sábado, 21 de febrero de 2015

Andrés Oppenheimer: El silencio regional ante la situación de Venezuela

juzgar por la débil reacción de las instituciones regionales como la OEA y la UNASUR ante el arresto arbitrario del alcalde metropolitano de Caracas Antonio Ledezma y otros líderes de la oposición en Venezuela, es difícil no llegar a la conclusión de que estas organizaciones se han convertido en sociedades de protección mutua para regímenes represivos.
En lugar de exigir de la liberación inmediata de Ledezma, al igual que la del líder opositor Leopoldo López y otros prisioneros políticos a los que las Naciones Unidas consideran fueron objeto de “arrestos arbitrarios”, las principales organizaciones regionales y casi todos los presidentes latinoamericanos brillaron por su ausencia.
Hace algunas décadas, cuando un país latinoamericano violaba las libertades democráticas, como Venezuela lo está haciendo ahora, los principales líderes democráticos de la región solicitaban reuniones urgentes a la Organización de Estados Americanos (OEA), que le exigía al país infractor comportarse de acuerdo a las normas democráticas de la región.
Cuando el ex presidente peruano Alberto Fujimori cerró el Congreso de su país en 1992, toda la región respondió airadamente. Venezuela rompió relaciones diplomáticas con Perú, Argentina retiró a su embajador, y Chile y varios países más solicitaron oficialmente que se suspendiera a Perú de la OEA.
Y la OEA, después de varias reuniones urgentes, colectivamente protestó las acciones de Fujimori, y lo obligó a convocar elecciones anticipadas para elegir un nuevo Congreso meses más tarde.
Nada siquiera parecido a esto pasó la semana pasada cuando el gobierno del presidente venezolano Nicolás Maduro arrestó a Ledezma, uno de los principales funcionarios electos del país y alto dirigente de la oposición.
Maduro, que hace pocas semanas celebraba oficialmente la intentona de golpe militar del fallecido presidente Hugo Chávez en 1992, acusa a Ledezma y a otros líderes de la oposición de “conspirar y organizar” acciones violentas contra su gobierno. Anteriormente, Maduro había encarcelado a López con cargos similares, sin aportar pruebas serias en ninguno de estos casos.
El viernes, el secretario general saliente de la OEA, José Miguel Insulza, expresó su “alarma” por los hechos en Venezuela. Pero en la ausencia de algún país miembro que pidiera formalmente una reunión de cancilleres de la OEA, sus declaraciones cayeron en el vacío.
La Unión de Naciones de América del Sur (UNASUR) anunció que enviará una delegación de cancilleres —los ministros de relaciones exteriores de Brasil, Ecuador y Colombia— a Venezuela en una fecha por determinarse, para observar la situación y luego convocar a una reunión regional.
Pero la UNASUR es un foro conveniente para Maduro, porque ha sido la organización regional más amiga de su gobierno.
El año pasado, cuando las protestas estudiantiles en Venezuela dejaron al menos 43 muertos y la oposición pidió una mediación internacional para detener lo que calificó como una masacre por matones paramilitares, los gobiernos latinoamericanos convocaron una reunión urgente de UNASUR y enviaron como mediadores a los cancilleres de los mismos tres países.
Pero la misión de cancilleres de UNASUR terminó ayudando a Maduro a ganar tiempo y diluir las protestas. Los cancilleres de UNASUR no solo no lograron la liberación de todos los estudiantes presos, sino ni siquiera obtuvieron las más mínimas concesiones que pedían los estudiantes, como eran el nombramiento de autoridades electorales independientes para las elecciones legislativas de este año.
Anteriormente, en 2013, UNASUR se había apresurado a bendecir la dudosa victoria electoral de Maduro, después de que un tribunal electoral pro-gubernamental lo había proclamado ganador por un mínimo margen, a pesar de acusaciones de fraude por parte de la oposición.
El presidente de UNASUR Ernesto Samper pidió el viernes un “diálogo” en Venezuela, y criticó las sanciones estadounidenses contra cinco docenas de funcionarios venezolanos sospechosos de corrupción y abusos contra los derechos humanos.
La reacción de Samper fue “absolutamente lamentable”, dice el director de Human Rights Watch para las Américas, José Miguel Vivanco. “No hay absolutamente ninguna conexión entre la cancelación legitima por parte de Estados Unidos de visas y cuentas bancarias de funcionarios venezolanos implicados en abusos a los derechos humanos y corrupción, y las detenciones arbitrarias en Venezuela”.
Vivanco añadió que “estamos viendo un deterioro diario de las libertades fundamentales en Venezuela. Lo único que queda para detener esta escalada de abusos es la comunidad regional”.
Mi opinión: Estoy de acuerdo. El problema es que no hay un líderes regionales.
Es muy difícil entender porqué México y Brasil, que quieren ser vistos en el mundo como democracias modernas, se dejan intimidar por Venezuela y no exigen que las organizaciones regionales cumplan con su obligación de exigir el respeto a las instituciones democráticas en todos los países miembros.
Por eso, la OEA, la UNASUR y otras organizaciones regionales se parecen cada vez más a grupos protectores de los abusos gubernamentales, en lugar de serlo de los derechos democráticos.

