sábado, 12 de abril de 2014

Elizabeth Fuentes: Na tan buena...

Na tan buena...
ELIZABETH FUENTES
El Nacional. Caracas, 12 de abril de 2014


Como quien hace el Top Ten al estilo de David Letterman –quien lamentablemente se retira el próximo año–, habría que hacer una lista de lo que vimos en el primer round Dictadura versus Democracia. Top Ten que podría llamarse “Momentos inolvidables en el diálogo de Miraflores”.
Y de atrás pa’lante, pam-pam-pam-pam…
10) El acento chileno de Blanca Eekout y el enredo en sus ideas. No solo limitó sus ocho minutos a repetir consignas agresivas y vacías (en un diálogo por la paz, ¡ja!) tratando de defender su chamba mal pero muy mal: “Creemos en la hegemonía de la diversidad…”, llegó a decir (¿qué vaina será esa?), sino que tuvo los santos ovarios de intentar responder la desplegada sabiduría constitucional de Ramos Allup argumentando que ellos sí podían hablar de revolución, así no estuviese en la Constitución, porque la palabra revolución la habían usado los adecos durante el golpe llamado Revolución de Octubre. Y acto seguido metió la pata durísimo porque dijo que ese golpe había dado paso a una dictadura criminal, a exilados, presos y torturados, nombrando la soga en la casa del ahorcado porque resulta que su revolución también ha seguido exactamente por esa misma ruta. Censura, exilados, presos y torturados. Quedó pésimo la pobre frente a esos señores tan decentes, cancilleres que no salían de su asombro ante aquella chica que parecía salida de un documental sesentoso.
9) La cara de Nicolás Maduro mientras algunos representantes de la oposición hablaban. Si tuviera subtítulos habríamos podido leerle: “Cónchale vale, ¿por qué estos tipos no trabajarán conmigo?”. O la cara de Nicolás Maduro mientras Ramón Guillermo Aveledo citaba a Julián Marías. Subtítulo: “¿Quién será ese tipo?”. O la cara de Nicolás Maduro en general: “¿Qué hace un hombre como yo en un sitio como este…?”.
8) Liborio Guarulla, con aquella calma, lanzando un nocaut directo a los mentones de Elías Jaua y Jorge Rodríguez: Qué triste que los que ayer fueron reprimidos hoy se convierten en represores.
7) La desvergüenza de Didalco Bolívar, de violento opositor que salió corriendo por acusaciones de  corrupto, convertido esa noche en acuseta de Molina, Calzadilla y Guarulla, intentando lavarle la cara a su propia traición y, vaya diálogo, desacreditando a la dirigencia opositora. Lo mejor fue su carcajada cuando Henrique Capriles ironizó sobre todo el dinero que ahora tiene. De salir a vomitar las cotufas.
6) El asombro: Diosdado Cabello logró hablar durante 16 minutos seguidos. Lo más sólido que dijo: “Burro no se acuerda cuando fue pollino”… Ah: y que “los golpes no son buenos”…
5) La cara de cañón de Aristóbulo Istúriz, como si estuviera chupando alcaparras todo el tiempo. Aunque, de vez en cuando, se le notaba cierta nostalgia. Un leve gesto donde podría leerse: “Cuánto me gustaría estar de ese lado”. Como dijo alguna vez mi queridísimo Teodoro Petkoff: “Es más fácil pedir que pongan el agua a poner el agua”. Lo que daría Aristóbulo por estar en la oposición…
4)  Henri Falcón echando mano de su pasado cercano con el gobierno, para hacerles ver la torta que han puesto con las expropiaciones, en los comercios, en las farmacias, con la inflación. Y con aquella tranquilidad.
3) El silencio de los radicales desde la comodidad de su Twitter, “los chavistas de la oposición”, como los califica Alonso Moleiro, que cogieron mínimo frente a la compostura (y los cojones) de los representantes de la MUD.
2) El vicepresidente Arreaza, quien en su papel de  moderador terminó haciendo el ridículo frente a los cancilleres al agregar pendejaditas a favor del gobierno cada vez que le correspondía darle la palabra  a alguien, como si ellos y los espectadores fuesen tan idiotas como para no descubrirle el tumbao. En este ranking quedo ahí-ahí con el líder tupamaro que candidateó a Nicolás Maduro para el Premio Nobel de la Paz. Sobran los comentarios.
Y el number one, ta-ta-tannn
1) Henrique Capriles Radonski arrecho. Tan acertado que Maduro tuvo que regresar a escena para ver cómo se recuperaba de semejante paliza.

