domingo, 8 de junio de 2014

Marta Colomina: 15 años de violencia y una generación perdida

Cada día hay referencias a bandas de menores de edad que cometen crímenes horrendos
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En un año con Maduro al frente de los destinos del país "hasta el rostro de las ciudades y las costumbres han cambiado, para pesar de todos los venezolanos (... ). El nuevo rostro se convierte en nítidas imágenes que nos confunden con Ucrania, Siria o cualquier país en vías de devastación" narra el colega Francisco Olivares en El Universal. Tiene razón. Los indicadores económicos y sociales nos muestran una Venezuela devastada por la caída de la producción, corroída por la inflación que este año podría alcanzar el 80% y la de alimentos más de 100%, con escasez terrible también en medicinas y otros bienes que nos asemeja a países minados por la hambruna y la violencia. Nuestra moneda degradada por sucesivas devaluaciones que solo han servido para empobrecer el país y convertir el salario de los trabajadores en el más bajo del continente; caída de las reservas internacionales (inexplicable con el barril petrolero cercano a $100), asaltadas por los boliburgueses que siguen impunemente su rapiña con empresas de "maletín" ("las mafias cambiarias siguen intactas", dice el reputado economista García Banchs), hasta llegar a 2014, en el que multilaterales (FMI, BM) pronostican que Venezuela tendrá el peor desempeño económico de América, por debajo de Haití y que estamos a la puerta de una grave recesión. Tragedia que se acrecienta con 25 mil crímenes (2013) e inseguridad desatada, hasta convertirnos en el segundo país más violento del mundo, según la ONU (20 planes de seguridad han fracasado en 15 años al mando de militares).

La situación se agrava día a día: Venezuela retrocede en el cumplimiento de las metas del milenio (EN-02-06-14) por el incremento de la pobreza crítica, catapultado por los efectos de las megadevaluaciones en 2014: "el encarecimiento y las trabas para encontrar alimentos, las dificultades para acceder a las medicinas contra el cáncer, el VIH y otros, y el alza de enfermedades endémicas como el dengue y la malaria, evidencian que hay un gran retroceso en el cumplimiento de los objetivos trazados por la ONU (... ). La FAO señala que en 2013 y 2014 Venezuela encabeza la lista con los alimentos más caros del continente". En salud y educación el retroceso es también imperdonable. La propaganda sobre la mejoría de la escolaridad queda negada por los hechos: MinEducación (2013) reconoce que más de 500 mil niños se quedaron sin escolaridad y sigue empeorando. En 2004 la matrícula en primaria era de 6.750.393 mientras que en 2013 solo llegó a 6.100.000. El chavismo eliminó la evaluación del rendimiento escolar para que no se sepa la profunda caída de la calidad de la educación, obscenamente ideologizada y empobrecida. Incumplimiento también de la meta sobre disminución de la mortalidad infantil y materna : la mortalidad en ambos casos ha subido (EN-02-06-14). Otro indicador, ahora del desempleo: la informalidad captó 65% del empleo creado en el último año (EU 02-06-14).

Con más de $ un millón de millones recibidos por el Gobierno en 15 años, "la generación de jóvenes venezolanos entre 15 y 29 años de edad entró a la adultez con pocas opciones de desarrollo. De los 7.379.438 jóvenes que hay en Venezuela, 1.667.470 ni trabajan ni estudian, lo que representa 23%. De ese grupo, 54% (773.421) ni siquiera está buscando emplearse y eso los convierte en un grupo vulnerable de exclusión social" (EN 01-06-14. Las peores cifras en deserción escolar y empleo corresponden a los jóvenes de los barrios, imperdonable en 15 años de propaganda chavista jurando "amor al pueblo". El crecimiento de la delincuencia entre los jóvenes pobres es alarmante. Cada día hay referencias a bandas de menores de edad que cometen crímenes horrendos: adolescentes habrían sido los asesinos de Otayza; un estudiante de 13 años mató a un compañero de 15. El asesino que disparó contra Mónica Spear y su familia tiene 19 años. "Aterra saber que "hay armas de fuego involucradas en 10% de las peleas escolares" (EU-02.06.14). La violencia es un arma oficial de control social que es estimulada desde el poder. No de otra manera se explica que si fueron desalojadas 5 cárceles, las demás están hacinadas y este Gobierno no ha edificado ningún recinto carcelario ¿dónde están los delincuentes de esos 5 penales clausurados? Fácil colegirlo: en la calle con la operación "Cayapa", delinquiendo y aterrorizando a la población con la anuencia del Gobierno.

Ese control oficial de la violencia se muestra también en la criminal represión contra las protestas estudiantiles y el liderazgo disidente: María Corina, Leopoldo López, Simonovis, los alcaldes Scarano y Ceballos y otros, que se están enfrentando con valentía al decadente Maduro y a su destructor régimen dictatorial.

mcolomina@gmail.com

15 años de violencia y una generación perdida
Marta Colomina 
El Universal. Caracas, 8 de junio de 2014