El clima pre-electoral venezolano para los comicios legislativos del 6 de diciembre de este año, no podría ser peor. Tan mal está la situación que ya muchos dentro y fuera del país empiezan a dudar que estas importantes elecciones, en las que las fuerzas opositoras tienen por primera vez desde que llegó el chavismo al poder en 1999 la oportunidad de lograr una mayoría contundente en la Asamblea Nacional, se vayan a llevar realmente a cabo.
Para algunos, las elecciones serán pospuestas por el oficialismo para una fecha más conveniente, tal vez después del 15 de diciembre cuando la escasa clase media que queda en el país esté de vacaciones. Para otros, serán simplemente suspendidas por el gobierno ante la excusa del clima de caos y desorden nacional, que en gran parte es propiciado por la misma cúpula gubernamental.
Y en efecto, Nicolás Maduro y su régimen militar parecen estar haciendo todo lo posible por terminar de lanzar a Venezuela al abismo de la anarquía, el caos y la violencia y, como siempre, echándole la culpa de ello a la oposición democrática venezolana y al “imperialismo yanqui”, al cual no cesa de buscar para dialogar y venderle el poco petróleo que le queda para exportar.
De allí las múltiples acciones fraudulentas que realiza cara a las elecciones parlamentarias. Así vemos, por ejemplo, que mientras el Consejo Nacional Electoral (CNE) no acepta la inscripción de candidatos inhabilitados arbitrariamente por la Contraloría General de Venezuela, permite la inscripción de numerosos miembros del Partidos Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y funcionarios del régimen que no cumplen con los requisitos para formalizar su inscripción.Hasta la esposa del presidente Maduro, Cilia Flores, que está residenciada hace años en Caracas y por tanto no debería postularse según el artículo 188 de la Constitución Nacional, ha sido aceptada como candidata en el Estado Cojedes. Dicho artículo constitucional establece con claridad que uno de los requisitos para poder inscribirse como candidato a diputado, es haber estado residenciado durante cuatro años seguidos en la zona que se intenta representar antes de la fecha de la elección.
Las mismas inhabilitación de candidatos opositores sin razón y causa justificada, dejan en evidencia la clara intención gubernamental de imponerse nuevamente por la vía fraudulenta en los comicios parlamentarios. Fue el caso de María Corina Machado quien asistió a la Junta Regional Electoral del estado Miranda para inscribirse como candidata a diputada por ese estado pero el CNE se negó a inscribirla, afirmando que está inhabilitada para ejercer cargos públicos, cuando ese organismo no puede negarse a hacerlo ya que la sanción impuesta por la Contraloría contra ella es administrativa y no política, por lo que sus derechos políticos están intactos, a menos que exista una sentencia firme de un Juez Penal, cuestión que no ha ocurrido. Junto a Machado, se encuentran hasta ahora unos diez candidatos opositores inhabilitados, que en su mayoría son dirigentes locales de gran liderazgo popular, a los que nunca han podido vencer en sus regiones.
Además de las inhabilitaciones políticas, hay rumores en torno a un posible veto por parte del oficialismo al uso en las parlamentarias de la tarjeta única recién acordada por la Mesa de Unidad Democrática (MUD). Cualquier medida tomará el gobierno para intimidar y dividir a la dirigencia opositora, así como para fomentar la abstención electoral. De hecho, a través del Tribunal Supremo de Justicia, se han intervenido las directivas de varios partidos políticos opositores o críticos. Y si no lo logra su objetivo, pues apelará a la eliminación o diferimiento de los comicios.
A la situación de caos político, se suma la del caos social, el cual está excelentemente descrito en el informe “Venezuela: Un desastre evitable” recién publicado por la organización International Crisis Group, en el que alerta sobre una situación extremadamente delicada en lo humanitario en el país, debido a las malas políticas gubernamentales (http://www.crisisgroup.org/en/regions/latin-america-caribbean/andes/venezuela/b033-venezuela-unnatural-disaster.aspx?alt_lang=es).
Las medidas arbitrarias tomadas por el gobierno contra empresas privadas de alimentos como es el caso de la Polar –la mayor y más importante del país- a la que recientemente se le expropio un centro de distribución supuestamente para construir viviendas. ha profundizado al límite laescasez y racionamiento de alimentos. La consecuencia de ello no se ha hecho esperar y en las últimas semanas una población cada vez más frustrada, desesperada e indignada a la población se viene manifestando con inesperadas protestas, saqueos y actos de violencia en varias partes del país que tienden a extenderse.
Cabe resaltar como ejemplo la manifestación de los habitantes de La Guajira venezolana, en su mayoría indígena, en el Estado petrolero del Zulia al oeste del país, que saquearon y quemaron parte de la sede del gobierno municipal al no recibir respuesta de las autoridades ante la severaescasez y el racionamiento de alimentos. En medio del saqueo, los manifestantes enfurecidos asaltaron cuatro camiones de comida, y quemaron los retratos del fallecido presidente Hugo Chávez y del actual jefe de Estado, Nicolás Maduro. El Observatorio Venezolano de Conflictividad Social ha contabilizado 56 saqueos y otros 76 intentos en el primer semestre de este año. (http://www.efectococuyo.com/efecto-cocuyo/observatorio-de-conflictividad-contabilizo-56-saqueos-en-el-primer-semestre-de-2015).
Ante la inminente debacle, el gobierno de Maduro continúa sin tomar medidas eficientes y apropiadas en lo económico, político y social, lo que demuestra su interés en provocar un estado de conmoción nacional que les permita eliminar o diferir la parlamentarias que saben tenerlas pérdidas, o incluso declarar un Estado de Emergencia Nacional. Ya lo advirtió Nicolás Maduro en julio pasado ante los candidatos del PSUV: que de obtener la oposición la mayoría de la Asamblea, “se desataría un proceso de confrontación social de calle que dejaría pálido lo ocurrió en febrero de 1989 durante los saqueos y protestas conocidos como el Caracazo”(http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/06/22/confrontacion-social-si-oposicion-gana-asamblea-maduro-1249.html).
También hace pocos días Maduro llamó a la población a alistarse para una inevitable radicalización de la revolución bolivariana frente a la supuesta arremetida de la derecha nacional y foránea. Tal vez está tan desesperado y controlado por quién sabe cuáles rufianes nacionales y extranjeros, que cree que no le queda otra que terminar de estrellarse con la sempiterna estrategia de “huida hacia adelante”.
El caos: la última carta del chavo-madurismo
El columnero. Caracas, 19 de agosto de 2015