martes, 28 de octubre de 2014

Nelson Bocaranda: Runrunes del 28 de octubre

ALTO

LA SALIDA. Un reporte muy completo de la periodista @ronnarisquez buscando analizar las causas de la intempestiva salida del Mayor General Rodríguez Torres de la cartera de Interior y Justicia arrojó ocho posibilidades principales, a saber: a) Tiene responsabilidad en la muerte de cinco miembros del Frente 5 de Marzo en un presunto enfrentamiento con el Cicpc; b) Presión de los colectivos; c) Enfrentamiento entre radicales de izquierda y los grupos militares del chavismo; d) El asesinato del diputado Robert Serra; e) Se le acabó el tiempo. Le tocaba salir;  f) Por haber dejado en evidencia la vulnerabilidad del gobierno en materia de seguridad; g) La participación de sus escoltas en los homicidios del 12F y h) Defender al Cicpc, desafiando al Presidente. Su investigación está en www.runrun.es. De allí partimos a otras hipótesis que de una u otra forma tiene alguna relación con las mencionadas. Según reveló la periodista Sebastiana Barráez, en el programa de César Miguel Rondón, el lunes 27/10/14, @el presidente Maduro sacó al mayor general del despacho de Relaciones Interiores porque él se negó a destituir a la directiva del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas. Habiendo estado al frente, como superior de ese organismo, el día de los acontecimientos en el edificio Manfredir el ministro no podía hacerle eso a sus subalternos. MRT no quiso además que se detuvieran y se les siguiera juicio a los policías acusados. Esta versión creció días después pues señalaron otras fuentes que la Fiscal General Luisa Ortega habría insistido en enjuiciarlos y hasta habría asomado su renuncia de no hacerse el procedimiento. Buena excusa además para los que en el "alto" gobierno no tragaban al ministro y lo habían mandado a retiro para poder hacerlo "político del PSUV". Otra información crucial para entender su remoción la dio el periodista de Política, Pedro Pablo Peñaloza, publicando en su blog "Los datos de triple P" las infidencias de una reunión que sostuvo el ministro Rodríguez Torres con diputados del PSUV en la AN el lunes 20 de octubre. "El Cicpc fue muy atacado en la reunión', detalla un legislador que participó en este encuentro". En su análisis, Peñaloza recuerda la estrecha amistad que hay entre el presidente del Parlamento, Diosdado Cabello, y Rodríguez Torres, pero relata que un sector de la bancada chavista en la AN criticaba -no públicamente- al titular de Relaciones Interiores y cuestionaba el ataque a los colectivos: "Esa gente es nuestra" decían. Entre los detractores del exministro, menciona a los diputados Elvis Amoroso, presidente de la comisión de Política Interior; Freddy Bernal y Darío Vivas; además de los gobernadores Tareck El Aissami, Ramón Rodríguez Chacín, Francisco Rangel Gómez, Alexis Ramírez y Ramón Carrizales. Otros cuestionamientos al ahora exministro Miguel Rodríguez Torres estaban referidos al manejo de una agenda propia y la acumulación de poder gracias a su control sobre tres importantes cuerpos de seguridad del Estado: la Policía Nacional Bolivariana (PNB), el Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) y el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc). Un patriota cooperante apuntó que para cancelar la marcha anunciada por los colectivos afectados, el Gobierno habría desembolsado una ingente suma de dinero con la promesa de la expulsión de RT del MIJP. Sin embargo, la periodista Elizabeth Fuentes alertó en su cuenta de Twitter @fuenteseliz: "Lo grave no es que un General Ministro haya caído por presión de los colectivos. Lo más grave es que los colectivos se lo crean". Faltan quince días para saber a dónde lo enviará Maduro, como le anunció al momento de sacarlo de su entorno. Tras todo esto, si nombran comandante de la Guardia Nacional al general Néstor Reverol, pieza clave dentro del mundo militar del gobernador El Aissami, enemigo jurado de Rodríguez Torres desde hace años, el reacomodo militar-civil será más incómodo que cómodo en los días por venir. Como el Gobierno -que se ufana de atacar a quienes informamos- no informa y cuando lo hace no dice la verdad, todo es posible en esta dimensión desconocida roja rojita por lo demás abusiva y engañosa. Puro show con petróleo bajo e importado, inflación altísima, escasez abundante y criminalidad desbordada. Lo que sienten por igual civiles y militares que no están en la "pomada"...

