miércoles, 22 de abril de 2015

Marianella Salazar: Maduro “bypaseado”

Las diferencias entre Fidel y Rául Castro siempre fueron muy notables. Ahora que por razones biológicas el máximo líder de la revolución está fuera de circulación, que han desaparecido las humillaciones y el sometimiento a su hermano, Raúl se desquita a sus anchas. Para muestra, ¡lo impensable!: en la foto del apretón de mano, vemos a Raúl inclinarse ante Barack Obama, además de calificarlo de honesto y de tener la más firme disposición a normalizar las relaciones, logrará la flexibilización del embargo y, por si fuera poco, consiguió que sacaran a Cuba de la lista de Estados que protegen el terrorismo. Según nuestras fuentes, Raúl Castro aprovechará la cobarde masacre de los once militares colombianos a manos de la narcoguerrilla de las FARC para deslindarse de ella. Sabe que las negociaciones de paz están en pico de zamuro y la permanencia de los jefes guerrilleros, impartiendo órdenes desde La Habana, compromete el nuevo estatus como Estado libre de cualquier complicidad con el narcoterrorismo.
El bloqueo de dinero en un banco de Andorra ha sido la excusa perfecta para que los negociadores de las FARC no paguen sus gastos. Si hay algo que saben hacer muy bien los cubanos es cobrar facturas y con intereses. Raúl se está hartando de esa presencia, prefiere que regresen a Venezuela, para no perturbar las relaciones con “su nuevo mejor amigo”, Barack Obama.

En cuanto a Nicolás Maduro, se da el lujo de “baypasearlo” como le da la gana, no quiso reunirse con él en el marco de la Cumbre de Panamá, lo mandó a La Habana a perder el tiempo con Fidel, lo recibió por cinco minutos y de inmediato le echó ese embarque al vicepresidente del Consejo de Estado y del Consejo de Ministros, Ramiro Valdés, para que le diera instrucciones. Según la fuente, Maduro pidió interceder con el papa Francisco –uno de los artífices del acercamiento Cuba-Estados Unidos– para que incluyera a Venezuela en la gira que hará en julio por tres países suramericanos, pero Valdés le dijo que hablara con Rafael Correa y con Evo Morales para que le buscaran una audiencia con el pontífice.
Los cubanos están ocupados haciendo lobby para que Francisco haga un toque técnico en Cuba y, de darse, no permitirán que Maduro se acerque, así como se lo impidieron a Hugo Chávez, que le rogó a Raúl para ver a Benedicto XVI, a pesar de que estaba moribundo, tratándose en la isla.
Raúl es más frío y astuto que su hermano, puede convertirse en el operador de los 700.000 barriles diarios que exportamos a Estados Unidos, si es que Venezuela rompe relaciones con el imperio y ocupemos la vacante que dejó Cuba, en la lista negra de países patrocinantes del terrorismo. Raúl que maneja todo en Venezuela, incluida la política exterior, les garantizará el suministro de petróleo venezolano a los norteamericanos y seguirá sacando las mejores ganancias.
 
Tic Tac
1-. Según fuentes militares, Ramiro Valdés estuvo recientemente en Venezuela –por unos cuatro días– con la excusa de que estaba un alto militar chino, pero su misión fue evaluar los altos mandos militares de la Fuerza Armada Bolivariana en caso de una invasión militar estadounidense.
2-. A los militares y a sus familiares no se les suspenderán sus dólares viajeros si van a Cuba, para que puedan raspar su cupo. Las restricciones impuestas por el Cencoex han tenido su impacto en el flujo de “turistas” hacia La Habana y los aviones de Cubana no salen full como antes.
3-. La próxima semana estaré atendiendo invitación de la Cámara de Economía Venezolana-Israelí para visitar ese país y asistir a la Feria Mundial, Agritech, que muestra la alta tecnología de Israel. La columna regresará el miércoles 6 de mayo.
 