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Andrés Oppenheimer
El silencio regional ante la situación de Venezuela
EL Nuevo Herald. Miami, 21 de febrero de 2015

Enrique Krauze: Mares encrespados en Venezuela

En una conferencia en la Universidad de La Habana en 1999, Hugo Chávez fustigó a quienes venían “a pedirle a Cuba el camino de la falsa democracia”, y profetizó: “Venezuela va […] hacia el mismo mar hacia donde va el pueblo cubano, mar de felicidad, de verdadera justicia social, de paz”. Sin embargo, la caída en los precios del petróleo ha llevado a Cuba y a Venezuela, proveedora de la isla, a un mar mucho más turbulento de lo que imaginó Chávez.
Emular a Cuba políticamente era una decisión imperdonable, que Chávez instrumentó cuidadosamente. Para apartar a Venezuela de la “falsa democracia”, concentró el poder y los medios de comunicación casi en su totalidad: radio, televisión y prensa. Su sucesor, Nicolás Maduro, siguió tal pauta con mayor crudeza – sin atender las necesidades que exigían un matiz de pragmatismo. Confiscó el resto de la televisión, reprimió las manifestaciones de la oposición, encarceló al líder Leopoldo López, apresó y mató estudiantes.
Por otro lado, emular a Cuba en el orden de la justicia social tenía sentido. A partir de 2003 Chávez instituyó las “Misiones” – personal cubano para atención médica, educativa, alimenticia y de vivienda – que aportaron una mejora social en la vida de muchos venezolanos. Pero para Venezuela el costo resultó exorbitante.
Venezuela asume el 45 por ciento del déficit comercial de Cuba. Los acuerdos económicos de la era Chávez fueron todos muy favorables para la isla. El costo que pagó Venezuela por las “Misiones” (40 mil cubanos, especialmente doctores y enfermeras) fue de aproximadamente 5 mil millones y medio de dólares anuales, 95 por ciento para el gobierno cubano y el resto para pagar a los doctores (aunque miles de ellos han escapado del país en los años recientes). El petróleo se les vendía a precios tan bajos que Cuba podía refinar y exportar cierta cantidad con altas ganancias.
El arreglo con Cuba ha sido solo un renglón de los muchos que constituyen el dispendio del régimen chavista, quizá el mayor de la historia petrolera del mundo. Pero en 2008, con el precio del barril a 145 dólares (y expectativas de alcanzar los 250), el apoyo a Cuba parecía una gota en el “mar de la felicidad”. En un acto de machismo revolucionario, Chávez aceleró su política de expropiaciones y estatizaciones, sin otorgar ninguna importancia al hecho de que Raúl Castro comenzara a introducir reformas económicas que disminuían el papel central del estado y abrían cierto espacio para la economía de mercado. Lo contrario al modelo estatista que Chávez imponía en su país.
Pero hoy abastecerse de alimentos es la principal angustia del venezolano, el precio del barril de petróleo ha bajado a menos de $50. La escasez de comida, medicinas y equipo médico es alarmante. Las colas en los supermercados son largas y tortuosas. El ejército apresa a quien se atreve a sustraer un pollo.
El gobierno de Maduro insiste en que se trata de una “guerra económica de la derecha”, por tanto mantiene firme su política de control cambiario que propicia el mercado negro, donde una nueva casta de vendedores ambulantes compran productos regulados a precios insignificantes y los revenden a capricho.
Tras una gira mundial por Rusia, China, Irán y algunos países árabes, en busca de apoyos económicos, Maduro declaró: “Dios proveerá”. El humorista Laureano Márquez (quien pertenece a la oposición) en una carta pública firmada por “Dios” respondió diciéndole: “Yo ya proveí” tierras fértiles, llanos ganaderos, selvas para cultivar cacao y café, ríos caudalosos y navegables, playas turísticas y mucho más: “En el subsuelo les puse las reservas petroleras más grandes del planeta. Tienen también, oro, aluminio, bauxita, diamantes [...] Les acabo de enviar 15 años de la bonanza petrolera más grande que ha conocido la historia de la humanidad.”
Al propio “Dios” de Márquez le parecía incomprensible que los chavistas hubiesen convertido a Venezuela en una ruina. Por eso rubricó su carta de modo terminante: “Lo siento, hijo, tengo que decirte que tu petición a las finanzas celestiales también ha fracasado”.
Desde los primeros años del régimen revolucionario cubano, Fidel Castro puso en la mira el petróleo venezolano, que le negó el Presidente Rómulo Betancourt en enero de 1959 en un ríspido encuentro en Caracas. Cuba respondió orquestando – sin éxito – incursiones guerrilleras en Venezuela, y las relaciones diplomáticas se vinieron abajo durante años. En 1998, Hugo Chávez, gran admirador de Fidel Castro y el sistema cubano, fue elegido presidente. El nuevo líder de Caracas pronto ayudó a Cuba, cuya economía estaba en gran peligro debido al fin de los subsidios soviéticos en 1992. A partir del 2003, Venezuela abasteció a Cuba de petróleo a precios bajísimos.
Hoy, sin embargo, la caída de los precios del petróleo ha devastado a la economía venezolana, que ya había sido debilitada por la corrupción y el gasto desmedido del gobierno. Caracas ya no puede seguir regalando petróleo a Cuba y otros países afines al chavismo. Maduro, además, no posee el carisma y la habilidad política de su predecesor.
Ambos países se encuentran hoy, no un “mar de felicidad”, sino en un mar agitado y convulso. Las elecciones legislativas a fines de este año serán un acontecimiento clave para Venezuela. Las encuestas muestran que Maduro posee solamente el 22 por ciento de aprobación; es improbable que mejore de aquí al día de las elecciones.
Si el control del Congreso cambiara de manos, de los chavistas a la oposición, Venezuela podría iniciar un proceso de reconciliación nacional, que estuviera abierto a la economía de mercado y con normalidad democrática. Sería el mejor remedio para la maltrecha economía y las debilitadas instituciones. Pero si tales cambios no ocurren de manera pacífica, las expectativas para Venezuela serán aún más precarias.


