lunes, 31 de marzo de 2014

Pablo Aure: ¡Hasta cuándo!

¡Hasta cuándo!
PABLO AURE
El Carabobeño, Valencia, 31 de marzo de 2014
Nos hemos distraído y omitido comentar la grave crisis económica que afecta al pueblo venezolano, para enfocarnos casi exclusivamente en el tema de las protestas y su brutal represión. Desde luego, imposible no hablar de las manifestaciones que a diario vemos en las calles del país y en las que, no en pocas oportunidades, nos involucramos.
Pero, es que quizá se nos ha olvidado que todas estas manifestaciones comenzaron precisamente por la desesperación popular derivada de la inconformidad de un pueblo que no puede salir de sus casas sin el temor de ser víctima del hampa común. Ese mismo pueblo que si acaso tiene un empleo digno, tampoco cuenta con ingresos suficientes para cubrir los gastos del hogar. La gente decidió protestar porque el alto costo de la vida también los mata de hambre. No es difícil auscultar el enojo popular ante la actual situación que ha llevado a la gente a la desesperanza total. Con el insuficiente dinero que se gana son muy pocos los productos que pueden encontrar en los mercados. La escasez es una realidad. Cunde el desespero.

Agenda social

He estado en muchísimas reuniones donde se plantean cuál debería ser el discurso que se maneje en las manifestaciones. Siempre sale a relucir el tema de la agenda social diferenciándola de la agenda política, como si las mismas fueran excluyentes. Pero bueno, para no contradecirlos y de alguna manera tratar de desarrollar el asunto entremos a analizarlo.
Sugieren no hablar de Nicolás Maduro como culpable de la crisis económica, política y social, para evitar ahuyentar a los oficialistas, hasta llegar al extremo, de evadir achacarle la responsabilidad en este desastre. Evidentemente que no es nada fácil ya que este deterioro social ha sido consecuencia de las erráticas políticas del régimen.
Sinceramente, para mí es francamente imposible desligar un tema del otro. Pero sigamos. Los defensores de la agenda social insisten en que el asunto hay que plantearlo para que todos se identifiquen con los problemas. Me explico. El mismo alimento que no consigue el opositor y el indiferente en los supermercados, tampoco lo encuentra el oficialista. Tema de coincidencia para unificar la lucha. La misma inseguridad que asesina al escuálido también mata al chavista. Lo que le ocurre a descontentos con Maduro cuando van a un hospital, también lo padece quien se siente identificado y defiende al régimen. Quizá quienes defienden la tesis de hablar solo de la agenda social, tienen como finalidad generar un megadescontento que involucre a tirios y troyanos, y juntos hacer peso para terminar de hundir este barco que ya está haciendo aguas.
En las próximas semanas las emergencias de las clínicas colapsarán más de lo que hoy se encuentran. La unidad de cuidados intensivos tendrán que seguir cerrando, no hay insumos medico quirúrgicos para atender situaciones elementales; por ejemplo, ayer me comentó un médico que para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares deben retroceder a la medicina de hace cuarenta años. Realizar una angioplastia resulta una proeza en Venezuela. No hay en los inventarios el stent que es utilizado para abrir las arterias coronarias; esta situación nos hace presumir que veremos elevarse los índices de mortalidad por ese tipo de enfermedades, que dicho sea de paso, ya era alto.
Obviamente, es cuesta arriba unir la calamidad nacional, pero cada quien puede enfilar el mensaje como mejor le parezca y sobre todas las cosas que lo sepa defender con razón y mucha pasión.

Pobres al extremo

El venezolano no puede estar satisfecho con lo que gana. Este año el sueldo mínimo ha sufrido tres devaluaciones y en menos de tres meses. Si hacemos el cálculo en dólares lo podemos demostrar. No nos demoraremos examinando el incremento del costo de los productos alimenticios, como la leche, la harina, la carne, el azúcar, el atún, e infinidades de artículos más. Tampoco detallaré lo que ha ocurrido con el precio de artículos elementales como el jabón o el champú si logramos encontrarlo. Haremos solo una operación aritmética del sueldo mínimo con la tabla oficial del dólar, en un primer momento Cadivi y luego Sicad. Veamos: enero sueldo Bs 3270 y el dólar a 6,30 tenemos que hace dos meses el venezolano ganaba 519 dólares, luego en febrero con el dólar a 11,30 pasó a ganar 289 dólares, y desde la semana pasada ese sueldo llegó a su mínima expresión al alcanzar oficialmente una tasa de cambio de 51 bolívares el dólar (que no se encuentra tampoco), lo que significa; que el sueldo mínimo en Venezuela es 64 dólares mensuales. ¿Somos o no pobres?

