sábado, 24 de enero de 2015

Mario Szichman: Tubazos de Nicolás

Cuando pienso en las arduas tareas que debían realizar previamente los periodistas para verificar un rumor, o comprobar un simple hecho, me maravilla la suerte que tienen ahora mis colegas a la hora de sacar los trapitos al sol de cuanto figurón anda suelto. Ha surgido una fuente infalible de noticias, y está encarnada en un jefe de estado.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, es Carl Bernstein, Bob Woodward, John Asange y Clark Kent en un solo cuerpo. Y creo que estoy pecando antes por defecto, que por exceso.
Maduro dio este viernes una primicia que debería ser noticia de primera plana en todos los periódicos del mundo: aseguró que los ex presidentes de Chile, Sebastían Piñera; de México, Felipe Calderón; y de Colombia, Andrés Pastrana, quienes visitarán a Venezuela el próximos lunes para asistir a un evento organizado por un sector opositor, viajan financiados por el narcotráfico.
“Que lo sepan los pueblos, que a estos tres expresidentes los están pagando con el dinero del narcotráfico, primero, y en segundo lugar vienen a apoyar un golpe de Estado contra el gobierno que yo presido”, expresó Maduro durante un acto público en Caracas.
La actividad, dijo el presidente venezolano está siendo organizada por “Un grupo terrorista de ultraderecha financiado por el narcotráfico colombiano, y financiado por la ultraderecha estadounidense”.  Uno de los propósitos del grupo es intentar “el  derrocamiento del gobierno venezolano”, añadió el magistrado.
En realidad, Maduro no dio uno, sino dos tubazos. Además de debelar la conspiración, desmintió al alcalde metropolitano de Caracas, Antonio Ledezma, quien dijo que “a Maduro no lo está tumbando nadie, él se está cayendo solo”.
DEL HOMBRE NUEVO AL NUEVO PERIODISTA
A diferencia de Maduro, sus colegas previamente aludidos, como Woodward, Bernstein, Asange, o Clark Kent, afrontaron dificultades para chequear fuentes, y problemas con quienes intentaron bloquear su propósito de revelar chanchullos.
Por otra parte, demoraron semanas, en ocasiones meses, a fin de concretar sus indagaciones. En cambio, Maduro necesita escasos minutos para descubrir conspiraciones, ya sea en cortas sobremesas, o mientras hace ejercicios de calistenia antes de volver a escudriñar los planes para ganar la batalla económica.
Woodward, Bernstein, Asange, han narrado con minuciosidad sus fatigosas peripecias, las pistas falsas surgidas a cada paso, y que debieron examinar antes de desecharlas y enrumbar hacia la verdad.
Por cierto, es bueno aclarar que no incluyo a Clark Kent en el lote. Según nos enteramos por sus peripecias semanales en The Daily Planet, solo requería introducirse en una cabina telefónica para transformarse en Súperman.
Así resolvía toda clase de conspiraciones, la mayoría encabezadas por Lex Luthor, y en ocasiones por Álvaro Uribe. Finalmente, el exceso de ingestión de kriptonita, y la aparición de los teléfonos celulares, acabaron con su carrera.
Los investigadores del caso Watergate fueron sometidos a toda clase de calumnias por quienes intentaban encubrir el escándalo. Y con buenas razones.
La incursión de varios “plomeros” en la sede del Comité Nacional Demócrata el 17 de junio de 1972, con el propósito de revisar sus archivos, fue ordenada por el gobierno del presidente republicano Richard Nixon. Fracasó la maniobra, hubo una crisis constitucional, y Nixon terminó renunciando a la presidencia.
En cuanto a Asange, el fundador de Wikileaks ¿Cuántas infamias no se han dicho en su contra? Y también por buenas razones.
Wikileaks divulgó, en noviembre de 2010, miles de documentos secretos del departamento de Estado con información de embajadores y cónsules norteamericanos de la mayoría de las naciones del globo, denunciando escándalos de jefes de estado, ministros y funcionarios de rango mediano, inclusive absurdas prácticas amatorias que no se pueden concretar ni siguiendo un detallado diagrama.
Asange pagó bien caro su atrevimiento: la fiscalía de Suecia abrió una investigación contra el fundador de Wikileaks acusándolo de delitos sexuales, en esta ocasión bastante prosaicos. Asange, quien por esa época vivía en Londres, se refugió en la embajada de Ecuador en la capital británica, para evitar ser extraditado a Suecia.
VERDADES COMO TEMPLOS
¿Alguien ha osado cuestionar a Maduro en sus aseveraciones, o lo ha amenazado hacerle un juicio por libelo, una de las figuras más conocidas de la jurisprudencia universal? Que sepamos, nadie hasta el momento. Por algo será. La amenaza de juicio por libelo es usada a cada rato por funcionarios que se sienten injustamente vituperados, generalmente por la prensa.
En estos días la alcaldesa de París le montó una demanda de esa clase a Fox News de Estados Unidos por decir que había zonas en Francia donde los musulmanes impedían entrar a quienes no eran de su misma religión, aunque fueran policías. 