Enrique Krauze
Mares encrespados en Venezuela
The New York Times. New York, 19 de febrero de 2015

Felipe Pérez Martí: Un testigo a favor de Antonio Ledezma y Chúo Torrealba. A Maduro: Por un socialismo democrático y endógeno, con inclusión de todos los venezolanos

Un testigo a favor de Antonio Ledezma y Chúo Torrealba
Por un socialismo democrático y endógeno, con inclusión de todos los venezolanos

Estimado Nicolás:
Como probablemente sabes, desde enero desde el 2013 he estado impulsando, con un conjunto de compañeros, una propuesta económica y política para enfrentar los problemas de tu gobierno y de nuestro país, llamada Qué Hacer. Estaba dirigida a ti, Nicolás, para cambiar el curso de lo que veíamos claro, desde entonces, como una avanzada hacia el abismo, una de cuyas manifestaciones es lo que se aprecia en términos de nivel de pobreza estimada para el 2015, que fácilmente excederá el 50% de la población, un retroceso inmenso en materia social con respecto a lo que se había avanzado. Aparentemente no te ha llegado la propuesta, aunque tratamos de mil maneras de ponernos en contacto contigo, sin éxito. Hemos sido calificados, cuando la cosa se filtró, de neoliberales, quinta columna, etc. Pero nuestra propuesta se ha venido perfilando como la correcta. De hecho, no nos equivocamos , ni en las predicciones económicas, ni en las políticas.

Como parte de las propuestas, se veía la necesidad de hacer cambios fundamentales en política económica, pero también la necesidad de llegar a acuerdos políticos para rescatar al país y evitar el desastre. Hace algún tiempo, he sido llamado a reuniones con algunos líderes de oposición, del sector privado y líderes intelectuales y sensores de opinión, como el maestro Pompeyo Márquez, Antonio Ledezma y Chúo Torrealba, Jorge Roig, Luis Vicente León, entre otros.

Con el maestro Pompeyo y con Antonio Ledezma me he reunido un par de veces. Lo mismo con Chúo Torrealba. Quiero testificar aquí algo importante de esas reuniones. Como analista, les comentaba lo que se sabe que he dicho, que un golpe de estado era posible entre las opciones que veía venir. Por la sencilla razón de que tu gobierno había perdido el liderazgo, la representatividad, la gobernabilidad, y la legitimidad en grado muy importante. El descontento con la situación económica y social es tal, que más del 70% de la población quiere un cambio de gobierno ya. Quiere que salgas. Sin embargo, la oposición no había logrado nuclear ese descontento. Para el momento de mis afirmaciones, no había la cifra que vemos hoy en Datanálisis, donde se muestra que la oposición cuenta con la intención de voto de casi el triple (60% de la población) que la de tu gobierno (poco más que 20%). Los desubicados en esta polarización eran la mayoría. La explosividad social que se venía venir podía implicar que, en esta suerte de vacío de poder, de liderazgo, de legitimidad y de gobernabilidad, podía ocurrir lo que en muchos lugares y épocas pasadas ha ocurrido: que la salida viene de parte de quienes tienen el gatillo en la mano, el poder de las armas. Si había que poner orden, sobre todo ante la inminencia de un descontento generalizado, similar al Caracazo, la parte de la fuerza armada descontenta con la conducción de tu gobierno de la situación, podía asumir el control, decía yo.