Fernando Luis Egaña: Diálogo o Abismo

Diálogo o Abismo
FERNANDO LUIS EGAÑA
El Nacional. Caracas, 12 de abril de 2014

Mucha gente tiene grandes expectativas sobre el diálogo instado por Unasur. Yo no.

Después de la larga cadena que proyectó la sucesión de intervenciones de voceros oficialistas y opositores, o el diálogo convenido con Unasur y llevado a cabo en Miraflores, siento la obligación de destacar un parecer previo del declarativo canciller de Ecuador, Ricardo Patiño, uno de los más activos en este particular, en el sentido de que en Venezuela si no se produce el diálogo se cae en el abismo... Parecer asumido por el no menos declarativo gobernador del estado Lara, Henri Falcón, quien simplifica la cosa en estos términos: “O el diálogo o el abismo”.
Ese dilema no es verdadero, por la sencilla razón de que Venezuela ya está en el abismo. En el abismo político de la represión y la violencia o terrorismo de Estado. En el abismo económico de una megacrisis catalizada por los delirios seudoideológicos y el monumental latrocinio. En el abismo social de la explosión continuada de la violencia criminal que nos coloca a la cabeza de las naciones más violentas del mundo. Entonces, no es verdad que el diálogo de Unasur sea la alternativa a la amenaza del abismo, porque el abismo ya es la realidad fundamental del país.
De allí que el propósito del diálogo tenga que ser la superación de las causas que han sumido a Venezuela en el abismo. Y la causa central es el montaje de una hegemonía anticonstitucional que se ha acostumbrado a hacer lo que le da la gana, y que por ese desempeño arbitrario y despótico del poder ha desbaratado las inmensas oportunidades de desarrollo de la bonanza petrolera más sostenida de la historia. Para decirlo con las palabras de la Conferencia Episcopal Venezolana en su reciente comunicado del 2 de abril: “Causa fundamental de esa crisis es la pretensión de implantar el llamado Plan de la Patria, detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario”...
Aquí está el meollo de la cuestión. La raíz de la cual parte todo el universo de desmanes y atropellos que caracterizan el proceder de esta hegemonía que, debe recordarse, tiene más de factura castrista que de vernácula. Mucho debe temerse que el diálogo configurado por Unasur no tenga presente esta esencia. Acaso lo contrario: su aspiración principal es el reforzamiento de Maduro como titular del poder –lo que el referido canciller Patiño denomina: “Defender el Estado de Derecho y la legitimidad de una institucionalidad”– y la reparación, así sea parcial, de la erosionada imagen internacional del régimen que preside. En pocas palabras, lo que los operadores políticos distinguen como una “operación de control de daños”.
Por supuesto que ese no es el objetivo de los participantes de la MUD y es de esperar que sean conscientes del terreno en que se mueven. Casi todos los expositores del evento miraflorino así lo reflejaron, unos con más fuerza que otros. Es indispensable, por tanto, que la presión popular no solo continúe sino que se ramifique.
La protesta justa y legítima, la protesta social y de calle es una expresión natural y positiva de inconformidad y rebeldía ante el abismo. Y hay que defenderla de la manipulación propagandística de equipararla con la “violencia”. Pues la violencia está en la represión barbárica de la protesta por parte de la hegemonía, a través de las bandas armadas, los asesinatos, las torturas, la persecución judicial, etcétera. La violencia no está en la protesta de los sectores estudiantiles, vecinales, sociales o gremiales.
Mucha gente tiene grandes expectativas sobre el diálogo instado por Unasur. Yo no. Si ese diálogo ayuda a salir del abismo, muy bien. Un logro histórico. Pero si su premisa es la de “diálogo o abismo”, entonces muy mal porque es una premisa falsa. Llevamos tiempo en el abismo. Y ese abismo, desde luego, puede hacerse más abismal.