Tal vez, tal vez, el ex presidente de Colombia, Álvaro Uribe algún día se anime a hacerle un juicio por libelo a Maduro. Pero mucho lo dudamos, pese a que no pasa un solo día en su oficina sin enterarse de todos los complots que está urdiendo contra la República Bolivariana de Venezuela.
En realidad, si no fuera por las autoridades de la República Bolivariana de Venezuela, Uribe ignoraría que participa en tantas conspiraciones para destruir los logros de la Revolución Bonita.
Al parecer, los servicios de inteligencia colombianos no cumplen con sus tareas, y son las autoridades venezolanas quienes le proporcionan los nombres de sus cómplices y sus planes de ataque.
Además, el ex vicepresidente de Venezuela, José Vicente Rangel, le ha ofrecido las coordenadas de la base desde donde Uribe prepara sus incursiones: P 11 grados, 25 minutos, 31 segundos (P11°25'31'') y M 72 grados, 7 minutos, 46 segundos (M72°, 7', 46'').
En vez de vivir en paz, y de promover las riquezas naturales y arquitectónicas de su bello país, Uribe ha comenzado a habitar el inverso mundo de Bradley donde, según explicaba Jorge Luis Borges, “La muerte precede al nacimiento y la cicatriz a la herida y la herida al golpe”. Algún ser perverso ha premeditado sus jugarretas, y Uribe es un pasivo actor de sus futuras acciones criminales.
!QUE FLOREZCAN MIL ESCÁNDALOS!
Cada vez que despierto para mis tareas cotidianas, necesito revisar La Patilla, o El Diario de las Américas para sentir cierto regocijo. ¿Dónde, si no es en esas fuentes de información podemos leer esta clase de titulares?:
“Una adolescente pierde la virginidad con su padre y planean casarse”. “Joven se hace pasar por ginecólogo por un mes en un hospital de Florida”
Si no fuera por TalCual, y algunos medios de información locales (aquellos que todavía no han sido adquiridos por el gobierno), buena parte de la prensa venezolana sería casi tan tediosa como el Granma, el diario oficial del partido Comunista de Cuba, que ni siquiera sirve para satisfacer necesidades apremiantes, debido a los extraños ingredientes que usan en su papel.
¿Alguien desea leer Últimas Noticias para enterarse que la gira planetaria de Maduro fue “un éxito”.  (Maduro se abstuvo de echar a patadas al director, el excelente periodista Eleazar Díaz Rangel, cuando le aseguraron que no se trataba de una ironía).
¿Alguien desea regodearse con este pronóstico del secretario Ejecutivo de la MUD, Jesús “Chuo” Torrealba, quien “afirma que el triunfo en las parlamentarias y la lucha por los derechos civiles serán la clave para la solución de la crisis que asedia a los venezolanos”? Ese titular es casi tan erótico como la Madre Teresa.
Se pueden formular muchas críticas al presidente de Venezuela, después de todo, es un ser humano. Pero nadie puede acusarlo de aburrir al pueblo. El es el heraldo del Nuevo Periodismo.Todos los días nos sorprende con nuevas revelaciones. Y su importancia como fuente informativa no ha recibido aún la importancia merecida. Abundan las personalidades acusadas por Maduro. Ni una sola de ellas lo ha demandado ante los tribunales de justicia por presuntas “calumnias”.
El que calla, otorga. Maduro, con su prédica insobornable, demuestra que no se trata de calumnias sino de simples verdades.
Por cierto, algunas fuentes han indicado que en estos últimos días Maduro se ha abocado a revisar el caso ocurrido en octubre pasado cuando José Miguel Odreman, líder del colectivo chavista 5 de marzo, apareció ante las cámaras de Televen y responsabilizó al entonces ministro de Interior y Justicia, Miguel Rodríguez Torres, por cualquier cosa que le pudiera ocurrir.
Poco después, algo le ocurrió a Odreman: fue muerto a balazos en un enfrentamiento con funcionarios policiales. El Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas informó que Odreman “Era el jefe de una banda delictiva de expolicías implicada en múltiples homicidios”.
Escasos minutos (o tal vez segundos) después, algunos blogueros divulgaron fotografías donde Odreman aparecía junto a importantes figuras del chavismo, desde su líder, Hugo Chávez Frías, hasta Cilia Flores, la primera dama del país.
Recién un día más tarde, el presidente de Venezuela ordenó investigar “los extraños sucesos” en los que murieron cinco personas, entre ellos Odreman, en el tiroteo entre activistas de los colectivos y funcionarios del Cicpc.
Es inevitable que Maduro vuelva a investigar el caso. Se trata del único “cangrejo” de su gobierno, que ha resuelto el 99 por ciento de los casos criminales investigados. Solo necesita ahora consultar al presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diosado Cabello, el Watson de la administración pública, quien comparte las tareas de conducir todas las investigaciones a un final feliz.
@mszichman
marioszichman.blogspot.com
 
Mario Szichman
Tubazos de Nicolás
Tal Cual. Caracas, 24 de enero de 2015