Comienzo de clases con conflicto a la vista 

El Consejo Universitario de la Universidad de Carabobo acordó reiniciar todas las actividades el día de hoy. Demasiadas expectativas. Miedo natural ante la situación del país. Quizá esa fue la razón para que el CU acordara que en el reinicio no se tomará en cuenta ni la asistencia así como tampoco se practicarán evaluaciones; serán los Consejos de Facultad quienes irán adecuando el cronograma atendiendo a sus realidades.
Esperemos a ver qué ocurre hoy. Ojalá los debates se realicen en el marco de la tolerancia genuina de una institución universitaria, y que los desadaptados dejen de cobijarse en los espacios para la educación y decidan a promover la paz, no recurran al secuestro de autoridades o de compañeros universitarios si no son de la misma opinión.
El respeto es esencial para la convivencia democrática, desde la Universidad hay que fomentarlo, para dar lecciones de civilidad a un régimen que no cree en el diálogo y persigue la eliminación de la disidencia, atemorizándola, encarcelándola e inclusive asesinándola.

Por un salario digno

He conversado con representantes del gremio docente y me han manifestado una gran preocupación, con la cual me identifico plenamente. En efecto, el gremio, la APUC planificará acciones de protestas por el deterioro del salario de los profesores. De nada sirvió el aumento logrado el pasado año que ya se volvió pan y agua. A manera de ilustración, podemos decir que un profesor Instructor a dedicación exclusiva, al cambio oficial del dólar, percibe la miserable suma de 154 dólares mensuales; y un profesor titular a dedicación exclusiva, con estudios de cuarto y quinto nivel, con trabajos de ascensos y con más de quince años al servicio de la universidad, puede ganar a lo sumo 299 dólares. Son los sueldos más bajos en el mundo para un profesor universitario. Lo que quiere decir que la lucha sigue. Contra un gobierno que no se preocupa por atender a quienes educan, es de esperar, que tampoco le interesa el resultado de la educación. Lo hemos dicho muchas veces: gobiernos como el que hoy padecemos en Venezuela procuran mantener al pueblo en la más profunda ignorancia. Lo hemos padecido a lo largo de estos 15 años.

Justicia de botiquín

Nos cuentan que muchas de las decisiones que se toman en Carabobo las planifican en una tasca del norte de Valencia; planifican cualquier tipo de negocios, desde la construcción de viviendas bajo la autonomía de una “autoridad única” pasando por el reparto de jugosos contratos, hasta la organización de las fiestas bravas que abarca la escogencia de las ganaderías, los toreros y venta de casetas.
La camarilla que integra esa tertulia rodeada de toneles son los voceros del mayor (r) gobernador y un familiar muy cercano. Ellos son los que inciden en lo que quieren sea el futuro del estado. No bajan la voz, se ufanan de estar en el poder. Es por esa razón que me entero ya que con mucha facilidad son escuchados por curiosos. Así fue como me enteré hace dos meses que la “autoridad única” juró encarcelarme, y de allí en adelante comenzaron los inventos propios de un botiquín.

Encapuchados de la justicia

Se llevaron el expediente del asesinato de Génesis Carmona pero estamos atentos de lo que pueda ocurrir porque no permitiremos que ese crimen quede impune.
El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalística sabe muy bien que mi preocupación es válida, nos han dicho que estaban muy adelantadas las investigaciones y casi con exactitud tienen identificados a los culpables. Artificiosamente cuando la fiscalía en Carabobo había decidido imputar a los autores se produjo esa intempestiva sentencia del TSJ que acordó sin nadie solicitarlo, llevarse el juicio para Caracas.
Por otra parte, con el caso de Scarano, el régimen no es que se quitó la careta, sino que se desnudó totalmente vulnerando el sacrosanto principio de la legalidad de los delitos y las penas, el cual, apenas nos sentamos en un pupitre en la Facultad de Derecho nos enseñan: nadie puede ser castigado sino por la comisión de los hechos expresamente prescritos en la Ley y con las correlativas sanciones igualmente determinadas y tipificadas en la misma ley. Ninguna norma contempla la falta absoluta del alcalde por causa de una detención judicial como para que deban convocarse nuevas elecciones. Es un grosero abuso. ¿Cree alguien que el actual Tribunal Supremo de Justicia pudiera declarar la nulidad de esa decisión a todas luces inconstitucional?

