógenas el recinto de la Universidad Central de Venezuela y por los colectivos armados, que no solo impidieron marchar a los estudiantes el pasado 13 de marzo, siguieron sembrando el terror posteriormente al desnudar y herir gravemente a un grupo de estudiantes de la Facultad de Arquitectura, que estaban reunidos en una asamblea.
El incendio planificado en la sede de la Unefa, en San Cristóbal, para culpar a la oposición y denunciarla ante organismos internacionales es un burdo montaje, no podrán valerse del incendio para su propia ventaja, porque se trata de una universidad militar fuertemente custodiada en una ciudad que se encuentra militarizada.
Además de los asesinados con certeros disparos a la cabeza, hay heridos, desaparecidos, detenidos y torturados, casos muy bien documentados por el Foro Penal Venezolano que serán llevados a instancias internacionales, donde algún día se hará verdadera justicia.

Caso María Corina
El linchamiento contra la valiente diputada opositora María Corina Machado, el grosero despojo de su inmunidad parlamentaria, la prohibición de entrar en el hemiciclo de la Asamblea Nacional y la advertencia de que será detenida y enjuiciada por traición a la patria, entre otros cargos, no solo es un pase de factura por ir a la OEA a denunciar la violación de los derechos humanos en el país, es parte de un antiguo plan diseñado en La Habana para neutralizarla y silenciarla como líder. No tiene nada raro que al capitán Diosdado Cabello se le ocurra revocarle la nacionalidad venezolana por aceptar la representación de Panamá en la OEA.
El artículo 191 de la Constitución empleado contra María Corina también es aplicable al propio Cabello, que aceptó el ascenso a Capitán y se reincorporó como activo a la Fuerza Armada Nacional, o al diputado del PSUV Abdel el Zabayar, que el año pasado se sumó a las tropas sirias para defender el régimen del dictador Bashar al Assad y no perdió su cargo de diputado.
María Corina no debe entregarse como hizo Leopoldo López y quedar reducida a una celda, exponiéndose a sufrir los horrores que vivió la jueza María Lourdes Afiuni, ni distanciarse con un exilio. Debería analizarlo bien y pasar a la clandestinidad, para que desde allí organice la resistencia conjuntamente con el general Antonio Rivero y el dirigente Carlos Vecchio, que les hacen honor a los grandes líderes democráticos que desde la clandestinidad se enfrentaron con la dictadura perezjimenista.

Ernesto Alvarenga: Terrorismo de Estado

Terrorismo de Estado
ERNESTO ALVARENGA |  EL UNIVERSAL
miércoles 26 de marzo de 2014  12:00 AM
La unidad es un bien político que debemos privilegiar, trasciende las lecturas coyunturales que en estos momentos podamos tener. Las diferencias que se produzcan dentro de la unidad no constituyen una alarma, son naturales, debemos asumirlas y convertirlas en oportunidad de crecimiento y profundización política. Una discusión importante que debemos dar y fortalecer, es la que gira alrededor del carácter y naturaleza del régimen, ello permitirá generar la estrategia adecuada para el logro de los objetivos planteados en cuanto al rescate de nuestro país, secuestrado desde hace 15 años.

Hoy existen sectores políticos que consideran la actual crisis como un producto de la incapacidad del régimen a la hora de implementar las políticas públicas, y del descontrol entre los sectores que hacen vida dentro de la mal llamada "revolución". Esta concepción supone que es posible la rectificación, de allí que un grupo de amigos acepten participar en ese mamotreto llamado "Conferencia de Paz", mala copia de la Mesa de Negociación y Acuerdos del 2003, donde por cierto participaron José Vicente Rangel, Aristóbulo Istúriz y Nicolás Maduro. En aquel momento se contó con la presencia de facilitadores internacionales, institucionales, entre ellos la OEA, la misma a la que el régimen le negó el acceso al país y desde donde se censuró la discusión del caso venezolano. No descalifico a los que acuden a la Conferencia de Paz, pero están muy equivocados al suponer que cualquier salida que no sea electoral implica golpismo.