Fausto Masó: Valió la pena

Valió la pena
FAUSTO MASÓ
El Nacional. Caracas, 12 de abril de 2014

A pesar de la mala fe puesta de manifiesta la noche del jueves al colocar, por ejemplo, al mismo nivel al representante de los tupamaros y a Ramón Guillermo Aveledo, valió la pena la reunión porque los dirigentes de la MUD aprovecharon la oportunidad de enviarle un mensaje al país, y romper así la trampa grosera de la censura y de la autocensura. No hay todavía por parte del gobierno ningún deseo de diálogo, porque Maduro vive en la trampa ideológica, cree representar un modelo, el socialismo, superior al capitalismo, no reconoce la realidad, la miseria, la inflación, quisiera reducir todo a un debate sobre los méritos de una utopía, del hombre nuevo, en contraste con el hombre viejo y las maldades del capitalismo.
Maduro olvida que nadie ha elogiado tanto al capitalismo como el propio Carlos Marx, cuando reconoció su capacidad de producción, de transformación social. Al plantearse el debate con los pies en el suelo Maduro carece de argumentos. Los representantes oficiales se limitaron a criticar la cuarta república sin reconocer lo bueno de la democracia venezolana; se centraron en el discurso del pasado sin analizar el presente, sin comprender que los vicios del gobierno de un Carlos Andrés no justifican los crímenes  de hoy, olvidando que por las ironías de la historia el desastre actual, la masacre cotidiana, ha hecho que los venezolanos vean ese pasado como un paraíso, reconozcan que en toda su historia Venezuela nunca vivió una época tan civilizada como la de la República civil.
Las manifestaciones continuarán, el malestar económico aumentará, seguirán los asesinatos, los secuestros, pero se ha abierto un canal, una rendija, una oportunidad de hablarle al pueblo de tú a tú. No haber asistido a esta cita hubiera sido un error histórico.
Cabe una pregunta, ¿por qué Maduro aceptó las demandas de la Mesa de la Unidad? ¿Por qué aparentemente está dispuesto a renovar los poderes y el mismo CNE? Quizá lea las encuestas, quizá comprenda que la Guardia Nacional no aguantará indefinidamente en la calle, a pleno sol, con un equipo antimotín que pesa 30 kilos sobre cada guarda, en medio del rechazo popular, sin que nadie les ofrezca un vaso de agua. Quizá en el chavismo y en el Ejército hay voces que piden el diálogo.
Maduro apostó por que las palabras de Capriles, Aveledo, Ramos Allup desaparecerían entre tantos discursos y frases hechas oficiales, tendió una trampa donde cayó en realidad el propio tramposo. La cháchara de los dos modelos, el canto al socialismo ideal y la utopía impide ver lo que salta frente a los ojos, el desempleo provocado por la asfixia de los centros comerciales, la ruina de los periódicos, la desaparición de los visitantes médicos, el cierre de industrias, el desastre de Agropatria, la CVG, las cementeras, Lácteos los Andes. A Maduro no le alcanzan las divisas porque despilfarra 600 millones de dólares para reactivar las cementeras, olvidando que antes de que las estatizara las empresas privadas se ocupaban de esas inversiones y producían muchísimo más que ahora. Maduro no entiende la gravedad de su situación y está desaprovechando un salvavidas: realizar un diálogo real, rectificar. Maduro se comporta como el clásico vivo criollo que al final sale con las tablas en la cabeza. Él necesita el diálogo, vive sobre un volcán. La noche del jueves demostró algo inocultable, la falta de preparación, la incapacidad para discutir con un Aveledo.
A la MUD y a los partidos les cabe no repetir el error de no delimitar posiciones, no señalar que los radicales, como ocurrió con la huelga de 2002 o con los militares de la plaza Altamira, solo contribuyen a consolidar esta dictadura.
Los estudiantes seguirán en la calle, Antonio Ledezma continuará con sus denuncias. La lucha no ha terminado. Y hay una oportunidad, vaga, de un diálogo verdadero.

Monseñor Baltazar Porras: Los excluídos

Los excluídos

MONSEÑOR BALTAZAR PORRAS

El Universal. Caracas, 12 de abril de 2014

El llamado incesante al diálogo y la concertación es el único camino para la paz

No es mayor problema el que una sociedad esté dividida en dos partes que piensan y actúan distinto. La mayor parte de los países responden políticamente en forma binaria: conservadores-liberales, republicanos-demócratas, socialistas-populares; pero, como todos se sienten parte de un todo común, conviven, se toman en cuenta para las grandes decisiones. Esa actitud ayuda al progreso, al respeto y a la pluralidad.

Cuando las partes se repelen o ignoran la existencia del otro, amparados en tener más seguidores y el poder en la mano, surgen y se agravan los conflictos sociales. Aparece la polarización, concepto que la física define como la modificación mediante reflexión o refracción que impide reflejarse. Es decir, al no ver al otro, sencillamente, no existe.

Excluido es aquél que es silenciado, no tenido en cuenta en las grandes decisiones económicas, políticas o de otro tipo, a pesar de ser afectado por las mismas. Es el prescindible, aquel que puede incluso llegar a morir sin que nadie los añore; son un estorbo para los sistemas vigentes, en definitiva, son los nadies.

Las declaraciones, más aún, los hechos, de altos funcionarios públicos que pretenden imponer uniformidad ideológica en los empleados del Estado, es una aberración. Habría que preguntarse si ellos estuvieran en la otra orilla, ¿aceptarían ser marginados de cualquier cargo por no pensar igual que sus jefes?