Rafael Poleo: ¿Doctrinas a mí?

¿Doctrinas a mí?
RAFAEL POLEO
El Nuevo País. Caracas, 31 de marzo de 2014 (Tomado de El Blog de Pedro Mogna)

Edgar C. Otálvora: El Informe Otálvora. Poco probable un diálogo en Venezuela

Poco probable un diálogo en Venezuela
EDGAR C. OTÁLVORA
Diario Las Américas. Miami, 30 de marzo de 2014
 
EL INFORME OTÁLVORA

Poco probable un diálogo en Venezuela

China estaría en proceso de construir en Venezuela una planta para producir gases lacrimógenos
 
Efectivos militares en operación de orden público, portando fusiles de asalto en Puerto Ordaz, estado Bolívar, en Venezuela. (@Saraianais)

Diario Las Américas: ¿Qué más debe pasar?

¿Qué más debe pasar?
EDITORIAL DIARIO LAS AMÉRICAS
Diario Las Américas. Miami, 31 de marzo de 2014

Es inadmisible: las cifras de detenciones en Venezuela sitúan a este país al lado de las más tenebrosas dictaduras.

Al Gobierno de Maduro se le llena la boca declamando que nadie debe darles lecciones de democracia y que en el país se respetan los derechos humanos. No es que hubiera ni un resquicio de duda sobre la naturaleza política del régimen que trata de seguir imponiéndose en Caracas, pero las cifras que dejan las últimas semanas de manifestaciones son un claro reflejo de la verdadera naturaleza de sus líderes.

La macabra y luctuosa cifra de 39 muertos ya es de por sí una losa demasiado pesada para que Venezuela siga arrogándose la virtud de ser un país en el que no se violentan las garantías básicas.

Pero a este precio elevado por alcanzar la libertad, hay que añadir que el régimen de Maduro se ha servido de manera arbitraria de las fuerzas de seguridad para detener y encarcelar a los manifestantes: 1.825 arrestos entre el 12 de febrero y el 28 de marzo dan cuenta de qué entienden en el Palacio de Miraflores por derecho de manifestación, un derecho recogido en la propia Carta Magna venezolana.

Si este panorama no es de por sí demasiado tenebroso, puede recordarse que en la prisión siguen numerosos presos políticos, los más destacados Leopoldo López e Iván Simonovis.

Pero ya las garras de Maduro están afilándose desde hace varios días para abalanzarse sobre la opositora María Corina Machado.

La presidenta del Tribunal Supremo de Justicia, Gladys Gutiérrez, reveló que la decisión de la diputada opositora de representar a un Gobierno extranjero en la OEA "tiene consecuencia jurídica". Su detención parece más que inminente.

Ante todo esto, sólo queda una pregunta: ¿qué más debe pasar para que actúe la comunidad internacional?

Mauricio Vargas: Duele Venezuela

Duele Venezuela
MAURICIO VARGAS
El Tiempo. Bogotá, 31 de marzo de 2014.
Se equivocan quienes creen que la tragedia venezolana puede seguir su curso sin afectar de modo grave a Colombia.

Decenas de venezolanos, en su mayoría jóvenes, han muerto en las semanas recientes. Los han asesinado las fuerzas del orden y paramilitares del régimen chavista en el desesperado esfuerzo de Nicolás Maduro por reprimir las protestas contra la escasez de alimentos, el caos de los servicios públicos, la corrupción gobernante y la persecución contra críticos y opositores.

A la detención del dirigente Leopoldo López y de muchos políticos más le sigue la defenestración de la valerosa diputada María Corina Machado, a quien esperan jueces de bolsillo del chavismo, que la mandarán a prisión. Las protestas no se detendrán y Maduro seguirá exigiéndoles a los militares que las repriman, aun si algunos oficiales se resisten y lo pagan con destitución y calabozo, como acaba de ocurrir con mandos de la Fuerza Aérea. Aterra decirlo, pero parece difícil detener el derramamiento de sangre.

A ello se suma la corrupción: denuncias que caminan con paso firme en un juzgado de Miami apuntan a que el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, puede haber recibido 50 millones de dólares en sobornos de una empresa con sede en los Estados Unidos, que ganó jugosos contratos en el sector eléctrico. Casos como ese explican que el chavismo haya feriado 500.000 millones de dólares de la mayor bonanza petrolera de su historia.

