martes, 2 de junio de 2015

Emiliana Duarte: La oposición está dividida (y eso está bien)


Durante los últimos tres años, las divisiones dentro de la oposición venezolana han pasado de ser un tabú a estar a la vista de todos, han ido de elefante en la habitación a monstruosidad supurante en toda regla. Y todo el mundo parece admitir esto, excepto por el mismo liderazgo de la oposición.

Entiendo la necesidad del chavismo de recurrir a la negación de la disidencia interna como un mecanismo de defensa para su edipo no resuelto; pero para la oposición, esto está al mismo nivel en la escala de flojera que Ricardo Sánchez. Sobre todo porque hemos tenido 15 años para madurar y prepararnos para este peo.

No siempre ha sido así. La oposición venezolana disfrutó momentos de verdadera colaboración. ¿Recuerdan las elecciones parlamentarias de 2010? Unidad perfecta, todos trabajaban juntos, fue tan dulce.

Pero luego vinieron las elecciones de 2013, cuando después de cantar fraude, el entonces candidato presidencial-rockstar, Henrique Capriles Radonski, ungido en las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad, se retractó de su convocatoria a protestas masivas en todo el país preocupado por la seguridad de los manifestantes. Algunos críticos afirmaron que se desperdició una oportunidad de oro. Pero la mayoría se mantuvo leal a Capriles y la MUD congregó un sentimiento nacional a favor de participar en las elecciones regionales de finales de ese año. Estas fueron un fracaso épico para la oposición, y algunos empezaron a clamar por un cambio de juego.

Esto llevó a La Salida a principios de 2014: una facción de la oposición liderada por María Corina Machado, Leopoldo López, Antonio Ledezma, varios partidos políticos y grupos de la sociedad civil, convocaron protestas callejeras y asambleas ciudadanas, que coincidieron con las manifestaciones encabezadas por estudiantes, partiendo de la premisa de que un gobierno dictatorial nunca cedería el poder solo por la vía electoral, y clamando con urgencia por un cambio de régimen.

Esta iniciativa “unilateral” hizo temblar a la MUD (es decir, al Primero Justicia de Capriles, Acción Democrática, Copei, Un Nuevo Tiempo, y otros sectores), que había establecido una agenda electoral de cara a los siguientes 5 años, como medio para hacer frente a un “déficit democrático”. Proclamó la MUD que el camino a seguir era un diálogo con el gobierno y no un ciclo de protestas callejeras. Lo que llevó a la transmisión televisada de un diálogo con el gobierno, en cadena, mientras Leopoldo López estaba en la cárcel, María Corina Machado no fue invitada y muchos estudiantes estaban siendo encarcelados y torturados.

Así comenzó a abrirse la grieta en la oposición.

Lo cual está bien. ¡En serio, está bien! Es normal que los factores de la vida pública disientan entre sí. La grieta en sí misma no es un problema. Lo que es absolutamente corrosivo es la negación de esa grieta.

Durante más de un año, la oposición se ha proclamado incesantemente como la “unidad” y “alternativa democrática”, mientras somos testigos de como se tiran dardos y se dan golpes infantiles, a veces menores y a veces francamente crueles, entre miembros de la coalición opositora. A aquellos de nosotros que estamos cerca de la candela se nos pide mantener la boca cerrada, mientras que Diosdado Cabello ventila nuestra ropa sucia en la televisión estatal todos los miércoles por la noche. A cualquier persona que sanamente critica este comportamiento pueril, se le considera un traidor, un radical divisionista.

Lo que más me molesta es el simplismo ramplón con el que se asume todo.

Cuando el Departamento de Estado de Estados Unidos inició un procedimiento para sancionar individualmente a funcionarios venezolanos violadores de Derechos Humanos durante La Salida, Ramón Guillermo Aveledo confundió al país y fortaleció al gobierno al declarar que las sanciones eran universales. Cuando Voluntad Popular tuvo la iniciativa de realizar una recolección de firmas para convocar a una Asamblea Constituyente, la MUD descalificó la convocatoria al tildarla de iniciativa unilateral. Cuando María Corina Machado, junto con 17 partidos de la oposición, inició un movimiento llamado “El Congreso Ciudadano”, Capriles declaró públicamente que no iba a asistir. Cuando tres notables expresidentes latinoamericanos llegaron a Venezuela en apoyo a la causa opositora, la MUD boicoteó el evento.