Marianella Salazar
Maduro “bypaseado”
El Nacional. Caracas, 22 de abril de 2015

Cipriano Heredia S.: Hablemos de soberanía en serio: Guyana y el Esequibo

Con este mismo título, el Centro Popular de Formación Ciudadana (CPFC) realizó la semana pasada un concurrido foro en el Colegio de Ingenieros de Venezuela, en el cual participaron como ponentes el Embajador Sadio Garavini y la Dra. María Teresa Belandria, ambos especialistas en temas internacionales y conocedores a fondo de la realidad del caso Guyana en relación a NUESTRO Esequibo.
Como es bien sabido, la justa y legítima reclamación de Venezuela sobre el territorio del Esequibo se mantuvo firme y tomó un nuevo aire a raíz del “Acuerdo de Ginebra”, logrado bajo el Gobierno de Leoni en 1966, con el cual el país mantuvo viva la controversia y su aspiración para lograr una solución negociada pero con sólido fundamento legal. Desde ese entonces, con mayor o menor intensidad, todos los gobiernos de la democracia mantuvieron una actitud nacionalista e inequívoca respecto al tema. De hecho, mi generación estudió geografía nacional con un mapa donde aparecía el Esequibo con rayas, sobre el cual decía claramente “Territorio en Reclamación”, y en los años 80 el tema hasta se convirtió en ícono popular cuando un famoso grupo de rock nacional puso de moda una canción que coreaba “el Esequibo es mío, es tuyo, es tierra venezolana…
Pero esa posición histórica cambió bajo Chávez, quien en 2004 dio un giro público respecto al tema, expresando de manera abierta que no se opondría a que Guyana otorgara concesiones petroleras en ese territorio si eso contribuía al desarrollo de la región, lo cual hizo obviamente por sugerencia de Cuba y para ganarse el apoyo del Caribe, en función de su interés por tomar fuerza en el seno de la OEA. Con esta postura evidentemente la posición de Venezuela respecto a la controversia planteada se debilitó severamente, reforzando además la ventaja obvia de Guyana, siempre beneficiada por la situación de hecho, pero que aún así hasta ese momento se había abstenido de otorgar concesiones precisamente por la oposición de los gobiernos venezolanos anteriores.
Este hecho, que claramente constituye un punto de inflexión negativo para la pretensión histórica del país, ha sido sucedido por eventos recientes no menos graves. Es así como Guyana no sólo ha seguido otorgando concesiones petroleras a compañías transnacionales en la fachada atlántica del Esequibo, sino que ahora lo hace con el apoyo abierto y directo de todo el Caribe, e indirecto de USA, comprometiendo además cuantiosos recursos pesqueros de gran valor, más allá de las enormes reservas de petróleo liviano y gas que hay en la zona.
Pero el problema no termina allí. De hecho, lo más grave de lo explicado por Garavini y Belandria es que Guyana ha proyectado una fachada atlántica propia a partir de la costa del Esequibo que invade de manera inequívoca nuestro mar territorial y plataforma continental en la zona del Delta, lo cual constituye, sin duda, la amenaza más grave que se cierne sobre nuestro territorio en la actualidad.
Sin embargo, ante esta inaceptable actitud violatoria de nuestra soberanía, este Gobierno que se dice nacionalista no tiene una postura firme y clara. No hay campañas publicitarias para sensibilizar al país, ni se recogen firmas para que se deroguen las concesiones. Por el contrario, en un acto de vulgar entreguismo, el gobierno venezolano mira a los lados, y tan sólo se limita a mandarle carticas a las empresas que reciben las concesiones, en lugar de enviar contundentes notas de protesta al Estado que las otorga.
Decía la improvisada canciller de Maduro que le había “leído la cartilla” al Embajador de España en estos días. Esto, porque el Congreso de ese país (así como los de Chile y Colombia) recientemente exigió la liberación de los presos políticos en Venezuela. Para estos casos la canciller si habla de injerencia y violación de soberanía, pero es un manso cordero respecto a Guyana, que nos está arrebatando el territorio. Así de entreguista y antinacionalista es esta “revolución” que se envuelve en el tricolor nacional para adversar a sus enemigos ideológicos, pero no para combatir a los violadores de nuestro suelo. Eso es traición a la Patria.

Cipriano Heredia S.
Hablemos de soberanía en serio: Guyana y el Esequibo
Runrunes. Caracas, 22 de abril de 2015

Editorial de El País: La deriva de Maduro

El presidente de Venezuela pone en riesgo la relación con España para ocultar su incompetencia

Nicolás Maduro está arrastrando a su país a una situación muy peligrosa, también en el ámbito de las relaciones internacionales. Sus decisiones ya las sufren los ciudadanos, que afrontan como pueden una situación de precariedad e inseguridad indigna de un país como Venezuela. Ahora, el absurdo y arbitrario enfrentamiento con España, los insultos reiterados contra su Gobierno actual y sus gobernantes anteriores, no son —por más que se empeñe Maduro en discursos plagados de bravatas— sino un patético esfuerzo por encontrar un chivo expiatorio para tratar de justificar una desastrosa gestión en los asuntos políticos, económicos y sociales. El perfecto ejemplo de cómo arruinar y aislar a un país más que rico en recursos naturales y capital humano, además de históricamente abierto al mundo.
El que el Gobierno español tome la muy excepcional decisión de llamar a consultas a su embajador en Caracas es una advertencia que no debe caer en saco roto. En el lenguaje diplomático, es el paso previo a la ruptura de relaciones, algo que parece que Maduro trata de provocar, pero que sería una pésima noticia, por mucho que la maquinaria propagandística chavista —que necesita un enemigo exterior— lo presentara como símbolo de orgullo patrio.
Maduro no solo ha perdido el tren de la historia, sino que lo hace a expensas de su pueblo. Mientras en todo el continente soplan vientos de cambio y de diálogo, el Gobierno de Caracas se empecina en una retórica vacua y en despreciar e insultar precisamente a quienes le tienden la mano para ayudar a Venezuela a salir del gravísimo problema institucional en que se encuentra. En este contexto se enmarca la declaración de persona non grata del expresidente del Gobierno Felipe González, que se ofreció para defender a dos de los principales presos políticos que Maduro mantiene en prisión militar bajo fantasmagóricas acusaciones conspiratorias. González es una voz muy valorada en Latinoamérica y siempre ha hablado en favor de Venezuela. Los insultos vertidos contra él, como contra el expresidente José María Aznar, son inaceptables.
El mandatario caribeño puede optar entre seguir encerrado en su torre de marfil o afrontar la realidad y, por el bien de Venezuela, liberar a los presos políticos y dialogar con la oposición. Si quiere quedarse solo, es su opción personal. Pero Venezuela y los venezolanos no merecen que se les cierren todos los caminos.

El País
Editorial
La deriva de Maduro
El País. Madrid, 23 de abril de 2015