Debemos ser enfáticos, el hilo institucional ha sido roto por el régimen. Leopoldo López, los alcaldes Daniel Ceballos y Enzo Scarano, presos políticos del régimen, además de todos los atropellos contra la diputada María Corina Machado, evidencian que no son errores del Gobierno lo que estamos presenciando. Ante esta realidad, asumir como política solamente la esfera electoral es sin duda un grave error. El descontento social es demasiado alto, sin dejar de mencionar la tarjeta de racionamiento que ya está por implementarse, lo cual sugiere dos cosas, que la escasez empeorará y se acentuará el control social a través del registro biométrico. Pensar que no hay un proyecto totalitario en ejecución es irresponsable y miope.

Alvarenga4000@yahoo.com

Elides J. Rojas: Algunas frases célebres del chavismo

Algunas frases célebres del chavismo
ELIDES J. ROJAS L. |  EL UNIVERSAL
miércoles 26 de marzo de 2014  12:00 AM
Claro que habrán más del finado. Fue el autor del estilo, pero también destacan algunos de los próceres de esta revolución en la que los pobres son cada vez más pobres y en la que nace una nueva clase de rico llena de ignorantes, echones y casi siempre militares. Pero todos oradores de primer mundo y geniales en sus dichos. Hay una realmente superior. "Aquí se hace cola para ir a conciertos, al cine, al banco, pero critican las colas para comprar comida". Félix Osorio, ministro de alimentación.

Repasemos algunas frases tomadas de diferentes páginas de Internet.

"Si la situación me aprieta, soy capaz de montar la oficina presidencial en una carpa del Ejército y cerrar Miraflores". Hugo Chávez.

"Sí, llámenme golpista. Yo le di un golpe a CAP. Pero el golpe de Chávez es el golpe del pueblo". Hugo Chávez

"No habrá ni atropellos ni persecuciones ni abusos ni irrespeto a la libertad de expresión o de pensamiento". Hugo Chávez.

"El show debe continuar". Hugo Chávez, tragedia de Amuay.

"No habrá luto nacional porque hoy murió un corrupto, un dictador". Hugo Chávez y la muerte de CAP.

"Que no se equivoquen esta revolución es pacifica pero armada". Hugo Chávez.

"Cada pescador, cada estudiante, cada persona del pueblo debe aprender a usar un fusil, porque es el concepto del pueblo en armas". Hugo Chávez.

"Si ha habido un comportamiento ejemplar, ha sido el de los colectivos motorizados que están con la revolución bolivariana". Jorge Arreaza, vicepresidente.

"Y no es que vamos a sacar a la gente de la pobreza para llevarlas a la clase media y que pretendan ser escuálidos". Héctor Rodríguez, ministro de Educación.

"Bolívar no necesitó de papel sanitario para hacer lo que hizo". Aristóbulo Istúriz

"Aquí todo está excesivamente normal". José Vicente Rangel.

"La suprema felicidad del pueblo se siente en la calle". Diosdado Cabello.

"La culpa de la escasez es de los venezolanos por consumo excesivo". Alejandro Fleming.

"Este es un gobierno humanista, que respeta la vida incluso de los animales". Desirée Santos.

"Ser rico es malo". Hugo Chávez.

"Cuba es el mar de la felicidad. Hacia allá va Venezuela". Hugo Chávez.

"Las FARC no son terroristas". Hugo Chávez.

"Dentro de 3 años, o sea, para el 2003 seremos autosuficientes en materia agro alimentaria". Hugo Chávez.

"Marisabel, prepárate que esta noche te doy lo tuyo." Hugo Chávez.

"Debemos multiplicarnos así como Cristo multiplicó los penes...". Nicolás Maduro.

erojas@eluniversal.com / @ejrl

Angel Oropeza: ¿Otra vez el Chávez de enero 2004?

¿Otra vez el Chávez de enero 2004?

