Existen en Venezuela, en el sector público, más de 30 ministerios, más de 100 viceministerios y cualquier número de directores, presidentes y administradores para todo. Ante tantos cargos públicos creados para darle forma a los caprichos gerenciales del difunto y de su sucesor habría razones para suponer que todo problema del país tiene alguna persona que se encargue de resolverlo.
Pero para sorpresa de muchos el cuadro de organización del país, si lo hubiera, nos muestra personas que desempeñan diversos cargos a la vez. Hay un vicepresidente para la economía quien es, también, ministro de energía y petróleo, presidente de Pdvsa, negociador de las finanzas del estado, constructor de viviendas, comprador y distribuidor de alimentos y muchas cosas más. Pero, hay además ministros responsables por algunas de las funciones que éste ejerce.
En un discurso dado por el general Rafael Alfonzo Ravard dijo lo siguiente: “Se toman iniciativas o se aceptan presiones de elementos externos, para que la empresa realice gestiones o adelante programas que nada tienen que ver con sus estatutos y los objetivos de su creación. En vez de concentrarse en el propósito de hacer bien lo que se supone que debe estar haciendo, el gerente comienza a hacer mal o a medias lo que en el fondo debería estar realizando”. El general era el presidente de Pdvsa y esa era su manera de oponerse a la tentación del poder ejecutivo de pedirle a Pdvsa, por ser eficiente, que ayudara al gobierno ocupándose de otras labores. Las palabras premonitorias del general Alfonzo, de hace 33 años, deberían estar grabadas en la memoria oficial.
Todo lo anterior conduce a la mala administración de los recursos disponibles, al doble pecado de la ineficiencia y la corrupción. Los políticos antes, y los militares ahora, pretendiendo ser gerentes profesionales. Las empresas del estado ignorando, sustituyendo o mal ejecutando sus objetivos originales. Los agricultores convertidos en marginales urbanos. Los industriales en importadores.
En resumen, un país donde la improvisación es la norma, donde todos estamos tratando de realizar lo que no sabemos hacer, donde parece un pecado hacer bien lo que se debe hacer, se necesita utilizar la especialización profesional. Los únicos países e instituciones que pueden desarrollar este tipo de talento y de recursos son aquellos que tiene abundancia de recursos humanos y materiales y una educación moderna. Nosotros buscamos genios toderos cuando lo que necesitamos son personas que hagan lo que se supone que saben hacer. Por lo tanto, la primera prioridad a definir debe ser la respuesta a la siguiente pregunta: ¿En este país, quién hace qué?
Maduro ha dicho que quiere darle un sacudón a la administración pública. Para eso tiene que poner orden en su casa (Poder Ejecutivo). ¿Qué tipo de especialización requeriremos para recuperar al país? ¿Planificación, finanzas, orden presupuestario? Allí hay un ministerio que requiere de 3 viceministros con categoría ministerial. Energía. Con petróleo y electricidad, incluyendo la hidráulica y energías alternas. Relaciones exteriores con verdaderos embajadores profesionales y una selección de los países que requieren su presencia. Defensa, sin la Guardia Nacional, que se convertiría en policía nacional. Obras públicas. Comunicaciones.
Educación, moderna, sin la burocracia pesada actual, utilizando métodos innovadores que promuevan estrategias de investigación en los estudiantes. No haremos la lista completa pero la idea es tener un poder ejecutivo que diseñe políticas públicas y, mediante la descentralización, convierta a las regiones en ejecutores y codiseñadores de esas políticas.
Otro aspecto es que, de aquí en adelante, la presidencia debe apoyarse en un equipo de asesores que la ayuden a gerenciar los grandes problemas del país, en coordinación con los ministros.
Como en Estados Unidos…¡Sorry!
albertoquiros31@gmail.com
Alberto Quirós Corradi
Demasiados militares y pocos gerentes
El Nacional. Caracas, 28 de agosto de 2014