El llamado incesante al diálogo y la concertación es el único camino para la paz. La dialéctica del odio y la exclusión es la vía a la anarquía y la violencia. Por ahí vamos al despeñadero. No dilapidemos el hermoso valor de la fraternidad y el servicio sin mirar a quien. Nunca es tarde para la reconciliación y el perdón, para la verdad y la transparencia. Hay que respetar la alteridad y la dignidad del otro.

faustih.cronicas@gmail.com

Gustavo Linares Benzo: Cuentos grotescos

Cuentos grotescos
GUSTAVO LINARES BENZO
El Universal. Caracas 12 de abril de 2014


Ningún Gobierno ha contado con la simpatía de la Universidad... y mucho menos éste

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El estudiante desnudo rodeado de facinerosos en medio de la Ciudad Universitaria recuerda esas escenas de caníbales bailando alrededor de la víctima. O las inmolaciones rituales de los aztecas para invocar a Xchitl, dios de la lluvia y de las cosechas. Con la diferencia de que los malsines están encapuchados, prueba de que hasta en su constructo mental hay culpa y vergüenza, a pesar de quince años de justificaciones más o menos falaces de cualquier cosa que se haga contra el enemigo.

Con la diferencia de que el aquelarre ocurre en una Universidad, en la Universidad Central de Venezuela, en la Universidad que pronto cumplirá trescientos años, en la Universidad en que estudiaron tantos ministros, de ayer y hoy, y no en medio de la selva o en el templo mayor del Anáhuac. Con la diferencia de que el Gobierno, que ha alentado y dirigido esas hordas desde hace lustros y nada ha hecho por controlarlas, habla de paz y se sonroja como quinceañera frente a lo que no es más que una vuelta de tuerca de las agresiones sin cuento a las universidades autónomas, como siempre han hecho los gobiernos militares. La Universidad es la antítesis del cuartel.

Falsos

Los vaporones del Gobierno al ver el hierro que esgrimía uno de los malhechores son más falsos que las estadísticas agrícolas. Una semana sí y la otra también las clases de la Escuela de Derecho -no me echen cuentos que yo sé historias- son interrumpidas por individuos portando no esa culebrita que apareció en Twitter, sino AK47, de los nuevos, o granadas fragmentarias que ni los más expertos en armas entre el profesorado han podido identificar, la opinión mayoritaria se inclina por la polacas del Pacto de Varsovia (bien chimbas, por cierto, muy antiguas y ya en desuso).

Maduro repite una semana sí y la otra también que nunca en la historia se habían visto estudiantes quemando la Universidad, refiriéndose a las chamizas que se quemaron en una de las marchas. En los últimos cinco años nada más la Escuela de Derecho de la UCV ha sido incendiada premeditadamente tres veces (la Facultad invita respetuosamente a Maduro y a los ministros a ver un mural de Víctor Valera derretido, es una experiencia límite), también por obra de estas entidades más progres que Chomsky. La plaza cubierta del rectorado, quizás la obra más bella levantada en el mundo en el siglo XX, se convirtió en la fogata de los caníbales y todavía están en reparación los murales de Vigas. Estos Torquemada chavistas le metieron candela al decanato de Faces de la Universidad de Carabobo, al Estadio Universitario de Caracas, etcétera.

Antes de que la perínclita exdiputada del Psuv y Defensora del Pueblo diga que no ha recibido ninguna denuncia, o que una cosa es la quema intencional y otra muy distinta la combustión provocada, debe notarse que entre las autoridades rectorales y decanales han presentado decenas, quizás ya centenas, de denuncias, ruegos y peticiones ante el Ministerio Público, lo que se hace además inmediatamente que ocurre un desafuero de éstos. La Universidad hace continuo seguimiento de estos procedimientos, pero se piensa que ya no tiene sentido: nadie fue responsable. Debe ser el fantasma de Carujo que sigue persiguiendo a Vargas en los pasillos de su Universidad (de Vargas, claro).

Tribunales

Y cualesquiera medidas disciplinarias ante estas fechorías son inmediatamente revocadas por los tribunales, y sus protagonistas exaltados por los voceros del Gobierno, a veces hasta por el mismo Gigante Eterno. Para no hablar del asedio económico y presupuestario, ya de más de una década, o la paralización electoral diseñada desde el TSJ que no hay manera de destrancar aunque se propongan reglamentos y proyectos. Total, el régimen sabe que en cualquier elección cogerá miles de votos por el buche, para usar una de las tantas expresiones de amor y ternura que nos legó el Comandante.