ANGEL OROPEZA |  EL UNIVERSAL
miércoles 26 de marzo de 2014  12:00 AM
Algo muy extraño está ocurriendo en Venezuela. Durante los últimos días, cada vez que la tensión en las calles pareciera migrar hacia otros necesarios estadios de organización y expresión social, surge el gobierno a echarle gasolina al fuego y a reavivar la violencia.

Dados los últimos acontecimientos (agudización de la represión, encarcelamiento de funcionarios electos, amenaza de destitución ilegal a alcaldes), no cabe duda que el principal interesado en que la violencia no disminuya es el gobierno nacional.  Ha tenido en sus manos la oportunidad de calmar las aguas, y procede en vez de eso a agitarlas con furia. Desde el punto de vista de la lógica racional, cualquier gobierno medianamente democrático estaría haciendo justo lo contrario del nuestro. Entonces, ¿cuál es la explicación?

El anacronismo intelectual de quienes ocupan –tanto aquí como en Cuba- posiciones de decisión en el gobierno del madurocabellismo, les hace seguir creyendo en la estupidez  aquella de la violencia como partera de la historia (El Capital, vol 3) y en la insistencia del papel determinante de la violencia en eso que llaman "la praxis revolucionaria". No es gratuito que el Manifiesto Comunista de 1848 diga textualmente: "Los comunistas proclaman abiertamente que sus objetivos sólo pueden ser alcanzados derrocando por la violencia todo el orden social existente". Tampoco es casualidad que Lenín ("El Estado y la revolución") insistiera machaconamente en "el carácter inevitable de la violencia" en el tránsito del capitalismo al socialismo. ¿Pero será esa la única explicación a la violencia intencional del gobierno? Estos trasnochos ideológicos ciertamente permean la actuación oficialista. Pero más allá de ese contaminante doctrinario, existen 5 posibles explicaciones al interés por mantener la confrontación y estimular la violencia. ¿Cuáles son estas hipótesis?

1) Dada la obsolescencia neuronal de la gerontocracia cubana, y su incapacidad para administrar diferencias que resultan normales en una democracia pero que son  impensables para ellos, ¿lo que estamos viendo son las consecuencias de las órdenes de La Habana en el sentido de intentar acabar con cualquier disidencia u opinión contraria como se hace en la isla, a punta de sangre y fuego?

2) ¿O la agudización intencional y precipitada de la crisis política se hace para que sea ésta quien ocupe el centro de la atención nacional, y no la crisis económica, cuyos síntomas perversos están todavía por verse? De hecho, el estímulo a la agitación social han sido muy buen negocio para el gobierno, porque le ha permitido aplicar la mayor devaluación de la historia venezolana o subir descaradamente los precios de los alimentos, y que tales cosas pasen inadvertidas dada la relevancia noticiosa de la crisis política. ¿Será por esto que no les interesa que la tensión social baje en intensidad?

3) ¿O se persigue el  recalentamiento de la crisis política para justificar la represión y la persecución contra la dirigencia política y social del país, y así evitar que puedan estar al frente de sus liderazgos cuando estalle la versión dura de la crisis económica que se avecina?

4) ¿Acaso se persigue generar las condiciones de violencia para justificar y "legitimar" una represión social generalizada que termine provocando frustración y desmoralización popular, lo que desanimaría los esfuerzos de ese mismo pueblo por alzar su voz y levantarse cuando estalle la crisis económica?

5) ¿O estamos en presencia de una jugada de la facción cabellista del gobierno para provocar una crisis de tal envergadura que debilite a tal extremo a la camarilla madurista, y justifique una especie de "barajo revolucionario" que ponga al inefable presidente de la AN al frente del Ejecutivo, con la excusa de que "la revolución no se puede perder"?

