martes, 22 de julio de 2014

Rafael Poleo: ¡Perdónalo, señor!

 
Rafael Poleo
¡Perdónalo, señor!
El Nuevo País. Caracas, 22 de julio de 2014 (Blog Pedro Mogna)

Editorial Diario Las Américas: Perseguidos del chavismo

Reinaldo Florez, quien ha trabajado por 10 años en la Corporación Eléctrica Venezolana (Corpoelec), está en Miami tras sufrir lo que considera “una persecución implacable”

Cada día nos enteramos de nuevas y tristes historias de personas que llegan al sur de la Florida escapando de la dramática situación que se vive en Venezuela. A los que huyen de la escasez y de la falta de horizontes, se unen perseguidos políticos y simples ciudadanos que temen por su seguridad jurídica por el simple hecho de cuestionar los abusos del Gobierno de Nicolás Maduro.

El presidente de Venezuela y sus colaboradores se han especializado en crear chivos expiatorios para traspasar la responsabilidad de su desastrosa gestión. En el caso de los apagones, primero Chávez, luego Maduro y otros muchos bolivarianos han inventado las más irrisorias excusas para encubrir su falta de recursos y previsión además de la corrupción que se ha apoderado de la administración pública a todos los niveles.

Reinaldo Florez, licenciado en Química y que ha trabajado por 10 años en la Corporación Eléctrica Venezolana (Corpoelec), está en Miami tras sufrir lo que considera “una persecución implacable” hacía él y su familia. Flórez se encargaba del análisis de los aceites de generación eléctrica y ha sido testigo de cómo un compañero era injustamente acusado de sabotaje en las redes.

La inseguridad jurídica y el miedo a ser acusado tras ser denunciado públicamente por un vecino tras apoyar las protestas estudiantiles le han obligado a dejar su país natal en el que su próximo destino habría sido la cárcel.

No es un caso aislado el de esta familia –que contra su voluntad– ha tenido que dejar atrás su vida, su país y su estabilidad rumbo a Estados Unidos. Son casos muy similares a los vividos por miles de cubanos que también tuvieron que dejar su tierra natal, asfixiados por la persecución del Gobierno dictatorial de los Castro.


Editorial Diario Las Américas
Perseguidos del chavismo
Diario Las Américas. Miami. 23 de julio de 2014

Guillermo Lousteau: Chavismo democrático: ¿incoherencia o problema de palabras?

Carlos Vecchio ha afirmado, en una entrevista con DIARIO LAS AMÉRICAS que “tenemos que contar con el chavismo democrático, con aquéllos que no están de acuerdo con lo que está pasando en nuestro país... para encontrar una solución a la crisis que vive el país”.

En un panel celebrado unos días antes, ya había adelantado este concepto como plataforma de Voluntad Popular, presidido por Leopoldo López.

A raíz de esa frase, un editorial del diario, dice que hablar de “chavismo democrático puede resultar, además de ingenuo, algo tremendamente contradictorio”. Es así, ¿o resulta sólo un mal uso de las palabras por parte de Vecchio?

Es posible que la elección de las palabras no haya sido acertada. Tiene razón el editorialista cuando marca las características del chavismo que lo hacen incompatible con un sistema democrático. Pero creo que a lo que se estaba refiriendo Vecchio es algo distinto.

Cuando se hace análisis de lo que ocurre un Venezuela, suele hablarse de un chavismo core y de un chavismo light. El primero estaría compuesto por aquellos partidarios del sistema tal como funciona, mientras que el segundo comprende a los venezolanos que se sienten reconocidos y agradecidos por la atención que el Gobierno les ha prestado, pero no comparte los abusos autoritarios, la persecución política ni la presencia e injerencia de los cubanos. Cuando Vecchio aclara que hay que contar con “los que no están de acuerdo con lo que pasa en el país”, seguramente está aludiendo a este segundo grupo, al que habría que proponerle algo distinto y atractivo y con el cual hay que contar para la solución y al cual le atribuye rasgos democráticos.