No me he equivocado tampoco en esta apreciación, pues ya vemos que ha habido intentonas de golpe, aunque fallidas.

Pero lo que te quería contar es lo siguiente: en las reuniones con el maestro Pompeyo y con Ledezma, éste último, acusado ahora de golpista, siempre insistía que la salida debía ser constitucional, ajustada a derecho, democrática, rechazando de plano un golpe de estado. Igualmente con Chúo Torrealba, máximo líder de la MUD, organización acusada por ti de ser parte de esa misma conspiración. Recuerdo algo muy sabio en que insistió mucho Pompeyo, quien fue que promovió el encuentro, en presencia de Ledezma: la salida de la situación en la que estamos no puede excluir al chavismo. Y Ledezma mostraba su acuerdo. De hecho, estábamos claros en que lo que está planteado es la inclusión, pues la oposición, si tomara el poder, no podría tampoco gobernar solo para una mitad de la población. Lo mismo tu gobierno, Nicolás: está planteado gobernar de manera inclusiva, según hemos venido proponiendo.

Alguien podría decir, como lo he oído, que soy un ingenuo, pues una cosa es lo que dice la gente, y otra lo que piensa, sobre todo de parte de políticos "tan sospechosos", como califican algunos a los referidos líderes políticos. Reconozco que en esto no soy un conocedor, ni mucho menos. Además de la presunción de inocencia que profeso como convicción, en particular en estos casos, quiero comentarte algo, Nicolás, que puede ser de tu interés. Se trata de análisis un estratégico muy sencillo pero de cierta relevancia, a mi entender.

Estamos en una situación política que se puede caracterizar como "guerra de desgaste", como se le llama en Teoría de Juegos. Imagínate dos jugadores que se disputan un territorio. Pero a medida que se desenvuelve la guerra, uno de los jugadores va perdiendo más y más terreno: se desgasta más rápido que el otro. En nuestra situación, quién gana más, de cara a las elecciones, por ejemplo, si la situación sigue como sigue, y tu gobierno no cambia de rumbo económico? Claramente la oposición, como bien lo muestran las encuestas. Van arriesgar ellos la posibilidad cierta, por primera vez en muchos años, de una victoria aplastante, promoviendo un golpe de estado que interrumpe y descalabra esa posibilidad real de éxito político? Recuerdo muy bien que uno de los referidos personajes me decía que con un gobierno militar nunca se sabía qué iba a pasar. Obviamente no era confiable para ellos, más allá de que con esto tu gobierno pudiera ser cambiado para abrir un nuevo juego político. Pero esa misma posibilidad, por vía más cierta y controlable, se podía hacer por la vía democrática, pensaban ellos. Como en efecto lo es.

Cuál es el desenlace predecible, por cierto, en este tipo de conflicto clásico de guerra de desgaste? Siempre que los jugadores estén conscientes de su situación, al jugador que se va desgastando más a medida que pasa el tiempo, le conviene mucho llegar a un acuerdo para terminar la guerra. Pero al otro le puede convenir siempre y cuando se le ofrezca algo más atractivo, o igual de atractivo, que las ganancias que obtendría si la guerra sigue, descontando los costos de seguir peleando.

En la situación venezolana, pues, no es a la oposición, en particular a Ledezma o Torrealba, a quienes les interesa romper el juego de desgaste con un golpe militar. No sería racional, pues no va en su propio interés. Por eso concluyo esta parte diciendo que lo que me dijeron Ledezma y Torrealba en esas reuniones no eran pensamientos dirigidos a engañar: ellos no van a estar apoyando un golpe que no les conviene. Más allá de la presunción de inocencia, hay fuertes indicios, pues, de que Ledezma y Torrealba no parecen tener las motivaciones para cometer un crimen de la naturaleza que tú estás presumiendo, como se hace normalmente en un análisis en un juicio.

