En estos días rigurosamente nublados para la vida democrática se preguntaban muchos ciudadanos de a pie, entre los cuales numerosos lingüistas, ¿pero quién es esa Asuaje R. A. experta en análisis semántico del discurso si no la conoce nadie del medio profesional? Era una pregunta coherente que yo puedo responder para la necesaria información veraz sobre los falsos testimonios y mentiras que esta supuesta experta en semántica ha elaborado a solicitud de una lista cerrada a “solo chavistas” por la Fiscalía, en el juicio que se le sigue al líder de la oposición Leopoldo López por ejercer su papel de lo que ciertamente es, líder de la oposición democrática.
Fui su profesora en la Maestría en Lingüística de la ULA y precisamente porque la raspé en Semántica, dejó de hablarme hasta el sol de hoy e inició una campaña de difamación contra mí abortada antes de nacer desde su propio testimonio, porque lo que sabían todos los que la oían era que yo la había tenido alojada en mi casa durante más de dos meses (cual la madre Teresa de Calcuta que siempre fui) a propósito de unas perturbaciones emocionales muy severas que me hacían temer por su vida. De ahí que tenga toda la autoridad moral y académica para titular este escrito como lo hice.
Porque sí, Asuaje R. A., es con usted y sus patrañas ¿cuándo, dónde, cómo y por qué se atribuye el saber como experta en análisis semántico del discurso? ¿No sabe que entre bomberos no nos pisamos la manguera? ¿No sabe que de las micro (las suyas) a las macro unidades (las de los expertos en análisis semántico del discurso, y por tanto las mías) en Lingüística, hay tanta diferencia como entre especialistas en Medicina o en cualquier otra rama compleja del saber humano? ¿O es que usted pediría que la llevaran a un podólogo si le da un derrame cerebral? Respóndame, si tiene vergüenza ¿se le ha olvidado el VIII mandamiento de la Ley de Dios: “No dirás falsos testimonios ni mentirás”? Porque de eso se trata, del falso testimonio y de la mentira.
En el auto de acusación contra Leopoldo López promovida por la Fiscalía General de la República y que circula libre por las redes sociales del mundo entero con sus 228 folios, se acepta como experto (sic) en análisis del discurso a Asuaje R. A. y la verdad es que si usted tiene la osadía de actuar como tal experto, yo soy la mejor raqueta del mundo, es decir, Serena Williams. ¿Ni siquiera se ha molestado en su buñuelo (pieza 59, páginas 108 a la 139 ) de respetar las Normas APA, que rigen las publicaciones de la comunidad científica internacional en Ciencias Sociales y Humanas? Porque, por poner sólo un ejemplo que me veja directamente, cuando pretende reforzar sus logorreas con un argumento ad auctoritatem en el que me cita de este modo: Espar 2006 y lo entrecomilla, yo me pregunto ¿cómo diablos va a saber la juez que yo escribí eso y así, si Espar 2006 tiene 570 páginas? ¿Cómo va a saber la mentada juez o la defensa de López que usted se ha pasado por el Arco de Triunfo todas aquellas normas que podrían hacer validable el rigor de un peritaje lingüístico en un proceso penal? Es que es de pena ajena y más pena da, más bien dolor, leer en esa farsa penal que el que ejerce de acusador es el dominante en la modalidad del Poder contra el dominado y eso sí, en semántica del discurso político recibe el nombre de discurso de la opresión.
Asuaje ¿alguna vez ha sabido algo sobre tipologías del discurso? ¿No habrá confundido performancia en el discurso político con la performatividad del discurso jurídico, cuando decir es hacer? Porque si el discurso político fuera performativo, pobres adecos, no hubieran habido pailas y litros de aceite suficientes en el territorio nacional para freír tanta cabeza. El que cuando dice, hace es el juez cuando casa o condena o absuelve. ¿No le habrá dado a usted otra crisis kafkiana que la hizo de pronto acostarse profesora de latín y griego y levantarse analista del discurso y de paso jueza dictaminadora sobre la Constitución? Es que fíjese, Asuaje, que en lo que sí creo yo que es usted una experta, es en metamorfosis. La línea que separa la ética de la anomia moral es muy delgada. Es de lo primero que hubiera tenido que tratar y no hubiera escrito ni media página de todo lo que excretó porque lo que usted analiza ha sido dicho claro y raspao por el discurso mismo del líder de la oposición Leopoldo López, sin necesidad de tanta pedantería y de tanta palabra hueca. Y lo que dijo López jamás de los jamases será un delito sino todo lo contrario, porque sigue estrictamente los lineamientos del tipo de discurso de su función social. No hizo nada; solo dijo.
Señora juez, no permita que le usurpen su función con las artimañas de los simulacros discursivos; se lo digo de buena nota porque es que yo de eso sé mucho y mucho. Tengo el orgullo de haber formado para Venezuela a cientos y cientos de licenciados, a muchos magister y a unos pocos doctores, hasta cinco, sólo que alguno o alguna me ha salido cuervo. Vaya y pregunté por mí en la ULA.
Teresa Espar
Cría cuervos y te saldrán agentes de la Stasi
El Nacional. Caracas, 6 de febrero de 2015