domingo, 23 de marzo de 2014

Diario La Estrella: La OEA sin rumbo

La OEA sin rumbo
Un grave síntoma, que países dependientes de Petrocaribe acallen la voz de María Corina Machado.
Redacción La Estrella de Panamá. Panamá. 23 de marzo de de 2014.
periodistas@laestrella.com.pa

Cuando, en 1989, vivíamos en nuestro país una grave crisis política, luego de la anulación de las elecciones presidenciales del 7 de mayo de ese año por parte del régimen dictatorial encabezado por Manuel Antonio Noriega, el embajador de Venezuela ante la OEA cedió su puesto al representante y vocero de la oposición panameña, para que los otros embajadores de la organización conocieran de viva voz la situación política que se vivía en Panamá. Por ello, en un gesto de elemental reciprocidad, y ante la grave crisis que vive la hermana República de Venezuela, el embajador de Panamá en la OEA pretendió hacer lo mismo con la diputada opositora María Corina Machado, mujer inteligente y valiente, para que esta OEA de hoy pudiera escuchar y ver lo que pasa en la tierra del Libertador Simón Bolívar. Pero no. Se impuso la penosa política del petróleo. Los países del Caribe, en coro con los gobiernos de izquierda, negaron tal posibilidad. Es grave que una organización renuncie a actuar para lo que ha sido creada. Pero más grave aún, como lo denunció la propia María Corina, es que las instrucciones vengan dictadas desde el único país que no es miembro de la Organización de Estados Americanos. Es un síntoma muy grave de lo mal que anda la OEA en estos tiempos. 

Manuel Barreto Hernaiz: El respeto por la rebelión

El respeto por la rebelión
Manuel Barreto Hernaiz
El Carabobeño. Valencia, Venezuela. 22 de marzo de 2014.
barretom2@yahoo.com
“Cuando el poder denuncia irrespeto a su autoridad es porque de alguna manera se siente descubierto y comienza a temer la venida de la resistencia y la rebelión, de allí que no hay cosa más peligrosa que un poder pidiendo respeto….” Freddy Alberto Pérez
De la denominada cínicamente “Mesa de la Paz” llevada a cabo por emisarios del régimen en Puerto Cabello - en virtud que la convocatoria en Valencia resultaba verdaderamente escasa y de poca notoriedad - pudimos escuchar un extracto de la intervención del Rector de la Universidad “Arturo Michelena” donde, palabras más, palabras menos, le solicitaba al Vicepresidente que intercediese ante Maduro para que se instrumentase la “Misión Respeto” con la finalidad de llevar adelante, con el apoyo de las universidades, las investigaciones pertinentes a dar con las causas de la violencia en nuestro país... Tratemos entonces de aproximarnos a la intención del rector Nani.
La palabra respeto nos viene del latín specto, que significa ver; que luego se derivó en respicere, un término que indica una mirada hacia atrás, una mirada atenta, considerada, reflexiva. El respeto es asunto de bien mirar... Y ahora nos preguntamos, al volver la vista atrás, en este convulsivo recorrido de esta agobiante década: ¿Queda alguna duda que esto que hoy nos va quedando de país no sea el resultado de una siembra de odios, resentimientos e irrespetos, una cosecha de 14 años de segregación social, de burlas sarcasmos e ironías llevadas a niveles exacerbados?
El régimen, rector Nani, ha jugado, de manera irresponsable y peligrosa, con la psicología de los ciudadanos, con sus decepciones, frustraciones y emociones, con la expresa finalidad de encauzar cualquier signo de descontento, y desviar la atención, pretendiendo silenciar la realidad del impacto socio-económico en el cual estamos inmersos. El respeto, rector Nani; es uno de los valores humanos que permite la convivencia pacífica de los seres. Significa el no dañar de ningún modo a las personas que nos rodean. Es cuidar de los intereses, derechos, espacios y tiempos que son del otro y que uno también tiene. Es cuidar cosas que uno comparte con otros, que no son propias.
En la antigüedad, el tema predominante en la idea de respeto no era el respeto a la persona, sino el respeto al orden. Respetar no es alejarse, sino saber acercarse. Y este régimen se empeño en partir a la Nación en dos toletes, sin considerar que la cultura ciudadana se basa en el respeto; el respeto por los otros, que no son iguales a nosotros, pero que existen y por lo tanto, debe ser tenido en cuenta. Respeto, por ejemplo, a esos cientos de miles de estudiantes - y particularmente a los 1230 aún detenidos- que se niegan a que les sea expropiado su futuro.
Es un ejemplo histórico que cuando se pierde el respeto, se vulnera el equilibrio y la armonía social y queda libre la vía para un peligroso “laissez faire” sin conciencia legal, ni sustento moral, lo que conlleva al debilitamiento de toda la sociedad, empezando por su gobierno, que deja de ser mirado con respeto para ser considerado un centro de conductas reprobables que no son penalizadas, aunado a que la falta de respeto puede ser la causa de la generación de conflictos y de violencia en diferentes ámbitos de nuestra sociedad; tal como lo hemos presenciado en esa asesina actitud de la GNB y los motorizados del terror.
El respeto por la diferencia no puede significar silenciar la disidencia. La intolerancia, así como el resentimiento y el populismo, se disfrazan a menudo de eufemismo, es decir, de corrección política y de coacción sin medida. Ningún respeto encontramos en la tracalería inconstitucional de convertir el llamado Plan de la Patria en ley, irrespetando la voluntad expresada en el Referéndum Constitucional del año 2007.
Respeto al más sagrado de los Derechos, como lo es el Derecho a la Vida, es lo que se irrespetó en la humanidad de Geraldine Moreno, quien cursaba el V Semestre de Citotecnología en su Universidad, y aún no se tiene respuesta ante tan espantoso asesinato, cometido por un efectivo de la GNB.
En estos momentos, rector Nani, usted puede constatar que resulta una exigencia o un clamor general, el respeto por los derechos humanos, así como por la libertad de expresión y el derecho a la manifestación; y así las cosas, cuando el irrespeto viene dado por parte del gobierno, el ciudadano tiene todo el derecho de resistir y rebelarse. Ya lo decía Albert Camus: “Nada es más despreciable que el respeto basado en el miedo”. El respeto -en principio- debería concatenarse con la máxima que nos indica que la libertad no consiste en obedecer a los hombres sino a las leyes.