MEDIO

¿NIÑERA ARMADA? Aún recuerdo aquella foto del entonces ministro de Secretaría de la Presidencia, Alfredo Peña, en 1999, comenzando el régimen de Chávez -en lo que sería uno de los primeros "shows mediáticos" que en 15 años se han reproducido por miles- mostrando un cheque por la supuesta venta de los aviones de Pdvsa en los que se habían dado "colitas" a funcionarios y personas ajenas a la industria. Cuando los robolucionarios, criollos y foráneos, descubrieron el uso de la aviación petrolera  se convirtieron en clientes de esas "colitas" de tal forma que Pdvsa ha comprado decenas de aviones ejecutivos para regalar o asignar  a Fidel y Raúl Castro; a Evo en su momento; a Zelaya por un tiempo y a cualquier funcionario de medio pelo que se le antoje siempre con la venia del Comandante eterno o de su heredero.    El petróleo a más de cien dólares y el sentimiento de nuevo rico con poder global estimularon al Caudillo a reproducir al millón por ciento lo que fueron los vuelos de la otrora seria y eficiente Pdvsa, ejemplo global y productora de divisas. Por ello se ha llamado a la flota petrolera "Pdvsa Airlines". En el año 2006, aquí denunciamos la compra de más de media docena de Falcon 900 para esos fines y las adquisiciones de esa y otras marcas continuó sin cesar. El incidente brasilero de la última "colita" donde en Sao Paulo detuvieron a la "niñera de la familia Jaua" por cargar en su maletín un revolver S&W 38mm. con municiones adicionales, es el perfecto ejemplo de la doble moral del chavismo-socialismo-militarismo del siglo XXI. Ayer se decía que la colita era por un tema médico pero anteayer que era para participar de los jolgorios de la victoria de Dilma. De cualquier manera, la improvisación y la confianza de que en los demás países se violan las normas como aquí los hizo toparse con las leyes brasileras e internacionales. Si se iba a llevar un arma en un vuelo privado o comercial se debía informar a la embajada del país en Caracas y a la embajada venezolana en Brasilia para que ambas avisaran a las autoridades del aeropuerto paulista. La misma confianza que tuvo Pdvsa con aquel vuelo ajeno del 4 de agosto de 2007 que llevó a Buenos Aires al contratista Guido Antonini Wilson con $ 800 mil en billetes para "negocios" y apoyos en la campaña de la señora Cristina Kirchner.  Burla al país en cada acción de la roja cotidianidad de tres lustros...

