1) Gobierna lo peor. Tenemos un Estado sin mecanismos de pesos y contrapesos... sin ninguna limitación a los poderes públicos que están en manos de impresentables.
La sensación es que quienes dirigen no sólo son corruptos sino delincuencia organizada. Sus tácticas son típicas de Vito Corleone pero transpoladas a la política y los negocios. Las acusaciones que se les hacen a nivel mundial, podrían ahondar esa percepción. Algo peor: sus tentáculos trascienden al régimen y tienen ramificaciones por miedo, por negocios o por pusilánimes en identificables opositores. Acaso por eso el silencio ante investigaciones de la DEA y tanta ponderación ante los organismos internacionales. En todo caso, la riqueza es inocultable: son los reyes de la escasa noche caraqueña, los pranes del turismo, las cárceles, las drogas y de la aviación civil así como del mundo de los negocios.
2) Muerto Chávez, las costuras del régimen han quedado expuestas al mundo. Hoy la presencia del chavismo sin brillo, señalado de ligamen descarado con el narcotráfico y sin chequera caminante, pasa a ser incómodo para el concierto internacional. Además, gente de peso mundial comienza a hablar, declarar y arriesgar. Los gobiernos, aun los que se mantienen en cómoda connivencia con el régimen, comienzan a sacarle el cuerpo. Algo raro sucede. Es como si incluso los tenedores de secretos importantísimos supieran que es una raya muy grande mantenerse a la zaga del régimen de Maduro.
3) El régimen no tiene manera de recuperarse aunque sí puede conseguir mantenerse un poco más. Eso porque su poco espacio para la maniobra está estrictamente circunscrito al ámbito político. En lo económico no existe capacidad de maniobra alguna. Se paró la bicicleta.
4) Todos los días se ratifica que Unidad Opositora y MUD ya no son lo mismo.
La gente quiere la Unidad pero no en torno a una MUD que luce reumática, aislada, rayada. Las encuestas revuelcan a la MUD pero realzan la Unidad, lo que apunta hacia una percepción de Unidad diferente. Uribe y Fujimori, por ejemplo, en el momento de su irrupción electoral, unieron afectos de opositores del status quo de entonces sin coordinadora ni nada de eso. Después se crearon las instancias partidistas. Lamentable el destino de Fujimori, respetable el de Uribe.
5) La oposición vive una contradicción terrible: sus liderazgos ascendentes no están en las organizaciones electorales más fuertes y, esos partidos de mayor capacidad electoral, parecieran no tener nombres en progresión... Nuevamente, una percepción unitaria fraguada en la calle y en el boca a boca pareciera comenzar a emerger con fuerza.
6) El grueso descontento pareciera resignado a en algún momento votar por un no chavista pero dos cosas le desestimula aún: no termina de sentirse representado por algún opositor y siento que saben que por vía electoral no hay manera de barrer una especie de trampa perfecta. La insatisfacción extendida va más allá de un hipotético voto castigo avasallante e inocultable.
7) Capriles luce en mengua. Su curva de aprendizaje ha sido muy larga y costosa. Luce desconectado de la calle opositora. Se le identifica, con justicia o sin ella, con esperar aletargadamente las elecciones del 2018. Innegablemente ha sido un valiente y esforzado dirigente pero comienza a pesarle la sensación muy extendida de que fue mejor candidato de lo que podría ser presidente alguna vez, especialmente en circunstancias borrascosas. Mientras más crisis... menos se piensa en Capriles. La política es injusta per se... pero es lo que es.
8) Leopoldo comienza a convertirse en una leyenda romántica. Asciende a un ritmo sostenido a pesar de su encarcelamiento. Quizás por ello, pocos recuerdan su terquedad y muchos sólo que fue el mejor alcalde que ha tenido Venezuela. En esto último quizás influya el contraste brutal con la gestión de sus sucesores. Leopoldo no tiene partido real sino un agrupamiento de fuerzas con nombre propio.
Por su parte, María Corina tiene el valor de pocos en la política venezolana. Sube a punta de esfuerzo y constancia. Se esmera por prepararse y adorna el asunto con gran creatividad. Es quien mayor pegada internacional tiene. Su apoyo a Leopoldo ha sido de gran desprendimiento, algo poco visto en la política. Tampoco tiene un partido en stricto sensu... pero está al alza en las encuestas a pesar de ser objeto de un prejuicio injusto: ser mujer.
Ledezma es la historia viva de un incansable luchador con gran olfato. Le han querido ametrallar políticamente y sigue inexplicablemente vivo y dispuesto. Ledezma ha sobrevivido a la caída de la IV, la persecución de la V y la incomprensión de quienes quieren liderar la VI.
Los últimos tres mencionados se les ve unidos, dan más imagen de cohesión que esas tristes reuniones de la MUD a las cuales asisten los dirigentes que más se odian entre sí. Algo interesante es que cabe suponer que cualquiera de ellos tres, sería un buen candidato pero, a la vez, siento que cualquiera de ellos sería un gran presidente. Gran diferencia con otras opciones.
Hechos innegables que demuestran, por su concurrencia, que se desmorona el sistema pero se lleva a buena parte de su comparsa.
Nitu Pérez
Los ocho hechos que definen Venezuela hoy
Diario Las Américas. Miami, 28 de enero de 2015