Cualquiera de las hipótesis anteriores, todas nefastas para el país, son en principio posibles. Lo que sí es cierto es que resulta difícil no asociar esta conducta del gobierno con la delincuencial confesión del expresidente Chávez en su informe anual a la AN el 15 de enero de 2004, cuando afirmó sin vergüenza, refiriéndose a los acontecimientos que desembocaron en el 11 de abril de 2002: "las crisis son necesarias y muchas veces hay que generarlas. Lo de Pdvsa era necesario. Cuando yo saqué el pito aquel en un aló presidente y empecé a botar gente, yo estaba provocando la crisis. Y cuando nombre a Parra Luzardo, pues estábamos provocando la crisis. Ellos respondieron y, bueno, se presentó el conflicto. Y aquí estamos hoy. Eso era necesario".

¿Está el gobierno queriendo aplicar la misma receta del comandante galáctico? No lo sabemos, pero el hambre enfermiza de poder y el apetito desenfrenado por los beneficios económicos del mando son unos consejeros muy peligrosos. Hay que estar alertas para no pisar peines. Lo que sí está claro es que el gobierno está intencionalmente promoviendo la violencia y estimulando la agudización del conflicto. ¿Qué carta oculta bajo la manga?

@angeloropeza182

Angel Arteaga Sánchez: Ajusticiamiento de María Corina

 Ajusticiamiento de María Corina

ALBERTO ARTEAGA SÁNCHEZ |  EL UNIVERSAL          
miércoles 26 de marzo de 2014  12:00 AM
En una bochornosa sesión parlamentaria signada por los improperios y las acusaciones propias de un tribunal de la Inquisición, la Asamblea, en decisión tumultuaria, con gritos y consignas políticas, acordó dirigirse a la Fiscalía para solicitar el antejuicio contra la diputada María Corina Machado con la determinación ya tomada de allanarle la inmunidad una vez que la Fiscal presente su querella, lo que se da por descontado, al igual que la declaración de méritos para enjuiciarla, siguiendo el camino de otros representantes del pueblo, tratando de borrar su presencia en el Parlamento, pero no su actuación en la calle.

A otros diputados, con pruebas forjadas, inclusive a uno por pretendida "violencia contra la mujer", les fue arrebatada su inmunidad, lo que evoca la época más oscura de la persecución política. A María Corina, quien lucha sin descanso, sin dejarse amedrentar, con valentía de mujer, se le pretende enjuiciar por hechos que no son delitos, utilizando una vez más como garrote la "justicia penal", instrumento de ajusticiamiento y de venganza.

Su delito es disentir, su delito es ponerse al lado de la causa de la democracia; su delito es expresar sus ideas sin medias tintas, por llamar a la protesta y a no abandonar la calle, que es del pueblo.

No puede ser que sea tal nuestra ceguera jurídico-penal que se pretenda enjuiciar a María Corina por instigadora de homicidios, incendios, daños y como es usual ahora, por asociación para el crimen organizado, o por conspiración, utilizando videos editados o conversaciones privadas interceptadas, constitutivas de delitos y sin valor alguno.

Uno de los fenómenos propios de la oscura época que nos ha tocado vivir es la utilización carente de todo fundamento de la normativa penal.

Se apela a delitos que no existen; se imputan hechos sin base alguna; se determinan responsabilidades sin juicio y sin defensa; se encarcela sin razón alguna incomunicando a los presos, torturándolos como castigo o forma de intimidación y, para colmo de todo este cuadro trágico, se convoca a un dialogo y se llama a la paz.

María Corina no puede responder por homicidio o lesiones porque no determinó ni se constituyó como causa primera y eficiente de las muertes producidas, ya que simplemente llamó a protestar, al igual que lo hizo Leopoldo López; ni puede responder por incendio y daños a la propiedad pública porque no causó tales hechos y, por lo demás, son dos tipos delictivos incompatibles; no puede responder como determinadora de delitos cometidos por otros, porque no forzó su voluntad a tales fines; y no ha conspirado, porque a la luz del día, ha dado sus opiniones y enfrentado con valentía a sus detractores y, además, por sus expresiones, como parlamentaria goza de la prerrogativa de la inviolabilidad, máxime en el "parlamentarismo de calle".