Hace algunos meses le escuché al expresidente español Felipe González una comparación entre Hugo Chávez y Maduro. “El primero caminaba hacia el abismo y, justo antes de lanzarse, se detenía. Maduro, en cambio, sigue derecho y se bota de cabeza”, explicó González. Maduro tiene todo lo malo de Chávez –su discurso vociferante, su malgastador e ineficiente programa económico, sus amagos místicos– y nada de lo bueno –su liderazgo, su habilidad negociadora, su contacto con la gente–.

Mientras Chávez era capaz de caminar como un gato entre porcelanas sin dañarlas, Maduro las pisotea con torpeza de elefante. Ambos tienen, eso sí, la responsabilidad del desastre. Compartida, claro está, con los viejos partidos que se robaron varias veces al país y con ello alfombraron el camino de Chávez al poder. Algo que debe servir de advertencia a los dirigentes de la Unidad Nacional en Colombia, que andan dedicados a justificar la mermelada corrupta.

Entristece Venezuela, un país con una riqueza descomunal –y no solo en petróleo–; con una clase empresarial que alguna vez tecnificó el agro hasta hacerlo uno de los más productivos de la región, e impulsó industrias claves hasta ponerlas a la vanguardia en la región; con un hervidero cultural de pintores y escultores, escritores y músicos de talla mundial; y con una historia fascinante: no debemos olvidar que la independencia del norte de Suramérica la ganaron sobre todo oficiales venezolanos, como Bolívar y Sucre, y aguerridos llaneros a caballo que se lucieron desde el pantano de Vargas hasta Ayacucho.

Con timidez aún, el gobierno colombiano ha comprendido que pasó la hora del apaciguamiento: ni Maduro tiene cómo tirarse el proceso de paz con las Farc, ni está en capacidad de despachar tropas a la frontera –como amenazaba Chávez–, porque las tiene ocupadas en la represión interna.

Las gestiones a favor del diálogo entre Gobierno y opositores, que Santos y otros presidentes de la región están impulsando, van en la dirección correcta. Pero requieren de otros socios, ojalá de Europa, pues muchos por acá todavía no se atreven a hablarle a Caracas con la franqueza que la situación demanda. Si esos esfuerzos fracasan, Venezuela estará a las puertas de la más sangrienta represión de su historia, con terribles consecuencias para Colombia, medibles en la quiebra económica de nuestras zonas fronterizas y una oleada de decenas de miles de refugiados. Ante el dolor de Venezuela, no cabe la indiferencia.

Mauricio Vargas
mvargaslina@hotmail.com

Rafael Poleo: Capitular

Capitular
RAFAEL POLEO
El Nuevo País. Caracas, 30 de marzo de 2014 (Tomado del Blog de Pedro Mogna)