Armando Montenegro: La venezolanización de Colombia

La venezolanización de Colombia
Alberto Montenegro.
El Espectador. Bogotá. 23 de marzo de 2014.
Deas detecta en nuestro medio algunas de las condiciones que propiciaron el populismo de Chávez y Maduro que hoy está llevando a Venezuela al desastre.
¿Cuáles son los signos de esa venezolanización? El primero es la petrolización de la vida económica y social. Con los ingresos petroleros Colombia dejó atrás la idea de que era un país pobre y se convenció de que hay dinero para todo. Se ha impuesto la convicción de que la solución de todos los problemas es la plata del Estado. La falta de competitividad se arregla con subsidios o exenciones tributarias, no con innovación y eficiencia. La política social consiste en distribuir cheques y no en asegurar el buen funcionamiento del sistema de salud y la eficacia de escuelas y guarderías. La falta de agua se arregla con un giro de recursos (nadie verifica que se construya o arregle el acueducto). El problema de los fletes se soluciona con paros y bajas de la gasolina (otro subsidio) y no con buenas carreteras que reduzcan los costos. Con la pretensión de hacer justicia social, los magistrados ordenan gastos a diestra y siniestra y se aferran a sus extravagantes pensiones de privilegio. Todos los males se atienden con mermelada. No se trata de crear riqueza y combatir, con seriedad, la pobreza, sino de redistribuir, a las patadas, la renta del petróleo.
El segundo, relacionado con el primero, es la enorme corrupción de los jueces, la policía, el ejército, los contratistas y, por supuesto, los políticos (el creciente problema de la mermelada electoral desanima las disidencias y las nuevas fuerzas sociales). Una parte de la opinión pública, como la de Venezuela de los años ochenta, piensa, en algunos casos con razón, que si no se hacen las carreteras y los colegios o si no funciona el sistema de salud, es porque los dirigentes se roban la plata (incluidos, claro, los del Polo de Bogotá).
El tercer signo es la ostensible desigualdad de la riqueza, fruto, en parte, de la prosperidad del país en los últimos años durante los cuales su economía creció más del 40% y se amasaron importantes fortunas. Millones de personas, ignoradas o rezagadas del tren de esa prosperidad, se sienten excluidas de ese nuevo país consumista.
El cuarto, que refuerza la sensación de suspicacia y desencanto, es el lenguaje áspero y la descalificación mutua de los dirigentes de los partidos (que podría compararse con los insultos que antes se lanzaban los jefes de Acción Democrática y el Copei). Las personas que creen, al mismo tiempo, todos los insultos que se lanzan los dirigentes, podrían concluir que ninguno de ellos es respetable.
Ante la percepción de que el Estado es rico, de que la corrupción está en todas partes, de que la riqueza se concentra en pocas manos, de que no hay líderes serios y pulcros, la gente puede concluir que todo el sistema es ilegítimo, excluyente y cerrado. Y ese fue el caldo de cultivo que en Venezuela favoreció la aparición de un coronel iluminado que se sintió heredero de Bolívar y prometió la redención de las mayorías y la rabiosa destrucción del viejo orden. Esto último sí lo consiguió.
(Esta columna es una versión bastante libre, ilustrada con mis propios ejemplos y comentarios, de una charla del profesor Deas)

Américo Martí: Los círculos dantescos

Los círculos dantescos

Américo Martín.
El Nuevo Herald. Miami. 23 de marzo de 2014.
 