@nelsonbocaranda
www.runrun.es
 
Nelson Bocaranda
Runrunes 
RunRunes. Caracas, 28 de octubre de 2014

Asdúbal Aguiar: Diálogo con Arturo

Arturo Sosa, fino historiador, jesuita de militancia social, cabeza de las instituciones internacionales de la Compañía de Jesús, entre éstas la Pontificia Universidad Gregoriana cuyas puertas traspasé como cursante breve a inicios de los ’70, desgaja con bisturí y destreza la situación política y social de Venezuela. Lo hace durante una charla que corre por las redes y tuvo lugar en Medellín, recientemente.
Es el primero de nuestros intelectuales -lo digo sin obsecuencias- quien rompe con la trinchera y dibuja con seriedad, en lenguaje elemental, con fundamentos teóricos y vivencias, los males que nos aquejan y los desafíos pendientes.
Sus enseñanzas y conclusiones, no obstante, me merecen comentarios o notas al margen, pues se trata de un vuelo vertebral pero rasante. Es breve su lúcido resumen oral.
Traza las bases para un primer diálogo entre los venezolanos, que yo me atrevo a atajar, resumiéndolo y preguntándole a la vez por esta vía, pues soy convencido de que el primer diálogo, si llega ha de tener lugar entre quienes discrepamos del régimen imperante, suerte de autocracia electiva y primitiva, y que no nos entendemos por ahogados en las urgencias y atrapados por agonía de nuestros lazos sociales.
Lo primero que afirma Arturo es que somos una sociedad herida y resentida. Ello dificulta nuestra ausencia de capacidad para el debate público, para la reflexión que supere los prejuicios y genere espacios para lo político y el encuentro. Es una verdad medular, como lo creo, que mal afecto si agrego que tales heridas y resentimientos -existiendo ellos para 1998, entre las élites- no son evidentes hasta cuando las exacerba y lleva al paroxismo, deliberadamente, Hugo Chávez. Relaja con saña nuestros ya maltrechos vínculos afectivos para instalar, en su defecto, una cultura ajena y extraña, revanchista. Cuba y las FARC, con su contracultura, hija de la muerte, son el ébola, el mal absoluto que nos contamina como virus desde entonces.
Dice Arturo sobre la necesidad de caracterizar sin equívocos nuestra realidad. Observa un sistema de dominación sin legitimidad, negado a los consensos, militar-cívico y no a la inversa, donde la conservación del poder se hace por lo mismo agonal. Es la única razón de la lucha, por la posesión de un Estado que no necesita de la sociedad sino del petróleo para sostenerse, pues es el hilo de Ariadna que aún ata a las mayorías -el rentismo- y facilita la dominación política, oculta tras el manto de la justicia social. Un Estado centralista rige entre nosotros, dice Arturo, que se confunde con el Gobierno y éste con el presidente, como suerte de monarca tropical; lindando por ende con la dictadura.
Nos describe como una realidad en la que se hace vigente la tiranía de las mayorías, eso que los griegos llaman oclocracia y mata a la democracia. Incluso así no avanza para calificar al régimen de modo terminante y apenas sugiere que muestra síntomas que hablan de ausencia de democracia. Y esa caracterización incompleta, que es central, condiciona lo que sigue.
Dice Arturo que hay ausencia no de oposición, que se reúne en negativo, sino de alternativa opositora; diría yo, que hay ausencia de cosmovisión o narrativa compartida. Agrega que sus expresiones más significativas corren sobre rieles opuestos: Uno, el representado por la “salida” de la dictadura, pues no abandonará “su” poder por la vía electoral aun cuando finja elecciones. Otro, el de quienes predican “con paciencia y saliva” alcanzar la democracia, conquistando para ello una base social que la soporte.
Arturo sostiene que enfrentar la dictadura hasta que se derrumbe arriesga llevarnos a una dictadura militar (¿?), inconveniente; en tanto que luchar democráticamente, hasta vencer, sería lo correcto. No es optimista, sin embargo, en uno u otro sentido.
Lo que si aprecio de raizal en su discurso y bien explica su aparente contradicción o duda al resumir su aguda premisa, es la confesión que hace luego a bocajarro: una mayoría de los venezolanos no cree en la democracia, menos la clase media.
Hoy, mi amigo jesuita, preocupado por la reacción estudiantil, saca del desván y vuelve a releer -afirma- la literatura positivista de los plumarios del gomecismo.
En fin, ajusta que la urgencia del diálogo, antes de que nos anegue la violencia, tiene un obstáculo mayúsculo, la falta de confianza en la palabra por las heridas y resentimientos incubados. Yo agregaría que la limitante es la prostitución de la palabra, sin la cual no hay diálogo con destino. Chávez y los suyos se apropiaron del diccionario de la democracia y lo han reescrito. Libertad equivale a servidumbre y pluralismo significa hegemonía comunicacional, sistema de dominación, pero de conciencias y su corrupción.

Asdúbal Aguiar
Diálogo con Arturo
Diario Las Américas. Miami, 26 de octubre de 2014.

Pablo Aure: ¿Quién manda en Venezuela?