Puñaladas traperas, descrédito, sabotaje… Sin embargo, cada semana el secretario general de la MUD, Chuo Torrealba, dice públicamente que la unidad es más fuerte que nunca.

Y mientras tanto, los venezolanos se ven obligados a fingir que les preocupa este estira y encoge, mientras tratan de llegar a fin de mes cada maldito día.

El comunicado más reciente de la Mesa de la Unidad, en respuesta a la convocatoria hecha por Leopoldo López a la marcha del sábado pasado, es la más reciente versión de esta patética farsa. En él, la MUD expresa su solidaridad con los presos políticos, clama por condiciones electorales justas y toda esa otra paja estúpida que es necesaria antes de afirmar que ellos, por desgracia, no participarían en dicho evento, debido a las “circunstancias adversas” que rodearon la iniciativa unilateral de López.

Esto, a pesar de que López grabó el video varios días atrás, con la esperanza de enviarlo a la MUD para su consideración y de que fue el gobierno quien publicó el video sin su conocimiento, luego de decomisarle su teléfono, con el fin de anticiparse a él.

Pero todavía nos necesitan para votar por ellos. ¡Dios no quiera que no puedan conseguir sus curules en la Asamblea Nacional! Es la desunión e incapacidad catastrófica para reconocer la desunión y lidiar con ella como adultos, lo que se come a la oposición.

Si yo disfrutase la autocensura, me hubiese inscrito en el PSUV hace años. Dar un enérgico debate público es uno de los principios de la democracia, una de las cosas por las que supuestamente luchamos nosotros como oposición.

Nosotros, los votantes opositores, podemos ver la enemistad pública apenas disimulada entre algunos dirigentes. Sería mejor si cada partido político dentro de la MUD dejara de mentirnos y nos trataran con un poco más de respeto. Ser explícitos sobre sus diferencias estructurales, amén de sus completamente legítimas diferencias políticas, sería mucho más efectivo para atraer a los indecisos, que verían a la MUD como un foro de debate moderado y no como el grupo de náufragos, hipócritas, inseguros y cretinos hambrientos de poder como el que se están comportando ahora.

Una de las formas que tuvo Chávez para socavar nuestra esfera pública fue a través de su brillante simplificación de nuestra cultura política. Depende de nosotros como ciudadanos revertir su legado, a través de la elevación del contenido y toma de conciencia en nuestro debate.

La unidad electoral y las diferencias políticas no son mutuamente excluyentes. Mientras la oposición insista en seguir aferrándose a un odioso ideal de falsa armonía, vamos a seguir demostrando que no estamos listos para el horario estelar, y solo seremos una débil señal que no influirá en el desmoronamiento y debilitamiento de un fracasado régimen.

Emiliana Duarte
La oposición está dividida (y eso está bien)
Blog Caracas Chronicles. Caracas, 2 de junio de 2015
Traducción Panfleto Negro 

