El desespero incontrolado del gobierno ante la situación de quiebra del país, generada por el despilfarro y la corrupción durante la bonanza petrolera que otros productores de crudo aprovecharon para fortalecer sus reservas, está desembocando en acciones delictivas cada vez más violentas. Presionado por la enorme deuda externa, la caída de los precios del crudo y el cierre del crédito internacional para las importaciones, Maduro optó por los robos a mano armada de las existencias de productos de empresas privadas: confisca sus alimentos y medicinas “porque se forman colas”, pero las filas de los mercados oficiales son mayores y las ocultan en los sótanos y estacionamientos. Jaua declaraba esta semana que “hay que producir alimentos para superar la crisis”, y lo dice el mismo Jaua que no escuchó los ruegos de los productores de caña de Río Turbio, cuando, montado en un poderoso tractor, les destruyó sus cosechas, hoy convertidos en peladeros, como los asolados plantíos de maíz y caña de Aragua. Maduro dice que “a quien agarre provocando escasez y desabastecimiento, le espera la cárcel”, como ya hizo ilegalmente con la directiva de Farmatodo, Día a Día y otros. Fedecámaras pide que las “inspecciones agresivas” que se hacen al sector privado deben hacerse también a las 1.400 empresas expropiadas, que hoy producen poco o nada, y así Maduro comprobaría lo que ya sabe, que el culpable del desabastecimiento es el gobierno. Cuando la TV oficial presenta incautaciones de 30 toneladas de productos como “acaparados” está mintiendo, porque tal cantidad –sigue Fedecámaras– se transporta en un solo camión de mercaderías. Visitemos los campos y preguntemos: ¿dónde están los plátanos del Sur del Lago con los que íbamos a inundar el mercado ruso; o el arroz y el café que antes exportábamos? Solo 2 botones más de muestra: Sidor producía, antes de ser nacionalizada, 4,3 millones de toneladas de acero líquido y hoy no llega a 1 millón. Pdvsa producía, en 1998, 3,5 millones de barriles diarios con 40.000 empleados, hoy apenas produce 2,2 millones de barriles por día y cuenta con 120.000 empleados. ¿Cuánto le va a durar a Maduro el saqueo emprendido contra las escasas existencias de productos en manos del sector privado? ¿Y la reposición de los inventarios se hará al dólar Simadi de 170 bolívares por dólar? Porque el utópico dólar a 6,30 para “alimentos y medicinas” solo ha servido para alimentar la insaciable voracidad roja, pues medicinas y alimentos, ¡no hay!
La dirigencia opositora debe tomar muy en serio la desesperación oficial canalizada hacia acciones cada vez más ilegales y tenebrosas de las que culparía a la disidencia, y advertir a la comunidad internacional de ese riesgo, porque los locos andan sueltos y están cada vez más locos.
Marta Colomina
De la quiebra al robo a mano armada
El Nacional. Caracas, 15 de febrero de 2015
La dirigencia opositora debe tomar muy en serio la desesperación oficial canalizada hacia acciones cada vez más ilegales y tenebrosas de las que culparía a la disidencia, y advertir a la comunidad internacional de ese riesgo, porque los locos andan sueltos y están cada vez más locos.
Marta Colomina
De la quiebra al robo a mano armada
El Nacional. Caracas, 15 de febrero de 2015