Violando tratados internacionales sobre relaciones diplomáticas, el régimen chavista no acepta que representantes de gobiernos extranjeros sostengan encuentros con la oposición. A esta medida se han plegado incluso gobiernos como el de Álvaro Uribe, quien jamás se reunió con la oposición venezolana en sus viajes a Venezuela en ocho años de mandato. En 2002 se registró un incidente cuando agentes de seguridad violaron la inmunidad diplomática de María Ángela Holguín. El vehículo, de la para entonces embajadora de Colombia en Venezuela, fue requisado tras asistir a una reunión social en las afueras de Caracas.
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El 13JUN14, el denominado “Alto Mando de la Revolución” denunció un encuentro entre la dirigente estudiantil Gaby Arellano y un funcionario diplomático de EEUU, mostrando incluso un video de espionaje. Según el chavismo, sería la prueba de la participación de EEUU en una conspiración magnicida contra Nicolás Maduro. El 19JUN14, el presidente de la Asamblea Nacional y cogobernante Diosdado Cabello, acusó desde su programa de Tv al embajador de Colombia, Luis Eladio Pérez, de recibir a opositores. “Usted no está aquí para eso. Ése no es el trabajo de un embajador", dijo Cabello, quien agregó que las reuniones de Pérez con opositores podrían señalarlo como conspirador contra Maduro. Los recientes embajadores colombianos en Caracas mantuvieron poco o ningún contacto con el mundo político opositor venezolano. Pérez rompió esa tendencia para apoyar en el terreno las gestiones de la canciller Holguín, en cuanto representante de Unasur en la promoción del fracasado diálogo entre el Gobierno y la opositora MUD.
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Decenas de empresas españolas, italianas, chinas, brasileñas, y de otras nacionalidades confrontan la suspensión de pagos por parte del Gobierno venezolano. Cada empresa recurre al apoyo de sus embajadas y lobistas en Caracas procurando el pago de deudas que en algunos casos ya datan de cuatro años atrás. La usual respuesta oficial es que no hay dinero. Los montos de estas deudas son poco desconocidos ya que los acreedores prefieren mantenerse a las sobras, esperando un golpe de suerte que les permita el cobro. Sólo en el caso de constructoras brasileñas la deuda, según el diario paulista Valor Económico, ascendía en marzo del 2014 a US$ 2.500 millones de los cuales el 70% corresponderían al grupo Odebrecht.
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En el año electoral de 2012, a raíz de contactos sostenidos por representantes de Odebrecht con el candidato opositor Henrique Capriles, el Gobierno chavista amenazó con suprimir los contratos con la empresa brasileña. En aquel entonces corrió el rumor sobre contactos de funcionarios venezolanos con empresas españolas procurando un reemplazo para Odebrecht. La intervención de Lula da Silva ante el régimen venezolano, el cambio de la gerencia en Caracas y el compromiso del financiamiento estatal brasileño permitieron que Odebrecht siguiera operando como contratista en Venezuela.
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Varias empresas europeas, acreedoras del Gobierno venezolano, sopesan la posibilidad de presentar sus casos ante organismos oficiales de sus respectivos países, buscando la cobertura de los montos impagos. Con ello parte de la deuda venezolana pasaría a manos de gobiernos europeos. La paralización de decenas de faraónicos proyectos, la suspensión de mantenimiento, la “canibalización” de equipos ante la falta de piezas de reemplazos y la suspensión de pagos a subcontratistas nacionales son parte de las manifestaciones de esta situación.
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El estado venezolano está endeudado en una dimensión que probablemente ningún organismo ha cuantificado. Según cifras del Banco Central de Venezuela, al 30SEP13, la deuda externa del Gobierno (bonos, préstamos y créditos comerciales) ascendía a US$ 95.000 millones. En 10 años el modelo chavista incrementó en 265% esta deuda. Por concepto de servicio de esa deuda, el Gobierno pagó US$ 7.000 millones durante el año 2013, equivalente a un tercio del total de las reservas internacionales. El peso del pago de la deuda está ahogando al voraz régimen chavista. Según diversas fuentes, el Gobierno está ejecutando un plan para reestructurar su deuda. El 13JUN14, Rafael Ramírez, el zar económico del régimen, en un evento convocado por la empresa Lazard Asset Management en Londres, expuso líneas de un programa de ajuste económico que ampararía la reestructurar la deuda.