Angel Oropeza: Carta de Maduro a los opositores

Queridos enemigos: 
Les escribo porque ustedes son la última esperanza de la revolución, de que mis amigos y yo podamos seguir disfrutando los dulces placeres del poder a costa de ustedes. ¡Y es que todo eso está en peligro! Nuestra propia gente se nos está volteando. Por eso nuestra única esperanza es que ustedes me ayuden. Y aquí paso a explicarles cómo:
1) Necesito que cambien la agenda. Ya está bueno del fastidio de que estén hablando solo de la inseguridad, las colas, la escasez o la inflación. Les propongo en cambio algunos temas. Por ejemplo, como ustedes saben, Diosdado no es santo de mi devoción. Pero esto de la averiguación de los gringos en su contra me cae de perlas. Yo me encargaré de presentarlo como la continuación de la agresión imperial contra Venezuela, y llamaré a los oficialistas desencantados a cerrar filas en defensa de la patria amenazada. ¡Eso demostradamente resulta! Por favor, conviertan eso en el principal tema nacional.
2) Entiendan que yo no puedo ir a las parlamentarias así como vamos, porque las voy a perder. Me vería obligado a iniciar una transición política. Además, no puedo perder la Asamblea, porque ella es muy necesaria para seguir haciendo lo que nos da la gana, precisamente porque no hace nada: no legisla, no controla, no fiscaliza, no debate. ¡Es perfecta! ¿Se imaginan a la AN en manos de ustedes? Necesito de su ayuda.
Me encantaría suspender las elecciones y no contarme, pero no es fácil, porque ahí sí es verdad que todo el mundo se va a dar cuenta de que estamos más solos que la una. Por eso voy a intentar algunas cosas antes de recurrir a esa medida desesperada. Así que, por ahora, vamos a radicalizar la represión. Estamos viendo a quiénes metemos presos. Mi CNE va a poner nuevas condiciones, inhabilitar a algunos candidatos de ustedes, y  veremos qué más se nos ocurre. Ya Tibisay ha alargado hasta el límite de lo éticamente aceptable (menos mal que aquí somos muy elásticos con esos temas de ética y moral) el anuncio de la fecha para las elecciones. Entiendan que la idea es desmoralizarlos y, ojalá, tiren la toalla.
3) Ustedes no han visto elecciones más corruptas que la que estamos preparando. Pero en vez de organizarse y prepararse para enfrentarla, necesito que por favor repitan: ¡Ah, no! ¡Así no se puede votar! Díganle a su gente que todo está arreglado. Insistan en que el voto no es secreto, y sigan inyectando la idea de que aunque sean mayoría, no podrán desplazarnos del poder. Me encantan esas conversaciones entre ustedes que terminan con un “no vale, ¿y tú crees que el gobierno se va a dejar quitar el poder?”. O aquella de “el gobierno es malo, pero la MUD es peor”. Uno respira tranquilo cuando los oye a ustedes en eso.
4) El favor más grande que les pido: sálganse del camino de las parlamentarias. ¿Van a escoger para enfrentarse a nosotros, justamente donde estamos más débil, que es en apoyo electoral? No sean tramposos. ¡Vamos al enfrentamiento físico! Digan que ya la paciencia no les da más, y que yo tengo que renunciar mañana mismo. Monten guarimbas, pidan que aparezcan los militares “de verdad”, cualquier cosa que los saque del camino electoral, que es justamente –aquí entre nos– el que nos tiene paralizados del pánico.
5) Por cierto, el tal Chúo no me gusta. ¿Por qué no escogieron a otro? Eso de poner a la oposición a trabajar en los sectores populares nos está haciendo un gran daño. Me gustaba más cuando ustedes llamaban al pueblo “a la calle”. Pero ahora a la MUD le dio por acompañar y organizar al pueblo que ya está en la calle protestando o indignado por la crisis. Ese cambio no nos conviene. Háganme entonces un último favor: No le hagan más caso a él. ¿Por qué no se dividen? Monten agendas paralelas y digan que aquella estrategia está errada. Dejen la agenda popular y vuelvan a la agenda de solo temas políticos. Se los ruego.
Por favor, equivóquense. Entiendan que de seguir así, el cambio está cerca. Y eso podrá convenirle al país, pero a mí no.
Sin cariño.
Nicolás.
 
Ángel Oropeza
Carta de Maduro a los opositores
El Nacional. Caracas, 2 de junio de 2015

Rafael Poleo: MUD o no MUD

 
Rafael Poleo
MUD o no MUD
El Nuevo País. Caracas, 2 de junio de 2015 (Blog Pedro Mogna)

Editorial de El Tiempo: Hambre de democracia

Es bien sabido que democracia es mucho más que ganar unas elecciones por la vía del voto. Es la defensa y promoción del Estado de derecho, de la independencia de los poderes públicos, de las libertades individuales y colectivas, de las garantías para los que no piensan igual que el gobierno de turno, entre muchas otras.

Nada de esto se cumple hoy en la presidencia de Nicolás Maduro.

Lo sucedido el fin de semana pasado es otra muestra de ello. Dos de los más influyentes líderes de la oposición venezolana continúan encarcelados, en unas condiciones más que difíciles y prácticamente aislados. Tuvieron que ir el expresidente colombiano Andrés Pastrana y su par boliviano Jorge Quiroga –quienes, junto con otros exmandatarios, cumplen una encomiable y porfiada misión humanitaria de apoyo y denuncia– para que Patricia Ceballos pudiera ingresar a visitar a su esposo, Daniel Ceballos, que fue recientemente trasladado de la guarnición militar de Ramo Verde a un penal común en Guárico, uno de los más peligrosos del vecino país. Los exmandatarios lograron visitar, en cambio, al alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, quien está en prisión domiciliaria luego de ser operado de una hernia.