La Venezuela de los últimos años es el auténtico escenario para inspirar a cualquier productor de películas de suspenso, terror, policiacas y hasta de ciencia ficción. Todo lo que nos podamos imaginar sucede aquí, donde se confunden policías y ladrones, descubren grandes alijos de droga que involucran a altos jerarcas militares, ocurren asesinatos extraños. La gente se inquieta por la inseguridad, pero al mismo tiempo tiene que ocuparse de cómo sortear los problemas de desabastecimiento.
De estas tierras pudieran salir exitosos bestsellers o series televisivas al estilo “El cartel de los sapos”, “Pablo Escobar”, o una muy buena llamada “Tyrant” (Tiranos) que nos relata las vivencias de Barry Al Fayeed, hijo de un dictador de un país imaginario del oriente.
En realidad, en 16 años en un país pueden suceder muchas cosas, y más aún estando bajo la dirección de una misma gente con un patrón desmoralizador, que ha tenido como práctica de vida los antivalores.
Así las cosas, tratemos de hacer un análisis de lo acontecido durante la última semana.
Crimen y venganza de los Colectivos
El mes de octubre tuvo un comienzo macabro. Asesinaron de una manera horrenda al joven diputado Robert Serra y a partir de allí parecieran haberse desatado algunos demonios. Al principio, hubo señalamientos inverosímiles que atribuían responsabilidades alocadas sobre el vil asesinato. Luego, pero siempre en medio de la oscuridad, fueron aconteciendo algunos hechos que dibujaban las siluetas de sus posibles actores, o personeros que quizá aparentaban tener conocimiento de ese espeluznante crimen.
No había transcurrido todavía una semana del homicidio de Serra cuando en pleno centro de Caracas, en Quinta Crespo, el Cicpc se enfrentaba a tiros con los denominados colectivos, y fueron ultimados cinco integrantes de estos grupos civiles irregularmente armados. Pero identificados con “el proceso”. Entre los abatidos se encontraba José Miguel Odreman, líder del colectivo 5 de Marzo, quien minutos antes de su muerte responsabilizaba al ahora exministro Miguel Rodríguez Torres de lo que pudiera pasarle. Presentía su muerte. Quizá porque alguien le había dicho que lo andaban buscando para matarlo, y desde luego, pudiéramos especular que tampoco subestimaba el atrevimiento ministerial. En definitiva ocurrió lo que Odreman presintió.
Mientras colectivos y Cicpc se enfrentaban en Quinta Crespo, José Gregorio Sierralta, a la sazón director nacional del Cicpc, desde Valencia desmentía que los abatidos pertenecían a los colectivos. Esas declaraciones provocaron un mayor enfurecimiento de quienes ya estaban dolidos por el asesinato de sus camaradas. Tratar de exponerlos al desprecio y, además, desconociendo su armonía con sectores gubernamentales en los momentos difíciles cuando el régimen los necesitó para “asustar” o combatir las protestas de los primeros meses del año, los colectivos no lo perdonarían; fue entonces cuando varias de las organizaciones “colectivas” propusieron marchar hasta Miraflores para pedir la destitución del ministro Rodríguez Torres. La marcha estaba pautada para el jueves, pero se suspendió.
Triunfo de los Colectivos
No fue casual la suspensión de la marcha. Evidentemente hubo un acuerdo entre Nicolás Maduro y los colectivos. La decisión ya había sido tomada: Rodríguez Torres saldría del ministerio y junto a él toda la directiva del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas. Maduro cumplió. La marcha era el jueves y el viernes anunció la destitución.
No sabemos si con esa destitución terminará el episodio de Quinta Crespo porque también ha sido una exigencia la destitución de Diosdado Cabello, pensamos que eso será más difícil ya que no está en manos del Presidente de la República tal decisión. Esperemos el mes de enero para ver qué pasará con la directiva de la Asamblea Nacional.
Enigmático futuro
Hacer algún tipo de pronóstico sobre lo que sucederá con personeros del Gobierno que han estado comprometidos en situaciones criminosas no es tarea fácil. Todo dependerá de las negociaciones que en búsqueda de la salida se hagan. Así como lo leen: ¡las negociaciones!