Eduardo Semtei: Los generales fofos

Los generales fofos
EDUARDO SEMTEI
El Nacional. Caracas, 31 de marzo de 2014

DRAE: Fofo. 1. adj. Esponjoso, blando y de poca consistencia. Eran tres generales. No los tres chiflados. No señor. Tampoco eran Gaby, Fofo y Miliki. Mucho menos. No os confundáis. El Trío Matamoros. Menos. Estos eran tres generales aviadores. Los grandes jefes de la conspiración. Los autores materiales e intelectuales del golpe de Estado rápido. Del golpe de Estado lento. De la guerra económica. La escasez. La delincuencia. El aborto ilegal. El contrabando. La sequía y la Peste Negra.
Los mismos tres generales que fueron descubiertos en pleno ejercicio del golpe lento. Lucían algo esponjosos. No eran firmes. Ni sólidos. Eran panzones, con bigotes a lo mexicano, con el pecho lleno de docenas de condecoraciones que no se ganaron en ninguna batalla. Una de ellas: la Condecoración de la Poceta de Oro. Todo el santo día estaban tuiteando con María Corina. Eran tres generales blandos como el golpe blando. Fueron descubiertos, muertos, sepultados y yacen a los pies del Gran Timonel, del Eterno, el Cósmico en el Cuartel de la Montaña.
Hay unos jodedores irresponsables que nombran a estos tres generales con seudónimos. El General Electric. El General Motors y el General Import. Estaban agazapados en sus escritorios. Escondidos detrás de las sillas, desde donde hacían sus maniobras contra el gobierno. Anjá, pero allí estaba la Dgcim. Dirección General Contra la Ignorancia Militar. Con sus investigaciones y sus investigadores. Entrenados en Cuba. Les tendieron una trampa. Un peine. Una provocación a los tres generales. Y los descubrieron. Así que por ahora no hay golpe fofo.
El régimen continúa. Se salvó la patria. Patria, patria es mi vida. Patria, patria es mi amor. Primero les intervinieron los teléfonos. Oyeron sus conversaciones maliciosas. Luego le sembraron micrófonos en sus hogares, oficinas y centros de dominó y bolas criollas. Como se sabe la práctica de estos deportes es obligatoria de Coronel hacia arriba. En los patios de bolas y en las mesas de dominó han sido muchos los gobiernos derrocados. Nada es más provocador a la hora de planificar un magnicidio, un derrocamiento sangriento, una insurrección que una buena mesa de dominó y un grito destemplado de “trancao”.
Los tres generales también estaban comprometidos en el estrangulamiento a la prensa escrita mediante las restricciones para comprar papel. Se les atribuye igualmente maniobras infames con todas las líneas aéreas internacionales para reducir drásticamente y aun cerrar, como fue el caso de Canadá Airlines, los vuelos desde y hacia Venezuela. Claro, era obvio. Son generales aviadores. La Dgcim también pudo esclarecer 24.999 homicidios de los 25.000 ocurridos durante el año 2013. Obvio. Eran los mismitos 3 generales. Los tres del patíbulo.
Se fue la luz en Caracas. Los tres.  Pdvsa disminuye su producción mientras que la OPEP la sube. Los tres.  La inflación se dispara nuevamente y se calcula que en marzo llegará a 5%. Los tres. Que el asesino de la periodista Adriana Urquiola, una joven llena de alegría y una amiga entrañable, sea escolta o compadre de la ministra aquella, o del ministro aquel, y que le facilitaron los mecanismos para que se fuera del país y, según dicen, está en Nicaragua. ¿Culpables? Los tres. Que un ex superintendente. El señor Sherwin Williams, tiene una casa en el Country Club, a un costo superior a los 3 millones de dólares con una decoración que pasó fácil 500.000 dólares. La quinta Z. Culpa de los tres. Que un cierto alcalde pase vacaciones en la isla de Mustique Island en Villa Carisse con un costo de 20.000 dólares semanales al lado, nada menos, que de la casa vacacional de la princesa Kate Middleton. Invitado por los tres.
Que el gobierno le ofrezca a la oposición un caramelo envenenado para nombrar un miembro de cinco dentro del CNE, dos magistrados de once en el TSJ y el subcontralor nacional a cambio de su apoyo tácito. Esa vaina sí no es culpa de los tres, si acaso se engulleran esa píldora. Morirán infartados.
 @ssemtei

Armando Durán: Otra vez el diálogo

Otra vez el diálogo
ARMANDO DURÁN
El Nacional. Caracas, 31 de marzo de 2014

1.
Uno de los diarios oficiales, Correo del Orinoco, abrió su edición del viernes 28 de marzo con el siguiente titular: “El presidente Maduro aceptó mediación de terceros que facilite el diálogo con la oposición”. Tras mes y medio de conflicto político y social sin precedentes en la historia nacional, el anuncio hecho por Maduro la noche del jueves desde el estado Vargas significa, por una parte, que su gobierno está de acuerdo con que se nombre un equipo de cancilleres (por ahora los de Colombia, Brasil y Ecuador) que colabore con ese eventual diálogo; por el otro, que él no acepta agenda previa ni imposiciones, porque él tampoco las está colocando.
Se trata, sin la menor duda, y a pesar de las insuficiencias y el oportunismo que puedan poner su desarrollo en peligro, del primer resultado positivo de las protestas del movimiento estudiantil que estremecen al país y a la opinión pública internacional desde el pasado 12 de febrero. En primer lugar, porque hasta este instante, el diálogo que le propuso Maduro a la oposición y que dio lugar a su reunión en Miraflores con gobernadores y alcaldes no chavistas murió al nacer, pues, en violación flagrante de las normas más elementales de cualquier diálogo civilizado, Maduro les impuso a sus invitados tres condiciones para recibirlos. Quienes las aceptaran tal cual, eran bienvenidos al reino de los cielos; quienes no, “que sigan de largo”. Y porque una de esas condiciones previas consistía en asumir como propio el llamado Plan de la Patria, programa de gobierno de Hugo Chávez para las elecciones presidenciales de 2012. Una exigencia sencillamente inadmisible. En segundo lugar, porque a las muy diversas voces que se han alzado pidiendo que el gobierno aceptara una mediación internacional para facilitar la progresiva normalización del extremamente alterado proceso político venezolano, Maduro siempre ha respondido con un no rotundo. Porque el problema de Venezuela, es su argumento, no tiene mayor importancia, “cosa de cuatro gatos”, y porque para superar un contratiempo tan menor no se necesitaban mediadores nacionales ni extranjeros.
El anuncio presidencial del jueves equivale a dar un importante paso atrás, al reconocer públicamente la existencia de tres aspectos fundamentales de la crisis actual. Uno, que el problema político y social que paraliza al país sí es mayúsculo. Dos, que Maduro cada día se siente más acosado por dos fuerzas internas contrapuestas, la de los que insisten en usar la represión y el terror como único medio para reducir al enemigo a simple polvo cósmico, y la de quienes proponen una rectificación de rumbo para evitar males irreversibles. Tres, que la unidad de la FANB no es tan monolítica como a cada rato reiteran el Alto Mando Militar y el propio Maduro, sino que en su seno han surgido serias objeciones a cómo se viene gestionando la crisis. Para nadie es un secreto la detención de oficiales de altos y medianos rangos, pertenecientes a los cuatro componentes tradicionales de la FANB, por expresar su incomodidad y sus desacuerdos.
Estos factores, y la opinión de algunos cancilleres de importancia de la Unasur, han debido haber hecho pensar a Maduro que es preferible llegar a un sano acuerdo constructivo con la oposición, aunque ello pueda ser interpretado por los chavistas más radicales como dar su “revolucionario” brazo a torcer, que perder el poder para siempre.

