viernes, 2 de mayo de 2014

Maruja Tarre: Quiero un país

Quiero un país
MARUJA TARRE
El Universal. Caracas, 2 de mayo de 2014

Durante mucho tiempo nos quejamos de la falta de noticias sobre Venezuela. Ahora, sucede lo contrario. No pasa un día sin que se publique un artículo en los periódicos más prestigiosos o lejanos del mundo. Batimos récords en inflación, corrupción, violencia, y todo eso es noticia. Las universidades organizan seminarios, simposios, conferencias sobre nuestro extraño caso: un autoritarismo nacido de elecciones, un país petrolero arruinado en medio de la mayor bonanza de la historia. Somos un interesante caso de estudio. A falta de turistas, tenemos corresponsales de guerra. Imágenes conmovedoras le han dado la vuelta al mundo. Esta rebelión sí ha sido fotografiada.

Desgraciadamente la atención mundial no se centra en nosotros por nuestro talento, nuestro progreso, ni siquiera por la abundancia de misses o de jugadores de beisbol. Venezuela es ahora sinónimo de violencia desbordada, violaciones a los DDHH y hasta tortura. Según un refrán francés, "la gente feliz no tiene historia". Quizás los países felices tampoco, o por lo menos no son noticia. Quisiera un país sin héroes. Donde los niños juegan, en vez de morir abaleados en las calles, donde los estudiantes solo están bravos con los profesores que les ponen mala notas. Un país en donde no mueran violentamente gente del gobierno, ni de la oposición. O más bien un país en donde ni siquiera se sepa si una persona apoya al gobierno o está con la oposición. Un país que propicie el diálogo en vez de considerarlo una capitulación o una traición. Un país en donde se hable de familia y no de patria. Un país donde salgamos de noche a disfrutar del clima, en vez de quedarnos presos en las casas enviando mensajes furiosos por Twitter. Quisiera un país terriblemente tranquilo y fastidioso. ¿No podemos volvernos suizos?