Enrumbar el país por el camino del progreso y del bienestar seguramente acarreará varios sacrificios, probablemente, alguno de ellos será obviar hacer justicia en determinados casos. Suena mal decirlo y les confieso que también me incomoda escribirlo. Pero ese es el presentimiento que tengo. Quizá más temprano que tarde habrá grandes negociaciones para encontrar una convivencia en paz. De no ser así, pues entonces tendremos largos eventos de enfrentamientos.
Pacto institucional
Aunque el poder lo tengan -como quedó demostrado con la destitución de Rodríguez Torres- los grupos irregulares fuertemente armados, quienes creemos en salidas constitucionales debemos apostar a la reinstitucionalización del Estado, lo que comenzaría por devolver y garantizar el monopolio de la fuerza a los organismos regulados por la Ley. Habrá que tender puentes con todos los sectores. Lo que está en juego es algo mucho más grande que el modelo de Gobierno que podamos tener en Venezuela. Se trata de la vida de millones de venezolanos.
Maduro en una encrucijada
En los actuales momentos el Gobierno se encuentra en una encrucijada. Se debate internamente entre sus fracciones de poder. Son ellos los que se enfrentan. Por una parte está la militarista y antidemocrática, y por la otra la civil (pero paramilitar) de los colectivos, desde luego, también, antidemocrática. Las dos son rudas y dispuestas a ejecutar inimaginables acciones para demostrar su fortaleza. Lógicamente, ninguna de ellas representa el bienestar ni mucho menos el progreso y la estabilidad para la nación. Ambas fueron creciendo y se alimentaban con el mismo discurso. Hoy es diferente su desenvolvimiento y hasta su actuación. Antes existía un líder que las unía, que las compactaba y que evitaba que a ambas les crecieran las alas y formaran tienda aparte. Muerto ese líder se independizaron y no aceptan rivales en la toma de decisiones.
Sustituir a Rodríguez Torres por la almirante Carmen Meléndez seguramente fue una recomendación del G-2 cubano. Es conocido por muchos que ella tiene buenas relaciones con los Castro, quienes evidentemente también tienen ascendencia sobre los colectivos. Es decir, la nueva ministra fungirá como bisagra articuladora entre “colectivos” y FAN. Veremos cuánto aguantará ese muro de contención.
Mientras Maduro tiene ese vaporón prendido dentro de sus propias filas, procura distraer la atención hacia el trato inclemente que mantiene contra los presos políticos.
Maduro por algún tiempo seguirá jugando con la libertad de políticos inocentes, continuará persiguiendo la disidencia en el país, procurará seguir culpando a una ficticia guerra económica de la inflación y de la escasez. Pero lo que no logrará, es mantener por mucho tiempo la paz dentro de sus aparentes aliados. No es difícil asegurar que a pesar de los muertos, solo hemos visto diminutos escarceos.
Y a todas estas, ¿qué hará la MUD?
Con mucha precisión debe y tiene que tender puentes con personeros sensatos del oficialismo, que aunque parezca mentira los hay. Preparar la mesa para la transición donde ella tendrá cabida. Pero para eso, repito, es imperioso tender puentes con todo aquel que sea necesario para el entendimiento nacional. Que no se piense que la oposición será una opción para el anhelado reencuentro si no se hace acompañar por algunos connotados dirigentes que hoy juegan para el mismo equipo de Maduro y que antes estuvieron en el de Chávez. Que se entienda bien: no es negociar para convivir con el régimen que nos oprime, sino para abrir las puertas hacia una nueva Venezuela.
Para finalizar debemos tener muy claro que el acontecimiento de las elecciones parlamentarias pudiera llegar, pero no podemos agotar nuestras energías en debates entre nosotros mismos sobre quiénes serán nuestros representantes. Esa Asamblea Nacional lo más seguro es que sea temporal, pero no obstante ello lo ideal es que allí se encuentren no solo luchadores sociales, sino personas con el conocimiento necesario para saber entender que una diputación bajo un sistema dictatorial de poco o nada nos servirá. El propósito debe estar muy bien definido.
Es inaceptable la falta de entendimiento en el sector democrático, mientras nos peleamos o, para ser menos duro, no logramos entendernos para nombrar a los coordinadores regionales de la MUD, el país sigue desmoronándose, lastimosamente pareciera que priman intereses distintos a los de evitar la destrucción total de Venezuela.

pabloaure@gmail.com
@pabloaure

Pablo Aure
¿Quién manda en Venezuela?
El Carabobeño. Valencia, 27 de octubre de 2014