El Secretario General de Unasur, el expresidente colombiano Ernesto Samper Pizano, pese a su condición de funcionario internacional que representa a doce gobiernos, mantiene una abierta y activa vinculación política con la alianza castrochavista. El 13AGO15, Samper junto al mandatario ecuatoriano Rafael Correa, presidió el acto central del “Encuentro Latinoamericano Progresista de Juventudes”, celebrado en la sede del CIESPAL en Quito. Samper había viajado el día antes desde Paramaribo, Surinam, hasta Quito acompañando a Correa en el avión presidencial ecuatoriano.
El evento en la capital ecuatoriana, de claro contenido político-partidista, congregó a representantes juveniles de movimientos como Movimiento Evo (Bolivia), La Campora (kirchnerismo), Psuv (chavismo venezolano), juventud comunista chilena, juventud del Partido de los Trabajadores de Brasil, Juventud Sandinista (Nicaragua) y del Polo Democrático colombiano, entre otros. El evento, que coincidía con la convocatoria a un paro nacional por la oposición de Ecuador, fue organizado por el gubernamental partido Movimiento Alianza PAIS y tuvo como propósito compartir experiencia y coordinar acciones políticas de los movimientos juveniles de los partidos de izquierda a nivel continental.
La abierta inclinación de Samper hacia los gobiernos castrochavistas no se compadece con su intensión de servir como observador electoral en Venezuela o intermediario entre las Farc y el gobierno colombiano.
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Ecuador es el escenario para un choque entre sectores populares y los gobiernos del llamado “socialismo del siglo XXI”. Los intentos del poderoso aparato publicitario internacional del castrochavismo, para calificar como derechistas a los movimientos indígenas que confrontan al gobierno de Rafael Correa, se han estrellado contra una realidad: al frente de la marcha que llegó a Quito el 12AGO15 caminaban dirigentes indígenas y sindicales, muchos de ellos de vieja y clara inclinación izquierdista.
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En la mañana del 10AGO15 comenzó a arribar al aeropuerto de Maiquetía un grupo de aeronaves ejecutivas del gobierno venezolano procedentes del Caribe y de Suramérica. Al pie de las escalerillas, funcionarios de la cancillería venezolana esperaban a los invitados de Nicolás Maduro quien había convocado a una reunión del Consejo Político del ALBA. Los “socios pobres” del chavismo en el Caribe no son dados a gastar sus recursos para viajar a Caracas cuando el “socio rico” lo dispone. Incluso, pese a que la Fuerza Aérea boliviana actualmente cuenta con dos lujosas aeronaves a disposición del presidente Evo Morales, un Falcon 900EX y un Falcon 50, el canciller de Bolivia, David Choquehuanca, también disfrutó de viaje privado a bordo de un Falcon 900EX propiedad del estado venezolano.
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Los representantes de Cuba, Nicaragua, Ecuador, Dominica, San Vicente y las Granadina, Antigua, Santa Lucia, San Cristóbal y Granada fueron trasladados a la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores, donde bajo la conducción de la canciller de Maduro, Delsy Rodríguez, trataron tres temas: el conflicto territorial entre Venezuela y Guyana, las acciones de protesta que confrontan los gobiernos de Ecuador, Bolivia, El Salvador y Brasil y, ofertas de financiamiento venezolano para obras públicas.
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El gobierno Maduro, en inédito choque con Guyana por el tema del diferendo territorial, intentó infructuosamente torcer la posición del Caricom de permanente apoyo a Guyana en contra de los intereses venezolanos. La más reciente iniciativa de Maduro fue una gira por el Caribe de su canciller y su vicepresidente Ejecutivo, Jorge Arreaza, quienes realizaron una decena de visitas a mandatarios caribeños los días 06 y 07AGO15. El mensaje de los emisarios venezolanos fue de fuertes ataques al presidente de Guyana, David Granger, a quien acusan de mantener una línea de confrontación no diplomática contra Venezuela y de actuar como un agente de empresas petroleras de EEUU. Este discurso oficial venezolano no le ha servido para ganar simpatías en el Caribe. El 07AGO15, Arreaza, acompañado de su esposa (hija de Hugo Chávez), fue recibido por el Primer Ministro de Barbados y Presidente de Caricom, Freundel Stuart. El resultado del encuentro evidenció el fracaso de la estrategia de Maduro para conectar su “diplomacia caribeña” con el proceso del diferendo con Guyana. Stuart dijo a Arreaza que Caricom mantiene su posición de defensa de la “integridad territorial” de Guyana y esperaba que Venezuela siguiera una línea de resolución por vías diplomáticas. El mensaje difundido por Guyana acusando al gobierno Maduro de expansionista y militarista obviamente caló en los gobiernos caribeño que disfrutan de ventajas en su comercio con Venezuela pero mantienen solidaridad automática con Guyana.
