Hoy hay abundante información sobre el primer día de cierre de la frontera que ocurrió ayer. El Nacional: “Colas de cuatro horas causó el operativo de cierre fronterizo. Desplegados 17.000 militares contra el contrabando.” Y llama la atención esta cita: El alcalde del Municipio venezolano, Alejandro García, se quejó de que la medida no fue consultada con las autoridades locales ni con los habitantes.
Esto que declara el alcalde García es quizá una de las características más fuertes y recurrentes del proceder del régimen y en particular del señor Maduro. Éste, por más que suele decir que va a convocar a un debate para discutir esto o lo otro, en rigor no consulta. Aquí se procede a la macha, a la brava. Aquí se procede sin consultar con nadie, ni con las autoridades locales ni con los habitantes, como denuncian en el caso puntual de la frontera tachirense, y tampoco se da en cualquier otra circunstancia de la vida nacional. Así procede a la macha, a lo caudillo, el presidente que se hace llamar “presidente obrero”.
Habíamos leído en estos días que Maduro en rigor nunca fue obrero, aunque si se destacó como dirigente sindical en el Metro. Pero, paradójicamente, una de las características de su proceder gubernamental es que no se las lleva bien con los obreros. Para muestra, dicen, basta un botón. Pues en este caso es un botón que ya está tiznado de sangre. Leo en el Diario 2001: “GNB paró a los obreros. Dos trabajadores resultaron heridos luego de que efectivos de la Guardia enfrentaran con gas y perdigones a la manifestación realizada en Puerto Ordaz.” El Correo del Caroní, en Ciudad Guayana: “Gobierno acciona su fuerza militar para acabar con protesta en Sidor. El Ejecutivo nacional intenta resolver la aguda conflictividad laboral en la acería a fuerza de bombas lacrimógenas y perdigones, dinamitando cualquier posibilidad de restablecer las negociaciones con Sutiss”. Y se destaca una cita de José Luis Hernández, el presidente de Sutiss: “Presidente Nicolás Maduro, salga de Miraflores y venga a escuchar a los trabajadores que hoy lo estábamos esperando (…) el pueblo quiere es inversión, que bajen el alto costo de la vida, que metan presos a los que están robando y que metan a la GNB en las comunidades para que desarticulen a los armados”.
A propósito de esta convocatoria a Maduro, no solo este dirigente sindical lo convoca, también lo hace la diputada al Parlatino, ex ministro del gobierno de Chávez y prominente dirigente del PSUV -todavía-, Ana Elisa Osorio. Ella le habló a Maduro a través de su cuenta en Twitter: “Presidente Maduro desmantele las mafias de Guayana, ustedes saben quienes están detrás de ellas y no son los trabajadores. ¡Chávez Vive!” La señora Osorio disparó hondo, este sí es un torpedo a la línea de flotación.
Pero sospechamos que Maduro no irá a Ciudad Guayana, en su lugar prefiere mandar las tanquetas cargadas de perdigones y lacrimógenas.
Recordarán que en el aniversario de la Guardia Nacional Bolivariana, aparte de felicitar las “heroicas acciones” de los guardias nacionales contra los estudiantes y manifestantes en los primeros meses del año, anunció que vendrían más tanquetas y más lacrimógenas y más perdigones. Provea ayer destacaba: “El gobierno está sospechando, teme que vendrán más manifestaciones”. Con la pésima gestión gubernamental que están llevando adelante es obvio que esperan cada vez más indignación popular. Y a más indignación popular, un gobierno de tan pocas opciones y con tan escaso talante democrático, sólo brindará más y más represión.
Por ello bien acota el Nuevo País que las fotografías que vienen de Sidor nos recuerdan, con las tanquetas blancas, los manifestantes y las humaredas, las fotografías de tantas ciudades del país en los primeros meses del año. Ahora las victimas no son los estudiantes sino los obreros. La geografía ha cambiado un poco pero la represión es la misma.
César Miguel Rondón
El polvorín de Sidor
El Nacional. Caracas, 13 de agosto de 2014