Pero hay algo más que te interesa mucho, Nicolás, y al pueblo venezolano, de este análisis. Realmente a quienes más les conviene un diálogo para salir de la situación en que nos encontramos, es a tu gobierno, y al chavismo como movimiento político con futuro. Si la cosa sigue como va, el chavismo no solo van a perder el poder. Sino que nunca más va a poder regresar como opción democrática, pues va a ser recordado como el gobierno más nefasto que ha tenido Venezuela en toda su historia. Si tú realmente quieres garantizar un futuro para el legado de Chávez, con sus mejores elementos, como el tema de la justicia social, la democracia, y el verdadero socialismo, debes buscar una solución, debes dar un golpe de timón. Y esa solución es la que han estado aconsejándote sus amigos, como Lula: un gobierno de coalición traducido a nuestra circunstancias, fruto del diálogo en el contexto de UNASUR.

Y aquí enlazo con mi último punto. Probablemente no te has dado cuenta. Pero una solución a los problemas que tenemos, sobre todo económicos y políticos es sumamente fácil. La política económica está tan desquiciada, que un mínimo de cordura hace milagros. Pero esa cordura mínima requerida, que beneficiaría a los pobres, a la clase media, y a los empresarios emprendedores, perjudica a cierto sectores: los corruptos, los contrabandistas, los bachaqueros, y los muy ricos que no pagan impuestos ni siquiera a los estándares de Colombia y Chile, países que nadie podría calificar como socialistas.

Incluso a lo precios petroleros que tenemos, se puede garantizar un salario mínimo de unos ciento cincuenta dólares mensuales. Unos seis mil setecientos bolívares a la tasa única de equilibrio en el mercado cambiario, de unos 45 bolívares por dólar. Ese salario estaría por debajo del de Colombia, unos 250 dólares. Pero es que nuestra productividad ha decaído tanto en estos años, que no podemos aspirar a eso para empezar, siendo realistas. Se sitúa a niveles anteriores del boom petrolero, del año 2005. Pero es que, con la debacle productiva, y con los actuales precios petroleros, después de no haber ahorrado para prevenirnos, tenemos que asumir las consecuencias.

Sin embargo, eso sería mucho mejor que la situación actual. Años luz de la debacle actual, que te tiene tan angustiado, y de la cual no pueden sacarte las políticas que se han anunciado por parte de tu equipo económico. Por ejemplo, la inflación, ahora galopante, se frenaría por completo y empezaría a bajar, a unos 40% el primer año, 20% el segundo y a menos de 10% el tercero. Muy diferente de la inflación que estamos viendo ahora, que bien se puede disparar y llegar a unos 200% en el año, o incluso más, si se sigue con las políticas actuales (la de Enero llegó a algo menos de 10%!). Por otro lado, el sector productivo por fin podría respirar, y arrancar con pie firme, apuntando a rescatar el principio socialista de que lo que hay que remunerar es el trabajo, no la viveza, con un sistema de precios estables y predecibles, que oriente las decisiones de inversión, que debe contar con garantías mínimas para trabajar. Habría repatriación voluntaria de capitales y de cerebros. Se eliminaría por completo el problema de la escasez. Y se iniciaría una onda expansiva de la producción y el empleo formal. El salario mínimo sería unos 150 dólares, es cierto, pero no serían los míseros 30 a 40 que demasiada gente está obteniendo en la práctica, con las colas, los sobreprecios de buhoneros y bachaqueros, en una situación desesperante.

¿Qué se requiere para lograr esto? Muy sencillo. Abandona el modelo estalinista de capitalismo de estado, y entra a un régimen de socialismo endógeno, en que conviven el mercado, el estado y la solidaridad. Como Suecia, pero con el ingrediente del poder popular, la democracia participativa, la minimización de la lucha de clases, en que el pueblo sea empoderado en materia productiva y política, los pobres dejen de serlo, y la clase media se fortalezca en número y en poder económico, y se minimicen las diferencias de ingreso. Pero el estado debe ser cuerdo: debe regular adecuadamente al mercado, no sustituirlo.

Para esto es imprescindible, primero que todo, cerrar la brecha fiscal, que se puede colocar en 20% del PIB como van las cosas, o más. Con lo cual tendrías que seguir imprimiendo dinero ante la falta de ingresos suficientes para financiar los gastos. La idea es tener ingresos de verdad, y no de mentira. Para eso tienes que hacer tres cosas fundamentales: sincerar el tipo de cambio, con un régimen como el que yo impulsé en el 2002, que combina el mercado y el estado: precios de mercado, pero con bandas de flotación que controla el estado, que impiden, de manera creíble, que el el tipo de cambio de dispare sin control. Eso prácticamente cierra la mayor parte de la brecha. Te han metido muchas mentiras los corruptos y quienes no saben de esto, Nicolás. El régimen cambiario actual no beneficia a los pobres, sino fundamentalmente a los corruptos, los contrabandistas y los bachaqueros. Esos sí que sufrirían con el cambio, pues el fisco recibiría más de $40 mil millones, que básicamente se los están llevando ellos, sin beneficiar prácticamente nada a la población pobre y de clase media. Claro que tienes que reorganizar el sistema de subsidios, para que realmente le llegue a quien lo necesita, de manera efectiva, eficaz, y eficiente.