De los diez miembros de ALBA, seis son parte de la comunidad de estados del Caribe, Caricom. Pero en la declaración del ALBA del 10AGO15, los caribeños sólo aceptaron incluir una referencia al tema Venezuela-Guyana limitándose a “apoyar el diálogo diplomático conforme al Derecho Internacional” entre Venezuela y Guyana, para propiciar “una solución pacífica de la controversia”. Complaciendo al anfitrión, la declaración condenó “a factores exógenos que pretenden generar escenarios de conflicto” entre Venezuela y Guyana.
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La canciller Rodríguez anunció que los cancilleres del ALBA habían estado analizando “propuestas para la solución definitiva de los golpes suaves que se están desarrollando en países de la región como Ecuador y El Salvador”. El castrochavismo, en sus distintas modalidades, coincide en rápidamente calificar como “golpistas” a sus opositores. Rodríguez anunció que el gobierno de Venezuela realizaría una gran movilización el 13AGO15 en las redes sociales en apoyo al gobierno de Rafael Correa. El anuncio se entendió como la decisión del gobierno Maduro de orientar su aparato de propaganda en las redes sociales de Internet, mediante el uso de robots y usuarios cautivos o falsos, para crear tendencias contra los movimientos que ese día caminaban en Ecuador hacia Quito convocando a un Paro Nacional. El castrochavismo le declaró ese día la guerra cibernética a los movimientos populares ecuatorianos.
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El 12AGO15, en la sede de la Embajada de Venezuela en Quito, se produjo un acto de abierta injerencia por parte de los gobiernos del ALBA en la vida política ecuatoriana. Los embajadores de Bolivia, Nicaragua, Cuba y Venezuela, Juan Jurado, Sidhartha Marín, Jorge Rodríguez y Carol Delgado, convocaron a una rueda de prensa para atacar las acciones de protesta que tenían lugar en Ecuador. Los embajadores extranjeros rechazaron “los intentos de la derecha ecuatoriana e internacional, que buscan desestabilizar y frustrar los cambios políticos democráticos, institucionales y económicos en marcha gracias a la Revolución Ciudadana”. A pocas horas de iniciarse un paro nacional y en medio de la llegada a la capital de dos marchas indígenas, los diplomáticos del ALBA en Quito hacían un llamado a “proteger y activar acciones de solidaridad internacional con el gobierno de Correa frente a las acciones que incluyen protestas callejeras y desinformación mediática”.
El embajador del régimen cubano, recitando la declaración emitida por el ALBA en Caracas el día anterior, dijo que la marcha indígena en Ecuador era parte de “los planes renovados del capitalismo transnacional globalizado y del imperialismo mediante uso de estrategias de guerra no convencional para desestabilizar y forzar la salida violenta de gobiernos progresistas”.
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A mediados de junio, en las principales ciudades de Ecuador se registraron grandes movilizaciones contra el gobierno de Correa, que rechazaban un proyecto de ley que pecharía las herencias. Se trató de un movimiento urbano, con gran participación de clase media, con consignas como “Ecuador no es Venezuela” en demostración de su tendencia antiizquierdista. Las protestas llevaron a que Correa retirara provisionalmente, el 15JUN15, los proyectos impugnados por la población Desde entonces una segunda ola de protestas ganó cuerpo, esta vez a manos de sectores rurales, indígenas, sindicales y de intelectuales de izquierda descontentos o ya enfrentados con Correa.
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El 02AGO15 comenzó en la Amazonía ecuatoriana una marcha indígena con destino a Quito. La acción fue inicialmente planeada por la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie). Su llegada a la capital debía coincidir con el paro nacional convocado para el 13AGO15. El día 11AGO15 la marcha llegó a Machachi en las proximidades de Quito. Al frente de ella iba el alcalde indígena Salvador Quishpe, Carlos Pérez Guartambel, jefe del Movimiento de los Indígenas del Ecuador y un hombre cuyo aspecto no es de indígena, el economista Alberto Acosta uno de los cerebros que llevaron a Correa al poder en 2007. Ninguno de los tres son calificables como de derecha o agentes del “capitalismo transnacional globalizado y del imperialismo”. La agenda de la izquierda no gubernamental ecuatoriana coincide con otros sectores, al rechazar la reforma constitucional para imponer la reelección indefinida de Correa. El indigenismo ecuatoriano acusa a Correa de haberle dado la espalda y estar promoviendo una “modernización del capitalismo” en desmedro de sus derechos de aguas y tierras. Según Acosta, quien en el pasado fue cercano al gobierno de Cuba, los gobiernos del socialismo del siglo XXI “no han superado las lógicas autoritarias, no han posibilitado la construcción de esquemas participativos en la toma de decisiones, no han logrado adecuados niveles de eficiencia, tampoco han eliminado las viejas prácticas corruptas”, según dijo a Cristina Zueger del diario El Mundo de Madrid el 08AGO15.
Edgar C. Otálvora
Castrochavismo declara guerra a sectores populares de Ecuador
Diario Las Américas. Miami, 15 de agosto de 2015
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