Termina lo que sin dudas es un año horrible. Un año plagado de ruina, escasez, violencia, muerte. En Venezuela día a día vamos padeciendo con más intensidad lo que 3 lustros de saqueo, de militarismo grotesco, de invasión castrocomunista han causado. 3 lustros donde año a año hemos visto agravarse la situación política, social y económica. Hemos visto y padecido a una banda delincuencial que llegó al Poder valiéndose de mecanismos que solo la democracia permite y una vez en él comenzaron a destruirla para de esa manera imponer una nueva forma de tiranía que con sorna, después de 15 años tanto ellos como sus cómplices dan el calificativo de democracia alegando el origen pero obviando lo que en verdad ha sido.
15 años que como bien describe el historiador británico Niall Ferguson en su libro “Civilization: The West and The Rest” han estado signados por la continua violación del orden legal y político. Allí resalta este profesor de la Universidad de Harvard que Chávez nacionalizó empresas a voluntad, desde fábricas de cemento pasando por estaciones de televisión y bancos y como tantos dictadores de poca monta en la historia de Latinoamérica, se burló de la Ley cambiando la Constitución a su medida “primero en 1999, poco después de su victoria electoral y en el año 2009 cuando abolió el límite del mandato presidencial para asegurarse la reelección indefinida".
Mejor descripción de una neotiranía es imposible. Ya Chávez no está, pero siguen sus secuaces, los mismos que le acompañaron en las sangrientas intentonas de Golpes de Estado del año 1992, los que luego se le recostaron para beneficiarse del caudillismo voraz y por supuesto los chulos de una izquierda internacional que vieron abrirse una mina y no la soltarán hasta no secarla.
Año horrible, donde el mes de diciembre, tradicionalmente tiempo de paz y alegría ha resultado el más sangriento. Solo en Caracas a la morgue de la ciudad fueron llevados 455 cadáveres producto de la violencia; como lo digo siempre que escribo del tema, igual horror lo viven otras ciudades y pueblos de una geografía devastada y ensangrentada.
Tierra de hampones es ahora la que una vez fue refugio de miles de emigrantes buscando un lugar de paz donde hacer y rehacer sus vidas y convertir en realidad los sueños. Bonita tierra que fascinó a turistas y que ahora es uno de los países más peligrosos del mundo. Como muestra les cuento que el pasado viernes 26 de diciembre, en una hermosa playa del oriente, ubicada entre los estados Anzoategui y Sucre a pleno sol del mediodía caribeño, siete malandros armados con fusiles R-15 sometieron a bañistas y pequeños comerciantes de la playa de Arapito situada a unos 15 kilómetros de Puerto La Cruz en los límites de los estados Sucre y Anzoátegui… Cargaron con las pertenencias de más de 300 bañistas, con la mercancía de los humildes comerciantes y ni un guardia nacional, ni un policía se apareció por el lugar del crimen aunque fuera para socorrer a las víctimas que aterradas trataban de abandonar la playa.
Esa pues es la “Revolución bonita” que cacareaba Chávez, esa la Peste roja enseñoreada prostituyendo y empobreciendo a los venezolanos cuyas vidas transcurren en interminables colas esperando desesperados leche y pañales para sus hijos, medicinas para los enfermos, cadáveres de sus familiares…
Año horrible donde vuelven unos facinerosos borrachos de Poder a violar la Constitución y las leyes e imponen sus fichas en el Tribunal Supremo de Justicia, en el Consejo Nacional Electoral; año horrible donde seguimos viendo a una oposición gobiernera prestándose a chanchullos y prolongando el tiempo de unos vándalos que sólo la complicidad de muchos que se beneficiaron y se benefician los apuntala.
Año horrible donde estamos padeciendo con más rigor el hacer de un tropero ambicioso y amoral que se obsesionó con poder repetir lo hecho por el tirano Fidel Castro y lo buscó de asesor y legatario. Tiempo para que los esbirros segundones hagan más trágica nuestra fatalidad y desesperados porque hasta los Castro y su nomenclatura “Resolvieron”, prolonguen con encono la tragedia y se atrincheren en una Venezuela convertida en guarida y busquen por todos los medios liquidar a los líderes honestos de la verdadera oposición. Tiempo donde cada venezolano decente debe armarse de coraje y tener muy claro que la Peste Roja hay que derrotarla, defenestrarla porque destruyó Venezuela y está matándonos. De no ser así será imposible que este 2015 sea un Annus mirabilis.
Eleonora Bruzual
Annus horribilis, Annus mirabilis
Diario Las Américas. Miami, 31 de diciembre de 2014