Caída la bárbara dictadura militar de Pérez Jiménez, Mariano Picón Salas profetizó que nunca más viviríamos una situación como esa. La experiencia había sido demasiado dolorosa.
No obstante, las cifras y los hechos demuestran su lamentable equivocación. El sedicente sistema bolivariano arroja cifras insuperables de violación de los DDHH, incluidos asesinatos, represión masiva y torturas brutales. El reputado Foro Penal Venezolano ha certificado desde el 12 de febrero hasta ahora, con pruebas irrebatibles, 1500 detenidos políticos y decenas de torturados y no pocos violados con febril ensañamiento. El maltrato a las muchachas evidencia un perfil de enfermiza perversidad. A una le arrancaron el cuero cabelludo, a otras las desnudaron y arrojaron gasolina, varias con fracturas y el rostro desfigurado. ¿Cuántos gobiernos de la OEA se atreverían a cometer tan grotescos atentados contra la libertad y la integridad de sus compatriotas?
El burdo menoscabo de dirigentes opositores, la última de las cuales, la estupenda María Corina Machado, ha sido condenada de antemano al peor de los círculos del infierno dantesco ¿por un Tribunal que cubra las formas? Innecesario. La hidrofobia no tiene paciencia. El presidente de la AN ya dio la orden de bajar la guillotina. ¡Ah Diosdado! Tus ejecutorias hacen palidecer y temer a tus propios compañeros.
Cuando el presidente Santos clama que jamás apoyará salidas violentas en Venezuela se vale de una –supone él– sutil ambigüedad. Como para que Maduro piense que Colombia lo endosa y la oposición suponga que alude a una violencia abstracta, indiscernible. La carnicera violación oficialista de DDHH no le concierne.
Bachelet dice lo mismo aunque cubre el flanco desestimado por Santos, porque en un calculado “te-doy-te-quito” menciona en volandas los derechos humanos. La oposición debería sentir aquello como un tenue respaldo, y Maduro lo aceptaría solo como principio general. En total, nada. Pero dado lo que se da, podría esperarse que el bestiario oficialista se sintiera insatisfecho porque no obtuvo solidaridad automática ni expresa.
A la perseguida disidencia venezolana, intérprete hoy de una amplia mayoría descontenta, tampoco le bastará tan escasa muestra de compromiso humano. ¡Deberían recordarlo, amigos chilenos, presidenta Bachelet! Durante la noche pinochetista recibieron la más noble e incondicional solidaridad venezolana, cuando la lucha contra las dictaduras era un evangelio popular.
¿Paradoja cómica o trágica? Reconociendo que no es capaz de producir alimentos y justificando tal carencia con el pretexto de la guerra imperial, el señor Maduro se ha aferrado a la célebre libreta de racionamiento cubana
En la Isla nunca hablaron de “racionamiento” sino de “abastecimiento”, como si se tratara de aumentar el consumo y no de limitarlo. Maduro, que en todo imita a Cuba, presenta la suya con ese nombre, pero como no es posible olvidar la exuberancia retórica del fallecido eterno, le añade el cognomento “del buen vivir”. Quiere hacernos creer que ese símbolo de pobreza y prueba de incapacidad es lo que nos faltaba para entrar en el fidelista Mar de la Felicidad.
Aunque el gobierno de Raúl lidera en Venezuela tareas de inteligencia, represión y consejería ideológica, militar, educativa y política, a mí en lo personal en principio no me parece que pueda estar sugiriéndole a Venezuela la adopción de una medida de la que quiere desembarazarse cuanto antes. No sería amistoso con un aliado tan útil inducirlo a hacer algo que allá decidieron liquidar como parte de los “lineamientos de política económica y social” aprobados en el VI Congreso del PCC de abril 2011. Porque la destruida economía socialista cubana necesita una muy severa inyección de mercado.
Mucho hemos estudiado cómo eliminar la libreta pero es complicado quitarla de un golpe, dijo el ministro Marino Murillo, zar de la economía y alma de la reforma raulista.
En Cuba decidieron acabar gradualmente con aquella frustrada medida “igualitaria”. Les resulta imposible gastar mil millones de dólares anuales para sostener la libreta y no tienen manera de elevar la producción en el corto plazo. Su anunciado aperturismo va a contravía de la sequía productiva hostil a la inversión, aplicada por Chávez y empeorada por Maduro. Allá pues están eliminando la libreta al tiempo que aquí la adoptan.
Este paso lo da el zarandeado gobierno de Maduro porque su insostenible modelo fracasó. Sin saberlo –no es lo único que ignora– está honrando el ácido comentario de Churchill sobre el socialismo leninista: es la crónica distribución de la miseria.
Pero la comicidad de este gobierno no tiene límites. Le “vende” la libreta a los venezolanos como mecanismo de exclusión y la adorna con ilusorios premios para quienes acepten sin quejarse el opresivo mecanismo.
Cuba importa ocho de cada diez alimentos que consume. Venezuela, ídem. Cuba destruyó su aparato productivo. Venezuela, ídem. Pero Cuba no tenía dólares y a Venezuela le sobran en prueba de la aguda inviabilidad de su sistema y la asombrosa incapacidad de sus dirigentes.
En fin, Raúl quiere salir del hueco y por eso dejó de cavar, en tanto que Maduro se aquerenció en el hueco y sigue cavando.
Fiel maniático del espionaje y el control represivo, el disparatado gobierno madurista ordenó crear un censo de huellas dactilares en PDVAL, Mercal y los abastos bicentenario. Subsidiarias listas Tascón, por si acaso.
Queriendo pegar con plastilina sus minados programas sociales, la tarjeta servirá para participar en la endeble Misión Vivienda, gozar de carros que nadie produce hoy y de planes turísticos en los escombros de la demolida revolución.
¡Luminoso futuro! Sin embargo podemos darlo por seguro si recordamos que a diferencia de Antonio Gramsci, para Maduro la mentira siempre es revolucionaria.