El chavismo core, según las encuestas se sitúa entre el 28 y 30%, mientras que es más difícil de calcular al otro. Aparte de lo acertado de las denominaciones, el planteo es válido. En la ciencia política moderna, y con origen en la antropología cultural, hoy se distingue entre sociedades que se manejan por consenso y sociedades que se imponen por simple mayoría, sin respeto a las minorías. Si lo que se busca es una sociedad abierta, democrática en el sentido liberal de la palabra, es necesario contar con una disposición general a aceptar ciertas reglas básicas. Por supuesto, esto plantea la disyuntiva eterna que la teoría democrática todavía no ha resuelto: cómo manejarse democráticamente con las ideas antidemocráticas.

Pero al margen de esta disyuntiva y las apreciaciones morales, en el caso se plantea además, un problema de resultados políticos que se refieren al futuro de Venezuela.

Algo similar ocurrió a la caída del peronismo en 1955. En la revolución que derrocó a Juan Perón confluían dos tesis sobre qué hacer con los peronistas. Para el jefe del movimiento, el general Lonardi, la política a seguir fue enunciada con la frase con que asumió la presidencia: “Ni vencedores ni vencidos”, que implicaba perseguir sólo a los autores de delitos y no a los seguidores de Perón en general.

A tan sólo dos meses de Gobierno, Lonardi también fue derrocado y asumió la presidencia otro general, Eugenio Aramburu, quien conjuntamente con el vicepresidente, el almirante Rojas, se propusieron acabar con el peronismo, al cual proscribieron. Incluso se llegó a prohibir por decreto (el infausto decreto 4161) el sólo hecho de mencionar el nombre de Perón, por lo cual los diarios debieron buscar cuanto sinónimo era posible para referirse a él.

La proscripción del peronismo se mantuvo por muchos años, provocando la inestabilidad de presidentes elegidos por votación popular pero sin participación del peronismo, que se limitaba a votar en blanco.

Hoy, a casi 70 años de ese episodio, el peronismo tiene un protagonismo político decisivo en la Argentina. Esa parte de la historia reciente argentina debiera servir de ejemplo sobre la actitud a adoptar cuando se presente la necesidad de reconstruir a Venezuela.

*Presidente del InterAmerican Institute for Democracy

Guillermo Lousteau
Chavismo democrático: ¿incoherencia o problema de palabras?
Diario Las Américas. Miami, 22 de julio de 2014

Manuel Malaver: Las misteriosas cifras electorales de Diosdado

Según las extrañas matemáticas electorales del capitán, Diosdado , no hace falta contar las cifras de participación y abstención en las elecciones para elegir candidatos al III congreso del PSUV celebradas el domingo, “pues se vio tanta gente en las urnas, y estaba tan contenta que podemos asegurar que el evento fue un rotundo éxito”.

Sorprendente filosofía expresada por un ingeniero y militar que nos lleva inmediatamente a preguntarle ¿por qué entonces se invirtió en 15 años cerca de 40 mil millones de dólares para tener un sistema electoral automatizado de cual se dice “es el más eficiente y confiable del mundo?”.
¿O será acaso que habiéndose acabado los votantes, los millones que según el CNE sufragaban por Chávez o los candidatos del PSUV, ahora lo que queda es contar los votos “al por ciento” y confiando en la precisión de observadores imparciales como Cabello?
No es, por ejemplo, lo que piensan los grupos de dirigentes y activistas disidentes del PSUV, como el politólogo, Niemer Evans, quien escribía ayer en el portal “Aporrea”:“Militantes del que decidieron organizarse para realizar un estadístico sobre los niveles de participación, estudio que arrojó a las 5 PM del domingo que en el Municipio Libertador votaron 38.521 militantes, lo que representa el 8% del del PSUV. Este mismo equipo me hace llegar la información que un grupo similar en Vargas calculó la participación en el Estado en un 22%. Estos mismos equipos han estimado que la participación nacional ronda el 12%”.
Total rotundo y contundente que tiene que haberle borrado cualquier otro gesto de cinismo al capitán Cabello, pues atribuir a los encuestólogos opositores cualquier desvío de las cifras pase, pero a dirigentes y activistas del PSUV que hasta ayer no más eran tratados como infalibles…¡imposible!
Pero así es la política: por donde menos se piensan, saltan los desmentidos.



Manuel Malaver
Las misteriosas cifras electorales de Diosdado
El Diario de Caracas. Caracas, 21 de julio de 2014