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Aparte de las emisiones de bonos de Pdvsa y del Ministerio de Hacienda, el régimen chavista multiplicó el número de mecanismos y entidades públicas con capacidad para contratar deuda. La actual deuda pública procede de adelantos de efectivo a Pdvsa por empresas y gobiernos extranjeros, compras y obras públicas con pagos vencidos, dólares no entregados a importadores privados, recursos sustraídos de la banca nacional mediante “bonos” no soportados por la tesorería, deuda de incontables empresas estatales, amén de pensiones, jubilaciones y un largo etcétera de pasivos del Estado. Las cifras de deuda son descomunales. A la banca privada venezolana, el Gobierno debe US$ 2.450 millones sólo por concepto de préstamos para un fondo de construcción de viviendas. Las aerolíneas extranjeras reclaman US$ 4.000 millones por boletería vendida a tasa de cambio oficial. La Cámara de Industria de Alimentos contabilizó en US$ 2.400 los dólares que le adeuda el Gobierno.
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Tras las elecciones presidenciales del 07OCT12, en las cuales las autoridades electorales aclamaron a un enfermo Hugo Chávez, el para entonces ministro de Finanzas y Planificación Jorge Giordani, propuso medidas de choque. Frenar el endeudamiento externo, devaluar la moneda, subir el precio de la gasolina, suspender la entrega de dólares a privados, reorientar el gasto y privilegiar las vías estatales para importaciones de alimentos, habrían sido parte de las medidas. En su carta pública del 18JUN14, tras ser expulsado del gabinete de Nicolás Maduro, Giordani confirmó que desde mediados del año 2012, Hugo Chávez fue rodeado por un círculo que asumió las riendas del Gobierno y del cual él no formó parte.
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Chávez realizó nueve viajes Cuba en el año 2012, cuando fue sometido a dos operaciones quirúrgicas. En las numerosas comitivas que visitaban La Habana, el jefe de las finanzas públicas Jorge Giordani, nunca fue incorporado. Sus comunicaciones con Chávez, según él revela, fueron a través de intermediarios, obviamente Maduro y Arreaza. En diciembre del 2012 se conformó en Cuba el “comando de la revolución”, que asumió la conducción del Gobierno ante la gravedad y predecible desenlace de Chávez. Ese comando formado por Nicolás Maduro, Cilia Flores, Jorge Arreaza, Rafael Ramírez, Elías Jaua y Diosdado Cabello, decidió garantizar el flujo de créditos de China, estructurar un plan de beneficios para las fuerzas armadas incluyendo un nuevo programa de compras bélicas y, mantener un alto ritmo de gasto público. La inevitable ausencia de Chávez y las inminentes elecciones hacían que el Gobierno requería abundantes recursos. El plan de Giordani no era aceptable por los nuevos amos del Gobierno. Después, cuando Maduro asumió la presidencia el 19ABR13 retiró a Giordani del Ministerio de Finanzas relegándolo al cargo de jefe de planificación de un Gobierno que poco caso hace a los planes. La suerte del antiguo gurú económico del régimen ya estaba cantada.
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Una joya de oro con precio de US$ 500 fue obsequiada por el Gobierno de Evo Morales a mandatarios y jefes de delegación que asistieron a la reciente reunión del Grupo de países en desarrollo, conocido como el G77, congregada en Santa Cruz de la Sierra el 14 y 15JUN14. Cada pieza, elaborada a mano por orfebres de La Paz, muestra el mapa de Bolivia, las siglas G77 y una piedra de ametrino. Morales habría ordenado la elaboración de decenas de ejemplares, según reportó la agencia Fides, más una cantidad no conocidas de otras piezas de oro y plata para cientos de funcionarios de menor rango. En la foto oficial de la Cumbre celebrada en Santa Cruz la joya fue lucida por Nicolás Maduro de Venezuela, Salvador Sánchez Cerén de El Salvador, el propio Evo Morales, así como el secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, entre otros. El prendedor de ocho gramos de oro de 18 quilates pareciera el símbolo de una “Bolivia Saudita” que comienza a ganar cuerpo.
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Más de US$ 80 millones habría sido la erogación del Gobierno boliviano para realizar la Cumbre del G77. La economía boliviana ha crecido a una tasa promedio de 5% interanual durante el Gobierno Morales, impulsada por crecientes exportaciones estatales de gas. Las exportaciones anuales bolivianas saltaron de US$ 4.000 millones en 2006 a US$ 11.000 millones en 2013. Los ingresos del Gobierno están creciendo de forma explosiva pasando de 30% a 39% del PIB entre 2010 y 2013. La tradicional imagen de un Gobierno pobre comienza a cambiar en el caso boliviano, mientras el abundante gasto sirve de sustento a la aspiración de Morales para preservarse en el poder.
Edgar C. Otálvora
INFORME OTALVORA
Revolución bolivariana camina a la quiebra
Diario Las Américas. Miami, 22 de junio de 2014
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