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Fausto Masó: La necesaria gran alianza popular

La necesaria gran alianza popular
El Nacional. Caracas. 23 de marzo de 2014.
Fausto Masó
No cobran por soñar, por imaginar marchando hombro con hombro a estudiantes sin futuro junto a trabajadores de los barrios. Los estudiantes no limitan su tarea a superar el régimen de Maduro, su meta es forjar una alianza policlasista, porque poco se ganará con un simple cambio de régimen sin haber creado antes esa alianza popular. Caso contrario nos tocaría el destino argentino, la sobrevivencia del chavismo, el peronismo del siglo XXI, como ocurrió en el sur. En resumen, la tarea del país es transformar el sentimiento de justicia que inspiró al chavismo en una alianza popular, dejar atrás el discurso del PSUV. No es tan difícil con Maduro en el poder

Según el INE el desempleo llegó en enero al 9,5%, hay un caldo de cultivo peligroso para el gobierno en los barrios de desempleados y de venezolanos que reciben el peor salario mínimo de América Latina; los colombianos nacionalizados venezolanos que visitaron su país natal en diciembre volvieron deprimidos, al ver la abundancia en los anaqueles de los comercios en Colombia, y comparar el poder adquisitivo en ese país con el venezolano. El desempleo es el resultado de la guerra económica, de la persecución a los principales empleadores del país: los comercios en vez de aumentar su personal en diciembre lo redujeron.

Al hablar con dirigentes estudiantiles impresiona su estatura política. Saben que esta lucha es larga, quieren dirigir su mensaje a los barrios; organizan asambleas populares en las zonas populares, conocen de primera mano la miseria de los trabajadores, privilegian en su discurso los temas que llegan al pueblo. No hablan de salidas ni de militares salvadores. No tienen miedo de dialogar con el gobierno, porque para ellos dialogar no es negociar, ceder en sus posiciones, dejar de exigir un cambio en el modelo económico, por ejemplo.

Según las encuestas Maduro anda en caída libre. La inmensa mayoría de los venezolanos reconocen que el país anda mal, critican las colas, la carestía, los sueldos de hambre, el modelo económico. El tema social es la gran debilidad oficial, porque mientras hablan de grandes avances un venezolano paga 10 y 20 veces el precio oficial de la bombona, y lo mismo ocurre con el cemento, la leche, etc... Los estudiantes saben que les espera al graduarse el desempleo, la inseguridad y el hambre, que ya sufren los habitantes de los barrios donde abundan dirigentes formados, capaces de expresarse con claridad, cultos. Los intereses de estudiantes, trabajadores y de los marginales coinciden frente al enemigo común: el modelo económico.

Por su parte, el gobierno seguirá hablando de paz y disparando, cuida su imagen internacional y aplasta a sus oponentes, aumenta la cantidad de muertos, asalta las universidades, dispara contra los edificios, no cesa de dar palos de ciego en su política económica, no cumple los acuerdos con los empresarios como la fianza para participar en el Sicad 2, empeora el desabastecimiento porque persigue a los transportistas como ocurre en Táchira y Mérida. Cambiará su política monetaria para conseguir más bolívares al precio de una devaluación brutal, pero ya cierran los centros comerciales, aumenta el desempleo y en las marchas que se organizan por el interior de Venezuela en especial participan los habitantes de los barrios, esa alianza popular entre los estudiantes y los pobres ocurre ya en los hechos. Le queda ahora a los políticos apoyarla, darse cuenta de que la salida para el país a largo plazo consiste en el surgimiento de esa nueva conciencia popular. El gobierno se limita a disparar y a perseguir a sus adversarios políticos, su gran argumento ideológico es la prisión de Ramo Verde.

A soñar, pues, a imaginarnos una gran alianza popular de estudiantes, obreros y de políticos, para rescatar a los barrios de la miseria y devolverle a los que estudian la ilusión de un futuro. Esa sería una bandera, quizá la única posible en la Venezuela de hoy, expresada en un lenguaje que trascienda el discurso de los economistas, claro.