Lo segundo, es abandonar Petrocaribe. Puedes dar cuando tienes. Pero cuando necesitas, si tus amigos son solidarios, tienen que darte ellos a ti. No desangrarte y condenarte a la muerte. Pide un Petrocaribe que implique que recibes solidariamente ahorita, no que te desangras más y más. Lo tercero, subir la gasolina, que no se puede seguir regalando. Con medias compensatorias adecuadas, conocidas, efectivas. Lo cuarto en lo fiscal es iniciar una reforma impositiva en forma, progresiva, a los estándares por lo menos de Colombia. Los ricos deben pagar sus impuestos. Sin duda alguna.

Si no tienes déficit, no tienes que financiarlo emitiendo dinero, que es la causa fundamental de la inflación que hemos tenido. En esto hay consenso total entre las corrientes del pensamiento económico: la política monetaria activa es muy conveniente. Pero el abuso que hemos tenido es inflacionario y contraproducente. Hay que arreglar, sanear, las cuentas de la casa. El banco central, pues, tiente que cumplir su papel y controlar la inflación. Lo productivo es claro: debes llegar a acuerdos básicos de respeto al sector privado. Pero no para darles más renta. Sino para que tengan condiciones para que produzcan, para que quieran hacer inversión de largo plazo.

Por último, conectando con lo inicial: como está la situación, no puedes arreglar las cosas arreglando solo lo económico. Hay una cosa que en economía se llama "equilibrios de coordinación": Si la gente no cree que la cosa va a ir bien, la cosa va mal. Para liderizar las expectativas positivas, necesitas llegar a acuerdos que signifiquen que la gran mayoría de la gente cree que la cosa va a ir bien. Para que tome acciones conducentes, y la cosa realmente vaya bien, de acuerdo a profecías auto-cumplidas. Pero la oposición, el otro jugador que mencionamos arriba, no se va a conformar con conchas de ajo para llegar a un equilibrio de coordinación. De hecho te conviene nombrar a árbitros confiables en el juego democrático, como en un juego de fútbol: para que un equipo juegue, debe confiar en que el árbitro va a ser imparcial. Como parte del acuerdo político, necesitas poner árbitros mutuamente confiables en el TSJ, la Fiscalía, la Contraloría, la Defensoría, el CNE, el Banco Central, y el INE. Si no haces eso, no haces nada, en absoluto. Eso es lo que significa una suerte de gobierno de coalición en nuestras circunstancias, no que vas a compartir el poder ejecutivo con ministros de la oposición.

Pero te conviene hacerlo, como le convino a Ulises, que, como se amarró al mástil, pudo pasar por primera vez el mar de las sirenas, que le decían que se echara al mar, en aguas turbulentas, siguiendo sus encantos engañosos. Hay que ser realistas, y sabios.

Finalizo diciéndote que esto no va a ser nada fácil para ti, Nicolás. Pues, como dije, el ajuste lo van a pagar los corruptos, los contrabandistas, los poderosos que tienen capturado a tu gobierno, y usufructúan la renta petrolera con el cuento del socialismo estalinista, fracasado. No te van a soltar fácilmente los captores. Tienes que ser rescatado de quienes te tienen capturado. Y ellos no van a querer soltarte, con miles de argumentos engañosos. Paradójicamente te van a acusar de traidor, de abandonar al chavismo, etc. Pero vas a estar garantizando un futuro para el chavismo en el largo plazo. Quizá pierdas las elecciones, de todas maneras. Es lo más probable, a estas alturas, aunque hagas esto. Pero es lo único que va a garantizar un futuro para el chavismo, por un lado, y que va a permitir al resto de los venezolanos recuperar la esperanza.

Termino diciéndote: déjate rescatar, por las fuerzas que pueden hacerlo, entre ellos la oposición representativa, democrática, y el sector productivo, y los trabajadores, estudiantes y el pueblo organizado, en diálogo constructivo. No sigas el camino del aislamiento y la exclusión y la confrontación, que puede traer un grado de violencia indeseado para todos. Busca ayuda y consejo entre tus amigos en el contexto de UNASUR, como Brasil, Ecuador, Bolivia, Nicaragua. Países que han aprendido de su pasado, y han sabido resolver el problema económico, y político, orientados, no hacia el pasado fracasado del socialismo estalinista del siglo XX, sino al futuro, al socialismo democrático y endógeno, con inclusión de todos los venezolanos.

