sábado, 28 de junio de 2014

Gustavo Linares Benzo: Doloroso y alarmante

Se multiplicó la deuda mientras el Presidente se encontraba a merced del gobierno cubano

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Después de que Kruschev (en privado, en secreto, nunca en público) se atreviera a denunciar las perversiones de Stalin, se comenzó a distinguir entre Lenin, el visionario fundador de la república de los soviets, el más grande genio político de la humanidad, y el sucesor despiadado y asesino, que si bien derrotó al fascismo en la Segunda Guerra Mundial, lo hizo con la sangre de los cuarenta millones de rusos que murieron en ella y además mató unos veinte millones más en purgas y migraciones forzadas. Lenin, el bueno; Stalin, el malo. Esto se repite hasta hoy.

Tanto, que se está aplicando en Venezuela. A pocos días de la carta de Giordani, se hace cada vez más pública la división en el bando chavista, cartas van, cartas vienen, y Aporrea recibe más visitas que la página de la FIFA. El ataque a Maduro no tiene parangón desde que comenzó esta etapa de suprema felicidad en el año 1999, nunca la autoridad del comandante eterno se había tocado ni con el pétalo de una rosa. Hugo Chávez es Lenin. Y Nicolás Maduro es Stalin, tanto que hasta precisamente en Aporrea se puede leer un artículo que denuncia un gobierno que camina al estalinismo (sic). Hilvanar aquí una teoría conspirativa que vea a Jorge Giordani como gran estratega es quizás exagerado, pero el político descubre oportunidades en cualquier parte, y en el documento de Giordani hay muchas.

Documental

Pero también la historia descubre oportunidades en la carta de Giordani. Es la primera fuente oficial o al menos oficiosa que arroja verdadera luz sobre la enfermedad y la muerte de Chávez, confirmando lo que todos sabíamos pero que ahora puede comenzar a decirse con más base documental: todo fue un engaño, se nos mintió por meses sobre algo tan delicado y tan humano, se le mintió entre tantos a un grupo muy grande de venezolanos que sinceramente veían al presidente Chávez como una esperanza. Veamos.

Todo comenzó a cambiar "en la medida en que la salud del Presidente se vino haciendo cada vez más complicada, la ausencia de un contacto directo con su persona, y las permanentes mediaciones a través de algunos en particular hicieron cada vez más distante, la toma de decisiones, su contenido y el tiempo para ser llevadas a la práctica". Más aún, el deterioro de la salud del mandatario produjo "la ausencia del presidente Chávez y (... ) escasas reuniones sustantivas del Consejo de Ministros". Una persona en ese estado difícilmente podía asumir una candidatura presidencial, y si lo hacía sabía, el propio Chávez, quienes lo rodeaban y aislaban de todos los demás, hasta del ministro de Finanzas, que de ganar no hubiera podido ejercerla, como de hecho ocurrió. Serán formalidades, como ahora lo es hasta la necesidad de juicio para condenar a alguien, pero si estos actos no son nulos, ¿qué lo será?

"Me tocó, durante su estadía en La Habana, elaborar y hacer llegar un documento al presidente Chávez a raíz del aumento del endeudamiento del país en moneda extranjera, cuestión que positivamente fue tomado en consideración". Ahora sabemos que la enfermedad del Presidente fue aprovechada por agentes extranjeros para gravar aún más el tesoro venezolano. De hecho, como dice el propio Jorge Giordani, para que Chávez ganara las elecciones hubo que hipotecar el país. Se multiplicó la deuda mientras el Presidente se encontraba en territorio extranjero, a merced del gobierno cubano, si bien mitificado por todo ese discurso perverso de la hermandad socialista, pero hermandad valorada en miles de millones de dólares del imperio.

Sólo hubo una "única reunión que se pudo realizar con el presidente Chávez como Consejo de Ministros el 20 de octubre de 2012". Un solo Consejo de Ministros, se entiende después de su reelección el 7 de octubre, ¿o será desde antes? Es el famoso "golpe de timón", que hasta se publicó oficialmente en abril del año siguiente. ¿Qué más sabe Giordani?

Discurso

El dos de noviembre de 1987, Mijaíl Gorbachov, el entonces máximo líder de la Unión Soviética, pronunció su famoso discurso con motivo del 70º aniversario de la revolución bolchevique.

Allí, ahora por primera vez en público, un secretario general del Partido Comunista soviético recono- ció los crímenes de Stalin. Casi treinta años después, muchos historiadores consideran que ese discurso fue decisivo para el fin de la Unión Soviética.

"Hablaré sin rodeos. Se cometieron verdaderos crímenes, hubo un gran abuso de poder. Muchos miles de personas dentro y fuera del partido fueron sometidos a medidas represivas a gran escala. Esta, camaradas, es la amarga verdad". La verdad histórica acabó con el comunismo.

La verdad está apareciendo aquí también.

@glinaresbenzo




Gustavo Linares Benzo
Doloroso y alarmante
EL Universal. Caracas, 28 de junio de 2014