2.
En mis últimas reflexiones sobre la gravísima situación del país lo he señalado sin descanso: la experiencia nos advierte que protestas como las que paralizan al país desde el 12 de febrero, si bien erosionan peligrosamente la posibilidad de gobernar y debilitan considerablemente al régimen, no son suficientes por sí solas para sacar a Nicolás Maduro de Miraflores. Por otra parte, Maduro, a pesar de ser el jefe de un gobierno autoritario y militar con clara vocación totalitaria, tampoco está en condiciones de sofocar por la fuerza las incansables y cada día más amplias acciones del movimiento estudiantil, a no ser que decida darle una patada definitiva a la mesa y exterminar físicamente a los venezolanos que se atrevan a desafiarlo. ¿Conclusión? Una crisis terminal, pero sin solución posible por la vía de la confrontación violenta y nada más.
La fórmula más lógica y evidente de superar obstáculos similares es el diálogo. Por supuesto, Venezuela no sufre aún los efectos devastadores de una guerra civil, pero puede afirmarse que estamos inmersos en una guerra civil de baja intensidad. Ahí están las listas de muertos, heridos, torturados y encarcelados. Datos escalofriantes que hacen dudar, en Venezuela y en el resto del planeta, sobre la naturaleza real del régimen y su respeto a los derechos humanos. No obstante, también es cierto que estamos a tiempo de revisar y corregir esos y otros errores del pasado, comenzando por el pecado original que generó este escenario insostenible, es decir, la desvariada decisión tomada por Maduro de reprimir con violencia las protestas estudiantiles en Táchira, a principios de febrero, cuya única y más bien modesta finalidad era exigirle al gobernador José Vielma Mora mayor protección policial en el campus de la ULA en San Cristóbal, donde pocas horas antes una estudiante había sido violada.
Toca hacer ahora lo que no se hizo entonces. Es perfectamente posible, aunque en una escala mucho mayor, sustituir la violencia represiva contra los estudiantes en las calles de todo el país, por un diálogo que incluya a muchos otros actores políticos y sociales, comenzando por el movimiento estudiantil, que ha demostrado calzar pantalones suficientemente largos para no necesitar la intermediación de los políticos profesionales. Y por dirigentes políticos como Leopoldo López, María Corina Machado y Antonio Ledezma, abiertamente comprometidos con el movimiento estudiantil. Un diálogo que, en efecto, no le ponga condiciones previas a nadie, pero que por necesidad existencial implique, tal como se señala en el primer informe de Unasur al gobierno Maduro, una substancial modificación en el vocabulario de los gobernantes. No se puede aspirar a discutir políticamente una crisis de esta envergadura descalificando al interlocutor. Mucho menos con el abuso sistemático de grupos paramilitares, armas de fuego y gases tóxicos a la hora de disolver legítimas y constitucionales protestas pacíficas de los estudiantes, como también le han advertido a Maduro los cancilleres de Unasur, con la excepción del argentino. La civilidad, al margen de las discrepancias ideológicas, es el primer paso en el arduo camino que debe recorrerse para reconquistar la paz y superar las contradicciones.
Con menos autoritarismo irracional, con un poco de equilibrio y sensatez, renunciando a juzgar como una agresión criminal cualquier posición opuesta al régimen, Maduro podría resolver a mediano plazo los contratiempos presentes. En definitiva, reconocer la existencia de los otros y establecer entre todos un modus vivendi mínimo, aunque sea provisional, es la herramienta más básica de la política, si política es lo que de veras queremos hacer en Venezuela de ahora en adelante.

