miércoles, 14 de enero de 2015

Carlos Blanco: ¿Cuál cree que es más probable?

El movimiento de los astros, los pánicos, la gira hacia ninguna parte de Nicolás Maduro y el sonido inconfundible de la multitud enfurecida plantean escenarios.
Bajada sin frenos. Se sigue como ahora. Parálisis y deterioro. El país se desmadra. La furia se amplía pero no revienta. Las colas y la escasez consumen la energía social. Se imprime más dinero. Se acusa al imperio. Se inventa un nuevo magnicidio. Protestas cada vez más violentas.
Variante catastrófica. Se unen varias “candelitas” y se enciende una bronca generalizada, inmanejable. No sería El Caracazo, pero puede ser caos total.
Variante homicida. El gobierno apela a la represión aún más brutal y logra contener por un tiempo más, hasta que el deterioro vuelva a retomar velocidad.
Iluminación inesperada. Maduro decide romper con la izquierda. Acuerda un viraje con medidas para tratar de controlar la crisis terminal que ahoga el país y a su régimen.
Variante sonreída. Se entiende con los empresarios. Llama a Fedecámaras y no sólo a los boliburgueses. Habla con la oposición. Llama a todos, especialmente a los líderes más destacados y radicales. Busca consenso. Cambia a un gabinete “modernizador”. Por fin recibe una llamada de Obama.
Variante estreñida. Toma algunas medidas para atenuar la catástrofe. Devalúa, sin unificar el tipo de cambio. Aumenta un poquito el precio de la gasolina. Trata de cortar la hemorragia fiscal con torniquetes disfuncionales. Gana tiempo.
El PSUV dice: “Adiós Nicolás”. La corriente ahora mayoritaria en el PSUV, según la cual Maduro debe ser reemplazado dentro de las filas rojas, se decide a actuar. Lo dejan sin apoyo, suspendido en el vacío, renuncia y ocurre un reacomodo dentro de las facciones civiles y militares.
Consenso de las cúpulas. Un sector del régimen se entiende con un sector de la oposición, tratan de aislar a la izquierda roja y a “los radicales” opositores, para un régimen con algún suplente al frente, “viable” hasta las elecciones parlamentarias y, si el cuero da, hasta el revocatorio.
Atención firr… Se produce una presión militar hacia el cambio. El “pronunciamiento” lleva al reemplazo inmediato del régimen.
Variante Augusto Pinochet. Se asienta un gobierno autoritario, de extrema derecha, que aniquila partidos rojos y azules e instala represión.
Variante Wolfgang Larrazábal. Los militares conjuntamente con un movimiento civil, abren el camino hacia elecciones presidenciales en un plazo relativamente breve.
Lector, ¿cuál le parece más probable? ¿Cuál le gustaría?
@carlosblancog

Carlos Blanco
¿Cuál cree que es más probable?
EL Nacional. Caracas, 14 de enero de 2015