Y si fuese sometida a juicio, burlándose de la voluntad popular, creo que ya está demostrada su decisión de no abandonar al país y de enfrentar el vergonzoso linchamiento que un pueblo noble, como el venezolano, rechaza, no siendo posible su privación de libertad.

aas@arteagasanchez.com

Rafael Poleo: Estos políticos...

Estos Políticos...
Rafael Poleo
El Nuevo País, Caracas, 26 de marzo de 2014

Aníbal Romero: ADIÓS HIPOCRESÍA


ADIÓS HIPOCRESÍA
 
Aníbal Romero
El Nacional. Caracas, 26 de marzo de 2014

Las jornadas rebeldes de estas pasadas semanas han significado un avance en la liberación de Venezuela. Tal convicción se deriva de la importancia que atribuyo al poder de la verdad en el combate político, sobre todo frente a circunstancias de crisis extrema como las que vive el país.

Un logro clave consiste en que algunos líderes fundamentales de la oposición han comenzado a hablar otro lenguaje, el lenguaje de la verdad, sin dobleces ni hipocresía. Al calificar el régimen con un término que en efecto revela la verdad acerca de su genuina naturaleza, acerca de aquéllo en lo que ha devenido de manera inequívoca, dirigentes como Leopoldo López y Maria Corina Machado, entre otros, han dado un paso adelante de relevancia crucial para el presente y el futuro.

El régimen chavista es una dictadura. El despotismo es su esencia y la tiranía permanente el destino al que desea someter a los venezolanos. Se trata, desde luego, de una dictadura en alguna medida ajustada a las complejas realidades internas y de un contexto internacional diferente al de los tiempos de Pérez Jiménez. Pero ese disfraz ha empezado a hacerse jirones a medida que la persistente protesta de crecientes sectores de la población se hace sentir.

Ignoro por qué algunos dirigentes y periodistas democráticos todavía encuentran tan difícil llamar al pan, pan, y al vino, vino. En su estupenda rueda de prensa en Washington, Machado enfatizó que “hay que llamar las cosas por su nombre”, y el character dictatorial del régimen de Maduro es ya inocultable. Mi hipótesis, en lo que tiene que ver con el pudor que aún prevalence entre los que hablan del “deficit democrático” de lo que ya no es otra cosa que una vulgar dictadura, es que la contención linguística es el velo tras el que se esconde una estrategia inviable. Me refiero a la estrategia que se basa en la ilusión del diálogo, del consenso y de una salida electoral a la tragedia venezolana.

En otras palabras, el recato linguístico expresa la renuencia a admitir lo que es a todas luces evidente; es decir, que el régimen chavista solamente llegará a su fin como resultado de las convulsions políticas y sociales que está engendrando su traición a la Patria, su deleznable sumisión a la satrapía castro-comunista, y su programa de destrucción institucional y económica.

En ese orden de ideas, el otro paso de avance que ha resultado de las heroicas protestas de estudiantes y pueblo en general, a partir del pasado 12 de febrero, es la focalización de la dominación cubana como un desafío prioritario de las luchas por la libertad e independencia de Venezuela.

Además de abandonar el lenguaje ambiguo, repleto de eufemismos y medias tintas que ha prevalecido hasta tiempos recientes, es imperativo que el liderazgo democrático transmita a los venezolanos que las luchas actuales y venideras buscan una segunda independencia. Lo que está en juego es la liberación nacional frente a un opresor extranjero, unida a la reconquista de un orden politico que garantice la libertad ciudadana y la convivencia, en un ámbito de respeto y pluralismo.

La transición desde una política indigna y entreguista a un régimen constitucional y civilizado, solo tendrá lugar como producto de la verdad y la perseverancia. De allí la fuerza singular que han generado tanto la valentía de los estudiantes como la serena audacia de López y Machado, entre otros muchos miles de ciudadanos que están dando un ejemplo maravilloso de compromiso democrático al resto del país, a la región latinoamericana y al mundo entero. Las semillas germinarán.