Carolina Jaimes Branger: ¿Por qué "no bajan los cerros"?

¿Por qué "no bajan los cerros"?
CAROLINA JAIMES BRANGER                      
El Universal. Caracas 31 de marzo de 2014 
Si usted no leyó el artículo de Antonio Herrera Vaillant en El Universal del lunes pasado, le recomiendo que lo busque y lo lea:  http://www.eluniversal.com/opinion/140324/el-pobre-en-su-choza.

Y es que el tema de que "esto" no se resuelve "hasta que no bajen los cerros" está siendo hoy más repetido que nunca. Dice Herrera que la Historia refrenda el hecho de que "aquello que Karl Marx despectivamente llamó "lumpen" jamás inició y propulsó los grandes cambios". Fueron las clases medias. La Revolución Francesa, ejemplo por antonomasia de un proceso de cambios, fue una revolución de las clases burguesas. El pueblo se estaba muriendo de hambre. Y nadie que se esté muriendo de hambre protesta ni se queja... Cuestión de mera supervivencia.

Hablando sobre este tema con mi amiga María Gabriela Santini, médico en terapias alternativas, quien conoce sobre las energías que fluyen en el ser humano, me explicó que el cuerpo humano funciona como un aparato tecnológico, que tiene una parte física y otra parte energética. En esa parte energética existen unos vórtices de energía llamados chacras, que están alineados a lo largo de la columna vertebral y se asocian con estados de conciencia diferentes. Son como una especie de escalera de evolución, donde se sube a medida que se desarrolla cada uno de los vórtices. El primero está relacionado con la supervivencia: la seguridad, la alimentación y el espacio físico. Si uno está permanentemente luchando por cumplir esas necesidades, es muy difícil que se pueda ascender a los siguientes niveles evolutivos. Protestar requiere al menos tener asegurado el tercer vórtice.

Para mí no tiene nada de raro que sea política de Estado mantenernos en ese nivel, pues mientras estemos ocupados en que no nos maten, o en dedicar buena parte de nuestro tiempo a buscar alimentos de la cesta básica o a luchar porque sea respetado nuestro espacio vital, no vamos a ocuparnos en protestar, menos en insurreccionar. Nos quedamos anclados en el primer nivel. Algo similar a lo que describe la Pirámide de Maslow en cuanto a la jerarquía de las necesidades humanas, que tanto se ha usado en marketing. En Venezuela el marketing es político y el régimen no tiene escrúpulos... No es que los cerros no han bajado... es que es un milagro que la clase media esté protestando.

@cjaimesb

Luis de Lion: Estudiantes y clase media

Estudiantes y clase media
LUIS DE LION
RUNRUNES. Caracas, 30 de marzo de 2014

Prácticamente en todas las capitales del país se ha manifestado desde el 12 de febrero. Es una organización horizontal, sin etiquetas políticas, ni sindicales, ni líderes claramente visibles. Facebook, Twitter, Instagram y YouTube los motores de las protestas. Agruparse y expresarse. Las redes sociales le otorgan a los jóvenes algo que los partidos políticos se niegan a darles. Fenómeno que en paralelo, afectó a Leopoldo López y a María Corina Machado, cuando impulsaron la protesta, #12F #LaSalida, lo hicieron fuera de una MUD, empeñada en negarles el espacio.
Al igual que ocurrió en Turquía, Brasil y Ucrania, no son los pobres los que protestan en Venezuela. Son los jóvenes de clase media instruida, la cual no forma parte de la base electoral del PSUV. Aún viviendo en un país que organiza elecciones con exagerada frecuencia, estos jóvenes, no sienten conexión con la élite política en el poder.
Estamos ante una generación que nació después del fallido golpe del 4 febrero 1992, jóvenes apolíticos en su mayoría, que nunca habían protestado. Frustrados por no encontrar un partido que los represente. Su principal reivindicación, denunciar la inseguridad y la falta de libertades en el país del castrochavismo.
Algunos comentaristas, al desestimar la protesta, han quedando en evidencia, porque al igual que el régimen, muestran cuan desconectados están de la juventud del país.
El talante sui generis de la protesta, mientras la represión se hacía violenta, hizo que se adhiriera a ella, de manera abrumadora la clase media. Hoy en las barricadas, vemos esa clase media urbana, conscientes que la lucha será dura y larga. Esa clase media, es la primera en llevar el golpe de la inflación, de la corrupción y de la excesiva intrusión del Estado en sus vidas.
Juntos le quitaron la careta democrática que lucía el régimen de Maduro, mientras exigen, el fin de la injerencia cubana.
Quizá sea la razón de la virulenta reacción de Maduro ante las protestas. Puede que haya comprendido que estudiantes, y clase media, buscan acabar con el modelo político y económico de la oligarquía cívico-militar antillana, fundado entre los miembros de la nomenclatura, el narcotráfico y un poder absolutamente corrompido, que ha lanzado al país entero por el precipicio de una crisis sin precedentes.
Es temprano para hablar de revolución de la clase media, primero tendrá que salir victoriosa de su lucha mortal con el régimen de Maduro, sostenido por La Habana. De lograr el objetivo, se le ofrecerá al país la posibilidad de reconstruirse según los principios sociopolíticos venezolanos.

