domingo, 9 de agosto de 2015

Manuel Aguilera: En Venezuela se vota, ¿y qué?

El concepto de democracia necesita ser definido con mucho más detalle para ser explicado de manera pedagógica a nivel mundial. El término tan sagrado en otros tiempos está completamente devaluado gracias a tipos tan “antidemocráticos” en el fondo y en la forma como Nicolás Maduro y Diosdado Cabello. En un mundo ideal ambos no hubieran llegado a ser matones en la puerta de una discoteca de mala reputación pero en la Venezuela actual –donde todo es posible (para mal)- uno representa el poder ejecutivo y otro al legislativo. El presidente de la república y el de la Asamblea Nacional deciden además  a puro dedazo los títeres que deben ejercer la judicatura y señalan a aquellos que deben ser juzgados y condenados, cuyo ejemplo más paradigmático es el encarcelamiento del principal opositor al chavismo con razones y maneras que nadie entiende.
Este deprimente diagnóstico debería haber provocado que el régimen chavista fuera catalogado como lo que es, una dictadura. Pero no, “aquí se vota”.  El mero hecho de los ciudadanos sean llamados a las urnas y que éstos depositen una papeleta o aprieten un botón, parece que inviste de legitimidad a cualquiera que quiera ponerse en el pecho la condecoración democrática.
Como apuntaba al inicio,  a la definición de democracia hay que darle una vuelta y apuntar una por una y bien clarito los requisitos para que un sistema sea homologado al nivel de Estados Unidos, Gran Bretaña, Suecia u otros ejemplos que los hay (siempre con imperfecciones) de lo que conlleva un verdadero régimen de libertades.
Y entre estos requisitos están que los opositores no sean encarcelados por capricho, que se permita a los ciudadanos presentarse libremente como candidatos, que los candidatos gubernamentales no invadan el cien por cien de las pantallas de los medios públicos y privados, que el poder electoral no dependa del gobierno de turno, que no se impida la entrada a los observadores internacionales, que el voto sea libre y secreto…
¿En qué momento la dividida oposición al chavismo debería reunirse y decidir plantarse? ¿Es mejor participar en esta farsa y seguir haciendo pedagogía de lo que deberían ser y no serán los próximo comicios? ¿Cuándo se le caerá de la boca a Henrique Capriles la palabra dictadura para explicar al mundo lo que se está viviendo en su país?
La mayoría de gobiernos latinoamericanos y europeos e incluso la administración Obama se encogen de hombros ante los manejos de Diosdado y Maduro mientras repiten: “Bueno, en Venezuela se vota”.
Sí, se vota, pero insisto, no es suficiente para legitimar al chavismo.  No me gusta apostar pero si alguien de ustedes me acepta el reto, me juego lo que haga falta a que el chavismo arrasará en los comicios legislativos de diciembre. Para eso los han convocado, para ganarlas, para seguir aumentando tiempo en el poder y terminar de transformar las instituciones a su antojo. Y además demuestran al mundo que “bueno, en Venezuela se vota”.

Manuel Aguilera
En Venezuela se vota, ¿y qué?
Diario Las Américas. Miami, 8 de agosto de 2015