Alberto Barrera Tyszka: La verdad según Diosdado

La Verdad según Diosdado
Alberto Barrera Tyszka
El Nacional, Caracas. 23 de marzo de 2014.
Empecemos, diputado Cabello, por lo obvio: ¿por qué un grupo de ciudadanos, una comunidad o un país se ve obligado a recurrir a una “comisión de la verdad”? No es común. Es un procedimiento tan poco natural como una terapia de pareja. Aquellos que normalmente deberían convivir en armonía necesitan de pronto un procedimiento externo para resolver sus problemas, para alcanzar un acuerdo. Las partes en conflicto han llegado a un punto donde parece genuinamente inviable acceder a la objetividad o al equilibrio. No se trata de que no exista la verdad. Se trata de que resulta imposible encontrarla y compartirla.
Por eso mismo, quizás el punto de partida sea un traspié. No es la Asamblea Nacional el mejor lugar para elegir y designar una comisión de la verdad. No solo porque es un espacio dominado por una de las partes, sino porque es un espacio donde se ha ejercido el poder silenciando al otro. Usted toca un botón y el otro desaparece. Su voz impone conclusiones e insultos sin ningún protocolo. Déjeme recordarle que el pasado 25 de febrero usted comenzó la sesión llamando “cobardes y asesinos” a los parlamentarios de la oposición. Sin que nadie pudiera contestarle, replicarle, desde las alturas del micrófono, usted sentenció: “Aquí hay un grupo fascista, de esa oposición que está ahí”. Y los señaló y dijo que eran “unos asesinos que están en las guarimbas asesinando venezolanos”. Sin mostrar ni una sola prueba. Su verdad no necesita evidencias. Usted cree que su lengua es un dogma nacional.
¿Por qué la oposición debe participar en una comisión en la cual es minoría y la verdad ya está decretada? No tiene sentido. Voltee la situación y piénselo de otra manera. Póngase en el lugar del otro ¿Participaría usted, junto con Tania Díaz, en una comisión donde los otros miembros fueran María Corina Machado, Miguel Pizarro y Eduardo Gómez Sigala? No lo creo. Por eso la Comisión de la Verdad constituida esta semana en la AN es un chiste. Es un monólogo. Todos sus miembros ya tienen una verdad previa. Earle Herrera, por ejemplo, dijo en su programa de televisión que en Venezuela había desaparecido la tortura desde el mismo momento en que Chávez había llegado a la Presidencia. Tal fervor religioso inhabilita cualquier tipo de pesquisa o investigación. Es una comisión que ya posee un juicio, que no tiene ni siquiera dudas, que no va a buscar nada porque ya lo sabe todo. No necesitan oír testimonios. Solo desean oír confesiones.
El socialismo del siglo XXI ha terminado resultando aún más salvaje que el neoliberalismo. Ustedes han privatizando la verdad, diputado. ¿No podría entenderse de esta manera lo que ocurrió en la OEA esta semana? El poder del gobierno sirvió para invisibilizar una versión de nuestra realidad. ¿Cómo ponderar el juicio que usted ha emprendido en contra de Teodoro Petkoff y del diario Tal Cual? Esa maroma legal, llena de sombras y totalmente desproporcionada, ¿no es acaso una forma de reprimir la pluralidad y cercenar las posibilidades de la verdad? Todo esto sin mencionar la cantidad de verdades que distribuyen sin rendir ninguna cuenta: todavía esperamos que nos muestren los ocho terroristas internacionales que –según el gobierno y según Telesur– fueron detenidos en la plaza Altamira.
El 10 de febrero usted dijo: “La oposición lleva la violencia en los genes (…) Leopoldo López prepárate para mandar a asesinar a un poco de gente. Ese es un cobarde que se esconde detrás de los estudiantes”. Dos días después, en los sucesos que originaron toda la tragedia que vivimos, hubo tres muertos. Hasta este momento, los únicos posibles responsables que tiene la Fiscalía General son tres funcionarios del Sebin. En sus disparos se inició todo. Por eso usted, diputado Cabello, no puede presidir ninguna comisión de la verdad. Porque cualquier comisión de la verdad, medianamente sensata e imparcial, debería también interrogarlo a usted, debería preguntarle cómo y por qué sabía lo que iba a pasar, cómo y por qué no hizo nada para detenerlo.

Carlos Blanco: Tiempo de Palabra del 23 de marzo de 2014

Tiempo de Palabra
CARLOS BLANCO |  EL UNIVERSAL
domingo 23 de marzo de 2014  12:00 AM
Insaciable bestia parda
El régimen argumenta que la oposición anda en planes malévolos como si querer el reemplazo del procerato rojo lo fuera. Sólo este chavismo en su fase de descomposición anda en el plan malévolo delautogolpe. Ya llegó al punto en que dejó de importarle la apariencia democrática que Chávez se esmeró en conservar aun cuando sacara la cachiporra con la izquierda. Nicolás Maduro no tuvo la capacidad de hacer ese juego de cintura de su padrino, porque nunca ha sido un jefe sino, apenas, el administrador roñoso de una herencia disputada; carece de recursos políticos, de visión, de capacidad de juego, de muñeca suelta para maniobrar; en vez de buscar tácticas novedosas en su inédita sabiduría política busca imitar al mentor y lo hace muy mal. Tal vez no sea incierto que peregrina a la tumba del fallecido monarca a buscarle conversación a ver si en una de ésas le dice algo, una voz que lo guíe y resuelva sus incompetencias; y no es de dudar que lo haya escuchado alguna vez soplándole: "¡Nicolás: eres un error de la historia!"

El causahabiente juega un juego suicida: intentar obligar a la oposición que acepte su reinado imperial o, de lo contrario, promete suprimirla. Este heredero sin mérito actúa sin cordura porque está literalmente colgado de la brocha de la represión; no puede aceptar disputa alguna de su poder porque siente que se cae: cuando no lo derriban los de afuera, vienen los vahídos por las intrigas de los de adentro.

Es un hecho crucial para el chavismo y para las fuerzas democráticas saber que el régimen ha enloquecido en su conducta represiva. Las capas de la cebolla se han desprendido; cada una de las coartadas democráticas se ha desvanecido, y después de desollar las instituciones no queda nada, sólo el gas y la metralla, la prisión y las fieras togadas. Nicolás de tanto dialogar con la muerte se ha convertido en su mensajero. Su debilidad es lo que permite el cogobierno de Diosdado Cabello. No es que el uno disienta del otro, lo que ocurre es que los dos, al lado del tercer jugador que se ha colado en el mando -Miguel Rodríguez Torres- dan órdenes como si hubiese una junta de gobierno y no la vaga pretensión presidencial del ungido.



CAÍDA Y MESA LIMPIA. La prisión de Leopoldo López, el encarcelamiento de los alcaldes Ceballos y Enzo Scarano, y la delirante idea de allanarle la inmunidad a María Corina Machado para luego apresarla, podrían ser manifestaciones de la pérdida total de la cordura. En realidad parece más bien el intento postrero de evitar la licuefacción de un régimen que perdió cualquier amago de solidez.