Cordialmente, éxitos y pendientes,

Felipe
20 de Febrero de 2015


Felipe Pérez Martí
A Maduro: Por un socialismo democrático y endógeno, con inclusión de todos los venezolanos
Aporrea. Caracas, 21 de febrero de 2015

Américo Martín: Borrasca endógena

Roy Chaderton no tiene ­nunca tuvo- alma de revolucionario ni ganas de arriesgar el pellejo por la "causa" Al verlo ahora con los puños en alto arremetiendo contra el bueno de Insulza, pienso en lo que él sabe acerca de violaciones de su gobierno a derechos humanos, asaltos a caudales públicos y destrucción de la economía

¿Cuál es el origen del noble género trágico ateniense que tanto hizo por elevar el espíritu humano? Más de seis siglos antes de nuestra era esa sinfonía profunda y exquisita se dejaba oír en las melodías de los coros dionisíacos.
Eran hermosas reflexiones ético-estéticas que no tardaron en florecer en las robustas obras de Esquilo, Sófocles, Eurípides, Aristófanes. La cultura occidental nacía en el medio de aquellas sublimes entonaciones.
Los primeros coros se expresaban en un estado anímico místico, una sensación trascendental, una comunión con la divinidad, a la que se exaltaba con ditirambos extremadamente elogiosos, todo inmerso en el turbión de la creatividad artística.
Pero hoy esa palabra, "ditirambo", es usada en tono sarcástico para burlarse de adulantes y cuida-puestos, de incondicionales que derraman loas en obsequio a "gendarmes necesarios" y aún de dictadores empequeñecidos.
No diré que este tipo caudaloso de funcionario carezca en todos los casos de talento. A algunos más bien puede sobrarles, lo que los hace más útiles. En México el denso pensador Emilio Rabasa y en Venezuela intelectuales notables como Gil Fortoul, Vallenilla Lanz o Pedro Manuel Arcaya, han sobrevivido, unos más que otros, a ciertos momentos de obsecuencia dócil frente a poderosos hombres llamados necesarios, cuales Porfirio Díaz, Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez.
La obra de Rabasa, lo salvó incluso a la mirada de los guerrilleros que redactaron la Constitución de Querétaro en el México de la revolución o incluso del Plan de Ayala, aromatizado de exaltaciones zapatistas.
A Gil Fortoul se le considera actualmente uno de los grandes historiadores de Venezuela, con obra de lectura y reflexión obligadas. Vallenilla, con sus pro y contra, pudo despertar cierta admiración en Luis Alberto Sánchez, quien sería el rector emblemático de la Universidad peruana de San Marcos.
Otros no tuvieron tanta suerte ni talento como para sobrenadar en la viscosa laguna de la adulación. En todo caso, sirva lo expuesto para reconocer lo que deba ser reconocido y desterrar lo que deba ser desterrado en el universo de quienes se derraman o entregan a su "amo". La expresión no es mía, sino del célebre guerrero antigomecista Emilio Arévalo Cedeño contra el embajador del general Gómez en Colombia.
Habrá siempre que hacer matizaciones entre los servidores de autócratas, pero generalmente el signo dominante es el servilismo lacayuno, y si no, valga recordar instituciones como el Congreso venezolano que en 1921 votó, unánime y rendido de amor, la consagración del tenebroso tirano "como el hombre necesario a quien corresponde la dirección única de esta obra de rehabilitación nacional".
¿No les suena familiar esta babosidad? Comparemos diplomáticos. El embajador plenipotenciario de Gómez, Esteban Gil Borges, pronuncia una oración en el Central Park de Nueva York al ser inaugurada la estatua ecuestre del Libertador. La pieza oratoria es valiosa, pero a Gil Borges "se le olvidó" mencionar el nombre del dictador venezolano, razón por la cual fue echado del cargo.
Maduro no es Gómez. Las circunstancias internacionales y la resistencia democrática no se lo han permitido y probablemente nunca lo hagan. Insulza, un funcionario tranquilo, dado a los equilibrios y a sobreponer las necesidades hemisféricas sobre los agravios personales, no pudo soportar la cauda de insultos, ofensas, amenazas vertidas por los mandamases del país contra presidentes, expresidentes, secretarios de la OEA, perseguidos y encarcelados políticos que aunque no han sido procesados y ni siquiera han esgrimido contra ellos los más tenues indicios de culpabilidad, los llaman "asesinos" "golpistas", "apátridas", "criminales" y "agentes de la CIA".
Cualquiera sabe que Insulza, muy renuente a los intercambios violentos, es dado al diálogo. En su opinión Venezuela lo necesita más que nunca debido a la fuerte crisis que vive. Pero ahí saltó el embajador Roy Chaderton.
Quizá hubiera ayudado a mitigar el creciente aislamiento y descreencia que abruma a su gobierno, con algún género de acercamiento. Es lo que se espera de un diplomático normal frente a una ¿crítica? tan suave como la emanada del secretario general de la OEA, pero Chaderton ya no es un diplomático normal sino un furioso revolucionario que no busca consensos, sino confrontaciones y conflictos.
El hombre conoce el mundo de la diplomacia. Es un profesional con más experiencia que muchos de sus colegas americanos. Muchos, he dicho. Chaderton sirvió con amor y habilidad (tengámoslo presente) a los gobiernos democráticos de los infamados 40 años. Trabajó para ellos con tranquila eficiencia.
Cuando irrumpió Chávez, rompiendo platos, vidrieras y principios, pocos se aferraron a la pizca de poder que pudieron retener. Entre ellos, para mi sorpresa, Chaderton. ¿Cómo armonizar al pasivo democristiano con el turbulento socialista puñal en boca?
Se me ocurrió pensar que, conforme a lo que se espera de un componedor, Roy intentaría domesticar a Chávez. Quizá aprovecharía su formación, experiencia y manejo político para prevalecer sobre los improvisados Maduro, Jaua, Diosdado.
Pero nada, tampoco fue eso. Chaderton no tiene ­nunca tuvo- alma de revolucionario ni ganas de arriesgar el pellejo por la "causa" ¡Líbrelo el Señor! Al verlo ahora con los puños en alto arremetiendo contra el bueno de Insulza, pienso en lo que él sabe acerca de violaciones de su gobierno a derechos humanos (remember, "la tumba") asaltos a caudales públicos, destrucción de la economía, agresiones a medios y periodistas y naufragio del nivel de vida de sus compatriotas; al escucharlo repetir la falacia del "salario mínimo más alto de Latinoamérica" y mirar para otro lado cuando se habla de inflación, deuda, homicidios callejeros, me pregunto si aún podrá hacer algo útil que salve su reputación en la Venezuela del porvenir.

