sábado, 6 de diciembre de 2014

Diana López Zuleta: Colonización cubana de Venezuela a través de la educación escolar pública y privada

En las escuelas públicas y privadas de Venezuela los niños más tiernos de los primeros cursos aprenden a conocer el alfabeto y su uso con patrones expuestos en las cartillas oficiales de enseñanza tales como “El Che luchó en Cuba” o “Cuba sí, yanquis no” para instruirse, por ejemplo, en el empleo de las letras Ch y Y, respectivamente.
Los proyectos estatales de alienación alrededor de una sola idea política, también conocido como “lavado de cerebro”, no se detienen: el Gobierno de Nicolás Maduro está próximo a promulgar la Ley de Educación Militar en las escuelas, que se aplicará desde el preescolar hasta el bachillerato. En ella, se estipula que “la educación militar debe ser bolivariana, nacionalista, socialista y antiimperialista e incorporar las bases doctrinarias, filosóficas e ideológicas del pensamiento y acción de Simón Bolívar, Simón Rodríguez, Ezequiel Zamora y del comandante supremo Hugo Chávez Frías”.

 

En medio de la más profunda de todas las crisis económicas, democráticas, morales y jurídicas de su historia, Venezuela es hoy presa de un fenómeno que se consideraba inverosímil en América Latina: la colonización cubana.
La guerrilla colombiana procubana Ejército de Liberación Nacional (ELN) también adoctrina en las escuelas públicas venezolanas con el permiso del Gobierno Nacional. Miembros de este grupo terrorista distribuyen entre los niños su revista Antorcha Elena, además de otros documentos y fascículos de su arsenal propagandístico.
“El Estado venezolano es cómplice de la guerrilla colombiana y de los grupos irregulares para que operen aquí, el Estado los protege, es complaciente”, sentenció el presidente del Colegio de Profesores Seccional Táchira, Javier Tarazona, quien cuestionó que esta propaganda llegue a los planteles educativos oficiales y a las comunidades más pobres. “Deforman a nuestros estudiantes y ciudadanos así como también pone en riesgo que algún día no muy lejano recluten a nuestros niños, niñas y adolescentes para formar parte de esas agrupaciones revolucionarias”, advirtió.
Además de esto, la emisora radial clandestina del ELN “La Insurgente Estéreo” emite sin problemas por la frecuencia 96.7 FM desde territorio venezolano. Cubre todo el estado Táchira y tiene el beneplácito del Gobierno. Transmite información ideológica y crónicas apologéticas de las actividades terroristas de esa organización en Colombia.
Desde hace varios meses el Colegio de Profesores viene exigiendo en vano al gobernador del Estado Táchira, José Vielma Mora, el bloqueo a la señal de “La Insurgente Estéreo”.
El modelo chavista de intoxicación política a través de la enseñanza también se ha impuesto en los liceos y escuelas públicas y privadas de mayor nivel. La educación escolar en general se basa en el adoctrinamiento y la imposición obligatoria de la ideología comunista para acceder a la comprensión de cualquier asignatura. También, se ensalza, con alienante intensidad, la supuesta obra magna del fallecido presidente Hugo Chávez y de líderes revolucionarios como Ernesto “Che” Guevara y Fidel Castro.
Tarazona está en abierto desacuerdo con la obligación impuesta a los maestros públicos de inocular doctrinas comunistas y socialistas a los alumnos como proyecto bandera del Gobierno. Tampoco comparte el fomento obligado de la idolatría a la figura del extinto presidente Chávez.       
De acuerdo con Tarazona, la educación oficial ya no responde a un plan pedagógico y del conocimiento académico, sino que está enfocada al proselitismo político proclive al Gobierno.
Los gremios nacionales asociados a la educación, incluidos los de padres de familia, han rechazado el adoctrinamiento a los estudiantes escolares del país.
Paradójicamente, la Ley Nacional de Educación prohíbe el proselitismo político dentro de las instituciones educativas y los textos de enseñanza escolar, y exige una educación “libre, plural y democrática”.
En los salones de clase los profesores están obligados a convencer a sus discípulos sobre la adoración, literal, que le deben a Chávez. Los profesores declaman a grandes voces: “¡Chávez vive!” y los estudiantes menores de 7 años, aprenden a responder poniéndose de pie de manera inmediata y gritando en coro, preferiblemente con la mano derecha sobre el pecho: “¡La patria sigue”.
Los contenidos temáticos de los libros oficiales de estudio y los computadores educativos (conocidos como ‘canaimas’) dan cabida a la revolución cubana y exaltan la militarización nacional y el culto a Hugo Chávez como “comandante supremo”. Asimismo, las calcomanías para marcar los cuadernos de los niños llevan invariablemente la cara de Chávez en lo que es un culto creciente a la personalidad del controvertido presidente.
Estos libros apologéticos de Chávez, el régimen cubano y el comunismo, llegan a más de seis millones de niños en el 80 por ciento de las escuelas venezolanas, tienen carácter obligatorio y, en su mayoría, son elaborados en Cuba.
El sesgo, la tergiversación y la descontextualización de la historia moderna de Venezuela brillan en la biografía de Hugo Chávez, de lectura obligada, que se les entrega a los niños en las escuelas. Allí, Chávez tiene mayor importancia y valor histórico que Simón Bolívar.
A lo largo de una página, Chávez sostiene una conversación con quien resulta ser su apreciado subalterno histórico Simón Bolívar. Este último le dice al primero: “Yo te acompaño en tu sueño de libertad, que fue también el mío”. Esta versión oficial indica que la independencia de Venezuela es obra innegable de Chávez por haber sacado al país de las garras de la que llama “tiranía imperialista”.
Bolívar, en la doctrina chavista, es solamente el precursor de la independencia.
En la biografía de Chávez, se puede leer: “Hugo se quema las pestañas estudiando y lo hace con un fusil en una mano y con Bolívar en la otra, las dos armas que utilizará para sus luchas futuras”.
En los textos de historia oficial, Chávez es el único presidente digno de ser destacado e idolatrado que ha tenido Venezuela. Las voces de la oposición actual y sus protestas en busca de democracia, no existen y se menosprecia cualquier corriente de pensamiento que no sea la impuesta por el régimen chavista.
El lenguaje conflictivo subyace en los patrones educativos. Cuando un estudiante va a recuperar una asignatura a eso se le llama “La gran batalla”.
Con acento decepcionado, Tarazona afirmó: “Queremos que haya educación para la paz, creemos que el lenguaje, la semántica y la acción curricular deben ser una acción de paz y no de conflicto ni de disputa”.
En la Venezuela actual, del socialismo del siglo XXI, el 8 de octubre se celebra oficialmente en el calendario escolar el Día del Guerrillero Heroico, en honor al argentino Ernesto “Che” Guevara.
(Ilustración Fernando Pinilla)
Además, Tarazona explicó que se promueve “la guerrilla comunicacional en las escuelas, que son organizaciones sociales para defender la revolución; es decir, el ingreso de los colectivos a las escuelas”. De esta manera, entre otras, el Gobierno promueve la violencia, la confrontación y, de ser necesaria, la guerra.
El alto contenido político en la vida de las escuelas primarias y secundarias llegó, incluso, a los textos de matemáticas. Así lo denunció el diario El Nacional, de Caracas, al revelar que en la Colección Bicentenario existen fallas deliberadas en los conceptos fundamentales, se fomentan antivalores y está cargada de ideología del Gobierno actual. Esto se ve en la excesiva aparición de las ventajas de los programas y misiones sociales de la presidencia a través de ejercicios matemáticos. Además, hay errores en los contenidos y menos ejercicios numéricos.
La decadencia educativa se agudiza también con el déficit presupuestario general para la adquisición de libros que no sean las cartillas oficiales gratuitas y el bajo salario de los maestros. Todas las bibliotecas públicas del país están desactualizadas y el 80 por ciento de la infraestructura educativa de los liceos está “destrozada”, de acuerdo con datos del Colegio de Profesores.
“El 80 por ciento de los liceos no tiene laboratorios de Física, Biología y Química, lo que quiere decir que estamos graduando bachilleres en ciencias que no conocen ni un microscopio, ni un tubo de ensayo”, se lamentó Tarazona.
La educación está cayendo a los niveles de pobreza y mediocridad que reinan en las escuelas públicas de Ecuador, en donde los egresados de bachillerato suelen ser analfabetos funcionales.
Investigaciones independientes han encontrado que en Venezuela las aulas están en condiciones muy precarias, con infraestructuras añejas que padecen filtraciones y todo esto desmejora y afecta la dedicación al estudio que deben observar los estudiantes y sus profesores.
El salario de los maestros de categoría 1 (graduados y con al menos tres años de servicio) es de 38 dólares mensuales, cantidad que no alcanza ni siquiera para la cesta básica, que es de 200 dólares. Un profesor con 25 años de experiencia tiene un salario de 97 dólares, lo que tampoco alcanza a completar ni la mitad de la canasta básica. 
Recientemente, el presidente Nicolás Maduro aumentó 45 por ciento el salario a los militares, a quienes complace con frecuencia para prevenir protestas armadas, y el sueldo más bajo quedó en 74 dólares.
“Cuando tú tienes un salario de 5.800 o 6.000 bolívares [45 dólares] con posgrado y un saco de cemento te vale 1.000 bolívares [7 dólares], ¿cuándo construyes una casa?”, preguntó Tarazona.