El poder se les desliza de las manos y no comprende que la calle alzada es la cosecha de lo que el régimen labró a ciencia y paciencia por años. Son las humillaciones de los empleados, las listas de perseguidos, las prisiones arbitrarias, los crímenes impunes, la robadera descarada, las desigualdades profundizadas, las escaseces multiplicadas, el miedo convertido en compañero de los ciudadanos, y las penas acumuladas, lo que ha generado esta explosión social. No es un hecho fortuito sino capas sedimentarias de iniquidad y desprecio, de vilezas repartidas desde arriba, lo que estalla. El que no entienda esto en el Gobierno o en la oposición no entiende nada.



LA VIOLENCIA. La oposición, en ninguna de sus formas, ha propuesto una estrategia violenta para la salida del régimen. La violencia que se ve es producto de la represión extrema de quien ya no puede sostenerse con ciertos barnices de legitimidad.Esta conducta destinada a aplacar, asustar y castigar, exacerba la protesta. La ciudadanía traspasó el umbral del miedo y cuando se llega a este borde, los represores pierden el control: la muerte, la cárcel, la amenaza, dejan de tener el efecto disuasivo en el que habían confiado.

La delirante represión de las semanas que corren es un brote pestilente de los intestinos ideológicos del régimen. No es nuevo el fenómeno aunque sea más virulento. Tal es el código genético del Orden Rojo; no sabe actuar sino con violencia y a su través, lo que va desde el lenguaje descalificador, machista, humillante e indigno, hasta las balas que dispara y matan. La respuesta de la sociedad civil ha venido desde la entrañas de ese continuo estado de sitio y de represalia. Es como si se hubiese dicho ¡no más! ¡Nunca más!



LA DIRECCIÓN. Entender que ha emergido una fuerza de las entrañas de la sociedad es condición para poder acompañar el proceso. Los intentos de "dirigir" a través de maniobras como la del diálogo con el gobierno o la nonata y mentirosa "comisión de la verdad" no sirven para nada. Así como el gobierno no puede controlar el río de la protesta tampoco puede hacerlo nadie en nombre de la oposición. Esto no quiere decir que la protesta no tenga objetivos o dirección; los tiene, se han ido articulando de manera compleja, los líderes están allí, brotan como hongos de universidades y liceos, de gremios y partidos, sí y también de las barricadas; manan de los aciertos y los errores; hasta la propia violencia de esas barricadas puede servir para dar paso a la protesta civil y pacífica de los mayores, tal como aconteció hace pocos días en la Plaza Altamira.



LA UNIDAD. La unidad electoral se produjo a través de la MUD. La unidad para el reemplazo constitucional del régimen se da ahora en la calle y bajo las atmósferas de presión que ésta porta. Cada proceso ha tenido su tiempo y su ritmo; el de estas semanas está signado por la decisión de enfrentar la represión, desmontar la trampa del diálogo gubernamental y la necesidad de abrirle camino a las ansias de cambio que se guarecen en la ciudadanía. La calle, en su pasión y convicción, ha creado el ambiente para una unidad superior, que se desmarca de los conciliábulos y las maniobras, y se abre a la participación. La calle no es violencia sino el encuentro, el lugar de la ciudadanía, de la palabra; es el espacio fraterno, juvenil aunque contenga adultos y superadultos, en el cual se prefigura la libertad y la democracia por venir.

Leopoldo López, María Corina Machado, los alcaldes Daniel Ceballos y Enzo Scarano, Ramón Muchacho y David Smolansky, Gerardo Blyde y Antonio Ledezma, los estudiantes, los ajusticiados, torturados, apresados y perseguidos, gaseados, los padres, hermanos y amigos de los caídos, son símbolos de esta fase dura de la lucha. Ahora hasta los que no querían ver tendrán que admitir que un nuevo tipo de dictadura se ha apoderado del país; por su parte y sin que algo parecido a la vergüenza los asalte, los magistrados y generales, los ministros y policías, rubrican por unanimidad el estado de excepción y el cese de la libertad. Paradójicamente, podría ser el instante en que esté más cerca su recuperación.

Mientras brotan estas palabras se oye como un escándalo universal el silencio impuesto a María Corina en la OEA.

Twitter @carlosblancog
www.tiempodepalabra.com

Marta Colomina: Maduro insomne, delirante y sin máscara

Maduro insomne, delirante y sin máscara

La verdad verdadera es que Maduro ha perdido apoyo popular y devenido en dictador

 
 
MARTA COLOMINA |  EL UNIVERSAL
domingo 23 de marzo de 2014  12:00 AM
Maduro no es hábil para mentir, aunque miente todo el tiempo. No engañó a la periodista de CNN al decir que "dormía como un bebé", porque su rostro desencajado, párpados hinchados, creciente iracundia y cada vez más torpes y dictatoriales decisiones son indicadores de su insomnio. Las órdenes cubanas no le están dando el resultado esperado. No se explica por qué cuanto más reprime, más crecen las protestas y más se le enreda el país. Para el jueves 20, ya eran 31 muertes y más de 500 heridos en hechos relacionados con las protestas, 80% de civiles. Maduro se adhiere al ritornello de que los asesinatos, causados por sus huestes, son ejecutados por "la derecha fascista". Lo reiteró con la muerte del obrero del municipio Libertador en Montalbán, quien quedó atrapado en un tiroteo entre motorizados oficialistas, según dijeron a los medios vecinos del sector. Al igual que los recientes asesinatos de Valencia. El miércoles más de 20 facinerosos, autoidentificados como "colectivos", portando lacrimógenas, tubos y con las cachas de sus pistolas, golpearon brutalmente a los estudiantes que asistían a una asamblea en la Facultad de Arquitectura de la UCV (dejaron más de 18 heridos). Los obligaron a desnudarse, robaron sus pertenencias y vejaron a las mujeres. Los ciudadanos exigen desarmar a estos terroristas, pero el tsj (con minúscula) y la fiscalía, omiten toda acción contra ellos. Su tarea no es perseguir el delito, sino reprimir a la disidencia, como hizo la Sala Constitucional con el alcalde Scarano. Ni se inmutan ante el comunicado de todas las Academias nacionales rechazando "el desconocimiento absoluto de la ley" en las protestas. El rector Vicente Díaz lo dijo claro: "el tsj deja sin efecto la soberanía popular ejercida con el voto". Eso significa que el tsj dio un golpe de Estado a solicitud de Maduro.