La situación del exalcalde de San Cristóbal es más que dramática porque, con el otro gran líder opositor encerrado, Leopoldo López, declaró una huelga de hambre hace una semana. Verlo rapado y con el traje amarillo de recluso común aumenta la humillación y, por supuesto, la indignación de los miles de personas que marcharon el sábado en varias ciudades para exigir lo mismo que ellos: que se defina la fecha de las próximas elecciones parlamentarias, que cesen la persecución y la censura y que sean liberados los presos políticos. Nada que sea descabellado.

En teoría, ellos levantarán su ayuno cuando el Consejo Nacional Electoral dé una fecha para esos comicios, pero no es claro si Tibisay Lucena, la muy alineada presidenta del CNE, no la ha fijado en espera de que un milagro o un vuelco providencial de los sondeos empiece a salvar a los candidatos chavistas de la hecatombe que, en apariencia, viene pegada al derrumbe de las condiciones de vida del venezolano del común y al desastroso manejo de las finanzas de uno de los países con mayores recursos energéticos del mundo. No hay decisiones que alivien el bolsillo de los ciudadanos, mientras la inflación y el desabastecimiento galopan.

Recuerda Quiroga que cuando fue detenido el difunto Hugo Chávez al intentar derrocar el gobierno de Carlos Andrés Pérez, en 1992, a él sí se le garantizaron sus derechos como prisionero, y pudo gozar de las visitas de amigos, familiares, abogados y correligionarios. Hasta entrevistas le dejaban conceder. Allí se forjó ese ‘animal político’ que fue indultado por el presidente Rafael Caldera para luego arrasar en casi todas las elecciones que enfrentó desde 1998.

Por todo esto, y ante el silencio de la región, hay que destacar la declaración que ayer dieron a conocer veintisiete exgobernantes de América Latina y España. En ella le piden a Maduro crear un “clima de diálogo” y respetar las “libertades y derechos fundamentales”, algo que hoy parece un sueño ingenuo y lejano, en un país al borde del colapso y sin soluciones a la vista.


El Tiempo
Editorial
Hambre de democracia
El Tiempo. Bogotá, 2 de junio de 2015

Carolina Jaimes Branger: Los "huelefritos"

Dicen que cada pueblo tiene el gobierno que se merece. Y que esos gobiernos  permanecen hasta tanto no se aprendan las lecciones que como pueblo, debemos aprender. ¿Habremos aprendido la lección los venezolanos? No lo creo. Hay síntomas que revelan que estamos lejos de haber asimilado la lección.

Sesudos analistas nos han dicho hasta la saciedad que la República Civil se agotó porque tanto los partidos como las clases media y alta le dieron la espalda al pueblo. Por eso surgió el "mesías" reivindicador en la figura de Hugo Chávez. Si no hubiera sido Chávez, hubiera sido cualquier otro. Los procesos históricos son indetenibles.

En mi casa contaban la historia de unos amigos que hipotecaron su casa para pagar el matrimonio de su única hija. La niña se divorció a los ocho meses de casada y un par de años después la casa de sus padres fue rematada. ¿Por qué alguien que no tiene medios de fortuna, o como en el caso de los amigos de mi familia, que pasaban por una mala racha, empeñan una casa para celebrar una fiesta? "Huelefritos" los llamaba mi mamá. Y aquí hay miles de huelefritos.

Hace unos días me llamó una amiga consternada porque le subieron la cuota -ya alta- de la fiesta de graduación de bachiller de su hija. "Yo no tengo ese dinero", me dijo, "pero no quiero que mi hija se sienta mal". ¿Cuántas personas estarán en su misma situación? ¿Por qué hay que celebrarle la graduación de bachiller a un chamo (o a una chama, hablando en bolivariano) como si fuera la fiesta de celebración de un Premio Nobel? ¿Es que encima no se dan cuenta de que ser bachiller hoy en día es algo cercano a nada?...

La cosa es como una competencia a realazos entre colegios privados... Mejor dicho, entre los padres de los alumnos de ciertos colegios privados. Porque estoy segura que para los graduados sería mucho más divertido irse una semana a Margarita, o a Choroní, que ir para una fiesta una noche.

¿No se han dado cuenta que el país está pasando por una crisis terrible? ¿Cómo ven para el otro lado, como si nada estuviese sucediendo? ¡Para comprar la cesta básica se necesitan siete salarios mínimos! ¿Es que eso no los llama a la reflexión?

Por supuesto, cada quien tiene la libertad de gastarse su dinero como le parezca. Pero entonces no se quejen. Se merecen el gobierno que tenemos.

Carolina Jaimes Branger
Los "huelefritos"
El Universal. Caracas, 1 de junio de 2015