Médicos revolucionarios
Venezuela también lleva su revolución a las universidades: creó el programa Medicina Integral Comunitaria, carrera paralela a la de Medicina tradicional. Fue concebida para la atención primaria y prevención de enfermedades en comunidades apartadas y lejanas. No obstante, la médica internista Delia Camargo denunció la falta de competencias y de preparación para ejercer la profesión en los hospitales porque, según contó, “no tienen suficiente práctica y la carga desde el punto de vista socialista es más importante que la de tipo médico”.
El Gobierno, además de presionar para que estos médicos trabajen en hospitales públicos, pues es el que asigna los puestos de trabajo, está presionando para que realicen especializaciones pero estos médicos solamente están capacitados para trabajar en ambulatorios y en labores de tipo preventivo. En la teoría chavista no importa que un enfermo muera, lo grave es que antes no lo haya visto un médico de la revolución, cualquiera sea su nivel de mediocridad. Ese hecho excusa al Estado de responsabilidad.
El estudiante de Medicina tradicional Julio Camargo, quien ha tratado con los médicos integrales en sus prácticas hospitalarias, expresó su preocupación por los pocos conocimientos que poseen. Mientras un practicante de medicina tradicional no es remunerado, un practicante de medicina integral comunitaria recibe un sueldo. 
Por su parte, el presidente de la Academia Nacional de Medicina, Claudio Aoun, afirmó que estos profesionales tienen fallas académicas. “No cursan Laboratorio, Radiología, Histología, Parasitología, Anatomía Patológica, prácticas clínicas y no hacen el año rural”, aseguró.
El acto de graduación es presidido por el presidente de la República en una ceremonia política que es transmitida a todo el país por canales de televisión del sistema de propaganda del régimen.

Diana López Zuleta
Colonización cubana de Venezuela a través de la educación escolar pública y privada
Diario Las Américas. Miami, 6 de diciembre de 2014