Raul Benoit: Venezuela, huérfana de Gobierno

Venezuela, huérfana de Gobierno
RAÚL BENOIT
Diario Las Américas. Miami, 31 de marzo de 2014
De acuerdo con la elemental comprensión de Nicolás Maduro, el libertador Simón Bolívar fue “huérfano de esposa”. La cuestión no es que un chofer de bus sea presidente. El problema es que un chofer de bus bruto y su aliado Diosdado Cabello, un militar mediocre y también de dudosa inteligencia, se adueñaron de cargos que deben estar destinados a personas con juicio y razón, sensatez y cordura, que defiendan la justicia y la libertad.

No vale la pena repetir las sandeces con que ellos han salido quedando en ridículo a nivel internacional. Generalmente los dictadores bananeros obran así, a las patadas, atropellando el idioma, las leyes y a la gente de bien.

Si Hugo Chávez fue un bufón, este par de dictadores son payasos vulgares, amparados por unas fuerzas militares cobardes, que prefieren ver a su nación derrumbarse que sacarla del caos, porque están recibiendo beneficios económicos y privilegios.

Sin embargo, hay que admitir que en gran parte de las Fuerzas Armadas hay temor. Ese mismo miedo que los Castro instituyeron en Cuba donde nadie confía en nadie, porque el vecino pudiese ser parte del régimen y efectivamente hay muchos soplones asalariados. Aquí no se trata de que el socialismo sea malo, porque hay gobiernos de izquierda en el mundo que administran bien, de una forma moderada y de la mano de quienes son el motor de la economía de las naciones: la industria y el comercio.

Venezuela es un país huérfano de gobierno, que para sostenerse vendió su dignidad a la maltrecha dictadura cubana y se asoció con narcotraficantes que hallaron en la anarquía un paraíso para enviar cocaína a quienes ellos consideran su enemigo: el imperialismo yanqui. Suena gracioso eso del “imperialismo yanqui”.

A éstos no se les puede llamar líderes. Son delincuentes que tienen de rehén a una nación y el deber es denunciar cómo asesinan al pueblo. Un régimen que para sostenerse se escuda con pandilleros licenciados para matar; chusma que se beneficia asaltando a los ciudadanos.

No son proletarios ni obreros ni trabajadores que luchan para defender una causa social. Son bandidos armados por el régimen para que proteja el desgobierno. Un escudo vil y canalla. No hay peor régimen que el ejercido por la ralea con resentimiento social y humano. Porque en Venezuela no se trata de que los pobres gobiernan. Quienes tiranizan son criminales que usan la fuerza para atemorizar. Esos actos de Maduro y Cabello de utilizar las turbas es también cobardía.

Debemos reclamar la inoperancia de la OEA y su silencio cómplice. Hay que hacer un llamado para que esa organización inútil sea reformada o eliminada. ¿Cuánto dinero se gastan nuestros países en sostener esa burocracia inoperante? Igualmente tenemos que señalar a los países como Colombia que mantienen una posición blanda.

Juan Manuel Santos produce vergüenza, porque los buenos vecinos, aunque sea gritan desde la ventana para denunciar a los ladrones que roban otra casa de la cuadra. Hay que aplaudir a líderes como Marco Rubio, senador estadounidense, uno de los pocos que no ha guardado silencio. Venezuela no sólo está huérfana de gobierno, sino abandonada a su suerte y no debemos callar.