Nadie ha creído, dentro o fuera de Venezuela, que la decisión del tsj de poner preso "por desacato" y despojar de su cargo de elección popular al alcalde de San Diego, Enzo Scarano, -todo en un solo día- sea una medida "ajustada a derecho", sino la prueba de una "justicia" hecha a la medida de la prisa dictatorial. "La sala Constitucional botó por la ventana los criterios que defendió 12 años en la tramitación del desacato", dicen los juristas. Tan lacayunos son que, a minutos de la destitución de Scarano, ya las jinetas del apocalipsis electoral anunciaban la convocatoria a comicios para elegir nuevo alcalde y Maduro ordenaba la intervención de la policía de San Diego. La noche del jueves los "colectivos" saquearon a su gusto los comercios de San Diego, sin que apareciera ni un GN ni un policía. Con Daniel Ceballos, carismático alcalde de San Cristóbal, Maduro no necesitó la máscara servil del tsj. El Sebin lo capturó en Caracas, sin orden judicial, aprovechando su presencia en la reunión de alcaldes de la unidad democrática. A Maduro le urge borrar del mapa político a todos los alcaldes opositores para allanar la vía a las comunas "elegidas" a dedo y anunciadas en el "Plan de la Patria". Ya presos Scarano y Ceballos, amenazó con "elecciones en el municipio Chacao" y "poner preso al alcalde" Ramón Muchacho. Dice Maduro que "hay material que lo incrimina en la desestabilización", cosa incierta. De la conducta cívica de estudiantes y alcalde hay videos y testimonios múltiples, a diferencia de la GN y de los motorizados rojos que causaron enormes destrozos en Chacao.

El barniz democrático con el que Unasur pretende maquillar a Maduro está llegando tarde. En su régimen ya no hay espacio para los simulacros: esta es una dictadura sin máscara. Lo prueban el plan de sacar a María Corina del Parlamento (fue la más votada), lo que obligó a la Unión Interparlamentaria Mundial a acordar el envío de una delegación a Venezuela; la "comisión de la verdad" integrada solo por diputados rojos con el propósito de legitimar la violación de los DDHH; la arremetida criminal contra las marchas pacíficas estudiantiles; las torturas documentadas por las ONG, tales como obligar a los jóvenes detenidos a realizar felaciones, o a una estudiante detenida menor de edad a comer sustancias fecales, entre otras perversiones propias de una dictadura, que desmienten a la ministra de la Defensa, cuando dice que en la FAN "no somos represores".

En medio de la mayor crisis económica y política que recuerde Venezuela -con escasez e inflación siderales, violencia incontrolable y represión a la disidencia- el delirante Maduro dice que "nosotros somos el poder popular, con poder político y poder económico". La verdad verdadera es que Maduro ha perdido apoyo popular y devenido en dictador de un país en ruinas, con petróleo a $100 el barril y una ciudadanía en protesta viva.

mcolomina@gmail.com
 

Luis Ugalde: Zanahoria y Garrote

Zanahoria y garrote

 
LUIS UGALDE |  EL UNIVERSAL
domingo 23 de marzo de 2014  12:00 AM
Así pensó el gobierno: a estos niñitos blanquitos y sifrinos los metemos en cintura con un poco de garrote y mucha zanahoria; adelantamos el carnaval regalándoles dos días más de fiesta, disfraces, papelillo y playa. Pero no resultó, pues fracasa quien infravalora al adversario. Fracasó por demasiado infantil. Fracasó también el cuento del lobo feroz del golpe de Estado, cocinado y dirigido por el Imperio y Uribe. La gran mayoría no se lo cree, aunque es obvio que Uribe y ciertas esferas estadounidenses celebrarían la caída del gobierno venezolano.

Llama la atención que hasta sesudos analistas cayeron en la simpleza de devaluar las protestas porque se limitaban a estudiantes y clase media. Los marxistas saben que de esos sectores y actores sociales se nutre la "vanguardia  del proletariado" y que Lenin y Trotsky no eran vendedores ambulantes de Carapita. ¿Pero, acaso  Bolívar, Sucre, Miranda y José Félix Ribas eran peones de las haciendas de Panaquire, y el Che Guevara y Castro guajiros cortadores de caña? ¿El carnaval de la Generación del 28 que sembró el fin de la dictadura gomecista (aunque el desenlace tardara una década) no fue obra de pocas decenas de jóvenes privilegiados acompañados con menos de mil universitarios? Una cosa es quién activa el detonante, y otra qué malestar encarna esa protesta y de qué esperanza nacional está preñada.