Américo Martín
Borrasca endógena
Tal Cual. Caracas, 21 de febrero de 2015

Pompeyo Márquez: Por un acuerdo nacional

El alcalde Antonio Ledezma, María Corina Machado y Leopoldo López se han dirigido a todos los venezolanos convocando a un Acuerdo Nacional para la Transición

El alcalde Antonio Ledezma, María Corina Machado y Leopoldo López se han dirigido a todos los venezolanos convocando a un Acuerdo Nacional para la Transición. Lo nuevo que tiene este llamado es que plantea un programa de tres puntos y llaman a la vez a completarlo, a agregarle o quitarle, lo cual lo convierte en un acuerdo abierto al debate. Compartimos el texto de los tres puntos del llamamiento.

1. Una agenda política institucional dirigida a restituir las libertades conculcadas, la soberanía, la paz social y el Estado de Derecho. 2. Una agenda para atender la emergencia social y asegurar la atención eficaz a los sectores más vulnerables. 3. Una agenda económica enfocada en estabilizar la economía, recuperar el ingreso familiar y generar confianza en el país.

Es de destacar que cada punto tiene un desarrollo, y de esta manera el conjunto de los tres puntos plantea la mayoría de los problemas que se deben resolver. No están todos, pero sí la mayoría. Es la base para ese acuerdo nacional. Creemos que todo demócrata debe hacerse eco de este llamado. Hemos venido sosteniendo la necesidad de una plataforma de unidad nacional para salir de este gobierno y abrirle a Venezuela las puertas de la democracia y restablecer la República Civil.

El llamado tiene un planteamiento que se resume así: “Venezuela será lo que los venezolanos hagamos de ella a través del cambio de rumbo que nosotros decidamos. Ese rumbo estará asegurado por los consensos y compromisos del Acuerdo Nacional para la Transición.

Evidentemente, la crisis que padece Venezuela debe ser resuelta por nosotros mismos y agregaríamos con la solidaridad de todos los demócratas, no solo de América sino del mundo. La crisis ha llegado a un momento en que reclama soluciones, por eso es pertinente lo que dice el llamado referente a que hay que diseñar el acuerdo incorporando las visiones de los trabajadores, los jóvenes, los empresarios, los académicos, los políticos, los miembros de las iglesias y de la Fuerza Armada.

Llegó la hora en que la profundidad de la crisis reclama la sustitución de este gobierno y un acuerdo nacional. No hay salida a la crisis que no involucre a la inmensa mayoría de los venezolanos y venezolanas, de allí que aparezca este llamado al Acuerdo Nacional y el planteamiento de la unidad nacional.



Pompeyo Márquez
Por un acuerdo nacional
Ultimas Noticias. Caracas, 21 de febrero de 2015