miércoles, 5 de agosto de 2015

Elides J. Rojas: Hasta los cubanos se van

16 años y picote de revolución. Las huellas del desastre están regadas por todas partes. Desde calles rotas hasta avenidas bombardeadas no por Guyana ni Colombia sino por la desidia de un funcionariado que dedica su jornada diaria, con todo amor al proceso, a hablar tonterías por radio, televisión y otros medios del gobierno.

De esta forma de no trabajar, pero haciendo mucho ruido, no hay excepción. Desde el primer mandatario hasta el último de los empleados públicos electos o no por el pueblo, pasan horas y horas en una sola habladera. Nada original por demás. Era el estilo del fallecido comandante y han asumido que de copiarlo pueden vivir hasta la eternidad del erario público y de la platica que va dejando Pdvsa. Ya no es tanta, dicho sea de paso, pero sigue siendo platica verde.

La gente dice que las cosas están mal. Y es verdad. La lista de calamidades que viven los venezolanos en plena revolución del socialismo del siglo XXI es más o menos esta, sin que necesariamente esto implique un orden jerárquico. Fuente: varias encuestadoras. Inflación, desabastecimiento, inseguridad, desempleo, imposibilidad de adquirir bienes clave como vehículos o vivienda, pérdida del mejor recurso humanos, negocios improductivos en competencia con la economía formal, sistema de salud insuficiente y de mala calidad. Hay más. Pero ya con este saco de torpedos vitales es suficiente para que cualquiera decida arrancar a cualquier país donde la lista sea al menos la mitad de la que se calan los venezolanos por estos tiempos.

Pues es que de eso se trata. Un venezolano en huida para otro país no es que esté buscando el paraíso. La verdad es que opta por un vida menos complicada en términos de problemas y, además, se quita de encima el discursito repetitivo de los líderes herederos del fallecido comandante que además se turnan las noches para martirizar cada vez más a los criollos dispuestos a aguantársela. Y mire que todavía quedan.

Así estará de dura la cosa que muchos cubanos que se habían venido de la cárcel original, de la isla de los Castro, a Venezuela creyendo el cuento de que estarían mejor, ahora buscan los patines para salir corriendo de los territorios del chavismo con tanta rapidez como lo hicieron de los territorios de los Castro. En efecto, a todos los fines, Venezuela está peor que Cuba. Veamos lo que dijeron los odontólogos que escaparon de la Misión Barrio Adentro rumbo a Colombia y después a Miami, la segunda tierra de cubanos y venezolanos:

"Me siento feliz, contenta, qué alegría, es que no me lo creo" exclamaba muy emocionada de llegar a tierras de libertad. "Sin duda muchos cubanos hemos pasado por este momento, saber que hemos salido del infierno castrista y hemos llegado al país de las oportunidades".

"Tomamos la decisión porque vivíamos explotados en Venezuela, una explotación lo que había con nosotros. El salario mínimo nos daba solamente para comer, mientras ellos estaban ganando dinero con nosotros", confesó la dentista cubana".

Otro. "La situación en Venezuela es terrible. La plata no alcanza. No hay nada qué comprar. Y lo que hay está muy caro. De hecho estamos seguros de que los cubanos estaríamos mejor en Cuba que en Venezuela, aunque, claro, mejor en cualquier parte. Lejos de allá".

Una lástima. Pero es así.



Elides J. Rojas
Hasta los cubanos se van
El Universal. Caracas, 5 de agosto de 2015