La táctica de que el agua y las bombitas de carnaval son nuestras primeras necesidades "revolucionarias", no apagó el fuego de la protesta, y el gobierno decidió radicalizar la represión con el chorro violento de la "ballena" y del "rinoceronte", las bombas de lágrimas y las balas de muerte con guardia, policía nacional y paramilitares juntos. La  disciplinada actuación de estos a las órdenes del gobierno mereció que éste se felicitara por el "comportamiento ejemplar de los colectivos". Pasados 40 días y 40 noches de desierto y penitencia, con una treintena de muertos, con 300 heridos y más de 1.500 detenidos, el gobierno continúa semiparalizado y deteriorándose por los cuatro costados.

¿Para qué reprimir?

La Cuaresma no es solo ayuno y privaciones, sino reflexión y cambio de vida. El gobierno tiene delante opositores de tres tipos: los millones que son imprescindibles para que esto sea una democracia y para producir soluciones a la gravísima y creciente emergencia, cientos de miles que están legítimamente en la calle exigiendo cambio de gobierno o en el gobierno y una minoría que ve la violencia como imprescindible para el golpe de Estado necesario. Si el gobierno convoca a "diálogo" a unos líderes de la oposición para dividirlos, fotografiarse con ellos y despacharlos vacíos y desprestigiados ante millones de irritados opositores, los demócratas inteligentes no se prestarán a esa comedia. Con represión brutal, violaciones permanentes y sistemáticas de la Constitución y la falta de respeto y criminalización de la protesta, el gobierno bloquea toda posibilidad de diálogo, sigue echando gasolina a la candela y fortalece a la minoría violenta. Mientras hablan las armas, la represión y las violaciones de derechos humanos, disminuyen los espacios de diálogo que el gobierno afirma querer abrir para trabajar soluciones y quitar fuerza a la desesperación violenta.

En España, antes de la guerra civil, la falange fascista, de jóvenes armados para el choque callejero, era una pequeña minoría opositora y en el otro lado los comunistas tenían muy poco peso en el gobierno de la República. Pero la guerra polariza, alienta los extremos y bloquea todo diálogo, y a los dos años de guerra, los militares y la Falange dominaban en la derecha y los comunistas con el apoyo de Moscú en el gobierno; en ese momento dialogar con el enemigo era exponerse al paredón por traidor. Así fue hasta la derrota total y rendición incondicional de la República, con medio millón de muertos en la guerra y postguerra inmediata, otros tantos exiliados y 30 años de dictadura con miseria. Todo por falta de visión en el inicio, de diálogo tolerante y negociación madura con resultados.
Fracasó en estos días la táctica gubernamental de "zanahoria y garrote" porque los estudiantes no son burros y en un mes han logrado más que en los cinco años anteriores en inteligencia política, movilización y solidaridad de la población, que los afirma cada vez más como representantes de sus aspiraciones. También ha fracasado la táctica de represión brutal, pues la "sangre de mártires es semilla" multiplicadora de luchadores de todos los sectores y edades por la libertad y la vida digna. Se quiera o no, solo el diálogo serio, respetuoso y urgido de logros concretos es vía para empezar el cambio inevitable. Tampoco le sirve al gobierno la táctica de ganar tiempo, pues éste juega contra él, a causa de su iluso e insostenible modelo y de su política económica suicida, que avanzan haciendo estragos. Cambiar democráticamente es de vida o muerte para el gobierno y para el país.

lugalde@ucab.edu.ve

Carlos Romero: Nunca es Tarde

Nunca es Tarde
CARLOS A. ROMERO. |  EL UNIVERSAL
domingo 23 de marzo de 2014  12:00 AM
La democracia venezolana ha perdido parte de su patrimonio en estas últimas semanas. No sólo se rompió el eje institucional que la MUD había programado como su hoja de ruta, sino también los fundamentos del Estado de Derecho que han sido parcialmente calcinados por una práctica gubernamental cada día más alejada de sus bases constitucionales.

La violencia y no la paz, la represión y no la inclusión, el hacha y no el libro son las coordenadas visibles por donde transita una sociedad congestionada.

Un observador pudiera acercarse a la situación nacional con muchos perjuicios, percepciones negativas, dolores de cabeza y hasta con compasión, lo que lo llevaría a propagar la idea trasnochada de que lo que se perdió pudiera rescatarse automáticamente sin fisuras. Pero de igual modo, un observador con picardía, con odio o simplemente con un perfil oportunista pudiera plantear que finalmente se llegó al infierno y sin un boleto de retorno.

Ambos, absolutamente ambos personajes llegarían a la tajante conclusión que el país está dividido en dos, que 2 proyectos de país chocan constantemente; que, en fin, uno menos uno es igual a cero.

Empeñarse a observar a la nación de esa manera, distrae, distorsiona, oscurece y paraliza. Esto le ha servido al Gobierno en sus propósitos polarizantes, al tiempo que va poco a poco echándole ácido a la Carta Magna y arrinconando a quienes creen que no todo está perdido.

Es posible. En Venezuela tenemos los suficientes recursos humanos y materiales para redimensionar a la nación con base en el rescate de nuestros activos democráticos. No sólo se trata de retomar la Constitución sino de procurar un diálogo sincero entre factores que no transiten por la violencia y por la ortodoxia.

Este mensaje no es muy fácil de transmitir. Hay demasiados obs- táculos e intereses de por medio. Pero creo sinceramente que es posible tantearlo, antes que sea tarde, antes de que se arrepienta el de allá y el de más acá.

romecan53@hotmail.com

Rafael Poleo: Los amigos de Maduro