viernes, 6 de junio de 2014

Freddy Lepage: ¿Qué pasa cuando no pasa nada?

En el país suceden muchas cosas todos los días. Pero, de acuerdo con la propaganda oficial, este es un país sin mayores problemas; es decir, no pasa nada, aunque a los ciudadanos nos pasa de todo a pesar del Viceministerio para la Suprema Felicidad. Así están las cosas en la era madurista…
El régimen es ciego y sordo –más no mudo– ante los graves problemas nacionales. La respuesta es la violencia militar y las amenazas para obligar a la sociedad, a los empresarios, a los estudiantes, a los trabajadores, a la amas de casa; en fin, a todos los sectores a adecuarse, por las buenas o por las malas, a la realidad existente, cada vez más asfixiante y alienante.
Pero, veamos algunas cosas que pasan, mientras no pasa nada:
1.- Van más de cien días de protestas estudiantiles y sociales. La culpa es de los fascistas de extrema derecha financiados desde el imperio que desean tumbar a Maduro; pero aquí no pasa nada…
2.- La ineficiencia del servicio eléctrico se esparce por todo el territorio con apagones interminables. El responsable es ¿quién sabe quién?; pero aquí no pasa nada…
3.- Los cortes de agua se multiplican por causa de la sequía prolongada en las fuentes y embalses, no por falta de previsión; pero aquí no pasa nada…
4.- La escasez de productos básicos ya es crónica, por culpa de la guerra económica adelantada por empresarios y comerciantes inescrupulosos, mas no por causa de los desaciertos reiterados y dogmatismos caducos aplicados por el gobierno, ni por haber dilapidado el ingreso petrolero en regalos, dádivas y corrupción; pero aquí no pasa nada…
5.- Las cifras astronómicas de asesinatos de venezolanos a manos del hampa nos hace uno de los países más violentos del mundo, vivimos en un limbo; pero aquí no pasa nada… 
6.- La pobreza –como lo demuestran las cifras del INE– crece a la par de la corrupción, ya que existe una relación proporcional entre ambos indicadores. A mayor corrupción, menos recursos para ser invertidos en programas sociales y desarrollo; pero aquí no pasa nada…
7.- Las colas para adquirir los alimentos de la dieta diaria se hacen más largas y se multiplican por doquier. La gente se acostumbra y hasta se pelea cuando llega harina, aceite, papel higiénico, pollo y carne; pero aquí no pasa nada…
8.- La inflación y el costo de la vida por los cielos se comen los salarios y los convierten en sal y agua. Los venezolanos somos más pobres; pero aquí no pasa nada…
9.- Mueren pacientes con enfermedades terminales por falta de insumos médicos y medicinas que no son traídos a tiempo por los organismos gubernamentales encargados de hacerlo; pero aquí no pasa nada…
10.- El gobierno le debe a todo el mundo. No cancela la deuda en el exterior contraída por los empresarios privados de todos los sectores de la economía nacional. La producción local está literalmente paralizada, hay que importar de todo, pero ¡oh! sorpresa, las divisas no alcanzan ni con el barril de petróleo sobre los 100 dólares; pero aquí no pasa nada…
11.- La libertad de prensa y de información mueren de mengua entre falta de papel para los periódicos independientes y las adquisiciones secretísimas de medios impresos, radiales y televisivos por gente afecta al “madurismo” (nueva versión desmejorada del chavismo); pero aquí no pasa nada…
12.- la represión y persecución –presos políticos– contra la disidencia política alcanza niveles inaceptables que rayan un autoritarismo bien distante de lo que debe ser una democracia; pero aquí no pasa nada.
Nos quieren imponer un país donde la gente crea que no pasa nada. O, algo más despreciable y perverso, “si no digo nada, no pasa nada”, ¡mejor cierro los ojos y ya! Vivir en sumisión donde no está permitido soñar con un país mejor. Al que no le guste que se vaya, dicen los que gobiernan.
Eso me recuerda una ocurrencia –como muchas– de Mario Moreno “Cantinflas”, cuando decía: En México nunca pasa nada, hasta que pasa y cuando pasa, todos decimos, pos tenía que pasar…              
@Freddy_Lepage

¿Qué pasa cuando no pasa nada?
Freddy Lepage
El Nacional. Caracas, 6 de junio de 2014