Domesticada la televisión (la televisión venezolana ha muerto, dijo con toda verdad César Miguel Rondón), cerradas las radios díscolas salvo dos o tres, los periódicos sin papel. La Universidad asediada es número obligado de esa lista. Porque la Universidad es molesta, retrechera, crítica, y lo será siempre. Ningún Gobierno ha contado con su simpatía, ni ninguno contará, mucho menos éste. Tendrán que matarla.

Así es la vida universitaria. Lástima, comandantes.

@glinaresbenzo

Ramón Guillermo Aveledo: Diálogo

Diálogo
RAMON GUILLERMO AVELEDO
Globovisión. Caracas, 12 de abril de 2014

La noche del 10 de abril, durante cinco horas y cuarenta y seis minutos, ocurrió el primer encuentro para un diálogo entre el Gobierno y la oposición democrática agrupada en la Mesa de la Unidad.

Por el gobierno asistieron Nicolás Maduro, Jorge Arreaza, Elías Jaua, Diosdado Cabello, Rafael Ramírez, Blanca Eckhout, Aristóbulo Istúriz, Jorge Rodríguez (todos PSUV), Didalco Bolívar (Podemos), José Pinto (Tupamaro) y un representante del PCV. No estuvo el PPT.

Por la Unidad asistieron Andrés Velásquez (Causa R), Roberto Enríquez (Copei), Henry Ramos Allup (AD), Omar Barboza (UNT), Julio Borges(PJ), Simón Calzadilla (MPV), Juan José Molina (AP), los gobernadores Henrique Capriles, Henri Falcón y Liborio Guarulla y Ramón Guillermo Aveledo (SE-MUD). Tal y como habían anunciado públicamente y habían sostenido en la deliberación interna, no asistieron ABP, VP y PV. La participación en el diálogo había sido aprobada en el Equipo Permanente y el miércoles 9 en el pleno de la Mesa.

Como se había acordado, el encuentro fue transmitido en cadena nacional de radio y televisión y contó con la presencia, en calidad de terceros de buena fe, del Nuncio Apostólico de Su Santidad Aldo Giordano, y los cancilleres Luis Figueiredo de Brasil, María Angela Holguín de Colombia y Ricardo Patiño de Ecuador. El Nuncio Giordano leyó una carta del Papa Francisco con su bendición a Venezuela y a cada uno de los participantes, y unas reflexiones que culminaron así: “Les invito, pues, a que no se detengan en la coyuntura de lo conflictivo, sino a que se abran unos a otros para hacerse y ser auténticos constructores de paz. En el centro de cada diálogo sincero está, ante todo, el reconocimiento y el respeto por el otro.

Sobre todo está el “heroísmo” del perdón y de la misericordia, que nos rescatan del resentimiento, del odio y abren un camino realmente nuevo. Se trata de un camino largo y difícil, que requiere paciencia y valentía, pero es el único que puede conducir a la paz y a la justicia. Por el bien de todo el pueblo y por el futuro de sus hijos, les pido que tengan ese coraje.”

El gobierno centró sus intervenciones en la denuncia de un intento de golpe de estado, del cual formarían parte las manifestaciones y “guarimbas”, y reclamó a la Mesa de la Unidad no haberse deslindado con claridad de la violencia. Expresó su disposición al diálogo.

La Unidad centró sus intervenciones en las causas del descontento, los problemas institucionales, políticos y económico-sociales que hay que resolver y necesidad de que diálogo produzca resultados. Condenó la violencia y ratificó su posición de que el el antídoto a la violencia es cumplir la Constitución.

Los representantes de la MUD entregaron dos proyectos de ley. Uno de Amnistía, para resolver la cuestión de los presos políticos, los procesados por causa de su lucha cívica y los exiliados. Otro de Transparencia en el Manejo de las Finanzas Públicas, para prevenir y combatir la corrupción, y garantizar el limpio manejo de los recursos estatales, incluidas las divisas.

Hubo dos compromisos públicos: celebrar un diálogo del gobierno con el movimiento estudiantil y trabajar juntos en la renovación de los poderes públicos en acuerdo a la Constitución.

Quedaron las partes a reunirse de nuevo en grupos de trabajo la semana que viene. Se propuso el martes 15.

Dadas a situación nacional y las diferencias expresadas el jueves en la noche, es predecible que el diálogo sea un camino difícil, con obstáculos que no son fáciles de salvar y amenazas diversas. Eso preocupa.

Pero hubo el encuentro y el compromiso de seguir dialogando. Eso genera esperanzas.